Lengua española o castellana

Anuncio
¿CASTELLANO O ESPAÑOL?: UN DEBATE ABIERTO
Lengua Española o Lengua Castellana, lengua románica, derivada del latín, que pertenece a la subfamilia
itálica dentro del conjunto indoeuropeo; es el idioma de España y de las naciones de Sudamérica y
Centroamérica excepto Brasil, las Guayanas y Belice, y, en el Caribe, de Cuba, Puerto Rico y la República
Dominicana; cuenta con unos cuatrocientos millones de hablantes, entre los que se incluyen los hispanos que
viven en Estados Unidos y algunos cientos de miles de filipinos, así como los grupos nacionales saharauis y
los habitantes de Guinea Ecuatorial en la costa occidental africana.
La lengua oficial de muchos de los países latinoamericanos, de acuerdo con las respectivas constituciones, es
el español. Sin embargo, otros países llaman castellano a su idioma oficial, en alusión a la provincia de
Castilla, en España, donde se originó el idioma de la península.
Esta lengua se llama castellano, por ser el nombre de la comunidad lingüística que habló esta modalidad
románica en tiempos medievales: Castilla. Existe alguna polémica en torno a la denominación del idioma; el
término español es relativamente reciente y no es admitido por los muchos hablantes bilingües del Estado
Español, pues entienden que español incluye los términos valenciano, gallego, catalán y vasco, idiomas a su
vez de consideración oficial dentro del territorio de sus comunidades autónomas respectivas; son esos
hablantes bilingües quienes proponen volver a la denominación más antigua que tuvo la lengua, castellano
entendido como 'lengua de Castilla'.
El franquismo, que no renunciaba a la esperanza de obtener una anacrónica hegemonía sobre las ex−colonias
americanas del fallecido imperio, y que a la vez trataba de imponer violentamente el castellano a las minorías
ibéricas de otra lengua, decretó que el idioma se llamara "español", identificándolo con el Estado del mismo
nombre. Sin embargo, hay varias razones para considerar más adecuada la denominación "castellano":
• Cuando la lengua alcanzó su madurez no existía una entidad nacional "España", había un imperio
multinacional en el que se hablaban muchas lenguas. Cuando nació el Estado español había otros países que
hablaban castellano, en algunos casos desde hacía varios siglos.
• España nunca desempeñó el rol de metrópolis cultural y económica en relación con los Estados americanos
de habla castellana, salvo probablemente en relación con Cuba.
En los países hispanoamericanos se ha conservado esta denominación y no plantean dificultad especial a la
hora de entender como sinónimos los términos castellano y español. En los primeros documentos tras la
fundación de la Real Academia Española, sus miembros emplearon por acuerdo la denominación de lengua
española. Quien mejor ha estudiado esta espinosa cuestión ha sido Amado Alonso en un libro titulado
Castellano, español, idioma nacional. Historia espiritual de tres nombres (1943). Volver a llamar a este idioma
castellano representa una vuelta a los orígenes y quién sabe si no sería dar satisfacción a los autores
iberoamericanos que tanto esfuerzo y estudio le dedicaron, como Andrés Bello, J. Cuervo o la Argentina
Mabel Manacorda de Rossetti. Renunciar al término español plantearía la dificultad de reconocer el carácter
oficial de una lengua que tan abierta ha sido para acoger en su seno influencias y tolerancias que han
contribuido a su condición. Por otro lado, tanto derecho tienen los españoles a nombrar castellano a su lengua
como los argentinos, venezolanos, mexicanos, o panameños de calificarla como argentina, venezolana,
mexicana o panameña, por citar algunos ejemplos. Lo cual podría significar el primer paso para la
fragmentación de un idioma, que por número de hablantes ocupa el tercer lugar entre las lenguas del mundo.
En España se hablan además el catalán y el gallego, idiomas de tronco románico, y el vasco, de origen
controvertido.
Se le llame como se le llame, la cuestión es que se trata del idioma que se habla en el mayor número de
repúblicas vecinas; 19 países que suman más de 300 millones de habitantes, es decir, el 5 por ciento de la
1
población mundial.
Muchos hispanohablantes consideran que el castellano o español es el idioma más rico del mundo.
OPINIONES DE PERSONAJES CÉLEBRES AL RESPECTO
Hay opiniones a favor en contra de la denominación de castellano o español, a raíz de una declaración del
recientemente fallecido Camilo José Cela , personajes vinculados al mundo de las letras (novelistas, filósofos,
historiadores, catedráticos...) dan su opinión a un tema que viene de antiguo y que Cela se encargo de exponer
a la opinión pública de nuevo
El Nobel Camilo José Cela, que aprovechó su intervención, titulada Aviso de la defensa del español, para
advertir sobre el peligro de la pérdida de «cierta idea» de la lengua. Además, el escritor arremetió contra los
que se «avergüenzan de hablar del español y de llamarlo por su nombre, prefiriendo decirle castellano».
Jon Juaristi. El director del Instituto Cervantes considera que la confrontación «español−castellano» es un
«problema que se plantea sobre todo en el ámbito del nacionalismo catalán y vasco, así que no me gustaría
convertirlo en un nuevo motivo de enfrentamiento. Entre los nacionalistas, paradójicamente, oigo a veces los
mismos argumentos a los detractores de un término y a los de otro. Yo prefiero hablar de "español", y además,
como director del Cervantes, lo correcto es que diga "español"».
