dos tendencias - Hemeroteca Digital

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Año X .
NAiu. 36.
MAIJKII>,24 DE SEPTIEMBRE DE 1902.
Ij IJi
Se publica los días 1.°, 8, 16 y 24 de cada mes.
PRECIOS
DE
SUSCRIPCIÓN
( P A G O ADELANTADO)
fin España: un mes, 1 peseta.~Vii semestre, 6.—Vn ano, lO.—Vltramar, un año, 15.—Extranjero, id., 18,
Redacción: Calle del Pez, núm. 40.—Madrid.
DIRECTOR
ADiMINISTRADOK
O . JUAÜ GAItCÍA COCA
I». C E F E H I . I O
KÓUENAS
La c«rr«i<paiid«ncl« »« dirig-irá ni Administrador de e«i(e |i«rlódic«,
calle del P e z , núm. 4 0 .
S U M A R I O
I. Do9 teudencia.s.—11. Los tnislados. —11!. Inspección local de Prisiones. —IV. Sueltos
y iioticÍ!i.s —V. Bibliografía.
DOS TENDENCIAS
Obsérvase un verdadero y no simulado de^pertar de la apatía nacional,
cual si el sedentarismo enervante de muchos lustros, pesada envoltura que
ha venido impidiendo la legítima y necesaria expansión de depuradas aspi
raciones, cediera á los conliiiuos esfuerzos y embilej de las mismas como
cede la granítica y gigantesca mole á la incesante y demoledora acción de
las aguas, acción que á fuerza de tenacidad y de porfía socava la bnse del
coloso hasta su derrumbamiento defínitivo.
Cual la mole dicha, petrificóse la nación dueña de dos mundos porque,
abandonando sanas tradiciones, infringiendo leyes económicas, fl igelando
y ludiendo hasta el aniquilamiento razas de actividad uuiversalmente reco
nocida, orgullosa con el poderío de un día, desvaneciéndose en la leyenda y
alejándote de la realidad, tuvo también «su espléndido aislamiento», gozó
dulce quietismo, soporífera inercia, de cuyo estado ha salido pobre, maltrecha, arruinada, con secular atraso con relación á pueblos que le fueron inferiores en poderlo, en extensión, en cultura, terminando con sufrir el ultraje de los que ]á deben la existencia y con ella, sus leyes, modos, usos,
hábitos y costumbres; duro pero ineludible castigo, portjue es desatentado
y ciego empeño la oposición y la contrariedad á naturales leyes, una de las
cuales nos dice que toda actividad ha de funcionar en sus naturales lími
tes, que no puede estacionarse porque el reposo indefinido, la quietud absoluta, son nocivos: principian por depauperar, y concluyen por destruir
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REVISTA DE LAS PRISIONES
todo organismo, por gallarda y robusta que sea su complexión y estructura.
¿Hay, pues, algo de ilógico en que, tras de innúmeros sinsabores, se
haya determinado la reacción salvadora? Y aunque algo tardía ¿deja de ser
legítima y necesaria? Por indiferentes que seamos al lenguaje de los hechos,
estos son tan elocuentes y persuasivos que convencen, sin rastro de d u d a ,
de que existe ansia vehemente, fiebre acentuada é intensa, por penetrar
las especialidades y exquisiteces de la cultura moderna, por adquirirla,
masticarla, deglutirla, digerirla y asimilarla, y, para que el proceso fisiológico sea completo, de eliminar empirismos y rutinas y desaposentar perniciosas obsesiones, singular y única manera de vivir vida dignificada, moral ó intelectual, siendo asi elemento ineludible en la comunión de los
pueblos cultos, y de gozar robustez física destruyendo causas depauperantes y enervadoras del racional organismo.
Si mal pergeñadas las precedentes consideraciones, prueban, no obstante, que la organización civil, política, económica, la variedad de instituciones, del todo habrán sufrido las consecuencias del marasmo y habrán He
vado y aun llevarán en sí los gérmenes de descomposición que hace inaplazable proceder enérgica é inmediatamente á su desinfección y saneamiento. Otro modo de obrar, servirá de dece[)ción, producirá desencanto, y
será dar al mal carácter de crónico, considerarlo irremediable.
