CRITERIOS PARA EL EMPLEO DE ARMAS NO LETALES

Anuncio
POLICÍA NACIONAL
Dirección General
CRITERIOS PARA
EL EMPLEO DE ARMAS
NO LETALES
Policía Nacional de Colombia
CRITERIO PARA EL EMPLEO DE ARMAS NO LETALES
Publicación de la Policía Nacional de Colombia
Dirección General - Oficina de Planeación
Grupo de Doctrina y Servicio de la Policía
•
Presidente de la República
DOCTOR ÁLVARO URIBE VÉLEZ
Ministro de Defensa Nacional
GABRIEL SILVA LUJÁN
•
Director General Policía Nacional
MAYOR GENERAL ÓSCAR ADOLFO NARANJO TRUJILLO
Subdirector General
BRIGADIER GENERAL RAFAEL PARRA GARZÓN
Director de Seguridad Ciudadana
BRIGADIER GENERAL ORLANDO PÁEZ BARÓN
Inspector General
BRIGADIER GENERAL JOSÉ ROBERTO LEÓN RIAÑO
Bogotá, D.C., Julio de 2009
2
Criterios para el Empleo de Armas no Letales
CONTENIDO
INTRODUCCIÓN...........................................................................................................................5
CRITERIOS PARA EL EMPLEO DE ARMAS NO LETALES ..............................................................6
VIS JURIS DESERVIAT. LA FUERZA AL SERVICIO DEL DERECHO ................................................7
Dispositivos no letales para uso en servicio de vigilancia urbana ....................................... 7
Dispositivos no letales aptos para uso en control de disturbios .......................................... 7
Dispositivos no letales aptos para uso en operaciones policiales ....................................... 8
Clasificación según tecnología empleada ........................................................................... 9
LA LETALIDAD O NO DE LAS ARMAS SIEMPRE CORRERÁ DE LA MANO
Y DE LA MENTE DE QUIEN LAS PORTE O MANIPULE ................................................................10
NO ME DESENVAINES SIN NECESIDAD, NO ME GUARDES SIN HONOR ................................13
NORMAS DE DERECHOS HUMANOS PARA EL USO DE LA FUERZA Y LAS
ARMAS DE FUEGO .....................................................................................................................15
Principios esenciales del uso de la fuerza ......................................................................... 15
Responsabilidad por el uso de las armas de fuego ........................................................... 15
Circunstancias admisibles para el uso de armas de fuego ............................................... 16
Procedimientos de uso de armas de fuego ....................................................................... 16
Despues de usar armas de fuego ..................................................................................... 16
CONSTITUCIÓN POLÍTICA .........................................................................................................19
CÓDIGO NACIONAL DE POLICÍA. CAPÍTULO IV. DEL EMPLEO DE LA FUERZA
Y OTROS MEDIOS COERCITIVOS ..............................................................................................20
CÓDIGO PENAL.........................................................................................................................21
REGLAMENTO DE SERVICIO DE VIGILANCIA URBANA Y RURAL. CAPÍTULO IV
DEL USO DE LAS ARMAS............................................................................................................22
APARTES DE LA SENTENCIA C-179 DE 2007 .............................................................................24
LA POLÍTICA EN UN ESTADO SOCIAL DE DERECHO ...............................................................24
3
Criterios para el Empleo de Armas no Letales
INTRODUCCIÓN
En el derrotero fijado de llevar la Policía Nacional a los más altos índices de
credibilidad y confianza ciudadana, es necesario considerar que, en el disfrute
de las libertades y derechos que ofrece la estructura constitucional de “Estado
Social de Derecho”, es nuestra obligación garantizar este regocijo social. Para
el Director General de la Policía Nacional de Colombia, nunca será ampuloso,
iterar sobre los factores que en el servicio policial inciden, en lo referente a la
defensa y el respeto a los derechos fundamentales, por ser temática inherente e
inescindible de lo policial.
Inmensamente delicada es en cualquier ámbito y circunstancia, la trascendental
decisión del empleo de la fuerza y el uso de las armas. Es bien reconocido que el
Policía de Colombia es formado en la cultura de la legalidad y su temperancia es
afamada por haber superado pruebas en disímiles y muy difíciles circunstancias.
Existe también el compromiso de fidelidad a la doctrina, como quiera que esta
describe el uso adecuado de grupos y elementos especializados y de armamento
específico, que individualmente o en conjunto deben utilizarse con otros sistemas
para lograr objetivos determinados.
La doctrina operacional define y enseña procedimientos, considera además
objetivos particulares y describe cómo se utilizan los sistemas de apoyo para
cumplir con el objetivo. Esta se produce en los grupos y unidades básicas, es
decir, en el nivel operativo y debe ser constantemente actualizada a través de
documentos ágiles y flexibles que permitan dar respuestas a las necesidades del
servicio con el desarrollo de técnicas tácticas, y procedimientos policiales (TTPP).
La doctrina evoluciona de la teoría y experiencia policial e indica la mejor
manera de utilizar el poder de policía tal como lo establece la Política Estratégica
Operacional, que debe ser permanentemente revisada.
Habidas consideraciones pragmáticas, sobre la temática en curso, se llega a
inferir que, para circunstancias especiales y justificadas, conocidas las tecnologías
actuales, debe dotarse a las unidades policiales de elementos medianeros en
el empleo de la fuerza, entre el bastón de mando (enfrentamiento personal) y
armas de fuego, en la seguridad que su uso racional y ajustado a las principios y
normas, así como el recto e ilustrado criterio de quienes en buena hora detentan
el mando de las unidades, hará que el prestigio institucional y la buena imagen
policial no tengan desmedro, por cuanto sus actuaciones no generarán rechazo
de la comunidad ni de sus dirigentes.
Mayor General ÓSCAR ADOLFO NARANJO TRUJILLO
Director General Policía Nacional de Colombia
5
Policía Nacional de Colombia
CRITERIOS PARA EMPLEO DE ARMAS NO LETALES
Debido a que el discurrir policial, en su accionar coercitivo para hacer cumplir la
ley, en muchos casos conlleva a enfrentar situaciones en las cuales el empleo de
la fuerza puede ser necesario, la policía debe estar siempre provista de algunos
elementos para el servicio, sino de efectos incapacitantes o aún mortales, con
instrumentos o dispositivos “no letales”, o con mecanismos de restricción (bastones
policiales, esposas, etc.).
La presencia física de estos elementos refuerza la reservada amenaza de
la coerción policial: la fuerza está a su disposición, sujeta sí, a substanciales
restricciones y limitaciones, si es que no logra que la sociedad a su cargo cumpla
con la normatividad rectora, sin hacer uso de dicha fuerza.
La Dirección General de la Policía Nacional de Colombia, en su objetivo de
mejoramiento continuo y tras considerable esfuerzo presupuestal, ha contemplado y suplido la necesidad de actualizar la dotación de los elementos que permitan el accionar disuasivo en el manejo de situaciones colectivas a cargo de los
grupos especializados, como son los Escuadrones Móviles Antidisturbios (ESMAD),
debidamente capacitados, técnicamente entrenados y, suficientemente dotados con los medios aptos para el cumplimiento de su misión, buscando entre los
medios aptos, los más efectivos y menos lesivos para el control de multitudes y
escenarios de desorden.
No obstante, la confianza depositada en los hombres que, con dedicación
y empeño, con tolerancia y resistencia estoica, demostradas en múltiples
actuaciones, aún con pérdidas de vidas de excelentes servidores policiales;
pleno de saludable afán y paternal cuidado, el alto mando reitera incansable la
necesidad vital de emplear mesurada, oportuna y justificadamente la fuerza que
la Ley y el Estado pusieron a nuestro cargo.
