Legislación Fiscal y Laboral Mexicana

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UNIVERSIDAD DE LA SALLE BAJÍO
MAESTRÍA EN INGENIERÍA ADMINISTRATIVA Y DE CALIDAD
FUNDAMENTOS DE LEGISLACIÓN FISCAL Y LABORAL.
HISTORIA DE LA L.F.T.
SÁBADO 22 ENERO DEL 2005
EVOLUCIÓN HISTÓRICO−JURÍDICA DEL DERECHO DEL TRABAJO EN MÉXICO
INTRODUCCION
Muy vagos antecedentes del Derecho del trabajo pueden
encontrarse en nuestros pueblos prehispánicos. Así, sin mayor detalle se ha afirmado, que en el pueblo azteca
se reguló la contratación de los servicios, reconociéndose la libertad de tra-bajo y el derecho a la retribución.
Se ha señalado también, que el desempeño de la función pública se depositó en los sa-cerdotes, los guerreros y
diversos miembros de importantes gremios
Por otra parte se anota, que entre los aztecas se regla-mentaron diferentes tipos de trabajos forzosos:
a) El de los esclavos, a quienes se permitió el derecho al patrimonio y una facultad muy limitada de trabajar
en benefi-cio propio. La esclavitud, ciertamente, no tuvo en aquellos tiempos, carácter hereditario.
b) El de los mayeques o siervos que eran trabajadores del
campo sometidos al dominio de los dueños de la tierra.
e) El duro servicio de los cargadores conocidos mejor, co-mo tamemes.
La carencia de un sistema de normas jurídicas reguladores de las relaciones de trabajo y la subsistencia de la
esclavitud, amén de los trabajos forzados, hacen imposible la existencia del derecho del trabajo en el México
precolombino.
EL COLONIAJE
Consumada la conquista, las llamadas Leyes de Indias in-tegraron un cuerpo muy novedoso de legislación
social protec-tor de la dignidad y el trabajo de los naturales en las encomiendas, las minas y el campo.
Lamentablemente, su va-lor fue histórico más que positivo y práctico, pues nunca fue-ron cumplidas.
Mediante las Ordenanzas de Gremios se reguló la existencia de las diversas corporaciones, fundamentalmente
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con propósitos de control político y económico. Las Cortes Españolas (parla-mento) las suprimió finalmente,
con la Ley de 8 de junio de 1813.
Se impusieron durante la colonia diferentes trabajos forzo-sos como la encomienda, la esclavitud y la
servidumbre de la tierra.
De esta suerte, la incompleta legislación laboral, la caren-cia de una conciencia de clase, la legitimación de la
esclavitud y los trabajos forzados, hacen imposible la existencia de un derecho del trabajo en la Colonia.
LA INDEPENDENCIA
Sin llegar a constituir una legislación del trabajo el Bando de Hidalgo de 6 de diciembre de 1810, abolió la
esclavitud.
Con inciertas bases de carácter laboral el Decreto Consti-tucional de Apatzingán de 22 de octubre de 1814
reguló entre sus principios, la libertad de cultura, industria y comercio (Art. 34).
Dado el estado de guerra, la circunstancia de que la ma-yor parte de nuestro territorio se encontraba dominado
por las fuerzas realistas (sujetas a la corona) y la subsistencia del antiguo derecho español, hicieron
inaplicable la Constitución de Apatzingán.
Estas mismas consideraciones y la ausencia de una con-ciencia de clase entre los trabajadores, hacen
imposible la existencia de un derecho del trabajo en esta etapa.
LA REFORMA LIBERAL
Con el triunfo de la Revolución de Ayutla (1854) y el arri-bo al poder del Partido Liberal se convocó a un
Congreso Constituyente en la ciudad de México hacia fines de 1856. Respecto al Derecho del trabajo
destacaron las intervenciones parlamentarias de Ignacio Ramírez y del jurista Ignacio L. Vallarta.
El Nigromante criticó el desprecio de la Asamblea Consti-tuyente por la situación y los derechos de los
trabajadores, de-fendiendo, desde aquella época, la participación de los obreros en las utilidades de la
empresa. Lamentablemente sus ideas no prosperaron, pues no fueron aceptadas por dicha asamblea.
Ignacio Luis Vallarta exaltó la importancia del trabajo y la justa necesidad de protegerlo, pero concluyó que
era imposible la intervención protectora del Estado a ese respecto, pues afec-taba la esfera intocable de las
libertades individuales de industria y de comercio.
Como dudosos antecedentes constitucionales del Derecho del trabajo patrio, en la Constitución Federal de 5
de febrero de 1857 se reconocieron las libertades individuales de trabajo y genérica de asociación (Arts. 4, 5 Y
9).
En esta virtud, tolerados en principio, por las autoridades, los sindicatos en México pudieron escudarse en el
derecho ge-nérico de asociación.
