El género: masculino y femenino (niños - niñas)

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El género: masculino y femenino (niños - niñas) como factor social en el proceso
de adquisición de una segunda lengua: diferencias de aptitud lingüística en el
inglés como lengua extranjera.
Kenia Nohemí Urbina Méndez
Postgrado de la Facultad de Filosofía y Letras, UANL
[email protected]
Armando González Salinas
Postgrado de la Facultad de Filosofía y Letras, UANL
[email protected]
Resumen
El presente trabajo de investigación tiene como objetivo mostrar un panorama general sobre la influencia
de los factores sociales sobre la adquisición de segundas lenguas. Se presenta de forma específica un
análisis de género centrado en niños y niñas entre 7 y 9 años de edad. Se analizan teorías que declaran
que la diferencia en el aprendizaje es debido a factores biológicos, lo que contrasta con estudios que
establecen que dicha diferencia es como consecuencia de factores sociales. Al final se presentan
propuestas para mejorar el ambiente escolar y propiciar el aprendizaje mediante la igualdad de género en
el aula.
Palabras clave: género, adquisición de lenguaje, factores sociales.
Introducción
Adquirir una segunda lengua significa contar con la aptitud para expresarse en dos códigos diferentes con
el mismo grado (en lo deseable) de competencia lingüística. En la actualidad, la persona que adquiere
una segunda lengua se abre paso a nuevas culturas, experiencias y oportunidades de crecimiento tanto
personales como profesionales. En el campo educativo, es de vital importancia el aprendizaje de una
segunda lengua y el proceso se torna más sencillo si éste comienza desde la infancia.
Existe una diferencia entre los términos de sexo y género ya que el primero se enfoca a aspectos
biológicos y el segundo a aspectos sociales. Ambos términos son utilizados en los resultados de
investigaciones que señalan la diferencia de género como factor determinante en el proceso adquisición
de segundas lenguas. Hay estudios que demuestran que el cerebro de niños y niñas se desarrolla de
forma diferente. En las niñas, por mencionar un ejemplo, el área del lenguaje madura antes, mientras que
en los niños es el área visual y espacial. Otros estudios revelan que el principal factor para la adquisición
de la segunda lengua en niños y niñas es la motivación y el ambiente social. Este trabajo de investigación
está basado en el agente de género como factor social aunque como es claro, no podemos desligar el
aspecto social del biológico por lo que se harán referencias a estudios enfocados en diferencias
biológicas entre niños y niñas que ayudan a explicar el proceso de adquisición de una segunda lengua,
en este caso el inglés.
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La adquisición de una segunda sólo se llevará a cabo de forma satisfactoria si el aprendiente está en
contacto con la sociedad puesto que el principal medio para adquirir otra lengua es el contacto con otras
personas. En el caso de un niño, este contacto estará representado por el ingreso a la escuela, ya que
deberá aprender a relacionarse con los demás (por lo menos dentro del área escolar) a través de una
nueva lengua.
Después de un tiempo prudente de estar en contacto con la nueva lengua, el niño aumentará la confianza
para comunicarse en el segundo idioma; sin embargo, es importante mencionar que este aspecto se verá
influenciado por ciertos factores como el tipo de personalidad del aprendiente, y el ambiente social, entre
otros. Existen niños(as) que no dan demasiada importancia a la exactitud de su producción lingüística, se
basan en repeticiones de fórmulas y se concentran en la transmisión de mensajes, no de estructuras. Por
otro lado, existe otro grupo de niños(as) que se interesa más por la construcción del contenido del
mensaje, por la gramática y demás reglas y obviamente, sólo sentirán confianza para hablar en el
segundo idioma cuando los errores aún persistan pero sean considerados normales para la adquisición
de otra lengua. En ambos casos, el ambiente social del aprendiente será elemento determinante en el
proceso de adquisición de la segunda lengua.
Los factores sociales afectan claramente el proceso de aprendizaje de una segunda lengua, en el caso
de género, se han realizado muchas investigaciones y se han obtenido una gran variedad de resultados.
