Nos proponemos, como objetivo general, incidir en la

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Los estudios humanísticos y su intervención en el ámbito cultural estatal
Juan Monroy García
Profesor de tiempo completo
Facultad de Humanidades, UAEM.
Nos proponemos, como objetivo general, incidir en la transformación cultural de
la entidad, convirtiendo para ello a la Facultad de Humanidades en el centro
promotor principal de las humanidades tanto de la Universidad, como de la
ciudad y el estado.
El quehacer esencial y cotidiano debe realizarse pensando en formar mejores
profesionistas en el campo de filosofía, historia y las letras. Profesionistas que
no solo prolongaran nuestras ideas, sino que a partir de ellas se convertirán en
agentes y multiplicadores. Estas profesiones, las más antiguas que se
adueñaron de las universidades, a diferencia de otras, no se complacen con el
ejercicio repetitivo y mecánico, sino que, imbuidas en un espíritu creativo que a
veces solamente llamamos crítico, intentan su realización creando y recreando
lo que se ha dado en llamar mundo cultural, e incitando a otros a hacer lo
mismo; no en vano nos encontramos con cierta frecuencia con literatos,
historiadores o filósofos espontáneos. En segundo lugar, somos también
concientes de la capacidad de nuestra planta docente no solo empeñada en su
continua formación y preparación profesional, sino poseedora de una
experiencia que le deja un margen estrecho a la improvisación.
La conjugación armónica de la investigación, la docencia y la difusión,
componentes esenciales del trabajo académico, nos permitirán lograr los
objetivos y las metas enunciadas. Fundamentados en lo anterior, nos
comprometemos a darle sentido a la figura de profesor-investigador, donde, sin
ignorar los intereses y cualidades especificas individuales del trabajador
académico, se rompa la dicotomía investigador-docente.
Las exigencias de nuestro quehacer requieren de la convergencia en nuestras
tareas de investigación y docencia. La investigación enriquece las actividades
docentes y la docencia acrisola los resultados del investigador.
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La conjugación, en nuestras maestras y maestros, de la investigacióndocencia nos llevará necesariamente enriquecer y realizar el otro elemento
fundamental en la formación del futuro humanista. La interacción docente y
discente. Es nuestra intención conceptual-didáctica y pedagógica transformar la
relación maestro-alumno. Volver a aquellos avatares renacentistas donde el
profesor se convertía en un integrante más del grupo que, encabezado por un
guía, convergen en la adquisición del mismo propósito.
La transformación de la Facultad, sin embargo, no obra a obtener sólo con
buenos deseos y buenas intenciones, ni puede ser tampoco el resultado del
esfuerzo de un pequeño grupo, sino que requiere del empeño, colaboración y
activa participación de todos sus integrantes. La Facultad puede ser el centro
motor de desarrollo de las humanidades si se cuenta con la decidida convicción
de sus maestros y de sus estudiantes.
Es innegable que el avance de la ciencia y la tecnología, las necesidades
propias de un pueblo en desarrollo y las urgencias de la globalización, atentan
no sólo con lo que hasta ahora llamamos cultura nacional, sino que contagian
su carácter deshumanizante aun en las mentes bien intencionadas, incrustadas
en la conducción política y económica de nuestras instituciones, pero carente
de una sólida formación integral. No fue gratuidad el ostentoso despliegue en lo
político, en lo económico y en lo educativo de la ideología neoliberal.
Con un sentido crítico –o aparente mente crítico- se arremetió contra los planes
de estudio anteriores; se aspiro a la neutralidad del saber, ignorando
ingenuamente que para las humanidades, llámese artes teatrales, ciencias de
la información documental, filosofía, letras latinoamericanas o historia, el centro
de atención lo ocupa el hombre. La revolución antropocéntrica de los
renacentistas y el auge de la soberanía de la razón propiciaron un nuevo
amanecer e impulsaron el desarrollo, en un principio de las ciencias y después
de la tecnología. Los temores de que éstas se vuelvan contra el hombre y ante
los excesos de la razón han despertado nuevas propuestas alternativas,
llegamos así a la inquietud de los posmodernos.
Para nosotros, en nuestro quehacer diario, quedará el reto de saber conjugar
esa necesaria relación de universalidad y particularidad, de universalidad y
nacionalidad. Ser ciudadanos del mundo pero a la vez con una cultura
particular, una cultura propia.
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Abstract:
Los estudios humanísticos y su intervención en el ámbito cultural estatal
Juan Monroy García
Profesor de tiempo completo
Facultad de Humanidades, UAEM.
Nos proponemos, como objetivo general, incidir en la transformación cultural de
la entidad, convirtiendo para ello a la Facultad de Humanidades en el centro
promotor principal de las humanidades tanto de la Universidad, como de la
ciudad y el estado.
El quehacer esencial y cotidiano debe realizarse pensando en formar mejores
profesionistas en el campo de filosofía, historia y las letras. Profesionistas que
no solo prolongaran nuestras ideas, sino que a partir de ellas se convertirán en
agentes y multiplicadores. Estas profesiones, las más antiguas que se
adueñaron de las universidades, a diferencia de otras, no se complacen con el
ejercicio repetitivo y mecánico, sino que, imbuidas en un espíritu creativo que a
veces solamente llamamos crítico, intentan su realización creando y recreando
lo que se ha dado en llamar mundo cultural, e incitando a otros a hacer lo
mismo; no en vano nos encontramos con cierta frecuencia con literatos,
historiadores o filósofos espontáneos. En segundo lugar, somos también
consientes de la capacidad de nuestra planta docente no solo empeñada en su
continua formación y preparación profesional, sino poseedora de una
experiencia que le deja un margen estrecho a la improvisación.
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