13. Interacciones que dependen de la densidad de la masa

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13. Interacciones que dependen de la densidad de la
masa: Mortalidad y autoaclareo.
Sea cual sea el objetivo de la gestión forestal, ya se trate de producir madera u otros productos
forestales, o de gestionar una reserva forestal, resulta crucial tomar las decisiones apropiadas
puesto que, las decisiones que tomemos hoy, y dado el ritmo de crecimiento de los árboles, van
a manifestar sus consecuencias durante varias décadas. Para la toma de decisiones en la gestión
forestal es importante saber cuales son nuestros objetivos y disponer de las herramientas de
gestión apropiadas para conseguirlos.
Cualquiera que sea la especie de que se trate, el número de árboles decrece a medida que
aumenta su tamaño. En realidad se trata de un principio básico puramente geométrico. Una
superficie determinada, pongamos por caso una hectárea de bosque, puede soportar, como
máximo, una determinada cantidad de biomasa. A medida que los árboles crecen van ocupando
cada vez más espacio, lo que necesariamente se traduce en una reducción de la densidad.
Además de ocupar más espacio, los árboles, utilizan más y más recursos, como luz, agua y
nutrientes. Como consecuencia de su crecimiento la masa alcanza un punto en el que ya no
pueden sobrevivir todos los árboles presentes, incapaces de conseguir los recursos que
necesitan. A partir de este punto los árboles compiten entre sí, el crecimiento individual se hace
más lento y, eventualmente, algunos árboles mueren debido a la falta de recursos. En muchos
casos, el debilitamiento, debido a la falta de recursos suficientes, hace que los árboles resulten
mucho más susceptibles a las plagas y enfermedades. Es la fase que se conoce como
autoaclareo.
Figura 13.1. La relación entre densidad y
biomasa media de los individuos se produce
de tal manera que parece existir un límite
superior de dicha relación que no puede
superarse. El resultado es que en una
población cualquiera de plantas pueden
coexistir muchos individuos viviendo a una
densidad muy elevada, pero de pequeño
tamaño o, por el contrario, una densidad
baja de individuos más grandes. Cualquier
combinación de valores por debajo del
límite superior, que constituye la línea de
autotala, resulta posible mientras que
cualquier combinación de tamaño medio y
densidad por encima de la línea de autotala
resulta imposible.
El autoaclareo es un proceso que tiene lugar en cultivos densos de plantas. El crecimiento
empieza con escasa o nula mortalidad pero transcurrido un tiempo, los individuos más débiles
de la comunidad van muriendo siguiendo un patrón que resulta predecible. El análisis de una
amplia gama de especies pone de manifiesto que, los procesos de autoaclareo se producen en la
naturaleza siguiendo una relación entre el tamaño medio de los individuos y su densidad. Los
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valores que describen esta relación presentan un rango muy estrecho tanto si se trata de
poblaciones naturales como de poblaciones experimentales de herbáceas o de leñosas.
En la naturaleza, la relación entre la densidad y el tamaño medio de los individuos se produce de
tal manera que parece existir un límite superior de dicha relación que no puede superarse (figura
13.1). El resultado es que en una población cualquiera de plantas pueden coexistir muchos
individuos viviendo a una densidad muy elevada, pero de pequeño tamaño o, por el contrario,
una densidad baja de individuos más grandes. Las poblaciones se comportan de manera que
cualquier combinación de valores por debajo del límite superior, al que denominaremos línea de
autotala, resulta posible mientras que cualquier combinación de tamaño medio y densidad por
encima de la línea de autotala resulta imposible.
La línea de autoaclareo se ha observado en un amplio rango de especies de muy diversos grupos
taxonómicos y morfológicos y, en todas ellas, tiende a presentar una pendiente de -3/2 cuando
se representa el logaritmo de la biomasa media de los individuos frente al logaritmo de la
densidad. Esta relación intrigó a los botánicos desde hace varias décadas (ver Reinecke, 1935) y
fue formalizada por Yoda en el año 1963. Desde entonces se conoce indistintamente como ley
de Yoda, ley de autoaclareo o, en un contexto más forestal, ley de autotala.