Maestros del Derecho de Policía, como el profesor ROBERTO PINEDA CASTILLO,
sostenían: “Es este un tema que siempre mueve a discusión ante el peligro de que
su aplicación exceda los límites fijados por la ley o se atente contra los principios
humanitarios.
Mal empleada, sin sujeción a la norma o los reglamentos, se convierte en
brutalidad y que bien empleada, se presenta como justa y necesaria y nos hace
aparecer como seres civilizados”.
Bartolomé Fiorini, ilustre maestro y tratadista argentino del Derecho Administrativo,
con trascendencia mundial, al hablar de la coacción por la fuerza, por el contrario,
la utiliza y la convalida para su finalidad funcional, pues el derecho, para realizar
su cometido necesita de la fuerza.
6
Criterios para el Empleo de Armas no Letales
Quizás este concepto del empleo de la fuerza, inspiró a Pascal para afirmar, que
“La justicia sin la fuerza es la impotencia; la fuerza sin la justicia es tiranía” y a León
Duguit, benemérito jurista francés, tratadista y conferencista internacional, en dos
oportunidades visitó a Colombia para transmitir sus conocimientos especializados
de Derecho Constitucional y Administrativo, a repetir: “El derecho sin la fuerza es
la impotencia y la fuerza sin el derecho es la barbarie”. El mismo lema institucional
de nuestra alma mater reza en lengua madre de las romances
“VIS JURIS DESERVIAT”
“LA FUERZA AL SERVICIO DEL DERECHO”
Dentro de los principios reguladores, se impone traer a colación aquel que
prescribe que “…entre los medios ofensivos, ha de seleccionarse el menos
lesivo” y así tocamos con los que profesionalmente se conocen como
no letales. El uso de dispositivos no letales, debe discriminarse según sus
características técnicas, a fin de garantizar el uso progresivo y racional de
la fuerza, con discriminación de acuerdo con las necesidades del servicio.
1. Dispositivos no letales aptos para uso en servicio de vigilancia urbana
En este campo pueden ser considerados aquellos que por su capacidad y
características están concebidos para controlar una situación específica, sobre
una persona o grupo de personas, involucradas en eventuales situaciones
constitutivas de motivos de policía. En este nivel se encuentran, el bastón de
mando y los dispositivos individuales para la aspersión o propulsión de agentes
irritantes, como el gas pimienta.
2. Dispositivos no letales aptos para uso en control de disturbios
Bajo esta clasificación se encuentran clasificados los dispositivos empleados
en el marco de tácticas especiales para el control de disturbios, por parte
de unidades especializadas como el ESMAD o Fuerzas Disponibles de los
departamentos. Es importante tener en cuenta la pluralidad del fenómeno que
se pretende controlar, en consecuencia, el alcance y características técnicas
de los dispositivos a emplear, deben proveer una mayor capacidad y cobertura,
de forma proporcional a la necesidad expuesta. Entre ellos se encuentran:
• Granadas de mano, con emisión de agentes irritantes y/o lacrimógenos.
• Granadas de mano de aturdimiento (generadoras de sonido).
• Granadas de mano de efecto múltiple (luz y sonido, sonido y gas, sonido, gas
y luz, entre otras opciones disponibles).
• Granadas de mano con proyección de perdigones de goma y gas irritante
(Granadas “multi-impacto”).
7
Policía Nacional de Colombia
• Cartuchos de 37/38 mm., para fusil lanzador no letal, con perdigones de goma
o cápsulas de gas irritante.
Otros que se determinen en guías o manuales de procedimientos antidisturbios,
como el bastón, o aspersores individuales de gas pimienta, según necesidad y
criterio táctico del comandante de la unidad.
3. Dispositivos no letales aptos para uso en operaciones policiales
En este grupo pueden incluirse todos los anteriores y serán utilizados de acuerdo
al cometido táctico especifico a cumplir; entendiendo que los procedimientos y
tácticas de operaciones especiales están orientados a la resolución de situaciones
muy especificas, en las cuales, por lo general es lícito el uso de la fuerza con toda
la contundencia necesaria para la protección de derechos fundamentales (vida,
libertad, entre otros). De forma complementaria, resulta viable la utilización de
dispositivos de control eléctrico que generan parálisis muscular, como un recurso
alterno o previo al uso de las armas de fuego, evitando de esta manera el empleo
de fuerza con capacidad letal. Sobre este aspecto en particular es necesario
hacer énfasis en la proporcionalidad, racionalidad y criterios de empleo, por
cuanto sólo deberán usarse para asegurar el cumplimiento de la ley y protección
de derechos fundamentales, cuando los demás medios disponibles, resulten
ineficaces o poco efectivos, sin que logren brindar una opción efectiva a los fines
lícitos perseguidos con la acción policial a ejecutar.
Deben ponerse en consideración, también, factores de salud o anormalidad
fisiológica no visibles o detectables del sujeto destinado a recibir el efecto
eléctrico y las mismas condiciones físicas propias de los diversos grupos étnicos
que componen la disímil población colombiana, incomparablemente mas
lábiles, frágiles y endebles que aquellos arios y anglosajones que en medios de
comunicación y videos de demostración, se ven caer convulsionantes al recibo
de la carga iónica.
Dispositivos de esta índole, solo podrán ser empleados en la Institución por las
siguientes unidades:
• Escuadrones Móviles Antidisturbios (ESMAD)
• Comando de Operaciones Especiales “COPES”.
• Grupos GAULA.
• Grupos de Operaciones Especiales “GOES”.
8
Criterios para el Empleo de Armas no Letales
Clasificación (según tecnología empleada)
Tecnologías
Ejemplos
Energía cinética
Municiones de impacto (proyectiles de espuma de
goma, clavijas de madera, sacos rellenos, balas de
plástico, cañones de agua, proyectiles de plano
aerodinámico).
B a r re ra s y re d es
d e ret e n ci ó n
Dispositivos para reducir la marcha y detener vehículos o embarcaciones (por ejemplo: redes, cadenas,
puntas, espuma rígida).
Eléctrica
Tecnología de interrupción electromuscular, ejemplo:
armas de electrochoque Tasser, “espada paralizante”,
exoesqueleto, armas paralizantes, armas eléctricas
inalámbricas (ejemplo: el Close Quarters Shock Rifle),
armas de plasma inducidas por láser.
Acústica
Generadores acústicos, cañón acústico, dispositivos
acústicos de largo alcance.
Energía dirigida
Microondas de alta potencia, ondas milimétricas,
láser, proyectiles impulsados por energía.
Química
Agentes de represión de disturbios, bombas de peste,
materiales antitracción, agentes oscurecedores,
espuma adhesiva, sustancias químicas antimateriales.
Química / bioquímica
Calmantes, convulsionantes, incapacitantes.
Biológica
Microorganismos antimateriales, agentes anticultivos.
Tecnologías
combinadas
Municiones traumatizantes, dispositivos de dispersión
químicos y cinéticos, dispositivos de dispersión
químicos y acústicos.
