Sistema alimentario

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ISSN 0001-4605
Revista de reflexión y diálogo de los Jesuitas del Paraguay
Marzo 2011 - Nº 312 - G. 20.000.-
Sistema
alimentario
© Marta Careño Guerra - Manos Unidas
Nº 312 - Marzo 2011
Nº 312 - Marzo 2011
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Editorial Cartes, el empresario adelantó el avispero del 2013 2
Actualidad
Las organizaciones de migrantes paraguayos en el exterior: ¿Un nuevo actor social a considerar? 4
Gustavo Zaracho
Bicentenario
Bicentenario del Paraguay: celebrar, pero desde la condición colonial
Aristides Ortiz
10
Tema del mes: Sistema alimentario
14
El control sobre los alimentos: una cuestión básicamente política
Tomás Palau
La región más transparente: apuntes sobre la
producción de alimentos, el hambre y el Estado
en Paraguay
Milena Pereira Fukuoka
17
Los desafíos de la inclusión económica de la juventud rural
Verónica Serafini Geoghegan
22
22
Cuando el tatakuá se apaga: la soja y la destrucción de las bases de la cocina paraguaya
Richard Doughman
26
Internacionales
Las corporaciones multinacionales de la alimentación
Gustavo Duch Guillot y Fernando Fernández Such
30
Pensar y creer
Herencia guaraní en la Independencia Nacional Margot Bremer, rscj
34
Arte y Letras
Ogue javé takuapú
Fides Gauto
38
Cartes, el empresario adelantó
el avispero del 2013
Las internas del Partido Colorado, más allá
de su denominación, siempre tienen sabor a
elecciones nacionales. Por la cantidad de afiliados que tiene, por la estructura que mueve y
la pasión con la que viven sus luchas internas.
La interna para elegir presidente de la ANR
del pasado 13 de marzo no fue la excepción.
Incluso fue más por el protagonista principal
que se consolidó en el escenario colorado:
el empresario Horacio Cartes, que no estaba
candidatado a absolutamente nada.
La elección republicana fue una crónica de
una victoria anunciada. La aparición de Cartes en la política, específicamente en el Partido Colorado, empezó a finales del 2009 en
un silencioso pero efectivo trabajo con los 9
gobernadores colorados.
La ANR, en la llanura, golpeada emocional
y financieramente, abrió generosamente sus
puertas a un generoso mecenas. Su aporte fue
clave para las elecciones municipales, cuando
se dio la espectacular recuperación colorada
que obtuvo 200 mil votos más que el 2008.
Justo la diferencia que obtuvo Fernando Lugo
en aquellas históricas elecciones que provocaron la caída del coloradismo del poder.
Pero Cartes no entró a la ANR como simple aportante. Él entró a la política apuntando
al 2013. Por eso su primer paso fue afiliarse
en setiembre del 2009.
Su segundo paso fue lograr la modificación
del estatuto partidario que exigía un mínimo
de 10 años de afiliación para ser candidato
electivo. En enero, en medio de acusaciones y
sospechas de compras de votos de convencionales, ganó por goleada y el estatuto se ade-
2
cuó a sus aspiraciones, bajando a un año tal
requisito. La habilitación estaba hecha.
El golpe lo dio el 13 de marzo cuando su
candidata Lilian Samaniego se impuso en la
interna para presidente de la Junta de Gobierno.
Con este triunfo, no solamente logra el
control de la estructura partidaria de cara a
su campaña presidencial. Quizá el golpe más
letal que dio fue dejar prácticamente fuera de
juego a Luis Castiglioni, el más promisorio
candidato que se perfilaba casi solitariamente
hacia el 2013.
Castiglioni ya sufrió dos derrotas en manos
de Cartes; no pudo frenar la convención para
evitar su candidatura y perdió ante su candidata, quedando en punto muerto su pretendida
carrera presidencial, en medio de peleas con
su aliado Nicanor Duarte Frutos, que al día
siguiente se desmarcó de él responsabilizándolo totalmente de la derrota.
Cartes en un año modificó el tablero colorado. Entró a la política y con cero conscripción partidaria construyó su imagen a base de
generosos aportes y éxitos electorales. Ahora
es precandidato indiscutible en la ANR, y en
el escenario republicano en este momento no
hay figura alguna que frene sus pretensiones.
Sin dudas, surgirá un candidato para hacerle frente. La ANR es un partido muy grande
que es improbable pensar que jugará solo en
la cancha. Solamente que, por ahora, no hay
alguien con peso que pueda considerarse un
peligro en su carrera.
La ANR, con Cartes, está viviendo el mismo fenómeno que golpeó al PLRA, que en el
editorial
2007 no tuvo otra alternativa que apoyar la
candidatura de un obispo de sesgo izquierdista
como candidato presidencial. El experimento
fue exitoso y su audaz decisión lo posicionó
en el poder. Segundos siempre, pero compartiendo cargos en el poder.
Cartes, como Lugo, es un outsider, pero de
perfil totalmente diferente. Su poder no radica
en su militancia social sino en su fortuna. Un
arma poderosa e irresistible en un partido prebendario y clientelista como la ANR.
IDENTIKIT: Horacio Cartes nació en
Asunción en 1956. Realizó sus estudios primeramente en el Colegio Goethe y los culminó en el Colegio Cristo Rey en el año 1974.
Estudió en Estados Unidos en la Spartan en
Tulsa, Oklahoma. Es dueño de la empresa tabacalera (Tabesa), de la industria de gaseosas
Bebidas del Paraguay, cuya marca insigne es
Pulp. Tiene varias estancias, es presidente del
Club Libertad. Ahora es el líder más importante del Partido Colorado.
Tanto el empresario como el obispo son
un toque de alerta para los partidos políticos
tradicionales, porque son figuras fuera del
sistema de partidos. Es decir, las estructuras
partidarias han fracasado en la construcción
de figuras creíbles para sus electores.
El fenómeno Cartes no solo causa impacto en la ANR. Su victoria en esta semifinal,
como definió él mismo la interna colorada pasada, pegó fuerte en el desarticulado oficialismo, que debate quién será su candidato.
El PLRA exige la chapa presidencial del
2013, como retribución de su renunciamiento
en el 2008.
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La izquierda sostiene que ningún candidato liberal puede concitar el interés electoral
más allá del PLRA y por tanto apuesta a una
figura independiente, aglutinadora. Hoy no
tienen a esa persona con ese perfil.
Y están en ese superficial debate. Ni siquiera se sientan a pensar cómo continuar este
proceso de cambio con una gestión más eficiente y honesta del gobierno, de modo que la
gente mantenga las esperanzas y quiera darle
continuidad a ese proceso iniciado en el 2008,
más allá de la candidatura.
La prebenda, el clientelismo y la corrupción están golpeando fuerte al gobierno luguista y con su gestión está fortaleciendo el
eventual retorno colorado al poder.
Si bien la ANR instaló la sensación de su
retorno al poder de la mano de un irrefrenable Cartes, el camino es largo y tortuoso para
cualquier candidato. Cartes, más que rol político, tiene un rol económico en el Partido Colorado. No le será fácil mantener su liderazgo
por más de un año (hasta la primaria presidencial) porque no ostenta un cargo específico
en el partido, no tiene banca en el Parlamento y por tanto necesita de mucha estrategia y
mucho dinero para mantener con oxígeno su
liderazgo.
Es más compleja la situación del oficialismo, que no tiene rumbo como gobierno y menos aún los métodos para articularse de cara
al 2013.
Y esa es la ventaja más grande que tiene hoy la ANR, donde la película está más
clara que en el terreno de sus adversarios.
3
actualidad
4
LAS ORGANIZACIONES DE MIGRANTES
PARAGUAYOS EN EL EXTERIOR:
¿Un nuevo actor social
a considerar?*
Gustavo Zaracho**
“No me llames extranjero, mírame bien a los
ojos, mucho más allá del odio, del egoísmo y del
miedo. Verás que soy un hombre, no puedo ser
extranjero”.
(Fragmento del poema de Rafael Amor
“No me llames extranjero”).
Antes de ser inmigrante, fuimos
emigrantes
La última ola de migración internacional paraguaya, fundamentalmente hacia el continente
europeo, ha conmovido fuertemente a distintos
estamentos de nuestra sociedad y ello produjo
una serie de debates mediáticos y algunos trabajos de investigación que dan cuenta de esta
realidad.
En los últimos meses la temática volvió a ganar cierta fuerza, a partir del debate en torno al
derecho al voto de los paraguayos/as en el exterior, con la aprobación en la Cámara de Diputados del proyecto de enmienda constitucional del
art. 120 que permitiría el ejercicio del sufragio
a los ciudadanos de la República del Paraguay
residentes en el extranjero. Aunque el desenlace
de este proceso es incierto y aún faltan varias
etapas para que el proyecto de enmienda se ins*Resumen de la presentación realizada en el ciclo “Acción en
Debate” sobre “Compatriotas en el extranjero y el derecho al
voto”, Centro Cultural “Juan de Salazar”, 27de octubre de 2010.
**Presidente del Colectivo Paraguay en Francia.
actualidad
criba en el cuerpo constitucional (aprobación en
senadores y posterior referéndum), este primer
paso en Diputados renovó las esperanzas de las
organizaciones de migrantes connacionales.
Pero la reivindicación por la conquista del
derecho al voto (entre muchas otras demandas)
no es fruto del azar, ella es sostenida e impulsada desde hace décadas por una serie de organizaciones de paraguayos en diferentes países
del mundo. Dichas organizaciones comienzan
a ganar una cierta visibilidad en el movimiento
social y más ampliamente en la sociedad civil
paraguaya.
No podemos afirmar que la organización de
paraguayos en diferentes países sea un fenómeno nuevo. Podemos afirmar incluso que ello
constituye una estrategia esencial para el establecimiento de redes de solidaridad y defensa de
derechos en los países de acogida y se constituyen en verdaderos espacios de socialización y
resistencia ante un entorno cultural a menudo,
hostil y excluyente. La organización comunitaria, los llamados “clubes de paisanos”, es una de
las aproximaciones metodológicas para el estudio de la participación política de los diferentes
grupos migrantes1.
En el caso de nuestro país, la comunidad residente en Argentina ha sido la más estudiada y es
la más representativa e influyente en el espacio
público nacional (por razones históricas, demográficas y geográficas evidentes). Recientemente ha sido publicada una obra bastante completa
sobre esta comunidad del investigador argentino
Gerardo Halpern2.
Sin embargo, las demás comunidades de migrantes paraguayos, prácticamente, no han sido
objeto de reflexión o de estudios por parte de
nuestros investigadores y tampoco han suscitado mayor interés de parte de las organizaciones
sociales en nuestro país.
Este artículo quiere ser una invitación a la
comunidad académica y a las organizaciones sociales a interesarse en este fenómeno y a producir una reflexión que ayude a visibilizar y comprender la realidad de los migrantes paraguayos
en diferentes partes del mundo, no solamente
Nº 312 - Marzo 2011
como una cifra más en una curva estadística o
como un emisor de remesas, sino como sujeto,
como actor social y político y, por ende, un aliado potencial. Este movimiento, por sus características, siempre está confrontado a un doble
desafío:
“existir” en la sociedad de acogida (insertándose laboralmente, conquistando derechos y
legitimidad) , y
a “no desaparecer” de su sociedad de origen, donde el tiempo y las distancias lo borran
paulatinamente del imaginario de sus seres queridos y en donde ciertas leyes injustas lo privan
de derechos y de existencia política, como es
nuestro caso en el Paraguay.
Las organizaciones de migrantes tienen esta
doble dimensión en su actuar, una se dirige hacia la sociedad en la que viven para vencer la
discriminación, la subalternización y la criminalización xenófoba de la que son víctimas; y, por
otro lado, una dimensión que apunta a marcar
una presencia en el propio país de origen, a través de diferentes tipos de acciones que van de
lo asistencial a la conformación de verdaderas
redes de solidaridad y de movilización de las
opiniones publicas de otros países sobre la situación que se vive en el Paraguay.
Convertir la doble ausencia3, en doble
presencia
El cambio político generado en abril del
2008 (al igual que el fin de la dictadura en 1989)
influyó fuertemente en las organizaciones de paraguayos en el mundo y renovó las expectativas de poder concretizar el reconocimiento del
aporte (no solo económico) de las poblaciones
migrantes a la vida nacional y de ver al fin concretizadas sus históricas demandas (derecho al
voto, bancarización de las remesas, reingeniería
del servicio exterior paraguayo para responder
a las demandas de los migrantes, etc.). En este
sentido, podemos afirmar que el cambio de gobierno de abril 2008 estimuló una repolitización
(en el sentido amplio de la expresión) de las organizaciones de paraguayos en el exterior y su
deseo de ser reconocidos como un actor social
5
junto a los otros movimientos sociales presentes
en el territorio nacional.
La constitución del espacio de los Congresos
de la Migración Paraguaya, iniciados justamente algunos meses después de la victoria de Fernando Lugo en el 2008 y que van por su tercera
edición, son un paso positivo y crean una instancia de diálogo entre las organizaciones migrantes y diversas esferas del Estado paraguayo.
Sin embargo, el riesgo es que éste quede vacío
de esencia si las reivindicaciones y propuestas
surgidas de aquí no son escuchadas e integradas
en planes de trabajo concretos y se encarnen en
políticas públicas. Esto condenaría al Congreso
a la repetición incesante de los mismos temas y
convertiría dicho encuentro en rituales vacíos o
en puros eventos de comunicación, sin ninguna
capacidad de incidencia. Este riesgo desafía a
las organizaciones a establecer una agenda propia y un plan de acción concreto que contemple
también la confrontación y la presión para hacer
cumplir los compromisos asumidos por parte
del Estado.
