El tiempo histórico Según Pierre Villar, la Historia se encarga del

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El tiempo histórico
Según Pierre Villar, la Historia se encarga del estudio
de las
sociedades, éstas están en “movimiento” y sobre estructuras que se
transforman, es decir que son esquemas “estructurales en funcionamiento,”1
por lo tanto para el estudio de las sociedades es necesario el recurso del
tiempo. Desde los comienzos de la historia se ha comprendido que sin tiempo
no existiría la historia como tal. El tiempo histórico refleja “los estados culturales
de los pueblos”2 y los medios para situar las fuentes en un marco histórico
Diferenciar tiempo histórico de cronología es un desafío al que nos
enfrentamos diariamente los docentes, aunque el tiempo histórico se mida en
años, siglos y milenios, este depende de los cambios, de las continuidades en
el devenir histórico, de tiempo y de sus ritmos.
En cambio, la cronología es la disciplina fundamental para el estudio de la
Historia, su tarea específica es el estudio del cómputo del tiempo a lo largo de
toda la historia de los pueblos, cómo fueron empleadas estas mediciones y
examinar de qué manera han influido, tanto cultural como social y políticamente
.
Pero el mismo concepto de tiempo ha cambiado a lo largo de la historia
humana. Incluso Whitrow, afirma que ha cambiado nuestra percepción del
tiempo ya que es un producto de la “evolución humana” una “construcción
cultural del hombre a través de la experiencia” 3. Por lo tanto es un esquema
conceptual que se “construye de manera gradual”4 y ha sido y es considerado
de muchas maneras.
Esto nos lleva a dos partes en esta exposición teórica; el tiempo como
recurso de la historia, para comprensión de fuentes y encuadramiento de los
hechos históricos y el tiempo a lo largo de la historia humana, o sea como se
va construyendo y modificando su concepción y concepto.
1
PIIERRE Villar, Iniciación al vocabulario histórico”, editorial critica, Barcelona, 1980, p.64.
BAUER, Wilhem, “Introducción al estudio de la Historia” pp. 266.
3
G, J Withrow, “El tiempo en la historia”, editorial critica, Barcelona, 1990, p.18.
4
G,J Withrow, “El tiempo en la historia”, editorial critica, Barcelona, 1990, pp.1,19
2
El tiempo histórico está considerado en el Nuevo Programa escolar
como un concepto a construir en todos los niveles de educación y por qué no a
lo largo de toda la vida. Se sintetiza como “una construcción que representa los
intereses de los grupos que conforman la sociedad. Dando cuenta de la
historicidad, se reconocen los cambios y las permanencias que son el resultado
de encuentros y desencuentros (…)” Continúa diciendo que “En el siglo XX se
produjeron importantes transformaciones en el campo académico que
permitieron una nueva concepción del tiempo histórico. A la Historia centrada
en los hechos, enfoque cronológico, se incorpora una mirada de larga duración
en la cual se incluyen los sucesos con sus propios ritmos.
Otras ciencias, especialmente la Antropología han aportado que la idea
de movimiento, es la esencia común de todas las sociedades humanas y que la
historia puede contribuir a la explicación del cambio. Otro valioso aporte lo
constituye la historia de las mentalidades desde la cual los tiempos personales,
locales, privados se descubren como parte y todo del proceso. Es así que
surge
una
prolífera narrativa
histórica
que
recupera
los
testimonios
arqueológicos y de valoración de los aspectos materiales.”5
Otro de los elementos que ayudan a conceptualizar el tiempo histórico
son las periodizaciones, es decir la organización del el tiempo histórico en
unidades que son sucesivas y cada una de ellas refiere a un proceso único e
irrepetible, generalmente cada período tiene una denominación que sintetiza el
proceso. A partir de las periodizaciones se han podido establecer sincronías
históricas y procesos y construir categorías conceptuales que son esenciales y
nutren y se re-nutren a medida que la investigación científica avanza, y se
replantea.
Además podemos abordar la historia como un devenir o movimiento
constante, ininterrumpido, y que cualquier periodización es arbitraria,
justificable únicamente por razones didácticas o pragmáticas...»6
5
Programa de Educación Inicial y Primaria. ANEP 2008, Uruguay. Versión pdf. pp.102
5 CARDOSO, Ciro F. S. Introducción al trabajo de la investigación histórica. Barcelo. Crítica, 1985.
pp. 206-207.