Claro que estas generalidades serían vanas é inútiles divagaciones de
no Constituir ineludibles premisas para la especificación del capital pensamiento, (jue guarda estrecha é inmediata relación con el objeto y fin de
esta REVISTA, sintetizados en que la reforma carcelario penitenciaria y el
Cuerpo encargado de instaurarla, extenderla y afianzarla casen y armonicen,
dependiendo la una del otro y éste justifique su existencia demostrando
aptitud é idoneidad para conseguir de aquélla que regenere condiciones
morales maleadas por ignorancia, pasión, deficiencias psíquicas ó del medio en <iue han germinado, crecido y en el que han sido desarrolladas.
Claro es también que el ramo de Prisiones, en toda la amplitud de la
frase, no ha constituido afortunada excepción; y para no pecar de prolijo,
baste recordar los escritos de Chaves, leer las regocijadas novelas picarescas, las expresivas indicaciones de Espinel y otros clásicos, y, por ú l t i m o ,
el trabajo de Romero Girón, quien, recopilando lo dicho por otros autores,
entre ellos Posada Herrera, hace una acabada descripción de nuestras Cárceles y Penales y del valer de los empleados que los manejaban. Con datos
tan auténticos é irrecusables, comprende y entiende el más ajeno al asunto
lo que ha sido y aun hasta hace muy poco era nuestro régimen presidial y
carcelario, sima de la dignidad h u m a n a , foco de mefíticas emanaciones que
irradiaban del fondo á la superficie, del centro corruptor á todos los ámbitos, cual si las complacencias con el daño las pagase éste con lo único que
le es dable: con morbosa esencia envenenadora de todo lo saludable.
Pero, cual ocurre al que se ve muy visitado por la desgracia, reflexiona y
discurre sobre sus actos, cayóse en la cuenta de que lo abyecto de este sis
^
KKVISTA VE LAS PKISIONKS
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t e m a y lo defectuoso de los demás, obedecía al abandono punible y á la
perniciosa indiferencia, y entonces se dictaron y acordaron medidas racionales para aminorar mal tan grave. No obstante lo acertado de estas determinaciones, aconteció lo que es forzoso acontezca á quien, nada familiarizado con gimnásticos ejercicios, siente las inevitables agujetas de los
primeros días, y estimando tan baladí y pueril efecto como causa generadora
d e general trastorno capaz de comprometer su existencia, desiste de continuarlos, de entregarse metódicamente á lo que tonifica y vigoriza los
músculos y fortalece y activa los órganos y sus funciones.
El movimiento iniciado por D. Venancio González y proí-eguido con
fortuna varia hasta 1887, fué encalmándose hasta que la generosa iniciativa del Sr. Canalejas, admirablemente secundado por el meritísimo escritor
q u e honra al Centro directivo, imprimió progresiva orientación á la reforma penitenciaria. ¿Sirvió de algo la gallarda actitud del 89? Para que en su
reverso se inscribiera el Real decreto de 16 de Marzo de 1891, escollo donde
naufragaron las fecundas ideas, las halagadoras esperanzas, y donde en incomprensible preámbulo, se lesionó la dignidad colectiva. Son, pues, ambos
años 89-91, dos expresiones nuiíiéricas que indican dos tendencias antagó
nicas, irreductibles, la una de constante avance en el camino de la perfec
ción, y la otra de estacionamiento indefinido, de vida sueño que atrofia y
esteriliza lo ¡joquísimo recabado.
Los amargos recienfes desengaños han hecho más intensas las ansias do
renovación, para integrarlos y en estado de cumi)lir su finalidad, de todos
los servicios públicos, de todas las instituciones sociales, y otro espíritu
elevado y culto, comulgando en vivificadores anhelos, tomó sobre sí la pesada carga de imjjulsar las importantes cuestiones penitenciarias encarrilándolas sobre modernos rieles, y base de este gran paso, el Real decreto
•de 29 de Mayo de 1901. Verdad es que si el revolucionario astur quisiera
recapacitar sobre su comenzada empresa, convendría en que ráfagas siberianas han anulado el calor con que trató de animarla.
No es mi objeto la apología de las útiles reformas de los Sres. Canalejas
y Marqués de Teverga; como obra h u m a n a , tendrán sus lunares ¿quién lo
d u d a ? , pero es indiscutible que, prescindiendo dedetallistica y menuda
crítica, ambos coinciden en creer fundamental que, además de poseer un
material adecuado, es sobre todo esenciallsimo uii personal de grandes
virtudes con la cultura necesaria para penetrar y comprender los ideales
d e la reforma y realizarlos. Este doble asentimiento, que refuerza el de
•otros muchos, es palpable prueba de que la bondad de las cosas se eviden
«ia cada vez con más brio hasta que llegue el momento de que por sí se
i m p l a n t e , reduciendo á la impotencia toda clase de trabas.
