Biogeografía de los Mares - Regiones Tropicales

Anuncio
Biogeografía
Biogeografía de los Mares
Regiones Tropicales y Subtropicales
En los trópicos, las condiciones ambientales son estables, por lo que existen
mejores oportunidades para alcanzar el éxito ecológico, presentándose un estado
de equilibrio caracterizado por la mayor diversidad de organismos, pero con una
menor tendencia a producir grandes cantidades de especies particulares.
A causa de su relativo aislamiento y la mayor diversidad de individuos que la
habitan, la zona tropical en todo el mundo despliega un alto grado de endemismo.
Por ejemplo, las iguanas de las Islas Galápagos pertenecientes a las siete especies
del género Amblyrhynchus, varían de color de una isla a otra, encontrándose la de
mayor tamaño en la Isla Isabela; su piel es gruesa, holgada, con una hilera dorsal
de espinas. La iguana marina es el único reptil restringido a la zona de mareas, y se
alimenta de algas principalmente de las que cubren las rocas cuando hay bajamar;
además es capaz de bucear llegando a 10 metros de profundidad, permaneciendo
hasta una hora sumergida para comer vegetales del fondo.
Muchos géneros, familias e incluso grupos taxonómicos superiores están casi
completamente confinados a los trópicos. Algunos viven a lo largo de toda la zona
tropical alrededor de la esfera terrestre por lo que se les denomina circuntropicales,
apareciendo en todas las regiones principales de la zona; otros están limitados a
una o dos regiones. Las especies circuntropicales constituyen sólo una pequeña
fracción del enorme número total de ellas encontrado en los trópicos.
Dos grandes asociaciones de organismos caracterizan y están limitadas a las aguas
superficiales tropicales alrededor del mundo: los arrecifes de coral y los manglares,
que son de suma importancia biogeográfica porque ocupan posiciones dominantes
en gran parte de la región tropical, además de suministrar un hábitat para flora y
fauna especiales formadas por gran variedad de especies.
Ninguna otra agrupación de seres vivos puede ser comparada en diversidad y
belleza con la que presentan los arrecifes de coral que habitan en las aguas
superficiales tropicales donde la temperatura media anual es de 23°C y nunca
desciende por debajo de los 20°C. Es tan característica la distribución de los corales
en los trópicos, que los extremos norte y sur de las formaciones arrecifales pueden
ser considerados como límite o frontera de la zona tropical.
Los corales son importantes porque constituyen una asociación gigantesca que
caracteriza a la región biogeográfica tropical, y también porque alojan a una fauna
de sorprendente variedad, belleza e importancia, constituyendo un terreno de caza
para los diversos depredadores especialmente adaptados a la captura de algunos
de sus habitantes.
La otra asociación de organismos de gran interés está representada por los
manglares, que se localizan en los esteros, estuarios y lagunas costeras. Exclusivos
de un medio tropical que nunca rebasa la zona fijada por los límites de los trópicos
de Cáncer y Capricornio, su desarrollo está íntimamente ligado a los cambios en la
salinidad, y temperatura de las aguas por efectos de las mareas. De fácil
adaptación, el mangle resiste salinidades hasta de 40 o 50 partes por mil y también
se adapta a aguas dulces con una baja concentración salina, aunque en estos casos
se ve disminuida su reproducción.
Por ser blando el sustrato donde se fijan los mangles y por la exposición de las
raíces durante las mareas bajas a los vientos, al oleaje y a las corrientes marítimas,
se forman gran cantidad de raíces adventicias en estos vegetales. Éstas se integran
en estructuras sumamente flexibles, pero poderosamente fijas que le sirven de
protección y sostén, alcanzando alturas mayores de 6 y 8 metros, aunque en el
caso de la especie llamada Rhizophora mangle llegan hasta 10, y que desarrollan
un sistema de arcos al que se denomina "patas de araña".
Figura 30. Rhizophora mangle
En México crecen cuatro tipos de mangles pertenecientes a los siguientes géneros:
Rhizophora, llamado "mangle rojo"; Avicennia o negro; Laguncularia o blanco, y
Conacarpus, denominado botoncillos. De éstos los dos primeros tienen una
importancia mayor debido a que son la base de la vida vegetal y animal del
manglar.
El mangle rojo, considerado como el pionero del manglar, se establece en bancos
de arena poco profundos y en las barreras de ostras. Tiene raíces aéreas que
crecen a partir de ramas de altuque se encuentran a 6 metros de altura.
El mangle negro se localiza en terrenos más elevados y firmes y se coloca en un
terreno de transición entre el mangle rojo y el blanco, ya que en cada zona se
establece una especie. En Indochina y Filipinas existen hasta 400 variedades de
este mangle.
