Desarrollo Actual de los Cultivos Protegidos en la República

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Desarrollo Actual de los Cultivos Protegidos en la
República Argentina.
1
Grupo de redacción
Carlos Carluccio ; Mario Pedro Lenscak2; Marta Panelo3;
María del Huerto Colombo4; Sara Cáceres5; Néstor Molina6; Eduardo Scaglia7;
Cristian Pernuzzi8
RESUMEN
Se analiza la situación de los plásticos utilizados en los cultivos protegidos en todo el territorio
nacional, mostrando el claro crecimiento cuali-cuantitativo en la utilización de estos polímeros en
las modernas técnicas de producción.
A todos estos continuos cambios tecnológicos contribuyen las materias primas de última
generación, maquinarias para la fabricación de los agro-plásticos de vanguardia, el trabajo conjunto
de técnicos especialistas con los productores de avanzada, e instituciones oficiales de desarrollo.
En el trabajo, se realiza una reseña de la evolución histórica y se desarrollan los principales usos en
Argentina, con un análisis de la situación en las principales regiones de concentración en cultivos
protegidos, explicitando los distintos materiales plásticos utilizados en protección. Se incluyen
también algunos ejemplos de aplicaciones de novedosas tecnologías en pleno desarrollo. Por último,
se describen las situaciones particulares del desarrollo de los cultivos protegidos en dos zonas de
gran relevancia en el país, Corrientes y Santa Fe.
1
ING. CARLUCCIO Y ASOC. S.R.L. [email protected]
INTA. EEA Bella Vista. [email protected]
3
Universidad Nacional de Rosario. [email protected]
4
INTA. EEA Bella Vista. [email protected]
5
INTA. EEA Bella Vista. [email protected]
6
INTA. EEA Bella Vista. [email protected]
7
INTA. AER Santa Fe.
8
Asesor privado.
2
1. Evolución Histórica
Argentina, país con una superficie aproximada de 2.791.810 km2 ubicados entre los 22° y 46° de
latitud Sur, posee una gran diversidad de condiciones agroecológicas que posibilitan la cría de
animales diversos, así como el cultivo de numerosas especies.
El país históricamente ha estado ligado a la producción ganadera (vacunos, porcinos y ovinos, entre
otros) y a la producción de cereales y oleaginosas, en amplias áreas del territorio nacional, estando
ambas actividades dirigidas a abastecer el mercado interno y principalmente la exportación.
En lo referente a cultivos intensivos (hortalizas, frutales y flores) éstos incrementaron lentamente su
importancia a partir de mediados del siglo XIX donde el crecimiento poblacional comenzó a recibir
el aporte de las continuas corrientes migratorias, las cuales aportaron mano de obra en diferentes
rubros, entre ellos las actividades rurales. Con el ingreso principalmente de italianos y españoles, se
desarrollaron aquellas actividades que los mismos traían como bagaje cultural desde sus países de
origen. Así, en un principio, las producciones de hortalizas, frutas y flores se ubicaron alrededor o
próximos a los centros poblados, formando con el tiempo los denominados "cinturones verdes".
La posibilidad de disponer en la actualidad de mejoras en la infraestructura (vías de acceso, riego,
etc.) y los avances tecnológicos (principalmente la disponibilidad de nuevos materiales genéticos, la
mecanización agrícola, el conocimiento de diferentes sistemas de cultivo, el uso de protecciones, los
sistemas de conservación, etc.) han posibilitado la ubicación de los cultivos intensivos en áreas
agroecológicamente más adecuadas para su producción.
En el país, el área agrícola cultivada es de 30.524.814 ha, y se destinan a la producción hortícola
aproximadamente 620 mil hectáreas, lo que representa solo el 2 % de ese total, las cuales generan
un volumen de producción estimado en 5,5 millones de toneladas anuales de una gama amplia de
especies, incluyendo la producción de papa, mandioca y legumbres secas. En el PB Agrícola las
hortalizas y legumbres secas representan el 10 % y el 6 %, respectivamente. Esta participación
presenta una tendencia ligeramente decreciente, resultante de la caída de los niveles de salario real y
del crecimiento de otros rubros como cereales y oleaginosas. Sin embargo, la producción abastece
el consumo total nacional, con marcada presencia en la dieta de la población, 90 kg/habitante/año
(120 kg/habitante/año si se considera el consumo de papa).
En general, la mayor proporción de la producción se destina al mercado interno para consumo en
fresco, siendo aún muy bajo el porcentaje de hortalizas industrializadas (4 % del total). El 50 % de
la producción en fresco se destina a abastecer al área metropolitana de Capital Federal y Gran
Buenos Aires, para atender la demanda de más de 12 millones de habitantes (sobre un total
aproximado de 37 millones de habitantes). Para el mercado externo sólo se destina el 6,5 % del
volumen total producido, restringido a unos pocos rubros.
Es de destacar que esta actividad económica tiene una importante trascendencia social por la
generación de más de 1.000.000 de puestos de trabajo directos relacionados con la etapa de
producción, e indirectos relacionados con el transporte/distribución, almacenamiento o acopio,
comercialización, industrialización, intermediación. También tiene importancia geopolítica debido a
la ubicación geográfica de las diferentes regiones productivas que se constituyen muchas veces en
polos de economías regionales.
Los plásticos comienzan a incursionar en la protección de cultivos en la Argentina, rondando la
década del 1.970, sobre todo como túneles para protección de bajas temperaturas (almácigos de
tabaco, hortícolas, y algo de semiforzado). En esa época también se empieza a reemplazar al vidrio
en invernaderos de producción de flor de corte.
Pero se puede afirmar, que desde comienzos de los 80 se denota un continuo avance en la
plasticultura argentina, básicamente en la protección de los cultivos, con un progresivo incremento
en la tecnificación, definiéndose así explotaciones agro-intensivas, hecho que se torna irreversible.
En este período de más de 20 años hasta estos días, se manifiesta un avance no sólo en la superficie
de cultivos protegidos, sino también en la utilización de modernos agroplásticos, con aplicación y
manejo cada vez más ajustado de las respectivas técnicas de producción.
Para este sector de la producción agrícola, hoy le resultaría imposible lograr niveles de eficiencia y
competitividad sin la ayuda de los plásticos en la protección de los cultivos: un análisis por regiones
y/o por tipo de utilización nos confirman que el sector asume día a día un protagonismo superior.
2. Tipos de protección más representativos
2.1 Invernaderos
Representan el tipo de cultivo protegido de mayor relevancia, tanto por los cultivos que en este tipo
de estructuras se producen y por las avanzadas técnicas que en ellos se aplican, como por su
importancia cuantitativa.
La falta de estadísticas oficiales impiden cuantificar con precisión, pero se puede estimar una
superficie total de invernaderos en la Argentina entre las 3.000 y 3.500 has. (4; 42; 44; 70; 72).
La producción hortícola lleva el mayor porcentaje, respecto a los cultivos ornamentales, y como se
tratan de sectores con situaciones y problemáticas bastante diferentes, se desarrollarán por separado.
2.1.1 Horticultura
Para el caso específico de la producción hortícola, también se presentan regiones de concentración
de características particulares, y por ello se tratarán separadamente. Hacia el final se describirá la
problemática general de una de las regiones de mayor significación desde el punto de vista
superficie.
2.1.1.1 Provincia de Corrientes
Comprende la mayor concentración de invernaderos del país, ubicados en su mayoría en la costa del
río Paraná, en las localidades de Bella Vista, Lavalle y Goya. Existen alrededor de 900 has. con
invernaderos, de las cuales el 60% están dedicadas al tomate y el resto principalmente al pimiento.
Las primeras estructuras de invernadero que se construyeron surgieron de la adaptación de
tendaleros para secanza de tabaco y, sobre éstas estructuras, se colocó un polietileno y se utilizaron
en época invernal para la producción de hortalizas. Posteriormente, se comenzaron a construir otro
tipo de modelos, pero siempre utilizando uno de los recursos que más se disponía en la zona: la
madera. Los otros modelos fueron estructuras tipo diente de sierra, y a dos aguas con ventilación
cenital. En la actualidad, se observan distintas combinaciones de las estructuras señaladas, junto
con estructuras metálicas tipo parabólicas.
Esta zona tiene clima subtropical con lluvias otoño-primaverales. Los inviernos son suaves y la
frecuencia de heladas es baja, con lo cual no constituyen un serio problema de daño a las plantas en
cultivo bajo invernadero, debido a la escasa duración e intensidad. Sin embargo, uno de los
problemas que se presentan en la zona es la eliminación de las altas temperaturas durante los meses
de primavera y otoño, y donde es muy dificultoso el cultivo en el período estival.
La producción se destina básicamente al abastecimiento del mercado de Buenos Aires en época de
invierno y primavera. El nivel tecnológico alcanzado permite obtener producciones de más de 150
tn/ha de tomate en 6 meses de producción, sin calefacción ni fertilización con CO2.
2.1.1.2. Región Salta-Jujuy
En esta región, los invernaderos se encuentran concentrados en focos de producción como los de las
cercanías de Güemes, Las Cañadas-Perico, Colonia Santa Rosa, Pichanal, Orán, Embarcación, etc.
Sus comienzos se remontan a 1.980, cuando productores de cierta envergadura, con alguna historia
en la producción de hortalizas "a campo", pero además fruticultores, comienzan a adaptar el modelo
"parral de Almería" exitoso por aquellos tiempos (estructura tipo parral, de madera y entretejido de
alambre, con techos prácticamente planos), a esta región subtropical, de inviernos suaves y secos,
pero con veranos de lluvias muy intensas. Por ello fue necesario muy rápidamente definir
estructuras más altas, menos anchas (para mejorar aireación), y con pendientes mayores para el
escurrimiento más eficiente del agua de lluvia.
Hoy nos encontramos con una superficie en toda la zona que ronda las 350 has, que como dijéramos
en su mayoría disponen de estructuras "tipo Almería modificadas" (aproximadamente el 90 % y el
resto, madera aserrada, casi nada metálico), y con buena aplicación tecnológica de producción
(semilla híbrida, riego por goteo, acolchado de suelos, solarización, etc.).
Los cultivos más importantes son el pimiento (básicamente tipo lamuyo, largo) en primer lugar, y
luego tomate (sobre todo redondo, algo de perita). Muy lejos, chaucha, pepino, melón, tomate
cherry, etc.
En esta región, la producción se destina principalmente a los mercados de consumo importante
(Buenos Aires, Córdoba, Rosario, etc.), teniendo la ventaja de la primicia, de producción en otoñoinvierno-primavera, por sus características climáticas. Incluso, por tener veranos muy cálidos, en
buena parte de estos invernaderos y como técnica adicional de protección de los cultivos, se utilizan
mallas media sombra (en casi el 30 % de toda la superficie), del tipo negra 35 % de sombreo, para
"alargar" la producción de calidad a aquellos momentos en que ya tenemos algunos problemas de
alta radiación solar.
2.1.1.3 Cinturón Verde Buenos Aires-La Plata
Esta zona, cuya principal ventaja comparativa a las otras es la cercanía al centro de consumo más
importante del país (Ciudad de Buenos Aires y su cinturón de localidades con gran concentración
de población), ha crecido de manera sustancial en la última década, por lo que podemos estimar hoy
una superficie de invernaderos hortícolas rondando las 600 has.
Tradicionalmente esta fue una zona donde los invernaderos básicamente eran para ornamentales,
por lo que se siguió mayoritariamente con ese tipo de estructuras originales de madera, pero ya con
mayores cuidados en el diseño: laterales y cumbreras de mayor altura, para la mejor relación
volumen / superficie del invernadero; en muchos casos aberturas cenitales, etc. Incluso, aunque en
muy baja proporción, podemos encontrar establecimientos que cuentan con estructuras metálicas,
de diferente nivel tecnológico (44).
Por tratarse de zona templada, con inviernos frescos, y posibilidad de heladas inclusive de
primavera, y veranos de interesante radiación, otros agro-plásticos como la película de bajo espesor
para doble techo, y los tejidos media sombra también están presentes en la protección de estos
cultivos hortícolas.
Se producen principalmente: tomate (el de mayor superficie protegida), apio, pimiento, lechuga, etc.
2.1.1.4. Zona Rosario-Santa Fe
Si bien el cultivo de especies bajo protección era común en los sistemas de producción de flores, a
partir de la década del 80 comenzó en la provincia a desarrollarse el cultivo de hortalizas bajo
abrigo. El inicio fue en el área de Coronda para anticipar la producción de frutilla, desplazándose
luego el uso de abrigos hacia Santa Fe y Rosario con diferente grado de aceptación y adopción por
parte de los grupos productores, en concordancia con su desarrollo cultural y económico.
El desarrollo de los cultivos protegidos propuso alternativas sustitutas de los sistemas "primitivos"
de protección -casillas, barandillas, terrinas, etc.-, a saber:
I. Túneles bajos, para la protección temporaria o total de cultivos de bajo porte, como zapallitos,
lechuga, frutilla.
II. Túneles altos -de más de 1 m de altura central- también llamados macrotúneles, para la
producción de cultivos de bajo y mediano porte, como apio, lechuga, berro, albahaca, pepino,
pimiento, berenjena.
III. Abrigos altos o invernaderos, para producción de especies de bajo, mediano y alto porte, como
las mencionadas anteriormente a las cuales se agregan tomate y poroto chaucha.
IV. Mantas flotantes, utilizadas principalmente para el cultivo invernal de lechuga, pero con
posible aplicación en otros cultivos.
V. Umbráculos, cubiertos con media sombra de malla plástica, para proteger de la alta radiación
solar en los meses más cálidos a cultivos como espinaca, lechuga, berro.