Sin embargo, la condición de no letal, no implica en forma alguna liberalidad
de uso hasta recaer en desinterés, apatía o torpeza en su manejo, por lo cual se
debe tener siempre en mente, el sabido axioma que enseña:
9
Policía Nacional de Colombia
“LA LETALIDAD O NO DE LAS ARMAS, SIEMPRE CORRERÁ DE LA
MANO Y DE LA MENTE DE QUIEN LAS PORTE O MANIPULE”
La facultad de recurrir a la fuerza en determinadas condiciones y con las debidas
restricciones, lleva consigo la gran responsabilidad de velar porque esa facultad
se ejerza lícita y eficazmente. La tarea de la policía en la sociedad es bien difícil
y se reconoce que el uso de la fuerza por sus funcionarios, en circunstancias
claramente definidas y controladas, es enteramente lícito. Sin embargo, el uso
desmedido de la fuerza, afecta directamente el principio mismo en que se basan
los derechos humanos: el derecho a la dignidad inherente a la persona humana
y que decir del daño inmensurable que ocasiona a la imagen institucional. Es
por consiguiente, esencial adoptar medidas para impedir excesos o abusos y
disponer correctivos eficaces, cuando se hayan producido casos de uso excesivo
o indebido de la fuerza1.
El uso de la fuerza se justifica cuando el policía actúa en ejercicio de sus funciones
y se enfrenta ante la imposibilidad de hacer cumplir la ley por otras formas tales
como el diálogo, la persuasión o la advertencia. Si estas vías fracasan, o si en
las irrepetibles y pautadas circunstancias que se presenten en el caso no hay
posibilidad de recurrir a ellas por el riesgo que corre el bien jurídico que hay que
salvaguardar, los funcionarios de policía están obligados a hacer uso de la fuerza.
Las habilidades elementales de los funcionarios de policía en relación con el
empleo de la fuerza implican, no solamente la habilidad física para someter a
una persona o el empleo efectivo de los elementos para el servicio, sino también
el autocontrol y la capacidad de usar la comprensión interpersonal, incluso en
situaciones de extrema tensión.
En todo caso, la fuerza permitida ha de responder a los requisitos de necesidad,
proporcionalidad y racionalidad, cuya evaluación dependerá de la situación en
que se aplique. Se analizará si caben en la actuación procedimientos de policía
inocuos, tales como informe, amonestación o conducción.
Por ende, el empleo de la fuerza legítima por parte del personal policial se regula
en los siguientes términos:
• La utilización de la fuerza física o de las armas por parte de los policías no
puede tener otro objetivo que el de hacer consumar el derecho, salvaguardar
el orden público, proteger los bienes jurídicos de los miembros de la comunidad
y en ningún caso debe violar los derechos humanos.
• La fuerza permitida ha de responder a los requisitos de necesidad y racionalidad,
cuya evaluación dependerá de la situación en que se requiere aplicar.
1
10
ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS. ALTO COMISIONADO PARA LOS DERECHOS HUMANOS /CENTRO DE DERECHOS HUMANOS.
Manual de capacitación en Derechos Humanos para la Policía. Serie de capacitación profesional No. 5. Nueva York y Ginebra, 1997.
P, 87.
Criterios para el Empleo de Armas no Letales
La fuerza necesaria es la que resulta imprescindible, porque ya se agotaron
todos los medios no violentos para proteger el bien jurídico que está a punto
de ser lesionado o está siendo lesionado o porque no existe en el caso una
opción no violenta para protegerlo o restituirlo eficazmente.
• La fuerza racional es la que resulta proporcional en la circunstancia en que
se emplea, de acuerdo con la clase de agresión al bien jurídico y al valor de
éste. En concordancia con tales requisitos, en ningún caso será legítimo utilizar
o seguir utilizando la fuerza cuando ya ha sido sometido el transgresor o la
persona que debe ser aprehendida.
• Sólo el uso de la razón y el proceder con legalidad, ética, equidad y serenidad
en los actos del servicio, modifican comportamientos y crean la convicción de
atender y corregir acciones que desborden las actuaciones legítimas.
• Antes de hacer uso de la fuerza deberá siempre imponerse la búsqueda
y aceptación de una solución. En caso adverso, es obligante priorizar la
oportunidad, idoneidad, predictibilidad, moderación, responsabilidad y
calcular las consecuencias.
• En el ejercicio de la facultad excepcional de utilizar la fuerza para impedir
la perturbación del orden público o restablecerlo, la Policía Nacional solo
empleará medios autorizados por la ley, optando por el que siendo eficaz,
cause menos daño a la integridad de las personas y a sus bienes.
• Es necesario diferenciar la fuerza de la violencia: la fuerza es toda acción
autorizada por el ordenamiento jurídico que por medio de la coerción busca
mantener las condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y
libertades y asegurar la convivencia pacífica de los habitantes. Por su parte,
la violencia es toda acción que atenta contra la dignidad, la libertad y la
integridad física y psíquica del ser humano, produciéndole sufrimiento, dolor o
cualquier forma de limitación a su bienestar o al libre ejercicio de sus derechos.
• Uno de los temas que causa mayor impacto negativo de imagen Institucional
en la sociedad, es el abuso de la fuerza por parte de algún funcionario de
policía, hoy comúnmente denominado “brutalidad policial”.
• Espera y confía el ciudadano en que el policía debe comportarse siempre
con espíritu solidario y cooperativo en su trato con la comunidad, mediante
la observancia de bienhechora conducta cívica y modales de cortesía en sus
relaciones y procediendo dentro de la cultura de legalidad en todos sus actos,
de acuerdo con el perfil policial y congruente con las facultades otorgadas
por la ley.
• El policía como servidor público de la comunidad, será amigo del pueblo y en
procura de mantener una buena imagen, ha de abstenerse de realizar actos
que afecten el prestigio social y profesional, propio y de la Institución. Por el
contrario, ha de ser un garante del orden público, para que la ciudadanía
pueda ejercer sus derechos, cumplir sus obligaciones y convivir en paz.
11
Policía Nacional de Colombia
• Es importante que los procesos administrativos para revisar incidentes sobre el
uso de la fuerza no se vinculen demasiado con la noción del castigo o el juicio
negativo. De hecho, habrán acciones policiales ejemplares que se pueden
luego utilizar para reforzar de manera positiva y productiva ciertos conceptos
de táctica operacional. Además, es importante que el propósito de la revisión
no se limite a determinar culpabilidad o inocencia; debe extenderse a la
exploración y análisis de casuística para las mejores prácticas que se pudieran
usar en cada situación bajo revisión.
• Inevitablemente, se tendrán que emitir fallos para “cerrar” las investigaciones,
que se adelanten en torno al uso de la fuerza, si fuese el caso para sancionar
o recompensar una conducta y para demostrar a las audiencias internas y
externas que la Institución está comprometida con una administración efectiva.
En algunos casos, esto implica procedimientos disciplinarios, administrativos
y por mala ventura, penales. A nivel administrativo, las reglas o normas de
los procedimientos y los posibles resultados deben estar establecidos y
serán comunicados con claridad a las partes involucradas (incluyendo a los
denunciantes particulares y los testigos o declarantes).
• Los enfoques modernos de la administración policial, reconocen que el uso
táctico, adecuado y limitado de la fuerza, no afecta la satisfacción ciudadana
y, por lo tanto, debe estar claramente relacionado con la evaluación del
desempeño. A nivel institucional, existe un entorno para reforzar el desarrollo, el
mantenimiento y el empleo de habilidades o destrezas y actitudes apropiadas
para definir el adecuado uso de la fuerza.
