LA FUNCIÓN DEL LECTOR/1

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LA FUNCIÓN DEL LECTOR/1
Cuando Lucía Pelaéz era muy niña, leyó una novela a
escondidas.
La
leyó
a
pedacitos,
noche
tras
noche,
ocultándola bajo la almohada.
Ella había robado de la
biblioteca
tío
de
cedro
donde
el
guardaba
sus
libros
preferidos.
Mucho caminó Lucía, después, mientras pasaban los años. En
busca de fantasmas caminó por los farallones sobre el río
Antioquia, y en busca de gente caminó por las calles de las
ciudades violentas.
Mucho caminó Lucía, y a lo largo de su viaje iba siempre
acompañada por los ecos de aquellas lejanas voces que ella
había escuchados, con sus ojos, en la infancia.
Lucía no ha vuelto a leer ese libro. Ya no lo reconocería.
Tanto ha crecido adentro que ahora es otro, ahora es suyo.
EDUARDO GALEANO
El libro de los abrazos
LA PEQUEÑA HISTORIA DE LA VIDA
Nacemos pequeñitos
y después comenzamos a crecer
y salirnos de los pañales
como se salen de la piel del árbol
las hojas y las flores.
Descubrimos el mundo lentamente
y lentamente vemos que la vida
se parece a la muerte con los ojos abiertos.
Más adelante novias y botellas,
besos y libros,
casas prohibidas
y lunes que nos cobran hasta el martes
el vino de los sábados
y la alegre tristeza del domingo.
El trabajo más tarde
y otra vez el trabajo más temprano,
hasta que llega el día de la boda
y la noche del hijo que comienza
a repetir la historia repetida.
Pasa el viento y se lleva
las mariposas rojas y el perfume
de las primeras sábanas nupciales.
Queda el amor un poco derrotado
por la ternura diaria y el humo de la sopa,
por las seis de la tarde y la sospecha
de que la noche puede convertirse
en una inmensa casa abandonada.
CARLOS CASTRO SAAVEDRA
CANTO A MI MISMO
Me celebro y me canto a mí mismo.
Y lo que yo diga ahora de mí, lo digo de tí,
porque lo que yo tengo lo tienes tú
y cada átomo de mi cuerpo es tuyo también.
Vago... e invito a vagar a mi alma.
Vago y me tumbo a mi antojo sobre la tierra
para ver cómo crece la hierba del estío.
Mi lengua y cada molécula de mi sangre nacieron
aquí,
de esta tierra y de estos vientos.
Me engendraron padres que nacieron aquí,
de padres que engendraron otros padres que nacieron
aquí,
de padres hijos de esta tierra y de estos vientos
también.
Tengo treinta y siete años. Mi salud es perfecta.
Y con mi aliento puro
comienzo a cantar hoy
y no terminaré mi canto hasta que muera.
Que se callen ahora las escuelas y los credos.
Atrás. A su sitio....
Me gusta ver el vaho de mi aliento,
las ondas del río,
los hilos de seda que se cruzan entre los árboles,
las horquillas donde descansa la vid.
Me gusta oír los ecos,
los zumbidos,
los murmurios de la selva.
Me gusta sentir el empuje amoroso de las raíces
al través de la tierra,
el latido de mi corazón,
la sangre que inunda mis pulmones,
el aire puro que los orea
en inspiraciones y espiraciones amplias.
Me gusta olfatear las hojas verdes
y las hojas secas,
las rocas negruzcas de la playa
y el heno que se apila en los pajares
Me gusta oír el escándalo de mi voz, forjando palabras
que se pierden en los remolinos del viento.
Me gusta besar,
abrazar
y alcanzar el corazón de todos los hombres con mi
brazos.
Me gusta ver entre los árboles el juego de luces y de
sombras cuando la brisa agita las ramas.
Me gusta sentirme solo entre las multitudes de la
ciudad,
en las estepas
y en los flancos de la colina.
Me gusta sentirme fuerte y sano bajo la luna llena
y levantarme cantando alegremente a saludar al sol.
¿Qué creíais ?
¿Qué me conformaría con mil hectáreas de tierra nada
más ?
¿Pensasteis que toda la tierra sería demasiado para mí ?
¿Para qué habéis aprendido a leer si no sabéis
interpretar mis poemas ?...
Me rodean gentes nuevas,
gentes que me acosan a preguntas...
Me llegan recuerdos de mi infancia,
de mi barrio,
de la ciudad,
de la nación ;
pienso en las grandes fechas,
en los grandes sucesos,
en los grandes inventos,
en las nuevas empresas ;
en los autores ( en los antiguos y modernos) ;
me requieren la comida,
los amigos,
los vestidos ;
me preocupan los ademanes,
las atenciones,
las deudas.
Me distraen la indiferencia real o fingida de las gentes
que amo,
las dolencias de mis parientes,
mis propias dolencias,
las malas acciones,
la falta y la pérdida del dinero,
el abatimiento
y la exaltación.
Me congojan las batallas
y los horrores de la guerra fratricida ;
me angustian las noticias inciertas
los acontecimientos definitivos...
Todas estas cosas llegan a mí de noche y de día,
entran en mi vida,
vienen y se van...
pero yo no soy nada de esto !...
WALT WHITMAN
TABAQUERIA (APARTES)
Viví, estudié amé y hasta tuve fé.
Hoy no hay mendigo al que no envidie sólo por ser él y no yo.
En cada uno veo el andrajo, la llaga y la mentira.
Y pienso : tal vez nunca viviste, ni estudiaste, ni amaste, ni
creíste
(Por que es posible dar realidad a todo esto sin hacer nada de
todo esto),
Tal vez has existido apenas como la lagartija a la que le
cortan el rabo
Y el rabo salta, separado del cuerpo.
Hice conmigo lo que no sabía hacer
Y no hice lo que podía.
El disfraz que me puse no era el mío.
Creyeron que yo era el que no era, no los desmentí y me
perdí.
Cuando quise arrancarme la máscara,
La tenía pegada a la cara.
Cuando la arranqué y me vi en el espejo,
Estaba desfigurado.
Estaba borracho, no podía entrar en mi disfraz.
Lo acosté y me quedé afuera,
Dormí en el guardarropa
Como un perro tolerado por la gerencia
Por ser inofensivo.
Voy a escribir este cuento para probar que soy sublime.
TU VIVES SIEMPRE EN TUS ACTOS
Pedro Salinas
Tu vives siempre en tus actos
con la punta de tus dedos
pulsas el mundo, le arrancas
auroras, triunfos, colores,
Alegrías : es tu música.
La vida es lo que tu tocas.
De tus ojos, sólo de ellos
sale la que te guía
los pasos. Andas
por lo que ves. Nada más
y así una duda te hace
señas a diez mil kilómetros
lo dejas todo, Te arrojas
sobre proas, sobre alas,
estas ya allí ; con los besos,
con los dientes la desgarras :
Ya no es duda
tu nunca puedes dudar.
Por que has vuelto los misterios
del revés, y tus enigmas,
lo que nunca entenderás
son esas cosas claras.
La arena donde te tiendes,
la marcha de tu reloj
y el tierno rosado
que te encuentras en tu espejo
cada día al despertar y es tuyo. Los prodigios
que están descifrados ya.
Y nunca te equivocaste,
mas que una vez, una noche
que te encaprichó una sombra
- La única que te ha gustado una sombra parecía.
Y la quisiste abrazar .
Y era yo.
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