LA IMAGEN CORPORATIVA Y LOS SISTEMAS VISUALES Las relaciones del hombre vienen determinadas por la costumbre, conforme a sus necesidades, y cada vez debe orientar las conductas que despliega a hacerse notar, pues hoy en día se disponen de herramientas de fácil acceso que le permiten cumplir sus metas, pero que al mismo tiempo lo pone a competir con muchos otros tantos que se dedican a la misma actividad, por lo que es imperativo mostrarse distinto a los demás, y así ser reconocido con una connotación positiva. En punto de su rol como empresario, como ejecutivo, surge la necesidad de ser percibido, diferenciado, y de ser identificado por el bien o servicio que su actividad económica organizada presta como empresa. ¿Y a qué se debe ello? A que hay mucha competencia en el mercado y ser reconocido representa el valor agregado a lo que se esta ofreciendo para posicionarse. Por eso, esta ejerciendo un papel protagónico en nuestros días todo lo atinente a marcas, logos, patentes y todo tipo de creaciones del intelecto humano que se pueda representar de modo que sea perceptible por los sentidos, pues esos bienes o servicios, entendidos como creaciones, invenciones o mejoras a algo ya existente, relacionan ese producto con su autor o artífice o simplemente con el empresario que desarrolla cualquier idea. De ahí radica la importancia de la imagen corporativa como concepto; y tenemos que la identidad corporativa es un sistema de signos visuales que tiene por objeto distinguir, facilitar el reconocimiento y la recordación a una empresa u organización de las demás. Es así como se constituye el objetivo de disponer de una imagen corporativa diferenciando y asociando ciertos signos con determinada organización y trasmitiendo elementos de sentido; en otras palabras, aumentar la notoriedad de la empresa. En lo que a materia de diseño respecta, la idea de estructura puede también aplicarse al análisis de una construcción mental entendida ésta como una imagen, por la importancia de la representación gráfica a que debe evocar el receptor la idea para que se bosqueje en su mente y de manera simultánea se de la asociación con la marca, con la entidad que esta ofreciendo el producto o servicio, pues se entiende que todo objeto o fenómeno observable y enunciable, es decir toda realidad q permite ser aislada de su contexto para estudiarla, definirla y evaluarla con independencia de éste, puede ser estudiada como estructura, y con ello comprenderla a través del análisis conceptual. En ese orden de ideas, la identidad visual es la primera expresión de la filosofía de la empresa, de sus objetivos generales, y de su posicionamiento frente a los públicos, en relación con las otras empresas del sector, por lo que se debe estar muy atento y procurar proyectar la marca conforme a cuatro criterios fundamentales de identificación visual, que son la coherencia, la exclusividad, la perceptibilidad y la duración. En cuanto a la coherencia es requisito indispensable para que la identidad sea percibida de una manera contundente, que se logre capturar una imagen mentalmente previo a una ilustración física que se ha definido de manera que no genere confusión. En relación con la tecnología de la identidad visual, debe imponerse una coherencia muy precisa entre los diferentes signos de identidad, observados como un sistema total. El criterio de exclusividad aduce a que se debe expresar la especificidad de la empresa y su personalidad en forma exclusiva ha de ser uno de los objetivos del programa. La identidad visual se basará en la unicidad, del mismo modo q cada empresa es única. La base de la especificidad es la coherencia. La clave en este punto está en la originalidad que se proyecte. La perceptibilidad como criterio es la premisa básica en el nivel inmediato del registro visual, pero ninguna percepción que se quiere eficaz puede permanecer sin trascender este nivel. Considerando que todo mensaje es recibido en tres niveles diferentes pero complementarios: el de reacción sensorial (nivel de sensación), el de reacción emotiva (connotaciones potencial afectivo, seducción), y el de reacción lógica (comprensión, y racionalización del mensaje percibido). De modo que la interacción de estas tres formas de respuestas crea una trama de asociaciones de ideas y con ello imprime y desarrolla una imagen en la memoria. Finalmente, la duración se traduce como el coeficiente de perdurabilidad o la resistencia del sistema de identidad visual al olvido o al desgaste. Los elementos de la identidad visual deben perseguir desde el momento de ser concebidos, una perdurabilidad intrínseca, puesto que ellos han de ser acumulados y conservados en la memoria social, que en últimas es el propósito del empresario en su interés por posicionar su marca. En síntesis, la imagen corporativa guarda una estrecha relación y prácticamente depende absolutamente de los sistemas visuales que se empleen para que lo que esta conceptualizando, conforme a lo que se esté ofreciendo, sea percibido e identificado de manera inteligible por los receptores del mensaje que pretende dar a conocer de manera unívoca el contenido de ese algo que se ha transmitido.