Log Biomasa media (kg)
línea de autotala
estancamiento
3
1’
2
aclareo
1
situación inicial
Log densidad (árboles/ha)
Figura 13.2. A partir de una densidad de masa inicial cualquiera que sea, los árboles crecen (1) hasta
alcanzar una biomasa media determinada que hace que el rodal se aproxime a la línea de autoaclareo o
línea de autotala. Una vez alcanzado este punto, en condiciones naturales (1’) el crecimiento posterior de
los árboles se produce a expensas de la reducción de la densidad con lo que algunos individuos mueren y
la masa entra en fase de autoaclareo con algunos individuos debilitados, como en el ejemplo que muestra
la figura. En esta fase algunas especies especialmente plásticas limitan su crecimiento al máximo y el
rodal puede permanecer durante largos periodos de tiempo sin mostrar signos aparentes de cambio: la
masa entra en fase de estancamiento. Alternativamente, la reducción de la densidad de la masa (2) reduce
la competencia por los recursos y permite una nueva fase de crecimiento (3) hasta que los árboles
restantes alcanzan de nuevo la línea de autoaclareo.
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La ley de autoaclareo se puede justificar con argumentos geométricos muy sencillos. En efecto
la ley relaciona la densidad de individuos con su biomasa. La densidad de individuos, es decir el
número de individuos presentes por unidad de superficie, es inversamente proporcional al
espacio que ocupa cada individuo: a individuos mayores o que ocupan más espacio, menor
densidad.
Sea la ecuación que define la ocupación del espacio por una determinada especie A:
A   ·DBH 2
[13.1
en este caso la densidad de individuos por unidad de superficie viene dada por:
D
1 1
 ·DBH 2
A 
[13.2
y sea la ecuación que define la biomasa de los individuos, B:
B   ·DBH 3
[13.3
en esta condiciones la ley de Yoda expresa la biomasa de los individuos como una función de
su densidad, con lo que podemos escribir:
B  f  D
[13.4
y substituyendo ambas variables por sus valores en 13.2 y 13.3, obtenemos:
1

 ·DBH 3  f  ·DBH 2 


[13.5
de donde resulta evidente que, para que la igualdad se cumpla debe cumplirse:
1

 ·DBH  C  ·DBH 2 


3
3
2
[13.6
Figura 13.3. La constante C en las
ecuaciones 13.8 y 13.9, que representa la
ordenada en el origen de la función de
autotala, refleja las características del
rodal para soportar el crecimiento de la
especie. En la figura se representan dos
rodales de una misma especie, la línea
superior, con un valor de C=983
representa un rodal con mejores
condiciones (más fértil y/o con mayor
disponibilidad hídrica) para el crecimiento
de la especie, que el rodal que representa
la línea inferior (C=325). Para una
densidad de, por ejemplo, 700 pies/ha, los
árboles del rodal más fértil alcanzan la
línea de autotala con un volumen de 53
dm3 mientras que los árboles del rodal
menos fértil lo hacen con un volumen de
tan sólo 18 dm3.
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Tabla 13.1. Algunos ejemplos de la ley de autoaclareo en muy diversos grupos de plantas.
Especies
log C
pendiente
Herbáceas
Erigeron canadiensis
Plantago asiatica
Medicago sativa
Trifolium pretense
Triticum sp.
