“Se afanaron por callar, por cubrir toda expresión del hombre

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DOMINGO 26 DE DICIEMBRE DE 2010 | La Estrella | Panamá
INDEPENDENCIAS HISPANOAMERICANAS
Multiculturalidad y
desarrollo en bicentenario
• Las diferentes etnias se han incorporado a movimientos reivindicativos a partir de la segunda mitad del siglo
XX y se proyectan en la primera mitad del siglo XXI como protagonistas en defensa de sus intereses
CARLOS GASNELL G./ SOCIÓLOGO
[email protected]
PANAMÁ. La Patria del Criollo
es el título del libro en que
Severo Martínez presentó,
mediante el caso guatemalteco, el patrón de dominación que los españoles
nacidos en América fueron
estructurando a lo largo de
tres siglos para controlar,
tras las gestas de independencia, los diferentes escenarios en que nacieron las
nuevas repúblicas. El análisis del significado histórico
del bicentenario de las repúblicas que se desligaron
de los lazos políticos, económicos y administrativos
que las unían a la corona
española debe empezar por
recordar que en su mayoría
nacieron bajo la égida de la
dominación criolla y la derrota de los peninsulares. Es
importante rememorar el
proceso que pasa de las encomiendas, los repartimientos y las mercedes reales
hacia las haciendas que remató, en una estructura de
poder social, económico y
político, que alimentó la capacidad de los criollos para
incorporar a las poblaciones
de mestizos, indígenas y negros a las diferentes campañas que culminaron con
las derrotas de los ejércitos
realistas.
Foto: Archivo | La Estrella
La costumbre de confeccionar muñecos de Año Viejo y rellenarlos con fuegos artificiales para encenderlos al inicio del nuevo año es parte de la multiculturalidad hispanoamericana.
transformación de las poblaciones de cada país, como
continuidad del proceso iniciado en la colonia con los
cruces entre blancos, indígenas y negros. En este análisis queremos enfatizar la
importancia de la trayectoria
de los pueblos originarios y
los grupos afrodescendientes en Hispanoamérica que
celebran a partir de 2010 el
bicentenario de sus independencias, celebración que
para la mayoría culminará
en los años 20 del presente
siglo.
LOS PUEBLOS ORIGINARIOS
La Facultad
Latinoamericana de
Ciencias Sociales (FLACSO)
es un organismo regional,
instituido por la UNESCO
para impulsar y satisfacer
necesidades en el
conocimiento de las
Ciencias Sociales.
El programa
FLACSO-Panamá busca
dotar a la población de
análisis sobre los
principales problemas que
la aquejan, y contribuir
con las estrategias y
programas de solución.
En Hispanoamérica, el bicentenario es celebrado en
fechas diferentes. Algunos
países señalan como fecha
de independencia los inicios
de sus gestas y otros las de
cristalización de las mismas:
Argentina, Colombia, Chile,
México Venezuela: 1810.
Centroamérica y Panamá:
1821. Cuba: 1898. Ecuador:
1822. Perú de 1821. Uruguay
se independiza de Brasil en
1821. Bolivia: 1825. Paraguay:
1825, República Dominicana: 1821.
Tras el triunfo de los criollos emergieron las dicotomías liberalismo-conservadurismo y centralismo-federalismo pero, sobre todo, la
región avanzó en su proceso
de mestizaje provocando la
El bicentenario, igual que
el centenario, es un espacio
adecuado para evaluar la forma cómo las repúblicas hispanoamericanas, dominadas
por la conexión blanco-mestizo, han lidiado con los pueblos originarios. A su llegada
a América los españoles no
se encontraron con tierras
baldías y naturaleza desierta,
hallaron civilizaciones, culturas, etnias, sistemas religiosos, formas de organización y dominación social,
política y económica, arquitectura y sistemas educativos que, ante la comprensible lógica histórica de la
conquista y dominación y en
consonancia con la experiencia antigua y medieval de
Europa, impusieron por la
fuerza sus cosmovisiones y
todo su aparato político económico y militar. Tan solo se
trató de otro capítulo de la
larga historia del ejercicio
del poder y de la dicotomía
del vencedor y el vencido.
En el contexto anterior,
hay que insertar la trayectoria de los pueblos originarios hasta sus actuales
procesos
reivindicativos
comprendiendo la esencia
de sus objetivos y metas.
Salvo Cuba, Puerto Rico y
República Dominicana en el
Caribe y Uruguay en el cono
sur, en donde la referencia a
la población indígena se expresa en términos de “he-
“Se afanaron por callar, por cubrir toda
expresión del hombre americano”
Aún resuena en la memoria americana la postura rebelde de
Germán Arciniegas sobre el descubrimiento:
“No es posible considerar como descubridores a quienes en vez
de levantar el velo del misterio que envolvía a las Américas se
afanaron por callar, por velar, por cubrir todo lo que pudiera ser
expresión del hombre americano.