EL IMPERIO
Durante el gobierno de Maximiliano de Habsburgo (desco-nocido por los liberales) fueron promulgados, en el
año de 1865, el Estatuto Provisional del Imperio y la Ley del Trabajo del Imperio, que en su conjunto
integraron el primer intento serio de una legislación mexicana del trabajo.
Entre los derechos regulados dentro de este ordenamiento
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pueden destacarse la libertad de trabajo de los campesinos, el 1− mal de sol a sol con un descanso intermedio
de dos horas, el pago del salario en efectivo, el descanso semanal, el reposo intermedioen la jornada, la
creación de escuelas en las haciendas con más de veinte familias, la prohibición. de cárceles _ o castigos
corporales, la inspectoría. del trabajo y la imposición de sanciones a los infractores de esas normas. Su
protección se redujo, sin embargo, al simple trabajo individual, sin reconocer los derechos sindicales:
coalición, sindicación, contratación colectiva de trabajo y huelga.
Al elaborarse el Código Civil de 1870, el legislador repudió, la indignidad del contrato de arrendamiento de
servicios que consideraba al trabajo del hombre, como cosa en el comercio. Se realizó sin embargo, una
incompleta reglamentación de las relaciones o laborales, regulándose en un solo título, aplicable a todas las
actividades del hombre, el contrato de trabajo, la prestación de servicios profesionales y el mandato.
LA REVOLUCION
Hacia los últimos años del porfiriato los gobernadores del Estado de México, José Vicente Villada (30 de abril
de 1904) y de Nuevo León, Bernardo Reyes (9 de noviembre de 1906) respectivamente, promulgaron su Ley
sobre accidentes de trabajo.
El 30 de mayo y el 3 de junio de 1906 fueron reprimidas en forma sangrienta las huelgas de Cananea y dé Río
Blanco, hechos que ligados a la acción y al Programa del Partido Libe-ral Mexicano (10 de junio de 1906)
irían preparando la caída del gobierno y el proceso revolucionario.
Entre las bases generales del derecho del trabajo el Pro-grama señalaba la contratación mayoritaria de
trabajadores mexicanos; igualdad salarial para nacionales y extranjeros; prohibición del trabajo de menores de
catorce años de edad; jornada máxima diaria de ocho horas; descanso hebdomada-rio; salarios mínimos;
trabajo a destajo; pago del salario en
efectivo; prohibición de descuentos y multas con cargo al sala-rio; pago semanal; prohibición de las tiendas de
raya; anula-ción de las deudas campesinas; regulación del trabajo de medieros y domésticos; trabajo a
domicilio; indemnización por accidentes de trabajo; medidas de higiene y seguridad; habita-ciones higiénicas
para los trabajadores. .,
En los puntos 21 a 33 del Programa del Partido mencio-nado, se hace la proclamación de los derechos
individuales y colectivos de la clase obrera, advirtiéndose ya, un antecedente serio, del derecho del trabajo en
México.
Precipitada la crisis política y económica se desencadena el movimiento revolucionario inspirado en el Plan
Maderista de San Luis Potosí, de 5 de octubre de 1910. Se formó posterior-mente, la Casa del Obrero
Mundial, el 24 de agosto de 1912, primera gran central de los trabajadores mexicanos, a nivel nacional.
Tras el golpe huertista al gobierno de Madero, se levanta en armas el grupo carrancista que encuentra su
plataforma ideológica en el Plan de Guadalupe de 21 de enero de 1913, en el que Venustiano Carranza
enarbola dentro de las bande-ras de su causa, la promulgación de leyes agrarias y obreras.
A partir del año de 1914 varios generales carrancistas pro-mulgaron diversos decretos protectores del trabajo.
Entre los más importantes pueden mencionarse:
a) La Ley de Manuel M. Diéguez (2 de septiembre de 1914) Y la de Manuel Aguirre y Berlanga (7 de octubre
de ) promulgadas en Jalisco.
b) La Ley del trabajo de Cándido Aguilar, para el Estado de Veracruz, de 19 de octubre de 1914, que
reconoció por vez primera los derechos individuales y los colectivos, en materia obrera.
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c) La Legislación social yucateca de Salvador Alvarado, que en 1915 integró el conjunto conocido como de
las cinco hermanas, el cual estaba formado por las legislaciones del tra-bajo, agraria, hacienda, catastro y del
municipio libre. En las leyes del trabajo de 14 de mayo y de 11 de diciembre de 1915 se reconocieron los
derechos individuales y sindicales de los trabajadores, con exclusión de la huelga.