Sea como quiera, 1881-89-1901 indican que puede eclipsarse, como ocurrió con el Decreto de 16 de Marzo, la tendencia constante al progreso,
pero que es inútil combatirla porque lleva en sí misma la virtualidad pre
ciea para alcanzar definitiva victoria. Es la tendencia que armoniza con la
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REVISTA DE LAS PRISIONES
»
general del país para libertarse de estacionarios lazoe; la que persiste eri'
que las economías se obtienen gastando lo necesario para obtener la m a j o r '
suma de productos; la que pretende desaparezca la caótica organización del
trabajo presidial con filtraciones desconocidas y con dualismos económicosque obligan á oir desaforada gritería de lesionados intereses locales, en
tanto los generales y primordiales del Estado, por los sitios y lugares que
gratuitamente facilita y por la suma de actividades h u m a n a s que suministra, sólo tiene á su favor el excesivo gasto de sostenimiento y m í n i m a participación en la utilidad producida. Y ¡fenómeno curioso! el obrero libre, y
libre en absoluto de desfavorables estigmas, por su solo esfuerzo, ha de reñir cruda batalla para ganar los medios de subsistencia; el delincuente, le
eionando toda clase de derechos, tiene asegurado su .sostenimiento, sinperjuicio de jirotestarlo cuando le conviene; trabaja, beneficia su trabajo,,
establece condiciones y por una ficción legal, que cabe y encaja en casuistico decreto sobre organización de talleres, no sólo no redime, en parte, al'
menos, por la indemnización consiguiente, el daño ocasionado, si que tampoco satisface lo que el Estado y otras entidades pagan por sanidad, higiene, alimentación y vestuario El obrero libre, ser útil á la sociedad, en>
condición inferior al delincnenle perturbador del orden... ¡contrastes incomprensibles! ¿Hay quien de buena fe crea conveniente y útil la prolon^
gación de este absurdo? Ya es hura de barrer tales obstáculos y de establecer con energía y firmeza el imperio de lo razonable.
Insisto en que es tendencia digna de aplauso la que pretende la acertada adaptación del local, la selección de los funcionarios, un perfecto método de inspección, la corrección enérgica y oportuna, la muerte de ciegoafavoritismos, un sistema que abrace todos los términos desde el simple depósito municipal hasta la prisión más grave, que organice por administración el trabajo, que no conirienta el llamado mecáuico, cóinodo asiento de
la presidial gandulería y de góticos caballistas, escoria de colmados, chirlatasy casas de lenocinio; que proscriba el indulto, depresiva condición de un
estúpido caciquismo, obligando al penado á ganarse las bonificaciones d e
tiempo con su intachable conducta, todo encadenado, todo armónico, teniendo en cuenta lo dicho por A. Posada; «Va siendo un milagro económico vivir mensualmenle con menos de cien i)eBetasv; que la comunidad d e
elementos directores con homogeneidad y unidad de origen de todos Iosfuncionarios, para evitar ()ue el cerebro que no recibe directamente las impresiones resulte rajiaeitado ¡lara dirigir lo que por sí no ce noce, lo que enrealidad constituye extraño contrasentido. Esa y no otra es la tendencia
recta, sana, seria, reflexiva, y de la que me etrevo á decir que si encontrados intereses la desconocen, la eclipsan de nuevo, medios sobrados tiener»
para el logro de este último efecto; pero lo será con carácter temporal porq u e , en definitiva, el triunfo es siempre el triunfo de lo verdadero.
Iba á extenilerme en alguna.s consideraciones que la tendencia contraria, la estacionaria, me merece, cuando leo en El Imparcial del 4 del co
KIÍVISTA DE LAS PRISIONIiS
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rriente, ocufiándoBe de los sucesos de Alcalá de Henares; ...sen realidad el
motín se ha originado de la falta de cumplimiento de las disposiciones últ i m a m e n t e dictadas para reformar la administración y el régimen de los
Penales y Cárceles; de donde nacen incertidumbre y confusión lamentables
en empleados y presos, y como consecuencia natural, perturbaciones como
la anteriormente referida. Hace más de un año, en J u n i o pasado... se
dispuso por Real decreto que las mujeres penadas que existían en la Galera
¿e Alcalá... fuesen destinadas al Puerto de Santa María, para que los pé.
nado.s jóvenes que en el Presidio había pasaran á ocupar el edificio de las
mujeres y se convirtiera éste en escuela de reforma de menores, y á su vez
el que ocupaban los jóvenes, en Penal ordinario de adultos. Mas como las
penadas no han salido de la Galera, sin que podamos explicarnos la causa,
y al Presidio de jóvenes han sido destinados reclusos de otros Penales, la
mezcla de unos y otros, y la falta de trabajo, que por la anormalidad existente no ha jiodido establecerse, han sido la causa verdadera del conflicto.