¿Qué vinieron a hacer a esta tierra los capitalistas, los
empresarios, los encomenderos, los gobernadores y los virreyes?
Vinieron para imponer un sistema económico, político y religioso,
una raza que era otra cosa distinta de la economía, la religión y
la arquitectura de la raza americana”.
rencia cultural” ante la débil
presencia de población indígena debidamente certificada, en el resto de Hispanoamérica los pueblos
originarios constituyen una
viva realidad cultural, social
y lingüística. Con mayor o
menor dinamismo, las diferentes etnias se han incorporado a movimientos
reivindicativos sobre todo a
partir de la segunda mitad
del siglo XX y se proyectan
en la primera mitad del siglo
XXI como protagonistas de
importantes capítulos en defensa de sus intereses históricos, territoriales, sociales, económicos y culturales.
Basta revisar en cada país
hispanoamericano con clara
presencia indígena las formas que asumen los movimientos reivindicativos de
los pueblos originarios para
constatar los niveles de organización y la presión que
ejercen sobre los estados y
gobiernos.
El protagonismo indígena
en Bolivia y Ecuador augura
una segunda década de siglo
matizada por una significativa incorporación de los indígenas a los circuitos nacionales de toma de decisiones. Sin lugar a dudas
dichas experiencias causarán mayor impacto en el
protagonismo indígena en el
Perú que con otros contornos ya se hizo patente en el
gobierno de Alejandro To-
“En cada uno de
nuestros países, los
descendientes de la
esclavitud luchan
por salir de la
invisibilidad a la
que han sido
sometidos
”
ledo y el actual accionar político de Ollanta Humala.
El capítulo que vive la sociedad chilena debido a las
acciones de reclamo asumidas por el pueblo Mapuche
en la Araucanía y respaldados por el movimiento indígena internacional, constituye un llamado de atención, en plena celebración
del bicentenario de la independencia chilena, para
que se ponga mayor aten-
ción a los originarios de esta
bravía nación descendiente
de Lautaro y Caupolicán.
LOS AFRODESCENDIENTES
El bicentenario también es
un punto de referencia para
acercarnos a la realidad de la
población afrodescendiente
de nuestros países. En el año
2000 se inició la “Ronda de
Censos”, tentativa promovida por organizaciones de
afrodescendientes, con el
decidido apoyo de la Organización de Naciones Unidas, para cuantificar a los
afrodescendientes con la
precisión de estos instrumentos. La tarea resulta algo
compleja dado que el mestizaje permite cubrir la afrodescendencia con diferentes
matices haciendo que las
evidencias sean aportadas
con base a la subjetividad de
“considerarse o no afrodescendiente”.
Un elemento interesante
es que, mientras que en algunos países se observa la
desaparición física de la población originaria, en toda
Hispanoamérica existen evidencias de localización de
población afrodescendiente
por mínima que sea su expresión. Por extraño que nos
pueda parecer, encontramos
afro-bolivianos, afro-paraguayos,
afro-chilenos,
afro-argentinos etc.
Las rutas de la esclavitud
permiten seguir los rastros
de los afrodescendientes
desde México hasta el Uruguay. En cada uno de nuestros países los descendientes
de la esclavitud luchan por
salir de la invisibilidad a la
que han sido sometidos. En
cada país es posible recoger
sus aportes sociales, económicos y culturales y sus organizaciones realizan grandes esfuerzos por el reconocimiento a sus reivindicaciones al igual que en otro
plano lo hacen los pueblos
originarios.
Marta Rangel -consultora
de CELADE- en su trabajo,
En el caso particular
de Panamá, al igual
que en otros países de
la región, la
multiculturalidad va más
allá del significado del
accionar histórico de
pueblos originarios y
afrodescendientes debido
a que el trayecto histórico
del istmo ha estado
impregnado desde la
conquista por un
acentuado cosmopolitismo
que ha dado lugar el
llamado “crisol de razas”
pero siempre habrá que
resaltar la importancia de
atender las expectativas
de nuestros pueblos
originarios (ngöbes buglés,
kunas, emberás-waunaan,
teribes, bribris) así como
nuestros negros coloniales
y los afroantillanos.
“Una panorámica de las articulaciones y organizaciones de los afrodescendientes
en América Latina y el Caribe”, publicado en febrero
del 2009, presenta una
muestra representativa de
las principales organizaciones de afrodescendientes en
Centroamérica, el Caribe, los
países andinos y el Cono Sur
que proyecta una visión actualizada de la dinámica de
dichas organizaciones.
En dicho documento Rangel señala lo siguiente: “Actualmente, las organizaciones afrodescendientes latinoamericanas luchan contra
el racismo. La exclusión social y la pobreza. Actúan
colectivamente exigiendo
del estado el cumplimiento
de los compromisos adquiridos en la Tercera Conferencia Mundial Contra el
Racismo, la discriminación
racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia,
que los obliga a reducir la
exclusión, la discriminación
y la pobreza en la que viven
sus pueblos como consecuencia del racismo”.
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