Lo verdaderamente novedoso en el campo de
las organizaciones de migrantes paraguayos en
el mundo es su capacidad y posibilidades de articulación y, por otro lado, la diversificación de
las voces y zonas geográficas representadas en
dichas articulaciones, si bien los paraguayos y
paraguayas en Argentina, España y Estados Unidos siguen siendo centrales y sus organizaciones
antiguas y consolidadas; comienzan a emerger y
hacerse sentir organizaciones de Paraguayos en
otras partes del mundo, como: Brasil, Francia,
Bélgica, Italia, Suiza o Chile. Esta pluralidad no
puede sino ser beneficiosa al proceso en curso.
Actualmente, una consigna cristaliza las aspiraciones y agrupa a estas diferentes organizaciones: la enmienda del art. 120 de la Constitución Nacional, que puede permitir el derecho al
voto a todos quienes vivimos fuera del territorio
nacional. Otros artículos en esta misma publicación analizaran con mayor pertinencia el proceso
de la enmienda constitucional y sus desafíos, lo
abordo aquí como un eje central de la articulación y un elemento movilizador de las diferentes
organizaciones de compatriotas en el mundo.
6
actualidad
Esta articulación se produce a dos niveles. A
nivel de cada país de acogida, en donde se vive
un creciente proceso de coordinación y conformación de instancias aglutinantes, federaciones
de organizaciones paraguayas, como en el caso
de España, o la conformación de versiones locales de los congresos de migrantes, como en el
caso de la Argentina y los Estados Unidos. En
aquellos países donde no existe un gran número
de organizaciones de connacionales ello no impide el trabajo en conjunto en torno a determinadas temáticas o momentos de celebración. Es el
caso por ejemplo, en Francia, donde el año pasado 2 organizaciones prepararon conjuntamente
la celebración de las fiestas patrias del mes de
mayo y participaron en una movilización por
la defensa de la soberanía hidroeléctrica sobre
Itaipú, movilización convocada por el Colectivo
Paraguay en Francia4.
El segundo espacio de articulación es a nivel internacional, las federaciones, las organizaciones locales e incluso individualidades de
diferentes países deseosos de integrarse a grupos existentes o impulsar nuevas agrupaciones
en sus países de acogida, se van organizando a
través de listas de correos electrónicos, comunidades virtuales en las redes sociales o a través
de blogs en internet que funcionan como una
formidable herramienta de comunicación y canalizan discusiones centradas sobre las acciones
a desarrollar.
Un elemento novedoso es el grupo Migrantes Paraguayos sin Fronteras, que nuclea a unas
40 personas, dirigentes asociativos o individualidades de al menos 15 países distintos; este grupo funciona exclusivamente a través de internet,
por medio de un intercambio cotidiano de mails
de información, discusión y análisis centrados
en la temática de la migración paraguaya, y en
estos momentos, fundamentalmente centrado en
la campaña por el derecho al voto. La revolución
de las comunicaciones permite un intercambio
fluido y la organización de cíber-reuniones en
las que dirigentes de diferentes partes del mundo
conversan y plantean acciones o formas de intervenir en el debate público. La experiencia es
incipiente, balbuceante, pero auspiciosa.
7
Esta iniciativa se retroalimenta con otras preexistentes, como por ejemplo el Colectivo APE5,
Agencia de Paraguayos en el Exterior, novel organización de jóvenes periodistas y profesionales de distintas áreas, que surgió en Argentina
en el 2008 y que actualmente tiene una activa
militancia en Asunción, mantiene sus vínculos
con Argentina, recientemente extendió sus contactos con los demás países mencionados en este
articulo y cuyo objetivo es desarrollar una estrategia comunicacional que permita la reflexión y
la visualización de la realidad de las poblaciones
migrantes del Paraguay en el mundo.
Toda esta energía desplegada necesita espacios de reflexión para no agotarse en el hacer y
para dotarse de un verdadero horizonte estratégico de desarrollo y de posicionamiento en el
campo de la lucha social.
Sin embargo, tanto en el campo académico,
de los medios de comunicación, como en la realidad de todos los días, este enorme potencial
es invisibilizado y subalternizado, incluso en el
campo de los movimientos sociales que luchan
por un modelo de sociedad sin exclusiones y sin
explotación y que pretenden crear ese otro mundo posible al que todos aspiramos.
Esta es la pata que falta a la articulación, el
vínculo con los movimientos sociales de nuestro
país. Los movimientos son impactados por esta
migración y los migrantes en muchos casos fueron expulsados por ese modelo excluyente que
combaten las organizaciones populares de nuestro país. Entonces, ¿por qué no pueden encontrarse esos dos mundos?, ¿por qué no discutir
juntos de esta realidad que nos atañe?
El hecho de que los migrantes no puedan
engrosar las filas de las manifestaciones en las
calles asuncenas o de otras ciudades del país
no quiere decir que los mismos se encuentren
ausentes del debate social y la agenda política
del país. Las organizaciones de paraguayos en el
exterior cumplimos y podemos reforzar nuestro
papel de movilizador de la solidaridad internacional y de presión sobre el gobierno, o al contrario, de defensa de nuestro endeble proceso
democrático, podemos hacer caja de resonancia
8
actualidad
a los diferentes combates en curso y a los diferentes actores sociales que luchan contra la explotación y la injusticia.
El movimiento social paraguayo en sus diferentes expresiones (obrero, campesino, barrial,
de mujeres, de jóvenes, etc.) debería integrar la
dimensión de la migración en su reflexión, en sus
planes de acción y en sus estrategias de alianzas,
y, a la inversa, las organizaciones de migrantes
deberían romper con cierta visión corporatista
y de “lobbyng” y abrirse a la discusión con el
conjunto de las organizaciones sociales de nuestro país y renovar sus estrategias de lucha y su
política de alianzas.
Este año del bicentenario puede ser el momento de una gran discusión sobre el tipo de
Paraguay que estamos construyendo y que queremos en este nuevo milenio. Todos los paraguayos, sin exclusiones. El desafío está lanzado.
1 Calderón Chelius, Leticia (2004). “La nostalgia como poder
político: aproximaciones metodológicas para el estudio del
ejercicio político de los migrantes”, Revista Enfoques, Nº 3, Universidad Central de Chile. Santiago. P. 45
2 Halpern, Gerardo (2010). Etnicidad, inmigración y política.
Representaciones y cultura política de exiliados paraguayos en
Argentina, Prometeo Libros, Buenos Aires.
3 El sociólogo magrebí Abdelmalek Sayad, uno de los más finos estudiosos de la migración argelina en Francia, tituló su
obra cumbre: “La doble ausencia: de las esperanzas del emigrado a los padecimientos del inmigrante” (2011). Ed. Anthropos,
Barcelona. Este libro fue prologado por el sociólogo francés
Pierre Bourdieu, compañero y colega de Sayad.
4 Para mayor información sobre el trabajo del Colectivo Paraguay ver: http://collectifparaguay.webnode.com
5 Pagina web: www.apeparaguay.org
9
Bicentenario del
Paraguay: celebrar,
pero desde la
condición colonial
Aristides Ortiz*
¿Es independiente el Paraguay contemporáneo? Esta es la pregunta central que debemos
respondernos en el marco de la recordación del
Bicentenario.
Recordar es un acto que se realiza desde un
lugar, desde un imaginario presente construido
socialmente. En este caso, el imaginario de la
memoria colectiva recuerda un hecho acaecido
hace casi 200 años: la gesta cívico-militar que
depuso al gobernador español de la provincia
del Paraguay, los días 14 y 15 de mayo de 1811,
y puso en el gobierno a criollos nacidos en la colonia. Se inscribe en el imaginario colectivo que
aquel acto fue de independencia de una colonia
que pasó a ser una república. Se memora desde
el Estado, y también desde la sociedad, como un
acto emancipatorio inmanente –esto es estático,
no en movimiento– que se mantiene hasta nuestros días.
Abordado así el pasado en el que ocurrió
aquella gesta, se da por hecho que el Paraguay
es hoy una nación y un Estado independientes.
El mito del 14 y 15 de mayo
Sin embargo, la independencia debe ser
entendida, como todo acto humano, como un
proceso histórico, interminable, no como un
acto único. Toda independencia es inconclusa,
incompleta, porque está dentro del movimiento
*Coordinador del Periódico Digital de Interpretación
y Análisis E’a.
10
bicentenario
incesante de la historia, del de-venir que lo expone permanentemente ante el desafío de seguir
acumulando actos y gestos independientes o dependientes. En este sentido, el abordaje histórico
de los sucesos del 14 y 15 de mayo es un mito:
es decir, una creación social, una invención de
paraguayos y paraguayas. Un mito en el entendido de que aquel acto político militar fue tan
sólo un hito del largo proceso de construcción
nacional, no la consagración eterna de la independencia.
Puede también entenderse esta invención social, el mito, como un símbolo potenciador de
lo que se quiere, a lo que quiere llegar la colectividad en el futuro, o la negación, tal vez,
de una verdad dura: la no independencia. O las
tres cosas a un mismo tiempo. El mito no puede
ser entendido como un simple autoengaño, sino
como una necesidad social satisfecha colectivamente. Así, el mito contiene una negación y un
proyecto colectivo futuro. La negación de una
realidad presente arropada con deseos de vida,
de cohesión social, de proyecto nacional.
La independencia como un proceso
histórico
Aquel acto protagonizado por los próceres de
la Patria fue un hecho precedido por incontables
actos y gestos que, con el tiempo, hicieron posible la ruptura de la relación política-económica
de subordinación al Imperio Español. Un acto,
la gesta de mayo, en el que se expresó la nacionalidad paraguaya construida desde que guaraníes y españoles se encontraron por primera vez,
y luego confrontaron, en los años del siglo XV.
El río histórico continuó corriendo. 55 años
después (1811-1964) aquella nacionalidad había
construido un Estado robusto a través de los gobiernos de Rodríguez de Francia y los López.
Un Estado que iba ocupando territorialmente
su geografía con población, infraestructura y
políticas sociales. Para 1864, el largo proceso
de acumulación histórica había contorneado un
Estado-Nación diferente al de los otros países
de la América de aquellos tiempos: uno que iba
rompiendo ataduras económicas y proyectando
Nº 312 - Marzo 2011
11
desarrollos peligrosos para los imperios y subimperios de entonces. Era un proyecto de independencia política y económica crecientes.
El punto “0” histórico y la vuelta a la
colonia
La Guerra de la Triple Alianza (18641870) significa una ruptura histórica para el
Paraguay. El largo proceso de acumulación
de organización nacional, de proyecto país, se
corta abruptamente y se cae en un punto cero
histórico. Los intereses contrapuestos de los
vencedores, la influencia de la comunidad internacional y el azar confluyeron para que la
nacionalidad sobreviviente siguiera teniendo
un pedazo de geografía.
El punto “0” implica la vuelta a la colonia.
Los primeros 30 años posteriores a la guerra
(1870-1900) el Paraguay fue directamente gobernado, principalmente en las cuestiones estratégicas, por las cancillerías de Argentina y
Brasil, tutelados a su vez por el imperio inglés.
En las primeras décadas de 1900 la condición
clásica de colonia se transforma en tutelaje de
los dos estados vecinos. Corre la nueva historia
y se va consolidando un Estado oligárquico: pequeño, administrador de los intereses de la minoría política y económica en permanentes riñas
políticas y militares, sin control alguno sobre la
geografía que había quedado tras la guerra. La
nación y el Estado fueron mutando durante todo
el siglo XX, pasando de una época liberal a una
colorada, con crecimiento poblacional y aumento de las funciones estatales. Pero, en esencia, la
nacionalidad seguía atravesada por la condición
colonial y, sobre ésta, el Estado seguía siendo
gobernado por una oligarquía.
Es decir, una mentalidad colectiva colonizada, y un Estado controlado desde fuera, apoyado
en la oligarquía.
La condición colonial hoy
Las formas del coloniaje fueron cambiando.
El dominio que ejercieron los primeros españoles sobre los guaraníes tuvo otras característi-
12
bicentenario
cas: fue un colonialismo de ocupación militar y
administración territorial directa. Eran otros los
tiempos del Capitalismo y otra la particularidad
cultural de este lugar del mundo.
Las formas del Paraguay colonial de hoy son
otras. Si antes los estados imperiales y subimperiales necesitaban invadir con una guerra convencional a otro país para dominarlo, el Capitalismo Global de ahora les evita aquella fatiga.
La condición colonial del Paraguay de hoy se
entiende mediante un fenómeno llamado colonialidad: ya casi no es necesaria (aunque a veces
sí, como en el caso de Irak) la ocupación militar
para gobernar, porque hoy se gobierna a otros
con las ideas, con patrones culturales impuestos
a través de lo que se llama la colonialidad del saber: hacer que el otro piense y actúe en función
de tus intereses.
Siendo más concretos, el Paraguay contemporáneo se ubica en la periferia del Sistema
Mundo Capitalista. Este sistema ha construido
redes económicas, financieras y comunicacionales mediante las cuales los Estados imperiales
y subimperiales, ubicados en el centro del sistema, despliegan sus estrategias geopolíticas y
geoeconómicas. La consecuencia es la desterritorialización y trasnacionalización de los países
periféricos como Paraguay; dicho de otra forma,
este Estado que tenemos no tiene poder sobre
sus tierras ni su economía, porque éstas están en
manos de las empresas trasnacionales de los estados imperiales y sus aliados locales.