Y lo más extraño del caso es... que en tanto en el Presidio de Alcalá reina
tal confusión y en los demás falta espacio para la gente que los ocupa, el
del Puerto de Santa María se halla vacio, esperando que las reclusas vayan
á habitarlo. Parécenos que este asunto vale la pena de que en él fijen la
atención el Ministro de Gracia y Justicia y el Director de Penales,,á quie
nes no puede ocultar^e que es urgente y necesario el hacer que los servicios
penitenciarios salgan del desconcierto en que se encuentran, por no darse
c u m p l i m i e n t o á las disposiciones dictadas para mejorarlos.»
Para muestra basta un botón, y teniendo en cuenta las dimensiones de
este artículo, creo suficiente la magistral pincelada transcrita para demostrar que existe una tendencia irresistible á cohonestar, primero, y á retrotraer, después, toda clase de innovaciones provechosas para el Cuerpo de
Prisiones y para el mejoramiento del régimen penal y carcelario, tan ne•cesitados de aquéllas si han de merecer la consideración y han de alcanzar
la altura y estima que gozan en })aÍBes civilizados.
En tanto existan, cual polos de un mismo eje, dos tendencias que se
repelen y destruyen, serán clamores vanos todas las solicitudes para que
arraiguen, [)rosperen y purifiquen las mejoras deseadas.
OGELLAG.
Valcnciii y Septietaibre 1902.
LOS TRASLADOS
Dirán algunos ¡qué inoportunidad! entregarse á lamentaciones jeremíacas sobre traslados, ahora precisamente cuando falta motivo para la queja.
Pues por eso, precisamente, no encuentro mejor ocasión que esta, y me
:apresuro á aprovecharla; nadie puede creer que le censuro, cuando nada
t e n g o que censurar, lo cual me permite hablar libre y sinceramente, sin
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REVISTA UK LAS PRISIONES
temor á un traslado ó á una serie-de ellos, medida adoptada alguna vez con.
empleados «reformistas» y amantes de la rectitud en los procedimientos adminií-trativoB.
Un traslado, en la inmensa mayoría de los casos, representa para el
buen servicio y para los intereses particulares de los empleados un perjuicio tan grande como irreparable, del que no se dan cuenta los Ministros y
los Directores generales cuando disponen estos cambios.
Faltando un reglamento general, homogeneidad en la arquitectura penitenciaria, etc., es tan distinto el régimen y costumbres de una Prisión á
otra, que un empleado recién trasladado se halla durante algún tiempo á
una altura ca.«i igual que un funcionario novel. Aparte de estos inconvenientes, hay otros todavía mayores, pues no conociendo el edificio ni loa
presos, no pueden evitarse fugas, pendencias, estafas, comunicaciones peligrosas, etc , siendo, por t a n t o , de todo punto imposible el desempeño del
cometido. Tantos como son los empleados que figuran en una combinación,
son las Prisiones á las cuales alcanza la perturbación.
Sabido es que el sueldo de los empleados de Prisiones no alcanza á cubrir las necesidade.-i más apremiantes de la vida. El traslado obliga al trasladado á recurrir á la usura, que sólo puede utilizar en las condiciones m á s
desventajosas, |)ueá el prestamista alega como razones para elevar el interés
la irregularidad en el percibo de los haberes, y la posibilidad y aun la probabilidad de un segundo ó tercer traslado antes de haber satisfecho los gastos del primero. El usurero no ignora que la vida del empleado de Prisiones
está á merced de los reclusos, y que sería una imprudencia facilitar grandes
cantidades á quien ofrece tan pocas seguridades de solvencia, por lo cual el
trasladado no recibe más que lo preciso [)ara emprender él solo el viaje, sin
la familia. Llegado al punto de su destino, come si hay patrona bastante
compasiva ó bastante calculadora para aguardar d u r a n t e un mes á que el
pupilo cobre la paga, que á duras penas alcanza á cubrir los gastos ocasionados por el empleado por sí solo, como comprenderá perfectamente quien
con escasos recursos tenga que vivir separado de la familia. ¿Y ésta? Sin
poder recibir ni un céntimo, pues aun imponiéndose el empleado m u y
grandes privaciones, no puede mantenerse y dar mensualmente al prestamista la cantidad estipulada; fácil es imaginar eu triste situación, en algunos casos peor (jue la del cesante; ¡lorqueéste, para ser socorrido, puede alegar la razón de no tener sueldo; razón que todo el mundo comprende, pero
nadie entiende cómo puede morir de hambre la familia de un funcionario
que percibe con puntualidad su haber.
