42 LA VANGUARDIA C U L T U R A MIÉRCOLES, 28 MARZO 2001 Diez autores proponen renovar los contenidos del catalanismo n Nueve profesores universitarios y un escritor desgranan los referentes doctrinales de los que se debe dotar el catalanismo si quiere seguir siendo útil MERCÈ BELTRAN BARCELONA.– El catalanismo ha sido muy útil porque ha servido para articular la sociedad catalana y ha contribuido a su convivencia, pero ahora, si quiere seguir siendo válido, debe renovar “profundamente sus referentes doctrinales”. Esta es la principal conclusión que se extrae del libro “El nou catalanisme” (Ariel), que recoge un conjunto de diez ensayos de nueve profesores universitarios y un escritor y periodista, que ha sido coordinado por el filósofo Norbert Bilbeny y el economista Àngel Pes. Salvador Giner; Jordi Casassas; María Jesús Buxó, de la facultad de Geografía e Historia de la UB; Manuel Vázquez Montalbán, escritor y periodista; Norbert Bilbeny, profesor en la facultad de Filosofía de la UB; Àngel Pes, Antoni Castells y Miquel Caminal, profesores de Ciencias Económicas y Derecho en la UB; Xavier Rubert de Ventós, filósofo, y Ferran Requejo, profesor de Teoría Política en la Universitat Pompeu Fabra, reflexionan, mediante sus ensayos, respecto al futuro más inmediato del catalanismo. El libro está estructurado en dos partes, con cuatro capítulos cada una de ellas. Sus textos son muy analíticos y respetuosos con el catalanismo, “no en vano todos los que escri- MERCÈ TABERNER El filósofo Norbert Bilbeny, coautor y uno de los coordinadores del libro bimos somos catalanistas”, destacó Bilbeny. Como denominador común, los diez autores rechazan el término nacionalismo como definición del movimiento catalanista y optan por conceptos como “patriotismo” o “patriotismo cívico”, término que surge del consenso entre los ciudadanos y su compromiso en un proyecto común en contraposición al nacionalismo de base cultural e identitaria. Asimismo, consideran que el concepto de nacionalismo tiene una carga negativa, tanto a escala internacional como por la identificación que se hace de este término con la ideología de CiU, coalición que ejerce el gobierno de la Generalitat desde hace 20 años. La mayoría de los autores constata que “el nacionalismo de raíz romántica, característico del siglo XIX y de la primera mitad del XX, ha quedado obsoleto como referencia para una sociedad catalana cada vez más diversa y que se tiene que amoldar a la globalización”. Si reforzar el autogobierno es uno de los contenidos que debe tener el catalanismo del siglo XXI, los autores estiman también que la trascendencia de la construcción de la Europa política “obliga a pensar tanto en la articulación Cataluña-España como en la inserción de Cataluña en Europa desde una perspectiva en la que el concepto de soberanía pierde el significado que le asignaba el nacionalismo tradicional”.c