LA PLATA, 10 de setiembre de 2008. Y VISTOS:

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LA PLATA, 10 de setiembre de 2008.
Y VISTOS:
Estos autos caratulados “Banco Itau Buen Aire S.A. c/ Ministerio de EconomíaRentas s/ Pretensión declarativa de certeza”, causa n° 1778, en trámite por ante el
Juzgado de Primera Instancia en lo Contencioso Administrativo n° 2 de La Plata, a mi
cargo, de los que:
RESULTA:
I) Que el letrado apoderado del Banco Itau Buen Ayre S.A., promueve acción
declarativa de certeza en los términos del artículo 322 del código ritual, a fin de obtener la
declaración de inconstitucionalidad de la disposición normativa Serie “B” n° 12/03, a cuyo
cumplimiento fue intimada la institución bancaria por la Dirección Provincial de Rentas de
la Provincia de Buenos Aires, mediante notificación de fecha 24 de junio de 2003,
haciendo cesar de tal modo, la incertidumbre que aqueja a su mandante debido a que
dicha disposición colisiona con normas de raigambre constitucional, como es el secreto
bancario y la ley de entidades financiera n° 21.526.
Señala que mediante dicha notificación, la Dirección Provincial de Rentas de la
Provincia de Buenos Aires, fundamentándose en razones de buena administración y
sustentándose en el artículo 30 del Código Fiscal, requiere la aplicación de la Disposición
Normativa–Serie “B” n° 12/03, a los fines que las entidades financieras cumplan con un
nuevo régimen de información.
Aclara que la información requerida por el organismo recaudador se refiere a la
clave bancaria única de la cuenta, nombre y apellido del titular o titulares, CUIT, CUIL o
CDI, domicilio y monto de las acreditaciones bancarias. Agrega que el organismo intima a
su poderdante a presentar, dentro del plazo de quince días, la Declaración Jurada
Informativa correspondiente a los períodos marzo/abril de 2003, requerida en la
mencionada disposición, bajo apercibimiento de la sanción prevista en el artículo 51 del
Código Fiscal.
Considera que la letra del artículo 39 de la Ley de Entidades Financieras, texto
según ley 24.144, surge que la posibilidad de brindar a los organismos recaudadores de
impuestos provinciales y municipales información comprendida dentro de la figura del
secreto financiero, está supeditada al previo cumplimiento de los condicionamientos de
que: a) se refiera a un responsable determinado; b) se encuentre en curso una
verificación impositiva con respecto a ese responsable; y c) que la información haya sido
requerida formal y previamente.
Afirma que estos presupuestos no se cumplen en la disposición cuestionada a
cuyo cumplimiento fue intimada su representada por la Dirección Provincial de Rentas,
estableciendo un régimen sobre información que por estar referidas a operaciones
pasivas, se encontraría alcanzada por el secreto bancario previsto en el artículo 39 de la
Ley de Entidades Financieras, con cuya violación se tipifica la conducta prevista en el
artículo 157 del Código Penal, además de las sanciones del artículo 41 de la Ley de
Entidades Financieras n° 21.526 y las civiles por daños que pudieran derivarse.
Destaca que el criterio expuesto es el desarrollado por el Banco Central de la
República Argentina en su dictamen de fecha 15 de agosto de 2003, cuya copia adjunta a
fojas 23/26.
Cita precedentes de la Corte Suprema de Justicia Nacional referidos a la
procedencia de la acción declarativa promovida.
Señala que en el caso, la incertidumbre que se trata de aventar se encuentra
sustentada en el hecho de que sí su representada cumple con la disposición n° 12/03,
contradice palmariamente con la Constitución Nacional y con la Ley de Entidades
Financieras.
Funda dicha contraposición en dos circunstancias; la primera, la
inconstitucionalidad sobreviviente respecto de la violación al secreto bancario; y la
segunda en el desconocimiento por parte de la Dirección Provincial de Rentas de las
disposiciones establecidas en la ley 21.526, en las que se establece que las entidades
financieras no podrán revelar las operaciones pasivas que realizan, salvo excepciones
taxativas establecidas en el artículo 39, en las que no se encuentra comprendida la
Disposición Normativa Serie “B”, n° 12/03.