Si el empleado viaja con la familia, no basta el sueldo de muchos meses
para cubrir los gastos que ocasiona el transporte de las personas y el de los
muebles más [¡recisos. El exorbitante precio de los portes y la necesidad d e
reunir dinero, obliga á vender, mejor dicho, á mal vender todo objeto que
no sea de imprescindible necesidad, teniendo después que adquirir á elevado precio lo que se vendió casi de balde ó se regaló por falta de comprado-
REVrSTA DE LAS PRISIONES
523
res, á los que no puede aguardarse, y quienes se aprovechan de las critica»
circunstancias en que se halla el empleado para darle uno por lo que vale
ciento, y aun decirle que le hacen un favor; porque, «de todos modos, lo
tendrá usted que tirar». Se ha dicho que un par de mudanzas de domicilio
dentro de la misma población equivale á un incendio; juzgúese, pues, en
qué estado llegarán estos muebles, que, por regla general, nada tienen de
sólidos, después de ser llevados de un extremo á otro de la Nación.
El aspecto que ofrecen las habitaciones de los empleados de Prisiones es
de extrema pobreza, y no puede menos de llamar la atención de los vecinos,
quienes, si ignoran las dificultades con que luchan los individuos del Cuerpo, formarán muy mal concepto de ellos, pues sólo un jugador ó un hombre
entregado á la embriaguez puede carecer de ciertos objetos. Las personas,
muy pocas por cierto, que saben lo que ocurre con respecto de traslados,
pagas, etc., al ver que no se les puede ofrecer una silla donde sentarse, forman una idea muy exacta de lo poco que le preocupa al Estado el bienestar
de los que le sirven.
Hay que convenir en que, si se desean funcionarios incorruptibles, no
se ponen en ejecución los medios para tenerlos. Señalar á un empleado un
sueldo que no alcanza á cubrir las necesidades más apremiantes de la vida^
satisfacer con atraso los haberes y mermarlos cruelmente con costosos traslados, es—dlgage lo que se quiera—poner en peligróla rnoralidad de personas expuestas constantemente al soborno. Añádane á esto las exigencias del
caciquismo, la lentitud en los asceneoá^ la falta de un turno para cierto»
nombramientos, etc., y no habría que extrañar que faltara la satisfacción interior, base del cumplimiento del deber.
El tema de loa traslados no.está agotado; pues para exponer sus causas
y sus efectos, se necesitarla llenar un grueso volumen. Por hoy basta con
indicar el remedio más eficaz para evitar sus fatales consecuencias: que el
Estado indemnice á los empleados, ó pague, por lo menos, los gastos de locomoción. La circulación gratuita por ferrocarril llenaría cumplidamente el
objeto.
GREGORIO Y A G Ü E .
Tarrngona y Septiembre 1902.
INSPECCIÓN LOCAL DE PRISIONES
La última reciente Real orden dictando reglas para la práctica ejecución
del servicio de inspección local de Prisiones era de tan urgente necesidad que
su inmediata aplicación evitará en lo sucesivo la repetición de casos tan
desgraciados como el ocurrido en la Prisión preventiva del partido judicial
de San Roque (Cádiz) el dia 16 del presente mes.
Es de rigor, pero de absoluto rigor, que el Director del Estfiblecimiento
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RlíVISTA DE I.AS PRISIONES
•del Penal de Ceuta, á quien corresponde la inspección ipmediata y directa
de estas Prisiones de provincia, fije como dato interesante en la Memoria
que ha de redactar la conveniencia de la uniformación, vestuario mejor dicho,
oficial y característico de la clase de empleados en sus respectivas Prisiones.
