Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. ORIGINALES Hidronefrosis leve en neonatos y lactantes: ¿puede predecirse la presencia de reflujo vesicoureteral? Teresa Berrocal • Luis de Pablo • Julia Gutiérrez • Consuelo Prieto • María Luisa del Hoyo Sección de Radiología Pediátrica. Hospital Universitario La Paz. Madrid. España. Objetivo: El propósito de este estudio fue determinar el valor de la hidronefrosis leve o moderada, detectada mediante ecografía, en recién nacidos y lactantes como indicador de reflujo vesicoureteral (RVU) y evaluar la necesidad de realizar cistouretrografía miccional (CUMS) en estos pacientes. Material y métodos: Se revisaron las CUMS de 237 pacientes (174 niños y 63 niñas, con edades comprendidas entre 0 y 18 meses) con hidronefrosis leve detectada por ecografía, para valorar la presencia de RVU primario. Los pacientes con reflujo secundario o los que presentaban anomalías que imposibilitaban la graduación exacta del reflujo se excluyeron; sin embargo, cuando se observó reflujo en un riñón normal, contralateral al riñón con hidronefrosis, se incluyó en el estudio. Para el análisis estadístico de los datos, cada riñón se consideró por separado, sumando un total de 474 riñones. Se diagnosticó hidronefrosis leve cuando se observó un diámetro anteroposterior de la pelvis renal de 0,5-1,5 cm. Para la graduación del reflujo en la CUMS se utilizó el sistema internacional. Resultados: De las 474 unidades renales evaluadas, 306 mostraron hidronefrosis leve en la ecografía. Sólo 98 de éstas (32%) presentaron reflujo (14 grado I, 50 grado II, 32 grado III y 2 grado IV). La ecografía fue normal (no mostró hidronefrosis) en 52 unidades renales con reflujo (31%), contralaterales al riñón hidronefrótico, a pesar de que 38 de estas unidades tenían reflujo grado II o superior. La ecografía mostró hidronefrosis leve en 208 riñones que no tenían reflujo en la CUMS (68%). Conclusiones: No hubo diferencias significativas en la incidencia de RVU entre los riñones con o sin hidronefrosis. La hidronefrosis leve se correlaciona escasamente con la presencia y el grado de reflujo en neonatos y lactantes y, por tanto, no debe considerarse una indicación para realizar CUMS. Palabras clave: Reflujo vesicoureteral. Ecografía. Cistouretrografía miccional. Neonatos. Lactantes. Berrocal T, de Pablo L, Gutiérrez J, et al. Hidronefrosis leve en neonatos y lactantes: ¿puede predecirse la presencia de reflujo vesicoureteral? Radiología 2003;45(6):265-268. Correspondencia: TERESA BERROCAL FRUTOS. Radiología pediátrica. Hospital La Paz. Paseo de la Castellana, 261. 28046 Madrid. España. E-mail: [email protected] Recibido: 17-IV-2002. Aceptado: 28-II-2003. 35 Slight Hydronephrosis in Newborns and Breast-fed Infants: Can the Presence of Vesicoureteral Reflux Be Predicted? Aim: The purpose of this study was to determine the value of slight-to moderate echographically detected hydronephrosis in newborns and breast-fed infants that might serve as indicator for vesicoureteral reflux (VUR), and to evaluate the necessity of performing micturating cystourethrography (MCUG) in these patients. Materials and methods: There were reviewed MCUG of 237 patients (174 boys and 63 girls between the ages of 0 and 18 months) with slight echographically detected hydronephrosis in order to evaluate the presence of primary VUR. Patients with secondary reflux or those that presented anomalies which made impossible an exact reflux grading were excluded. However, normal kidneys with reflux which were contralateral to hydronephrotic kidneys were included in the study. For a statistical analysis of the data, each kidney was considered separately, thereby forming a total of 474 kidneys. Slight hydronephrosis was diagnosed when the renal pelvis anteroposterior diameter was observed to measure between 0.5 and 1.5 cm. The International Grading System was used to grade reflux during MCUG. Results: Of