ISLAS MALDIVAS Ese turquesa objeto de deseo

Anuncio
154 LUNA DE MIEL
ISLAS
MALDIVAS
Ese turquesa objeto de deseo
Los traslados entre islas se hacen en hidroavión.
LUNA DE MIEL 155
Marco Polo, cuando se encontró con las Maldivas, las describió como
la flor de las Indias. El archipiélago está formado por atolones coralinos. El nivel medio de las islas no supera el par de metros, siendo uno
de los ecosistemas más frágiles del mundo pero a su vez de los más extraordinarios, con hermosos fondos marinos y esas playas de catálogo
de agencia, con un punto onírico, que despiertan el deseo de cualquier
viajero en busca de dedicarse tiempo.
Texto: Rafa Pérez / Fotos: Félix Lorenzo
156 LUNA DE MIEL
Piscina del hotel Kuramathi.
LAS MALDIVAS son una suerte de incertidumbre en
función de quién te dé los datos: entre 1200 y 2000
islas, de las que entre 200 y 300 están habitadas, una de
ellas Malé, la capital, que tiene entre 100.000 y 300.000
habitantes. Lo que pone de acuerdo a todo el mundo es
que sus aguas de color turquesa son una invitación, casi
una provocación, para el hedonista que todos llevamos
dentro. Porque ¿cuándo fue la última vez que desconectaste? ¿Cuántas veces has vuelto de un viaje más cansado de lo que te fuiste? Si no recuerdas la respuesta a
este tipo de preguntas que martillean en tu cabeza con
el trasnochador tono de la teletienda, no te preocupes,
tiene fácil solución. Localiza las Islas Maldivas en un
mapa. Sí, ahí, al sudoeste de la India, en el Océano Índico. Ahora apunta con el dedo a cualquiera de sus dos
Entrada a una villa de la playa en Kuramathi.
LUNA DE MIEL 157
Isla de Lonobo.
Palmeras en Velassaru.
mil islas. Bueno, a cualquiera no, mejor a alguna de sus
islas-hoteles, con apenas unos pocos kilómetros cuadrados (metros en ocasiones) dedicados al placer por el
placer, sin más motivos que porque nos lo merecemos.
La frase “No shoes, no news” corre por el archipiélago
como un karma, con el énfasis de las frases lapidarias
que sueltan los adultos a unos niños que tardan muchos años en darse cuenta de que son ciertas: cómete
la verdura que tienes que crecer, acuéstate pronto que
mañana hay colegio, ponte la chaqueta que vas a coger
frío. Cierto es que en su principales islas ya hay cobertura 3G y hasta los hoteles están dotados de conexión
wifi. Pero haz la prueba, descálzate, deja el móvil en la
habitación y pasea por la blanquísima arena, aceptando
los envites de las olas que llegan desde el mar de per-
Villas sobre el agua en Kuramathi.
fecto color turquesa. Un par de paseos alrededor de la
isla y no echarás nada ni a nadie de menos. Adoptarás
la doctrina ludita con una facilidad pasmosa.
La isla de Kuramathi es
como un enorme jardín
botánico, con multitud de
especies vegetales.
ATERRIZAJE EN MALÉ
Pero vayamos al principio. El aterrizaje en Malé –de
hecho no es en la propia capital sino en una isla vecina
ocupada por una pista de aeropuerto– es uno de los más
hermosos que se pueden hacer en el mundo. Al hacer la
aproximación empiezas a ver los atolones, por decenas,
protegidos por la barrera de coral que les da esa particular forma, como si tuvieran una piscina alrededor de
las isla. Son tonos azules de una belleza extraordinaria,
de absoluta perfección en cada uno de los azules de la
gama cromática. Se aterriza en un aeropuerto pequeño,
aunque están trabajando en una ampliación y modernización de la terminal. Tras pasar los trámites de inmigración, llega la primera sorpresa: en Maldivas los taxis
amerizan. Un par de compañías de hidroaviones reparten a la gente por todo el archipiélago. Nada de controles de seguridad ni pasaportes, ni de apaguen sus dispositivos electrónicos. Se cumple el protocolo aéreo, con
el personal dando las instrucciones de seguridad, pero
de manera bastante más informal, incluso cómica. Los
pilotos suelen ir descalzos, te abrochas un rudimentario
cinturón y empieza la aventura, que incluye la posibilidad de amerizar en cualquier lugar si las olas no permiten descender en el punto previsto. Las imágenes que
nos regalará el vuelo, a muy poca altitud, son realmente
espectaculares. Poco a poco, vamos estructurando mentalmente lo que está a punto de llegar. Se suceden las
islas, la mayoría completamente deshabitadas, islas sin
su Robinson, casi de dibujo de cómic, con apenas una
palmera y arena blanca pero con un punto idílico. Nos
quedamos con las habitadas, con todo lo que sugieren
los palafitos sobre el agua que vemos desde el aire. La
del palafito con el agua completamente transparente es
una de las imágenes más sugerentes en el imaginario
colectivo de los viajeros.