Así lo dispone la Real orden antes citada.
Mas el tecnicismo do otras funciones, que son normales para el cumplimiento de las disposiciones vigentes del régimen de Establecimientos P e nales, conviene, pero muy preferentemente, indicar la representación, por
su investidura, caracterizada en el uniforme que tienen recíproca y respectivamente los empleados de las mismas Prisiones. De ahí se deduce la idea
de la subordinación y clase de la misma de unos para con otros de los empleados y el respeto derivado que los recluidos han de tener por el orden
de PU especial categoría.
Sin esa distinción principalísima, ¿cómo puede distinguirse la representación gradual de cada uno de los funcionarios de las Prisiones, y sobre
todo, el conocimiento en los presos para distinguirlos de cualquier otra
persona extraña al especial Cuerpo de esta clase de empleados?
No queremos, gracias al laconismo que exige las dimensiones de este
periódico, profundizar acerca de la conveniencia ó necesidad imprescindible de que los funcionarios de todas las Prisiones españolas estén caracterizados por las respectivas insignias de su categórica clase. E^o lo demuestra el hecho tristísimo ocurrido ú l t i m a m e n t e en la Prisión de San Roque y
que han referido muy particulalíJiente todos les periódicos del Cíimpo de
Gibraltar y la prensa en general de España.
¡Un Vigilante muerto á causa de la falta de uniforme!
Un joven de veintitrés años de edad hecho víctima de una equivocación
funesta en un soldado, que persiguiendo á un recluido fugado, mató al que
en cumplimiento de BU ineludible deber correspondía á evitar la misma
fuga. ¡Qué triste es eso! ¡Qué muerte tan sentida! ¡¡Qué triste es eso!!
El apologismo moral de ese hecho, como conclusión de estas lineas, vamos á reflejarlo en el siguiente silogismo:
El carácter oficial de todo funcionario público, para su debido respeto
con sus subordinados, se caracteriza por la distinción respectiva que le distingue como tal funcionario. Es así que el desgraciado Vigilante de la Prisión de San Roque, carecía de esa distinción oficial característica. Luego ha fallecido, dada la e(|uivocación del soldado que le ocasionó la
muerte, por falta de las insignias reglamentarias.
Esto no es prejuzgar responsabilidades, sino exigir el cumplimiento preceptuado en la Real orden de 10 de Septiembre de 1902 dirigida al ilustrí
simo Sr. Director general de Prisiones, inserta en la Gaceta del 12 del prei-ente mes.
ÜN COMPAÑERO DK LA VÍCTIMA,
VIGILANTE TERCERO.
RliVISTA Dli LAS PRISIONES
525
SUELTOS Y NOTICIAS
D o n IVarcis» l a n l i l é n .
El Jefe de la Cárcel de Sabadell, Sr. Guillen, nos escribe, para que hagamos público que el mes de Octubre del año último remitió á D. P e d r a
Luna, Escribano del Juzgado de Quintanar de la Orden, el importe del libra
que ofrecía á los aspirantes á tomar parte en las oposiciones, titulado«Contestación al programa de Ayudantes de segunda clase», anunciado med i a n t e circular.
A repetidas reclamaciones del Sr. Guillen, ora del libro anunciado, ora
del dinero remitido, ha contestado el Sr. Luna, unas veces diciendo que
por dificultades para la tirada j ' por exigencias de la imprenta, no habla
podido j)ubiicar la obra; otras que no remite el dinero por no haber libranzas en las oficinas del Giro mutuo, sin que hasta la fecha hayan llegado á
poder del Sr. Guillen, ni el libro ni su importe, no obstante haberse dirigido también al Juez de instrucción de Quintanar, al encargado del Giro y
al mismo Sr. Luna con distintas cartas.
La que nos manda el Sr. Guillen, asi como el escrito que le acompaña,
no te insertan literalmente por falta de espacio, limitándonos á dar á cono
cer su contenido, atendiendo á la súplica del remitente.
En previsión de que pudieran ocurrir casos como el relacionado, la R E
VIST.4 se ha abstenido de anunciar la publicación de obras en proyecto,
proceder que sigue y seguirá en lo sucesivo y lo hacemos público para q u e
no extrañen no podamos complacer á los que en tal sentido nos escriben.
Defunciones.
El 12 del corriente falleció en 01 ¡venza D. José Carapeto Sedas, padre
del Subjefe de la Prisión de Sevilla, D. Julio.