Son posibles de encontrar en la zona modificaciones y combinaciones de sistemas adaptados tanto
para la producción de plantines como para la producción comercial.
Con referencia específica a los invernaderos, en el mercado se ofrecen estructuras de diversos
materiales: de madera blanda y semi dura; metálicas construídas con hierro de construcción,
planchuelas u tubos; combinaciones de materiales. Los modelos más comunes son capilla simétrica
y parabólico, simples o en baterías, con o sin ventilación cenital. No existen reglamentaciones en el
país respecto a este tipo de construcciones.
Las capillas simétricas por unidad pueden tener anchos de 6,50 - 7,20 - 8 m; largos de 45 - 50 m;
altura central entre 2,40 a 3,60 m; 1,80 a 2,60 m en los laterales. Las estructuras parabólicas
varían el ancho en 6,50 - 7,20 - 10 - 12 m, en largos y alturas similares a las capillas simétricas.
En los alrededores de la ciudad de Santa Fe se produce con un esquema similar a Corrientes, es
decir invernaderos fríos, que permiten plantaciones de fines de verano-otoño para cosechar en
Septiembre. En el Sur de Santa Fe, los inviernos rigurosos limitan el uso de invernaderos fríos, por
lo cual se trata de realizar dos cultivos anuales (estivo-otoñal e inverno-primaveral). Con este
esquema se aprovechan las ventajas del cultivo protegido como adelantar la cosecha, prolongar el
período de recolección, aumentar la producción por unidad de superficie, lograr calidad comercial y
seguridad de cosecha, entre otras.
La superficie con invernaderos para cultivo de hortalizas es de aproximadamente 80 has. Los
cultivos principales son pimiento y tomate, y se cultivan además apio, lechuga, poroto chaucha,
pepino, espinaca, albahaca, berro y melón.
En todos los casos el riego por goteo está generalizado en los cultivos bajo protección.
Para calefaccionar los abrigos se utilizan generalmente tambores con carbón. Sin embargo, han
comenzando a ensayarse la calefacción por equipos junto a otras técnicas como los cultivos sin
suelo, con el objetivo de aumentar la competitividad, ampliar el período de oferta en el mercado,
reducir la incidencia de enfermedades, etc.
Por la cercanía de los centros consumidores donde los productores pequeños y medianos pueden
ofrecer a mejores precios sus productos, con la posibilidad de la venta directa a minoristas y aún a
consumidores, por sus posibilidades para producir un importante número de especies, es de esperar
un aumento importante de la superficie cubierta en función de lo indicado precedentemente, y
también con relación a la aparición de cinturones verdes en las pequeñas ciudades del interior. La
tendencia es aumentar la calidad y el rendimiento para poder reducir los costos unitarios a través de
la prolongación del período de cosecha, donde las ganancias esperadas estarán en relación con la
productividad y no con los precios altos.
Los proyectos de investigación tomando como eje temático el cultivo protegido de hortalizas, se
relacionan con las siguientes líneas de trabajo: selección de especies y cultivares adaptables a los
diferentes sistemas de producción, riego y fertirrigación, implantación de cultivos -siembra directa y
producción de plantines-, labores culturales, manejo racional de productos fitosanitarios, manejo
integrado de plagas, poscosecha, comercialización.
2.1.1.5. Otras regiones
Si bien así como se puede afirmar que se encuentran invernaderos hortícolas diseminados en casi
todo el territorio del país, y en la seguridad que las cuatro zonas anteriormente indicadas son las de
mayor concentración de este tipo de producción protegida con plásticos, también es válido nombrar
a otras de menor superficie, pero que responden a características con ciertas particularidades, por lo
que simplemente se indicarán dos ejemplos de ello:
2.1.1.5.1.Zona Mar del Plata
Ubicada en la provincia de Buenos Aires, pero al sur, en zona de clima marítimo. Esta región
dispone de algo menos de 200 has. de cultivos hortícolas protegidos, dónde la estructura de madera
representa casi el 100 % de los casos.
Se produce tomate, pimiento y verduras de hojas principalmente. La producción se destina en un 50
% aproximadamente al gran centro de consumo de Buenos Aires, y la otra mitad se reparte entre la
propia Mar del Plata y ciudades vecinas, y el sur del país.
Es interesante acotar, que por las características climáticas de la zona, para producciones
primavero- estivales, esta zona presenta ventajas respecto a las otras indicadas; incluso sería la de
mejor perspectiva para pensar en proyectos de exportación de hortalizas al hemisferio norte,
aprovechando la contra-estación.
2.1.1.5.2. Provincia de Tucumán
Esta zona del noroeste argentino concentra en los alrededores de la ciudad de San Miguel de
Tucumán y en Lules, cerca de 100 has. de invernaderos para cultivos protegidos hortícolas, donde el
tomate redondo ocupa el primer lugar, y el pimiento le sigue no lejos.
Las estructuras tipo Almería dominan en un 80 %, pero por tratarse de una zona de alta humedad,
las dimensiones son más reducidas: no más de 20 m. por 50 m.
Por disponer de un verano de menores temperaturas a las de Salta-Jujuy, esta zona logra (gracias a
una siembra y trasplante anticipados) un grado de primicia mayor a aquella región.
El destino de la producción, también es mayoritariamente a los centros importantes de consumo:
Buenos Aires, Rosario, Mendoza y Córdoba.
2.1.2. Ornamentales
Ahora, ya entrando a los cultivos ornamentales, donde la protección de los mismos con
invernaderos es de real importancia, se debe diferenciar entre flor de corte y viveristas.
2.1.2.1. Flor de corte
En este sector, y a nivel nacional, se puede asumir una superficie de invernaderos superior a las 400
has, con predominio de estructuras de madera, ya que sólo un 10 % aproximadamente son
metálicas, con distinto nivel tecnológico (las hay importadas y nacionales). De todas formas, en las
estructuras de madera se advierte un cuidado mayor en el diseño: apertura cenital, mayor altura,
menores superficies para mejor aireación, etc.
La utilización de "pantallas térmicas" se observa en pocos casos, y por supuesto sí los plásticos
especiales para manejo de fotoperíodo en crisantemos. Incluso se presentan intentos de aplicación
de tecnologías de punta, como el cultivo sin suelo para Gerbera.
La zona de mayor concentración es el cinturón verde de Buenos Aires, más hacia la zona de La
Plata que al norte; luego tienen también su importancia la zona de Rosario, en Prov. de Santa Fe,
zona de Santa Rosa en Corrientes, varias ciudades de Córdoba, de Cuyo, etc.
En general los productores son pequeños, aunque hay empresas que llegan a las 15 has. de
invernaderos.
Respecto a las especies, se pueden citar por orden de importancia (en porcentaje aproximado): (70)
* 45 % Clavel (principalmente variedades mediterráneas)
* 25 % Crisantemo (últimamente, con cambio hacia "margaritas", tipo Reagan)
* 10 % Rosa (importante cambio varietal en últimos tiempos)
* 10 % Fresia
* Resto: repartido (Alstroemeria, Gypsophila, Lisianthus, etc., de desarrollo en la última
década)
También se cultivan otras especies de importancia comercial, pero aún sin presencia cuantitativa:
Lilium, Limonium, Gerbera, etc.
Los cultivos protegidos en este sector, permiten imaginar la exportación de ciertas especies, como
por ejemplo Lisianthus y Gerbera, que apunten a nichos, especialidades, aprovechando la contraestación respecto al hemisferio norte.
2.1.2.2.Viveristas - Plantines florales - Plantas de interior
En este sector de producción de ornamentales, se estima una superficie de invernaderos total en el
entorno a las 100 has.
Históricamente, la producción de esta especialidad se ubicó en primer lugar en un cinturón muy
cercano a la ciudad de Buenos Aires, para luego (por el lógico encarecimiento de la tierra "urbana"),
pasar a un cinturón más lejano (aproximadamente a unos 50 km de la ciudad). Finalmente, hoy, está
muy distribuido en todo el país: además del cinturón Buenos Aires, se observan pequeñas
concentraciones en Corrientes (San Cosme, Loreto), Salta, Formosa, Misiones, Entre Ríos, y se
podría decir que en casi todos los alrededores de las ciudades de cierta importancia.
Tal vez, como cierta regla, se puede resumir que las producciones de "florales" están en las
cercanías de las ciudades, y las de "follaje", más alejadas, en zonas del subtrópico, buscando las
mejores condiciones medioambientales.
Las antiguas estructuras de madera con cobertura de vidrio fueron reemplazadas por cubierta de
polietileno, y en este sector encontramos la mayor proporción de estructuras modernas: Se estima
que más del 50 % de ellas son metálicas, y de buen nivel tecnológico.
Con respecto a las especies y su importancia, podemos dividirlo en tres grupos (valores
aproximados) (72):
* Plantín floral, 35 % de la superficie (Cyclamen, Alegría del hogar, Petunia, Pensamiento)
* Planta de interior de flor, 30 % (Crisantemo, Estrella federal, Azalea, etc.)
* Planta de interior de follaje, 35 % (Palmeras, Helechos, Dracenas, etc.)
2.2. Túneles
El cultivo de semi-forzados, con la protección de pequeños túneles representa una porción
importante dentro del uso de películas plásticas. Muy común en cultivos hortícolas como tomate,
frutilla, pepino, zapallito, melón, etc., pero también presente en otras protecciones, como en los
almácigos de tabaco, donde podemos estimar una superficie anual de más de 200 has. (con
tendencia decreciente, por la utilización de otras técnicas en la producción de estos plantines:
almácigos flotantes, dentro de invernaderos o túneles grandes).
Nuevamente nos encontramos con la falta de estadísticas oficiales, pero a simple modo de ejemplo,
se puede afirmar que sólo en Coronda (Santa Fe), y para producción de frutilla, hay unas 220 has.
de cultivo protegido con túnel, y 80 has en Tucumán. En Salta, unas 70 has. de tomate se cubren
con plásticos en estructura de túnel.
Tiempo atrás, se utilizaban exclusivamente plásticos comunes (en espesores desde 40 a 70
micrones, según cultivo, zona, etc.), pero hoy, además del desarrollo de películas ultra-livianas
(bajo espesor con muy alta resistencia mecánica), se están generalizando también el uso de
películas térmicas.
2.3. Mallas
Los tejidos Media-sombra son de amplia utilización en la protección de los cultivos. Son fabricadas
principalmente con polietileno de alta densidad, y las más económicas de rafia, superan en volumen
ampliamente a las más durables de monofilamento.
Incluso, ya se están utilizando verdaderas "pantallas térmicas" (por ahora sólo importadas),
principalmente de rafia aluminizadas, con notables ventajas agronómicas; pero su alto costo, por el
momento limitan su uso a los invernaderos de plantas de interior, y algunas producciones muy
especiales.
Redes Antigranizo son muy utilizadas en zonas de frutales y viñedos en las provincias de Cuyo
(Simposio de riego en Vid y Frutales, 2001). Estos materiales requieren muy alta resistencia
mecánica y duración, por lo que normalmente son de monofilamento. Incluso, con la ley n° 25174,
que promociona a través de desgravación impositiva, recomienda el uso de esta óptima forma de
protección, por medio de productos plásticos de características bien definidas (monofilamento de
polietileno de alta densidad, con una duración mínima de 7 años, y un nivel de sombreo menor al 20
%)(64). Las hay importadas, y fabricadas en el país, con tejidos tipo giro inglés, ó tipo rachel.
Redes Corta-vientos, mallas Anti-virus (más exactamente anti-insectos), redes Anti-pájaros,
también están presentes en la plasticultura de Argentina. Y en todos estos casos, el monofilamento
se impone.
2.4. Mantas flotantes - Manta térmica
Se trata de otro tipo de protección de cultivos, a través de estos agrotextiles, que si bien no tienen
una presencia cuantitativamente superlativa, están presentes principalmente en cultivos hortícolas
(tomate, pimiento, lechuga, zapallito), en almácigos de tabaco, como doble techo dentro de
invernaderos, e inclusive en protección de árboles jóvenes, utilizado como "capuchón" de cada
ejemplar.
Utilizados como manta flotante (sin soporte) son muy económicos y eficientes por su bajo peso
(aproximadamente 18 grs. por m2). Estos "tejidos no tejidos" son fabricados con
técnicas
modernas que permiten lograr un producto bi ó tricapa, de mayor resistencia. Los hay importados, o
de producción nacional.
Son permeables al agua (hidrofílicos) y al aire, de buena transparencia. La materia prima es el
polipropileno, y tienen tratamiento UV.
2.5. Acolchados (Mulching)
La técnica del acolchado con materiales plásticos tuvo un desarrollo paralelo al de la horticultura
protegida en la Argentina. Comenzó en la década del 70 y actualmente está generalizado su uso.
Esta técnica se utiliza para ahorrar agua, controlar malezas, aumentar la temperatura y con esto
lograr una cosecha precoz y de mayor rendimiento. Antiguamente el acolchado se asociaba
directamente al empajado, en la actualidad el plástico ha desplazado a los residuos vegetales
utilizados para este fin (59). En la Argentina se han realizado estudios sobre el efecto de los
acolchados plásticos con respecto a las temperaturas (56), o en la productividad de melón, maíz
dulce (49) y tomate, encontrándose en todos estos casos ventajoso su uso, en términos de
productividad agronómica en época fría, por mayor precocidad y rendimiento.
Su uso no está restringido al forzado al aire libre, sino también asociado con túneles ó bajo
invernadero. En la protección al aire libre, se ha utilizado generalmente polietileno negro,
principalmente para el control de malezas. Este, se ha convertido en un insumo casi esencial en el
cultivo de frutilla, ya que aparte de los beneficios citados, mejora la calidad de la fruta al no estar
ésta en contacto con el suelo (47).