Cubiertos por un modelo agroexportador
sin Estado, los alrededor de 250 mil brasileños
y brasiguayos asentados en las parte este de la
geografía nacional controlan una economía
agraria que es funcional al mercado financiero
brasileño; las trasnacionales dedicadas a la extracción de recursos naturales controlan parcelas
de tierras ricas en minerales y fertilidad; el crimen organizado trasnacional controla extensos
corredores de la geografía convertidos en rutas
para el narcotráfico, el armatráfico y otros productos ilegales que van a los mercados europeo
y brasileño; los terratenientes sojeros y ganaderos controlan vastos territorios en donde impo-
Nº 312 - Marzo 2011
nen su economía, su justicia y sus armas. Es un
espacio, el nuestro, cuyo Estado no controla su
geografía terrestre y aérea ni su espacio comunicacional, y no tiene políticas económicas, culturales y sociales incluyentes para la mayoría de
su población.
Este modelo imperial y oligárquico descrito
sostiene su poder en la colonialidad: las grandes mayorías sociales excluidas de paraguayos
y paraguayas legitiman a sus amos a través de
su pensamiento, un pensamiento organizado y
narrado por sus amos desde la modernidad capitalista. Gran parte del soporte simbólico de esta
condición colonial del Paraguay lo dan los grandes medios de comunicación asentados dentro y
fuera del territorio.
Celebrar la nacionalidad
La propuesta es entonces recordar aquel pasado, pero desde la condición colonial presente
descrita aquí, no desde la colonialidad tejida por
los amos ni dictada por los miedos propios. A
partir del lugar de la memoria, es necesario y
lúcido recordar celebrando a nuestros personajes históricos, gobernantes, intelectuales, artistas; celebrar nuestras heroicas gestas de pueblo;
celebrar nuestros dos idiomas, especialmente el
guaraní, para reivindicar a nuestros antepasados
originarios de este lugar, negados injustamente
por el pensamiento occidental, y para resaltar
nuestra principal diferencia de la otredad. Celebrar esta tierra que, a pesar del saqueo interminable, sigue teniendo riquezas. Celebrar que
seguimos vivos como nacionalidad y que, en
medio de las complejidades y la contradicción,
las grandes mayorías de este país siguen caminando, luchando y deseando un país más libre y
más justo. Celebrar que el futuro es una posibilidad real que se construye en el presente.
13
tema del mes
Sistema
alimentario
14
El control sobre
los alimentos: una
cuestión básicamente
política
Tomás Palau
“Quien controla los alimentos, controla a la
gente; quien controla la energía, controla los
continentes; quien controla el dinero, controla
el mundo”.
Henry Kissinger
La mayoría de la gente en nuestro país no
sabe que la alimentación es un derecho, es un
derecho de cada persona que debe ser garantizado por las instituciones del Estado y por los
gobiernos de turno. La Constitución Nacional
de 1992 y varios tratados internacionales de derechos humanos que forman parte del ordenamiento jurídico paraguayo, por haber sido ratificados por el Estado, consagran este derecho.
¿Por qué entonces el veintitantos por ciento
de la población paraguaya pasa hambre? ¿No
es esto una violación a la Constitución? ¿O la
Constitución sólo se viola cuando se tocan los
intereses de los politiqueros y empresarios? Al
parecer sólo algunos tienen derechos y los demás…
El tema de la producción de alimentos, del
acceso que tiene la mayoría de la gente a ellos,
el precio de los mismos (harina, maíz, azúcar,
carne, etc.) aumenta permanentemente y cada
vez hay más gente con hambre (y con desnutrición y con más enfermedades a causa de ella).
Esto no pasa sólo acá, está pasando en todos los
países1. ¿Por qué ocurre esto si la producción de
alimentos acompaña al crecimiento de la población mundial?2
tema del mes
1. Por la forma cómo está estructurada la producción mundial de alimentos. El agronegocio.Hoy en día para que un alimento llegue
desde el productor al consumidor pasa por
un circuito controlado por grandes empresas multinacionales monopólicas que hacen
grandes negocios en los cuatro eslabones
principales de ese circuito. El primero de
esos eslabones es el de la provisión de insumos (semillas, insecticidas y otros biocidas,
fertilizantes, combustibles, tractores y otros)
proveídos en su casi totalidad por corporaciones multinacionales. El segundo eslabón
es el de la agroexportación o comercialización internacional (en nuestro país operan
cuatro multinacionales que controlan el 75%
de toda la exportación de granos). El tercer
eslabón es el de las empresas procesadoras
de alimentos (como Unilever, Nestle, Coca
Cola, Pepsico, Parmalat, Arcor y muchas
otras), eslabón cada vez más controlado por
multinacionales. Y finalmente, y último eslabón, el de las distribuidoras minoristas de alimentos; grandes hiper y supermercados que
controlan una creciente porción de la venta
de alimentos. Este sistema, el del agronegocio, muy concentrado y dominante es ávido
de ganancias crecientes y controla los precios
en todos los eslabones.
2. Por la especulación internacional de los precios.Debido a la debilidad (o volatilidad) del
dólar, a la inestabilidad de las bolsas de valores, a las bajas tasas de interés de los bonos
del tesoro (principalmente norteamericanos
y a su vez nominados en dólares) y a otros
factores, los inversores, desde hace tiempo,
prefieren invertir en “activos”, o sea en cosas
tangibles: tierra, metales, petróleo y materias
primas agrícolas, esto lleva a una carrera por
comprar cosechas a futuro3. Lo mismo hacen
muchos bancos; invierten sus capitales volátiles en mercancías agrícolas, para protegerse
de la crisis general.
3. Por la producción agrícola de agrocombustibles (etanol y agrodiésel), que tiene sus precios basados en el petróleo, lo cual termina
empujando la tasa media de ganancia en la
Nº 312 - Marzo 2011
agricultura hacia arriba. O sea, suben los precios de los cultivos que producen alcohol y
diésel4.
4. Por el elevado costo de transformar millones
de toneladas de cereales en proteína animal.
O sea, las élites, los consumidores y países
ricos, demandan cada vez más carnes, y por
eso parte de la producción de vegetales (que
es el caso de la expansión del cultivo de soja
transgénica en nuestro país), que podría ser
consumida por la población, va para la producción de los animales (que es el caso clarísimo en nuestro país en el que las grandes
haciendas ganaderas ocupan crecientes extensiones de tierra).
5. Por las privatizaciones de los servicios públicos para la agricultura, que los transfieren al
control de las empresas multinacionales. Los
silos del Ministerio de Agricultura y Ganadería por ejemplo fueron vendidos al mejor
postor, la asistencia técnica fue tercerizada,
se abandonó la investigación en semillas y
ahora se compra de multinacionales extranjeras y así… varios ejemplos.
7. Por la vigencia de legislaciones ambientales de sanidad y certificados de patentes,
implementados en el periodo de los gobiernos neoliberales (como lo fueron los de Rodríguez, Wasmosy, Cubas, Duarte Frutos y
Lugo) para favorecer el control oligopólico
de algunas empresas, lo cual les da poder
para imponer precios (el caso de las regalías
que la Monsanto cobra a los productores de
soja, las variedades de semillas que imponen,
etc.).
8. Por la regla general impuesta por la OMC
(Organización Mundial del Comercio) a partir de 1994, que transformó los alimentos en
meras mercancías, que deben ser reguladas
sólo por el mercado. O sea, que los países deben adaptarse a sus disposiciones que considera a los alimentos como artículos sujetos a
la legislación comercial impuesta de manera
general.
9. Por la introducción de la propiedad privada de las semillas transgénicas que impuso
15
10. Porque los precios de los alimentos se internacionalizaron. Los parámetros de producción y de los precios no son más el costo
real de producción de alimentos en cada país,
sino que se establece un precio medio mundial, controlado por las empresas. Como la
cadena del agronegocio está tan concentrada, esos precios se fijan a voluntad y están
en condiciones hasta de fijar “precios sugeridos”, como ocurrió con el caso de la “Casa
Grutter” hace pocos meses.
Además de todo lo anterior, deben considerarse otros aspectos; la insalubridad de lo que
se come dado el alto nivel de contaminación de
los alimentos con pesticidas, metales pesados,
modificación transgénica; la dependencia de la
agricultura del agronegocio con respecto al petróleo5 hace que la correlación entre el precio de
éste y los alimentos sea muy alta; otro tema es la
padronización, igualación, de las dietas en todo
el mundo (lo que se llamó la macdonalización
alimentaria): todos comemos hamburguesas y
tomamos colas; cuál será el futuro de las sociedades campesinas si se les usurpa su rol de productoras de alimentos, en fin, abordar el tema
alimentario como lo hacemos en este número de
Acción es abordar un tema que está en la base
misma de nuestra cultura y de nuestra existencia
como nación.
…y tenemos que anticipar con el mayor
detalle posible un futuro que ya está entre nosotros, un futuro para nada promisorio si las
políticas públicas no lo toman en cuenta, si la
gente, nosotros, no tomamos conciencia de que
el alimento es la energía que mueve a los seres
humanos6.
16
© J. M. Blanch
una nueva matriz tecnológica con costos de
producción mayores y en beneficio de las
mismas empresas que controlan el comercio,
las semillas y los insumos agrícolas. Semillas que vienen acompañadas de un paquete
tecnológico (en particular herbicidas especiales) que encarecen significativamente los
costos de producción.
1 “Entre 2010 y 2011, los precios de los alimentos han batido récords siete meses consecutivos (…) asimismo, los incrementos
en los precios de los productos básicos se han convertido en
un factor desestabilizador de la economía mundial, y que han
provocado tensiones y disturbios en varios países en desarrollo y, más recientemente, en Argelia, Túnez y Egipto”. Así lo
aseguraba el Parlamento Europeo en una resolución aprobada el 17 de febrero, añadiendo que “…los altos precios de
los alimentos sumen a millones de personas en la inseguridad
alimentaria y amenazan la seguridad alimentaria mundial a
largo plazo”. http://www.europarl.europa.eu/RegData/seance_pleniere/textes_adoptes/provisoire/2011/02-17/0071/
P7_TA-PROV%282011%290071_ES.pdf. En: http://www.elparquedelashamacas.org/html/verbo.html
2 Boix, Vicente (2011). “Otra crisis alimentaria y al ‘Dios Mercado”’ no hay quien le tosa”. http://www.efeverde.com/esl/
contenidos/blogueros/la-blogosfera-de-efeverde/la-vozdel-experto/otra-crisis-alimentaria-y-al-dios-mercado-nohay-quien-le-tosa
3 Por ejemplo, se compra a precio de hoy (2011) y se vende en
el 2013 al precio que esté en esa fecha, que por efecto de la
especulación siempre será mucho más alto y se hacen superganancias especulativas.
4 Las razones siguientes han sido tomadas del artículo “Por
qué sube el precio de los alimentos” http://alfacentauro.
info/2011/02/27/%c2%bfpor-que-suben-los-alimentos/
5 Un mundo sin petróleo amenaza nuestra posibilidad de
acceder a los alimentos. Para muestra un dato: El 17% de la
energía consumida en el mundo se utiliza en la producción,
distribución y suministro de productos agrícolas. Este porcentaje se divide de la siguiente manera: 4% a la producción;
5% al procesamiento; 8% al transporte y distribución desde
la granja hasta los supermercados. Beyond Oil, J. Gever, University of Colorado, 1991, pág. 172. En: http://www.rebelion.
org/noticia.php?id=57390
6 Charles Hugh Smith (2011). Beyond the False Dawn: Global
Crisis 2020-2022. http://www.benzinga.com/11/02/873673/
beyond-the-false-dawn-global-crisis-2020-2022
tema del mes
La región más
transparente:
apuntes sobre
la producción
de alimentos, el
hambre y el Estado
en Paraguay
Milena Pereira Fukuoka
Necesitamos instituciones que apoyen la
puesta en marcha de la soberanía alimentaria,
que protejan nuestros derechos e intereses contra
el comportamiento destructivo de las empresas
transnacionales, los propietarios de latifundios
y otros que hacen un mal uso del poder para
acumular riqueza mediante la explotación de
las personas y el saqueo de los recursos. Necesitamos instituciones internacionales que creen
el espacio necesario y establezcan un marco que
permita que los gobiernos nacionales y locales
respondan a las necesidades de su gente.
© J. M. Blanch
La Vía Campesina, Documentos Políticos1
Si como enseña la tradición crítica, para analizar rigurosamente un modo de producción es
necesario estudiarlo allí donde se presenta en
su más nítida expresión, la sociedad paraguaya
mostraría hoy de modo privilegiado la posición
de dependencia de los países proveedores de
materia prima en el sistema alimentario global
emergente con el neoliberalismo; los costos socioeconómicos y ambientales del crecimiento
en clave productivista y, la lógica predatoria e
17
injusta de la “ley del más fuerte” desplegada en
toda su intensidad.
Si bien, son comunes las limitaciones de los
Estados para garantizar los derechos humanos
de las personas sujetas a su jurisdicción bajo el
actual marco de liberalización, el modo de funcionamiento del Estado paraguayo y el grado
de irresponsabilidad social de las elites económicas-mediáticas nacionales, han venido generando un nivel de desregulación extremo en la
producción, la agroindustria y el comercio. Los
efectos de esta ausencia estatal en la defensa del
interés público evidencian hasta qué punto un
pueblo puede perder su soberanía alimentaria
pese a batir récords en la cantidad de alimentos
que se producen en su territorio, pues la forma
en la que se genera y el móvil de dicho crecimiento productivo nada tienen que ver con ampliar la satisfacción de necesidades y el ejercicio
de derechos de la población nacional.
