LOS VALIENTES - Ministerio Palabra de Inspiración

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LOS VALIENTES
TEXTO: Mateo 11; 11-12.
PREDICADOR: Samuel David Mejia.
“De cierto os dijo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado
otro mayor que Juan el bautista; pero el más pequeño en el reino
de los cielos mayor es que él, desde los días de Juan el bautista hasta
ahora, el reino de los cielo sufre violencia y los violentos lo
arrebatan”
Vamos a hablar acerca de los logros de los valientes; hemos leído
una parte de la Escritura que es supremamente diciente al respecto.
Se esta hablando acerca de un hombre que realizó su parte de trabajo;
se llamo Juan el bautista, el Señor dice que no se había levantado
otro mayor que él, hasta ese momento, y dijo también: “el más
pequeño del reino de los cielos es mayor que él” y terminó diciendo:
“desde los días de Juan el bautista hasta ahora, el reino de los cielos
sufre violencia y los violentos lo arrebatan.” Lo que quiero resaltar
es como la Palabra del Señor apela a esa capacidad que tiene todo ser
humano de reaccionar frente a la circunstancia, por más pasivo que
uno sea, Dios le ha dado una capacidad de reacción y el Señor apela
a nuestra capacidad de reacción, pero ahora no esta apelando a
nuestra capacidad en lo humano, ahora está apelando a nuestra
capacidad de reacción en lo espiritual y nos dice aquí la Palabra de
Señor: “desde los días de Juan el bautista hasta ahora, el reino de
los cielos sufre violencia.” Ahora se entra hablar de lo espiritual, de
lo eterno, cuando dice que el reino de los cielos sufre violencia
quiere decir que hay que arrebatarlo por la fuerza.
Porque déjeme decirle que este es un campo; el campo espiritual,
donde la mayoría de personas no pueden ver, porque no conocen al
Señor o si lo conocen, se han descuidado y no tienen capacidad de
discernir lo espiritual, pero el Señor que lo conoce todo y que lo
sabe todo, nos advierte aquí acerca de nuestra posición.
No es el hecho de que el Señor pagó el precio y derramo su sangre
por usted y por mí, y ya acepte a Cristo, y ya nací de nuevo y ya soy
salvo. No, el Señor dice que ahora tenemos que tomar una posición
personal, no nos basta con haber aceptado a Cristo, tenemos que
reaccionar frente al reto que nos representa el reino de los cielos.
Tener vida eterna es el mayor reto que usted se puede imaginar y el
Señor nos llama a reaccionar frente a ese reto. La Palabra del
Señor nos dicen en el libro de Efesio que tenemos una lucha, que no
es contra sangre ni carne, es una batalla, continua, el los reinos de los
cielos sufre violencia, eso quiere decir que hay una batalla continua.
La persona que entrega su vida al Señor y se quiere desarrollar en
esta maravillosa vida cristiana tiene que aprender lo que el Señor
dice, y no solamente apréndelo, sino ponerlo en práctica, porque es
cuando se pone en practica el consejo de Dios que entonces la vida
cristiana va a rendir resultados, que usted y yo vamos a traer frutos.
Ahora quiero hablarle de algunas personas que reaccionaron, que
fueron valientes en su andar, en su ministerio, en sus vidas
particulares.