En el caso de cultivos de invernadero se ha popularizado el uso de plástico naranja como acolchado,
para lograr mayor luminosidad en la longitud de onda de mayor absorción vegetal y, como en este
cultivo se realiza la práctica del bajado de plantas, permite que no se dañen los frutos que tocan el
piso.
Los espesores que se utilizaban eran generalmente de 40 micrones, existiendo actualmente películas
ultra-livianas para este fin.
2.6. Uso del plástico para desinfección del suelo por Solarización
El empleo de la energía solar o solarización para controlar los organismos del suelo fue el mayor
adelanto obtenido en años en control de enfermedades. La solarización es la desinfección
hidrotermal con energía solar que calienta el suelo húmedo a través de un plástico cristal que lo
cubre. Es una forma segura y económica de disminuir hongos, bacterias y nematodos de suelo,
conservar la flora benéfica y reducir o eliminar malezas.
Se desarrolló en Israel logrando 50°C bajo la cubierta plástica a pleno campo en superficie. En la
provincia de Corrientes es donde más desarrollo adquirió esta técnica por las condiciones ideales
del clima subtropical. En esta zona se registraron pérdidas en cultivos por patógenos de suelo
(Phytophthora, Pythium y Rhizoctonia) que aumentaban anualmente por el uso continuo de los
invernaderos sin rotaciones. La estrategia del control es reducir o eliminar los contaminantes del
suelo, que significa uno de los mayores costos de la producción en invernáculo. (21; 22; 37)
Para lograr una buena desinfección, se debe roturar bien el suelo y regar hasta capacidad de campo
por lo menos los primeros 40-50 cm de profundidad para que germinen malezas y se rompa la
latencia de microorganismos. El suelo se cubre con polietileno cristal de 25-40µ de espesor que
permanece 6 semanas en el período de mayor insolación. La energía solar produce un
calentamiento que va penetrando en profundidad logrando eliminar ó disminuir malezas,
nemátodes y patógenos de un amplio perfil del suelo. El 85% de los valores de temperatura de suelo
registradas con sensores a 10 cm y 40 cm fueron superiores a 35° C y hubo valores de hasta 55 ° C
(28; 25). Se observó 20 días de adelanto en la cosecha de las parcelas solarizadas y aumento de
rendimiento total superior al 20% respecto del testigo (37).
En la actualidad este método figura entre los principales en la provincia para el reemplazo del
bromuro de metilo en la desinfección de suelo. La facilidad y el corto tiempo de aplicación del
bromuro de metilo lo hicieron prevalecer hasta ahora. Actualmente, el costo del bromuro y sus
restricciones a nivel mundial, incrementaron la superficie solarizada al 10% del área destinada a
invernaderos, con tendencia en aumento por ser una práctica compatible con el control integrado.
3. Los materiales de protección
Se hará referencia básicamente a la película de polietileno (principalmente de baja densidad y
lineales) para cobertura de invernaderos (oportunamente se nombraron los materiales de los otros
tipos de protección de cultivos), ya que es lo que representa mayoritariamente el tema que nos
ocupa.
Todos estos filmes están aditivados fuertemente con absorbedores-estabilizadores a las radiaciones
UV (en nuestro país, es común encontrarnos con zonas con niveles de radiación superior a los 150
kly -kcal/cm2 año-), y además son del tipo térmico difusor (con carga mineral), y de buena
elasticidad (normalmente con contenido de copolímeros EVA) para su optima utilización en los
distintos tipos de estructuras (41; 62).
El uso intensivo de agroquímicos, como la modificación de ciertos factores del clima obligan al
desarrollo y aplicación de novedosos aditivos para el mejor rendimiento de las películas. Sin
embargo, hoy todavía se observan mayoritariamente películas de tonalidad "amarilla-verdosa", que
definen la utilización de compuestos de níquel, normalmente en mezcla con absorbedores del tipo
benzofenonas, y que si bien son muy estables ante el uso de ciertos agroquímicos, han sido
superados por otros compuestos que hoy están disponibles en el país (son térmicamente poco
estables, y generan problemas medioambientales)(69).
Se debe aclarar que en Argentina, hay materias primas importadas especiales para estos plásticos
para la protección de cultivos, pero además está la alternativa de utilizar los materiales disponibles
en el país, que están presentes en amplia gama(61).
Hoy se impone para la mejor protección a la degradación solar, el uso de HALS (aminas
bloqueadas) de última generación: estos aditivos, incoloros, son estabilizadores de alta eficacia, con
gran resistencia térmica (zonas de apoyo de la película con la estructura), y excelente estabilidad a
los agroquímicos (punto flojo de antiguos hals), incluso con altas concentraciones de azufre y/o
cloro (69).
Por el lado de la industria fabricante de películas, hay una capacidad instalada en el país superior a
la demanda interna, y con tecnología de última generación: se fabrican anchos de hasta 12 m, en
coextrusión de tres capas, con lo que es posible lograr un producto específico para cada necesidad.
Los espesores de 200 µ. son una minoría en las películas para invernaderos, siendo los más
comunes 100 y 150 µ..
La coextrusión permite el uso de los aditivos específicos en cada capa, permitiendo lograr una
película para la protección de los cultivos realmente superior (60).
Si bien, no es común encontrar plásticos con aplicación de toda la tecnología disponible, hay casos
de usos de aditivos anti-goteo: esto es que a través de modificar la tensión superficial, se disminuye
el efecto de goteo en el interior del invernadero, con el consiguiente beneficio sanitario en el
cultivo, además de mejorar la transmitancia lumínica del film. Cabe, eso sí, investigar muy bien
cuales aditivos mantienen su efecto a través del tiempo, pues en algunos casos se ha observado que
la película plástica duraba mucho más que el efecto anti-goteo.
Con aditivo anti-polvo (es un antiestático), también se mejora notablemente el paso de la luz, al
disminuir la adsorción de polvos ambientales en la cara externa de la cobertura.
Y ya más en carácter experimental, también se está trabajando en aditivos del tipo "fotoselectivos",
como por ejemplo:
- Los mal llamados "antivirus": en realidad son plásticos con aditivos absorbedores UV, con lo
que se les hace "molesto" el ambiente para los insectos que son transmisores de virus (al respecto es
imprescindible estudiar el efecto sobre los otros insectos benéficos). En un comienzo se utilizaron
benzofenonas, pero su efecto era muy corto en el tiempo, y hoy con los benzotriazoles, esta cuestión
se superó.
- Fotoselectivos "rojos": se está estudiando su efecto en ciertos cultivos (ej. rosas), donde la
selectividad en el nivel de radiación del rojo (aumento del ratio rojo: 620-650 nm) permitiría ciertos
beneficios al cultivo (69).
- Plásticos "fríos": en este caso, los aditivos actúan absorbiendo radiación NIR, limitando la
entrada de calor al recinto protegido con el plástico.
4. Ejemplos de cultivos protegidos con tecnologías avanzadas
A los efectos de no sólo definir las situaciones de los cultivos protegidos en Argentina con cierta
representatividad cuantitativa, para también hacer conocer sobre los trabajos que incipientemente
están, no sólo en etapa experimental sino ya comercial, aplicando tecnologías de avanzada, se
comentará someramente una par de casos de producción protegida de cultivo sin suelo.
4.1. Técnica de NFT (Lámina de solución nutritiva)
En la zona cercana a la ciudad de Pilar, a unos 50 km al norte de Buenos Aires, hay un
emprendimiento de cultivo protegido de lechuga con técnica de NFT.
Se trata de producción en invernadero, con cobertura de plástico del tipo Larga Duración Térmico,
de lechuga, del tipo "mantecosa", con sistema de lámina nutritiva a través de caños plásticos, con
circulación permanente de la solución. Los invernaderos no son calefaccionados, y sí utilizan malla
de sombreo para la producción de verano.
El sistema sigue los lineamientos básicos de todo NFT (tanque, fertilización, bomba, recirculación,
etc.).
Las etapas son tres:
1) Almácigo: que se realiza con sistema "floating" (flotación de bandejas en la solución nutritiva,
por supuesto con recirculado de la misma).
2) Etapa de alta densidad: aquí se realiza el "transplante" del almácigo a un sistema de caños (en
esta etapa de menor diámetro: 2,5" - 3"). Los plantines van ubicados en unos vasitos desfondados
que se ubican en los agujeros de los caños plásticos conductores de la solución. Esta es una etapa de
alta densidad: 500.000 pl/ha.
3) Etapa final: aquí se "termina" la planta de lechuga, y las mismas van ubicadas en caños de
mayor diámetro (3,5" - 4"), directamente en los agujeros que definen una densidad de
aproximadamente 200.000 pl/ha. (las plantas quedan apoyadas en placas de poliestireno expandido,
que además atenúa las temperaturas).
El caudal de circulación de la solución está en los 2 lts/min. en cada caño. Se ha trabajado mucho en
la definición de la pendiente de los caños, definiéndose que es importante no estar por debajo del 3
%.
Respecto a los nutrientes, se trabaja con variaciones según estadio y época del año (inviernoverano), incluso según variedad, pero lo más importante es el control de pH y C.E. La
conductividad, para las épocas frías, se ubica cerca de 2 mS/cm, y hacia el verano se baja de 1,5.
Para el pH, la lechuga funciona muy bien en este esquema con valores bajos: 5.5 (incluso esto se ha
notado más en las épocas de alta temperatura, que es más crítica para la producción).
También en la fertilización se ha observado la importancia de la época: por ej. lo fundamental del
calcio para evitar quemado ("tip burn") en el verano. En invierno, lógicamente se utiliza una
concentración general mayor de nutrientes, por la menor tasa de absorción.
Se deben tener pocos pero especiales cuidados en esta técnica de NFT, entonces enumeramos
algunos:
* La elección de las variedades es fundamental: no todas andan bien en el sistema.
* Manejo cuidadoso: se debe contar con eficiente sistema de controles. Se debe definir muy bien
el momento óptimo de paso de una etapa a otra.
* Cuidado sanitario: importantísimo. La cañería, y todo es sistema, deberá limpiarse
convenientemente (en nuestro caso, se recircula agua con cloro, y muy buen enjuague
posterior).
* La buena oxigenación de la solución es importante: en esta experiencia, se logra "por
impacto", al retorno a los tanques principales.
Las ventajas observadas, podemos resumirlas:
* Producción que casi triplica a la de un invernadero con producción "en suelo": se verificaron
durante 10 de los 12 meses de año (tiempo real productivo), unas 60.000 unid. comerciales de
aprox. 200 grs. c/u. (aclaramos que se comercializa "por unidad", entregándose al comercio en
cajas conteniendo 15 unidades, c/u de ellas protegidas por un capuchón plástico, y con su raíz
completa, que actúa como verdadera fuente de reserva post-cosecha).
* Bajo uso de mano de obra.
* Si bien el costo estructural del sistema es importante, está altamente compensado por la alta
producción por m2.
* Optima calidad del producto: absolutamente limpio, sano, con hojas más suculentas, mejor
"bouquet", y larga duración post-cosecha.
* A pesar de utilizar pesticidas (tanto en la solución, como en parte aérea), es en baja cantidad, y
además por la recirculación, estamos ante un sistema "amigo del medio", de bajo impacto
ambiental.
Se está trabajando en el desarrollo de un sistema floating, para evaluar comparativamente ventajas y
desventajas. En principio, con el NFT se tiene mayor presencia de oxígeno en las raíces, pero en
verano sería muy importante el mayor nivel de litros de agua por m2 y por planta que definiría el
floating.
En definitiva, se está en presencia de una técnica donde, a pesar de tratarse de unas pocas has, ya
tiene nivel comercial, y además se observa la necesidad de trabajar aún mucho más en el ajuste del
sistema (71).
4.2. Pimiento en Cultivo Sin Suelo
Esta experiencia, también ya en nivel comercial, se ubica unos 40 km al sur de la ciudad de Buenos
Aires, en zona rural cercana a La Plata.
Bajo invernaderos de última tecnología (apertura cenital, altos, etc.), de origen francés, sin
calefacción, con cobertura de plástico térmico, de 200 µ y tipo tres temporadas, con malla antiáfidos
(y además trampas de captura de insectos), hay unas 2 has, que el año próximo pasarán a ocupar las
4 has que dispone el cultivo, en producción de pimiento tipo "Lamuyo", y algo de tipo "California",
corto cuatro cascos, con técnica sin suelo, en sustrato de perlita pura.
El sistema de fertirriego importado y totalmente automatizado (regula fertilización, recibe datos de
estación meteorológica, mide pH y CE tanto del riego como de la muestra de drenaje, etc.), llega a
las plantas a través de cañería plástica de pared gruesa, con goteros auto compensados y
antidrenantes (fundamental para la técnica).
Hasta ahora, en la superficie apuntada, el sistema se compone de macetas (cajas de poliestireno
expandido) con una capacidad de 26 l, llenas de perlita, donde llegan 2 líneas de riego. En cada caja
se ubican 4 plantas de pimiento, las que son conducidas a 3-4 tallos cada una, guiadas con cinta de
tutorar plástica.
Por debajo de toda la línea de macetas (estas filas están distanciadas a 2,20 m. entre sí), y
recibiendo la solución de drenaje de las macetas, hay una especie de canalón, armado con película
de polietileno bicolor negro-blanco, de unos 200 µ de espesor, y que descarga todo lo colectado en
un canal principal.
El transplante se realiza entre agosto y septiembre, y la cosecha se prolonga desde noviembre hasta
junio-julio, lográndose en lamuyo un nivel de 12 kg/m2 (comercial), contra aprox. 9 kg/m2 también
cultivo protegido, pero "en suelo". Para el tipo blocky hay posibilidad de agregar una fila en los
invernaderos, y la producción sube a los 15 kg/m2.