the 474 kidneys evaluated, 306 showed slight hydronephrosis in the echography. Only 98 of these presented reflux (32%) (14 grade I, 50 grade II, 32 grade III and 2 grade IV). The echography was normal (i.e. hydronephrosis not present) in 52 kidneys with reflux (31%) which were contralateral to hydronephrotic kidneys, although 38 of these had reflux of grade II or higher. The echography showed slight hydronephrosis in 208 kidneys that did not have reflux during MCUG (68%). Conclusions: There were no significant differences in the incidence of VUR among normal or hydronephrotic kidneys. There is a poor correlation between slight hydronephrosis and presence or grade of reflux in newborns and breast-fed infants. The latter should not, therefore, be considered an indication for MCUG. L a nefropatía por reflujo es la causa principal de enfermedad renal terminal en los pacientes pediátricos, con un enorme impacto en la morbilidad y coste social1. La detección del reflujo en neonatos y lactantes es particularmente importante, pues su predisposición para desarrollar cicatrices parenquimatosas es superior a la de los niños mayores1. El uso generalizado de la ecografía obstétrica ha incrementado el diagnóstico de uropatías fetales2-4, pero la significación exacta de los hallazgos ecográficos y el uso racional de explo- Radiología 2003;45(6):265-268 265 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Berrocal T, et al. Hidronefrosis leve en neonatos y lactantes: ¿puede predecirse la presencia de reflujo vesicoureteral? raciones confirmatorias sigue siendo fuente de controversia. Muchos pacientes con ecografías normales presentan reflujo en la cistouretrografía miccional (CUMS), y a la inversa, niños con dilatación del sistema colector a menudo no muestran reflujo5. Por otra parte, los riñones suelen estudiarse rutinariamente en las ecografías abdominales realizadas por cualquier razón no relacionada con el tracto urinario y la hidronefrosis leve es un hallazgo incidental frecuente. En nuestra institución, como en otras6-8, estos pacientes son a menudo remitidos para excluir reflujo mediante CUMS. Sin embargo, ésta es una prueba invasiva e incómoda que precisa cateterización uretral y expone al paciente a radiaciones ionizantes, por lo que su uso como test de cribado ha sido ampliamente cuestionado7-10. Se han llevado a cabo numerosos estudios dirigidos a definir el grado de dilatación de la pelvis renal que permita obviar la CUMS. Los resultados de varios autores3,11-13, avalan la indicación de CUMS cuando se observa dilatación calicial además de la dilatación piélica o cuando el diámetro anteroposterior de la pelvis es superior a 15 mm en la ecografía posnatal, pero ¿está justificada esta exploración en neonatos y lactantes con dilatación limitada a la pelvis renal?. Este estudio retrospectivo se diseñó para determinar el valor de la hidronefrosis leve detectada por ecografía en neonatos y lactantes como indicador de reflujo vesicoureteral (RVU) y para evaluar la necesidad de realizar CUMS a estos niños, correlacionando los hallazgos de la ecografía renal con los de la CUMS en un amplio número de pacientes. MATERIAL Y MÉTODOS Durante un período de cinco años, 1.124 neonatos y lactantes de hasta 18 meses de vida, fueron sometidos a una cistouretrografía miccional seriada durante las dos semanas siguientes a una ecografía renal en nuestro servicio. Cinco observadores distintos revisaron retrospectivamente los estudios de imagen (CUMS y ecografía) de estos pacientes. En la CUMS se valoró exclusivamente la presencia o no de RVU primario, excluyéndose los niños con cirugía previa del tracto urinario y los que presentaban una causa reconocible de hidronefrosis (válvulas de uretra posterior, ureterocele, riñones dobles con hidronefrosis y vejiga neurógena). Asimismo, se excluyeron los pacientes con anomalías que imposibilitaban la graduación exacta del reflujo (estenosis