En este artículo se analizará la actuación del
Estado paraguayo en algunos aspectos vinculados a su obligación de protección del derecho a
la alimentación adecuada de la población. Se
contrastará dicha actuación con los actuales debates en torno a la soberanía alimentaria y a la
implementación de nuevos mecanismos de gobernanza del sistema alimentario mundial.
Algo no funciona: más alimentos, más
hambre
Pese a que la cosecha mundial de cereales y
la producción general de alimentos ha alcanzado
cifras récord en los últimos años, produciéndose
alimentos suficientes para alimentar diariamente
a casi el doble de la población mundial, el número de personas subnutridas también ha ido
en aumento: es mayor que hace cuarenta años
y mayor que en 1996, 2 año en que la Cumbre
Mundial sobre Alimentación acordó reducir a la
mitad el número de personas subnutridas en el
mundo. Ya en el marco de aquella cumbre los
movimientos sociales habían planteado el concepto de soberanía alimentaria, considerándola
como condición previa para lograr la seguridad
18
alimentaria genuina y cuestionando los efectos
producidos por la agricultura industrial y el comercio agrícola liberalizados. Se postulaba a la
soberanía alimentaria como “el derecho de los
pueblos a definir sus propias políticas y estrategias sustentables de producción, distribución y
consumo de alimentos que garanticen el derecho
a la alimentación para toda la población”.
A su vez, ya en 1996 las organizaciones de
la sociedad civil exigieron el desarrollo de dos
nuevos instrumentos jurídicos de carácter internacional: un Código de Conducta sobre el Derecho a una Alimentación Adecuada, que rija
las actividades de aquellos actores involucrados
en la materia, incluidas instituciones nacionales
e internacionales, así como sectores privados
como las empresas transnacionales. Y una Convención Mundial de Seguridad Alimentaria que
reemplace el actual Acuerdo sobre la Agricultura y cláusulas relevantes de otros acuerdos de
la Organización Mundial del Comercio (OMC),
generando un marco internacional de políticas
coherente con los derechos humanos básicos de
todas las personas.
Tras años de esfuerzo desde la sociedad civil
por el establecimiento de un Código de Conducta, la FAO desarrolló y adoptó en 2004 las Directrices voluntarias en apoyo de la realización
progresiva del derecho a una alimentación adecuada en el contexto de la seguridad alimentaria
nacional. En estas se incluía una sección relativa
a medidas, acciones y compromisos internacionales, señalándose en el apartado relativo al comercio internacional la necesidad de un “programa de reforma fundamental que abarque normas
reforzadas y compromisos específicos sobre la
ayuda y la protección para corregir y prevenir
las restricciones y distorsiones en los mercados
agropecuarios mundiales”.
Sin embargo, fue con posterioridad a la crisis
de 2008 y a la estampida de los precios de alimentos que sumió en el hambre a cerca de cien
millones de personas, que las más altas autoridades de los organismos internacionales reconocieron la necesidad de mejorar los mecanismos de
gobernanza del sistema alimentario mundial. El
tema del mes
Secretario General de las Naciones Unidas instituyó en abril de 2008 el Equipo de Trabajo de
Alto Nivel sobre la Crisis Alimentaria Global,
integrado por todas las principales agencias de
la ONU, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial del
Comercio. Fue propuesta también la reforma
del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial
(CSA), en su carácter de plataforma intergubernamental, cuestionado desde la sociedad civil
por haber sido hasta entonces un instrumento
muy débil, sin capacidad de monitoreo.
Existen otros marcos institucionales que se
vienen impulsando y se encuentran en debate,
sobre todo con relación a problemáticas acuciantes que adquieren dimensión global como el
acaparamiento de tierras y la responsabilidad de
corporaciones transnacionales con respecto a los
derechos humanos. Entre los más importantes se
encuentran las Directrices de la FAO sobre la
gobernanza de la tierra y los recursos naturales, apoyado por los principales movimientos
sociales y organizaciones de la sociedad civil.
Estos mismos sectores instan al CSA a rechazar
definitivamente los Principios para Inversiones
Agrícolas Responsables del Banco Mundial, por
considerarlos ilegítimos e insuficientes para hacer frente a los fenómenos en curso.3
Por su parte, el Prof. Olivier De Schutter,
Relator Especial de las Naciones Unidas sobre
el Derecho a la Alimentación, ha señalado algunos de los aprendizajes logrados por la comunidad internacional en los últimos años respecto
de los factores que contribuyen al hambre y la
desnutrición, entre los que se encontraría “el incremento de los sistemas duales de producción
agrícola, bajo los cuales los campesinos a pequeña escala tienen dificultades para sobrevivir
de la agricultura”; así como factores a gran escala: “la falta de una regulación adecuada de la
cadena alimenticia, los sistemas inequitativos de
comercio internacional, los mercados no regulados que no garantizan precios remunerativos,
las inversiones agrícolas dirigidas insuficiente o
inadecuadamente y la especulación en los mercados a futuro de insumos agrícolas.”4
Nº 312 - Marzo 2011
Así también, el relator ha sostenido que las
fallas en la toma de acciones decisivas destinadas a la erradicación del hambre y de la malnutrición se deben a la combinación de algunos
factores entre los que se encuentra la insuficiencia de las estrategias nacionales sobre el derecho a la alimentación, sobre todo porque “los
campesinos a pequeña escala son en general y
frecuentemente marginalizados por las políticas
públicas tanto como resultado del desempoderamiento político, como de las presunciones
equivocadas de los decisores políticos según las
cuales la agricultura a pequeña escala es menos
productiva que los cultivos a gran escala. Más
que en el fortalecimiento del sector agrícola y las
cadenas locales de alimentos, muchos gobiernos
han centrado sus esfuerzos para lograr la seguridad alimentaria en la importación de alimentos
a bajo precio, provenientes de los mercados internacionales, pagando con ingresos adquiridos
mediante la exportación de insumos de materia
prima hacia el exterior.”5
Las afirmaciones del relator y los cambios
que se vienen generando en los mecanismos de
gobernanza internacional del sistema alimentario confirman la necesidad de implementar las
áreas de acción que el movimiento campesino
ha venido postulando desde hace más de una
década, señalándolas como prioritarias para
garantizar el derecho a la alimentación e ir recuperando el poder de decisión de los pueblos
y comunidades sobre su sistema alimentario: la
adopción de políticas de alimentación y agricultura con un enfoque basado en derechos; el acceso de los pequeños productores/as y pueblos
indígenas a los recursos productivos, en particular tierras, aguas, recursos genéticos y otros recursos naturales utilizados para la alimentación
y producción agrícola; la promoción de los modelos agroecológicos familiares y comunitarios
de producción de alimentos; y la implementación de políticas de comercio equitativas, que
fortalezcan los mercados locales.6
19
El “modelo paraguayo”, a contramano de
los aprendizajes internacionales
Dentro de este contexto y del camino recorrido por la comunidad internacional en la materia,
resulta llamativa la persistencia de la desregulación extrema y de la ausencia del Estado en el
cumplimiento de sus obligaciones de protección
de los derechos de las personas que viven en el
país.
Paraguay tuvo el mayor crecimiento porcentual en producción de carne a nivel regional en
la última década. Pasó de exportar productos pecuarios por un valor de 42.9 millones de dólares
en 1995, a exportarlos por valor de 418 millones
de dólares en 2006. Sin embargo, el consumo
per cápita de carne en el país (cifra que además
implica un cálculo promedio que no muestra las
diferencias de consumo entre estratos sociales)
pasó de 77 kilos de carne anual en 1995, a 32
kilos en 2005; por mucho el mayor índice de reducción en América Latina.7
Una explicación a esta aparente contradicción
se encuentra en las cifras oficiales de comercialización de la carne: si se comparan las cifras del
año 2003 con las actuales se observa que, de los
bovinos faenados en el país en el 2003, la carne de 337 mil se destinó a exportación (60.2%),
y la de 222 mil quedó para el consumo interno
(39.7%). En 2009, en cambio, se faenaron más
de 1 millón cien mil bovinos para exportación
(97%), y tan sólo 36 mil quedaron para el consumo interno (2.9%). Ante la total desregulación
estatal es posible encontrarse, por ejemplo, que
en los cuatro primeros meses del 2010 sólo el
1.2% de la carne bovina faenada quedó para el
consumo interno de la población en Paraguay
(474 mil bovinos faenados exportados, frente a
6 mil para el consumo interno).8
Ignorando cualquier discusión con perspectiva de derechos sobre la necesidad de garantizar
la disponibilidad de un volumen adecuado de
carne que la haga accesible a toda la población
paraguaya, la Mesa Sectorial de Carne y Cuero,
impulsada desde un organismo estatal como es
la Red de Inversiones y Exportaciones (Rediex),
20
hizo públicos sus ejes de acción y metas hasta
el 2014, entre otros, exportar carne bovina por
valor de 850 millones de dólares, lo que equivaldría prácticamente a duplicar los valores de exportación actuales.9 Se exacerbaría de este modo
el ya intenso proceso de expulsión de familias
rurales y de concentración de tierras para destinarlas a la reproducción de ganado con destino
al mercado exterior.
Por su parte, si desde el sector privado y público se ha venido potenciando la producción
de commodities, no ha ocurrido lo mismo con
diversos productos frutihortícolas consumidos
por la población paraguaya, cuya producción
ha caído en forma considerable. Atendiendo las
informaciones publicadas por el MAG y FAO,
la producción nacional anual de tomates fue de
53 mil toneladas en 1989, y de sólo 36 mil toneladas en 2009; pese a que la población creció
en dos millones de personas aproximadamente.
Algo similar ocurrió, por ejemplo, con el poroto, de 55 mil toneladas producidas en 1989, se
bajó a 44 mil toneladas en 2008. La Dirección
de Comercialización del MAG publicaba que de
los productos agrícolas ingresados entre 2004 y
2008 reportados por la Dirección de Abastecimiento de la Municipalidad de Asunción, el 49%
del tomate era de origen extranjero, así como el
70% de la cebolla, el 82% del locote, el 98% de
la papa y el 100% del ajo.
En forma concomitante con el intenso crecimiento de la agroexportación de granos y carne,
la pobreza y la pobreza extrema también aumentaron exponencialmente en el país. Según cifras
oficiales, existirían más de un millón cien mil
personas en situación de pobreza extrema en Paraguay, definida esta como el conjunto de personas cuyo nivel de ingresos es inferior al costo de
una canasta básica de alimentos. Cabe destacar
que en el área rural la pobreza llega al 48.8%
de la población, correspondiendo el 30.9% a
personas en situación de extrema pobreza. Los
índices de pobreza muestran la imposibilidad de
acceso a una alimentación suficiente y adecuada
por parte de un amplio sector de la población,
aunque la falta de estudios actualizados sobre
tema del mes
situación nutricional impide visualizar el grado
de deficiencia nutricional de las mismas y confirmar sus causas. En el mismo campo en el que
se concentran recursos para producir alimentos
destinados al mercado externo, ha ido creciendo el hambre, la malnutrición y la inseguridad
alimentaria afectando a las comunidades locales
campesinas e indígenas.
Respecto de las políticas de desarrollo económico, las directrices de la FAO señalan que
los Estados deben establecer objetivos basados
en las necesidades de su población en materia
de seguridad alimentaria, y deben distribuir los
beneficios derivados del aumento de la productividad. Prescriben también que cuando la pobreza y el hambre afecten fundamentalmente a la
población rural, los Estados deben concentrarse en el desarrollo agrícola y rural sostenible,
por medio de medidas encaminadas a mejorar
el acceso de las comunidades rurales a la tierra,
el agua, tecnologías, recursos productivos y financieros, y promoviendo su participación en la
adopción de decisiones sobre política económica. Respecto de los sistemas de mercado, las directrices indican que los Estados deben mejorar
el funcionamiento de sus mercados agrícolas y
alimentarios a fin de promover tanto el crecimiento económico como el desarrollo sostenible; y deben esforzarse por que las políticas comerciales en general, y de comercio alimentario
y agrícola en particular, contribuyan a fomentar
la seguridad alimentaria para todos/as, teniendo
en cuenta las deficiencias de los mecanismos del
mercado y que estos no producen de modo automático el resultado de que todas las personas
dispongan de ingresos suficientes para satisfacer
sus necesidades básicas.
A modo de conclusión
En 2005 fue creado el programa Tekoporã de
transferencias monetarias condicionadas a familias en situación de extrema pobreza. Este tipo
de programas responden al derecho que tienen
todas la personas a ser protegidas contra el hambre y a que el Estado haga efectivo ese contenido
mínimo del derecho a la alimentación de modo
Nº 312 - Marzo 2011
inmediato cuando estas no pueden hacerlo con
los propios medios que tiene a su alcance. Sin
embargo, dichas intervenciones son a la vez un
síntoma que evidencia la pérdida de soberanía y
seguridad alimentaria que ha ido en aumento en
el país. Se trata de programas de contingencia
que deben estar acompañados por políticas que
posibiliten el acceso a tierras suficientes y a otros
recursos productivos a las familias productoras
rurales, y a empleos de calidad a quienes son
trabajadores/as asalariados/as o por cuenta propia; ya que las personas tienen derecho a contar
con los recursos que les permitan obtener por sí
mismas los alimentos que necesitan y desean.
De continuar la profundización del modelo
vigente en el Paraguay en las últimas décadas,
difícilmente se pueda pensar en que dicha recuperación de capacidades y derechos sea posible.
1 La Vía Campesina, Documentos políticos de La Vía Campesina,
Yakarta, 2009, versión en castellano, pág. 68.