La perlita resultó un sustrato bueno, por su bajo costo (producto nacional), fácil manejo, y cumple
con las exigencias básicas de la técnica: inerte, bajísima CIC, porosidad, etc.
El nivel de riego varía mucho según estado de planta y época de año (desde un máximo de 5 l/m2 en
verano, hasta valores muy bajos como 1/2 l/m2 en invierno. Lo importante es el análisis del drenaje
(cuanti-cualitativo).
Se observó que las variedades vigorosas andan mejor en este sistema. Se aplican pesticidas, pero en
menor nivel que en cultivo tradicional.
Podemos enumerar someramente las ventajas observadas:
* Mayor precocidad de cosecha.
* Período de producción más extendido.
* Mayor calidad: el fruto permanece menor tiempo en la planta.
* Más fácil de manejar la planta (respecto a cultivos en suelos de la zona, que son pesados,
arcillosos); excelente respuesta al fertirriego.
* Menos costo de mano de obra: la planta es más generativa, tira menos brotes; tiene más cuaje,
lo que implica mayor producción.
* La inversión es algo mayor, básicamente por lo sofisticado de todo el sistema de fertirriego,
pero también son productos de mayor duración. El costo de producción es parecido, porque no
se recircula, pero si se emplea esta técnica, es menor al cultivo "con suelo", además del aspecto
ecológico.
Sin perjuicio de que en este caso también hay mucho por investigar aún, el emprendimiento tiene
previsto para la próxima campaña la recolección de agua de lluvia (de los techos del invernadero)
para mezclar con la de pozo, la recirculación del drenaje (ahorro esperado de un 40 % de
fertilizante), la eliminación de las macetas para sólo trabajar con el canal de película plástica, con lo
que la disminución de costos será notable. La producción se concentrará en pimiento del tipo
"California", con lo que se puede pensar en un esquema de exportación al hemisferio norte
(contraestación) (67).
5. Descripción detallada de la situación de los cultivos protegidos en dos zonas
de producción
Luego de ver a nivel general la situación de los cultivos protegidos en Argentina y de algunas
innovaciones tecnológicas que se están incorporando, se describirán en detalle dos problemáticas
agroecológicas de las zonas del país con mayor tradición hortícola en los cultivos protegidos: La
provincia de Corrientes, con la mayor superficie de invernaderos del país, y la provincia de Santa
Fe, con la mayor área de frutilla protegida.
5.1. Región Corrientes
5.1.1. Introducción
5.1.1.1. Caracterización geográfica
La provincia de Corrientes esta situada entre los 27º y 30º de latitud sur, y los 55º y 59º de longitud
oeste, con una superficie de 88.200 km2, de los cuales el 10% esta ocupado por agua (lagunas,
cañadas, ríos y arroyos).
Limita al nordeste con la provincia de Misiones, al norte con la República del Paraguay al oeste con
las provincias de Santa Fe y Chaco, al sur con la provincia de Entre Ríos y al este con la Republica
de Brasil y Uruguay
5.1.1.2. Población
926.989 habitantes, con una densidad de población de 10,5 hab/km2.(46)
5.1.1.3. Caracterización climática
De acuerdo a la clasificación ecológica de Papadakis, la provincia integra la región Noreste, con dos
tipos diferenciados, en la parte norte, presenta clima subtropical semi estépico, con 5 a 6 meses de
período húmedo, con suelos bajos, gran cantidad de esteros y tierras altas arenosas. La otra región
es la Mesopotamia Central, con clima subtropical semi estépico, con períodos húmedos de 2 a 6
meses, según las zonas.
La provincia se encuentra dentro del régimen isohigro, con valores comprendidos entre 1.100 a
1.500 mm anuales, siendo la zona noreste la de mayor precipitación.
La temperatura media anual esta situada entre 19,5 y 22 C, con un descenso térmico hacia el sur de
la Provincia. La humedad relativa media anual de la provincia oscila entre el 70 y 75 %, siendo los
meses de mayo y junio los de mayor porcentaje.
5.1.1.4. Superficie utilizada
La superficie media total cultivada es de aproximadamente 150.000 ha, y la superficie de suelos
aptos para la agricultura asciende a 1.866.352 ha, con lo cual se puede inferir que sólo un 8 % de la
superficie disponible para la agricultura, es utilizada para este fin. De esto, la superficie utilizada en
cultivos protegidos representa solamente un 0.05% de la superficie apta para la agricultura de la
provincia de Corrientes.
5.1.1.5. Caracterización económica
El Producto Bruto Geográfico (PBG) en los últimos años ha permanecido estable en el 1.4% del
Producto Bruto Interno Argentino. Durante la década 1986 - 1997, el crecimiento del producto
correntino fue del 23%, con una tasa acumulativa anual del 1.9% (58).
Si se analiza el PBG provincial, el sector primario aporta un 17%, el secundario un 29% y el
terciario un 54% (período 93/95). El producto agropecuario de Corrientes varió en el producto
bruto agropecuario del país del 1.6% al 2.3 en el período 1986 - 1992, pero ha venido
disminuyendo en los últimos 30 años, pasando de un 28% del PBG en 1970 a 14% en 1997. El
17% del PBG en 1993/5 correspondió al sector primario (28% ganadería, 63% agricultura, 6% y
3% servicios agrícolas) (58).
Las principales actividades agrícolas, expresadas en porcentajes del Valor Bruto de Producción,
están representadas en el cuadro 1.
Cuadro 1: VBP según actividades
Quinquenio
Hortícolas
Citrícolas
Industriales
89/94
33%
26%
23%
95/00
30%
15%
19%
Fuente: Elaboración sobre la base del SIA. Varias campañas. (63)
Cereales
18%
36%
Analizando el Valor Bruto de la Producción Agrícola de los últimos años (Campañas 1989/94), los
cultivos hortícolas generaron el 33% del VBP, siendo superado en las últimas campañas por los
cereales.
5.1.1.6. Estadística específica sobre cultivos protegidos
Las condiciones ambientales y de suelo de la provincia, con invierno corto y suave, la convierten en
una de las regiones del país con mayor aptitud y menor riesgo para el desarrollo de la horticultura.
Sin embargo, se debe considerar el aumento de la superficie cultivada bajo cubierta en otras
regiones y el ingreso de mercadería proveniente de países del Mercosur que traen mayor oferta a lo
largo del año con menor variación entre los precios máximos y mínimos y producen una tendencia a
la baja en el precio histórico.
La horticultura de la provincia de Corrientes se caracteriza por la producción de primicia de
hortalizas para consumo en fresco. Esta actividad se desarrolla entre aproximadamente 4000
productores.
La comercialización hortícola de la producción correntina va a distintos mercados cuyas distancias
desde Bella Vista son: Santa Fe 473 km; Rosario 655 km; Córdoba 800 km; Buenos Aires 825 km;
San Pablo 1.685 km; Curitiba 1295 km; Porto Alegre 900 km; Montevideo 900 km; Asunción 450
Km.
Entre los cultivos hortícolas, se distinguen los que aportan el mayor VBP: tomate y pimiento bajo
cobertura plástica, y luego la frutilla. Las primeras estructuras de invernaderos para hortalizas en la
región comenzaron en el año 1979, y en 1984 ya existían 4 has cubiertas. En las tablas 2 y 3 se
puede observar la evolución de la superficie cultivada con tomate y pimiento bajo invernadero. A su
vez en la tabla 4 se observa la evolución del cultivo de frutilla, que es otro de los cultivos hortícolas
que utilizan el plástico como insumo básico en su producción.
Cuadro 2: Tomate bajo cobertura, en la década del 90
Campaña
Superficie
Producción en tn
Rendimiento tn/ha
% VBP
257
22158
86.2
3,60
91/92
387
36021
93.1
13,00
92/93
459
40209
85.7
9,2
93/94
495
47898
96.8
10,00
94/95
553
48763
88.2
10,00
95/96
185
12028
65.0
2,14
96/97
481
47560
98.8
17,10
97/98
523
48156
92.1
9,50
98/99
Fuente: Molina e Ishikawa, 2000 (57).
Cuadro 3: Pimiento bajo cobertura, en la década del 90
Campaña
Superficie
Producción en tn
180
15739
91/92
210
18138
92/93
230
18912
93/94
250
21218
94/95
230
19452
95/96
100
6558
96/97
235
17459
97/98
282
22805
98/99
Fuente: Molina e Ishikawa, 2000 (57)
Rendimiento tn/ha
87.4
86.4
82.2
84.9
84.6
65.6
74.3
80.9
% VBP
2.6
7.3
8.5
8.2
7.2
2.0
7.3
8.2
Cuadro 4: Frutilla, en la década del 90
Campaña
Superficie
58.0
91/92
83.1
92/93
93.5
93/94
51.0
94/95
114.5
95/96
50.4
96/97
36.6
97/98
133.7
98/99
Fuente: Molina e Ishikawa, 2000 (57)
Producción en tn
Rendimiento tn/ha
877
15.1
1190
14.3
1405
15.0
690
13.5
1709
14.9
648
12.9
305
8.3
2414
18.1
% VBP
0.7
0.9
1.2
0.6
1.2
0.6
0.2
1.2
En cuanto a la superficie cubierta con plantas ornamentales en 1994 fueron aproximadamente 15 ha
siendo cultivadas principalmente con croton y diaffenbachia.
5.1.2. Invernaderos: estructuras, materiales de cobertura y climatización
5.1.2.1. Evolución de las estructuras en la provincia de Corrientes
En la provincia de Corrientes, las primeras estructuras de invernadero que se construyeron surgieron
de la adaptación de tendaleros para secanza de tabaco. Estas estructuras eran de madera, con postes
gruesos, lo que le confería una gran resistencia para soportar el peso del tabaco colgado. Sobre
éstas, en lugar de techo, se colocó polietileno y se utilizaban en época invernal para la producción
de hortalizas.
Posteriormente, dado lo atrayente de los precios percibidos por el cultivo de hortalizas en
contraestación, se comenzaron a construir otro tipo de modelos, como el diente de sierra, para
aprovechar mas el espacio, ya que el tendalero no ofrecía muchas posibilidades de ampliación.
En el proceso de expansión del cultivo de hortalizas en invernadero, una empresa de capitales
chilenos comenzó a construir en la zona un modelo a dos aguas con ventilación cenital, que fue
popularizado con el nombre de Chileno.
En la actualidad, se está tendiendo a la utilización de estructuras con materiales más resistentes,
como son las estructuras parabólicas con arcos de caños galvanizados.
5.1.2.2. Tipos de estructuras de invernaderos
5.1.2.2.1. Arco rebajado
Son estructuras que están construidas con madera sin aserrar, generalmente postes de eucaliptos de
más de 20 cm de diámetro, y cumbreras de aliso o eucaliptos de 10 a 15 cm de diámetro. Para
realizar las curvaturas de los techos se utilizan cañas denominadas picanillas. La orientación de los
invernaderos es conveniente realizarlas de Norte a Sur.
La altura en los laterales oscila entre 1,7 metros a 2,20, y una flecha entre 75 y 90 centímetros,
resultando alturas máximas en estos invernaderos de 3 metros. El ancho puede ser de 6 a 7 metros.
Poseen una relación volumen /superficie de 2.53 y un porcentaje de ventilación de 21 %. Para su
construcción se requieren 860 jornales por hectárea y tiene un costo (incluida mano de obra y
polietileno) de U$S 3.19 por metro cuadrado (53; 54).
Las ventajas de este invernadero es su fácil construcción y bajo costo, es el más utilizado por
pequeños productores. Las desventajas son su poca altura y al querer unir varias estructuras existen
deficiencias de ventilación y problemas en las canaletas de desagües de los techos.
5.1.2.2.2. Diente de sierra
Al igual que el arco rebajado, estos invernaderos están construidos con madera sin aserrar, con
postes y cumbreras de eucaliptos. En los techos también se utilizan picanillas. La orientación de
cada estructura es de este a oeste, quedando así todo el módulo con una orientación norte-sur.
La altura en los laterales es de 2 metros, y una altura en la cumbrera superior de 3,5 metros. El
ancho de cada estructura, en este caso denominada diente, es de 6 metros, y el largo de 21 m.
Poseen una relación volumen /superficie de 2.87 y un porcentaje de ventilación de 31 %. Para su
construcción se requieren 1070 jornales por hectárea y tiene un costo de U$S 3.65 por metro
cuadrado (53; 54).
Como ventajas están la solidez de la construcción, y la ventilación cenital en períodos cálidos, la
que resulta excesiva en períodos fríos. Otra desventaja la representan los desagües. Este tipo de
estructura actualmente está en desuso.
5.1.2.2.3. A dos aguas con ventilación cenital
Para esta estructura se utilizaban tablas de 2.5 cm de espesor y 10 cm de ancho, de pino o eucaliptos
que fueron reemplazadas por tijeras de eucaliptos. En las primeras construcciones, los postes eran
de pino impregnados, pasando luego a utilizar de postes de eucaliptos.
La altura en los laterales es de 2 metros, y en el punto más alto de 3.75 metros. El ancho es de 7.5
metros y el largo de 24 m. La ventilación cenital en estos invernaderos se realiza colocando la
divisoria de aguas de forma desencontrada, separando así los techos 25 cm. Poseen una relación
volumen /superficie de 2.89 y un porcentaje de ventilación de 24 %. La cantidad de jornales
necesarios es de 1050 por hectárea y tiene un costo de U$S 3.37 por metro cuadrado (54).