Solamente tenemos aquí tres personajes; el primero del que vamos
hablar es Josué; fue el sucesor de Moisés, todos sabemos que
Moisés fue un gran varón de Dios, que Dios trato con él de una
manera muy particular, que cada uno de los Israelitas del pueblo que
le seguía tenían seguridad de que Moisés era un hombre respaldado
por Dios. Algunos en ocasiones se revelaron, pero nunca les quedo
duda de que Moisés era un hombre respaldado por Dios, porque aun
en medio de la rebeldía del pueblo, Dios mostraba el respaldo sobre
el varón que se llamaba Moisés, pero llegado el tiempo que Moisés
cumplió su parte, (porque todo tenemos un tiempo que cumplir y
cuando ya la cumplimos el Señor nos llama), el Señor lo llamo
primero y le dijo: “y ahora tienes que ungir a Josué hijo de Num,
para que él esté en tu lugar y el introducirá a este pueblo a la tierra
que yo les he prometido. Así es que Josué tomo el liderazgo después
de haber pasado muchos años de aprendizaje, él jamás se imaginó, él
era el ayudante de Moisés, pero le jamás se imaginó, él pensaba en
Moisés, él veía a Moisés, él sabia la capacidad que tenia Moisés,
nunca se imagino, él era un ayudante no mas, pero llegado el
momento Dios le encomienda y le dice a Josué: “solamente
esfuérzate y se muy valiente, para cuidar de hacer conforme todas
las cosas que están escritas en este libro de la ley y no se apartaran
de ti, ni de día, ni de noche, sino que continuamente meditaras en
este libro, para hacer todo lo que yo te mando hoy, porque entones
todo te saldrá bien y harás prosperar tu camino”. Y que fue lo que
Dios le encargo: “se muy valiente”. El encargo que Dios le da a
Josué es: se muy valiente, muy valiente para aprenderte lo que yo te
enseño y muy valiente para practicarlo, muy valiente es como nos
dice en le libro del apóstol que nos portemos varonilmente, que nos
esforcemos; eso se refiere a ser valiente, a reaccionar, a tener esa
capacidad de reacción que Dios nos ha dado en lo espiritual.
Y por cierto que Josué fue valiente. Finalizando ya su propio
ministerio, él llamo a la nación delante de si y convocó a los
principales y les dijo: “escojan ustedes hoy a quien van a servir,
pero mi casa y yo le vamos a servir a Jehová”. Quiere decir que el sí
cumplió con ser valiente.
Pero el ser valiente al hacer la Palabra del Señor no se refiere solo al
orar, porque la vida cristiana no se trata solamente de orar, hay gente
que cree que entregar la vida a Cristo es orar y sí, orar, eso es bonito
porque hay que orar y el Señor nos manda a orar sin cesar, pero a
parte de orar, hay que tomar determinaciones, decisiones, hay que
enfrentarse a las circunstancias de la vida. Hay gente que cree que
están bien porque ellos oran bastante, pero no hacen nada con
respecto a su vida particular con Dios. Uno tiene que orar, pero
también tiene que hacer las cosas, porque nuestro Padre Celestial ya
a hecho su parte, el Señor Jesucristo ya hecho su parte y el Espíritu
Santo sigue haciendo su parte, pero usted y yo tenemos una parte
que hacer también en el caminar en la vida diaria con el Señor.
Y una de las cosas que era la parte que le respondían a Josué era
hacer entrar a es pueblo en la tierra prometida y eso no es cualquier
cosa. Eso no era orar solamente, eso era pelear, eso era batallar, eso
significaban organizar un ejercito, eso significaban organizar ese
ejercito y ponerlo con las armas en la manos y en pie de guerra, eso
significaba liderar el ejercito como si él fuera un general, eso
significaba muchas cosas, eso significaba tener un corazón lleno de
fe, pero un corazón aguerrido también. Porque si el Señor lo llama a
usted a la vida cristiana eso significa mucho más que arrodillase en la
mañana, en la tarde, al medio día; pasar dos, tres horas en oración,
hay que hacer la parte que el Señor nos dice que hagamos.
Ahora usted encuentran a Josué frente a la circunstancia de hacer
entrar, de cruzar el Jordán y hacer entrar al pueblo a la tierra
prometía y después que cruzan el Jordán la primera ciudad que se
encuentran es Jericó, pero la Palabra del Señor dice que antes de que
ellos tomaran a Jericó, Josué tuvo una experiencia tremenda y usted
lo puede encontrar en Josué 5; 13 en adelante y dice: “Estando Josué
cerca de Jericó, alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de
él, el cual tenía una espada desenvainada en su mano. Y Josué,
yendo hacia él, le dijo: ¿Eres de los nuestro, o de nuestros
enemigos? Y él respondió: no; más como príncipe del ejército de
Jehová he venido ahora. Entonces Josué, se postrándose sobre su
rostro en tierra, le adoro; y le dijo: ¿que dice mi Señor a su siervo?
Y el príncipe del ejército de Jehová respondió a Josué: quita el
calzado de sus pies, porque el lugar donde estás es Santo. Y Josué
así lo hizo”.
