El Espíritu de Bendecir - Pastoral Liturgy® Magazine

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El Espíritu de Bendecir
Denise La Giglia
Hace muchos años me conmovió
mucho lo que contó Corrie ten Boom
sobre la actitud de su hermana hacia
los bichos que infestaban sus dormitorios en el campo de concentración.
A su hermana le parecían una bendición ¡piojos y chinches! Gracias a
ellos, los guardias no entraban a ese
espacio. Esto le daba a su hermana la
oportunidad de para compartir la
Buena Noticia del Evangelio con los
demás, llevándoles consuelo, y a ella
misma, alegría. Imaginar que aquello
fuera una bendición era todo un reto
para mí. Sin embargo, la vida me ha
demostrado que podemos encontrar
bendición en todo, incluso en lo más
doloroso.
Hubo un tiempo en el que yo
miraba lo negativo como algo que
tenía que superar. Para mí, la “vida
real” consistía en que todo estuviera
bien. Pero fue muy liberador confrontar las limitaciones de esta actitud mía y abrazar como “vida
real” tanto las alegrías como las tristezas. A una conocida mía,
quedarse detenida por un tren le parece una bendición,
porque le da tiempo para desacelerarse, respirar profundamente y orar por los enfermos. En nuestra vida, siempre
podemos elegir experimentar las bendiciones de cada evento y
circunstancia. De esta manera nos “desatoramos y balanceamos”. La vida se vuelve más rica, pues comenzamos a notar
más esas cosas que llamamos “bendiciones”, como una puesta
de sol, una sonrisa o una nevada.
Para hacerlo, debemos cambiar por dentro, ver con
otros ojos, “desapegarnos”. A veces, exige mucho esfuerzo y
valor este proceso de vencer miedos, dudas, heridas, enojos,
decepciones, actitudes y tristezas, para mirar la bendición,
para ver la invitación a aprender, a crecer. No olvidemos que
somos el pueblo que canta “Oh feliz culpa…” en el Exsultet de
la Vigilia Pascual, en clara referencia al bíblico “pecado de
Adán… que mereció tal Redentor”. También somos los fieles
que celebramos la Exaltación de la Cruz. Somos el pueblo que
experimenta continuamente el Misterio Pascual. Entendemos
que al celebrar la muerte y la resurrección, percibimos la bendición en sus distintas formas. A veces, sólo tenemos que
recordar lo que ya sabemos. Por eso, emplear con toda intención las palabras “bendición” o “bendecir”, puede sernos muy
útil. Mirar bendiciones, hablar bendiciones, ritualizar bendiciones, nos
recuerda que podemos vivir en plenitud en medio de la intensa oscuridad.
Invocar “bendiciones” y practicarlas
cada día, de modos simples y fáciles,
nos prepara, creo yo, a encontrar la
bendición cuando nos veamos seriamente tentados. La hermana de
Corrie ten Boom no pudo haberse
sentido bendecida en aquel campo de
concentración sin sus “ejercicios de
bendición” diarios.
“Los sacramentales proceden
del sacerdocio bautismal: todo bautizado está llamado a ser una ‘bendición’ y a bendecir” (Catecismo de la
Iglesia Católica [CIgC], 1669). Esto es
formidable, porque bendecir a otro
sin “ser bendición” sería tanto como
hablar por hablar. Por lo mismo,
primero interiorizamos la bendición
y luego la transmitimos. ¿Podemos
pausarnos como para hacer esto con toda conciencia: percibir,
reflexionar, bendecir? ¿Podemos darnos tiempo para bendecir
a los demás, por ejemplo, haciendo la señal de la cruz en la
frente de nuestro hijo cuando se va a la escuela por la mañana
y decirle: “Que Dios te bendiga”? ¿Practicamos rituales simples en ocasiones particulares como pedir a los familiares que
pronuncien una bendición por el que celebra su cumpleaños?
Hay muchas ocasiones para avivar nuestra imaginación y pronunciar bendiciones en momentos oportunos. Oraciones
católicas del pueblo de Dios, Salmos de alabanza ilustrados,
Oracional bilingüe para niños, Oración dominical para católicos, y Celebremos los tiempos litúrgicos (todas publicadas por
LTP), pueden servir como guías para bendecir en diversas circunstancias. Saber que “bendecir es una acción divina que da
la vida…” (CIgC, 1078) nos anima a practicar “ser bendición”.
En cada circunstancia de la vida, cuando hablamos y ritualizamos bendiciones, impulsamos la obra del Espíritu y alabamos a Dios.
Denise La Giglia es directora espiritual y músico. Es autora
de Weekly Prayer for Music Ministers 2014 (LTP) y coautora
de The Liturgical Flutist (GIA).
© 2014 Arquidiócesis de Chicago: Liturgy Training Publications, 3949 South Racine Avenue, Chicago, IL 60609; 1-800-933-1800; www.LTP.org.
Ilustración de Patrick Brown. Pastoral Liturgy® revista, Mayo/Junio 2014, www.PastoralLiturgy.org.
Esta página puede ser reproducida para uso personal o parroquial, siempre que aparezca en el texto la debida nota legal.
También se puede descargar de www.PastoralLiturgy.org: http://www.pastoralliturgy.org/resources/ElEspiritudeBendecir.pdf
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