ISLAS CON HOTEL
La mayoría de las islas con hotel, aunque también podríamos hablar de hotel con isla, están a menos de media
hora de vuelo en hidroavión desde Malé. Incluso algunas como Kurumba a escasos diez minutos en una lancha rápida. Kurumba es una isla interesante para pasar
la primera noche si el vuelo llega tarde o la última, para
no tener problemas con la conexión, ya que Kurumba
está a apenas diez minutos del aeropuerto internacional
en lancha rápida. Islas las puedes encontrar de diversos
tamaños y conceptos. Kuramathi es una isla con menos
de dos kilómetros de largo, grande si la comparamos
con otras como la exclusiva Lonobo, con un par de villas
nada más, y que apenas llega al centenar de metros. La
pequeña isla de Lonobo está pensada para que las parejas alquilen una de las villas o bien encarguen una cena
privada en la arena de la playa, con recogida con un barco cuando todo acaba para trasladarlos a Maafushivaru.
La isla de Kuramathi es como un gran jardín botánico,
con especies tan interesantes como el árbol banyan, con
ejemplares en la isla que alcanzan los 300 años de edad.
Los atardeceres desde la punta occidental de la isla son
casi mágicos. Mientras baja el sol, la arena blanca y el
agua turquesa empiezan a adoptar y reflejar los tonos
158 LUNA DE MIEL
LUNA DE MIEL 159
Árbol banyan de más de 300 años de edad. En Kuramathi.
Piscina en Velassaru.
cálidos de la puesta del sol. Si en ese momento se cruza
un dhoni (la embarcación a vela típica de las Maldivas)
por delante de nosotros, la experiencia será inolvidable.
La islas de Maafushivaru y Velassaru son ideales para
parejas que busquen un servicio más exclusivo, en hoteles de menor capacidad y en los que los niños son un
proyecto que se empieza a definir en las villas sobre el
agua. En Kurumba y Kuramathi los lunamieleros comparten espacio con familias, amigos en busca de unos
días de descanso y amantes del buceo; en Maldivas se
pueden hacer algunas de las mejores inmersiones del
mundo en los canales oceánicos, la comunicación de los
atolones con el océano Índico. Las grandes corrientes
son utilizadas por enormes bancos de peces, a los que
esperan depredadores como barracudas, tiburones grises, mantas, enormes atunes. También resulta fácil ver
tortugas y miles de peces de espectaculares colores.
Para el archipiélago de las Maldivas no hay temporada
baja, ni siquiera durante los días de monzones. El monzón como llega se va. Lo ves en el horizonte, piensas
en un último baño, creyendo tener tiempo. Y antes de
que pongas el pie en la orilla lo tienes encima. Pasa por
encima de ti y con la misma rapidez se va.
MEZCLA CULTURAL
Tras varios días de dar vueltas a una isla, ver las mismas
palmeras, la misma playa y la misma gente en el restaurante y en el karaoke, lo lógico es que se tengan ganas
de cambiar un poco. Por eso Malé es una isla necesaria.
Bien en la ida o en la vuelta de cualquier viaje a Maldivas hay que dedicarle algunas horas, para ver que en
el archipiélago también vive gente que no va untada de
bronceador todo el día y luciendo pulseras all inclusive
en sus muñecas. A lo largo de los siglos, las Maldivas
recibieron la influencia de los marineros de los países
del mar Arábigo, de piratas de Mopla, provenientes de
lo que hoy es Kerala; de británicos y de portugueses.