Señala que el interés jurídico suficiente, en el caso, esta dado en que la
incertidumbre acerca de si resulta ajustado a derecho no proveer la información solicitada
por la Dirección Provincial de Rentas, llevaría a su mandante a recibir una sanción que
implicaría una multa considerable, o bien, cumplir con dicho requerimiento, e incumplir
con lo dispuesto por la ley 21.526, violando normas de raigambre constitucional.
Sostiene que la entidad actora no tiene a su alcance otro medio idóneo que la
interposición de la presente demanda declarativa de certeza, ya que esta pretensión
puede ejercerse para evitar el daño de origen tributario, atento su carácter preventivo.
Entiende que se encuentran reunidos los requisitos de procedencia de la presente
acción declarativa, solicitando se declare formalmente admisible la misma y,
oportunamente se disponga la inaplicabilidad de la Disposición Serie “B” n° 12/03 a cuyo
cumplimiento fuera intimada su mandante, por intermedio de “Cédula de Intimación por
Incumplimiento al deber de información, Disposición Serie “B” n° 12/03”, cursada a su
representada por la Dirección Provincial de Rentas y notificada el día 24 de junio de 2003.
Solicita que hasta tanto se resuelva el fondo de la cuestión, se decrete la
prohibición de innovar sobre el tema, ordenándose a la demandada se abstenga de
aplicar a la actora los efectos jurídicos de la disposición normativa cuestionada.
Acompaña prueba documental y deja planteado el caso federal.
II) Que a fojas 46, el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Contencioso
Administrativo Federal n° 5, ante el cual se promovió la demanda, se declara
incompetente y remite la causa a la Justicia en lo Contencioso Administrativo de la
Provincia de Buenos Aires, conforme a lo dictaminado por el Fiscal Federal (fs. 44/46).
Que previo sorteo de ley (fs. 55), conforme a lo ordenado por el Excelentísima
Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo de La Plata (fs. 54), la causa
quedó radicada ante el Juzgado a mi cargo (fs. 56)
III) Que a fojas 67/69, se desestima la medida cautelar solicitada por la actora,
pronunciamiento confirmado por la alzada (fs. 93/94).
IV) Que conferido el traslado de la demanda (fs. 100), se presenta el Señor Fiscal
de Estado, la contesta y solicita se rechace en todos sus términos (fs. 104/115).
Señala que de conformidad a los antecedentes de del caso, la demanda en
traslado resulta formalmente improcedente, dado que no se encuentran reunidos los
requisitos a los que la normativa aplicable supedita la admisibilidad de este tipo de
procesos (arts. 12 inc. 4°, C.C.A. y 322, C.P.C.C.).
Sostiene la inexistencia de incertidumbre que justifique la procedencia de la vía
intentada, ya que conforme surge de las actuaciones administrativas -cuyas etapas
relevantes describe-, la autoridad de aplicación mediante resolución n° 795/05, decidió
instruir a la actora el sumario que determina el artículo 60 del Código Fiscal. Aduna que
contra éste acto administrativo, la entidad articuló una presentación en la cual insiste con
la supuesta incompatibilidad de la Provincia de Buenos Aires en establecer reglas que
obliguen a las entidades financiera a brindar información de sus clientes, pues según
sostiene se encuentran amparados por el secreto bancario.
Destaca que tal recurso se encuentra en trámite, lo que evidencia que en el caso
existen actos administrativos expresos que han dejado explícita la voluntad de la
administración con relación a la materia en debate, decisiones que debieron ser
impugnadas por la vía que establece la normativa fiscal o en su caso, entablar la
demanda contenciosa administrativa correspondiente.
Recuerda que el Código Procesal Administrativo provincial prevé expresamente la
impugnación de actos de alcance general –tal como el cuestionado en autos-, ya sea en
forma directa o indirecta.
Advierte que en definitiva el actor pretende impugnar en autos decisiones
administrativas de la Dirección Provincial de Rentas, obviando de tal forma los recaudos
de admisibilidad que al efecto establece el Código ritual de la materia.
