Ellos también estudiaron en colegios religiosos

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Ellos también estudiaron en colegios
religiosos
En algunos de los 2.600 colegios religiosos que hay en España se fraguó la educación de
dirigentes de todos los colores políticos, incluso Zapatero
BLANCA TORQUEMADA | MADRID Actualizado Domingo , 2504-10 a las 23 : 07
Aulas a rebosar, presididas por una cruz. Hoy como ayer.
Ni el oleaje laicista ni la caída en picado de la natalidad
han minado el predicamento de los colegios católicos,
que consolidaron su prestigio y sus altos niveles de
exigencia académica en la etapa del «baby boom» y que
se mantienen como referente de educación de calidad en
España.
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No hay más que echar un vistazo a las solicitudes de
ingreso (dónde hay aluvión) o para qué colegios los padres llegan a falsear su lugar habitual de
residencia con el fin de puntuar y conseguir plaza. Es una realidad tangible que no sólo se justifica en
los «conciertos», en el hecho de que muchos de ellos estén subvencionados, y que no está reñida con
el prestigio y poder de atracción de otras entidades docentes laicas, como algunos institutos públicos
con solera, el Liceo Francés o los centros de la Institución Libre de Enseñanza.
Además, al hacer un repaso somero de dónde cursaron sus estudios quienes hoy llevan las riendas de
la «cosa pública», no hay color: tanto da que se trate de políticos de derechas como de izquierdas, de
rojos o de azules: prácticamente todos, de Zapatero abajo, han pasado en alguna etapa de su formación
por colegios religiosos. Y por una improbabilísima casualidad en un país con cincuenta provincias, el
presidente del Gobierno y el líder de la oposición Mariano Rajoy cursaron parvulario precisamente en el
mismo, en el de las Discípulas de Jesús de León. Con cinco años de diferencia (los que lleva el
presidente del PP a Zapatero), pero con parecida impronta: la de unos niños tranquilos y aplicados que
no dieron un solo quebradero de cabeza a las monjitas.
Los Zapatero y los Rajoy
Ninguna de las hermanas que ahora regentan el centro fue testigo de esas tiernas andanzas (han
pasado más de cuatro décadas), y la directora explica a D7 que la única huella tangible de ambos es la
de sus expedientes, celosamente guardados, como los de los restantes alumnos.
Fue una época en la que el padre de Zapatero, decano por entonces del Colegio de Abogados de León,
y el de Rajoy, destinado como juez en la ciudad, se frecuentaban y mantenían un trato fluido. Si sus
hijos después se «escoraron» en direcciones opuestas, ellos convergían en territorios profesionales
próximos.
Sin embargo, en los caminos educativos de los dos niños ya no hubo más coincidencias: Zapatero pasó
a los nueve años al Colegio Leonés, privado y laico, donde también estudió Sonsoles Espinosa, y Rajoy
completó su formación en los jesuitas, primero en León y después en Vigo. Los dos con muy buenas
calificaciones como bachilleres. Eso sí, Zapatero cargando durante todos esos años con el mote de
«papes», por sus mofletes levemente caídos como los del perro de raza «basset» del anuncio de los
zapatos «Hush Puppies». Aunque las versiones más fiables apuntan a que el apodo se lo «colocó» un
primo, caló en el ámbito escolar y perduró durante años. «Papes» jugaba al baloncesto y al fútbol, pero
no era brillante en ninguna de las dos disciplinas, según ha evocado en alguna ocasión su padre.
http://www.abc.es/20100423/nacional-politica/politicos-201004232104.html
13/05/2010
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En el Cuadro de Honor
En cuanto al líder de la oposición, sus compañeros recuerdan su
presencia habitual en el Cuadro de Honor colgado en los pasillos
del colegio del Sagrado Corazón de León en el que los padres
jesuitas distinguían a los destacados. Manuel Almunia, que fue su
profesor de Dibujo, lo resumió sin ambages: «Era un empollón».
Pero en modo alguno, evocan sus compañeros consultados por
D7, «el repelente niño Vicente», pese a que «él y otro alumno,
Marcelino Elosúa, eran los únicos que se tomaba en serio lo de
estudiar y sacar un diez». La vida de camaradería escolar del
líder de la oposición la completaban excursiones en bicicleta a
Lancia con su grupo de amigos y el baloncesto, en el que era
frecuentemente sometido a marrullerías por los bajitos.
Rajoy, espigado número seis del equipo de baloncesto de los
jesuitas de León, sufría las marrullerías de los bajitos
«Viveros» de dirigentes
Dentro del elevado nivel medio de los 2.600 centros educativos religiosos que hay actualmente en
España, unos pocos sobresalen como «vivero» de futuros dirigentes. Son cantera histórica (y, según se
les reprocha en ocasiones, endogámica) de figuras sobresalientes en la vida pública nacional. Uno de
los de mayor solera es el Colegio de Nuestra Señora del Pilar, en la calle Castelló de Madrid, regentado
por los hermanos marianistas. Una institución más que centenaria en la que estudiaron José María
Aznar, Javier Solana y Alfredo Pérez Rubalcaba, entre otros muchos personajes destacados. El ex
presidente del Gobierno hizo amistad en los marianistas con Juan Villalonga (con el Partido Popular en
el poder fue comidilla habitual lo de que habían sido «compañeros de pupitre», cuando el empresario
accedió a la presidencia de Telefónica), pero su mejor colega fue, según coinciden todos los
testimonios, Jaime de Piniés, sobrino del diplomático.