Este invernadero tiene como ventajas la mayor iluminación, es de fácil construcción y bajo costo,
permite una mejor ventilación, la que se fija en invierno y no provoca fugas de temperatura
También las canaletas de desagüe permiten un buen escurrimiento sin provocar goteras. Este sería
el mejor modelo para la zona en cuanto a construcciones de madera.
5.1.2.2.4. Estructuras parabólicas
Estas estructuras están construidas con postes cuadrados de madera dura (quebracho, urunday ó
eucaliptos colorado) con arcos de caño galvanizado o pintado, de dos pulgadas de espesor. Esto
permite la eliminación de postes centrales y por lo tanto mejora sensiblemente la iluminación.
También posibilita mejorar la altura de la flecha, llegando a tener 3.5 m en la parte más alta.
La relación volumen /superficie es de 2.89 y la superficie de ventilación de 33 %. Se necesitan 250
jornales por hectárea y el costo es de $ 7.10 el metro cuadrado si se utilizan caños pintados (51).
5.1.2.3. Tipos de materiales de cobertura.
Para los techos y laterales se utiliza polietileno de baja densidad, larga duración térmico de 100 a
150 micrones.
5.1.2.4. Climatización
En la región, no se dispone de sistemas como para calentar el ambiente en períodos fríos, por ser
escasas las probabilidades de heladas y a su vez son subestimados por parte del productor los
umbrales térmicos de crecimiento y desarrollo de las plantas para optimizar la producción.
Tampoco se utilizan sistemas como doble techo o pantallas térmicas.
Para evitar corrientes de aire frío en días de helada, se utilizan zócalos de 50 cm de alto, enterrando
el polietileno para permitir un buen cierre.
Para la climatización en periodos cálidos se utiliza esencialmente la ventilación natural y el
sombreado.
5.1.2.4.1. Ventilación natural
Los intercambios de aire entre el interior de un invernadero y el exterior, constituyen un proceso
que afecta considerablemente el clima del invernadero. La renovación de aire tiene un impacto, no
solamente sobre la temperatura, sino también sobre el vapor de agua y el CO2.
Existe una conciencia generalizada por parte de los productores de la necesidad de ventilación, y la
misma es realizada de acuerdo a las posibilidades que le brinda cada tipo de estructura señalada.
5.1.2.4.2. Sombreado
Se basa en la posibilidad de bajar la temperatura de un invernadero disminuyendo la cantidad de
energía radiante que penetra. Los tipos de sombreado más utilizados en la región son:
1. Encalado: Se recubre con cal y algún adhesivo las paredes y techo del invernadero (desde el
exterior) durante el periodo estival. La aplicación se hace con mochila o rodillos. La concentración
a usar depende de las necesidades del cultivo. Debe retocarse después de las lluvias y lavarse
completamente a fines del verano.
2. Embarrado: Se utiliza más que el encalado y cumple con el mismo propósito. Se aplica desde el
exterior y tiene el inconveniente de que se lava con una lluvia.
3. Mallas de media sombra: Estas mallas de polipropileno negro de distintas densidades en el
tramado se tienden sobre el techo del invernadero. Aunque más costosas que la práctica del
encalado, tiene la ventaja de su rápida eliminación cuando ya no se necesita y protege al polietileno
sin deteriorado como los otros sistemas. Son las menos usadas en la región.
5.1.3. Problemática agroecológica en la producción de plantines.
La producción de plantines para transplante en invernadero, se realiza en un 85 % aproximadamente
en viveros especializados. Para los cultivos a campo, solo se producen en vivero un 60% de los
plantines. La infraestructura disponible es de dos viveros en la región y otro extra-regional para la
producción de plantines de hortalizas (68).
Como el inicio de cultivo en la zona se puede extender, de acuerdo a los objetivos de los
productores, desde enero hasta mayo, las siembras se deben realizar en pleno verano hasta
comenzado el otoño.
Cuadro 5: Días con lluvia y precipitaciones en los primeros meses del año.
Días con lluvia
Desvío
CV
Mm de lluvia
Desvío
C.V.
7,37
3,52
47,75
134,07
80,67
60,17
Enero
7,83
3,1
39,59
145,44
91,08
62,62
Febrero
7,73
1,81
23,43
162,42
87,5
53,87
Marzo
8,12
3,31
40,8
162,29
101,37
62,46
Abril
6,85
3,62
52,78
75,69
51,95
68,64
Mayo
Fuente: elaborado a partir de la base de datos climáticos de la Estación Agrometeorológica Bella
Vista del INTA.
Si se observan los registros climáticos durante este período, las precipitaciones son abundantes y la
heliofanía frecuentemente se ve muy reducida por la cantidad de días con lluvia (el nivel de
heliofanía relativa está entre el 55 y 63% para los meses señalados). También es de destacar la
variabilidad con que se presentan estos fenómenos. Los coeficientes de variación muestran el
hecho que según los registros, las precipitaciones pueden ir desde 3 mm mensuales hasta 427 mm,
con lo cual, se debería ajustar muchísimo los pronósticos para realizar las siembras, ya que
variaciones tan pronunciadas, hace que el crecimiento de los plantines pueda verse o adelantado o
demorado, redundando en un bajo ajuste en la fecha de entrega. Aparte, en muchos casos, la
renovación de techos o estructuras hace que en muchas ocasiones no se tenga listo el invernadero y
los plantines ya estén para el transplante.
Estas condiciones agroclimáticas, que si bien se pueden atenuar parcialmente con la protección de
cultivo y el manejo medioambiental de invernaderos, no se puede lograr un control absoluto y hacen
que se haya generalizado el uso de reguladores hormonales de crecimiento para poder "contener"
los plantines en el vivero. Uno de los desafíos tecnológicos será entonces poder regular el
crecimiento sin la utilización de fitoreguladores, ya sea por medio de acondicionamiento mecánico
y/o nutricional (66; 45).
Como esta actividad recién se inicia en la región, la producción de plantines en viveros, cuenta con
los problemas de adecuación tecnológica en temas como el tipo y volumen del contenedor, el
sustrato a usar y el tipo y frecuencia de riego (1; 2; 55). Estos problemas se están resolviendo en
parte empíricamente, ya que las condiciones climáticas apuntadas dificultan la actividad. En este
sentido, hay pruebas realizadas a nivel de viveristas con respecto al uso de distintos volúmenes de
contenedor (pasando de 100 cm3 a menos de 50 y actualmente están en aproximadamente 75 cm3).
Otro tema que no se ha podido ajustar es la utilización de mallas antiáfidos que agravan el problema
climático por la dificultad de ventilación (68).
5.1.4. Aspectos agroecológicos del cultivo.
5.1.4.1. Fertilización
El suelo donde se desarrolla la mayor parte del cultivo protegido en la provincia es de textura
arenosa y tiene un contenido muy bajo de materia orgánica. Por esto, el agregado de enmiendas de
tipo orgánico (generalmente en forma de estiércol) es de fundamental importancia para obtener una
buena producción. Los niveles de agregado de abono son de 70 tn/ha de estiércol vacuno ó 25 tn/ha
de estiércol de ave. Se aplica 90 días antes del transplante y debe estar bien descompuesto.
Otro problema que es común es el bajo nivel de fósforo y calcio, con lo cual se agrega superfosfato
triple de calcio a razón de 200 Kg/ha o fosfato diamónico 250 Kg/ha. También es común el
agregado de dolomita a razón de 200 Kg/ha, distanciada de la aplicación de estiércol.
Dado el escaso contenido de materia orgánica de estos suelos, sumado a una textura arenosa y un
buen drenaje, las fertilizaciones se plantean en muchos casos como una hidroponia abierta, y se
calculan los aportes en base a los requerimientos de la planta, por ej. desde transplante a fin de
cosecha se necesitan 110 kg de N, 49-50 kg de P2 05, 180 kg de K20, cada 40 tn de producción
(48).
En fertirriego, se incorpora diariamente el fertilizante tratando de mantener una conductividad del
agua de riego de 1 a 2 mS.cm-1. Los fertilizantes utilizados son nitrato de potasio, ácido fosfórico,
nitrato de calcio y magnesio, nitrato de amonio, y microelementos. También se utiliza en menor
escala la fertilización foliar.
Los niveles de fertilización expresados, demuestran que la horticultura protegida, ha priorizado y en
muchas situaciones aún prioriza la ecuación: "cvs. Mejorados + fertilizantes + plaguicidas + nuevas
técnicas culturales + estructura = altos rendimientos". En esta intensificación productiva los
principios agro-ecológicos fueron y son ignorados continuamente y como consecuencia, los
ecosistemas agrícolas se tornan inestables y sus quiebres se manifiestan como rebrotes recurrentes
de plagas y enfermedades, salinización-alcalinización y deterioro físico-químico-biológico del
suelo, contaminación de aguas subterráneas, etc. (65; 3).
En este marco, dada la baja concentración de invernaderos en la provincia (la superficie cubierta
representa solamente el 0.05 % de la superficie apta para la agricultura), este tipo de
contaminaciones son tenidas a menos por los productores. No obstante se pueden encontrar casos
puntuales que indican que esa contaminación está en sus comienzos.
5.1.4.2. Riego
El riego en los cultivos hortícolas protegidos ha tenido una evolución muy importante, se comenzó
con el riego por surco, continuando con las mangas perforadas y actualmente las grandes empresas
tienen todos riego por goteo, las medianas en su mayorías y los pequeños agricultores están
incorporando esta tecnología.
Esto se debe en gran medida a que han variado las relaciones de precios existentes entre los
insumos de un riego por goteo y la mano de obra que involucra el riego por surco, por lo tanto se
está tendiendo a la automatización del sistema, aún en chacras de pequeños productores.
La disponibilidad de agua en los acuíferos hasta el momento es de buena calidad, con niveles muy
bajos de conductividad (inferiores a 0.5 mS.cm-1), y con buena provisión para riego (50). Esta
circunstancia, hace que en muchos casos no se valore el recurso como es debido, regando sin tener
establecido cuál es el uso consuntivo del agua y por lo tanto sin criterios que hagan un
aprovechamiento eficiente del mismo. Dentro de esto, se están llevando a cabo investigaciones con
mediciones de evapotranspiración con distintas metodologías, quedando todavía una etapa de ajuste
y difusión (52).
5.1.4.3. Enfermedades de los cultivos protegidos.
El manejo integrado de las enfermedades busca disminuir las aplicaciones de agroquímicos
observando prácticas como:
a) Control de los factores ambientales predisponentes (temperatura y humedad principalmente)
b) Manejo del cultivo siguiendo principios fitosanitarios: eliminar los brotes chicos con la mano,
sacar los restos vegetales en bolsas fuera de los invernaderos, desinfectar el suelo, limpiar las
herramientas, eliminar las primeras plantas afectadas)
c) Uso de cultivares resistentes
d) Control de hospedantes alternativos (malezas)
e) Relevamiento permanente del cultivo (monitoreo)
La recomendación en el control de las enfermedades una vez que se detectan están dirigidas al
manejo integrado, considerando los siguientes aspectos.
Primero se deben analizar todos los factores incidentes y la manifestación de los síntomas
observados para descartar los aspectos no patogénicos probables, principalmente cuando están
generalizados “por sectores o en toda la chacra”, ya que nunca una enfermedad se declara en horas
en toda la chacra.
Como norma, en los casos de anomalías en las partes aéreas se debe revisar siempre el cuello y la
raíz de varias plantas en distintas ubicaciones con los mismos síntomas para ver si el origen del
problema es la raíz y se expresa en la parte aérea de la planta.
En el caso de enfermedades patológicas se debe realizar el control de factores ambientales para
modificar las condiciones predisponentes, eliminar los primeros focos para que no se disemine,
cuidar las prácticas futuras de fertilización, riego, tutorado, desbrote, etc. que no sirvan para
incrementar o difundir la enfermedad y realizar tratamientos químicos con productos específicos,
buscando alternar para evitar resistencias y observar los tiempos de carencia.
Si la enfermedad no es patológica, se debe determinar los factores ambientales, de manejo,
agroquímicos, etc. que pudieron provocar el problema para no repetirlo. En estos casos es esencial
no aplicar agroquímicos innecesarios que agravan la situación. Mantener en observación el cultivo
hasta conocer el grado de compromiso de las plantas y determinar si superarán o no el cuadro de
alteración fisiológica en que están.
Esto evita aplicaciones excesivas de agroquímicos que no sirven para el fin que se usaron o no se
necesitan, que aumentan los costos y residuos, que generan la psicosis de “pulverizar” todo el
tiempo contra todo y permite obtener hortalizas con “buenas prácticas de producción” y “bajos
residuos de agroquímicos”. ( 2 7 ; 2 8 ; 3 8 )
5.1.4.3.1 Enfermedades del tomate.
Entre las enfermedades de origen patológico que afectan los cultivos de tomate en invernadero
existen distintas virosis, como TMV (virus mosaico del tabaco), PVY (virus Y de la papa), CMV
(virus mosaico del pepino), TSWV (virus de la peste negra o marchitez manchada del tomate). Los
síntomas en general son variados moteados, encrespamientos, necrosis, hojas filiformes (como un
hilo), listados o rayados del tallo, manchados o deformaciones de los frutos que reducen calidad y
producción (27).
Entre las bacterias, el Marchitamiento bacteriano causado por “Ralstonia solanacearum” (=
Pseudomonas solanacearum) Smith, es una de las principales enfermedades del tomate. Se
determinó la raza 1 biovar 3 para la zona Litoral Argentino y sur de Paraguay (20).