Sostiene que en el caso, bajo la argucia de presentar el agravio de marras como
una situación de incertidumbre que debe ser aclarada, en realidad lo que se pretende
someter a decisión, es el análisis mismo de la validez y eficacia de las resoluciones
dictadas por el organismo demandado.
Remarca que no puede pretenderse a través de la acción intentada en autos,
sustituir otro tipo de proceso, dado que de tal forma se estaría permitiendo soslayar
indebidamente el cumplimiento de los requisitos de admisibilidad exigidos por el legislador
para la procedencia de las pretensiones contempladas en el Código Procesal
Administrativo. Cita doctrina legal de la casación bonaerense en apoyo de su postura.
Si bien entiende que lo dicho es suficiente para desestimar la demanda en
traslado, por aplicación del principio de eventualidad, sostiene que la misma es
inatendible desde el punto de vista sustancial.
Destaca que la disposición normativa Serie “B” n° 12/03, establece la obligación de
informar para los agentes inscriptos en el régimen de recaudación sobre créditos
bancarios y resulta complementario de las disposiciones normativas Serie “B” n°s. 10/02 y
30/02, en base a la autorización establecida por el artículo 6° de la ley 12.837. Afirma que
de tales disposición surge claramente que no existe violación a la normativa federal, sino
por el contrario, la misma habilita el establecimiento de reglas tendientes a hacer efectiva
una política tributaria en el ámbito de la Provincia de Buenos Aires.
Interpreta que tales facultades no se contradicen con la alegada pauta del artículo
39 de la ley 21.526, pues el artículo establece la excepción a la restricción de informar
para el caso de “los organismos recaudadores de impuestos nacionales, provinciales o
municipales”, indicándose algunas condiciones para su procedencia, las que según
afirma, no pueden contrarrestar el debido ejercicio del poder tributario provincial.
Recuerda que corresponde a la Provincia decidir todo lo referente a la
determinación y recaudación de las contribuciones que rigen en su territorio, contando
implícitamente entre estas facultades la de imponer deberes formales –como el de
información- a todas las personas que habiten o se desempeñen en su ámbito.
Entiende que mediante la disposición normativa Serie “B”, n° 12/03, se impone un
deber de información tendiente a maximizar la recaudación y combatir la evasión fiscal,
encontrando sustento inmediato en lo normado por el Código Fiscal de la Provincia y
legislación complementaria, que otorga amplias facultades a la Autoridad de Aplicación,
las cuales resultan necesarias para la consecución del bien común y, como fundamento
mediato, el poder tributario que la Provincia se ha reservado.
Sostiene la inconsistencia del planteo de inconstitucionalidad como fundamento en
el secreto bancario, resaltando que tal instituto debe analizarse conforme al artículo 1° de
la ley 23.271 y al criterio elaborado en el ámbito federal por la Dirección General
Impositiva –hoy AFIP- al dictar la Resolución General n° 2614/86, por el cual constituyó a
las entidades financieras comprendidas en la ley 21.526 en agentes de información
respecto de todas las cuentas corrientes, cheque postal y de caja de ahorro que existan
en sus casas matrices y sucursales ubicadas en el país.
Finalmente, alega la improcedencia del pedido de condena en costas, con
fundamento en la doctrina legal sentada por el cimero Tribunal de justicia provincial en el
precedente “Sayco”, sentencia del 11 de agosto de 2004.
Ofrece como prueba, copia certificada del expediente administrativo 2306-9220/03
y agregados, acompañados en el responde.
Cita doctrina y jurisprudencia en apoyo de su postura y deja planteado el caso
constitucional provincial y federal.
V) Que a fojas 119, se presenta espontáneamente el actor y formula
consideraciones con relación al escrito de contestación de la demanda, observando que el
Señor Fiscal de Estado no acredita personería, pues no hace mención a los actos que lo
habrían designado como tal.
VI) Que a fojas 123/124, se presenta el apoderado de Fiscalía de Estado y
recuerda que en lo atinente a la falta de acreditación de personería del Fiscal de Estado,
que al resultar ser un organismo de la Constitución (art. 155, Const. Pcial.), no es
necesario certificar personería alguna cuando comparece en defensa del fisco provincial.