2 Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y
la Alimentación, Estado de la inseguridad alimentaria en el
mundo. La inseguridad alimentaria en crisis prolongadas, FAO,
Roma, 2010, pág. 8.
3 Llamamiento de Dakar contra el Acaparamiento de Tierras,
disponible en: http://www.fian.org/noticias/comunicadosde-prensa-1/llamamiento-de-dakar-contra-el-acaparamiento-de-tierras/pdf
4 Olivier De Schutter, “La Gobernanza de la Seguridad Alimentaria Mundial: Un Nuevo Rol para el Comité de Seguridad
Alimentaria Mundial”, en: Pan Para el Mundo, ICCO, FIAN, Observatorio del Derecho a la Alimentación y Nutrición 2009, pág.
11.
5 O. De Schutter, op. cit., págs. 12-13.
6 Fórum sobre Soberanía Alimentaria, Declaración política
“Soberanía alimentaria un derecho para todos”, 2002.
7 Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación, El estado mundial de la agricultura y la alimentación 2009, Anexo estadístico.
8 SENACSA, Anuario Estadística Pecuaria Primer Cuatrimestre
2010.
9 http://www.ultimahora.com/notas/320181-Meta-es-exportar-carne-por-US--850-millones
21
Los desafíos de la
inclusión económica
de la juventud rural
Verónica Serafini Geoghegan*
En el mes de febrero pasado se realizó la
34ª Asamblea del Consejo de Gobernadores del
FIDA, dedicado particularmente a la juventud
rural. Tal como señaló el presidente, Kanayo F.
Nwanze, en su discurso de apertura de la Asamblea, “las zonas rurales del mundo son la clave
para resolver algunos de los desafíos más importantes con que se enfrenta la humanidad. El
desarrollo de las zonas rurales es fundamental
para superar el hambre y la pobreza, mitigar el
cambio climático, alcanzar la seguridad energética y proteger el medio ambiente”.
Sin embargo, el contexto nacional e internacional hoy es diferente al pasado. La economía
rural debe insertarse en mercados altamente volátiles, con exigencias que van más allá de precios bajos, con la influencia cada vez mayor de
cadenas de valor y empresas multinacionales.
Una economía rural dinámica y competitiva requiere la presencia activa de hombres y mujeres
jóvenes. El rol de la juventud es determinante
para garantizar que estas condiciones se generen
en el corto plazo y trasciendan al largo plazo.
Por ello, es necesario crear capacidades y oportunidades que se incorporen de manera efectiva
al desarrollo rural.
* Coordinadora de la Unidad de Economía Social del Ministerio de Hacienda. Licenciatura en Economía en la Universidad
Católica (Paraguay). Maestría en Ciencias Sociales y Doctorado
en Economía (México).
22
El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola
(FIDA) es un organismo financiero de las Naciones Unidas creada en 1977 a partir de la Conferencia Mundial de la Alimentación en 1974.
Dicha conferencia señaló que uno de los objetivos principales de la nueva agencia sería la de
financiar proyectos de desarrollo agrícola, principalmente para la producción de alimentos en
los países en desarrollo.
tema del mes
terizado. Una estructura demográfica marcada
por un gran número de jóvenes en edad y con
aspiraciones de incorporarse al mercado de trabajo, una economía que debe insertarse en la
dinámica internacional económica y cultural,
una sociedad con profundas desigualdades y
exclusiones, con pensamientos e ideas cargados
de prejuicios acerca de la juventud y la pobreza
pero también con demandas y reivindicaciones
tendientes a cambiar dicha situaciones.
En 2009, más de 1.200.000 paraguayos y paraguayas tienen entre 15 y 24 años (20,5% de
la población total), de los cuales poco más de
800.000 señalan que trabajan o desean trabajar.
La mitad de estos jóvenes con intenciones laborales no encuentran trabajo y si lo encuentran, es
de mala calidad1. En efecto, su tasa de desempleo llega al 13,4%, superando ampliamente el
promedio nacional de 6,4%. Las mujeres jóvenes son, a su vez, las más afectadas, ya que esta
cifra llega al 17,9%.
© J. M. Blanch
De la juventud que consigue un trabajo, una
parte importante se encuentra subempleada y
por fuera de las condiciones que garantizan un
trabajo decente, como por ejemplo sin acceso a
la seguridad social.
Las oportunidades económicas de la
juventud paraguaya rural son escasas y
de mala calidad
Paraguay enfrenta múltiples desafíos económicos para disminuir la pobreza y las diversas
desigualdades que históricamente le han carac-
Nº 312 - Marzo 2011
En el área rural las condiciones laborales
para la juventud empeoran por diversas razones: el bajo acceso a la tierra por parte de ella,
el menor nivel educativo, la baja cobertura de
la seguridad social y de la educación técnica y
profesional. Adicionalmente a estas variables
socioeconómicas, la baja cobertura de las tecnologías de la información y comunicación configura un escenario poco propicio para el desarrollo pleno de los y las jóvenes.
En la juventud hoy se configuran nuevas subjetividades, estilos de vida y de consumo y modos de existencia en los que el acceso a internet,
a las redes sociales y a los medios de comunicación constituye medios esenciales para ellos
y ellas, además de su menor aversión al riesgo
y mayor potencial emprendedor y capacidad de
adaptación a los cambios tecnológicos y a la dinámica del mercado.
23
La economía nacional e internacional
puede ayudar a mejorar estas
oportunidades
Paralelamente a estos fenómenos que tienen
que ver con la dinámica interna del país, a nivel
internacional, con el gran crecimiento y apertura
económica de China e India y los cambios en los
patrones de consumo de estos y otras naciones,
la demanda mundial de alimentos se incrementa,
presionando a los precios internacionales de los
mismos e imponiendo a los países productores
el desafío de proveerlos pero con el peligro del
traslado del aumento de las cotizaciones internacionales en sus precios internos. Este fenómeno,
que a simple vista parece una oportunidad para
los países productores de alimentos, en realidad
ocasionó entre 2005 y 2008 un aumento de la
pobreza. Paraguay está entre los países que verificaron esta situación en 2006.
Con la crisis financiera de 2008, la cautela
mundial frente al desconocimiento de las consecuencias futuras disminuyó la demanda mundial
de alimentos durante dos años. Sin embargo,
esta demanda se ha recuperado paulatinamente, originando nuevamente una alta demanda
de alimentos y la consiguiente presión sobre los
precios.
En este contexto nacional e internacional,
¿cómo combatimos la pobreza y las desigualdades aprovechando el bono demográfico sustentado en un gran número de jóvenes que desean
trabajar y lograr su autonomía económica y la
gran demanda de alimentos siendo Paraguay un
país privilegiado en recursos naturales y en cultura y conocimientos agrícolas y cuyo principal
motor del desarrollo ha sido históricamente la
agricultura?
Para el Paraguay, la producción de alimentos es un imperativo no solo en virtud de su potencialidad para generar ingresos en las fincas
campesinas y diversificarse para disminuir los
riesgos de aumentar su pobreza, sino sobre todo
para garantizar el acceso a alimentos baratos a
esas familias como al resto de la población.
El aporte económico de los jóvenes a estos
objetivos es fundamental; sin embargo, es nece24
sario crear las condiciones adecuadas para una
inserción acorde con sus necesidades y aspiraciones. La pregunta que se plantea es: ¿cuáles
son estas condiciones?
Pero se requieren acciones específicas de
corto, mediano y largo plazo
A continuación expongo algunos ejes de acción que podrían ayudar a la incorporación de
la juventud en las políticas públicas dirigidas al
sector rural.
- Educación pertinente y de calidad para la juventud: la cobertura de la educación escolar
básica se ha incrementado hasta llegar a casi
el 100% de la niñez paraguaya; sin embargo,
apenas el 64,5% de la juventud rural logra
estar en la educación media y un porcentaje
todavía menor accede a la formación técnica
o profesional. El rol de las escuelas agrícolas, del Servicio Nacional de Promoción Profesional (SNPP) y del Sistema Nacional de
Formación y Capacitación Laboral (SINAFOCAL) es central para crear competencias
en las áreas de administración, cooperativización, búsqueda de mercados, trabajo en
equipo y negociación, estándares de calidad,
planes de negocios y de inversión, gestión
sostenible de los recursos naturales.
- Inserción de la juventud en organizaciones
sociales y económicas: gran parte de los
esfuerzos actuales en materia de asociatividad y creación de confianza está destinada
a adultos y con excepciones a mujeres. En
general, los proyectos no tienen como objetivo ni “cuota” obligatoria la incorporación de
la juventud. Si se asume que el dinamismo
del sector rural en la producción de alimentos depende del mayor acceso a los mercados competitivos y la incorporación de nuevas tecnologías y prácticas, la organización
constituye un componente fundamental para
disminuir riesgos y costos de transacción. La
juventud podría tener un rol fundamental en
estas acciones, dadas las características propias de su edad.
- Servicios financieros adaptados a las con-
tema del mes
transporte de materias primas agrícolas, entre otros.
diciones juveniles: la juventud no cuenta,
en general, con garantías físicas ni historia
crediticia y, adicionalmente, se encuentra expuesta a los prejuicios de los adultos acerca
de su irresponsabilidad y falta de experiencia,
a lo que se suman los prejuicios propios sobre la conducta financiera de los pobres (los
pobres no pueden pagar intereses de mercado o no saben ahorrar), traduciéndose en un
mayor riesgo y, por lo tanto, condiciones de
acceso al sistema financiero en condiciones
sumamente desventajosas. Por lo tanto, la
inclusión de la juventud en las actividades
agropecuarias requiere el diseño de productos alternativos y de educación financiera
que permitan una combinación virtuosa de
servicios financieros, no financieros y orientación.
Enfrentar los múltiples y, a la vez, convergentes desafíos a los que se enfrenta Paraguay:
la lucha contra la pobreza, el aumento de los
precios internacionales de los alimentos, la inclusión económica de la juventud, exige reexaminar sus políticas públicas, rediseñándolas y
creando nuevas para lograr un desempeño económico inclusivo, que generen capacidades y
oportunidades sociales, económicas y culturales
apropiadas para la juventud, para que ella, con
autonomía, pueda ser capaz de llevar a cabo sus
proyectos de vida y sus aspiraciones presentes y
futuras. No es posible hablar de desarrollo si en
el presente no hay futuro para la juventud.
- Creación de capacidades para la inserción
en la economía rural no agrícola: la expansión de la producción agrícola dinamiza
los mercados no agrícolas, creando nuevas
ocupaciones y ampliando las existentes que
podrían ser ocupadas por la juventud si está
debidamente capacitada y cuenta con el capital necesario para ofrecer los bienes y servicios demandados: servicios de reparación de
maquinarias, procesamiento de los alimentos
originados en las fincas campesinas, trabajo
asalariado en las empresas procesadoras de
alimentos eslabones de las cadenas productivas ubicadas en el territorio, comercio y
Nº 312 - Marzo 2011
© J. M. Blanch
- Expansión de las tecnologías de la comunicación e información en el sector rural: la
juventud es la que está en mejores condiciones para el uso de las TICs, no solo porque
sus componentes lograron mayor educación
formal que sus padres y madres, sino también
porque estuvieron expuestos desde su niñez
y por lo tanto tienen mayor receptividad al
aprendizaje y uso de las mismas. Por otro
lado, el acceso a información es fundamental para la inserción competitiva de la producción agrícola: el acceso a los precios, a
compradores, a mejores insumos. El rol de la
juventud en el uso de las TICs para mejorar
el acceso a los mercados es innegable.
1 Conformado por los desempleados y subocupados.
25
Cuando el tatakuá
se apaga: la soja y la
destrucción de las
bases de la cocina
paraguaya
Richard Doughman*
Los campesinos y las campesinas paraguayos han desarrollado una forma única de transformar la naturaleza en alimento; única porque
está especialmente adaptada a las particularidades del suelo, del terreno y del clima del país, y
porque se basa en los conocimientos desarrollados localmente durante miles de años, primero
por los pueblos indígenas y después por la población campesina. Las comidas que identificamos como típicamente paraguayas: la chipa y la
sopa, el vorí y el mbeyú, son productos de esta
experiencia, de modo que parte de la identidad
nacional se arraiga en la producción campesina
de alimentos. Sin embargo, la forma distintamente campesina de vivir dentro de la naturaleza y nutrirse de ella sin hacerle daño está en vías
de extinción en Paraguay. Con la desaparición
del campesinado se apagan conocimientos milenarios sobre la naturaleza y la agricultura necesarios para superar la crisis ecológica y la crisis
alimentaria, las dos expresiones de una crisis
cultural mayor.
Las comunidades campesinas en la región
Oriental del país viven rodeadas por la soja y la
ganadería extensiva. Lote por lote, la soja y el
ganado penetran estas comunidades expulsando
unas familias y hostigando a las que quedan. Al
* Estudiante en la Maestría de Estudios Latino Americanos,
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad
Nacional del Cuyo, Mendoza, Argentina. En Paraguay está
investigando la erosión de la cocina tradicional en las
comunidades afectadas por el monocultivo de la soja, en
BASE-Investigaciones Sociales.
26
Las fotos fueron tomados por el autor. La primera muestra
una mesa campesina en la colonia Tierra Prometida, Itakyry,
Alto Paraná. La segunda muestra una cocina campesina en la
colonia Yerutí, Curuguaty, Canindeyú.
tema del mes
contrario de lo que dicen los medios, los sojeros
no están alimentando al mundo, y mucho menos
a Paraguay. Según un estudio reciente del Grupo
ETC (ETC Group), casi 40% de las provisiones
globales de granos van para alimentar animales,
la mayoría de los cuales son consumidos en los
países ricos del norte1. Este porcentaje es mucho
más alto cuando se trata de la soja. Siete de cada
diez reses que produce Paraguay van al exterior,
lo cual explica en buena medida por qué resulta tan caro comprar la carne. En cambio, según
el mencionado estudio, campesinos alimentan a
más de 70% de la población mundial.