Esa mezcla cultural se nota en los habitantes de la capital. Malé sale de la palabra Mahaalay, en sánscrito, y
significa “Gran Casa” –Maldivas también proviene del
mismo idioma y significa “Mil Islas”–. En el puerto de
Malé veremos el trasiego de barcos pesqueros, que llegan cargados de atunes que luego llevan a subastar y al
mercado, hay otro par de llamativos mercados de fruta
y verduras, que bajan su ritmo cuando llaman a oración.
Lo que sí está claro, sea cual sea el tipo de isla que escojas, es que están destinadas al más absoluto placer y todo
está dispuesto para que así sea. Un ventilador girando
en el techo de la habitación, con más aspecto de cabaña
que de cuarto de hotel; el agua de color turquesa bajo
el suelo de la misma, la finísima arena con una par de
tumbonas susurrando tu nombre, buena gastronomía,
un cóctel junto a la piscina infinita. Qué, ¿todavía te
acuerdas del móvil? El único estrés que te generarán las
Maldivas será el de tener que decidirte entre ir a bucear
a la barrera de coral, salir a navegar para ver el atardecer,
tumbarte en la playa a contar olas o a contemplar la Vía
Láctea, escoger uno de los cócteles de la carta o entre la
langosta y los carabineros o entre un masaje con aceite
de coco y el ayurvédico. Eso sí, procura ser fuerte, unos
días en Maldivas vienen con el síndrome postvacacional
asegurado.
Mesa preparada para cenar en Kuramathi.
160 LUNA DE MIEL
LUNA DE MIELL 161
Islas Maldivas
Vista de Malé.
Mercado de fruta en Malé .
Mercado de verduras.
Puestos de pescado en el mercado.
GUÍA PRÁCTICA
CÓMO LLEGAR
La compañía Qatar Airways siempre aparece en los primeros puestos de las mejores compañías del mundo. Su
servicio a bordo es exquisito, así como la gastronomía. Qatar Airways tiene un vuelo diario a Doha desde Madrid
y diez semanales desde Barcelona. Desde Doha conectan
con todo el continente asiático, incluyendo las islas Maldivas. El tiempo de escala en Doha se ha reducido bastante para la mayoría de sus vuelos de conexión. Si además
escoges la clase Business para viajar, podrás disfrutar de la
comodidad del servicio Transfer Premium, con recogida
en la puerta del avión y acceso a la sala Business. Para más
información y reservas: www.qatarairways.com
CLIMA
El clima de las Maldivas es tropical moderado debido a la presencia del océano Índico, lo que da lugar a
temperaturas medias de 25 °C durante todo el año. El
clima está marcado por el sistema de monzones, con
dos periodos importantes: el monzón seco en invierno,
que viene desde el noreste entre noviembre y marzo, y
el monzón húmedo, que llega del sudoeste entre mayo
y noviembre. Esta última es la temporada de más viento y lluvias. Los periodos intermedios son los de más
claridad del agua, por lo tanto los mejores para realizar
inmersiones.
DÓNDE DORMIR
La cadena Universal Resorts (www.universalresorts.com)
dispone de varios hoteles en Maldivas, para todo tipo de
público y en islas totalmente diferentes entre ellas.
Kuramathi - www.kuramathi.com
Es la isla más grande de las que gestiona Universal Resorts. Parece un jardín botánico, con numerosas especies
vegetales, tan interesantes como el árbol banyan. Hacen
unas espectaculares salidas para practicar esnórquel.
Maafushivaru - www.maafushivaru.com
Sus villas con acceso directo a la playa son espectaculares, así como las villas sobre el agua. Es imprescindible
un baño en la piscina infinita con vistas a la playa. Los
tratamientos en el Spa son muy buenos.
Piscina del hotel Kuramathi.
Habitación del hotel Maafushivaru.
Villas sobre el agua en Maafushivaru.
Exclusivas villas en Maafushivaru.
Velassaru - www.velassarumaldives.com
Probablemente es el hotel más bonito y exclusivo de
Universal Resorts. En la gastronomía hacen guiños a
España, con unas tapas más que interesantes. La villa
suite sobre el agua es de lo mejor en Maldivas en cuanto
a ese tipo de alojamiento.
Kurumba - www.kurumba.com
Por su ubicación a escasos diez minutos del aeropuerto
en un traslado en lancha rápida, es un hotel excelente
para pasar la primera o la última noche del viaje por
Maldivas.
MÁS INFORMACIÓN
En la página de Turismo de Maldivas
www.visitmaldives.com
Descargar