Aunque algunos investigadores concuerdan que las mujeres tienen habilidades de lenguaje superiores a
las de los hombres, hasta este momento no existe evidencia contundente en cuanto a una base biológica
que explique dichas diferencias, cabe mencionar que el factor de la edad está muy relacionado y tiene
cierto grado de influencia.
Como se detallará más adelante en este trabajo de investigación, las interacciones de género con otros
factores sociales y externos como estereotipos de género o comentarios de compañeros y padres tienen
influencia en el éxito o fracaso en experiencias del aprendizaje de una segunda lengua dentro del salón
de clases. Por lo tanto, los docentes deben tratar de cambiar de actitud y alentar a los aprendientes y
colegas a evitar estereotipos de género, asegurando que la igualdad de género se experimenta dentro del
aula, lo cual se verá reflejado en un ambiente cómodo en el que los niños y niñas se sentirán libres de
participar y por lo tanto, de aprender.
A través de este escrito se tratarán de resolver preguntas como las planteadas a continuación:
a) ¿Se debe considerar el elemento de género como factor determinante en la adquisición de una
segunda lengua en los niños y niñas?
b) Si el factor de género influye en el proceso de adquisición de lenguas, ¿dicha influencia se basa
en un enfoque social o biológico?
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c) ¿Se pueden ligar otros factores como los prejuicios de género o la edad al impacto que tiene el
elemento de género sobre la adquisición de una segunda lengua?
d) ¿Es posible que el factor de género afecte la adquisición de una segunda lengua después del
período crítico?
Si bien es cierto que son muchos los factores que influyen en el proceso de adquisición de segundas
lenguas, este trabajo abordará específicamente el factor de género en niños y niñas entre 7 y 9 años de
edad y se mencionará también a manera de ejemplo, una comparación de factores lingüísticos y
diferencias de logros entre dos adultos (hombre y mujer) de 25 y 26 años de edad. Además, se
mencionarán algunas soluciones aplicables en cualquier institución educativa que desee eliminar
comportamientos discriminatorios y sexistas que afectan el desarrollo de los aprendientes.
El factor social de género
El género es una “categoría que subraya la construcción cultural de la diferencia sexual, esto es, el hecho
de que las diferentes conductas, actividades y funciones de las mujeres y los hombres son culturalmente
construidas, más que biológicamente determinadas.” (Murguialday, 2006). Partiendo de esta definición,
tenemos claro que la diferencia en el aprendizaje de una segunda lengua (entre niños y niñas en este
caso) se ve influenciado por factores sociales y no biológicos precisamente.
Desde el punto de vista antropológico, el género se define como la interpretación cultural e histórica que
la sociedad elabora en relación con la diferenciación sexual. Dicha interpretación da como resultado un
conjunto de representaciones sociales, prácticas, discursos, normas, valores y relaciones, es decir, un
sistema de género, que da significado a la conducta de las personas en función de su sexo. En
consecuencia, el género estructura tanto la percepción como la organización concreta y simbólica de toda
la vida social (Murguialday, 2006).
La psicología también ha dado su propia definición del concepto género tomándolo como el proceso
mediante el cual individuos diferentes biológicamente se convierten en mujeres y hombres, mediante la
adquisición de aquellos atributos que cada sociedad define como propios de la feminidad y la
masculinidad. Por lo tanto, el género es la construcción psicológica y social de lo femenino y lo
masculino. De acuerdo con los hallazgos planteados por Murguialday (2006), desde la perspectiva
psicológica, el género es una categoría en la que se articulan tres elementos básicos:
a) La asignación de género: se realiza en el momento en del nacimiento, a partir de la apariencia externa
de sus genitales.
b) La identidad de género: es el esquema ideológico y afectivo más primario, consciente e inconsciente,
de la pertenencia a un sexo y no al otro. Se establece por lo general a la misma edad en que el niño o la
niña adquieren el lenguaje (entre los 2 ó 3 años) y es previo a que estén conscientes de la diferencia
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anatómica entre los sexos. Una vez que se establece la identidad de género, es decir, cuando un niño
reconoce y asume su papel perteneciente al grupo de lo masculino y una niña al de lo femenino, ésta se
convierte en un filtro por el que pasan todas sus experiencias.
c) El rol de género: es el conjunto de deberes, aprobaciones, prohibiciones y expectativas acerca de los
comportamientos sociales apropiados para las personas que poseen un sexo determinado. La
clasificación del ideal masculino o femenino es estandarizada hasta el estereotipo, aunque en el
desarrollo individual a futuro del aprendiente, éste haga una elección personal dentro del conjunto de
valores considerados propios de su género.