6
Así desde este último enfoque, periodizar la historia ya no podría ser
mera enumeración cronológica de etapas, por ejemplo, entre una y otra batalla
o entre uno y otro gobierno.
Para Braudel, es imprescindible distinguir que todas las periodizaciones
se complementan unas con otras “son solidarias” “La larga duración, coyuntura,
acontecimiento, se ajustan sin dificultad puesto que todas ellas se miden en la
misma escala”7
“De esta forma, existe hoy, junto al relato (o al recitativo) tradicional, un
recitativo de la coyuntura que para estudiar al pasado lo divide en amplias
secciones: decenas, veintenas o cincuentenas de años (...). Muy por encima de
este recitativo se sitúa una historia de aliento mucha más sostenido todavía, y
en este caso de amplitud secular: se trata de la historia larga, incluso de muy
larga duración...»8
A modo de conclusión es importante destacar que estas periodizaciones
son construcciones conceptuales que pueden ser modificadas, perfeccionadas
y aplicadas de diversas maneras según los intereses de cada investigación
“En este marco resulta imprescindible valorar los nuevos enfoques
metodológicos y la variedad de las fuentes de estudio de la prehistoria en el
Uruguay. Esto significa tener en cuenta los resultados recientes de
investigaciones antropológicas y arqueológicas que en la actualidad han hecho
aportes relevantes en esta temática. Así se incorpora a nuestra historia un
extenso período que abarca nada menos que diez mil años de cultura en
nuestro país y aún más a nivel continental”9
Sobre su enseñanza
En principio al abordar la Historia es necesario diferenciar la enseñanza
del pasado con la interpretación que se hace del mismo. Si pensamos al
planificar
que tanto los hechos históricos como el tiempo histórico, son
interpretaciones que realiza el historiador, estaremos dando al alumno una
7
BRAUDEL, Fernand, “La historia y las ciencias sociales”, Alianza Editorial, Madrid, 1968. pp.98.
8 BRAUDEL, Fernand. La historia y las ciencias sociales. Madrid. Alianza. 1979. pp. 649
Programa de Educación Inicial y Primaria. ANEP 2008, Uruguay. Versión pdf.
8
visión ajustada de la disciplina que da cuenta de la provisionalidad del saber.
“La Historia es una construcción del presente”, y su enseñanza: “(…) un medio
para ubicar el alumnado en su presente y permitirle intervenir en la
construcción de su futuro personal y social”10
La apreciación del tiempo proviene de la observación de los cambios, de
la relación que realizamos entre los distintos cambios. El tiempo no es cambio
pero no puede ser aprehendido sino a través de él. Para enseñar el tiempo
histórico se debería abandonar el enfoque tradicional
de la sucesión de
acontecimientos y pasar a contemplar todas sus dimensiones, “(…) estudiar los
ritmos, entendidos como la velocidad entre dos o más cambios. Esta duración
está relacionada con la naturaleza de los hechos históricos que no se producen
en forma aislada sino que coexisten.
Se deben tener en cuenta las dimensiones temporales para la
comprensión del tiempo histórico: la corta duración, el acontecimiento
propiamente dicho (ej. Batalla de las Piedras); la duración media o coyuntural
que puede abarcar varios años (ej. Revolución Artiguista); finalmente aquellos
períodos donde los cambios se desarrollan más lentamente y se denominan de
larga duración o estructurales (ej. Período Colonial). En un mismo momento
conviven estas tres dimensiones temporales y se contienen unas a otras como
si fueran círculos concéntricos.
El tiempo cronológico, que es la medida de los movimientos, ayuda a
percibir las distintas dimensiones”11 y está sujeto a la construcción histórica del
presente.
10
PAGÉS, Joan “El tiempo histórico” en: “Enseñar y aprender Ciencias Sociales, Geografía e Historia en la
Educación Secundaria”, Liberdúplex S.L, Barcelona, 2002. pp. 193
11
Borrador Programa de Educación Inicial y Primaria, ANEP 2008 –Comisión de Ciencias Sociales-
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