Afirma que la presentación del Fiscal de Estado resulta legitimada por la índole del
interés que defiende, encontrándose además en ejercicio de tal función mediante la
designación legal efectuada el día 30 de noviembre de 1987, mediante decreto n° 10.369,
por lo cual no requiere de la exhibición de instrumento alguno que así lo acredite, en virtud
de la publicidad que su investidura adquiere desde la inserción en el Boletín Oficial del día
6 de enero de 1998.
En virtud de lo expuesto, sostiene que las observaciones formuladas carecen de
virtualidad.
VI) Que declarada la cuestión que se debate en autos, como de puro derecho (fs.
128) y adquiriendo firmeza el llamamiento de autos para sentencia (fs. 131/136), la causa
quedó en estado de emitir pronunciamiento (arts. 12 inc. 4°, C.C.A., ley 12.008, texto
según ley 13.101; 322 y concs., C.P.C.C.); y
CONSIDERANDO:
1°) Que en primer término y, a tenor de las observaciones que plantea la parte
actora respecto a la falta de acreditación de personería del Señor Fiscal de Estado, en el
escrito de responde de la demanda, procede recordar que el artículo 155 de la
Constitución Provincial establece que “habrá un fiscal de Estado inamovible, encargado
de defender el patrimonio del Fisco que será parte legítima en los juicios contenciosoadministrativos y en todos aquéllos en que se controviertan intereses del Estado. La ley
determinará los casos y la forma en que ha de ejercer sus funciones…”
En ese marco constitucional, la Ley Orgánica de Fiscalía (decreto-ley 7543/69,
establece que “el Fiscal de Estado representa a la Provincia, sus organismos autárquicos
y cualquier otra forma de descentralización administrativa, en todos los juicios en que se
controviertan sus intereses, cualquiera sea su fuero o jurisdicción, conforme con las
disposiciones de la presente ley” (art. 1°).
Así, a la luz de la cláusula constitucional y la norma legal transcripta, resulta
indubitable la legitimación y consecuente representación, del Señor Fiscal de Estado para
actuar en defensa de los intereses de la Provincia de Buenos Aires (conf. C.S.J.N. Fallos:
242:278).
2°) Sentado ello, procede destacar que el Código Contencioso Administrativo
prevé la posibilidad de articular pretensiones con el objeto de obtener la declaración de
certeza sobre una determinada relación o situación jurídica regida por el Derecho
Administrativo, las que tramitarán con arreglo a lo previsto en el artículo 322 del Código
Procesal Civil y Comercial (art.12, inc. 4°, C.C.A., ley 12.008, texto según ley 13.101).
Esta pretensión tiene por objeto suprimir un estado de incertidumbre acerca de un
derecho o de una situación jurídica, esto es, remover aquello que actualmente pone en
duda la existencia, la modalidad, la oponibilidad o interpretación de una determinada y
concreta relación o situación jurídica. De modo tal que obtenida la declaración de la
existencia o inexistencia de la relación jurídica, la pretensión declarativa ha alcanzado su
objetivo (conf. Morello-Sosa-Berizonce, Códigos Procesales en lo Civil y Comercial de la
Provincia de Buenos Aires y la Nación, Ed. Platense-Abeledo Perrot, Bs. As., 1984, t. IVA, p. 404).
Mediante la sentencia meramente declarativa, el peticionante tiende
exclusivamente a procurar la certeza jurídica, frente a un estado de incertidumbre que le
es perjudicial, pidiendo que se declare existente un derecho suyo e inexistente el derecho
ajeno, con independencia de la efectiva realización, de la condena o de la ejecución
forzada (conf. Chiovenda, Giusseppe, Acciones y sentencias de declaración de mere
certeza, en “Ensayos de Derecho Procesal Civil, traducción de Santiago Sentís Melendo,
t. I, p. 131).
Esta pretensión no persigue, contrariamente a lo que caracteriza a las de condena,
un pronunciamiento que cree en los órganos de ejecución el deber de actuar
compulsivamente contra el obligado. La sentencia que en ella recaiga tiene como finalidad
la de fijar, con carácter irrevocable, una relación jurídica o un estado de derecho que
hasta entonces permanecía desconocido o en incertidumbre (S.C.B.A., causa B. 66.031,
res. 6-IV-2004).