Josué tuvo una experiencias tremenda, ya habían cruzado el Jordán,
ahora tenían por delante un reto grande, tenían la primera ciudad;
Jericó era una ciudad amurallada y ellos tenían que entra ahora y
tomar a Jericó, pero antes de que eso suceda; Josué ve aun varón
que ya tiene la espada en la mano y mire si el hombre se aprendió de
memoria cuando Dios le dijo se muy valiente, porque la Palabra de
Dios dice que Josué cuando vio al otro con la espada en la mano, se
fue hacia él, no se escondió, no se fue a llamar los guardaespaldas,
(todo general tiene su gente), no mando a llamar a su ejercito, no
pidió ayuda de nadie, él se le afrentó y le dijo: eres de los nuestros o
de nuestros enemigos era porque estaba dispuesto a pelear, sino usted
no se le mete a una persona que ya tiene la espada en la mano, pero
cuando Josué ve al varón con la espada en la mano, la Biblia no dice
todo los detalle de las cosas, y hay gente que nunca tiene
imaginación, ¿como cree que Josué se le acerco si no sabía que era
de los amigos o de los enemigos? ¿Donde cree que Josué llevaba las
manos? El llevaba la espada en la mano también. Porque el otro ya
estaba listo y ahora Josué pone su mano sobre su espada y se le va
para allá y cuando lo ve sin mucho problemas le pregunta; «de los
nuestros o de los enemigos», si le hubiera dicho de los enemigos, que
problema que hubiera tenido con Josué, pero no era ni de ni de los
de ellos, ni de los enemigos. Porque el que es valiente tiene
experiencias con Dios.
Dios estaba buscando a un hombre valiente y por eso se apareció el
Príncipe del ejército de Jehová; que es el Señor Jesucristo, apareció
con la espada en la mano, para probarlo haber si este era el hombre
valiente que él le había dicho que fuera. Cuando ya el hombre se le
acerca y le dice: «no, no soy de los de ustedes, pero tampoco soy de
los enemigos» «y entonces» le dijo: «yo soy el Príncipe del ejercito
de Jehová», el hombre quito la mano de su espada y se le arrodillo y
se postro hasta la tierra y le pregunto: «que dice mi Señor a su
siervo», lo cual quiere decir que si era el Señor Jesucristo porque
acepto la adoración y ningún otro ángel de Dios acepta la adoración,
porque los ángeles saben que Dios no comparte su gloria con nadie,
hay gente que quiere robarle la gloria a Dios, pero Él no comparte su
gloria con nadie, pero le Señor Jesucristo que vino como Príncipe del
ejército de Jehová acepto la adoración y el hombre le pregunto:
«que dice mi Señor a su siervo», y él le dijo: «quítate los zapatos
porque el lugar donde estas, es Santo».
Pero la gente se queda ahí y no se da cuenta la experiencia que tuvo
por valiente. ¿Y como hizo Josué para tomar a Jericó? ¿Como fue
que hizo? Dice: que tomo el ejército y le dieron siete vuelta o sea
cada día le daban una vuelta y el séptimo día, le dieron siete vuelta,
en el mismo día. ¿Y que paso con la ciudad? Se derrumbaron las
murallas y el pueblo de Dios entro y tomo a la ciudad de Jericó.
Pero ahora la pregunta es como supo Josué que tenía que organizar el
ejército y dar una vuelta cada día y que el séptimo día tenía que dar
siete vueltas, quien se lo dijo. La Palabra de Dios dice que Jericó
estaba cerrada acusa de los hijos de Israel, nadie entraba, ni salía y
Jehová le dijo a Josué: «mira, yo te he entregado en tu mano a Jericó
y a su rey con sus varones de guerra. Ahí nos dice lo que Jehová le
había dicho. ¿Y cuando se lo dijo? Josué acababa de tener un
encuentro, nada menos que con el Señor Jesucristo, con el Príncipe
de los ejércitos de Jehová, ¿por que cree que le dijo quítate el
calzado? Porque iba a hablar con él. ¿Eso no fue lo que hizo con
Moisés? Quítate el calzado y comenzó a hablar, ahí no dice el resto
en ese versículo, pero en el verso siguiente dice que Jehová le dijo a
Josué que tenia hacer aquellas cosas. Es que cuando una persona es
valiente para servir al Señor y cuando toma la posición que le toca,
va a tener experiencias con Dios que le van a capacitar para hacer
cosas más grandes para el Señor, los que no se arrugan, los que no se
amilanan frente a las circunstancias de la vida cristiana, los que no
están llorando siempre, y pidiendo auxilio y buscando una cueva para
esconderse, sino los que hacen como Josué; ponen la mano en la
espada y van al encuentro de las circunstancias, el Señor también se
los encuentran en el camino y les dice lo que tienen que hacer para
que tenga victorias tremendas.