• No se puede desconocer que existen factores determinantes adicionales que
influyen en el uso de la fuerza, como lo describen tratadistas de la materia y
unos son las características específicas de las zonas de patrullaje, tales como las
áreas con un alto índice delictivo que implica tráfico de drogas, gran número
de bares o un elevado consumo de alcohol. Áreas en donde los residentes no
invierten recursos en seguridad privada como un elemento disuasivo del delito
y los barrios que son sutiles por motivos de fricciones étnicas, religiosas, políticas
o aún, deportivas. Estos factores pueden incrementar la probabilidad que la
policía requiera emplear la fuerza física.
• La estrategia policial o el enfoque de un equipo o una unidad particular, puede
ser más proactivo o confrontativo, de modo que se puede enfrentar con un
mayor número de situaciones y de interacciones con particulares, mientras
que otros, en comparación, pueden evitar el enfrentamiento en situaciones
eventualmente muy difíciles.
• Factores de actitud, como la habilidad y el umbral de estrés de los policiales, o
bien, sus actitudes mentales habituales hacia ciertos interlocutores tipo como
las barras bravas de los equipos de futbol, los grupos de jóvenes bajo uso de
drogas psicoactivas, los homosexuales y travestis, los indigentes, los intolerantes
grupos raciales y xenófobos.
12
Criterios para el Empleo de Armas no Letales
• Factores de situación, tal como la conducta (por ejemplo, el consumo de
drogas o de alcohol) o las actitudes (hostil, desatenta, irrespetuosa,) de las
personas que están en el foco de la atención policial, o la presencia de
espectadores o de multitudes fácilmente excitables.
• La experiencia nos dice que, en la mayoría de las interacciones con
particulares, la policía no utiliza la fuerza. Incluso cuando se hace necesario
efectuar retenciones, el sujeto a menudo es puesto en custodia, sin que se
haga uso de la fuerza física. Asi lo indican los (relativamente escasos) estudios
que se han desarrollado en especial en Estados Unidos, donde la sociedad
es particularmente interesante para los estudios en esta área, dada la gran
cantidad de armas de fuego en posesión y en uso de particulares.
• La fuerza física, cuando se utiliza, típicamente implica empellones o hasta
lucha cuerpo a cuerpo con el sujeto, más que el uso de armas. Si estas se usan,
generalmente son de la variedad “no-letal”. En la mayoría de las situaciones,
no se desenfundan las armas de fuego y cuando, así se hace, rara vez son
disparadas.
• Sin embargo, el potencial para el uso de la fuerza letal existe y cuando se
emplea, las consecuencias son a menudo devastadoras para todos los
implicados. Es factible que la exhibición del arma enerve y excite al ciudadano
y lo desinhiba para responder violentamente. Es imprescindible tener grabado,
en el corazón y en la mente, el sabio aforismo que otrora era tallado en la hoja
de las espadas.
“NO ME DESENVAINES SIN NECESIDAD,
NO ME GUARDES SIN HONOR”
El control y el manejo de la fuerza por parte de la policía, deben contemplar el
espectro completo de incidentes que implican el uso de la fuerza, incorporando
sucesos como “luchas cuerpo a cuerpo”, y no circunscribirse singularmente a los
incidentes fatales y mortales.
Profusos tratadistas consideran que las contenciones e incluso la simple amenaza
de utilizar la fuerza física, deben considerarse dentro de una secuencia cronológica
y sistemática para “empleo de la fuerza”, etapas que deben tratar siempre de ser
decisorias para evitar el paso siguiente, cuya intensidad debe irse incrementando
en búsqueda de culminar lo más rápidamente posible el incidente.
Esta secuencia puede discurrir en seis amplios niveles:
13
Policía Nacional de Colombia
• La presencia policial, cuyo poder disuasivo es indiscutible y muy directamente
proporcional a la demostración de disciplina, presentación personal, actitud y
equipo, de lo cual los comandantes deben estar muy seguros;
• La comunicación verbal, que conlleva capacidad de convicción y
demostración de legitimidad que sea capaz de hacer cambiar de actitud a
la turba y a sus dirigentes, empleando megáfonos de considerable potencia
para dirigirse públicamente a los comprometidos, citarles con nombre y cargo
la autoridad mandataria del evento, la legalidad de ello y la obligación
pertinente de la fuerza policial de hacer cumplir la orden de tal autoridad
competente. Es conveniente también el aislamiento prudencial de los líderes
para hacerles énfasis en su responsabilidad por posibles hechos punibles
colectivos, la potencial presencia de perturbadores sin interés propio en los
acontecimientos y otros factores que los hagan pensar en la necesidad de
conciliación, la cual debe proponerse y facilitarse.
• Las contenciones de control, que muestren decisión y capacidad de
fuerza para obtener lo previsto, para lo cual deben ponerse en práctica las
formaciones específicas para estas situaciones, cuya bondad cuando se
tiene tiempo y preparación para ello, ha sido demostrada, debiéndose tener
especial preocupación de actuar siempre en conjunto, por equipos y no
permitir la disgregación del personal y enfrentamientos individuales.
• El agua y los agentes químicos, técnica y racionalmente empleados, con las
restricciones y cuidados necesarios;
• la incapacitación temporal, con los medios tecnológicos de efectividad
comprobada, por ejemplo el Tasser y
• la fuerza mortal, “última ratio” agotadas todas las opciones.
Cada nivel es designado para que presente un factor flexible en la medida que
la necesidad de la fuerza cambia con la evolución de la situación.2 Es común que
para el uso de la fuerza, se pase del nivel dos al nivel tres y se regrese nuevamente
en cuestión de segundos. Por ello, los servidores públicos policiales deben aplicar
los principios de proporcionalidad y oportunidad en el uso de la fuerza durante la
detención, sometimiento y aseguramiento de personas.
Aspecto que tiene vital importancia en el uso de la fuerza, es el control de las armas.
Las entidades policiales generalmente requieren armar a sus miembros. Además
de las armas (de fuego, bastones, herramientas para el control de multitudes, no
letales), otros tipos de equipo también son importantes, tales como los chalecos
antibalas, cascos y las esposas. El suministro de estos elementos debe integrarse
para apoyar su empleo adecuado. Limitar el uso de las armas debe constituirse
en política operacional de prioridad.
2
14
Desvertebración del Derecho internacional en la sociedad globalizada” (Cursos Euro mediterráneos Bancaja de Derecho Internacional,
V, 2001, pp. 45-381).
Criterios para el Empleo de Armas no Letales
NORMAS DE DERECHOS HUMANOS PARA EL USO
DE LA FUERZAY LAS ARMAS DE FUEGO
El uso de la fuerza y las armas de fuego, por parte de los cuerpos policiales, tiene
tal connotación, que existe reglamentación internacional.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), mediante Resolución 34/169 del
17 de diciembre de 1979, aprobó el Código de Conducta para Funcionarios
Policiales, cuyo primer artículo determina que en todo momento éstos deben
cumplir con los deberes que les impone la ley, sirviendo a su comunidad y
protegiendo a todas las personas contra actos ilegales, en consonancia con el
alto grado de responsabilidad exigido por su profesión.
Principios esenciales del uso de la fuerza
Toda persona tiene derecho a la vida, a la seguridad de su persona y a no ser
sometida a torturas ni a tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes.
En primer lugar debe recurrirse a medios no violentos, se utilizará la fuerza sólo
cuando sea estrictamente necesario, sólo para fines lícitos de aplicación de la
ley.
No se admitirán excepciones ni excusas para el uso ilegítimo de la fuerza, el uso
de la fuerza será siempre proporcional a los objetivos lícitos.