Por otra parte, la declaración de certeza debe sustentarse en un caso originado en
la actuación u omisión, en el ejercicio de funciones administrativas de los entes
mencionados en el artículo 1° del Código Contencioso Administrativo, de modo tal que el
accionante debe invocar un interés real, concreto y suficiente para incitar la jurisdicción.
No puede pretender la interpretación abstracta de una norma jurídica, ni pronunciamientos
meramente teóricos o hipotéticos.
Así, la Corte Suprema de Justicia Nacional tiene decidido que la acción declarativa
no comprende planteamientos académicos o declaraciones abstractas, pues la petición
tiene que referirse a una relación jurídica concreta, esto es, responder a un caso que
busque precaver los efectos de un acto en ciernes al que se atribuye ilegitimidad (Fallos:
304:759; 310:606; 311:421 y 1835; 318:2374).
La idea básica –sostiene Chiovenda- consiste en entender que se da interés
suficiente cuando la situación de hecho es tal que el actor, sin la declaración judicial de
certeza, sufrirá un daño, de modo que la declaración judicial se presenta como medio
necesario para evitarlo (conf. Chiovenda, Revista de Derecho Procesal, año V, primera
parte, p. 561). Así para este autor son casos típicos de interés, la negación pública de un
derecho que el actor juzga poseer y la jactancia de un derecho por parte de la demandada
(conf. Ensayos de Derecho Procesal Civil, traducción de Santiago Sentís Melendo,
Buenos Aires, 1940, t. 1, p. 198 y ss.).
En suma, la pretensión de sentencia declarativa de certeza tiene por finalidad
primordial obtener una declaración judicial que ponga fin a un estado de incertidumbre
sobre la existencia, modalidades, o alcance de una relación jurídica en aquellos casos en
los que esa falta de certeza pueda producir un perjuicio o lesión actual al actor.
2°) Sentadas tales pautas rectoras de la pretensión de mera certeza y tal como
han quedado expuestas las circunstancias del caso, juzgo que en el sub judice no
concurren los presupuestos de procedencia formal de la vía elegida, prescriptos por el
ordenamiento adjetivo (arts. 12 inc. 4°, C.C.A., ley 12.008, texto según ley 13.101; 322,
C.P.C.C.).
En efecto, no se advierte que la actora pretenda poner fin a un estado de
incertidumbre sobre una determinada relación o situación jurídica regida por el derecho
administrativo, sino por el contrario, plantea concretamente, su discrepancia con el acto
de intimación notificado el 24 de junio de 2003, mediante el cual la Dirección Provincial de
Rentas de la Provincia de Buenos Aires, la emplaza, dentro de un plazo perentorio, a
regularizar su situación, presentando la correspondiente Declaración Jurada Informativa,
en su carácter de Agente de Información del régimen establecido en la Disposición
Normativa Serie “B”, n° 12/03, conforme se desprende de la documental que luce
agregada a fojas 15.
Asimismo, en el expediente administrativo n° 2306-69220/03, agregado por cuerda
a la presente causa, consta que la entidad bancaria aquí actora, con fecha 7 de julio de
2003, interpone recurso de revocatoria contra la intimación efectuada por la Autoridad de
Aplicación, alegando -en términos similares a los expuestos en la demanda motivo de
autos-, que el cumplimiento de la citada Disposición Normativa implicaría la violación del
secreto bancario que –según su interpretación-, impone el artículo 39 de la ley 21.526,
texto según ley 24.114 (v. fs. 2/9).
La actuaciones administrativas acreditan que con fecha 17 de setiembre de 2003,
la Dirección Provincial de Rentas emitió la resolución n° 3177, por la cual desestima el
recurso de revocatoria interpuesto por la entidad financiera y ordena proseguir con la
tramitación de la intimación impugnada (fs. 27/28).