Por eso es que el cristiano no puede ser flojo, no, él Señor nos está
llamando a ser valientes, gente de coraje, gente de arranque. A veces
las situaciones se ponen difíciles para los hermanos que tienen sus
trabajos y si tienen ventas ni vende y esos creyente se ponen a llorar:
«Ay Dios mío, ay no se vende» y a quejarse con todos los demás
inconversos. El que es valiente sabe que la pelea es peleando, donde
hay un cuarto, donde esta la iglesia que yo voy es para adelante en
ayuno y oración; vamos a romper las cadenas en el nombre de Jesús,
vamos a enfrentárnosle al problema, vamos hacer lo que el Señor
nos mando que hiciéramos, vamos a buscar la presencia del Señor,
vamos en el nombre de Jesús a tener un encuentro con el Príncipe del
ejercito de Jehová; y el que lo hace y tiene experiencias con Dios, el
Señor le dice lo que tiene que hacer y sí lo hace el Señor lo bendice.
A veces la vida cristiana se pone pesada y uno va a orar y no puede,
se arrodilla y se tiene que volver a levantar, como que la rodillas no
quiere quedarse ahí, como que la espalda le duele a uno, como que
los pensamientos lo turban, algunos se sienten presos en la
televisión, y otros se sienten presos en una cantidad de cosas, pero no
reaccionan. Saben que están presos, sabe también que tienen
problemas, dificultades y sabe que como están no andan bien, pero
no reaccionan. Sabe que es un ataque del enemigo y su vida
espiritual no va bien; anda frió espiritualmente, sabe que si sigue así
va a salir descarriado, pero no reacciona, sabe que lo esta
envolviendo el mal, pero no reacciona. En esos casos hay que poner
la mano en la espada e ir adelante en el nombre de Jesús; haber
como es que se van a romper estas cadenas, haber como es que
vamos a derrotar al enemigo. Porque déjeme decirle algo, nuestro
Dios se llama Adonai; Jehová Sabaot; el Señor Jehová de los
ejércitos, él es el dueño del ejército, él tiene soldados; nosotros
somos soldados del Señor, tenemos que ser valientes, tenemos que
mostrar de la calidad que el Señor nos a hecho, porque el Señor de
su carácter nos a impartido a nosotros. Dice la Palabra que no
somos engendrados de carne, ni de voluntad de sangre, ni de
voluntad de varón, sino de Dios y nos ha impartido de su naturaleza.
Si usted se siente delicado espiritualmente y siente que ya no puede
ni orar y hace días que usted no reacciona, hace días que usted siente
que va mal y lo único que hace es mirar a los demás, que se lamenta
que en un día de ayuno le da dolor de estomago, dolor de cabeza,
usted no halla que hacer, que ya esta que se vomita, que hay que
pedir una ambulancia de la cruz roja, que usted no puede con la vida
porque hace días que no puede orar. Es hora que usted muestre que
el Señor lo hizo de la misma naturaleza de él. Al Señor le gusta la
gente valiente. Yo no estoy diciendo que esta en pecado, no le estoy
diciendo que esta en el infierno, yo le estoy diciendo que reaccione.
A veces en el hogar todo se nos complica y no hay entendimiento y
todo el mundo revelado, y el esposo revelado, y la esposa revelada,
y los hijos revelados, y todo va en picada y nadie reacciona. Pueblo
de Dios es ahora de ser valientes, ponga la mano en la espada y salga
al encuentro de las circunstancias, sacúdase en el nombre de Jesús.
