FORMACIÓN DEL PROLETARIADO INDUSTRIAL EN MÉXICO Jorge Isauro Rionda Ramírez Es hasta el tiempo de la república restaurada que el proletariado industrial comienza a prosperar como clase social. La minería es la primera industria que desde tiempos coloniales implementa el pago por salario a sus trabajadores, por lo que es de hecho el sector donde se inicia el proletariado industrial. Otro componente que nutre al proletariado industrial es el de los artesanos tradicionales, quienes lentamente se inscriben a las industrias bajo salario, normalmente aquellos que conociendo el oficio carecen de los instrumentos de trabajo. Muchos de ellos aprendices de oficio donde su maestro es un artesano pero que finalmente encuentran acomodo en alguna industria donde su talento encuentra oportunidad. No obstante las primeras leyes laborales se redactan en tiempos de Maximiliano de Habsburgo, en la época de Don Porfirio su apego a la máxima liberal de dejar hacer, dejar pasar, se aplica a no intermediar en las relaciones industriales, menos aún en el sentido de aplicar algún derecho a favor de los trabajadores. Todo lo contrario, el régimen porfirista juega muy bien su papel de garrote de la clase burguesa al respecto del proletariado, pues actúa para someterle y controlarle en cualquier manifestación a favor de exigir más prestaciones y derechos como trabajadores. Entonces se decía como un máxima de derecho que a los ricos se les aplica el código civil, mientras que a los pobres el código penal. Si bien en los dos siglos primeros de la colonia hay una república de españoles y una república de indígenas, para el tercer siglo de la misma ya el mestizo desplaza al indígena en escala social. Afirma Molina (1909; 234) que para la época de Porfirio Díaz, por debajo de los mestizos está un proletariado indígena cuya condición de vida es paupérrima y la más baja de la estratificación social, siguiéndole el grupo de mestizos cuyos trabajos caen en el proletariado industrial formal, con un nivel de salario y vida por encima del de los primeros. Se trata de maquinistas, ferrocarrileros, electricistas, mecánicos, calderos, malacateros, maestros de taller, principalmente. De todo el proletariado industrial el mejor pagado para la época es el minero. Precisamente este argumento esgrime la empresa norteamericana Cananea Consolidated Co. ante el estallido de huelga de 1906, en el municipio de Cananea, Sonora. Vernon (1966; 69) afirma el supuesto de que las empresas extranjeras, por hacerse más mano de obra, la cual es escasa por el sistema de encasillamiento de trabajadores bajo un sistema de deudas en las haciendas, ofrecen sueldos por encima de los vigentes, lo que confirma que es la minería y las empresas extranjeras quienes ofrecen los mejores salarios en el país en tiempos de Porfirio Díaz. Fuente: Molina Enríquez, Andrés (1909) Los grandes problemas nacionales. México. Imprenta de A. Carranza. México. Vernon, Raymond (1966) El dilema del desarrollo económico en México. México. Editorial Diana.