Amaranthus retroflexus
Ambrosia artemisiifolia
Brassica napus + Raphanus sativus
Helianthus annuus
Carex lacustris + Carex rostrata
Erigeron canadensis
Chenopodium album
Fagopyrum esculentum
4.31
3.89
3.93
3.86
3.83
3.85
3.66
4.19
3.84
3.98
3.92
4.00
4.41
-1.66
-1.48
-1.42
-1.33
-1.39
-1.48
-1.48
-1.41
-1.33
-1.46
-1.51
-1.38
-1.48
Yoda et al. (1963)
Yoda et al. (1963)
White & Harper (1970)
White & Harper (1970)
White & Harper (1970)
Yoda et al. (1963)
Yoda et al. (1963)
White & Harper (1970)
White & Harper (1970)
Bernard & MacDonald (1974)
Yoda et al. (1963)
Yoda et al. (1963)
Yoda et al. (1963)
Coníferas
Abies concolor
Abies sachalinensis
Picea rubra
Picea mariana
Pinus strobus
Pinus contorta
Pinus monticola
Pinus ponderosa
Pseudotsuga menziesii
Tsuga heterophylla
log a
3.98
4.34
3.85
3.53
3.78
3.88
4.01
4.06
4.00
4.08
b
-1.57
-1.54
-1.57
-1.48
-1.70
-1.40
-1.63
-1.33
-1.54
-1.51
Author
Schumacher (1926)
Yoda et al. (1963)
Meyer (1929)
Hatcher (1963)
Spurr et al. (1957)
Smithers (1961)
Haig (1932)
Meyer (1938)
McArdle & Meyer (1930)
Meyer (1937)
Frondosas
Alnus rubra
Carya spp.
Chamaecyparis thyoides
Castanea dentata
Liquidambar styraciflua
Prunus pensylvanica
Quercus spp.
Populus tremuloides
Populus tremuloides
Populus deltoides
Corylus avellana
Betula spp.
Quercus spp.
3.46
3.06
3.88
3.54
3.65
3.85
3.53
3.64
3.58
3.08
3.61
3.94
3.80
-1.54
-1.73
-1.49
-1.63
-1.66
-1.43
-1.65
-1.33
-1.48
-1.80
-1.30
-1.63
-1.71
Smith (1968)
Boisen &Newlin (1910)
Korstian & Brush (1931)
Frothingham (1912)
Tepper and Bumford (1960)
Marks (1974)
Frothingham (1912)
Pollard (1971, 1972)
Baker (1925)
Williamson (1913)
Jeffers (1956)
Yoda et al. (1963)
Khilmi (1957)
C.Gracia
Autor
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278
donde la constante C resulta característica de cada rodal, ya que su valor depende tanto de la
forma en la que la especie ocupa el espacio (α) como de la acumulación de biomasa en los
individuos de la misma (β) que, a su vez, dependen de las características ecológicas del lugar en
el que se desarrolla el rodal (figura 13.X) y toma el valor:
C

1
  
3

2


3
[13.7
2
La tabla 13.1 recoge los valores de la constante C y de la pendiente de la línea de autoaclareo en
diversas especies tanto de plantas herbáceas como de árboles.
De forma genérica la ley de Yoda, tal y como la hemos representado en la figura 13.1 puede
expresarse como:
B  C ·D
3
2
[13.8
en la que los valores del exponente corresponden a las dimensiones de la biomasa y la densidad
(3 y -2 respectivamente) o, en su forma linearizada, utilizando la transformación logarítmica:
ln( B )  ln(C )  3 ·ln( D )
2
[13.9
que es la forma comúnmente utilizada.
Si consideramos por un momento, la ecuación de autoaclareo en la forma en que se representa
en 13.8, podemos comprobar que cada punto de la hipérbola subtiende un rectángulo, cuya
superficie corresponde a la biomasa total de la población en ese punto ya que en efecto dicha
superficie se obtiene como el producto de la biomasa media de los individuos de la población
por el número de individuos. Una de las consecuencias del valor -3/2 de la pendiente de la línea
de autoaclareo, radica en el hecho de que la biomasa total de la población resulta mayor a
medida que disminuye la densidad del rodal o, en otras palabras, el proceso de autoaclareo
conlleva implícitamente un aumento de la biomasa o volumen total del rodal.
Figura 13.4. El volumen total de la
población aumenta a medida que se
reduce la densidad de individuos del
rodal. En el ejemplo de la figura el punto
A representa un rodal con una densidad de
3000 individuos/ha cuyo volumen medio
es de 6 dm3 lo que acumula un volumen
total de 18 m3/ha en la población. Cuando
la población alcanza el punto B y su
densidad se reduce a 300 individuos/ha, su
volumen medio es de 200 dm3 y el
volumen total del rodal es de 60 m3/ha.
