ARTICLE IN PRESS Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Med Clin (Barc). 2009;132(5):186–187 www.elsevier.es/medicinaclinica Editorial ¿Tomografı́a computarizada o gammagrafı́a en el diagnóstico de la embolia pulmonar? Pulmonary embolism: TC or lung scan? Dolores Nauffal Servicio de Neumologı́a, Hospital La Fe, Valencia, España La gammagrafı́a de ventilación-perfusión pulmonar (GVP) ha sido hasta la actualidad la técnica no invasiva de imagen esencial en el diagnóstico de la embolia de pulmón (EP). Sin embargo, sus limitaciones, por una parte, y la gran resolución alcanzada por la tomografı́a computarizada (TC) multidetectora del tórax, por otra, han contribuido a relegarla a un segundo término en el proceso diagnóstico de la enfermedad. El estudio PIOPED1, acrónimo en inglés de Investigación Prospectiva en el Diagnóstico de la EP, estableció los criterios de probabilidad gammagráfica alta, intermedia y baja de EP mediante la evaluación conjunta de la GVP y de la radiografı́a de tórax. Las conclusiones obtenidas fueron las siguientes: a) una GVP normal descartó la posibilidad de EP en la mayor parte de los pacientes; b) el valor predictivo positivo (VPP) de la GVP de alta probabilidad fue del 87%, y c) la GVP estableció o descartó el diagnóstico de EP en el 52% de los pacientes con una radiografı́a normal1. Dados estos resultados, junto con el hecho de que la GVP es una prueba no invasiva y segura, y que la TC no se habı́a aplicado todavı́a al estudio vascular pulmonar, aquélla se convirtió en la primera técnica a realizar a todos los pacientes con sospecha de EP. Sin embargo, el mismo PIOPED mostró sus limitaciones: a) la gran mayorı́a de los pacientes tenı́an una GVP de probabilidad intermedia; b) la GVP fue de alta probabilidad únicamente en el 41% de los casos en que se confirmó la EP en la angiografı́a, la prueba de referencia en esta enfermedad; c) el 64% de los pacientes con GVP anormal no tenı́an EP en la angiografı́a, y d) la variabilidad interobservador en su interpretación fue muy alta, de un 30%, en los casos de baja probabilidad, para descender al 10% cuando la GVP era de alta probabilidad1. Posteriormente los mismos autores del estudio encontraron que el VPP de la GVP mejoraba cuando la probabilidad clı́nica de presentar la enfermedad era mayor. Ası́, la posibilidad de tener una EP con una GVP de baja probabilidad es del 4% cuando la probabilidad clı́nica es pequeña, pero llega al 40% si ésta es elevada; cuando la GVP es de probabilidad intermedia y la probabilidad clı́nica es baja, el riesgo de presentar una EP es del 16%, y del 66% si la probabilidad clı́nica es alta; con la GVP de alta probabilidad y una probabilidad clı́nica pequeña, la posibilidad de EP es del 56%, pero si la probabilidad clı́nica es elevada llega a ser del Correo electrónico: [email protected] 96%2. Por todo ello, y a pesar de las limitaciones antes comentadas, la GVP ha sido la herramienta fundamental en el diagnóstico de la EP hasta el advenimiento de la TC helicoidal. Sin embargo, además de las limitaciones citadas, la GVP tiene otros inconvenientes, como no establecer con seguridad el diagnóstico de EP en pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica, ya que su interpretación se ve dificultada por la presencia crónica de alteraciones de la ventilación en la GVP de estos pacientes, ni ser útil para diagnosticar una recidiva de la EP, pues los defectos de perfusión no llegan a resolverse totalmente en la mayor parte de los pacientes, tal como se observó en un estudio llevado a cabo por nuestro equipo3, en el que sólo un 18% presentaba una GVP normal a los 6 meses del episodio agudo. En el intento de mejorar la interpretación de la GVP en el manejo de los pacientes con sospecha de EP, se han hecho estudios con TC por emisión de fotones simples (SPECT) o tomografı́a por emisión de positrones, cuyo VPP está en torno al 90% si se utiliza un aerosol ultrafino como el tecnecio para el estudio de la ventilación4. De todos modos, la experiencia con la SPECT en este campo es todavı́a escasa y no es un método accesible a un buen número de hospitales. Por otra parte, es recomendable indagar la existencia de trombosis venosa profunda (TVP) de miembros inferiores, que es el origen de la EP en el 80% de los casos, ya que en muchas ocasiones se puede diagnosticar una EP con una GVP de probabilidad intermedia y una TVP demostrada por una técnica no invasiva, habitualmente la ecografı́a Doppler de miembros inferiores. Por este motivo, en el algoritmo diagnóstico habitual, además de la probabilidad clı́nica y de la GVP, figura la ecografı́a Doppler de miembros inferiores. El desarrollo de la TC helicoidal para el estudio de la EP, a partir del trabajo de Remy-Jardin et al5 de 1992, ha supuesto un cambio en la estrategia diagnóstica de la enfermedad. En este estudio los autores encontraron que la rotación espiral de la TC mejoraba la visión del árbol vascular pulmonar y obtuvieron una sensibilidad, especificidad, VPP y valor predictivo negativo (VPN) en torno al 95% para embolias en ramas principales y lobulares de la arteria pulmonar, pero no para las ramas más pequeñas5. A partir de ese estudio la investigación con el fin de mejorar la sensibilidad, especificidad, el VPP y VPN de la TC para diagnosticar embolias en ramas segmentarias y subsegmentarias ha progresado, de manera que hoy esto es posible gracias al desarrollo de la TC helicoidal multidetectora o multicorte. Además se ha aplicado 0025-7753/$ - see front matter & 2008 Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. doi:10.1016/j.medcli.2008.06.013 ARTICLE IN PRESS Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. D. Nauffal / Med Clin (Barc). 