La determinación de los salarios en el mercado de trabajo.

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La determinación de los salarios en el mercado de trabajo. EL MODELO NEOCLÁSCIO: La oferta y la demanda de trabajo son competitivas. Bajo este supuesto existe un número lo suficientemente grande de demandantes y oferentes de trabajo como para que ninguno de ellos pueda influir individualmente en el salario. Esto significa que tanto los demandantes como los oferentes de trabajo son precio aceptantes, por lo que únicamente pueden decidir la cantidad de trabajo que les interesa demandar y ofertar, respectivamente. Así, el salario y el nivel de empleo de equilibrio se determinan mediante la interacción de la oferta y la demanda en el mercado, tal y como se aprecia en el siguiente gráfico: w
OT
w*
DT
L*
L
El punto donde la curva de demanda DT y la de oferta OT se cortan determina el punto de equilibrio, dando lugar a un salario w* y a un nivel de empleo de L*. Es preciso destacar que en el modelo neoclásico todos los precios (incluidos los salarios) son flexibles. Esto implica que ante cualquier variación en la oferta y/o la demanda que modifique el punto de equilibrio los salarios variarán (subiendo o bajando) en la cuantía que sea necesaria para volver a equilibrar el mercado de trabajo. Esto significa que el mercado de trabajo siempre va a estar en equilibrio. Supongamos, por ejemplo, que aumenta el precio de un sustitutivo bruto del factor trabajo. Esta circunstancia provoca que la curva de demanda de trabajo se aleje del origen (deja de ser DT y pasa a ser DT1), de modo que ahora, dado el salario de equilibrio vigente (w*), las empresas están dispuestas a contratar más 1
trabajadores que antes (L’>L*). Se produce, por tanto, un exceso de demanda de trabajo (L’‐L*), que hará que el salario suba hasta el nivel w** y que la cantidad de factor trabajo intercambiada en el mercado sea L**, quedando de este modo en equilibrio el mercado de trabajo (el punto de equilibrio se desplaza del punto A al punto B). w
OT
w**
H
A
w* DT1
DT
L*
L**
L’
L
Sin embargo, debemos tener en cuenta que el paso del punto de equilibrio A al punto de equilibrio H difícilmente es automático, sino que se suele desarrollar de un modo gradual a lo largo del tiempo (especialmente cuando se requiere una cualificación específica). Supongamos un mercado de trabajo que inicialmente se encuentra en equilibrio y en el que el salario es w0 y el nivel de empleo L0 (punto de equilibrio en A). Consideremos ahora, que el aumento en el precio de un sustitutivo bruto hace que aumente la demanda de trabajadores (se aleja del origen) pasando de ser DT a ser DT1. Si la oferta no es capaz de reaccionar rápidamente ante esta situación, por ejemplo, porque no hay suficientes profesionales debidamente cualificados para atender la creciente demanda, los empresarios que demandan factor trabajo competirán entre sí por hacerse con estos trabajadores, lo que provocaría un incremento del salario que pasaría a ser w1 (nos situaríamos en el punto B). Dado este nuevo salario, más alto, el número de personas interesadas en adquirir esta cualificación específica aumentará, de modo que, poco a poco, la oferta 2
de trabajo irá aumentando hasta situarse en L1 (punto C). Como puede observarse, al aumentar el número de trabajadores cualificados para ese trabajo, se produce un exceso de oferta, por lo que estos trabajadores competirán entre sí para ser contratados, lo que provocará un descenso del salario, que pasará a ser w2 L1 (punto E). Esto hace que algunos trabajadores se vayan a otros sectores y, además, que este trabajo deje de ser atractivo para aquellas personas que están barajando la posibilidad de adquirir la correspondiente cualificación. Por todo ello, al cabo de un tiempo la oferta de trabajo habrá descendido hasta situarse en L2 (punto F) produciéndose un nuevo exceso de demanda. Como antes, las dificultades para adquirir factor trabajo provocarían una subida de los salarios que pasarían a ser w3 (punto G). Poco a poco, la oferta iría creciendo, dando paso a un nuevo exceso de oferta y así, el proceso descrito se repetiría hasta que finalmente se alcanzase el punto de equilibrio (punto H) que es donde la oferta de trabajo (OT) se cruza con la nueva demanda de trabajo DT1). w
OT
w1
B
C
w3
G
w2
H
E
F
w0
A
DT1
DT
L0
3
L
L1
L
La senda de ajuste al equilibrio (esto es, la unión los puntos A.B, C, E...) tiene muchas similitudes con una tela de araña de ahí que a este modelo se le denomine modelo de la telaraña. EL MODELO KEYNESIANO: La existencia de rigideces en los salarios Aunque existen múltiples diferencias entre el modelo Keynesiano y el modelo neoclásico, la más relevante es la relativa a la concepción del salario. Así, mientras que el modelo neoclásico acepta la flexibilidad total de los salarios, el planteamiento keynesiano asume que los salarios nominales (antes de descontar la inflación) que se negocian entre los agentes económicos son rígidos a la baja, esto es, no disminuyen en función de la coyuntura económica. Además el modelo keynesiano asume la hipótesis relativa a que la demanda de trabajo está ligada a la demanda efectiva, es decir, la demanda de trabajo que efectúan las empresas depende fundamentalmente del nivel de producción que esperan poder vender, lo que a su vez depende del nivel de demanda agregada de bienes y servicios. Si la producción aumenta porque hay una mayor demanda de productos, entonces aumentará la demanda de trabajo. Estos incrementos no crean Así, dada una situación inicial de equilibro entre la oferta y la demanda de trabajo (punto A), si se produce una reducción de la demanda de productos, los empresarios tenderán a ajustar sus niveles de producción a la baja y entonces, la demanda de trabajo se contraerá pasando a ser DT1. Si los salarios fuesen flexibles, como ocurría en el modelo neoclásico, el mercado iniciaría un proceso de ajuste como el descrito en el modelo de la telaraña que terminaría con el mercado de trabajo nuevamente en equilibrio (punto B, con salario w1< w0). Sin embargo, en el modelo keynesiano los salarios son rígidos a la baja de modo que, ante el exceso de oferta de trabajo que se genera al desplazarse hacia el origen la demanda de trabajo, la falta de flexibilidad en los salarios hace que la demanda y la oferta de trabajo no se ajusten mediante variaciones en los salarios (el salario se mantiene en w0 por lo que el modelo de la telaraña no es viable). De esta manera los ajustes en el mercado de trabajo se realizarán a través de la cantidad de trabajo intercambiado, situándose en el punto C (la cantidad demandada pasa a ser L2). El resultado final es la aparición de 4
desempleo involuntario, es decir, hay personas (L2‐ L0) que desearán trabajar al salario vigente (w0) pero no podrán hacerlo porque no encontrarán una empresa que demande su trabajo. w
OT
w0
C
A
B
w1 DT
DT1
L2
L1
L0
desempleo
involuntario
5
L
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