LOS MUNDOS INFERIORES - Biblioteca Virtual Universal

Tesoro de la Juventud
LOS MUNDOS INFERIORES
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Tesoro de la juventud
LOS MUNDOS INFERIORES
Del libro de los "por qué"
LAS regiones infernales situadas bajo la tierra conservaban en su seno a los muertos.
Estas regiones eran cuatro: Erebo, Infierno, Tártaro y Elíseo.
Tártaro era el palacio de los dioses del mundo inferior y su comitiva. Ocupaba una gran
extensión en el seno de la tierra, y estaba rodeado de una triple muralla de bronce. Ningún
ser vivo, podía penetrar en Tártaro.
Elíseo, residencia de las almas virtuosas, una vez muertas. Algunos antiguos colocaban al
Elíseo en una isla africana, otros en Italia. El nombre «Campos Elíseos» de París,
proviene de los campos de Elíseo.
El Infierno, lugar terrible con toda clase de torturas y castigos, se suponía que estaba
rodeado de fuego, terribles pantanos y ríos de agua hirviente, que no dejaban ninguna
esperanza de escapatoria posible a los que a él iban.
Erebo era el lugar subterráneo más cercano a la tierra, el camino al Infierno o al Elíseo.
Los antiguos creían que las sombras de los desgraciados que no habían sido sepultados,
vagaban por espacio de cien años por el Erebo, antes de conocer el lugar que se les había
destinado.
Estigia, era un famoso río que circundaba al Infierno. Sus aguas fangosas corrían por las
más oscuras tierras. Los dioses siempre juraban en el Estigia.
Aquerón, otro río como el Estigia. Estaba representado por un anciano ataviado con ropas
húmedas, y a su lado, generalmente, una lechuza.
Cocito, otro río infernal, tributario del Aquerón. Esta corriente se suponía estar formada
por las lágrimas de los malos, y también era llamado el río de las lamentaciones.
Plutón, el hijo tercero de Saturno y Rea, a quien las regiones inferiores le fueron dadas
cuando a Júpiter le dieron los cielos y a Neptuno el océano. Plutón vivía en Tártaro.
Debido a su horrible fealdad, nunca pudo encontrar esposa y se raptó a Proserpina a la
que hizo reina. Su atributo es el ciprés de reina, el cual está formado de tupido follaje,
que es el símbolo de la melancolía y del dolor.
Proserpina, la linda muchacha a quien Plutón raptó para hacerla su reina. Los antiguos
creían que nadie podía morirse sin que Proserpina cortase el hilo de su vida, con la ayuda
de Atropos.
Caronte, un hijo de Erebo y de Nox, conducía las sombras de los muertos al Estigia e al
Aquerón. Caronte era un viejo malo y los que no tenían el dinero, no podían viajar en su
bote. Por esto es que los antiguos nunca dejaban de poner dinero en las bocas de sus
muertos. Aquellos que no habían sido enterrados, no podían hacer la travesía en su barca,
y la leyenda los supone vagando durante cien años, en los bancos del río. A Caronte lo
pintan con una vestimenta lúgubre, manchada con las sucias y descompuestas aguas del
fangoso río. Aparece de pie en su barca, empuñando los remos.
Cerbero, el perro de tres cabezas de Plutón, era el guardián de la entrada del infierno. Su
misión consistía en vigilar que los muertos no se escapasen de la prisión, y evitar que los
curiosos entrasen en él antes de morir. En las medallas antiguas Cerbero aparece de pie
junto a Plutón, pero en los edificios generalmente se le ve encadenado al lado de
Hércules, que lo arrastra hacia los mundos inferiores.
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W. M. JACKSON Inc., Editores
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