Sentimos la desgracia y nos asociamos al pesar que embarga al Sr. Carapeto y familia.
—También ha fallecido en Alcalá el Maestro de la Escuela de reforma,
D. Ensebio de Nicolás, á cuya familia enviamos nuestro sentido pésame.
Lioa a s p i r a n t e s .
D. Gaspar Martin, Vigilante segundo de la Prisión de Alcalá, nos escribe lamentándose de la lentitud con que son colocados los aspirantes á Vigilantes primeros que figuran en el Escalafón, pues hace quince años que
fueron aprobados, y aún figuran dieciocho de esta clase esperando colocación.
Dice el Sr. Martin que cuando toca cubrir vacantes á un aspirante y se
le ofrece, si no llega á ocuparla por cualquier causa, pasa el turno á los
individuos del Cuerpo que se hallan en activo, y cree que serla mejor otre-
526
REVISTA DE LAS PRISIONES
cerles dicha plaza á los aspirantes que siguieran en el Escalafón respectivo
para amortizarla cuanto antes y normalizar los ascensos, sin quitar á los
individuos activos los turnos que les corresponden.
Nos parecen atendibles las precedentes manifestaciones, sobre las cuales
llamamos la atención del Centro directivo.
(Lia U n i ó n
fiel C u e r p o d e
LIQUIDACIÓN EN 81 DE AGOSTO DB
Penales».
1902
Existencia en 1." de Agosto último
Ingresos durante el mes
:
Suman
Gastos en dicho mes
Qnedan para 1." de Septiembre de 1902..
Pesetaa.
Cts.
4.383
179
21
>
4 662
21
215
20
4.347
01
D í M O S T R i C l O N DE i OS IKOBESOS
Por cuotas mensuales de señores socios
Por devolución de anticipos de ídem
Suman
139
40
»
>
179
»
D E a o S T K A C l Ó N ÜK LOS OA8T0S
Por los de Siviretaría
Sellos gastados para contestar á señores socios de pj'ovincias.
Anticipo á D. Antonio Díeü para sn traslado á B a r c e l o n a . .
í d e m á D. Carlos Tamarit para ídem á Huelva
Socorro á D. Agustín García
Descuento sufrido en la venta de sellos de comunicaciones
que existían en poder del Sr. Tesorero
Suman
RESÜMKN
12
3
60
60
63
>
75
»
>
>
16
45
al6
2Ü
3.000
1.347
»
01
«CONÓMICO
Cartilla del Monte de Piedad niim. 64 400
Metálico, libranzas y sellos en Tesorería
Suman
Crédito contra señores socios
S U M A TOTAL POR TODOS CONCEPTOS
4.347
01
6,345
41
10 692
42
E l S r .
íSIlvela.
Ha regresado á Madrid el Subsecretario de Gracia y Justicia, D. Luis
Silvela, y se ha vuelto á hacer cargo de la Dirección de Prisiones, cesando,
por tanto, el Sr. Cepeda, que la venía desempeñando.
El Sr. Merelles, Director propietario de dicho Centro, ha retrasado su
viaje unos días. Según nuestras noticias, llegará á Madrid el 29 del corriente.
REVISTA UE LAS I^KISIONES
527
Elevaotón de categoría»
El Ayuntamiento de Reus (Tarragona) ha acordado elevar á la categoría
<le Ayudante segundo la jefatura de la Prisión preventiva de aquella ciudfid, cuyo acuerdo ha sido aprobado por la Dirección general del ramo.
JÜTueva v í c t i m a .
En la Prisión de San Roque ha ocurrido una lamentable desgracia.
Un recluso logró evadirse, y el Vigilante tercero, D. José María JPuche,
corrió tras él con el propósito de capturarle. A las voces del empleado acu
•dio la fuerza militar, y como iba vestido de paisano le confundió con el re
cluso é hizo fuego sobre él, causándole la muerte.
Muy de veras lamentamos la desgracia y nos asociamos al pesar de la
familia del Sr. Puche.
No nos extendemos en consideraciones, porque en el artículo Inspección
local de Prisiones que en otro lugar insertamos, las hace su autor muy atinadas. Le hemos recibido en el correo de hoy, é ignoramos quién le ha escrito,
sabiendo sólo que viene de Algeciras, por el sello del sobre.
Y nos alegramos que por un Vigilante tercero se trate asi de una cuestión que, tanto por las razones que expone, cuanto por otras muchas, ha
•defendido y sigue defendiendo la REVISTA.