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El análisis de las dimensiones de las variables que intervienen en la línea de autotala nos
permite modificar la variable que representa el tamaño de los individuos. En efecto, si en lugar
de representar la biomasa (BαV=L3), que resulta una variable fácil de medir en los análisis de
poblaciones de herbáceas que pueden pesarse fácilmente, representamos como variable
dependiente el diámetro cuadrático medio de los árboles (D=L1), la pendiente de la función
correspondiente se transforma ahora en -1/2. Análogamente podríamos trabajar con el área basal
media de la población (S=L2) en cuyo caso obtendríamos una pendiente de -2/2=-1 (figura
13.5). Como quiera que la pendiente de -1 corresponde a una hipérbola equilátera, resulta
interesante considerar que dicha pendiente significa que el área basal de la población durante el
autoaclareo, en ausencia de otros efectos externos sobre la población, permanece constante. En
otras palabras, la ley de autoaclareo, tal y como la hemos visto hasta aquí, implica que, a medida
que se reduce la densidad de la población, como consecuencia del incremento de los individuos
de la misma, aumenta la biomasa del conjunto mientras se mantiene constante el área basal de la
población y disminuye la suma de diámetros del conjunto de la población.
Esta forma de desarrollar la ley de autoaclareo resulta interesante porque permite comprender
algunos aspectos de la misma que han sido muy discutidos desde hace varias décadas. En
efecto, algunos autores han criticado la ley de Yoda porque experimentalmente se comprueba
Figura 13.5. La ley de Yoda o de autoaclareo puede expresarse en función de diferentes variables que
representan el tamaño de los individuos (volumen o biomasa, superficie ocupada o diámetro). El
numerador de la pendiente de la línea de autoaclareo se corresponde con la dimensión de la variable
utilizada en la representación con lo que resultan pendientes de -3/2 (biomasa o volumen medios), -2/2
(superficie, por ejemplo área basal del árbol) ó -1/2 (diámetro medio).
que la pendiente de la línea de autoaclareo de muchas especies no se ajusta al valor -3/2 que
predice la misma. Sin embargo, el punto importante no radica en la constancia del valor de -3/2
sino en la relación entre la ocupación del espacio y el empaquetamiento de la biomasa
característicos de cada especie. La forma en que ocupan el espacio un castaño o un abeto, por
ejemplo son bien diferentes y eso se traduce en pendientes de las respectivas líneas de
autoaclareo que pueden ser diferentes de -3/2. En efecto, si suponemos un rodal de castaños en
el que la ocupación del espacio por la copa de los individuos (Ac, m2) sigue la función (figura
13.3):
AC  1.012·DBH 1.84
[13.10
y la biomasa individual (B, kg) se puede describir por la función:
B  0.131·DBH 2.36
[13.11
podemos esperar que la pendiente de la ley de autoaclareo de este rodal sea -2.36/1.84=-1.28
que es diferente del valor -1.5. La constante C tomará, en este rodal, el valor:
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280
C


3

2
0.131
1.012
2.36
 0.129
[13.12
1.84
y si queremos expresar la densidad en la forma más habitual de árboles por hectárea, la
constante C toma el valor de 0.129·10000=1290 con lo que podemos escribir la línea de
autotala del rodal como:
B  1290·N
 2.36
1.84
[13.13
En ciertos casos, una población que evoluciona siguiendo la línea de autotala puede mostrar un
cambio de trayectoria aproximándose a una pendiente de -1. Este cambio de trayectoria puede
ocurrir cuando la población se ha desarrollado de tal modo que ha alcanzado la máxima
cantidad de biomasa que se puede mantener en las condiciones particulares del rodal en el que
se desarrollan.
Figura 13.6.