La única forma de lucha para la misma es a través de materiales con resistencia genética. La
enfermedad se caracteriza por un marchitamiento “en verde” de las plantas en cualquier estado de
desarrollo que luego de 48-72 horas se torna irreversible conduciendo a la muerte. Ayuda el
diagnóstico un exudado blanco que fluye de los tallos enfermos al colocarlos flotando en agua (26;
19; 30).
Otra enfermedad bacteriana es la podredumbre húmeda del tallo producida por Erwinia
carotovora pv carotovora (Jones) Holland., también llamada “médula negra o tallo hueco”. Afecta
en cualquier edad de la planta y su importancia varía ya que depende de las condiciones
ambientales. Presenta lesiones negras longitudinales en los tallos y nervaduras de las hojas
afectadas por las que escurre savia y bacterias. Ante condiciones predisponentes, se pueden realizar
tratamientos preventivos con cobre y mancozeb.
También se presentan: Mancha Bacteriana, producida por Xanthomonas campestris pv.
vesicatoria (Doidge) Dowson que afecta hojas, tallos, ramilletes florales y frutos; Cancro
Bacteriano, cuyo agente responsable es Clavibacter michiganensis subsp. michiganensis. con
invasión sistémica a partir de las heridas de desbrote.
Entre las enfermedades fúngicas el Moho de las hojas, producido por Fulvia fulva (Cke) Ciferri.
(= Cladosporium fulvum Cooke) adquirió importancia y su control químico es difícil y escaso. Lo
ideal son materiales con resistencia genética. Forma un moho verde oliva en el envés de las hojas,
la fusión de varias manchas mata la hoja y cae. Hasta el presente se manifestó solo en hojas aunque
está mencionado afectando flores y frutos. El control con clorotalonil a razón de 2,5-3,5‰ es
efectivo con niveles de infección bajos. No obstante, con condiciones ambientales favorables la
lucha por métodos químicos es ineficaz (29).
Tizón temprano producido por Alternaria dauci f.sp. solani (Ell y Mart) Neerg. Son lesiones pardo
oscuras con anillos concéntricos en las hojas maduras, con bordes definidos, de hasta 2-3 cm de
diámetro rodeadas de un halo clorótico. Manchas de igual aspecto afectan pecíolos y tallos. En
algunos casos afecta los frutos (verdes o maduros) empezando por los sépalos y luego en la zona
del pedúnculo. Se indican prácticas de deshoje basal como ayuda para el control ya que el hongo se
instala en los tejidos más viejos de las plantas con lo que se elimina el tejido más susceptible y
favorece la ventilación (39).
Podredumbre del tallo por esclerotinia, causada por Sclerotinia sclerotiorum (Lib) de By. Inicia
con lesiones acuosas en el tallo cerca del suelo, que necrosan y se tornan blanco-grisáceo. El tallo
se ahueca y se forman esclerocios negros en el interior. Esas lesiones producen marchitez,
amarillamiento y muerte porque al destruirse los vasos conductores no sube savia. Entre las
prácticas de control se recomienda la eliminación de las plantas u órganos afectados para evitar la
perpetuación del hongo a través de sus formas de resistencia y tratar con químicos específicos.
Podredumbre seca, causada por Sclerotium rolfsii, provoca una podredumbre seca solo a nivel del
cuello. No afecta otros órganos como el caso de Sclerotinia, una diferencia importante entre ambas
enfermedades. Para el control se aplica P.C.N.B dirigido al cuello de las plantas a razón de 2 g por
litro de agua.
Podredumbres de cuello y raíz causadas por Rhizoctonia y Phytium principalmente, son más
características de las primeras etapas de almácigo y cultivo, no obstante se pueden presentar en
plantas grandes. Todas las enfermedades que atacan raíces provocan amarillamientos difusos, color
pardo parcial o generalizado en vasos, necrosis, pudrición y pérdida de raicillas.
En casos severos todo el sistema radicular se deteriora. Los vasos conductores a nivel de cuello y
raíz se oscurecen y producen síntomas en las partes aéreas de la planta como marchitamientos del
ápice, amarillamiento de las hojas de la base, coloración parda de los vasos del tallo, etc.
Hay errores de manejo que producen síntomas semejantes a los patológicos como asfixias de raíces
por exceso de agua; quemaduras por excesivo aporte de abono, desecación del suelo con aumento
en la concentración de sales, etc.
Otra enfermedad fúngica de importancia es la Mancha Gris, cuyos agentes son Stemphylium solani
G.F.Weber y Stemphylium floridanum Hannon y Weber y Jones. Son lesiones características en los
folíolos, accidentalmente aparecen en pecíolo y tallo pero nunca en frutos, alargadas o circulares, de
color pardo o negro y ligeramente hundidas (nunca mayor a 4 mmm); a medida que envejece la
mancha, el centro se vuelve gris que a veces se desprende dejando un agujero (23; 24).
Se pueden mencionar además: Oidiopsis (Leveillula taúrica (Lev.) Arn (=) Oidiopsis taúrica (Lev.)
Salm); Oidio o Polvillo (Erisiphe sp.); Viruela (Septoria lycopersici Speg.); Moho gris o Tizón de
la Flor (Botritis cinerea Pers. Ex Fr. ) y Podredumbres secas en frutos (Alternaria sp.
Colletotrichum coccodes, Pleospora herbarum, Stemphylium botryosum, Phoma destructiva.) de
menor importancia. (27)
Como enfermedades no patogénicas en tomate se presentan: fitotoxicidad, enrollado de los
folíolos o leaf roll, deficiencias nutricionales, daños por frío, golpe de sol, cicatriz estilar leñosa o
catface, necrosis apical o blossom end rot, russeting, zona peduncular o cuello amarillo del fruto y
anomalias en la coloración
5.1.3.2. Enfermedades del pimiento.
Para el cultivo del pimiento, las consideraciones sobre las enfermedades son las mismas que para
tomate. Se describirán las enfermedades particulares del pimiento, obviando las que son comunes al
tomate.
Mancha de la hoja por Cercospora ó Viruela de la hoja, cuyo agente causal es Cercospora
capsici Heald y Wolf. Son características manchas circulares u oblongas en hojas, grandes con el
centro blanco-grisáceo y los márgenes marrón oscuro, cuando están muy afectadas se vuelven
amarillas y caen. El hongo sobrevive de una estación a otra en desechos del cultivo y lo favorecen
períodos prolongados cálidos y húmedos (40).
Podredumbre del pié causado por Phytophthora capsici Leoninan. En plantines de almácigo
provoca damping-off; en plantas pequeñas y grandes afecta el tallo en la zona del cuello y bajo la
línea del suelo produciendo un área húmeda que se torna castaño oscuro o negro, el sector de la raíz
se vuelve esponjoso por destrucción del parénquima y cuando rodea el tallo todo el follaje marchita
y muere. Con condiciones favorables de humedad y temperatura los mayores daños se producen en
terrenos que acumulan agua de lluvia o riego (33; 34; 35; 36; 37).
Todas las enfermedades que atacan raíces reciben el nombre genérico de “podredumbre de
raíces”. Provocan amarillamientos difusos, pardeamientos parciales o generalizados, necrosis,
pudrición y pérdida de raicillas, hasta que todo el sistema radicular se deteriora. Los vasos
conductores a nivel de cuello y raíz también se oscurecen.
Estas alteraciones producen síntomas en las partes aéreas de las plantas como marchitamientos de
hojas basales o del ápice, amarillamiento de las hojas de la base de las plantas, pardeamiento de los
vasos del tallo, etc. Algunas de las enfermedades producen síntomas muy típicos a nivel del cuello
acompañados de formación de micelio y órganos de resistencia del hongo (esclerocios) como
Sclerotium rolfsii que facilita el diagnóstico pero no es lo más característico (31; 32).
Por lo general, las enfermedades de cuello y raíz, son difíciles de identificar a través de los síntomas
enunciados ya que son patógenos distintos y también el control y los síntomas son semejantes. Se
necesitan exámenes de laboratorio para determinar el agente causal. Los más frecuentes son los
hongos de suelo Rhizoctonia solani y algunos Oomycetes como especies de Pythium y de
Phytophthora.
5.1.4.4. Manejo integrado de plagas
El manejo integrado de las plagas (tomate y pimiento) se basa principalmente en el monitoreo
sistemático de las plagas para evitar aplicaciones innecesarias y actuar oportunamente en el control
de las plagas más difíciles de manejar.
Intervienen los siguientes aspectos:
a) Aplicación de productos según presencia de la plaga (monitoreo)
b) Alternancia de productos de diferente modo de acción
e) Uso de productos selectivos
d) Control cultural
e) Control biológico
a) Aplicación de productos según presencia de la plaga (monitoreo)
El método de muestreo más práctico consiste en caminar el invernadero revisando una cierta
cantidad de plantas en las que se observa una parte específica ej. envés de las hojas para detectar
presencia temprana de pulgones, folíolo con ataque nuevo de polilla (se abre para ver presencia de
larvas) etc. Esta técnica fue difundida pero es utilizada por pocos técnicos y productores (8).
Para las plagas como polilla y mosca blanca es aconsejable efectuar control químico a niveles de
presencia bajos con monitoreo permanente ya que las aplicaciones reiteradas ante ataques elevados
no son efectivos y son difíciles de manejar.
Los niveles de decisión y los métodos de muestreo continúan en ajuste (43).
b) Alternancia de productos de diferente modo de acción
Para polilla del tomate se recomienda un producto biológico (abamectin), un pirrol (clorfenapir), un
naturalyte (spinosad), tres benzoilureas (teflubenzuron, clorfluazuron y novaluron), un carbamato
(cartap) y una nereistoxina (tiociclam hidrogenoxalato) los cuales deben usarse alternadamente. Son
productos de diferentes modos de acción, dos sin peligro, uno poco peligroso y cinco
moderadamente tóxicos (11; 12; 13).
c) Uso de productos selectivos
Todos los productos recomendados para el manejo de polilla son específicos a excepción de
abamectin y el clorfenapir que también son acaricidas. El abamectin fue inocuo para los ácaros
predatores Amblyseius idacus (Denmark y Muma) y Phytoseiulus macropilis (Banks) que
colonizaron hojas 24 día después de pulverizadas.
d) Control cultural
El control cultural cumple un rol protagónico en el manejo integrado de varias plagas. El deshoje, el
descarte de frutos no comercializables y el abandono del cultivo en pie al finalizar la campaña son
prácticas comunes. El producto del deshoje generalmente queda al costado de los invernaderos y
aloja estados inmaduros de polilla y moscas blancas que sobreviven y cumplen el ciclo; los adultos
que van emergiendo infestan los cultivos nuevos. Algunos productores realizan la eliminación de
restos pero un atraso en alguna tarea clave (ej. cosecha) o la disminución de los precios en el
mercado son suficientes para posponer esta práctica (15).
e) Control biológico
En Corrientes el control biológico de polilla es ejercido por el encirtido Spilochalcis spp. y por el
bracónido Bracon lucilae; en invernaderos conducidos comercialmente el nivel de parasitismo es
muy bajo; en lotes experimentales sin control químico la presencia es alta al finalizar el cultivo. No
se observó parasitismo en huevos (14; 15).
Los enemigos naturales de moscas blancas están en evaluación. Se encontraron predatores como
sírfidos, coccinélidos y crisópidos. Los parasitoides nativos colectados son prometedores por su
presencia aún en invernaderos con el manejo habitual de la zona.
Hasta ahora no había planes específicos sobre los enemigos naturales; solamente se proponía evitar
el uso indiscriminado de productos químicos. Actualmente tenemos proyectos para introducir
agentes biocontroladores de otros centros del país.
Objetivos actuales
El objetivo a mediano plazo es conseguir la diferenciación de la producción hortícola siguiendo
protocolos de producción. En estos protocolos el manejo integrado de plagas y enfermedades juega
un rol importante (5) aunque se busca la incorporación de otros componentes de la producción. En
el año 2001 se hizo una prueba piloto de monitoreo con un grupo de 16 productores y actualmente
se trabaja con una sola empresa pero con un seguimiento más intensivo.
La proyectos vigentes buscan contribuir al manejo integrado de las plagas con la incorporación de
conocimientos sobre: niveles de decisión; rol de los enemigos naturales, control cultural y
oportunidad en la utilización de productos químicos específicos y selectivos. Al precisar momentos
de aplicación de productos registrados y selectivos se evitarán usos repetidos o indiscriminados
mejorando las condiciones de trabajo. Integrando el control biológico y el control cultural con el
control con productos selectivos se busca preservar la biodiversidad y contribuir a disminuir la
contaminación ambiental.
5.1.4.4.1. Plagas del tomate
Hasta hace pocos años la polilla Tuta absoluta (Meyrick) era la plaga más importante del tomate; la
mayor parte de las aplicaciones químicas se realizaban para su control (7; 10). Actualmente sigue
siendo plaga clave pero los productores disponen de productos químicos evaluados que son
específicos y eficientes. Como plaga de consideración se incorporaron las moscas blancas: a)
Trialeurodes vaporariorum que comenzó a tomar importancia hace 8 años y b) el complejo Bemisia
tabaci que está ocasionando daños de consideración desde el último año. Las últimas muestras
examinadas confirmaron la presencia del complejo Bemisia tabaci que transmite geminivirus
(TYLCV, Tomato Yellow Leaf Curl Geminivirus, virus del enrollado foliar amarillo o de la
cuchara, entre otros) y puede generar razas o biotipos que colonizan más cultivos y malezas (17;
18).
Otras plagas que pueden requerir pulverizaciones específicas pero se controlan con relativa
facilidad son: el gusano rosado Neoleucinodes elegantalis (Guenée), la vaquita de San Antonio
Diabrotica speciosa (Germ.), arañuelas Tetranychus spp., el ácaro bronceador del tomate Aculops
lycopersici (Massee), orugas noctuideas Spodoptera eridania y pulgones (11; 12; 13).