Si siente que la vida cristiana no reacciona, que usted no puede orar,
no puede clamar, que no puede buscar a Dios; se arrodilla y a los
cinco minutos ya esta en pie. Hay quienes me han dicho: «hermano
cuando tomo la Biblia me da sueño», es hora de reaccionar, es hora
de poner la mano en la espada y salir al encuentro de las
circunstancias.
Lo que paso aquí, es que cuando este varón de Dios salió al
encuentro de lo que él creía que era un enemigo y después se dio
cuenta que era el príncipe del ejercito de Jehová; lo que sucedió fue
que el Señor le hablo y le dijo todo lo que el tenía que hacer cuando
llegara a Jericó, como tenía que rodear la murallas y le dijo que
tenían que ir callados; siete días, los primero seis días, cada día
dieron una vuelta callados, nadie podía de decir palabra, ni responder
nada, todo el mundo daba la vuelta y al campamento otra vez, todo
eso se lo dijo el Señor. El séptimo día las primera seis vuelta
callados, pero le dijo: «cuando den la séptima vuelta, entonces los
sacerdotes van a sonar las trompetas y cuando el resto del puedo oiga
la trompeta van a gritar como se debe»; como gente que entiende
para que el Señor le dio la boca, y que sucedió en ese momento, se
cayeron todas las muralla; se cayo Jericó, se desbarato Jericó. Dios
mismo les entrego en sus manos a Jericó. El Señor esta buscando un
ejercito de valientes.
Ahora vamos a hablar de otro personaje; Juan el Bautista. En el libro
de San Mateo en el capitulo 11. La Palabra del Señor nos habla de
Juan Bautista, el Señor Jesucristo mismo esta dando testimonio de
Juan el Bautista.
Y cuando el Señor comienza a reclamarles a las gentes en el verso
8, les dice: “¿o que salisteis a ver? ¿A un hombre cubierto con
vestiduras delicadas? He aquí los que llevan vestiduras delicadas
están en las casas de los reyes están. Pero que saliste a ver a un
profeta. El Señor Jesucristo dijo: “Sí, os digo que más que un
profeta, saliste a ver porque éste es de quien está escrito: he aquí, yo
envío mi mensajero delante de tu faz, el cual preparará tu camino
delante de ti. De cierto os dijo: Entre los que nacen de mujer no se
ha levantado otro mayor que Juan el bautista; pero el más pequeño
en el reino de los cielos mayor es que él, desde los días de Juan el
bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia y los
violentos lo arrebatan. Porque todos los profetas y la ley
profetizaron hasta Juan. Y si queréis recibirlo, él es aquel Elías que
había de venir.”
Juan el bautista con su valentía en su ministerio preparo el camino
para él Señor, no era cualquier cosa, se considera a Juan bautista un
de los predicadores más estrictos de toda la Palabra, por la forma tan
directa que le hablo a la gente en su cara. Había que tener estilo para
eso. Dice la Palabra en el capitulo 3 de San Mateo que el comenzó a
predicar en el desierto y les decía: “arrepentíos porque el reino de
los cielos se ha acercado”. Y luego describe su vestimenta y
también que venia a él Jerusalén y toda Judea y toda provincia
alrededor del Jordán y eran bautizados por él en el Jordán,
confesando todos sus pecados y al ver él que muchos de los fariseos
y saduceos venían a su bautismo le decía: “Generación de víboras,
¿Quién os enseño a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos
dignos de arrepentimiento, no venga a decir que son hijos de
Abraham”. Esa no era cualquier predicación, hay gente que se
queja cuando el pastor le habla claro.
Su mensaje era un de esos que solo lo predican los valientes, un
mensaje de ese que usted sabe no va a recoger nunca una ofrenda,
nadie le va a traer los diezmos a la iglesia que usted pastorea con un
mensaje de esos, usted sabe que lo va a querer tres metro bajo tierra,
pero usted sabe también que esta haciendo lo que Dios le dijo que
hiciera. No lo estoy mandando a predicar como Juan el Bautista por
que usted no es Juan el Bautista, no estoy diciendo que yo quiero
predicar como Juan el Bautista, porque yo no soy Juan el Bautista,
pero quiero predicar como él Señor me diga. Y si algún día me da un
mensaje así, yo voy a tener que predicarlo.