El término rol de género describe los comportamientos asignados socialmente a los hombres y a las
mujeres. El psicólogo estadounidense Robert Stoller realizó una serie de estudios sobre los trastornos de
la identidad sexual y en el año de 1968 definió la identidad de género y aseguró que ésta no se determina
por el sexo biológico, sino por las experiencias, ritos y costumbres que se atribuyen a cierto género y con
las cuales se rigen hombres y mujeres durante toda su vida (citado por Murguialday, 2006).
Es común que en la mayoría de las investigaciones sobre conducta se incluya la variable género en la
búsqueda de diferencias en las áreas de conocimiento; sin embargo, un punto en común de dichas
investigaciones es que el interés ya no se centra tanto en qué tareas propician o no diferencias sexuales
sino en si ambos sexos utilizan o no las mismas habilidades al solucionar un mismo problema (Martín del
Buey y Camarero, 2001). Esta declaración permite darnos cuenta de la importancia y alcance que puede
tener la distinción marcada de género en la vida diaria de nuestros aprendientes.
El género determina las interacciones de los seres humanos, es decir, tiene influencia sobre nuestras
relaciones sociales. Los roles y estereotipos de género, femeninos y masculinos, están muy arraigados
en la sociedad por lo que son considerados como la expresión natural de los fundamentos biológicos del
género. Es común escuchar dentro del entorno escolar frases como “las niñas trabajan mejor que los
niños, con mayor orden y limpieza”, “los niños nunca se concentran, siempre están jugando”, entre otras.
La fijación de estereotipos de género como “las niñas aprenden rápido” y “los niños no se interesan por la
escuela” puede resultar en un condicionamiento inconsciente por parte de padres o docentes hacia el
aprendiente, lo que claramente afectará su aprendizaje.
Aunque es evidente que las diferencias en el aprendizaje de lenguas se pueden basar en factores
sociales, existen algunas investigaciones basadas en aspectos biológicos. El cerebro de niños y niñas se
desarrolla de forma diferente, el área del lenguaje madura antes en las niñas, mientras que en los niños,
es el área visual-espacial lo que les permite desarrollarse sin problemas en materias como la geometría y
las matemáticas. Las niñas demuestran tener una mejor agudeza auditiva (hasta siete veces mayor que
sus compañeros) lo que explicaría que las niñas hagan comentarios de que su padre les grita al momento
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de algún regaño o en conversaciones comunes, cuando él cree que está hablando normalmente. Si no se
toman en cuenta este tipo de diferencias en clase, se crearán conflictos de intereses, es decir, habrá
niñas que piensen que las matemáticas son difíciles y niños de la misma edad que crean que la literatura
y el lenguaje son aburridos o bien, cosas de niñas (citado en la revista Kindsein).
Investigadores de las Universidades Northwestern y de Haifa (2008) demostraron a través de un estudio
que las áreas cerebrales asociadas con el lenguaje, trabajan con mayor intensidad en las niñas que en
los niños durante actividades de lenguaje, además encontraron que niños y niñas dependen de diferentes
partes del cerebro al momento de realizar dichas actividades. Si se realizan investigaciones similares
sobre los patrones de procesamiento del lenguaje que ocurren en el salón de clases, podría significar una
posible modificación en los métodos de enseñanza.
Queda claro que los factores sociales afectan el aprendizaje de una segunda lengua, en el caso particular
de género, se han obtenido resultados contrastantes. Con base en mi experiencia personal, puedo
mencionar que es posible encontrar una base biológica para explicar las diferencias debido a que en la
mayoría de los casos las niñas superan a los niños en actividades similares como ejercicios de
comprensión auditiva; sin embargo, no se puede omitir el efecto que los factores externos (estereotipos
pueden representar el más significativo) tienen sobre los aprendientes.