5.1.4.4.2. Plagas del pimiento
Las plagas principales del pimiento son las moscas blancas ya mencionadas en tomate, el trips
californiano de las flores Frankliniella occidentalis (Pergande), el pulgón verde Myzus persicae
(Sulz.) y el ácaro blanco Polyphagotarsonemus latus (Banks). Otras plagas pueden requerir
aplicaciones específicas pero se controlan con relativa facilidad.
El trips californiano de las flores está en el país (La Plata) desde 1993 y en Corrientes desde 1995.
El daño directo al alimentarse se manifiesta como manchas plateadas (zona del cáliz y envés de las
hojas). F. occidentalis es considerado un vector muy eficiente de la peste negra del tomate
ocasionada por el virus TSWV (Tomato Spotted Wilt Virus). Puede sobrevivir en la mayoría de las
hortalizas, frutales y malezas. El cultivo más afectado en Corrientes es el pimiento. Se incrementa
desde Septiembre-Octubre y la forma más común encontrada es la intermedia de color castaño. Para
el control se recomienda formetanato-clorhidrato (Dicarzol), metiocarb (Gladiador) y spinosab
(Success) (9).
El pulgón Myzus persicae se controlaba con pirimicarb, inocuo para su principal enemigo natural, la
avispita Diaeretiella rapae (M'Intosh, 1855) (6). Últimamente se manifestaron con agresividad los
pulgones Aphis gossipii y una forma nueva de Myzus persicae que complicaron el manejo (16). A
estas plagas se agregaron las moscas blancas del complejo Bemisia tabaci especialmente agresivo
en pimiento (17; 18).
Como plagas ocasionales se pueden mencionar la vaquita de San Antonio Diabrotica speciosa
(Germ.), arañuelas Tetranychus spp., orugas noctuideas Spodoptera eridania y cochinilla harinosa
(11; 12; 13).
5.2 Provincia de Santa Fe
5.2.1. Introducción
La provincia de Santa Fe, cuyo territorio forma parte de la llanura pampeana, tiene una superficie de
133.007 km2, limita al norte con la provincia de Chaco, al este con Corrientes y Entre Ríos, al sur
con Buenos Aires y al oeste con Santiago del Estero y Córdoba. Es una provincia mediterránea,
pero tiene salida al mar por las vías fluviales que conforman el Río Paraná y el Río de La Plata.
El territorio es una llanura extensa con inclinación NO-SE. Es una llanura de acumulación donde
los sedimentos han ido colmando una gran fosa tectónica de hundimiento. Su altura sobre el nivel
del mar oscila entre los 70 msnm y los 140 msnm.
En el ángulo NO se extiende una amplia zona baja, de difícil desagüe conocida como los bajos
submeridionales. Al este, la zona ribereña del Río Paraná es baja y anegadiza, sometida a las
frecuentes crecientes. Al sur de la ciudad de Santa Fe, la costa cambia su fisonomía y se transforma
en altas barrancas que se continúan hasta el límite con la provincia de Buenos Aires.
Todos los cursos de agua -ríos y arroyos- que cruzan el territorio santafesino vuelcan sus aguas en
forma directa o indirecta en el Río Paraná. Sólo dos ríos (Salado y Carcarañá) tienen su origen en
zona montañosa; el resto se nutre de las precipitaciones caídas en la llanura. La mayor cuenca
hídrica del interior de la provincia corresponde al Río Salado.
Por su caudal y profundidad, el Paraná presenta posibilidades estratégicas para la navegación, el
aporte de agua para consumo humano y para riego, y para generar energía hidroeléctrica. La aptitud
portuaria del litoral fluvial coloca a Santa Fe en una posición destacada para participar en el
comercio internacional de productos, a través de los puertos de Rosario, Villa Constitución, Santa
Fe y San Lorenzo.
En general, la provincia se caracteriza por un clima templado. Las precipitaciones oscilan entre los
800 y 1000 mm anuales, siendo más frecuentes en primavera y otoño, declinando hacia el verano y
el invierno. Los vientos dominantes son del cuadrante NE, cálidos y húmedos, y del cuadrante SE,
frescos y húmedos, presentan mayor intensidad de Agosto a Noviembre.
El régimen de precipitaciones disminuye de Este a Oeste, pero aún así es posible el cultivo de
diversas especies en condiciones de campo, utilizando el riego como complemento de las lluvias.
En la provincia es importante la presencia de aguas subterráneas, así como de cursos de agua en
superficie, aún cuando varía la calidad y cantidad disponible.
Las primeras napas de agua subterránea se encuentran en promedio entre los 10-15 m de
profundidad, siendo más superficiales en zonas de bajos. Estas napas originalmente abastecían no
sólo a los centros poblados, sino también a los diferentes establecimientos productivos. Sin
embargo, con el crecimiento demográfico regional, sumado al incremento de las actividades
productivas, no sólo resultaron insuficientes sino que además se produjo con el transcurso del
tiempo una contaminación química y biológica de las mismas, que las hizo no aptas tanto para
consumo humano, animal o para riego de los cultivos.
Las napas secundarias se encuentran en promedio entre los 25 y 45 m, siendo su caudal y calidad
variable en función del área considerada.
En cada zona la modalidad de riego tradicional varía en función de la sistematización utilizada para
cada cultivo: por surco en cultivos en líneas; por inundación en cultivos en canteros o tablones bajo
nivel; por aspersión en cultivos en platabandas o tablones sobre nivel, y también en cultivos
sembrados en plano.
Con el desarrollo de la tecnología de abrigos plásticos en los últimos 10 años se han comenzado a
difundir en la región los equipos de riego localizado tanto para uso al aire libre como para uso bajo
protecciones.
La cantidad de establecimientos y superficie (ha) destinada a actividades productivas se puede
resumir como sigue:
1) Cantidad de explotaciones: 35609
2) Superficie explotada: 6039817 ha
3) Superficie dedicada a la Ganadería: 3332621 ha
4) Superficie dedicada a la Agricultura: 2359295 ha
5) Superficie dedicada a montes forestales y frutales: 101331 ha
6) Superficie dedicada a Granja, Floricultura y Horticultura, otros: 48693 ha
7) Superficie de desperdicio: 198854 ha
8) TOTAL: 6040794 ha
Se pueden diferenciar cuatro zonas importantes de producción intensiva hortícola:
• Cinturón Hortícola de la ciudad de Santa Fe (Departamento Capital);
• Región Costera o La Costa (Departamentos Garay y San Javier);
• Coronda (Departamento San Jerónimo) y
• Cinturón Hortícola de la ciudad de Rosario (Departamentos Rosario y Villa Constitución);
Y dos zonas menores en importancia:
• Ceres (Departamento San Cristóbal) y
• Reconquista (Departamento General Obligado).
Dentro de estas zonas, las superficies dedicadas a cultivos protegidos son las siguientes:
Cuadro 6. Provincia de Santa Fe. Superficie (ha) con cultivos protegidos. 2000/2001.
Actividad
Superficie cubierta (ha)(*)
Producción de hortalizas:
25
Cinturón Hortícola de Santa Fe
245
Coronda (**)
15
La Costa
10
Cinturón Hortícola de Rosario
3
Otras zonas
Producción de flores y ornamentales
64
TOTAL
362
(*) Considerando las variaciones anuales en la elección de especies hortícolas a cultivar, sin
discriminar entre tipos de protecciones.
(**) En Coronda, aproximadamente 220 ha están destinadas al cultivo de frutilla en microtúnel.
A continuación analizaremos algunas particularidades zonales.
5.2.2. Cinturón hortícola de Santa Fe
El Cinturón Hortícola de Santa Fe se localiza al norte de la ciudad, entre la laguna Setúbal y una
franja al oeste de la Ruta Nacional N° 11, comprendiendo los distritos de Monte Vera, Recreo,
Norte de Santa Fe y parte de Arroyo Aguiar. Datos actualizados registran la presencia de 211
productores hortícolas que desarrollan sus actividades en una superficie estimada de 2800 ha.
Los suelos en general son ácidos, franco-limosos, con presencia a 30-40 cm de profundidad de un
horizonte B textural importante. Hacia la costa el problema del B textural disminuye,
modificándose la textura de franco-limosa a franco-arenosa.
En esta zona el agua para riego proviene de las napas subterráneas que son de excelente calidad.
Predomina la modalidad de riego por surco.
El período de heladas es extenso, con peligro de ocurrencia de heladas tardías hasta fines de
Septiembre. Es una zona diversificada, en la cual la mayoría de los productores realizan de 8 a 10
cultivos por año. Las hortalizas no sensibles a las heladas se pueden cultivar durante todas las
estaciones, y ello posibilita que el Cinturón Hortícola de Santa Fe sea una zona de producción con
presencia permanente en los principales mercados del país.
En esta zona se produce con un esquema similar a Corrientes, es decir invernaderos fríos, que
permiten plantaciones de fines de verano-otoño para cosechar en Septiembre.
5.2.3. Región costera
Ocupa parte del albardón costero, en una franja variable de 1.000 a 4.000 m de ancho. Se destacan
los distritos Santa Rosa, Cayastá y Helvecia.
Los suelos son de textura gruesa, regosólicos; muy profundos pero con escaso contenido de materia
orgánica. Para la mayoría de los cultivos, la producción sólo es eficiente mediante el uso de
fertilizantes y el empleo de riego. En Santa Rosa los suelos son arenosos, y en Cayastá y Helvecia
son arenosos y franco-arenosos. Se estiman unos 200 productores en 2800 has.
Sobre la zona de La Costa, la masa de agua del río reduce la amplitud térmica tanto diaria como
estacional; los inviernos son suaves y las posibilidades de heladas se reducen al mínimo desde Junio
a Agosto (promedio 320 días libres de heladas).
Estas condiciones permiten el desarrollo de cultivos tardíos de especies sensibles a bajas
temperaturas como poroto chaucha, zapallitos, maíz dulce, hasta Junio-Julio, y la producción de
primicias como tomate, pimiento, berenjena, en Octubre-Noviembre.
Esta zona dispone de aguas subterráneas de buena calidad, pero en las napas más profundas
(tercera) es importante la presencia de sales que limitan su uso. Predomina el uso de riego por
aspersión. Los cultivos en invernadero siguen el mismo esquema que el señalado para el cinturón
verde de Santa Fe.
5.2.4. Coronda
Abarca esta zona una franja de aproximadamente 35 km a lo largo del Río Coronda, con un ancho
de 1 a 4 km; corresponde a la parte este de los distritos de Coronda, Arocena y Desvío Arijón.
Los suelos son de textura liviana a muy ligera, con pH ácido a ligeramente ácido (5,5 a 6,5). El
horizonte arenoso puede llegar a sobrepasar los 2 m de profundidad, por tanto son suelos con baja
capacidad de retención de humedad. El contenido de materia orgánica mediano a bajo sumado a una
leve erosión eólica contribuyen a su muy baja fertilidad.
La incidencia de viento en esta zona produce también problemas en los cultivos por abrasión de los
diferentes órganos de la planta.
El agua del subsuelo no es apta para riego por su elevada salinidad. En esta zona los productores
ubicados en la costa del Río Coronda disponen de riego. Predomina el riego por aspersión y por
surco.
Coronda es la zona hortícola tradicional productora de frutilla de Argentina.
Cuadro 7: Número de Explotaciones productoras de frutilla y superficie cultivada. 1994 y 2001
Rango *
Productores Superficie 1994 (%) ** Productores
(1994)
(has)
(2001)
112
95
21
78
- de 2 has
55
144
32
20
2 a 5 has
12
68
15
8
5 a 10 has
141
32
9
más de 10 has 8
187
448
100
115
•TOTAL
* Rango de superficie cultivada con frutilla
** Relación porcentual respecto a la superficie total cultivada
Superficie
2001 (has)
55
68
72
155
350
(%) **
16
19.5
20.5
44
100
Los datos del año 1994 han sido tomados del censo hortícola de 1994 y se observa que, según
estimaciones realizadas en el año 2000-2001, la situación se ha modificado marcando una tendencia
a la reducción de establecimientos (especialmente aquellos con superficie inferior a 5 ha) y de
superficie cultivada total.
El cultivo de frutilla se inició en los años 1930-35, llegando a monopolizar el mercado nacional; a
fines de la década del 60 e inicios del 70 la producción representó el 75% del volumen total
nacional, pero con rendimientos no superiores a los 3000 kg/ha. Comienza luego a disminuir la
superficie cultivada, pero con un sostenido aumento de los rendimientos por hectárea, que llegan a
duplicarse a mediados de los 80. Es a partir de ese momento que la incorporación de tecnologías
como uso de acolchado (mulch) de polietileno, nuevos cultivares, plantines de origen
meristemáticos e importados, fertirrigación, uso de cubiertas plásticas, mejoras en las prácticas de
manejo, etc., permitieron llegar a los rendimientos promedios de 25.000 a 30.000 kg/ha actuales.
Cuadro 8: Evolución de la superficie cultivada con frutilla (ha)
según sistema de plantación, en el período 1996/2001.
Sistema de plantación
de frutilla
Frigoconservada (a campo)
Fresca (a campo)
Microtúneles:
Plantas frescas
Plantas “frigo”
Plantas de 2do año
TOTAL (ha)
(*) valor estimado.