La fuerza se utilizará siempre con moderación, se reducirán al mínimo los daños y
las lesiones.
Se dispondrá de una serie de medios que permitan un uso diferenciado de la
fuerza.
Todos los policías recibirán entrenamiento en el uso de los distintos medios para el
uso diferenciado de la fuerza y en el uso de medios no violentos.
Una doctrina que justifique y establezca reglas para el uso de la fuerza debe
considerar cuatro condiciones:
Que su uso sea legal, legítimo, proporcional a la fuerza que se confronta y, por
último, pertinente.
Responsabilidad por el uso de la fuerza y de armas de fuego
Todos los incidentes de uso de la fuerza o de armas de fuego se notificarán a los
funcionarios superiores, que los examinarán.
15
Policía Nacional de Colombia
Los funcionarios superiores asumirán la debida responsabilidad cuando tengan,
o deban haber tenido, conocimiento que los funcionarios a sus órdenes
han cometido abusos y no han adoptado medidas concretas al respecto.
Los funcionarios que se nieguen a obedecer una orden ilícita gozarán de
inmunidad. No podrá alegarse el acatamiento de órdenes superiores para eludir
responsabilidades en caso de abuso de estas normas.
Circunstancias admisibles para el uso de armas de fuego
Las armas de fuego se utilizarán solamente en circunstancias extremas, en
defensa propia o en defensa de otros en caso de amenaza inminente de muerte
o de lesiones graves o para evitar un delito particularmente grave que entrañe
un serio peligro para la vida y en todos los casos, sólo cuando las medidas menos
extremas resulten insuficientes.
El uso de la fuerza y de armas de fuego con la intención de causar la muerte se
justificará, solamente cuando sea estrictamente inevitable para proteger la vida
de una persona.
Procedimientos de uso de armas de fuego
El funcionario debe identificarse como policía y advertir claramente su intención
de usar armas de fuego y dar tiempo suficiente para que se tenga en cuenta la
advertencia, pero esto no será necesario si la demora puede provocar la muerte
o heridas graves al policía o a otras personas o resulta evidentemente inútil o
inadecuado, dadas las circunstancias del caso.
Después de usar armas de fuego
Se prestará asistencia médica a los heridos.
Se informará a los familiares o amigos de los afectados.
Se permitirá la investigación del incidente cuando se solicite o exija.
Se presentará un informe completo y detallado del incidente.
De acuerdo con lo descrito, sin duda la ineficiencia en la prestación del servicio
de policía y la aparición de actos que atentan contra la integridad institucional,
se convierten en amenazas desastrosas para cualquier organización policial, las
cuales al materializarse pueden socavar la confianza, credibilidad y legitimad
que requiere frente a la sociedad para cumplir su misión.
El Estado de Derecho impone límites claros y precisos para la actuación policial.
La potestad punitiva y la coerción concedidas a los funcionarios policiales, deben
16
Criterios para el Empleo de Armas no Letales
tener como límite el respeto de la convivencia social y de los derechos y libertades
de las personas. Es en su modo de actuar, en los recursos y procedimientos, donde
la autoridad pone en juego la legitimidad de su acción.
Es claro que el monopolio de la fuerza física y de las armas que ejerce la institución
policial dentro del Estado, no puede usarse contra la sociedad y los ciudadanos,
sino para preservar y proteger a la ciudadanía de situaciones que pongan en
riesgo su seguridad, desarrollando un claro perfil apolítico, profesional, técnico y
altamente eficiente integrado a la comunidad.
En virtud de lo anterior, la Policía Nacional ha emprendido el desarrollo de
estrategias que contribuyen a aportar caminos de análisis, criterios, límites,
propuestas y guías éticas para fortalecer y garantizar comportamientos
transparentes en todos los miembros de la Institución tanto en su vida privada
como en el quehacer profesional, sobre la base de la disciplina, el profesionalismo,
la lealtad y la honestidad.
Existe un compromiso claro de los diferentes niveles y actores de los contextos
operativos y administrativos institucionales para impulsar la aplicación de una
“Política de Integridad Institucional y Seguridad Operacional” que conduzca de
manera definitiva a erradicar brotes de corrupción y a alcanzar altos estándares
de eficiencia, eficacia y calidad.
Una democracia requiere una policía fuerte, que es aquella que garantiza
efectividad de sus miembros, incluida cualquier intervención que se haga para
restablecer el orden.
Una señal de fortaleza debe ser, precisamente, el uso necesario de la fuerza y
la capacidad para proteger la integridad, tanto de los policías, como de los
integrantes de la sociedad que expresan sus inquietudes, quejas e inconformidades
y las llevan ante sus gobernantes mediante marchas o manifestaciones públicas,
pacíficas, ordenadas y protegidas, por considerarse ejercicio legal de sus derechos
y tomarse como inocuos retozos democráticos.
Lo anterior, estará soportado en el Sistema Ético de Valores de la Policía Nacional,
el cual guía el comportamiento policial en el marco de los principios determinados
por el Mando Institucional.
Igualmente, con el concurso de todos los hombres y mujeres policías, se fomenta
y promociona en todos los niveles de la Institución la cultura de la legalidad, de la
transparencia y moralidad del talento humano, alrededor de la concientización,
interiorización y la divulgación del Sistema Ético.
En el mismo orden, se inscriben los esfuerzos de la Policía Nacional por optimizar
la gestión basada en el humanismo en materia de transparencia y efectividad,
responsabilidad, respeto, dialogo, tolerancia, entre otras, la cual se viene
17
Policía Nacional de Colombia
desarrollando a través del Sistema de Gestión Integral, especialmente en su
esfera de gestión del talento humano, que orienta la actividad gerencial a lograr
la satisfacción de la comunidad con el servicio policial y al mismo tiempo, a
promover el desarrollo integral y armónico del hombre policía y por ende de la
Institución y del país3.
La labor hasta hoy realizada ha sido muy grande y los resultados mostrados
son gratificantes tanto para las personas que conforman la Policía Nacional,
como para la ciudadanía que es la directamente beneficiaria de un servicio
proporcionado en oportunidad y con los enriquecedores componentes de
calidad, prestado con dignidad y orgullo por hombres y mujeres valiosamente
capaces y competentes.
Se debe conservar y honrar perennemente el imperativo compromiso de prestar
un servicio eficiente y de calidad a la comunidad, manteniendo las actuaciones
policiales dentro de los estrictos marcos de la ley, de la ética y de la deontología
policial, promoviendo el respeto por la dignidad humana y los derechos humanos
y rechazando cualquier tipo de realización que atente contra la integridad e
imagen institucional.
En el ámbito institucional, la Policía Nacional disfruta de un alto grado de
autonomía, de respaldo de las autoridades gubernamentales administrativas y
jurisdiccionales y se le otorgaron poderes significativos durante el proceso penal
(facultades de Policía Judicial).
Estos factores se combinan para limitar la viabilidad de las autoridades externas
para controlar el abuso de la fuerza o cualquier acto de lesiva conducta,
haciendo que los mecanismos internos tengan más peso en los resultados y en la
efectividad del presunto infractor.
Todos los integrantes de la Policía Nacional, hombres, mujeres y familiares, deben
estar comprometidos en eliminar las amenazas más sensibles que pueden acabar
con una Institución, como son la “ineficiencia, la corrupción y el mal uso de la
fuerza”.
Igualmente en todas las unidades policiales se deben realizar constantemente
acciones de prevención, control y supervisión para garantizar una institución
fuerte, autónoma, efectiva y querida por la ciudadanía por su cultura cívica y
rectos procederes.