pieloureteral, riñón multiquístico, megauréter, etc.). El reflujo se graduó según la clasificación del International Reflux Study in Children (grados I-V)14. E n la ecografía renal se valoró exclusivamente la distensión de la pelvis renal y solamente se incluyeron los pacientes con pelvis renal no dilatada o con hidronefrosis leve. La hidronefrosis leve se definió como un diámetro anteroposterior de la pelvis de 0,5-1,5 cm, sin dilatación calicial15. Para el propósito de este estudio cualquier riñón con un diámetro anteroposterior de la pelvis inferior a 0,5 cm se consideró normal. Las dilataciones piélicas superiores a 1,5 cm se identificaron y excluyeron. Cada paciente se incluyó una sola vez, y cuando a un paciente se le habían realizado ambas pruebas en más de una ocasión durante este período, se analizaron su primera ecografía y CUMS. Un total de 237 neonatos y lactantes (174 niños y 63 niñas) cumplieron todos los criterios anteriores y fueron finalmente incluidos en el estudio. Para el análisis estadístico de los datos, los riñones derecho e izquierdo se contabilizaron por separado, su- 266 mando un total de 474 unidades renales. Las indicaciones para la ecografía y la CUMS fueron: 1) hidronefrosis leve detectada en una ecografía abdominal realizada por otra causa; 2) seguimiento de hidronefrosis prenatal; 3) infección del tracto urinario y 4) hermano con reflujo. Las CUMS se realizaron según técnica estándar14, llenando la vejiga con medio de contraste a través de una sonda vesical de 5 a 8 F. Se obtuvieron placas a mediana repleción vesical, con vejiga llena, durante la micción y posmiccionales. La ecografía renal incluyó cortes longitudinales y transversales de los riñones y de la vejiga, y se utilizaron sondas lineales de 7,5 MHz o sectoriales de 3 MHz y 5 MHz. Como antecedentes se acepta que el seno renal es hiperecogénico con alguna área sonolucente. Cuando el sistema colector se llena de orina, el complejo hiperecogénico central se separa y se hace anecoico16. La comparación de porcentajes de unidades renales con RVU, entre las unidades que tenían hidronefrosis moderada y las que no la tenían, se realizó mediante el test de χ2 de Pearson, tomando como significativo el nivel mayor a 0,05. RESULTADOS Unidades renales De las 474 unidades renales incluidas en el estudio, 306 mostraron hidronefrosis leve y 168 eran normales contralaterales a un riñón con hidronefrosis leve. De los 306 riñones con hidronefrosis leve detectada en la ecografía, sólo 98 (32%) mostraron reflujo en la CUMS. Catorce de esas unidades mostraron reflujo grado I, 50 tenían reflujo grado II, 32 grado III y dos unidades mostraron reflujo grado IV. En 47 riñones derechos y 51 izquierdos se observó hidronefrosis leve con reflujo; 208 riñones (68%) con hidronefrosis leve en la ecografía no presentaron reflujo en la CUMS. Se observó hidronefrosis leve sin reflujo en 132 riñones derechos y 76 izquierdos. De los 168 riñones normales en la ecografía (sin dilatación piélica) incluidos en el estudio, que eran contralaterales a riñones con hidronefrosis leve, 52 (31%) mostraron reflujo en la CUMS, 14 mostraron reflujo grado I, 29 grado II, 7 grado III y dos grado IV. De estos riñones no dilatados se documentó reflujo en 25 riñones derechos y 27 izquierdos. El test de χ2 demuestra que no hubo diferencias significativas en los porcentajes de unidades con RVU entre las unidades que tenían hidronefrosis leve y las que no la tenían (p = 0,810). Las tablas 1 y 2 muestran los grados y porcentajes de reflujo obser- TABLA 1 GRADOS DE REFLUJO VESICOURETERAL (RVU) EN 474 UNIDADES RENALES Sin RVU Grado I Grado II Grado III Grado IV Grado V TOTAL Radiología 2003;45(6):265-268 Hidronefrosis leve Sin hidronefrosis 208 14 50 32 2 0 306 116 14 29 7 2 0 168 36 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Berrocal T, et al. Hidronefrosis leve en neonatos y lactantes: ¿puede predecirse la presencia de reflujo