2009;132(5):186–187 la técnica al estudio simultáneo de los miembros inferiores para la detección de la TVP. En este punto es obligado referirse al estudio PIOPED II, cuyo objetivo fue analizar la eficacia de la escala de Wells para medir la probabilidad clı́nica y de la TC multidetectora para confirmar y/o descartar la EP, ası́ como averiguar si el estudio simultáneo del tórax y las extremidades inferiores en busca de la TVP en la TC mejoraba los VPP y VPN de la técnica6. Para ello compararon los resultados de la TC, bien sólo de tórax, bien combinada con la de miembros inferiores, con los de la GVP, angiografı́a pulmonar y ecografı́a Doppler de miembros inferiores, evaluando además el grado de probabilidad clı́nica, en 824 pacientes con sospecha de EP6. Los resultados obtenidos fueron un VPP del 96% tanto para la TC de tórax sola como para la conjunta cuando la probabilidad clı́nica de la enfermedad era alta, y un VPN de la TC combinada del 96% si la probabilidad clı́nica era baja6. La sensibilidad y especificidad para la torácica simple fue del 83 y el 96%, y del 90 y el 96% para la conjunta. Los autores concluyeron que la sensibilidad de la TC combinada era mayor que la de tórax y que el VPN de la TC fue elevado cuando era concordante con el grado de probabilidad clı́nica6. Es decir, la probabilidad clı́nica elevada con una TC combinada positiva confirma el diagnóstico de EP, mientras que la probabilidad clı́nica baja y la TC negativa descartan la enfermedad en una gran parte de los casos. A raı́z de la publicación del PIOPED II han surgido estudios a favor y en contra de la realización de la TC como primera y/o única técnica ante la sospecha de EP: en el de Strashun7, por ejemplo, se considera que la TC tiene una eficacia muy superior a la GVP, mientras que en el de Freeman8 se afirma que no hay que desechar las posibilidades diagnósticas de la GVP. Además del PIOPED II, un elevado número de trabajos han evaluado el VPN de la TC multidetectora, bien de tórax sola, bien combinada con la de miembros inferiores, y en la mayor parte de ellos fue superior al 95% siempre que se realizara el estudio de forma conjunta9–11. En el de Pàmies Guilabert et al11 ningún paciente con un resultado negativo en la TC combinada recibió anticoagulación y ninguno presentó TVP ni EP durante los 6 meses de seguimiento, de lo que se deduce que fue seguro no anticoagular a este grupo de pacientes. Las contraindicaciones para la realización de la TC son el embarazo, la alergia al contraste yodado y la insuficiencia renal. Por otro lado, la dosis de radiación es superior a la de la GVP y parece aumentar el riesgo de cáncer de mama en las mujeres en edad fértil12. Sin embargo, la TC tiene una serie de ventajas con respecto a la GVP: a) la posibilidad de diagnosticar la TVP en la misma exploración y no ser por lo tanto necesaria la práctica de la ecografı́a Doppler de miembros inferiores; b) permite descartar y/o confirmar otros diagnósticos; c) es capaz de diferenciar entre trombos nuevos y antiguos, y por consiguiente es útil para diagnosticar una recidiva de EP; d) es eficaz en los pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica; e) puede discernir entre embolias trombóticas y no trombóticas, y f) tiene valor pronóstico. pues un aumento de la relación entre el diámetro del ventrı́culo derecho y el del izquierdo en la TC es un factor de mal pronóstico13–16. Podemos concluir, dado todo lo expuesto, que la TC multidetectora es la primera y única técnica que ha de realizarse a los pacientes con sospecha de EP; que es recomendable el estudio 187 simultáneo del tórax y los miembros inferiores; que debe evaluarse con el grado de probabilidad clı́nica, pues su negatividad, junto con una probabilidad clı́nica baja, permite descartar la posibilidad de EP con razonable seguridad, y que puede reemplazar tanto a la GVP como a la angiografı́a en una gran parte de los pacientes. Cuando la TC es negativa pero la probabilidad clı́nica es elevada, está indicada la realización de una angiografı́a pulmonar. La GVP queda ası́ limitada a las pacientes embarazadas, a las mujeres con riesgo de desarrollar cáncer de mama, a los pacientes con insuficiencia renal y a casos con TVP aislada, dada la alta posibilidad de que presenten una EP asintomática, que puede ocurrir hasta en un 50% de casos17,18. Bibliografı́a 1. The PIOPED investigators. 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