Se hace necesario fortalecer e implementar mecanismos de control para
identificar y tomar acciones inmediatas frente a las conductas de policías que
conllevan al incumplimiento de la ley, los reglamentos y valores institucionales e
3
18
Política de Integridad y Seguridad Operacional. Policía Nacional.
Criterios para el Empleo de Armas no Letales
instaurar sistemas efectivos que protejan y faciliten a los ciudadanos el acceso a
diversos medios para denunciar y exigir el rechazo y castigo de la corrupción, la
ineficiencia, el abuso de autoridad y el uso inadecuado de la fuerza.
La Policía Nacional, en concordancia con la actual tendencia proteccionista de
los derechos y la dignidad humana, consciente de las consecuencias y riesgos
que ocasionan los aspectos relacionados con la ineficiencia, mal uso de la fuerza
y la trasgresión a la integridad, se halla comprometida con la ciudadanía para
implementar medidas dirigidas a prevenir, controlar y reducir los riesgos, como
medidas de protección en procura de alcanzar procedimientos policiales más
eficaces, libres de error, dolo o fuerza.
La eficiencia, transparencia y buen uso de la fuerza, puede entenderse como un
modo de resolver moralmente conflictos de acción.
La necesidad de considerar distintos cursos de acción y llegar a decisiones
justificadas en el mundo, promovería un modo de entender la reflexión moral,
como es el de ayudar a determinar acuerdos justificados.
Como hemos visto durante estas breves exposiciones, las decisiones últimas del
verdadero compromiso moral que asiste a los hombres y mujeres que conforman
esta institución, solo radican en la convicción personal, no implica que sean
subjetivas, es decir, que no se puedan compartir y ser tenidas como racionales
por otros participantes del entorno, pero es con gallardía, valor y dignidad que se
logra que Dios y la Patria agradezcan y premien su accionar y permitan el llegar
a constituirse orgullosamente como verdaderos guardianes del orden social.
De otra parte, se encuentra copioso material afín en nuestra normatividad, desde
la Carta Magna, las Leyes y la Jurisprudencia, hasta los Reglamentos, que debe
tenerse en cuenta para considerar la necesidad de emplear medios aptos para
el buen accionar policial en actividades de control y represión, como se extracta
a continuación.
CONSTITUCIÓN POLÍTICA
ARTÍCULO 2o. Son fines esenciales del Estado: servir a la comunidad, promover
la prosperidad general y garantizar la efectividad de los principios, derechos y
deberes consagrados en la Constitución; facilitar la participación de todos en
las decisiones que los afectan y en la vida económica, política, administrativa
y cultural de la Nación; defender la independencia nacional, mantener la
integridad territorial y asegurar la convivencia pacífica y la vigencia de un orden
justo.
19
Policía Nacional de Colombia
Las autoridades de la República están instituidas para proteger a todas las
personas residentes en Colombia, en su vida, honra, bienes, creencias, y demás
derechos y libertades, y para asegurar el cumplimiento de los deberes sociales
del Estado y de los particulares.
ARTÍCULO 6o. Los particulares sólo son responsables ante las autoridades por
infringir la Constitución y las leyes. Los servidores públicos lo son por la misma causa
y por omisión o extralimitación en el ejercicio de sus funciones.
ARTÍCULO 11. El derecho a la vida es inviolable. No habrá pena de muerte.
ARTÍCULO 12. Nadie será sometido a desaparición forzada, a torturas ni a tratos o
penas crueles, inhumanos o degradantes.
ARTÍCULO 81. Queda prohibida la fabricación, importación, posesión y uso de
armas químicas, biológicas y nucleares, así como la introducción al territorio
nacional de residuos nucleares y desechos tóxicos.
El Estado regulará el ingreso al país y la salida de él de los recursos genéticos, y su
utilización, de acuerdo con el interés nacional.
ARTÍCULO 90. El Estado responderá patrimonialmente por los daños antijurídicos
que le sean imputables, causados por la acción o la omisión de las autoridades
públicas.
En el evento de ser condenado el Estado a la reparación patrimonial de uno de
tales daños, que haya sido consecuencia de la conducta dolosa o gravemente
culposa de un agente suyo, aquel deberá repetir contra éste.
CÓDIGO NACIONAL DE POLICÍA
CAPÍTULO IV.DEL EMPLEO DE LA FUERZA Y OTROS MEDIOS COERCITIVOS
ARTÍCULO 29. Sólo cuando sea estrictamente necesario, la policía puede emplear
la fuerza para impedir la perturbación del orden público y para restablecerlo. Así,
podrán los funcionarios de policía utilizar la fuerza:
a) Para hacer cumplir las decisiones y las órdenes de los jueces y demás
autoridades;
b) Para impedir la inminente o actual comisión de infracciones penales o de
policía;
c) Para asegurar la captura del que debe ser conducido ante la autoridad;
d) Para vencer la resistencia del que se oponga a orden policial que deba
cumplirse inmediatamente;
e) Para evitar mayores peligros y perjuicios en caso de calamidad pública;
20
Criterios para el Empleo de Armas no Letales
f) Para defenderse o defender a otro de una violencia actual e injusta contra
la persona, su honor y sus bienes;
g) Para proteger a las personas contra peligros inminentes y graves.
ARTÍCULO 30. <Modificado por el artículo 109 del Decreto 522 de 1971. El nuevo
texto es el siguiente:> Para preservar el orden público la Policía empleará sólo
medios autorizados por ley o reglamento y escogerá siempre entre los eficaces,
aquellos que causen menor daño a la integridad de las personas y de sus bienes.
Tales medios no podrán utilizarse más allá del tiempo indispensable para el
mantenimiento del orden o su restablecimiento.
Salvo lo dispuesto en la ley sobre régimen carcelario, las armas de fuego no pueden
emplearse contra fugitivo sino cuando éste las use para facilitar o proteger la
fuga.
ARTÍCULO 31. El empleo colectivo de armas de fuego y otras más nocivas contra
grupos de agresores, estará condicionado a orden previa de la primera autoridad
política del lugar.
ARTÍCULO 32. Los funcionarios de policía están obligados a dar sin dilación el
apoyo de su fuerza por propia iniciativa o porque se les pida directamente de
palabra o por voces de auxilio, a toda persona que esté urgida de esa asistencia
para proteger su vida, o sus bienes, o la inviolabilidad de su domicilio, o su libertad
personal, o su tranquilidad.
ARTÍCULO 104. Toda reunión o desfile público que genere un tumulto o cause
intranquilidad o inseguridad pública será disuelto.
No se adelantará procedimiento alguno contra las personas que acaten las
órdenes de la autoridad.
En caso contrario serán puestas a disposición de la autoridad competente.
CÓDIGO PENAL
ARTÍCULO 34. CAUSALES DE JUSTIFICACIÓN. El hecho se justifica:
1. Cuando se obre en estricto cumplimiento de un deber legal.
2. Cuando se obre en cumplimiento de orden legítima de autoridad competente
emitida con las formalidades legales.
21
Policía Nacional de Colombia
3. Cuando se obre en legítimo ejercicio de un derecho, de una actividad lícita o
de un cargo público.
4. Cuando se obre por la necesidad de defender un derecho propio o ajeno
contra injusta agresión actual o inminente, siempre que la defensa sea
proporcionada a la agresión.
Se presume la legítima defensa en quien rechaza al extraño que, indebidamente,
intente penetrar o haya penetrado a su habitación o dependencias inmediatas,
cualquiera sea el daño que se le ocasione.