La producción agroexportadora mina las bases alimentarias de las comunidades campesinas
y así fomenta su salida de las comunidades, las
cuales inevitablemente se convierten en sojales
o pasturas. De este proceso el Estado paraguayo
es plenamente cómplice al no proveer las condiciones básicas para desarrollar una vida digna en
las comunidades rurales.
A veces la dominación es directa; la deriva de
una fumigación en un sojal llega a la chacra de
una familia campesina; se secan los porotos; se
caen las frutas de los árboles; mueren los chanchos y las gallinas por tomar agua envenenada.
O el pasto sembrado por avión por los ganaderos, cae en la chacra, crece más rápido que los
cultivos, y la familia, incapaz de carpir todo, es
forzada a su producción.
Otras veces, el proceso es más sutil. En las
últimas dos décadas, animadas por los llamados
proyectos de desarrollo promovidos por el Banco Mundial e implementados por el Ministerio
de Agricultura, muchas familias de las comunidades rurales fueron tentadas a plantar soja para
salir de su pobreza, sin saber que la soja no es
para el pobre. Sacaban crédito para mecanizar
sus tierras y para la compra de los insumos –semillas transgénicas, agrotóxicos, fertilizantes
químicos, servicios de siembra, fumigación y
cosechas contratados con los brasileños–, cuando les salió mal, quedaban con la deuda. Refinanciaron con el silo, apostando en la próxima
cosecha. Cuando ésta salió mal, los hijos buscaban changas o salían de la comunidad para trabajar en las ciudades; la familia sentía presión
Nº 312 - Marzo 2011
para vender sus tierras. Funcionarios corruptos
del Indert (el ente estatal responsable para el
arraigo de las comunidades campesinas) se enriquecieron jugando el papel de inmobiliario y
encontrando compradores por las tierras entre
los brasileros.
Cuando las tierras de las comunidades se mecanizan y los campesinos emigran, se sustraen
superficie de la producción alimentaria y mano
de obra de las chacras. Cuando los hombres salen a buscar changas en las estancias o haciendo
carbón, descuidan sus chacras y baja su producción en términos de cantidad y diversidad. La
reducción en biodiversidad tanto en la chacra
como en la región –resultado del desmonte depredador de los sojeros y ganaderos–significa
que los cultivos resisten menos a las plagas y
a los extremos del clima, éste más violento y
menos predecible que antes por la misma destrucción ambiental. La familia campesina, sin
seguros para sus cultivos, ni quién la alimente
cuando pierde su cosecha, es la más vulnerable
al cambio climático.
La emigración de los jóvenes para terminar
el colegio para buscar trabajo significa un corte en su aprendizaje en el campo. El ritmo del
trabajo y de los estudios en las ciudades provoca un cambio en la dieta de los jóvenes, en vez
de platos elaborados, comen comidas rápidas
–sándwiches y empanadas–. Viven en un entorno urbano que desprecia abiertamente al campesinado, tildándolo de haragán e ignorante, y
descalifica su conocimiento. Mientras tanto, hay
menos brazos en la chacra y menos manos en
el hogar; se recortan la plantación y la preparación de alimentos. Las mujeres quedan solas en
la casa sin ayuda para cuidar a los hijos menores. La sobrecarga laboral crónica que soporta
la mujer campesina redunda en las comidas que
elige cocinar. Con menos alimentos disponibles
y menos tiempo para prepararlos, frecuentemente se opta por comidas de conveniencia, fideos
o arroz, en vez de platos cuya preparación lleva más tiempo, como el vorí vorí o el locro. La
dieta campesina sufre en términos de variedad y
nutrición, y los hijos menores adquieren hábitos
alimentarios y gustos que los alejan de las comidas tradicionales.
27
Los efectos de la emigración no se restringen
a la finca familiar. La ida de las familias campesinas reduce la producción global de alimentos en la comunidad, y las redes de intercambio
claves para la producción y distribución de alimentos se descomponen. Experiencias y conocimientos integrales a la agricultura y la cocina
campesina desaparecen con los migrantes, y así
la posibilidad de su transmisión. Al haber menos alimentos producidos en la comunidad, las
familias pasan a depender más de los almacenes,
y de allí del sistema agroalimentario dominante.
La tortilla de harina de trigo frita en aceite de
soja reemplaza al mbeyú y el rorá. Participan
menos en su propia alimentación; es decir, la
cultura campesina incide cada vez menos en sus
dietas, y comen cada vez más alimentos industrialmente procesados en desmedro de su salud
y de la economía familiar.
Si el efecto para las familias que quedan en el
campo es grave, es peor para las que se van a la
ciudad. Cada familia forzada a salir del campo
significa un tatakuá menos que se prende para
hacer la chipa de Semana Santa. No hay leña en
las periferias urbanas donde se concentran los
campesinos expulsados; sin tierra no hay maíz
ni mandioca; sin trabajo, tampoco hay plata para
comprarlos. Estas familias no solo pierden su
derecho de practicar y reproducir un rito central
a su cultura, pierden la experiencia vivida en que
el conocimiento de este rito es traspasado de una
generación a otra. Sin estas experiencias vividas
y sin espacios para desarrollarlas, los jóvenes
crecen sin aprender, y los abuelos se vuelven obsoletos portadores de conocimientos autóctonos
que ya no encuentran el lugar de su aplicación.
Se destruyen los espacios fundamentales para
la reproducción de la cultura alimentaria paraguaya entre las mismas clases quienes son sus
progenitores.
El karú guazú
Por haber nacido en el campo entre familias
que compartían condiciones de vida parecidas y
en comunidades donde predominaban relaciones
de igualdad y solidaridad, la cocina paraguaya es
sumamente democrática. En ella, no existe una
alta cocina, como el haute cuisine de la oligar28
quía francesa o la comida imperial de la china.
El karú guazú no es un banquete exclusivo, sino
todo lo contrario, es una celebración familiar y
comunitaria en el sentido más amplio de estas
palabras. Es una fiesta inclusiva en que participan todos y todas y al que cada persona aporta
lo que pueda de su chacra y de su trabajo. El
tema es que ahora la participación de las familias campesinas está negada y sus aportes usurpados. Irónicamente, solo el rico puede comer
como el mboriahu ryvatã. La comida paraguaya, y en ella una parte importante de la cultura
paraguaya, como tantos otros bienes comunes,
se queda en las manos de una pequeña élite que
retiene las posibilidades de practicarla, aunque
el afán de éstos por todo lo ajeno, por la cultura
comprada del norte que ellos tanto promueven
en los medios de comunicación, pone en duda si
realmente quieran hacerlo.
La importancia de la cocina campesina y
por extensión de la agricultura campesina no se
deriva de una nostalgia por el pasado. Su valor,
como cualquier aspecto de la cultura, reside en
su capacidad de darnos una forma de entender el
mundo en que vivimos, y, más aún, en su capacidad de ofrecernos una guía práctica para orientar
nuestra vida. La cocina campesina en su mejor
expresión representa una forma de vivir de la
naturaleza y como parte de ella sin destruirla y a
nosotros mismos en el proceso.
La familia campesina vive con economía de
energía actual, de la energía que el sol engendra en sus cultivos y de la energía que el bosque
guarda y reproduce en su madera. La producción
mecanizada vive del petróleo, de energía acumulada, como el hijo pródigo que derrocha sus
ahorros. Mientras el sojero sale en sus tractorazos para reclamar subsidios al gasoil, el campesino pocas veces tiene que salir de su finca para
obtener la energía que necesita. Se estima que
lleva cuatro veces más energía producir un alimento en la cadena agroindustrial que producir
el mismo alimento por métodos tradicionales.
Empero, el sojero no solo derrocha los ahorros
de él sino los ahorros que pertenecen al pueblo
paraguayo: la fertilidad de sus suelos, las riquezas de sus montes y sus aguas abundantes.
tema del mes
Destrucción de la armonía de la comida
de la familia campesina y el ambiente
Más importante aún, la familia campesina
obtiene sus alimentos de donde vive, y así debe
cuidar la tierra para seguir disfrutando de su uso.
En cambio, el sistema alimentario industrial
produce un distanciamiento entre el consumidor
y la fuente de su alimento. El consumidor come
sin pensar en las consecuencias de su dieta. Así,
las ciudades exportan al campo y los países del
norte exportan al sur la destrucción ambiental
que provocan sus dietas insostenibles. Mientras
tanto, unos pocos empresarios se enriquecen
vendiendo la patria como pastura.
Los valores que guían la agricultura campesina buscan vivir dentro de los límites de la naturaleza; la agricultura moderna busca dominarla
y trastornarla para crear condiciones aptas para
la ganancia. En la soja transgénica, por ejemplo,
la biotecnología cruza dos especies no para mejorar las calidades alimenticias de la soja, ni siquiera para mejorar sus rendimientos, sino para
hacerla resistente a un agrotóxico que unas pocas
empresas venden a ganancias extraordinarias.
¡Y ahora inventan hasta un salmón transgénico!
Franz Hinkelammert, filósofo latinoamericano,
compara a la ciencia moderna como un torturador que somete la naturaleza a torturas para que
devele sus secretos2. El problema con el método
es que, al igual con la tortura, los límites solo se
conocen cuando se han pasado, y la víctima ya
está muerta.
Comer el veneno es suicidarse; comer al costillo de la naturaleza es suicidarse lentamente.
De la misma forma que la cultura nos ayuda
en determinar qué es comida y qué no la es, la
cultura también nos da pautas en cuanto a cómo
producir alimentos suficientes y sobrevivir la
experiencia. Arrasar con prácticas comprobadas
durante milenios a favor de modos de producción que en poco más de un siglo y medio han
arrimado la naturaleza a sus límites y con ella
la vida humana es una apuesta poco segura al
futuro.
No se trata de glorificar la cultura de la comida campesina indiscriminadamente para refugiarnos en un tradicionalismo férreo. Se trata
Nº 312 - Marzo 2011
de evaluarla desde la coyuntura del presente,
un presente en que miles de paraguayos sufren
hambre y las riquezas natural y humana del país
se destruyen para engordar las vacas de los países norteños. Se trata de reconocer en el comer
campesino los no pocos elementos que nos sirven para comer y vivir mejor en el Paraguay y
asegurar que generaciones futuras pueden hacer
lo mismo. Se trata de ser flexible en incorporar
en nuestro comer nuevos valores y nuevos conocimientos: igualdad de género y más respeto
para las culturas y conocimientos indígenas, por
ejemplo. Se trata de ser flexible también frente al conocimiento científico, y sin reconocerlo como conocimiento único aprovechar de los
méritos que ofrecen los nutricionistas e incluso
los ingenieros agrónomos siempre y cuando sus
investigaciones se dirigen al bien común y no
hacia el lucro de pocos.
Si bien la crisis es cultural, la solución es política. Comer es un acto político, especialmente
en un país donde los principales terratenientes
también son los principales industrializadores
de alimentos y los dueños de los supermercados,
y todos guardan vínculos estrechos con la dictadura stronista. Asegurar la soberanía alimentaria
paraguaya y así fortalecer los elementos de la
cultura campesina que guardan promesa para
superar la crisis alimentaria y la crisis ecológica
de que padece el país, depende de una reforma
agraria integral que no se agota en la entrega de
tierras. Hace falta una amplia red de políticas
públicas que permite a los campesinos vivir bien
en las comunidades rurales, y así cuidar la tierra
y alimentar al pueblo paraguayo.
Si nuestra comida incide en nuestra identidad, si materialmente y simbólicamente somos
lo que comemos, entonces determinar soberanamente qué vamos a comer y cómo lo vamos
a producir, es decidir como un pueblo quiénes
vamos a ser.
1 ETC Group. 2009. ¿Quién nos alimentará? Preguntas sobre
las crisis alimentaria y climática. Comuniqué, Nº. 102.
2 Hinkelammert, Franz. 2001. El nihilismo al desnudo: Los
tiempos de la globalización. Santiago, Chile: Lom Editorial.
29
Las corporaciones
multinacionales de
la alimentación
Gustavo Duch Guillot y
Fernando Fernández Such*
La historia política del campesinado nos
muestra la opresión y vulneración de derechos
a la que ha sido sometida como clase social
desde siempre. Millones de esclavos y esclavas
africanas fueron conducidos desde sus tierras
a América Latina para emplearlos como mano
de obra en cultivos como el azúcar, el café o el
cacao. Millones de campesinos y campesinas
han sido desplazados de sus tierras por los
intereses de unos pocos negociantes que han
sustituido los cultivos de alimentación básica
y sustento de esas familias, por cultivos para la
exportación y el lucro.
Millones de campesinas y campesinos han
sido reconvertidos en mano de obra asalariada
de las grandes agroindustrias, o simplemente
se han visto obligados a emigrar, repitiendo la
historia. Muchas niñas y niños en el medio rural de todo el mundo están obligados a trabajar
en fincas agrícolas de señores feudales. Y desde
siempre, junto a este panorama, empresas agrarias –como las famosas bananeras, que dieron
el despectivo nombre a según qué repúblicas–
jugando un destacado papel en la pauperización
del campesinado.
Un poder creciente
A principios de los noventa, y gracias al patrocinio y expansión de la Revolución Verde,
*Cristianisme í Justicia. Barcelona. Noviembre, 2010.