Habitualmente disciplinado, no se recuerda que Aznar recibiera más reprimendas de los marianistas que
las relacionadas con la propensión a hablar en clase y alguna admonición referida a que llevaba
demasiado largo el pelo.
Perlas de «Soy pilarista»
Pero la mejor manera de viajar a un pasado ya nada cercano es escarbar en la revista del colegio, «Soy
pilarista», en la que es costumbre publicar una glosa de despedida de cada uno de los alumnos de
último curso. Ahí no falta la píldora dedicada a Aznar: «Íntimo amigo de Piniés, inventaron juntos un
gran sistema de comunicación a distancia y se pasaban las clases de latín contándose sus “cosillas”. A
sus vastos conocimientos de política unía otros no menos “bastos” de Griego, Latín, Sociología...
También le gustaba el teatro, sobre todo el de la “Comedia”. Aunque está magníficamente dotado para
las Telecomunicaciones, hará Derecho». También se recoge en la publicación que unos de sus
profesores, don Celestino, tuvo que usar entre Aznar y Piniés «la abominable política del “apartheid”,
con lo que los dos sufrieron muchísimo». Otros compañeros del ex presidente del Gobierno le recuerdan
con abrigo «loden» azul marino o luciendo la chapa de «Gibraltar español». Pese a que era un alumno
popular, se presentó varias veces a delegado de clase y nunca salió elegido. Y tenía mote: «el conejo».
Lo sobrellevaba, dicen, con excelente humor.
Alumno sobresaliente de Nuestra Señora del Pilar había sido varios años antes Javier Solana. El hasta
hace poco Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y ex ministro de
Felipe González también resulta imposible hallar indicios de gamberrismo, desidia o gandulería escolar.
Al contrario. Muy integrado en las actividades del centro, llegó a ser congregante de María. De él se dice
en «Soy pilarista»: «Javier es un muchacho típico del colegio. Jaranero, siempre se supo granjear las
simpatías de compañeros y profesores por su nobleza y despierta inteligencia. Estudiará Minas». Ahí
http://www.abc.es/20100423/nacional-politica/politicos-201004232104.html
13/05/2010
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fallaron los pronósticos,
pues Solana finalmente
empezó a cursar
Químicas, carrera que
dejó «colgada» para
pasarse a Físicas, que sí
terminó. Otro documento
impagable custodiado
entre los altos muros de
la calle Castelló, es la
foto de primera comunión
del ministro del Interior,
Aznar, abajo el primero por la izquierda
Aznar, el cuarto por la izquierda en la filaa inferior
Alfredo Pérez
Rubalcaba. Sólo identificable por sus ojos despiertos, su imagen de entonces parece el «negativo» de la
actual: con tupido flequillo y sin barba.
Nuestra Señora del Recuerdo (a menudo conocido como «los jesuitas de Chamartín») es el otro gran
templo de forja de élites en Madrid. Por sus aulas han pasado el alcalde de Madrid, Alberto RuizGallardón, y el ex vicepresidente del Gobierno y hoy presidente de Caja Madrid Rodrigo Rato.
Además, varias de las ministras del Gobierno de José Luis
Rodríguez Zapatero estudiaron en colegios de monjas. Y no sólo
las más veteranas, por cuestión generacional. También Bibiana
Aído, a quien se dedica capítulo aparte en estas páginas. E
igualmente pasaron por aulas de centros religiosos la titular de
Defensa, Carme Chacón (en el colegio Divina Pastora de
Barcelona, donde destacó en el baloncesto) y la propia
vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de
la Vega, que estudió en el Jesús y María, primero en Zaragoza y
después en Madrid.
Entre las dirigentes del PP, María Dolores de Cospedal cursó
estudios con las dominicas de Albacete y Esperanza Aguirre con
las monjas del Asunción-Cuesta Blanca, aunque estuvo más años
en el Colegio Británico. Pero más allá de los nombres conocidos,
de esa «espuma» del brillo público, la excelencia se ha fraguado
muy a menudo en los centros educativos vinculados a la Iglesia,
antes y después de la Logse, de variopintas campañas de
descrédito y de las polémicas sobre los crucifijos. La prueba del
nueve, su incombustible permanencia.
Zapatero, disfrazado en Carnaval cuando estudiaba con las
Discípulas de Jesús / Imagen cedida por Óscar Campillo
http://www.abc.es/20100423/nacional-politica/politicos-201004232104.html
13/05/2010
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