Aparecían pues, dentro de nuéstra experiencia, las prime-ras leyes del trabajo, como un sistema jurídico
orgánico y sistemático.
lA CONSTITUCIÓN SOCIAL DE 1917
Para elaborar la nueva Constitución, Venustiano Carranza convocó a elecciones para integrar un Congreso
Constituyente que se reunió en la ciudad de Querétaro, hacia finales de 1916. Iniciadas las sesiones el propio
Carranza envió un pro-vecto de constitución a la Asamblea, mismo que fue criticado, visto que no
contemplaba las principales reformas sociales: el artículo 27 confirió al legislador ordinario la regulación de la
reforma agraria, en tanto que la fracción décima del artículo ;3 remitía al poder legislativo el manejo de la
materia de tra-bajo. El artículo 5° del proyecto sólo agregó al texto de la constitución de 1857, que sería de un
año, la obligatoriedad máxima del contrato de trabajo.
Con base en las objeciones de los representantes de Yuca-tán y Veracruz el proyecto del artículo 5° fue
adicionado con la jornada máxima de ocho horas diarias, .la prohibición del trabajo nocturno de mujeres y
menores y el descanso semanal. El nuevo dictamen fue motivo de diversas objeciones que obligó a su nueva
revisión.
Fernando Lizardi objetó que esas adiciones eran inoportu-nas por lo que deberían de reservarse hasta la
discusión de
Las facultades concedidas al Congreso de la Unión para legis-lar en materia de trabajo. La mayoría de los
diputados no coinciden por lo que en su oportunidad Héctor Victoria, representante de Yucatán propuso que
en ese artículo 5° del proyecto se fijarán las bases fundamentales de la legislación del trabajo.
Victoria propuso como bases constitucionales de la legislación obrera- las siguientes: jornadas de 8 horas,
salario míni-mo, descanso semanario, higienización de talleres, fábricas y minas; convenios industriales,
creación de tribunales de conciliación y arbitraje, prohibición del trabajo nocturno de las mujeres y niños,
accidentes, seguros, indemnizaciones, etcétera Sin mencionado, anticipó los principios del futuro artículo 123
de la Constitución.
Heriberto Jara criticó el clasicismo constitucional que admitía como contenido de la Carta Fundamental, el
reconocimiento de los derechos individuales del hombre y la organización de los poderes del Estado,
impidiendo la posibilidad regular los derechos de los trabajadores. Carlos G. Gracidas propuso, por su parte,
la regulación del derecho de estos ultimos a la participación de utilidades.
Froylán C. Manjarrez advirtió la conveniencia de reservar un capítulo o título de la constitución a las
cuestiones de trabajo, y Alfonso Cravioto señaló que en ese momento la Revolució n Mexicana − tendría" el
orgullo legítimo de mostrar al mundo que es la primera en consignar en una constitución los sagrados
derechos de los obreros". Se separó así la regulación constitucional de los derechos de los trabajadores, del
artículo 5° para integrarse en un título especial.
Como conciliador con el ala radical de la Asamblea Constituyente, José Natividad Macías .comisionado del
Presidente Carranza, apoyó la decisión de formar un título especial para el trabajo. El día 23 de enero de 1917
se aprobó en definitiva el texto del artículo 123. 1
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Promulgada la Constitución se inició un proceso de legislación laboral en todos los estados de la federación,
destacando por su sistema, contenido y capacidad de influencia sobre los demás ordenamientos, la Ley del
Trabajo del Estado de Veracruz de 14 de enero de 1918. . . I
En muy breve tiempo, todos los Estados de la Republica promulgaron, a nivel local, sus correspondientes
leyes de trabajo.
FEDERALIZACION DEL DERECHO DEL TRABAJO I
Tras diez años de vigencia, la contradicción y carencia de unidad entre las diversas legislaciones locales
provocaron
desigualdades ;y especulación con los trabajadores de una misma zona económica; recargaron, confusamente,
la justicia de amparo y acentuaron la inconformidad del movimiento obrero. Así de 1922 a 1931, tras la
discusión de dos proyectos de legislación en esta rama, el 18 de agosto de 1931 se promulgó nuestra primera
Ley Fede1al del Trabajo.
El 1ro. de mayo de 1970 a iniciativa presidencia de Gustavo Díaz Ordaz se promulgó la Ley Federar del
trabajo vigente
Su sistema fue nuevamente ordenado, incluyéndose importan-tes adiciones en materia individual y colectiva.
Hasta 1980 se reformó la estructura procesal.
Dentro del sector obrero, no es extraño el comentario de que la Constitución Federal de 1917 y
posteriormente, la le-gislación federal del trabajo no han resuelto la injusticia, ni la miseria de los
trabajadores. Ha significado solamente, una fór-mula para aliviar sus penurias, sin pretender resolverlas de
fondo. La experiencia confirma de otra parte que las normas de trabajo con suma frecuencia no se cumplen,
siendo desvir-tuadas en favor de los patrones, favoreciendo el totalitarismo sindical, cuando no impidiendo la
lucha organizada de los trabajadores.
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