5. Cuando se actúa por la necesidad de defender un derecho propio o ajeno
de un peligro actual o inminente, inevitable de otra manera, que el agente no
haya causado intencionalmente o por imprudencia y que no tenga el deber
jurídico de afrontar.
PARÁGRAFO. El que exceda los límites propios de cualquiera de las causas de
justificación precedentes incurrirá en una pena no menor de la sexta parte del
mínimo, ni mayor de la mitad del máximo de la señalada para el hecho punible.
Artículo 356. Disparo de arma de fuego contra vehículo. El que dispare arma de
fuego contra vehículo en que se hallen una o más personas, incurrirá en prisión
de uno (1) a cinco (5) años.
Artículo 423. Empleo ilegal de la fuerza pública. El servidor público que obtenga
el concurso de la fuerza pública o emplee la que tenga a su disposición para
consumar acto arbitrario o injusto, o para impedir o estorbar el cumplimiento de
orden legítima de otra autoridad, incurrirá en prisión de uno (1) a cuatro (4) años,
multa diez (10) a cincuenta (50) salarios mínimos legales mensuales vigentes e
inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas por cinco (5)
años, siempre que la conducta no constituya delito sancionado con pena mayor.
Artículo 424. Omisión de apoyo. El agente de la fuerza pública que rehuse o
demore indebidamente el apoyo pedido por autoridad competente, en la
forma establecida por la ley, incurrirá en prisión de uno (1) a cuatro (4) años e
inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas por cinco (5)
años.
REGLAMENTO DE SERVICIO DE VIGILANCIA
URBANA Y RURAL
CAPÍTULO IV DEL USO DE LAS ARMAS
ARTÍCULO 131. CONSIDERACIONES GENERALES
1. El personal de la policía en cumplimiento de su actividad preventiva y
ocasionalmente coercitiva, para preservar el orden público empleará sólo
los medios autorizados por ley o reglamento y escogerá, entre los eficaces
aquellos que causen menor daño a la integridad de las personas y de sus bienes.
(Art. 109 Decreto 522/71).
22
Criterios para el Empleo de Armas no Letales
2. Quienes tengan a su cargo la administración del armamento, municiones y
explosivos, su almacenamiento, conservación, distribución y control cumplirán
diligentemente los mecanismos de control establecidos.
3. En el uso de las armas se deberá tener en cuenta su naturaleza de contingencia
y peligro que exige el manejo prudente. Su empleo, requiere equilibrio
emocional, mesura, serenidad, firmeza y control evitando siempre cualquier
exceso. Como último recurso debe emplearse para proteger la integridad
personal o la de terceras personas.
4. En sitios donde haya aglomeración o riesgo para terceras personas, es preferible
buscar procedimientos de policías alternos al empleo de las armas.
5. El personal al servicio de la Policía Nacional se abstendrá de usar y emplear
armas de dotación oficial en actividades particulares, igualmente no podrá
utilizar en el servicio armas que no sean de dotación oficial.
6. El conocimiento de las armas es factor decisivo para no cometer errores. Se
debe emplear el arma sólo cuando las circunstancias lo exijan y de acuerdo
con lo previsto en las normas legales sobre la justificación del hecho.
7. Todo funcionario de la Policía al término del servicio, está obligado a entregar
las armas de dotación y demás elementos que se le hayan asignado para
el mismo, salvo autorización expresa en contrario emitido por el superior
competente.
En la misma forma están obligados quienes salgan en uso de vacaciones, permisos,
licencias incapacidades, excusas de servicio, suspensiones, etc.
PARAGRAFO. Los superiores competentes serán responsables de la supervisión y
cumplimientos de esta obligación.
ARTÍCULO 132. RESPONSABILIDAD. El apartarse de las normas, genera demandas
a la Nación, cuya responsabilidad puede extenderse solidariamente al infractor
o a quien tiene a su cargo el suministro de las armas.
ARTÍCULO 133. RESPONSABILIDAD DEL ESTADO. El Estado responderá patrimonialmente por los daños antijurídicos que le sean imputables, causados por la
acción o la omisión de las autoridades públicas.
En el evento de ser condenado el Estado a la reparación patrimonial de uno de
tales daños que haya sido consecuencia de la conducta dolosa o gravemente
culposa de un agente suyo, aquel deberá repetir contra éste.
23
Policía Nacional de Colombia
APARTES DE LA SENTENCIA C-179 de 2007
“19.- Finalmente, la actividad de policía se refiere a los oficiales, suboficiales y
agentes de policía quienes no expiden actos sino que actúan, no deciden sino
que ejecutan; son ejecutores del poder y de la función de policía; despliegan por
orden superior la fuerza material como medio para lograr los fines propuestos por
el poder de policía; sus actuaciones están limitadas por actos jurídicos reglados
de carácter legal y administrativo. Una instrucción, una orden, que son ejercicio
concreto de la función de policía, limitan el campo de acción de un agente
de policía, quien es simple ejecutor al hacer cumplir la voluntad decisoria del
alcalde o inspector, como funcionario de policía. Es una actividad estrictamente
material y no jurídica, corresponde a la competencia del uso reglado de la fuerza,
y está necesariamente subordinada al poder y la función de policía. Por lo tanto,
tampoco es reglamentaria ni reguladora de la libertad”.4
Ahora bien. De conformidad con lo previsto en la Constitución5, el mantenimiento
de las condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y libertades
públicas, y para asegurar que los habitantes de Colombia convivan en paz, está
a cargo de la policía nacional, cuerpo armado permanente de naturaleza civil,
que integra con las fuerzas militares, exclusivamente, la fuerza pública6.
Al respecto de la labor que corresponde cumplir a la policía en un Estado social
y democrático de derecho, la Corte ha considerado:
“La Policía en un Estado social de derecho”
La policía, en sus diversos aspectos, busca entonces preservar el orden público.
Pero el orden público no debe ser entendido como un valor en sí mismo sino
como el conjunto de condiciones de seguridad, tranquilidad y salubridad que
permiten la prosperidad general y el goce de los derechos humanos. El orden
público, en el Estado social de derecho, es entonces un valor subordinado al
respeto a la dignidad humana, por lo cual el fin último de la Policía, en sus diversas
formas y aspectos, es la protección de los derechos humanos. Estos constituyen
entonces el fundamento y el límite del poder de policía. La preservación del orden
público lograda mediante la supresión de las libertades públicas no es entonces
compatible con el ideal democrático, puesto que el sentido que subyace a las
autoridades de policía no es el de mantener el orden a toda costa sino el de
determinar cómo permitir el más amplio ejercicio de las libertades ciudadanas sin
que ello afecte el orden público.
Conforme a lo anterior, en un Estado social de derecho, el uso del poder de
policía tanto administrativa como judicialmente, se encuentra limitado por los
24
4
Corte Suprema de Justicia. Sentencia de abril 21 de 1982. Magistrado Ponente: Manuel Gaona Cruz.
5
Constitución Política, artículo 218
6
Constitución Política, artículo 216
Criterios para el Empleo de Armas no Letales
principios contenidos en la Constitución Política y por aquellos que derivan de la
finalidad específica de la policía de mantener el orden público como condición
para el libre ejercicio de las libertades democráticas. De ello se desprenden unos
criterios que sirven de medida al uso de los poderes de policía y que la Corte
Constitucional entra a precisar:
1. Siendo autoridad administrativa (policía administrativa) o que actúa bajo la
dirección funcional de las autoridades judiciales (policía judicial), la policía está
sometida al principio de legalidad puesto que afecta libertades y derechos.
