En la antigua Grecia nació un joven llamado Faetón que era el hijo

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IES JUAN GARCÍA VALDEMORA
DPTO. LATÍN
4º ESO
FAETÓN Y EL CARRO DEL SOL
En la antigua Grecia nació un joven llamado Faetón que era el hijo ilegítimo de
Climena y Helio. Helio era conocido también como Apolo, dios de la luz y la
verdad o el dios del sol. Faetón alardeaba con sus amigos de que su padre era
el dios sol. Estos se resistían a creerlo pero Faetón tampoco conocía a su
padre y llegó a dudar. Faetón le pide a su madre que le diga la verdad, y ésta le
envía al mismo Sol para que sea Él quien se la confirme.
Faetón visita a Apolo en su palacio construido en la cima de las cumbres
terrestres. El Sol no sólo le aseguró que era hijo suyo y de la ninfa Clímena,
sino que quiso probárselo concediéndole cualquier deseo. Faetón le dijo a su
padre que su deseo era hacer lo mismo que hacía él todos los días, conducir
su carro de fuego en el viaje del Astro por el firmamento. Helio se arrepintió
inmediatamente de su promesa y le advirtió que ni Zeus que domina el rayo de
los hombres y gobierna a los dioses lo podía controlar. Faetón insistió
diciéndole que si era realmente su hijo podía hacer lo mismo que hacía Él.
Finalmente Helio, atrapado y apesadumbrado por la promesa que ha
pronunciado, debe ceder al peligroso deseo de su hijo, un débil mortal.
Helios no cesaba de hacerle recomendaciones. Debía mantenerse siempre en
el medio, ni muy alto ni muy bajo y seguir el mismo rumbo que él recorría en
forma cotidiana. Le advirtió que condujera sin apuros, que los caballos se
deslizarían solos y que su alineación debía ser perfecta. Faetón subió al carro
de oro del sol tirado por caballos en llamas. Y las diosas de las Horas le
acomodaron los arneses de oro. Faetón partió y los alados corceles lo llevaron
hacia lo alto perdiéndose en los cielos e iniciando el camino del nuevo día.
Pero el carro se movía demasiado y los caballos se asustaron. Faetón no logró
dominarlos y perdió el control. Primero se fue demasiado alto, haciendo que la
tierra se enfriara y chocando con cuerpos celestes lo que provocó un
verdadero caos cósmico. Luego bajó demasiado y chocó con la tierra. La
vegetación se secó convirtiendo en desierto la mayor parte de África y
quemando la piel de los etíopes hasta volverla negra. Los estragos y
sufrimiento que causó en el mundo hicieron que Zeus interviniera para detener
el caos, lanzando un rayo fulminante sobre Él, quien finalmente cayó
mortalmente herido al río Erídano.
IES JUAN GARCÍA VALDEMORA
DPTO. LATÍN
4º ESO
FAETÓN Y EL CARRO DE HELIOS
Introducción
¿Quiénes son los padres de Faetón?
¿Con qué dios se identifica también a Helios?
¿Por qué visita Faetón a Helios?
Helios le hace una promesa a Faetón, ¿cuál? ¿Por qué se arrepiente Helios?
Ocupa él con su juvenil cuerpo el leve carro 150
y se yergue encima, y de tocar con sus manos las leves riendas
goza, y las gracias da de ello a su reluctante padre.
Entre tanto, voladores, Pirois, y Eoo y Eton,
del Sol los caballos, y el cuarto, Flegonte, con sus relinchos flamíferos
las auras llenan y con sus pies las barreras pulsan. 155
Las cuales, después de que Tetis, de los hados ignorante de su nieto,
retiró y hecha les fue provisión del inmenso cielo,
cogen la ruta y sus pies por el aire moviendo
sajan, a ellos opuestas, las nubes, y con sus plumas elevados
atrás dejan, nacidos de esas mismas partes, a los Euros. 160
Pero leve el peso era y no el que conocer pudieran
del Sol los caballos, y de su acostumbrado peso el yugo carecía;
y como se escoran sin su justo peso las curvas naves,
y por el mar, inestables por su excesiva ligereza, vanse,
así, de su carga acostumbrada vacío, da hacia el aire saltos 165
y es sacudido desde abajo hondamente, y semejante es el carro a uno inane.
Lo cual en cuanto sintieron, se lanzan, y el trillado espacio
abandonan los cuadríyugos, y no en el que antes orden corren.