30
internacionales
las empresas agrarias (semilleras, de fertilizantes, de pesticidas, de maquinaria, etc.) con una
presencia ciertamente significativa en el sector,
eran ya consideradas una amenaza latente por su
capacidad de influencia en las negociaciones políticas impulsando con fuerza el modelo industrial de agricultura que destruía la biodiversidad
agrícola, mientras decía promover la producción
y la abundancia de alimentos.
Bajo la globalización económica y las políticas neoliberales características de estos veinte
años, el poder corporativo en el sistema alimentario ha crecido tanto, acapara tantas relaciones
y segmentos de la cadena alimentaria, que hoy
podemos decir sin miedo a equivocarnos que
son las corporaciones quienes fijan las reglas
globales, mientras los gobiernos y la investigación pública siguen sus directrices. Las corporaciones utilizan todo su poder para expandir los
monocultivos; intentan acabar con los sistemas
campesinos de posesión, usos e intercambio de
semillas; buscan el control de la genética animal;
integran los modelos de producción en todos los
segmentos; e incluso las corporaciones situadas
al final de la cadena agroalimentaria han logrado
capturar cuotas muy altas en la distribución de
alimentos en perjuicio de los mercados locales.
En todos los eslabones de la producción alimentaria se ha producido este hecho. En el año
2007 los datos disponibles mostraban ya una
imagen extremadamente peligrosa.
Las cinco grandes transnacionales alimentarias generan el 75% del comercio mundial de
cereales. Cargill controla el 42% y el 33% de las
exportaciones en Estados Unidos de maíz y soja,
respectivamente.
Cercanas al sillón de la política
Este papel hegemónico de las multinacionales de la alimentación ha encontrado un paraguas institucional y normativo favorable en la
propia OMC, sin embargo este proceso hubiera
sido mucho más difícil de no haberse producido
desde su inicio una confluencia de intereses y
actores entre los gobiernos de los países negociadores y las multinacionales.
Desde la propia negociación de los acuerdos
hasta la composición de los grupos de trabajo y
comisiones tenemos cientos de casos que muestran esta complicidad de intereses, lo que se conoce en el argot, como “puertas giratorias”.
Uno de los casos es el de M. Daniel Amstuzt. En 1993 era un alto cargo de Cargill, y
abandonó el puesto para ser nombrado representante de los Estados Unidos para el Comercio
en el momento final del GATT y de creación
de la OMC. Pasado un tiempo se reincorporó
PRODUCTO
CONTROL DEL MERCADO
COMPAÑÍAS
Trigo, Maíz
y Soja
6 compañías controlan el 85%
Cargill, Continental, Louis Dreyfus, Bunge et Born, Toepfer
Café
6 compañías representan el 85%
Rothos, Cargill, Aron, Volkart, Socomex,
ED&F Man
Azúcar
4 compañías representan el 60%
ED&F Man, Sucden, Phibro, Tate and Lyle
Bananos
3 compañías representan el 80%
United Brand, Castle&Coock, Del Monte
Cacao
3 compañías representan el 80%
Gill et duffus, Berisford, Sucden
Té
3 compañías representan el 85%
Unilever, Lyons-tetley, Ass. British food
Nº 312 - Marzo 2011
31
a Cargill. Arthur Dunkel, coordinador general
del GATT entre 1980-1993, pasó al consejo de
administración de Nestlé. Su sucesor, Peter Sutherland, acabó en BP. Michael Kantor también
realizó un viaje de ida y vuelta entre Monsanto y
la Secretaría de Estado del Comercio americana.
El antiguo comisario europeo de comercio, Lord
Brittan of Spennithorne, dejó sus funciones públicas en 1999 y pasó al consejo de administración de Unilever. Otro caso destacable ha sido
el de Kraft, la Señora de los chocolates Milka,
las galletas Oreo y los quesos Philadelphia y El
Caserío, entre muchas marcas más. Hasta la primera mitad de este año “crítico” 2009 Kraft había generado unas ganancias de 1.487 millones
de dólares, lo que supone un aumento del 10,6%
respecto de 2008. Entre estos dueños destaca el
mayor accionista, el Sr. Warren Buffet, uno de
los tres hombres más ricos del mundo y asesor
“para negocios y finanzas” de Mr. Obama, al que
Kraft apoyó económicamente en las elecciones
presidenciales
La desregulación de mercados junto a las
indicaciones (y presiones) del Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y de la Organización Mundial de Comercio ha conducido a
muchos países a diseñar políticas agrarias enfocadas a la agroexportación, a la venta de sus
materias primas, como fórmula de desarrollo del
país. Y, como se ha podido constatar, en definitiva, les ha llevado a una pérdida de su soberanía
alimentaria, con la consecuente vulnerabilidad
alimentaria de la población. Existe una regla que
se cumple a la perfección: a más agroexportación, mayor participación de los agronegocios y
menos oportunidades para el sector campesino.
Subidas al carro de la Revolución Verde
La agricultura industrializada (la Revolución
Verde) funciona como un paquete único donde
todo encaja y nada puede salir de él. Se utiliza
una variedad muy específica de semillas, con
sus agrotóxicos asociados, con unas pautas de
riego y fertilización muy estrictas en grandes
plantaciones donde apenas hay presencia de manos campesinas. Bajo esta horma sólo encaja la
participación de grandes corporaciones, muchas
32
veces en varios eslabones, lo que ha favorecido
su expansión.
El caso más dramático e ilustrativo es el explosivo crecimiento en las ventas de semillas de
soja transgénica de Monsanto que, desde 1996,
acompañó la expansión masiva de las plantaciones de soja de exportación en Argentina, Brasil y
otros países del Cono Sur. Pero también tenemos
otros ejemplos, como los programas por parte de
la China de introducción de semillas de arroz híbrido para potenciar su cultivo en terceros países
del área para luego de nuevo exportarlos hacia la
misma China.
Si queremos observar la evolución del poder
de las corporaciones en los últimos veinte años,
podemos hacer un paralelismo con la expansión
de las “plantaciones”, es decir, de monocultivos
industriales. Mientras que en 1995 el cultivo de
soja ocupaba 61 millones de hectáreas, en el año
2007 ascendieron a 92. En el caso de la palma
africana, la extensión pasó de 5,5 millones de
hectáreas a 13,2 millones. La caña de azúcar
pasó de ocupar 18,5 millones de hectáreas de
la tierra a 22,7 millones y los árboles de rápido crecimiento en su mayor parte destinados a
la fabricación de pasta de papel pasaron de 137
millones a 185 millones. La conclusión es clara: este tipo de cultivos asociados a las grandes
corporaciones (y que por cierto ninguno de los
cuatro se dedica a la alimentación humana) ha
aumentado hasta ocupar un 20% del total de
áreas cultivadas del planeta.
Es obvio que todas estas circunstancias (y
no las catástrofes naturales, como muchas veces
nos quieren hacer creer) son la causa principal
de las grandes dificultades que tiene el pequeño
campesinado para mantenerse en sus tierras.
Y ahora disfrazadas de solidaridad
En estos momentos existe una serie de programas para desarrollar una segunda vuelta a la
Revolución Verde, ahora en África. Encabezado
por un grupo de grandes corporaciones y fundaciones como Gates o Rockefeller, se propagan una serie de proyectos que favorecerán la
instalación de dichas empresas en África, donde
internacionales
podrán ampliar sus negocios y su mercado, desplazando los sistemas públicos nacionales.
Según explica GRAIN “el esquema típico
que siguen es facilitar la ejecución de proyectos
de instalación de pequeñas compañías semilleras, que establecen canales de comercialización
y montan redes de productores de semillas. Tarde o temprano la mayoría de estas pequeñas
semilleras será comprada (o aplastada) por las
grandes transnacionales”. La presencia de estas
empresas y este modelo agrícola en África va
acompañada de mucha información y propaganda en la línea de “progreso y lucha contra el
hambre”. También disponen de los mecanismos
necesarios para contar con el respaldo de las administraciones locales que favorecerán cambios
en las regulaciones de semillas, en las leyes de
propiedad intelectual y en la legislación de bioseguridad, según convenga a sus intereses.
Lo que la experiencia demuestra es que este
proceso erosiona principalmente los sistemas
semilleros del pequeño campesinado, aumenta
su dependencia y aumentan sus costes de producción. Y no necesariamente generarán más
beneficios económicos, pero sí, seguro, habrán
perdido suficiencia alimentaria. La participación
de Fundaciones solidarias como Gates no deja
de ser preocupante y distorsionadora. Sólo en el
mes de septiembre del 2010 Gates ha donado 8
millones de dólares para favorecer la entrada de
Cargill y su soja en África y ha invertido 23,1
millones de dólares en Monsanto. Lo más curioso es que la puesta de largo de este plan fue durante la Conferencia de Alto Nivel celebrada en
Madrid en el año 2008 recién estallaba la crisis
internacional y cuando la crisis alimentaria había disparado el número de personas hambrientas hasta la cifra de 1.000 millones.
después del terremoto del 12 de enero. Para ello,
informó el ministro, más de 65 mil hectáreas de
tierra han sido beneficiadas con tractores que
preparan el suelo, fertilizantes, pesticidas y formación para los agricultores. Lo que no ha sido
dicho ni por la Monsanto, ni por el Ministerio
de la Agricultura haitiano, es que esas semillas
híbridas de maíz sólo podrán cumplir sus promesas de productividad y adaptación al clima
tropical haitiano si son tratadas con herbicidas,
fertilizantes y productos químicos específicos,
que no por casualidad son producidos por la propia Monsanto. Eso significa que los agricultores
haitianos que reciban las semillas híbridas sólo
conseguirán volverlas productivas si adquieren
los herbicidas y fertilizantes de la Monsanto.
Además, las familias campesinas no podrán
reaprovechar las semillas que broten de ese maíz,
ya que una de las características de las semillas
híbridas es que sólo su primera generación es
adecuada para la siembra. Si quisieran continuar
produciendo en la próxima siembra, los campesinos tendrían que comprar nuevas semillas de
la Monsanto.
Otro ejemplo de solidaridad disfrazada es
la de la ya citada multinacional Monsanto. La
empresa estadounidense donó semillas transgénicas a Haití. El ministro de Agricultura haitiano
aseguró que las semillas donadas por Monsanto
no eran transgénicas y que eran sólo semillas híbridas adaptadas a las condiciones tropicales de
Haití. La donación formó parte de una campaña
del ministerio para reactivar el sector agrícola
Nº 312 - Marzo 2011
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Herencia guaraní
en la Independencia
Nacional
Margot Bremer, rscj
Sin lugar a dudas, el pueblo paraguayo que
hoy habita estas tierras guaraníticas lleva dentro de sí una gran herencia de la cultura guaraní.
Esta herencia había entrado también en la gesta
histórica de la Independencia y ha seguido marcando e impulsando a todos los intentos populares de independización a lo largo de los últimos
dos siglos. Demostrar este legado es propósito
de este artículo.
1. Conquista española y Resistencia
guaraní
La Conquista española ha iniciado el proceso
de una nueva cultura y civilización en esta tierra. Especialmente la cultura guaraní ha entrado
activamente en este proceso por su espontáneo
contacto inicial con los nuevos invasores. Según
Branislava Susnik, “el fenómeno de la conquista es un fenómeno humano… que representa el
primer paso en la formación de todas las civilizaciones… lo que significa el cambio sociocultural y sociopolítico. La conquista… siempre es
el inicio de una nueva fase de la civilización.
Ya antes de la venida de los españoles, en este
Continente habían conquistas como la incaica,
la azteca, la maya”1. Y con el intento de los españoles de conquistar y dominar, van mano a
mano los múltiples intentos de los guaraníes a
independizarse de la colonización para recuperar su autonomía política.
34
pensar y creer
En este sentido, los próceres del 14 de mayo,
en su gran mayoría mestizos guaraní-españoles,
en su gesta liberadora de la corona española,
portaron una fuerte herencia guaranítica de resistencia y lucha por independencia de trescientos años, es decir, desde la conquista y sucesiva
colonización hasta dicha fecha.
2. La Resistencia guaraní comienza con la
lengua
Al llegar los españoles por el río Paraná hacia
lo que hoy es Asunción, ellos fueron bien recibidos por los carios guaraníes. Estos pobladores
originarios al principio les dieron el nombre karaí, que se aplicaba a personas o cosas sagradas;
a la vez, fue la designación para cristianos refiriéndose a su religión. Pero pronto, al cambiar
los españoles su trato con ellos, el término se llenó de ambigüedades en la medida de las contradicciones en el proceso colonial. El nombre karaí en su doble significado de señor extranjero y
cristiano y más delante también se nombraba así
a cualquier guaraní bautizado, perdió su significado original y se llenó de desprecio. Un poco
más de un siglo más tarde de la llegada de los
conquistadores, en 1639, Montoya anota en su
famoso Diccionario de la Lengua Guaraní que
karaí significa astuto, mañoso, lo que los guaraníes antes aplicaron a los hechiceros malos2,
pero ahora a los españoles y todos los cristianos.
Es el reflejo de una transformación de “amigos y
cuñados” en “enemigos e invasores”. El cambio
de un significado de reverencia a otro de desprecio que se manifiesta en el uso de la palabra
karaí da pie a la interpretación de un primer intento de toma de consciencia guaraní de distanciamiento y oposición interior, aún desapercibida por los españoles. Una toma de conciencia
que impulsaría a los guaraníes al deseo de independizarse de aquellos. Este nuevo desprecio
a los invasores se expresa en una carta dirigida
a España de uno de los conquistadores: “llegamos así a que los carios nos llamen ladrones,
adúlteros y sinvergüenzas”3. En una “conquista
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espiritual” es la lengua guaraní que finalmente
venció a los españoles, haciéndoles hablar su
lengua nativa, lengua del aparentemente vencido, lengua que hasta hoy hablan los paraguayos.