Porque Dios llamo a Juan el Bautista para hacer ese trabajo
precisamente porque él era un hombre valiente. De por si, su vestido
decía que él no era un hombre de esos comunes y corrientes, ni muy
delicado. Dice que se vestía con un vestido de pelo de camello,
tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos, comía langostas y
miel silvestre y vivía en el desierto.
Dios le uso y él con su ministerio y la forma valiente que Dios
esperaba de él, preparo el camino delante del Señor Jesucristo.
¿Usted cree que era cualquier cosa preparar el camino delante del
Señor Jesucristo? Seria tan bravo este hombre, seria tal la forma,
seria tal el estilo que el Señor Jesucristo ahora esta dando testimonio
de este hombre. De que le sirve a uno que la gente este contenta con
uno si el Señor no puede dar testimonio de uno, si le preguntaran al
Señor razón de usted, si le dijeran que me dice usted del hermano
Samuel, ¿que respondería el Señor? Piénselo, si el Señor lo pusieran
a que diera testimonio de usted y le dijeran bueno usted que me
puede decir aquí de Maria, que me puede decir de Juan, usted que me
puede decir de fulano etc. ¿Que respondería el Señor? Pero el Señor
comienza a dar testimonio y dice: «yo les digo que no a nacido otro
más grande que Juan el Bautista todavía, ¿por algo seria?
La Biblia dice que no hizo ningún milagro, a través de Juan el
Bautista no se manifestó ni un solo milagro, no se sano nadie, pero
tenía algo que nos hace falta a muchos de nosotros que oramos y
vemos algunos resultados, tenía algo que nosotros no tenemos; tenía
valentía, era un hombre que oraba y tenia valentía, no solamente
oraba, cumplía con lo suyo, sabia que le podía costar, lo ultimo que
hizo fue llamar al rey y decirle: «oiga, yo quiero decirle algo
Herodes, a usted no le queda bien que le haya quitado la mujer a su
hermano», el hermano de él era otro gobernante de otra región
cercana y la tal Herodias era la esposa del hermano, pero que un
día en una visita familiar se enamoro, se enamoraron Herodes y
Herodias y dijo Heroidas: «Ay Herodes usted me parece mejor que
su hermano», y se envolataron y se fue Herodias con Herodes y se
casaron y todo estaba bien porque era Herodes, quien le decía algo a
Herodes, quien le decía al rey. Pero cuando el Señor nos da valentía
a si sea el rey, hay que decírselo en la cara: «mí estimado rey lo
respeto mucho como rey, pero eso no le queda bien» le dijo Juan
el Bautista, usted sabe que esa no es la mujer suya, esa es la mujer
de su hermano. Hay gente que le da miedo decirle la verdad en la
cara a otro. Mejor dicho la mayoría de nosotros somos miedosos, a
veces nos da miedo si el Señor lo pone a predicar un mensaje de
estos, a veces un no sabe y le dice: «Señor confírmame si es este el
mensaje tuyo, porque acuérdate que esto esta como grave, esta
palabra puede causarle rasquiña a unos y ardor a otros y los
hermanos cambien de color», pero hermano un tiene que aprender
que el Señor lo llamó a ser valientes en este camino, tiene que haber
un Juan el Bautista que le diga a la gente que tiene la mujer del
hermano. Hoy día se a puesto de moda el mensaje suave, no porque
queramos que el mensaje sea duro siempre, sino me refiero que
nunca se oye un mensaje de corrección, porque siempre nos da
miedo con la gente, pero sí hay que decirle a la gente que anda mal,
que así no le conviene. No se necesita estar bravo, no se necesita
estar echando candela para decirle a la gente las cosas como son; hay
que tener valentía, un corazón de verdadero hijo de Dios para decirle
a Herodes que anda mal, que su camino es malo, que las cosa que
esta haciendo no le agradan al Señor.
Tiene que haber un pastor que nos diga la verdad en la cara, tiene
que haber un pastor que nos enseñe como vivir para Dios. No más
vidas cristianas livianas, sin sabor, sin gracia, no más cristianos
cobardes frente al mundo, frente al pecado; que siempre se doblegan
y nunca reacciona. El pueblo de Dios tiene que tomar conciencia.
Porque el Señor Jesucristo respondió a los que le dijeron: “Señor
dura es esta palabra” diciendo: “los que son de Dios oyen las
palabras de Dios”.