vesicoureteral? TABLA 2 etiología, epidemiología, fisiopatología, historia natural y consecuencias clínicas. Sin embargo, aún hay poco acuerdo sobre el manejo de estos pacientes19. En general, el reflujo es un proceso silente que normalmente no produce síntomas directamente y tiende a mejorar o desaparecer con la edad en pacientes sometidos largo tiempo a profilaxis antibiótica a bajas dosis20. REFLUJO VESICOURETERAL (RVU) EN UNIDADES RENALES CON Y SIN HIDRONEFROSIS Hidronefrosis Sin hidronefrosis Total RVU Sin RVU Total 98 32% 52 31% 150 31,6% 208 68% 116 69% 324 68,4% 306 100% 168 100% 474 100% vados en unidades renales con hidronefrosis leve y los encontrados en riñones no dilatados. Pacientes Se detectó hidronefrosis leve en 237 pacientes en la ecografía, que fue unilateral en 168 de ellos y bilateral en 69. Cuando se analizaron los 168 pacientes con hidronefrosis leve en un riñón, siendo normal el contralateral, se observó que 29 (17,3%) tenían reflujo bilateral, es decir, tanto al riñón normal como al dilatado. En ocho de estos pacientes con hidronefrosis leve unilateral y reflujo bilateral, el grado de reflujo fue mayor en el riñón no dilatado que en el dilatado, nueve presentaron el mismo grado de reflujo en la unidad dilatada y en la normal y siete mayor grado de reflujo en la unidad dilatada que en la no dilatada. En 23 pacientes (13,7%) existía reflujo solamente en el riñón normal y no en el que presentaba hidronefrosis leve. Seis de ellos tenían reflujo grado I, 13 grado II, tres grado III y uno grado IV. En 21 pacientes (12,5%) se observó reflujo únicamente en el riñón dilatado. De los 69 pacientes con hidronefrosis leve bilateral, se observó reflujo bilateral en 14 (20,3%) y unilateral en 20 (29%). En 35 (50,7%) pacientes con hidronefrosis leve bilateral en la ecografia no se observó reflujo en ninguno de los dos riñones en la CUMS. La tabla 3 muestra la distribución del reflujo por pacientes. DISCUSIÓN El reflujo vésicoureteral es una alteración común del tracto urinario en niños, que puede suceder como resultado de una anomalía primaria de la maduración de la unión ureterovesical o secundario a otras anomalías del tracto urinario, como ectopia, válvulas de uretra posterior, vejiga neurógena, síndrome de prune belly, etc.17,18. En las tres últimas décadas, se ha avanzado mucho en el conocimiento de ciertos aspectos del RVU primario, como La hidronefrosis fetal es la anomalía más frecuente en la ecografía prenatal21. Con el uso creciente de la ecografía en obstetricia, el número de fetos diagnosticados de hidronefrosis ha aumentado considerablemente22. Sin embargo, su evolución natural no está del todo aclarada pues buena parte de las publicaciones que describen la evolución posnatal de esta alteración, tienen limitaciones importantes, incluyendo la falta de definición específica y consistente de la hidronefrosis y la inclusión exclusiva en las revisiones de los casos intervenidos quirúrgicamente23,24. En nuestro servicio, al igual que en otros30, a muchos lactantes diagnosticados de hidronefrosis prenatal se les realiza una CUMS para determinar la presencia o no de reflujo. Esto, sin embargo, no es una política universal y los criterios ecográficos para determinar a qué pacientes debe realizárseles una CUMS son todavía fuente de discusión y controversia en la bibliografía pediátrica. Es un hecho probado que la hidronefrosis en el período neonatal puede ser transitoria y desaparecer con la maduración de la función tubular, el aumento de la capacidad reabsortiva y la maduración de la unión pieloureteral16,25-28. Por otra parte, diversos estudios han demostrado la existencia de VUR en un alto porcentaje de lactantes con ecografías posnatales normales. Zerin et al29, observaron que el 32% de los lactantes con hidronefrosis prenatal y otras anomalías renales tenían reflujo a pesar de que no presentaran hidronefrosis en la ecografía posnatal. Diversos