Diferencias de género entre niños y niñas de edades entre 7 y 9
El factor de género fue seleccionado para análisis debido a mi actual campo de trabajo, una escuela
particular de Inglés (el nombre de la escuela así como el de los aprendientes mencionados, se omiten o
cambian por cuestiones de privacidad). Los aprendientes tienen de 7 a 9 años de edad, pertenecen a una
misma clase social y tienen la misma identidad étnica, por lo cual, el factor clave para estudiar diferencias
en el aprendizaje de una segunda lengua en dicho grupo es el género. Se analizó la respuesta y
comprensión de actividades en una sesión normal de 3 horas, se seleccionaron un niño y una niña al azar
y aquí se presentan los resultados:
En la actividad de comprensión auditiva, Juan estuvo distraído y poco participativo, mientras que
Alejandra contestó correctamente la actividad. En la actividad de redacción Juan presentó estructuras
gramaticales correctas, al igual que Alejandra; sin embargo, el factor que llamó mi atención como docente
fue el cambio de actitud que tomó Juan al felicitarlo por no obtener errores, las personas de su grupo de
amigos le hicieron comentarios al respecto y al comenzar la siguiente actividad (juego de representación
de papeles) no hubo respuesta de su parte. En general, los resultados de las actividades se muestran a
favor de las teorías de género basadas en diferencias biológicas, aunque cabe mencionar que los
comentarios realizados por parte de los compañeros de clase, ocasionaron un cambio de actitud, lo que a
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largo plazo puede reflejar una disminución en el desempeño escolar debido a factores sociales externos,
lo que a la vez, avala los estudios basados en diferencias debido a factores sociales.
Diferencia de logros
E. Lenneberg (1967) postuló la hipótesis del período crítico, la cual establece que la capacidad para
adquirir el lenguaje se reduce al alcanzar la pubertad, debido a que el cerebro pierde plasticidad, lo que
implica una disminución de la capacidad para aprender una lengua. Al llegar a la pubertad, las zonas
cerebrales idóneas para el aprendizaje de una lengua pierden considerablemente su potencial de
aprendizaje de una segunda lengua, por lo que es necesario recurrir a otras zonas del cerebro y
readaptarlas para el nuevo tipo de aprendizaje y procesamiento lingüístico. En dicha situación, el
aprendizaje de la segunda lengua presenta más dificultades con respecto del aprendizaje de la primera
lengua, por lo que resulta muy complicado lograr un resultado equiparable, es decir, un aprendizaje y
dominio similar de ambas lenguas. La hipótesis del período crítico pone en ventaja la estimulación
temprana de nuestros aprendientes en cuanto a la adquisición de segundas lenguas.
La adquisición de segundas lenguas puede parecer difícil una vez que se pasa el período de pubertad;
sin embargo, no es una tarea imposible. Uno de los problemas que enfrentan los adultos que desean
aprender otra lengua es la dificultad para reconocer sonidos que no están dentro de los de la lengua
materna pues no son conocidos o pueden pasar como desapercibidos. A través del entrenamiento para
acostumbrarse a los sonidos de la nueva lengua, el proceso de adquisición de la nueva lengua se hará
más sencillo.
Se realizó la observación de dos adultos en su proceso de adquisición de segunda lengua: individuo A
(hombre de 26 años de edad, estudios de nivel superior, segundo idioma: portugués), individuo B (mujer
de 25 años de edad, estudios de nivel superior, segundo idioma: francés). Ambos individuos realizaron
sus estudios del segundo idioma en la misma institución pero en diferentes períodos. Tanto el individuo A
como el B mostraron gran interés en el proceso de aprendizaje.
Las observaciones generales demuestran que el individuo A propició un ambiente de empatía con el
docente lo que favoreció la libertad para expresar dudas y eliminar el miedo a los errores de
pronunciación o gramaticales. A base de práctica, el individuo A logró adquirir un dominio no perfecto
pero sí satisfactorio de la segunda lengua. Por su parte, el individuo B presentó problemas en un principio
para adaptarse y producir los sonidos de la nueva lengua debido a que algunos de ellos no existen en la
lengua nativa, el problema se solucionó con práctica y estudio de la posición y movimientos de músculos
faciales para una correcta pronunciación. En ambos casos se llegó a un dominio satisfactorio de la
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segunda lengua; sin embargo, es necesario mencionar que se requirió de mayor esfuerzo y atención para
lograrlo.