1996
150
150
120
1997
140
110
150
•Años
1998
150
110
120
420
400
380
1999
150
100
350
190
100
60
600
2000
40
90
220
150
20
50
350
2001
50
100
220
150
20
50
370(*)
En relación con el panorama varietal, hasta 1996, Chandler era el cultivar más difundido, tanto para
plantaciones de verano (frigo), de otoño y para producción bajo micro y macro túneles, ocupando el
75 a 80 % de la superficie cultivada, y la variedad Sweed Charlie, especialmente para cultivo bajo
microtúneles. En el período 1996 a 2001 se han registrado cambios en el uso de variedades, tal
como se indica a continuación.
Cuadro 9: Evolución porcentual de las variedades de frutilla en la zona de Coronda, período
1996/2001.
Variedades
1996
1997
oAños
1998
1999
80
45
Chandler
10
25
Sweed Charlie
1
15
Camarosa
2
2
Rosalinda
1
10
Tudla-Milsei
2
1
Selva
2
1
Seascape
2
1
Otras (*)
(*) Otras: Cal Giant 2, Cal Giant 3, Gaviota, Cartuno, etc.
25
35
30
2
3,5
1,5
1
2
2000
2001
20
25
50
2
1
8
12,5
75
3
2
1,5
A continuación comentaremos algunos aspectos de manejo de esta especie, de interés porque marca
el uso de materiales plásticos en distintos momentos del cultivo.
Aparte de las labores comunes de preparación del terreno, es común la práctica de desinfección del
suelo (95 % de la superficie), donde el único producto utilizado es el bromuro de metilo, en
aplicación localizada por debajo del acolchado de polietileno, por medio de las mangueras de riego
o a través de inyectores incorporados a la máquina aplicadora de "mulch".
El 100 % de los productores utilizan acolchado de polietileno color negro. Su colocación previa a
la plantación, se realiza en forma mecánica conjuntamente con la distribución de las mangueras o
cintas de riego.
Para el riego se utilizan mangueras de polietileno de aproximadamente 2 cm de diámetro, 150 µm
de espesor y perforadas cada 25 a 30 cm. En el 2001 se incrementó sustancialmente el uso de cintas
de riego de distinto tipo, llegando a ser empleadas en más del 50% de la superficie plantada. El 90
% de la superficie cultivada es fertirrigada.
Los fertilizantes comúnmente utilizados para fertirrigación son: nitrato de amonio, nitrato de
potasio, ácido fosfórico, sulfato de amonio, nitrato de calcio, nitrato de magnesio, sulfato de
potasio, sulfato de magnesio, etc. Como así también fertilizantes compuestos en distintas relaciones
de N, P y K, que pueden adaptarse a los distintos estados fenológicos del cultivo.
Con el sistema de plantación en lomos separados a 1,20 m, con doble hileras de plantas y a 0,30 0,35 m entre ellas, se logra una densidad de plantación de 50.000 a 55.000 plantas/ha.
Los plantines proceden de viveros especializados principalmente de las provincias de Río Negro y
Mendoza, y en menor medida son importados de Estados Unidos, España, y de otros países. En el
2000-2001, se instalaron viveros en Esquel (provincia de Chubut) y San Martín de los Andes
(Provincia de Neuquen).
Con relación a los sistemas de protección de los cultivos, se ha difundido el uso de los microtúneles
de 0,80 m de altura, construidos con barras de hierro de construcción, de 6 a 8 mm de diámetro. La
cubierta normalmente utilizada es polietileno L.D.T. de 80 µm y de 1,80 m de ancho.
Tanto en cultivos al aire libre como bajo protección, la cosecha se realiza cada dos días o todos los
días según época del año. La frutilla es colocada en cajones plásticos, realizando el operario en el
momento de la cosecha una primera selección de fruta mediana-chica y fruta grande. En un
recipiente adicional coloca las frutillas en mal estado o muy maduras.
Está generalizado el uso de cámaras frigoríficas para conservación de la fruta. En muchos casos se
utilizan cámaras comunes para reducir la temperatura de la fruta luego de la cosecha, pero varios
productores disponen de túneles de preenfriamiento tipo californiano.
Para el empaque de fruta fresca, los envases más comunes son de cartón con una capacidad de 3 y 5
kg de fruta, o de madera o plástico de 5 kg. También se utilizan, en especial durante el período de
invierno o con destino a mercados especiales (supermercados, verdulerías, etc.) envases de cartón
con 6 a 8 cubetas plásticas de 250 a 300 g cada una.
El período de cosecha a campo se extiende desde mediados de Septiembre a mediados de
Diciembre. El período de cosecha bajo microtúnel se extiende desde Junio-Julio a fines de
Noviembre.
Cuadro 10: Porcentaje de fruta cosechada destinada a mercado fresco e industria, según
método de cultivo
MESES
Julio
Agosto
Septiembre
Octubre
Noviembre
Diciembre
Industria
A campo
Bajo microtúnel
15
35
15
5
30
5
10
25
25
5
30
La frutilla destinada a industria se obtiene durante todo el año, especialmente durante Octubre,
Noviembre y Diciembre. El porcentaje puede variar según años por condiciones climáticas, interés
o necesidades de la industria, precios de mercado en fresco, etc.
Los rendimientos pueden considerarse, en promedio:
* Mínimos: 18.000 a 20.000 kg./ha
* Medios: 25.000 a 30.000 kg/ha
* Máximos: 40.000 a 45.000 kg/ha
El envío a los distintos mercados para consumo en fresco se realiza normalmente en camiones
comunes hasta mediados de octubre y partir de esa época en camiones refrigerados. La distribución
estimada de la fruta fresca comercializada es: 60 % Buenos Aires, 20 % Rosario, 5 % Santa Fe, 5 %
Córdoba y otros el 10 %.
Existen en la zona 9 industrias que procesan en conjunto 3500 a 4000 tn anuales de frutilla. Los
distintos productos que elaboran pueden clasificarse en:
* Frutillas congeladas IQF: enteras; feteadas con azúcar; cubeteadas con azúcar.
* Frutillas congeladas en "bloque": enteras; tamizadas.
* Frutillas procesadas: dulces; mermeladas; al natural; pulpa para heladerías e industrias lácteas;
jugos concentrados.
5.2.5. Cinturón Hortícola de Rosario
Ubicado en el SE de la provincia de Santa Fe, sobre el Río Paraná. Comprende los distritos de
Fighiera, Arroyo Seco, Villa Gobernador Gálvez, Soldini, Pérez y Granadero Baigorria.
Es una planicie con suaves ondulaciones, con suelo constituido por sedimentos loésicos que
presentan un horizonte A de hasta 30 cm de profundidad, con 2 a 5 % de contenido de materia
orgánica, de textura franco-limosa; permeable, con moderado drenaje.
El clima templado se caracteriza por diferenciar dos períodos, uno frío desde fines de Mayo hasta
Septiembre, y otro cálido desde Noviembre hasta Marzo. La gran masa de agua del Río Paraná
ejerce un efecto moderador principalmente de las bajas temperaturas (media anual 17,9 °C). Las
heladas se producen normalmente desde Mayo a Septiembre (245 días libres de heladas).
La zona tiene un elevado coeficiente de humedad relativa, más importante en el período frío (80 %
en Mayo y 60 % en Enero). La mayor frecuencia de días nublados ocurre en Julio y la menor en
Febrero.
La región se encuentra surcada por napas subterráneas importantes. La segunda napa suele tener un
alto contenido de sales, principalmente sales de sodio, pero aún así suele ser utilizada en riego por
surco, por inundación y por aspersión. Si bien en la zona existe una serie de cursos de agua
(arroyos) se descarta su uso por el alto contenido en sales y/o por un caudal escaso y discontinuo.
El río Paraná representa una fuente importante de agua dulce, pero el acceso a la misma está
restringido por los costos de instalación y mantenimiento de equipos que eleven el agua salvando la
altura de la barranca (mínimo de 14 m).
En esta zona, los inviernos rigurosos limitan el uso de invernaderos fríos, por lo cual se trata de
realizar dos cultivos anuales (estivo-otoñal e inverno-primaveral). Con este esquema se aprovechan
las ventajas del cultivo protegido como adelantar la cosecha, prolongar el período de recolección,
aumentar la producción por unidad de superficie, lograr calidad comercial y seguridad de cosecha,
entre otras.
5.2.6. Cultivos Protegidos en Flores y Ornamentales
La superficie total de cultivos protegidos en floricultura es de aproximadamente 64 has. Éste tipo de
producción se concentra mayormente en el Cinturón verde de Rosario.
De 72 productores de flores de corte y plantas ornamentales existentes en 1970 en la región, se
estima que 30 productores desarrollan actualmente esta actividad.
La comercialización se realiza en el Mercado de Flores de Rosario, el Mercado de Flores de Buenos
Aires, y es común la actividad de "canasteros" que venden en las ciudades y en los pueblos del
interior directamente al consumidor -venta casa por casa-.
Sólo dos productores tienen infraestructura para exportación.
Cuadro 11. Cinturón verde de Rosario. Floricultura - Superficie cubierta (ha) por especie;
participación porcentual en el área cubierta.
Superficie (ha)
Especie
% en relación a la superficie
cubierta
20,90
38,97
Clavel
15,68
29,24
Crisantemo y montoneras
7,79
14,52
Rosas
9,26
17,27
Otros (*)
53,63
100
•TOTAL
(*) incluye lisianthus, gypsophila, freesias, gerbera.
Los proyectos de investigación tomando como eje temático el cultivo protegido de hortalizas, se
relacionan con las siguientes líneas de trabajo: selección de especies y cultivares adaptables a los
diferentes sistemas de producción, riego y fertirrigación, implantación de cultivos -siembra directa y
producción de plantines-, labores culturales, manejo racional de productos fitosanitarios, manejo
integrado de plagas, poscosecha, comercialización.
Para floricultura no existen en la zona proyectos de investigación.
5.2.7. Problemas de la región
Aún cuando las zonas productoras son importantes en su conjunto, representando el 8 % de la
producción nacional de hortalizas, existen una serie de problemas que debemos reconocer como
trabas a la expansión del sector.
La perecibilidad de los productos demanda el desarrollo de técnicas de conservación que le
agreguen valor al producto final. La estacionalidad de las producciones, en cierta medida se redujo
por la incorporación de nuevas zonas de producción y la modificación de los sistemas productivos a
campo con una conversión a sistemas de cultivo protegido, lo cual permite incrementar la cantidad
y calidad de producto por unidad de superficie.
El empleo de los avances tecnológicos debería tender a transformar una actividad artesanal en una
estructura empresarial, para hacer frente a las exigencias de los mercados. Aún así, las estructuras
productivas pequeñas y medianas de tipo familiar no han tenido una adecuada adaptación a las
condiciones económicas y tecnológicas. Siendo el mercado interno el principal destino de los
cultivos, la falta de regulación de la producción hace que los productores estén sujetos a las
oscilaciones de los ingresos reales, que junto con la carencia de una salida exportadora conduce a
ciclos de superproducción, con caídas de rentabilidad que a su vez inhiben la incorporación de
tecnologías y la producción para exportación en cantidad y calidad.
Los organismos oficiales (INTA, Facultades de Agronomía, Ministerio de Agricultura) generan
información y a través de la investigación aplicada y la experimentación adaptativa cuentan al
presente con un paquete tecnológico importante disponible para los grupos productores. Sin
embargo, la adaptación de tecnologías diferenciadas por los distintos modelos de producción no
siempre sigue un camino paralelo de crecimiento en relación con la oferta. Existe por un lado una
insuficiente transferencia y por otro lado una insuficiente adopción de tecnología para el desarrollo
integral de los sistemas productivos.
La capacitación de los productores debe estar acompañada por una previa capacitación y nivelación
de profesionales y dirigentes en temas referidos a la gestión empresarial, a la organización y a la
producción en función de los requerimientos actuales. Se hace necesario también disponer de un
sistema de información acorde a las necesidades de los diversos modelos de producción y a su vez
útil para el diseño de políticas sectoriales. También, crear canales de participación que permitan la
vinculación de los agentes involucrados para la toma de decisiones entre los sectores de producción,
transformación y servicios.
Es imprescindible la coordinación entre organismos públicos y privados vinculados con el
desarrollo regional. A su vez las asociaciones de productores deben convertirse en el motor del
desarrollo del sector creando formas asociativas adecuadas para optimizar la relación insumoproducto, analizar posibilidades de inversión conjunta, mejorar el destino y comercialización de la
producción, donde debe incluirse la implementación obligatoria de un sistema de tipificación.
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60. Plastar San Luis S.A. Boletines Técnicos Agro plásticos.
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6.2. Colaboraciones
67. Ing. Agr. Ricardo Andreau - CAMPO MOLINA.
68. Ing. Agr. Alberto Antonelli. VIVERO LOMA VERDE.
69. Ing. Rafael Cioni - CIBA ESPECIALIDADES QUÍMICAS S.A.
70. Ing. Agr. Conrado Andrés Pakoca - COOP. ARGENTINA DE FLORICULTORES LTDA.
71. Ing. Agr. Daniel Tawil - HIDROPONIA S.A.
72. Ing. Agr. Leonardo Wolf - ASOC. ARG. DE FLORICULTORES Y VIVERISTAS.
6.3. Bibliografía adicional consultada
73. Alpi, A; Tognoni, F. 1991. Cultivo en invernadero. Ed. Mundi-Prensa. Madrid. 347 p.
74. Bernat, C.; Andres, J. J.; Martínez, J. 1990. Invernaderos: Construcción, manejo, rentabilidad.
Ed Aedos. Barcelona. 195 p.
75. Pilatti, R. A. 1995. Cultivos bajo invernaderos. Centro de Publicaciones.
Nacional del Litoral. Santa Fe. 174 Pág.
Universidad
76. Dirección Nacional de Programación Económica Regional: Informe Económico de Corrientes,
2001. http://www.mecon.gov.ar/inforegio.indice.htm
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