Con fecha 24 de agosto de 2005, la Gerencia Regional Metropolitana Capital de la
Dirección Provincial de Rentas, resuelve instruir a la firma bancaria, el sumario que
determina el artículo 60 del Código Fiscal, por infracción a los deberes formales previstos
en el artículo 52, primer párrafo del citado ordenamiento, en razón de no haber cumplido
oportunamente con los deberes de información. Asimismo, se emplaza al contribuyente a
presentar su defensa y ofrecer las pruebas que hacen a su derecho (fs. 50).
En virtud de ello, con fecha 27 de octubre de 2005, la entidad presenta defensa y
ofrece prueba (fs. 55/60).
De la precedente reseña, se desprende que la Autoridad de Aplicación ha
efectivizado, el acto de intimación notificado con fecha 24 de junio de 2003, procediendo a
instruir el procedimiento sumarial previsto en el Código Fiscal de la Provincia, con lo cual
se disipó el alegado estado de incertidumbre, sustentado en la referida intimación.
Ello pues, tal como lo sostiene el alto Tribunal de Justicia Federal, la pretensión
declarativa de certeza, no procede cuando la autoridad local ha hecho ya aplicación de las
normas cuestionadas que sirvieron de fundamentación para el rechazo de los recursos
administrativos interpuestos, habida cuenta que no existe incertidumbre alguna que
remediar por la vía intentada. Destaca el Tribunal que, “de lo contrario, las partes podrían,
por vía de esta acción suplir sus propias omisiones en la vía recursiva, lo que en modo
alguno resulta admisible” (C.S.J.N., Fallos: 312:1003, “Conarpesa” (1989).
Se advierte entonces que la existencia, alcance y modalidad de la relación jurídica
administrativa en cuestión, aparece claramente delimitada –con absoluta certeza- en el
marco del procedimiento tributario que tramita ante el organismo recaudador, extremo que
permite inferir en el sub lite no existe incertidumbre alguna –presupuesto sine qua non de
la pretensión deducida-, sino disconformidad con la aplicación de la disposición normativa
en cuestión.
En tal sentido, la Casación Bonaerense tiene sentado que la acción meramente
declarativa de certeza tiene por finalidad primordial obtener una declaración judicial que
ponga fin a un estado de incertidumbre sobre la existencia, modalidades o alcances de
una relación jurídica, en aquellos casos en los que esa falta de certeza pueda producir un
perjuicio o lesión actual al actor, tal como reza el artículo 322 del C.P.C.C. (por remisión
expresa del artículo 12 inc. 4° de la ley 12.008, texto según ley 13.101).
De allí que la existencia de una duda acerca de alguno de estos extremos es un
requisito sine qua non para la procedencia de esta acción, siendo menester, además, que
quien la promueve no cuente con otro medio legal para poner término a esa situación
(S.C.B.A., causas B. 65.445, “Cámara Argentina de Agencias de Turf”, res. 2-IV-03; B.
65.546, “Bingo King S.A.”, res. 20-VIII-03; B. 65.559, “Formatos Eficientes S.A.”, res. 6-X04; B. 65.721, “Vistamar S.A.”, res. 6-X-2004; B. 64.101, “Van Riel”, res. 27-X-04; B.
67.480, “Municipalidad de Patagones-Sylpa S.R.L.”, res. 27-X-2004; B. 66.737, “Spicer
Ejes Pesados S.A.”, res. 6-VI-05; B. 68.298, “Colegio Farmacéutico de la Provincia contra
Municipalidad de Merlo”, res. 10-VIII-05; B. 69.022, “Transporte Santa María”, res. del 21III-2007; B. 69.098, “Municipalidad de La Plata s/ cuestión de competencia”, res. del 2-V2007).
Además, destaca el alto Tribunal provincial que, cuando el actor no persigue que
se fije el alcance de una determinada relación jurídica sino que se declare que la norma
aplicable debe ser interpretada de un cierto modo, la acción declarativa no es la vía
idónea para resolver tal conflicto (conf. doctr. causas B. 64.222, “Caja de previsión Social
para Arquitectos, Ingenieros y Técnicos”, res. 17-VII-02).