Rodal de Pinus
halepensis en el Bages (Barcelona)
quemado en 1996. Tras los incendios,
muchos de estos bosques presentan una
regeneración
extraordinariamente
elevada con densidades superiores a
60000 individuos por hectárea como en
el caso del rodal de la imagen. La
fotografía fue tomada en 2006, diez
años después del incendio con la masa
en
condiciones
evidentes
de
autoaclareo tanto por la defoliación de
las partes más bajas de los árboles,
como por la presencia de individuos de
escaso diámetro.
En este punto, cualquier mortalidad en la población, que supone una reducción de la densidad,
se compensa por un incremento de la biomasa individual que compensa la biomasa eliminada
con los individuos muertos. La biomasa de la población permanece constante a lo largo de esta
trayectoria (como indica la pendiente -1) con lo que la población se sitúa en condiciones de
cosecha constante.
A menudo el número de árboles plantados en una parcela determinada o la densidad de
regeneración natural, después de las cortas o de determinadas perturbaciones como el fuego, es
muy superior a la densidad de individuos que resulta adecuada cuando la masa madura. Por
ejemplo, en pinares de Pinus halepensis que se quemaron en el año 1996, hemos medido
densidades de regeneración de 60000 individuos·ha-1 diez años después del fuego, cuando la
densidad de la masa adulta no superará los 800 árboles·ha-1 (figura 13.4).
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281
Figura 13.7. En un rodal de castaños (Castanea sativa), el área ocupada por cada individuo se puede
expresar como una función alométrica de su DBH y sigue la función A=1.012·DBH1.84 y la ecuación que
define la biomasa individual es otra función alométrica de su DBH, en este caso: B=0.131·DBH2.36
Combinando ambas ecuaciones se puede obtener la función de la línea de autoaclareo tal y como se
explica en el texto.
Sea mediante la aplicación de prácticas silvícolas o sea mediante el proceso natural del
autoaclareo, la densidad de la masa debe de reducirse progresivamente a medida que madura. El
objetivo de la gestión de la densidad de la masa radica en mantener la tasa de crecimiento
óptima, evitando el estancamiento o los procesos de autoaclareo que reducen la tasa de
crecimiento, mediante la aplicación de una serie de cortas sucesivas distribuidas a lo largo del
tiempo. Las cortas, convenientemente aplicadas a un rodal, regulan la densidad de árboles lo
que, a su vez, determina la tasa de crecimiento, la calidad y la salud de los árboles y, en última
instancia, el valor de la corta final.
Figura 13.8. Bosque de lengas (Nothofagus pumilio) en Tierra de Fuego (Argentina) mostrando
evidentes signos de autoaclareo. Estos bosques se ven sometidos a perturbaciones periódicas provocadas
por los fuertes vientos que azotan el Estrecho de Magallanes y que provocan la caída de la práctica
totalidad de los árboles de algunos rodales. Tras estas tormentas se produce la regeneración masiva del
rodal que, años después, da lugar a poblaciones muy densas como la que se muestra en la fotografía con
evidentes signos de autoaclareo.
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282
Diagramas de densidad
Los diagramas de densidad se fundamentan en la ley de autoaclareo y, más genéricamente, en
las relaciones alométricas que rigen el desarrollo de los árboles de un rodal. El concepto
fundamental de un diagrama de densidad es el índice de densidad de la masa que no es sino el
conjunto de combinaciones de valores de densidad y volumen de los individuos que produce
efectos equivalentes sobre el crecimiento de la masa.
El índice de densidad de masa está implícito en la ley de Yoda. En efecto, podemos reescribir la
ecuación 13.8 haciendo:
C
B
N
3
 B·N
3
2
[13.14
2
de modo que resulta evidente que el valor de la constante C es un índice de densidad de masa
que nos indica que todas las combinaciones de biomasa media y densidad que se ajustan a la
ecuación, se hallan sobre la recta de autoaclareo. Los autores que propusieron inicialmente el
concepto de índice de densidad de masa (Reineke, 1935) lo definieron de la forma:
1.6
 DBH 
1.6
IDM  
 ·N  k ·DBH ·N
 25 
[13.15
donde k vale (1/25)1.6, que es la forma utilizada por muchos autores.