Mario Vargas Llosa. El autor de La ciudad y los perros se refirió a la reivindicación de Cela del término
español frente al de castellano o a su defensa de la denominación de hispanoamericano en vez de
latinoamericano: «Esas son unas actitudes intolerantes que no corresponden en absoluto a una lengua hablada
en tantos continentes y por tantas gentes»
Francisco Rico. Para el historiador y académico, la diatriba entre el uso del concepto castellano y español no
existe como tal. «Vienen a decir lo mismo en el lenguaje ordinario. Muchas veces, para evitar repetir una
palabra, usamos una u otra. Aunque en ocasiones hay quien puede hacer uso de ellas con una segunda
intención en un contexto determinado. Por lo demás, no hay más polémica».
José Antonio Marina. El filósofo se decanta por el término castellano porque, en su opinión, «es humilde,
poco imperial y compatible con otros muchos lenguajes, y porque creo que España es un azar histórico, razón
por la que ni la sacralizo ni la desdeño. Pero la verdad, este tema me parece un asunto intrascendente».
Santos Sanz Villanueva. Para el catedrático de Literatura Española, «desde un punto de vista histórico,
"castellano" designa un dialecto peninsular de origen románico distinto de otros del mismo origen como el
aragonés o el riojano. "Español" pasa a abarcar después el conjunto de esas modalidades dialectales habladas
en la Península. Salvo, pues, con un sentido técnico, es preferible el término "español" para referirse a la
lengua mayoritaria peninsular que incluye varias modalidades (andaluz, murciano, canario...)».
Luis Antonio de Villena. Según el poeta, novelista y ensayista, la diatriba expuesta por Camilo José Cela es
un tema que viene de antiguo y que ya se dio en los años 50 en Hispanoamérica. «Existe un libro del filólogo
Amado Alonso, Castellano, español, idioma nacional, donde ya abordaba esta cuestión. En este texto, Alonso
se refería a cómo algunas Constituciones americanas evitaban hablar del español, utilizando un eufemismo,
"idioma nacional". Lo que ahora plantea Cela es parecido. El español ha superado las fronteras geográficas del
castellano, por tanto, la forma precisa de llamarlo sería "español", sin connotaciones».
Rosa Regàs. La autora de Azul recuerda que a ella le enseñaron en el colegio «Lengua Castellana» y así lo
fue repitiendo. «No veo motivos suficientes para que alguien se avergüence de pronunciar la palabra
"español". En la época de Franco nos enseñaban la Lengua Castellana y no creo que a Franco le diera
vergüenza decir Lengua Española. Yo no conozco a nadie que se avergüence ahora de pronunciar la palabra
2
"español"».
Juan Bonilla. Al novelista le parece una cuestión completamente insignificante: «Deducir del empleo de la
palabra "castellano" cobardía me parece una perfecta sandez. Por mi parte, siempre utilizo la palabra
"español". Pero lo importante es que cuando un extranjero me dice que él sabe hablar castellano, entiendo
perfectamente lo que me quiere decir».
Soledad Puértolas. La escritora no ve tal polémica en el uso de los conceptos «castellano» o «español» para
designar nuestro idioma: «Que cada uno se refiera a la lengua como le sea más cómodo, dentro de la sensatez.
Soy neutral en esta supuesta polémica y las connotaciones políticas no me afectan».
Lorenzo Silva. Al novelista le interesa, más que optar por la denominación de «español» o «castellano», que
la gente entienda de qué se está hablando. «Para el común de la gente, ambos términos valen. Y no es motivo
de vergüenza ni de orgullo. El español es un idioma que ha nacido en España y es en Castilla donde está la
cuna de la lengua».
OPINIÓN PERSONAL
Esta discusión entre llamar a nuestro idioma castellano o español, perdura todavía en la actualidad. Yo creo
que acuñar a nuestra lengua con el nombre de castellano, resulta bastante reduccionista dado la amplitud de
esta. En todo caso, tal y como nos recuerda el gran historiador de la lengua española, que falleció el pasado
año, Rafael Lapesa, español y españoles son gentilicios acuñados, en el territorio de la Marca Hispánica, a
finales del siglo XIII: «La prueba de que español no es palabra nacida en los dominios de nuestra lengua
−explica Lapesa− es que, de serlo, habría dado españuelo, como hijuelo...»
La capacidad del español o castellano para la mezcla y la síntesis con otras lenguas y dialectos, la vocación de
comunicar y unir a las gentes y un especial cuidado de los especialistas para forjarla y mantenerla como
lengua culta y unificada, éstas son las lecciones fundamentales que nos proporciona la historia del español
como lengua de cultura y comunicación universales.
Con todo, y afortunadamente, la lengua española o castellana no representa sólo un pasado extraordinario,
sino, antes bien, un futuro lleno de promesas y de responsabilidades. Con más de cuatrocientos millones de
hablantes al terminar el siglo XX, que ascenderán a quinientos, aproximadamente, al término del siglo que
ahora comienza, el español es la cuarta lengua más hablada del mundo, tras el inglés, el chino mandarín y el
hindú. Y es esto precisamente lo que debemos tener en cuenta, y no involucrarnos en discusiones banales que
no nos conducen a ninguna respuesta contundente
−LENGUA Y LITERERATURA−
3
Descargar