En un caso que guarda analogía con el sub judice, en el cual la administración ya
se había expedido mediante el dictado de un acto administrativo, la casación bonaerense
dejo sentado que el supuesto estado de incertidumbre carece de entidad, como así
también que la pretensión declarativa de certeza -tal como lo indica el artículo 322 del
C.P.C.C.-, es un remedio subisidiario, que procede sólo cuando el actor no dispusiere de
otro medio legal para ponerle término inmediatamente. Ello pues, la pretensión declarativa
de certeza no puede ser utilizada como un medio omnicomprensivo y versátil que permita
superar los obstáculos jurídicos y/o temporales que puedan plantear las vías legales
específicamente previstas para el caso por el legislador (S.C.B.A., causa B. 66.737,
“Spicer”, res. 6-VII-2005).
En el caso, resulta indubitable que el accionante, una vez agotado el
procedimiento contemplado en el Código Fiscal, esta en condiciones de ejercer la
pretensión impugnativa prevista en el Código Procesal Administrativo, vía que no obsta al
planteamiento de cuestiones constitucionales (arts. 3° y 12 inc. 1°, ley 12.008, texto según
ley 13.101)
Tal interpretación acerca de los presupuestos de procedencia de la vía intentada,
conforma la doctrina legal de la Casación Bonaerense en los términos del artículo 279 del
Código Procesal Civil y Comercial, aplicable al sub judice (art. 77 inc. 1°, C.C.A.).
Al respecto, se impone resaltar que la Suprema Corte de Justicia local, tiene dicho
que el acatamiento que los tribunales hacen a su doctrina legal, responde al objetivo del
recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley, esto es, procurar y mantener la unidad en
la jurisprudencia, y este propósito se frustraría si los tribunales de grado, apartándose del
criterio de la Corte, insistieran en propugnar soluciones que irremisiblemente habrían de
ser casadas. Sin perjuicio de ello aclara que esto no significa propiciar un ciego
seguimiento a sus pronunciamientos, ni un menoscabo del deber de los jueces de fallar
según su ciencia y conciencia, pues les basta –llegado el caso-, dejar a salvo sus
opiniones personales (S.C.B.A., causas Ac. 42.965, sent. 27-XI-1990; Ac. 45.768, sent.
22-IX-1992; Ac- 52.258, sent. 2-VIII-1994).
Así pues, los jueces deben acatamiento a la doctrina legal sentada por el Superior
Tribunal provincial, ya que la casación tiene por finalidad primordial unificar la
jurisprudencia de los órganos jurisdiccionales, evitando de tal modo la posibilidad del
streptus fori que producen los fallos contradictorios, y concretar así, los principios de
seguridad jurídica, celeridad y economía procesal (arts. 34 inc. 5°, ap. “e”, 279 y concs.,
C.P.C.C.; 161 inc. 3°, ap. “a”, Constitución Prov.).
3°) A mérito de tales fundamentos procede rechazar la pretensión declarativa de
certeza deducida en autos (arts. 12 inc. 4°, C.C.A., ley 12.008, texto según ley 13.101;
322 y concs., C.P.C.C.).
Las costas se imponen en el orden causado (art. 51, C.C.A., ley 12.008, según
texto ley 13.101);
Por ello,
FALLO:
1°) Desestimar la pretensión declarativa de certeza deducida por el Banco Itau
Buen Ayre S.A., a mérito de los fundamentos expuestos ut supra (arts. 12 inc. 4°, C.C.A,
ley 12.008, texto según ley 13.101; 322 y concs., C.P.C.C.).
2°) Imponer las costas en el orden causado (art. 51, C.C.A., ley 12.008, texto
según ley 13.101).
3°) Regular los honorarios profesionales del letrado apoderado de la parte actora,
doctor Héctor O. Rossi, en la suma de pesos dos mil quinientos ($ 2.500), cantidad a la
que deberá adicionarse el 10 % (arts. 12, inc. “a” y 16, ley 6716; 9, 10, 13, 14, 15, 16, 22,
44 y 51 del decreto-ley 8904/77).
Regístrese y notifíquese.
Ana Cristina Logar. Juez en lo Contencioso Administrativo nº 2, Dpto. Judicial La Plata.
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