Es una de las máximas manifestaciones de independizarse interiormente. Fue el frustrado intento del vencedor que suele dominar con su lengua
al “vencido” con su pensamiento, su saber y su
cosmovisión.
En la medida en que aumentaban dominación y explotación, en esta misma medida creció
en los guaraníes la resistencia, siempre acompañada y sostenida con el sueño de recuperar su
antigua soberanía.
3. La Independencia es inherente al
Guaraní
Siempre se habla en la historia oficial de las
armónicas alianzas y tratados hispano-guaraníes
y del mestizaje romántico guaraní-español, pero
se suelen olvidar los numerosos levantamientos
y rebeliones guaraníes. Según Melià4 entre 1537
y 1616 había nada menos que veinticinco rebeliones guaraníes contra la colonización, un signo
evidente de deseo de independencia.
Los guaraníes buscaron de diferentes maneras liberarse del yugo de la opresión; no suportaron la imposición de una cultura ajena, necesitaban volver a ser verdaderos guaraníes y esto
significaba: ser independientes. La nueva forma
de explotación con la encomienda (1556) amenazaba seriamente con la destrucción de todo el
sistema cultural guaranítico. Muchos huyeron al
monte en busca de libertad, volviendo a las tradiciones de su cultura. Desde allí surgieron varios movimientos mesiánicos con la finalidad de
“que tornen… a sus cantares pasados, a que son
inclinados de su naturaleza”5. Bartomeu Melià
comenta poética y proféticamente que “durante
décadas los guaraní cantarán la epopeya de su
libertad amenazada en sus danzas de liberación;
y la represión colonial será despiadada”6.
35
En una ocasión se preparó un gran motín
contra los españoles para el cual se unieron varios caciques (de Acahay, Quindy, Quyquyo,
Caazapá y otros) y quizás hubieran conseguido
la ansiada independencia si no hubiesen sido
traicionados por una sirvienta guaraní. Como
siempre, la razón última de aquella rebelión ha
sido la recuperación de la independencia que es
la dignidad guaraní. En aquel momento histórico ya no se experimentaron tratados como parientes, sino como tapi´í, que significa esclavo,
ser menor a quien se puede imponer la lengua
del opresor.
Otra gran revuelta guaraní desencadenó el
cacique Tavaré cuando los guarambarenses bajo
su cacique Aracaré se negaron acompañar a Alvar Núñez Cabeza de Vaca en una expedición
al Chaco y éste, como castigo de aquella rebeldía, ordenó el ahorcamiento del cacique. Ante
este hecho, los parientes y vecinos del asesinado, por su principio de reciprocidad, se unieron
bajo el mando del cacique Tavaré, a vengar la
muerte de Aracaré. Sin embargo, el poder de las
armas de fuego fue superior al de los arcos y
flechas. Tavaré se sintió obligado a solicitar la
paz a los españoles al ver que la mayoría de los
suyos huyeron al monte por miedo a las armas
españolas.
Una curiosidad es que en aquel momento de
la historia se daba una inversión en el uso del
significado de independencia que se pone a la
vista simultáneamente en el grupo español y el
guaraní: pues mientras que los guaraníes se habían articulado para vengar la muerte indignante de uno de los suyos, por su gran sentido de
independencia y dignidad, el grupo de españoles en Asunción hicieron una revuelta, tomaron
preso a Alvar Núñez y le enviaron como reo a
España por una causa vergonzosa. Alvar Núñez
había intentado imponer una reglamentación sobre el trato de los indios. Pero sus compatriotas
buscaban independencia individual para poder
“ir a su manera y con su manera a civilizar a
los indios”7. Branislava Susnik menciona que
“por primera vez corrió en Asunción el grito
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de “libertad”8, pero aquí se trata más de una
búsqueda de independencia para el libertinaje
(“libertad para civilizar”), mientras que los caciques guaraní y su gente arriesgaron y dieron
su vida para poder vivir independientemente la
propia cultura con su pueblo en plena la soberanía. En los ojos del conquistador los guaraníes
eran rebeldes, insurgentes y desobedientes por
levantarse contra el sistema colonial, ajeno a su
cultura. Existía una gran diferencia entre la organización guaraní y el concepto occidental de
gobierno; eran y siguen siendo dos realidades
diametralmente opuestas. José Zanardini enfatiza que esto hace comprender “la problemática
de relaciones y la dialéctica en los conflictos”9.
Hoy día es un derecho reconocido universalmente por las NN.UU. de que cada pueblo indígena pueda vivir su propia cultura. ¿El Estado
paraguayo independiente vela suficientemente
sobre estos derechos a los indígenas del país?
4. Fondo religioso de la Independencia
guaraní
¿De dónde sacaron los guaraníes la fuerza de
rebelarse contra la dominación y dependencia?
Iban en busca de recuperar su independencia por
amor a su cultura e identidad guaraní, para ellos
unos de los dones más grandes que Dios les había dado. Hasta hoy podemos escuchar decirles:
“Ñamandú nos hizo guaraní y debemos vivir y
morir como guaraní”.
La gran mayoría de las rebeliones guaraníes
fueron impulsadas por motivos mesiánicos, que
surgieron de su tradición religiosa, enriquecida
por la religión cristiana que para los españoles
católicos significaba una clara herejía: “volvían
a sus idolatrías, profanando el santo bautismo”
(1577) o: “por causa de ciertos cantores que
con sus cantos les hacen cometer algunas ceremonias y ritos con que se apartan del servicio
de Dios y no vienen a servir a sus encomenderos” (1589). A partir de la reafirmación en sus
propias tradiciones religiosas, los guaraníes en
las encomiendas lucharon principalmente por la
pensar y creer
independización y liberación de un trabajo de
servidumbre.
El caso más famoso de levantamiento religioso es el de Overá, guaraní bautizado y “señor
de la palabra”. Overá se presentó con rasgos mesiánicos cristianos como salvador de su pueblo.
Se proclamaba “hijo del verdadero Dios”, quien
vino por la liberación de su pueblo. Propuso que
fueran borrados los nombres españoles a todos
los guaraníes que los cristianos les habían impuesto en el bautizo y que volvieran a rebautizarse en sus antiguos ritos, en los que el chamán
les daba un nombre revelado por Dios, por supuesto nombre guaraní. Era el momento en que
los guaraníes recomenzaron a orar según sus antiguas tradiciones, cantando y bailando.
Estos numerosos levantamientos religiosos
fueron una respuesta profética a una indebida
dominación. Más que mero intento de liberación
e independización política, ha sido una búsqueda de volver a ser ellos mismos, es decir, a ser
guaraníes. Esto solamente se iba a conseguir con
plena independencia, la que incluye “una afirmación a su identidad y una voluntad de autenticidad, permaneciendo en el modo de ser tradicional, específicamente religioso”10.
En esta ocasión se confirma la palabra de un
indígena iroquese: “La conciencia espiritual es
la más alta forma de política”. Podemos concluir que los múltiples intentos guaraníes de independización en la época colonial fueron impulsados por el sueño de revitalizar los mitos y
ritos tradicionales de la propia cultura guaraní.
Encontramos aquí un concepto de independencia que es inherente al guaraní y que se fundamenta en una profunda espiritualidad, nace de
una cosmovisión grande que nos desafía hoy a
repensar nuestras propias dependencias heredadas de otros sistemas.
Reflexión conclusiva
Con esta herencia guaraní actuaron nuestros
héroes el 14 de mayo 1811. También sigue presente esta herencia en los descendentes de aqueNº 312 - Marzo 2011
llos que no entraron como héroes en la historia
paraguaya a pesar de que actuaron como tales. A
su espíritu independista, ellos están resistiendo
a toda clase de dependencias desde más de 500
años.
Si queremos celebrar este año nuestra Independencia Nacional, no debemos olvidar a este
gran pueblo guaraní del que hemos heredado el
espíritu de independencia. Un poema de Bartomeu Melià sintetiza esta herencia desafiante con
las siguientes palabras:
“¡Singular y asombroso el destino de un
pueblo como los guaraníes!
Marginados y periféricos, nos obligan a pensar in fronteras.
Tenidos como parcialidades, desafían la totalidad del sistema.
Reducidos, reclaman cada día espacios de
libertad sin límites.
Pequeños, exigen ser pensados a lo
grande”11.
1 Susnik, La Independencia y el Indígena, Asunción, 2010, 14.
2 Meliá, El Guaraní conquistado y reducido, Asunción, 1986,
29.
3 Carta de Rivadaneira al Consejo de Indias en Sevilla, escrita
en 1539, citado en B. Susnik, La Independencia y el Indígena,
Asunción, 2010, 33.
4 Cf. Melià, ibid. , 31.
5 CI 1877: 632, citado por Melià, ibid., 31.
6 Melià, ibid., 32.
7 Documentos no citados en: Susnik, Branislava, La Independencia y el Indígena, 38.
8 Susnik, ibid., 38.
9 José Zanardini, Estado bicentenario y Pueblos Indígenas milenarios, conferencia en la Academia de Historia, 28-X-2010.
10 Melià, El Guaraní, conquistado y reducido, Asunción, 1986,
38.
11 Bartomeu Melià, El Paraguay Inventado, CEPAG, Asunción,
1997, 50.
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Ogue javé takuapú
Fides Gauto
Uno de los recientes lanzamientos bibliográficos es el libro de poesía bilingüe de Susy
Delgado, titulado Ogue javé takuapú/Cuando
se apaga el taku. La edición del libro estuvo al
cuidado de la editorial Arandurã. Con este nuevo poemario la autora acrecienta su aporte a la
literatura castellano-guaraní y se reafirma en la
idea de que es posible pensar, sentir y cantar en
nuestras dos lenguas con propiedad y arte.
“Los ecos y repercusiones de las tacuaras
que escanden el canto y la danza de los Guaraníes son el bajo continuo que sin pausa sirven
para la armonía del acompañamiento instrumental. Forman parte esencial del teko marangatu, la religión guaraní. Sin el resonar de las
tacuaras en manos de las mujeres no hay ritmo
ni equilibrio en la fiesta, y la palabra cantada
de los hombres quedaría sin apoyo e imprecisa. Pero esas tacuaras cuyo retumbar satura el
suelo, lo estremece y pasa a través de los pies
a nuestras entrañas, hace tiempo han sido relegadas al olvido y la ignorancia por la sociedad
paraguaya. (…) Y sin embargo, ahí están todavía y es Susy Delgado quien nos los presenta en
palabras, no de pasado, sino de futuro”. Estas
son las sabias palabras de Bartomeu Melià en su
prólogo al poemario, y justamente, cada uno de
los poemas trasmite un mensaje y un reclamo
respecto a la dura realidad en la que vivimos,
pero lo hace apelando al canto originario, al lenguaje simbólico y mítico, uniendo en una misma
expresión poética nuestras raíces culturales guaraníes y españolas.
La obra de Susy Delgado abarca tópicos universales como el paso del tiempo, la naturaleza de la propia poesía o el poder de la palabra;
al mismo tiempo se preocupa de aspectos muy
particulares de la realidad paraguaya, la situación de los niños en las calles, la desesperación
del hombre sumido en la miseria, nuestra realidad lingüística. Lo desemboca en un cóctel más
que interesante de experiencias, sentimientos
e ideas, la visión del mundo de Susy Delgado
siempre se caracterizó por ser crítica y a la vez
enternecedora.
“Susy Delgado hace honra a la definición
de poesía en cuanto palabra creativa –dice más
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arte y letras
adelante Melià dentro del prólogo–; palabra
nunca hecha del todo, porque crece continuamente mientras no se llame a silencio. La poesía crea sin cesar lenguajes apropiados a cada
situación de vida, que son diferentes, pero son
fieles a sí mismos como palabra compartida con
una comunidad de comunicación”.
La autora, por su parte, expresa en una breve introducción: “Vivimos indudablemente un
tiempo en que las cosas se mueven y cambian
vertiginosamente. Una de esas cosas es la lengua, ese elemento fundamental de nuestra cultura y nuestro ser, que a veces ingenuamente
quisiéramos guardar en un cofre bien cerrado,
como se guarda en la memoria todo lo más entrañable, para que no sufra alteración alguna.
Pero estamos en el ojo del huracán, a expensas
de todo lo que arrastra ese viento implacable de
la globalización, de la aculturación, de la pérdida de identidad. (…) Y el escritor, lejos de ser
dueño de la lengua como algunos creen, es apenas una víctima más de esa revolución gigantesca, alguien que puede asumir su condición
de multicolonizado y ofrecer su testimonio”.
Definitivamente, este poemario corresponde a la
opción de ofrecer un testimonio, un testimonio
que merece ser leído con atención.
He aquí el fragmento de uno de los poemas
Nº 312 - Marzo 2011
Vivir
Jeiko
Vivir
Jeiko
buscar
jeheka
arañar
ñekaräi
arrancar cada día el aliento
pytu jeharyvo ára ha ára
del fondo de las sombras
amo pytû ruguaitégui
asumir
jeipyhy
la luz sucia del hambre
ñembyahýi rendy ky’a
la áspera camisa del hastío
kuerái kamisa havara
la puerta de la ausencia.
pore’ỹ okẽ.
Inventar
Tetia’e
las ganas de la bronca
ñeguenohë ñeko’õigui
la risa de la burla
puka ñembohorýgui
la paciencia vulgar del olvido.
ha’arõ kachiãi tesaráigui.
(…)
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