estudios en este sentido han sugerido que la existencia de dilatación calicial antenatal puede tener valor predictivo sobre la existencia de patología subyacente, pero que la dilatación confinada a la pelvis no11. Aproximadamente en uno de cada 100 embarazos se observa dilatación de la pelvis renal31; tal dilatación tiende a resolverse espontáneamente y se ha llamado «hidronefrosis fisiológica», pues no supone deterioro de la función renal ni ha podido establecerse relación alguna con la existencia de alteración renal30. Nuestros resultados demuestran que la presencia de reflujo no está directamente relacionada con la existencia de hidronefrosis leve en la ecografía, ya que no existieron diferencias significativas en la presencia de reflujo entre las unidades normales y las que presentaban dilatación leve. Asimismo, los pacientes con hidronefrosis leve unilateral presentaron una tasa de reflujo al riñón sano similar al riñón dilatado y muchos de ellos presentaban reflujo solamente al riñón normal. Estos resultados concuerdan con los de otros autores31-33 que son cada vez menos partidarios de realizar indiscriminadamente cistografía a los pacientes cuyo único criterio de inclusión es la ectasia piélica leve. En nuestra serie, aproximadamente el 30% de los pacientes con hidronefrosis leve en la ecografía presentaban reflujo, independientemente TABLA 3 REFLUJO VESICOURETERAL (RVU) EN PACIENTES Pacientes con hidronefrosis (n = 237) Hidronefrosis unilateral (n = 168 [70,9%]) RVU bilateral 29 (17,3%) 37 RVU al riñon normal 23 (13,7%) RVU al riñón dilatado 21 (12,5%) Hidronefrosis bilateral (n = 69 [29,1%]) Sin RVU 95 (56,5%) Radiología 2003;45(6):265-268 RVU bilateral 14 (20,3%) RVU unilateral 20 (28,9%) Sin RVU 35 (50,8%) 267 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Berrocal T, et al. Hidronefrosis leve en neonatos y lactantes: ¿puede predecirse la presencia de reflujo vesicoureteral? de si era al riñón normal o al dilatado. Tan alta incidencia se justifica porque la mayoría de los pacientes incluidos en el estudio tenían una infección urinaria además de la dilatación piélica, y la incidencia de reflujo en pacientes con ITU está en la mayoría de las series en torno a ese porcentaje, por lo que el reflujo en nuestros pacientes se justifica más por la infección que por la dilatación. Al igual que Thomas et al12, consideramos que un diámetro anteroposterior de la pelvis renal menor de 15 mm puede ignorarse, pues en la mayoría de los casos no tiene significación patológica, asumiendo el riesgo de que puedan no diagnosticarse algunos casos ocasionales. Para limitar los riesgos potenciales que pudieran derivarse de no diagnosticar a tiempo alguno de estos reflujos es recomendable el seguimiento de los pacientes con ecografías seriadas, y realizar CUMS sólo si aumenta el diámetro de la pelvis, hay dilatación calicial o el paciente sufre una infección urinaria. De esta forma se minimizaría el riesgo de infradiagnosticar el reflujo, evitando realizar una prueba desagradable y, lo que es más importante, reduciendo considerablemente la irradiación a la población pediátrica. BIBLIOGRAFÍA 1. Wyszynska T, Chichocka E, Wieteska-Klimczak A, Jobs K, Januszewicz P. A single pediatric center experience with 1025 children with hypertension Acta Paediatr 1992;81:244-6. 2. Tudor J, Whitaker RH. Detection and management of the dilated fetal urinary tract. Clin Radiol 1989;40:229-30. 3. Blyth B, Snyder HM, Duckett JW. Antenatal diagnosis and subsequent management of hydronephrosis. J Urol 1993;149:693-8. 4. Gloor JM, Ogburn PL, Breckle RJ, Morgenstern BZ, Milliner DS. Urinary tract anomalies detected by prenatal ultrasound examination at Mayo Clinic Rochester. Mayo Clin Proc 1995;70:526-31. 5. Weinberg B, Yeung N. Sonographic sign of intermittent dilatation of the renal collecting system in 10 patients with vesicoureteral reflux. 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