Reflexiones concluyentes
La elaboración de este documento de investigación surgió como uno de los diversos trabajos elaborados
en el transcurso de la materia denominada Adquisición de Segundas Lenguas que forma parte de la
maestría en la Enseñanza del Inglés como Segunda Lengua (UANL). Cabe mencionar que la información
expuesta anteriormente se maneja a nivel estándar ya que para llegar a conclusiones más especializadas
sobre el tema, es necesario un estudio sociolingüístico más profundo.
Después de analizar los diferentes estudios y casos específicos sobre género y adquisición de segundas
lenguas, podemos concluir que está comprobado que al realizar actividades de lenguaje, el cerebro de
niños y niñas trabaja en diferentes áreas; sin embargo, no hay teorías definitivas y algunos casos pueden
variar dependiendo de diversos factores tales como personalidad del aprendiente, ambiente social en que
se desarrolla, entre otros.
La interacción de género con otros factores sociales conduce al éxito o fracaso en experiencias de
aprendizaje dentro del salón de clases. Con la finalidad de evitar estereotipos de género y diferencias
basadas en una serie de factores externos como pudieran ser los comentarios de padres y compañeros,
los docentes debemos asegurarnos que se lleve a cabo la igualdad de género dentro del aula, las
siguientes propuestas pueden ser de gran ayuda en esta labor: hacer referencias constantes a los dos
géneros (profesores y profesoras, alumnos y alumnas, etc.), emplear ejemplos con mujeres y en
femenino, evitar el trato discriminatorio en determinados convencionalismos (niño travieso, niña educada,
etc.), evidenciar en los comentarios las manifestaciones de sexismo, proponer alternativas positivas,
entre otras.
Trabajar frente a un grupo nos permite saber que al inicio de cada ciclo escolar los niños y niñas siempre
llegan al salón de clases con diferentes fortalezas y debilidades. Lo que debe llamar nuestra atención
como docentes es que el modelo escolar en el que proceso de enseñanza es igual para niños y niñas, no
es apropiado o de provecho en todos los aprendientes ni lo es el modelo que se basa en estereotipos de
género. Nuestro reto es tratar de llegar a todos y cada uno de nuestros aprendientes por medio de
variaciones en nuestros métodos de enseñanza de tal forma que se eliminen los estereotipos de género,
así como cualquier factor que interfiera de forma negativa en el aprendizaje dentro del aula.
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Referencias
Abdelilah-Baur, B. (2007). El bilingüismo precoz consecutivo: de 3 a 6 años. En El desafío del
bilingüismo: crecer y vivir hablando varios idiomas. Madrid de España: Ediciones Morata.
Martín del Buey, F. y Camarero, F. (2001). Diferencias de género en los procesos de aprendizaje en
universitarios. Oviedo, España: Psicothema.
Ellis, R. (1994). The study of second language acquisition. Nueva York: Oxford University Press.
Lenneberg, E. H. (1967). Fundamentos biológicos del lenguaje. Madrid: Alianza Editorial.
Lynch, K. (2009). Gender and Education. European Commission. 54-57.
Murguialday, C. (2006). Género. Consultado el 8 de mayo de 2010 del sitio web del Diccionario de Acción
Humanitaria y Cooperación al Desarrollo:
http://dicc.hegoa.efaber.net/listar/mostrar/108
Northwestern University. (2008). Boys' And Girls' Brains Are Different: Gender Differences In Language
Appear Biological. Consultado el 12 de febrero de 2010 del sitio web de la revista Science Daily:
http://www.sciencedaily.com/releases/2008/03/080303120346.htm
http://kindsein.com/es/27/1/620/?ST1=Full_text&ST_T1=Article&ST_AS1=1&ST_LS1=0&ST_max=1
Consultado el 6 de mayo de 2010.
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