Él se asusta, y no por dónde dobla las riendas a él encomendadas,
ni sabe por dónde sea el camino, ni si lo supiera se lo imperaría a ellos. 170
Entonces por primera vez con rayos se calentaron los helados Triones
y en la vedada superficie en vano intentaron bañarse,
y la que puesta está al polo glacial próxima, Serpiente,
de frío yerta antes y no formidable para nadie,
se calentó y tomó con esos hervores nuevas iras. 175
Tú también que turbado huiste cuentan, Boyero,
aunque tardo eras y a ti tus carretas te retenían.
Pero cuando desde el supremo éter contempló las tierras
el infeliz Faetón, a lo hondo, y a lo hondo, yacentes,
palideció y sus rodillas temblaron de súbito temor, 180
y le fueron a sus ojos tinieblas en medio de tanta luz brotadas,
y ya más quisiera los caballos nunca haber tocado paternos,
ya de haber conocido su linaje le pesa, y de haber vencido en su ruego,
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DPTO. LATÍN
4º ESO
ya, de Mérope decirse deseando, igual es arrastrado que un pino,
llevado por el vertiginoso bóreas, al que sus vencidos frenos 185
ha soltado su propio capitán, y al que a dioses y a rezos ha abandonado.
¿Qué haría? Mucho cielo a sus espaldas ha dejado;
ante sus ojos más hay. En su ánimo mide los dos,
y, ora, los que su hado alcanzar no es,
delante mira los ocasos; a las veces detrás mira los ortos, 190
y, de qué hacer ignorante, pasmado está, y ni los frenos suelta
ni para retenerlos es fuerte, ni los nombres conoce de los caballos.
Esparcidas también en el variado cielo por todos lados, maravillas,
y ve, tembloroso, los simulacros de las vastas fieras.
Hay un lugar, donde hacia geminados arcos sus brazos concava 195
el Escorpión, y con su cola, y dobladas a ambos lados sus pinzas,
alarga al espacio los miembros de sus dos signos:
a este el muchacho, cuando, húmedo del sudor de su negro veneno,
y heridas amenazando con su curvada cúspide, ve,
de su razón privado por el helado espanto, las bridas soltó. 200
Las cuales, después de que tocaron, postradas, lo alto de sus espaldas,
se desvían los caballos y, nadie reteniéndolos, por las auras
de una ignota región van, y por donde su ímpetu los lleva,
por allí sin ley se arrojan, y bajo el alto éter se lanzan
contra las fijas estrellas y arrebatan por lo inaccesible el carro, 205
y ora lo más alto buscan, ora en pendiente y por vías
vertiginosas a un espacio a la tierra más cercano vanse,
y de que más bajo que los suyos corran los fraternos caballos
la Luna se admira, y abrasadas las nubes sahúman.
Se arrebata en llamas, según lo que está más alto, la tierra, 210
y hendida produce grietas, y de sus jugos privada se seca.
Los pastos canecen, con sus frondas se quema el árbol,
y materia presta para su propio daño el sembrado árido.
OVIDIO, Metamorfosis, II.
Comprensión lectora: Viaje de Faetón.
¿Cuál es el problema cuando el carro sale al galope con Faetón como auriga?
¿Cómo reaccionó Faetón ante la marcha de los acontecimientos?
¿Por qué crees que el texto afirma que “la Luna se sorprende de que los caballos de su
hermano corran por debajo de los suyos”?
¿Qué consecuencias inmediatas tuvo la carrera desbocada de los caballos?
Reflexiona sobre el cambio de actitud de Faetón a lo largo del episodio y saca alguna
consecuencia.
IES JUAN GARCÍA VALDEMORA
DPTO. LATÍN
4º ESO
¿Qué crees que quiere decirnos entre líneas el autor en las dos últimas líneas del texto?
Investigación
Busca en internet los nombres de los cuatro caballos del carro de Helios.
¿Qué personaje mitológico derribó a Faetón del carro y explica cómo lo hizo.
¿A dónde fue a parar Faetón y quiénes lo recibieron después de muerto?
Comenta el contenido de los versos que adornaban su tumba.
Identifica los siguientes personajes y explica quién era cada uno de ellos con relación al mito
de Faetón, así como la participación que tuvieron (cuando corresponda):
A.
B.
C.
D.
Clímene:
Helios:
Las Helíades:
Zeus:
Averigua en qué parte de la obra de William Shakespeare Romeo y Julieta se cita el mito de
Faetón y en qué circunstancias. Copia el párrafo.
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