A los encargados de hacer que lo mandado se cumpla, se les debe exigir
la responsables consiguiente por su falta de cumplimiento.
COMISIÓN GESTORA DE DERECHOS PASIVOS
Melación de las cantidades recibidas hasta la fecha.
Suma anterior, 165'90 pesetas —Pamplona, 3.—Zamora, 7.—Luarca, 2.
Rivadeo, 2.—Egea, 2.—Puerto de Santa María, 6—Orgaz (Toledo), 3.—
Olot, 1'50.—Gandesa, 2.—Tarrasa, 3.—Palma, 2'50.—Tineo, U'45.—Bilbao, 6.—San Sebastián, 3.—Montilla, 2.—Cárcel de mujeres (Madrid), 2'70.
Barcelona, 15.—Son 229'05.
Varias cartas que hemos recibido de suscriptores que estaban y están
atrasados en sus pagos, nos obligan á poner estas líneas.
Sólo vive la REVISTA de las suscripciones, y nos parece que está en su
perfecto derecho al reclamar, en la forma atenta en que lo hace, aquello
<jue se la debe.
Sobradamente saben nuestros lectores que la falta de pago, por parte
de no pocos, nos obligó á suspender la publicación en Octubre de 1900,
quedando á deber al periódico 2.033 pesetas, que por cierto no ha cobrado.
A nadie pedimos, ni mucho menos obligamos áqueseasuscriptor. Pero
el que se suscribe sabe que contrae la obligación de pagar, como la contraemos nosotros con la imprenta, correo, etc., que no tienen en cuenta si
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REVíSTA DE LAS PRISIONES
hay ó no morosos, amén de ios trabajos y desvelos por mantener la publicación.
En consecuencia á lo expuesto, rogamos al que no quiera pagar la suscripción, nos io manifieste para darle de baja, y nos evitará la molestia de
enviarle recordatorios.
BIBLIOGRAFÍA
Contestaciones á los programas para las oposiciones de Ayudantes del CuerpO'
de Penales, por D. Pedro Bruyel, Director de los de Alcalá.
Se ha publicado el tercero y último cuaderno de esta obra. De! primero
y segundo nos ocu[)aino8 á su tiempo. En este último incluye el autor el índice de los tres.
El correspondiente al primero comprende lo relativo á Código penal y
leyes de Etijuiciamiento criminal; el segundo, nociones de Moral; el tercero, legislación de Prisiones y Antropometría.
Satisface la obra d los programas oficiales, y creemos que con ella se
puede adquirir la preparación necesaria para contestar á ios temas objeto
de las oposiciones, por lo cual es recomendable á los que aspiren á ton)iir
parte en eUas.
» *
Contestaciones á los programas de examen para ingreso en el Cuerpo de Prisiones, por D. Ricardo Marcíjs, Ayudante de segunda clase y antropómétra
de la Escuela de reforma de Alcalá de Henares.
Constituye el trabajo del Sr. Marcos un folleto de 120 páginas, y en forma clara y concisa contesta á los temas de lectura, escritura, Gramática,
Aritmética, organización del Cuerpo de Prisiones y artículos del Código penal y ley de Enjuiciamiento criminal.
Decimos respecto á esta obra dedicada á los exámenes de ingreso de Vigilantes, lo mismo que hemos dicho respecto á la del Sr. Bruyei, destinada
á las oposiciones de Ayudantes segundos.
Juzgamos á una y á otra tan oportunas en su aparición, como útiles para
el objeto á que se destinan.
OBRAS QUE PUEDEN ADQÜIUIRSE EN LA ADMINISTRACIÓN DE ESTA «REVISTA'
Peseta-i.
DE D. FERNANDO CADALSO
Diccionario de Legislación Penal, Procesal y de Prisiones, tomo primero (1.000 páginas) letras A , I I y C
15
ídem Id. tomo segundo, en publicación, publicadas 532 páginas,
letras D , E , F
6
(El Diccionario se publica en la REVISTA, y puede adquirirse
por suscripción á la mitma, la parte que falta por publicar. En
la j)arte ya publicada se hace á los suscriptores la rebaja del 30
por 100, tanto en el Diccionario, como en las demás obras del mismo autor).
J.
GóNooBA, IMPRESOS. — SAÍÍ BEBNABDO, NÚM. 85. — MADBID:
1902.
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