Voy hablar de un último personaje, se llamo Esteban. Él con su
mensaje final, con su ministerio de valentía, fue usado para que se
diera comienzo a la predicación entre los gentiles. Usted sabe que
todo se necesita en la obra y se necesitan que hayan persona que
tengan el coraje de llamar la atención para declarar la verdad y
Esteban fue de esos, bajo la unción del Espíritu Santo, porque hoy
en día se cree que la unción del Espíritu Santo es únicamente para
hacer una presentación y dicen: «haber, ahora pasen aquí todos los
quinientos que hay aquí, háganse en fila, cuando yo cuente tres y
soplen se van a caer» y cuenta hasta tres y se caen y dicen: «cuantos
creen que el Espíritu de Dios esta aquí» «amen». Creen que el
Espíritu de Dios es para hacer un show, o una presentación. «Ahora
voy a orar por esta planta que es verde se vuelva negra»; «en él
nombre de Jesús vuélvase negra y se volvió negra». No la unción del
Espíritu Santo es para todo lo que Dios quiera, la unción del Espíritu
Santo es también para predicar la Palabra y este hombre de Dios;
Esteban sabia que tenia la unción del Espíritu Santo para hacer
milagros, había muchos milagros, muchas sanidades dice que este
hombre estaba lleno del Espíritu Santo y sucedían maravillas, pero
cuando llego el momento de predicar, también predico como un
milagro, hablo claro, porque se necesita que el pueblo de Dios hoy
día entienda que la unción del Espíritu Santo no solamente sirve
para hacer milagro y hay algunos que quiere que los ciegos vean y
los sordos estén oyendo que cada uno este sanado y que solamente se
predique de eso, para poderse ir contentos. Pues sí, seguiremos
orando por los enfermos y los sordos seguirán siendo sanados, pero
cuando es el momento de predicar, hay que predicar el mensaje
bendito que él Señor quiere que prediquemos. Esteban vino al
momento de predicar y cuando se reunieron todos los lideres, usted
va a encontrar a Esteban hablando de la Palabra y usted lo
encuentran cuando el les dice: “Oh duros de cerviz, incircuncisos de
corazón y de oído, vosotros siempre resistís al Espíritu Santo; como
vuestro padres, así también hacéis vosotros. ¿A cual de los profetas
no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que de antemano
les anunciaron la venida del justo, de quien ahora vosotros mismos
habéis entregado y asesinado; vosotros que recibiste la ley por
disposición de ángeles, y no la han guardado”. Dice que cuando
oyeron estas cosa, se taparon los oídos, crujían los dientes, se
enfurecían en sus corazones, pero Esteban lleno del Espíritu Santo
miro al cielo y vio el cielo abierto y les dijo a los que estaban ahí:
“veo los cielos abiertos, veo al Hijo del Hombre que esta a la
diestra de Dios”. Entonces ellos, dando grades voces se taparon los
oídos, y arremetieron contra él a una y le echaron fuera de la ciudad
y lo apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un
joven que se llamaba Saulo, y apedreaban a Esteban, y mientras le
tiraban piedras, él invocaba el nombre del Señor, y decía; “Señor
Jesús, recibe mi espíritu”, porque al valiente le quedan alientos hasta
ultima hora. La última hora de un valiente en Cristo, realmente es la
primera hora de un glorioso amanecer, porque cuando llegué mi
ultima hora aquí, me habrá llegado mi primera hora con el Señor,
apenas estaré en ese glorioso amanecer, cuando se le acabé todo
aquí, apenas usted estará comenzando, no se asuste frente a la
circunstancias, no se asuste frente a la vida, porque ya todo está
preparado para usted, sea valiente. No hay nada que perder, todo esta
de nuestra parte.
El Señor le ha concedido a cada creyente la oportunidad
maravillosa de tener esa relación personal con él, de disfrutar esas
bendiciones que él tiene escritas en su Palabra. Estamos llamados a
tener la valentía que el Señor espera de nosotros. Iglesia de Dios no
seamos de aquellos que quieren solamente un evangelio de cojines
con una cruz de corcho, seamos de los valientes que obtienen logros
para la gloria de Dios.
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