Nótese que si la ecuación 13.14 la escribimos utilizando el diámetro de la masa como variable
indicadora del tamaño de los árboles, se convierte en:
C  DBH ·N
1
2
[13.16
C '  DBH ·N
[13.17
que puede escribirse como:
2
de este modo, resulta evidentente que las ecuaciones 13.16 y 13.17 son análogas. Las
diferencias en el valor del exponente son el origen de abundante literatura. Sin embargo, si se
toman en consideración los conceptos de alometría que hemos discutido en los párrafos
anteriores, se comprende que distintas especies o aún distintas poblaciones de una misma
especie puedan presentar valores diferentes de acuerdo con sus respectivas condiciones de vida.
Hasta aquí estamos suponiendo que el autoaclareo se produce cuando las condiciones de la masa
son tales que ésta se sitúa sobre la línea de autotala pero en realidad la competencia entre los
individuos de la masa comienza a manifestarse mucho antes de que se alcancen estas
condiciones. A medida que las poblaciones se aproximan a la línea de autotala se empiezan a
manifestar signos externos de decaimiento y mortalidad de algunos individuos. Estas
manifestaciones pueden comenzar a valores tan bajos como el 50 por ciento del índice de
densidad de masa máximo que corresponde a la línea de autotala, figura 13.X. En los diagramas
de densidad se define un límite superior de densidad de la masa que corresponde a un porcentaje
prefijado del índice de máxima densidad que tiene por objeto evitar esta región de fuerte
competencia y autoaclareo.
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283
B
A
DBH (cm)
25
20
15
10
5
100
1000
Densidad (árboles/ha)
Figura 13.8. Evolución del diámetro
cuadrático
medio
de
diferentes
poblaciones de Pinus sylvestris. La línea A
representa la línea de autoaclareo, la línea
B representa el límite a partir del cual se
manifiesta el decaimiento de la masa por
la competencia. El valor de esta línea
corresponde a un índice de densidad del 50
por ciento del valor de la línea de
autoaclareo.
Se define además una línea de mínima densidad por debajo de la cual los árboles crecen
demasiado espaciados y la utilización del espacio se aleja del óptimo. Entre estas dos líneas se
define la región de máxima producción en la que puede gestionarse la masa en condiciones
óptimas de producción. Una tercera variable determina el esquema de cortas en un diagrama de
densidad: el diámetro que se desea obtener en el momento de la corta final.
Una vez fijados los límites superior e inferior y el diámetro final se puede establecer el plan de
cortas. Para facilitar la comprensión de la construcción y aplicación de un diagrama de
densidad, seguiremos el ejemplo de la figura 13.X. Analizando múltiples parcelas de XXXX xxxx
determinamos que el valor del índice de densidad máxima, que corresponde a la línea de
autoaclareo toma el valor 1.2·105.
Comenzaremos ajustando a los datos de las parcelas de campo dos funciones que expresen el
índice de densidad y la altura de la masa en función del diámetro cuadrático medio y la densidad
de árboles del rodal. La relación entre el índice de densidad de masa y el diámetro cuadrático
medio se ajusta a la ecuación:
IDM max  N ·DBH 1.44
[13.18
y la altura de los pies dominantes de la masa se ajusta a la ecuación:
H  0.0013·N 2.3 ·DBH 0.25
[13.19
A partir de estas ecuaciones se construyen las líneas del diagrama que representan la relación
diámetro-densidad de masa. Dichas líneas corresponden: la superior a la función de máxima
densidad (que corresponde al valor 1.2·105 que hemos ajustado inicialmente y las restantes, a
los valores de índice de densidad de masa del 80, 60, 40 y 20 por ciento respectivamente de
dicha densidad máxima (o cualquier otra combinación de porcentajes). En el diagrama de la
figura 13.X. se resaltan las líneas que delimitan los límites superior e inferior de la región de
máxima producción que corresponden respectivamente a los valores del 60 y 40 por ciento del
índice máximo de densidad, aunque estos porcentajes pueden variar entre especies.