2. Toda medida de policía debe tender a asegurar el orden público; por tanto,
encuentra su limitación allí donde comienzan las relaciones estrictamente
privadas. De aquí que la policía tampoco pueda actuar a requerimiento de
un particular para proteger sus intereses meramente privados; para esto está
la Justicia ordinaria.
3. La policía sólo debe adoptar las medidas necesarias y eficaces para la
conservación y restablecimiento del orden público. La adopción del remedio
más enérgico -de entre los varios posibles-, ha de ser siempre la ultima ratio
de la policía, lo cual muestra que la actividad policial en general está regida
por el principio de necesidad, expresamente consagrado en el artículo 3º
del “Código de conducta para funcionarios encargados de aplicar la ley”,
aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas por resolución
169/34 del 17 de diciembre de 1979, que establece que las autoridades sólo
utilizarán la fuerza en los casos estrictamente necesarios.
4- Igualmente, las medidas de policía deben ser proporcionales y razonables
en atención a las circunstancias y al fin perseguido: debe entonces evitarse
todo exceso innecesario. Así pues, los principios de proporcionalidad y
razonabilidad que rigen todas las actuaciones de la administración pública
adquieren particular trascendencia en materia de policía.
5- Directamente ligado a lo anterior, la extensión del poder de policía está en
proporción inversa al valor constitucional de las libertades afectadas. Eso
explica que en ciertas materias -como la regulación de los sitios públicos- el
poder policial sea mucho más importante que en otros ámbitos de la vida
social, como el derecho a la intimidad y a la inviolabilidad del domicilio.
6- El poder de la policía se ejerce para preservar el orden público pero en
beneficio del libre ejercicio de las libertades y derechos ciudadanos. No puede
entonces traducirse en una supresión absoluta de las libertades.
7. Así mismo debe recordarse especialmente en esta materia la regla, por
otra parte general a toda actividad administrativa, de la igualdad de los
ciudadanos ante la ley. El ejercicio del poder de policía no puede traducirse
25
Policía Nacional de Colombia
en discriminaciones injustificadas de ciertos sectores de la población, puesto
que todas las personas “recibirán la misma protección y trato de las autorida
8. Igualmente opera la máxima de que la policía debe obrar contra el perturbador
del orden público, pero no contra quien ejercite legalmente sus derechos”. 7
• La jurisprudencia constitucional también ha dejado claramente establecido
que la naturaleza civil de la Policía Nacional deriva del hecho de que es una
autoridad administrativa que cumple funciones preventivas mas no represivas
salvo cuando actúa como colaboradora de las autoridades judiciales,
en ejercicio de la función de policía judicial y también por la ausencia de
disciplina castrense, lo cual implica que los inferiores son responsables de la
ejecución de las órdenes que reciban.
• Concretamente, la Corte ha manifestado que como la Policía Nacional se
sitúa en una “zona gris” o “fronteriza”, en la cual se superponen los criterios de
seguridad y defensa, la Carta Política adoptó para esta institución un régimen
intermedio caracterizado de la siguiente manera:
• Se le asigna a la Policía Nacional el carácter de cuerpo armado de naturaleza
civil, cuya misión es eminentemente preventiva y dirigida a mantener “las
condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y las libertades
públicas, y para asegurar que los habitantes de Colombia convivan en paz”
(art. 218 C.N.).
• La ausencia en su seno de disciplina castrense determina que la responsabilidad
de los miembros de la Policía Nacional, por infracción manifiesta de un precepto
constitucional en detrimento de alguna persona, no pueda ser excusado por
la obediencia debida, por cuanto no están sujetos a ella. (art. 91 C.N.)
• Se incluye a la Policía Nacional como parte integrante de la fuerza pública
junto con las fuerzas militares, estableciéndose un régimen común para todos
en cuanto respecta a su carácter no deliberante (art. 219 C.P.), a la reserva
legal sobre la privación de grados, honores y pensiones (art. 220 C.P.), al fuero
penal (art. 221 C.P) y a la promoción profesional, cultural y social (art. 222
C.P.).8
Ahora bien, es sabido que toda sociedad civilizada requiere contar con un
cuerpo de policía como una institución necesaria para la vigencia y efectividad
del orden justo del que habla el Preámbulo de la Carta Política. De ahí que todos
los esfuerzos que se hagan y todas las medidas que se tomen encaminadas
a vigorizar esta institución son decisivas en tanto y en cuanto se encuentran
26
7
Sentencia C-024 de 1994. M.P. Alejandro Martínez Caballero.
8
Sentencia C-444 de 1995. M.P. Carlos Gaviria Díaz.
Criterios para el Empleo de Armas no Letales
encaminadas a la realización de los fines de un Estado de Derecho moderno y
democrático.
En el caso colombiano tales fines están señalados en el artículo 2º de la Carta
Política. Entre éstos se destacan los de “servir a la comunidad” , “garantizar la
efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución”,
y “asegurar la convivencia pacifica y la vigencia de un orden justo”, los cuales
tocan directamente con la función que le corresponde cumplir a la Policía
Nacional. Así mismo, el precepto constitucional antes citado señala que “las
autoridades de la República están instituidas para proteger a todas las personas
residentes en Colombia, en su vida, honra, bienes, creencias, y demás derechos
y libertades, y para asegurar el cumplimiento de los deberes sociales del Estado
y de los particulares”.
Este deber de protección recae, en primer lugar, en las autoridades de policía
que son las encargadas de garantizar el derecho constitucional fundamental de
la protección a todas las personas dentro del territorio de la República.”9
En desarrollo de lo expuesto, el Decreto 1355 de 1970 consagra entre sus
disposiciones generales, que a la policía compete la conservación del orden
público interno, el que resulta de la prevención y la eliminación de las perturbaciones de la seguridad, de la tranquilidad, de la salubridad y la moralidad públicas,
y no le corresponde remover las causas de la perturbación; que en ningún caso la
policía podrá emplear medios incompatibles con los principios humanitarios; que
las normas y los servicios de policía son medios para prevenir la infracción penal;
y que ninguna de sus actividades puede contrariar a quien ejerza sus derechos
sino a quien abuse de ellos.10
Al respecto del ejercicio de las funciones otorgadas a los miembros de la Policía
Nacional, la Corte consideró que se otorgan para la protección del orden público
y se desarrollan con el fin de mantener las condiciones necesarias para el ejercicio
de los derechos y libertades públicas (art. 218 superior).
En desarrollo de esta función la Policía Nacional puede aplicar medidas preventivas
y correctivas sujetas al principio de legalidad y cuando se encuentra ante
situaciones que exigen una acción inmediata para contrarrestar las agresiones
que ponen en peligro los derechos y bienes de las personas, su acción debe
ajustarse a los estrictos principios de proporcionalidad y razonabilidad del uso de
la fuerza.”
9
Ver sentencia C-1214 de 2001, M.P. Clara Inés Vargas Hernández.
10
Decreto 1355 de 1970, Disposicones Generales, Titulo Preliminar, artículos 1º a 6º.
27
Dirección y conceptulización
Coronel ÉDGAR SÁNCHEZ MORALES
Jefe Oficina de Planeación
Elaboración y redacción
PRS - 16 - ÁLVARO RÍOS ROMERO
Grupo Doctrina y Servicio
Diagramación e impresión
Imprenta Nacional de Colombia
Bogotá, D. C., Colombia
Descargar