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284
Análogamente dibujamos las líneas que corresponden a la función altura-densidad de la masa.
La línea que corresponde a cada altura se calcula a partir de la ecuación 13.19 despejando el
valor que corresponde al diámetro de los árboles para cada densidad.
Figura 13.9. Bla
Para establecer el plan de cortas situamos el punto inicial de nuestra plantación. En nuestro
ejemplo, realizamos la plantación en un marco de3x3 m (distancia entre árboles de una fila y
distancia entre filas de 3m) que corresponde a una densidad de 1100 árboles·ha-1. Situamos en
el diagrama el punto A que corresponde a las condiciones iniciales de la parcela. A
continuación, trazamos una línea vertical hasta que corte a la línea que representa el límite
superior del índice de densidad (punto B). Cuando el rodal alcance este punto se manifestarán
fenómenos de autoaclareo y, para evitarlos, el tratamiento óptimo de la masa requiere reducir su
densidad. En este punto se plantean algunas alternativas ya que podemos eliminar individuos de
todas las clases diamétricas, por ejemplo, proporcionalmente a su abundancia, con lo que el
diámetro que resulta después de la corta no se modifica o, lo que es más razonable en las cortas
de mejora, podemos eliminar los individuos de menor diámetro, con lo que el diámetro medio
tras la corta será superior al diámetro del rodal antes de la corta. En este caso, dibujamos una
línea paralela a las líneas que representan la altura (ya que aumenta el diámetro medio pero no
se modifica la altura de los árboles dominantes y codominantes) hasta que corte a la línea que
representa el límite inferior del índice de densidad (punto C). Si se extrajeran pies de todas las
clases diamétricas, trazaríamos una línea horizontal, en lugar de trazarla paralela a las líneas de
altura, ya que el diámetro del rodal no se modifica pero la altura de los dominantes y
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285
codominantes disminuye puesto que, con este proceder, se eliminan algunos árboles
dominantes. Este procedimiento se repite sucesivamente hasta alcanzar un diámetro de la masa
que corresponda al diámetro comercial requerido, en cuyo momento se producirá la corta final
(punto H en el ejemplo).
Figura 13.10
Si el diagrama de densidad se utiliza conjuntamente con las curvas que representan la altura de
la masa en función de la edad, resulta posible introducir el tiempo y por tanto, permite
programar esquemas de corta y tratamiento de la masa. La figura 13.X representa las curvas de
crecimiento de la especie del ejemplo en estaciones de tres clases de calidad. Aplicando los
valores de la curva de crecimiento de calidad intermedia se puede calcular la tabla de
producción de la figura13.X.
Tabla 13.2. Tabla de producción…
Antes de la corta
Despues de la corta
edad
densidad
DBH
H
densidad
DBH
H
Vol.
extraído
Vol
acumulado
(años)
0
7
9
11
14
20
pies/ha
1111
1111
889
711
569
455
cm
2
18
21
25
29
34
m
0
5
6
8
11
15
pies/ha
cm
m
m3
m3
889
711
569
455
--
19
22
25
30
--
5
6
8
11
--
13
19
27
39
287
13
31
59
98
346
Los diagramas de densidad constituyen una valiosa herramienta que resulta muy útil en la toma
de decisiones y especialmente apropiada para la gestión de parcelas monoespecíficas de bosque
regular.
Los diagramas de densidad se deben elaborar utilizando la información de un conjunto
numeroso de parcelas de campo para determinar las líneas de máximo índice de densidad y los
C.Gracia
Ecología Forestal: Estructura, Funcionamiento y Producción de las masas forestales.
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límites de la región de máxima producción. Como cualquier herramienta, producen resultados
muy satisfactorios si se aplican en las condiciones convenientes.
Figura 13.X.
C.Gracia
Ecología Forestal: Estructura, Funcionamiento y Producción de las masas forestales.
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