Dentro del manglar reina un sofocante calor húmedo, donde se desarrolla el
mangle, pero se le conoce poco, debido a que su enorme riqueza está custodiada
por un medio inclemente que comprende un complicado ecosistema donde se
localizan las más diversas formas de vida animal y vegetal.
La vida en los manglares es muy activa por ser un medio donde abundan los
alimentos y ser refugio para los organismos en sus diferentes etapas de desarrollo.
El mangle encierra una trama completa de cadenas de alimentación que comienza
en las hojas del mangle y puede culminar en un pez del tipo de los sábalos de 200
kilos.
Estas cadenas de alimentación se inician cuando se cae una hoja de árbol de los
pantanos, la cual no se descompone sino que se cubre de bacterias y hongos que
producen la proteína vegetal. Minúsculos protozoarios se alimentan con las
bacterias para ser, a su vez, víctimas de los copépodos y otros depredadores del
manglar; variados moluscos cubren las raíces alimentándose de estos pequeños
crustáceos. Culebras y serpientes se deslizan por el agua entre las raíces, a la caza
de ratones, ratas, sapos, ranas y pequeñas lagartijas, que acechan a numerosos
insectos. Las abejas utilizan las flores del mangle para fabricar su miel. También
existen diversos mamíferos en los manglares, por ejemplo, en América del Sur son
comunes los linces y panteras que se alimentan de las gallinas de los pantanos y de
los mapaches.
Así se forma una gigantesca pirámide de alimentación que remata en animales
como el robalo, la trucha marina, el propio sábalo, o reptiles como cocodrilos,
tortugas, o iguanas.
El manglar ha sido utilizado por el hombre de diferentes maneras: en pesca y
acuicultura, como bosque, en aprovechamiento agrícola, para la industria y para la
recreación. En México todos los científicos coinciden en que la mayor perspectiva de
esta riqueza natural es la pesca y la acuicultura, ya que son excelentes sitios para
la protección y cría de fases juveniles de diferentes especies marinas, algunas tan
importantes en la economía como el camarón y el ostión.
De la corteza y las hojas del mangle se extrae el "tanino", sustancia de muy
diversas aplicaciones, Se utilizó en 1600 en el tratamiento de la diabetes, como
sedante y contra las quemaduras y hemorragias; en la actualidad tiene otros usos,
como el curtido de pieles y teñido de telas.
Su madera, muy resistente, ha sido aprovechada para construir lanchas, cercas,
postes y como carbón. Debido a que esta madera no es resinosa se le emplea para
ahumar ostión y pescado.
Uno de los principales enemigos de los manglares ha sido la civilización que los
acorrala con sus planes urbanísticos y turísticos; también las aguas negras
estacionadas en los manglares los destruyen lentamente, acabando con sus
habitantes.
El manglar, que en muchas partes ha sido modificado por el dragado que se realiza
en esteros y lagunas litorales, tiene un importante papel en la ecología de las
costas tropicales, es decir, es determinante en las interrelaciones de una
comunidad de vegetales y animales con su propio clima y sustrato geológico.
Los manglares mexicanos, como los de otros lugares del mundo, encierran riquezas
incalculables, que sólo están esperando que el hombre las estudie y las conozca
para aprender a aprovecharlas racionalmente sin exterminarlas.
Las regiones biogeográficas que se pueden considerar como las principales de la
aguas tropicales son la del oeste del Pacífico, la del Atlántico tropical y la del este
del Pacífico tropical, establecidas como resultado de barreras hechas hace mucho
tiempo, que determinaron la distribución de la flora y la fauna marinas
superficiales, al igual que los continentes que cruzan el ecuador en una dirección
nortesur; por ejemplo, la gran barrera del este del Pacífico, esa extensión de agua
muy profunda que se encuentra interrumpida por Polinesia y Hawai, al oeste, y por
el continente americano al este. Esta barrera divide la zona tropical en las tres
principales regiones de características fisicoquímicas y biológicas particulares.
La región oeste del Pacífico se encuentra localizada en el centro del Archipiélago
Malayo, al sudeste de Asia; limitada al oeste por el Océano Índico hasta la costa de
África tropical y el Mar Rojo; al este a través de la Polinesia hasta Hawai; y de sur a
norte desde las costas de Australia hasta el Estrecho de Corea en Japón.
La distribución homogénea de los vegetales y animales de esta región se debe a
que son transportados por las corrientes a grandes distancias, lo que les ha
permitido alcanzar gran dispersión aunque limitada a esta región.
Como ejemplo se pueden señalar los peces que viven en la región, inclusive
aquellas especies típicamente costeras, debido a que sus formas larvarias y
juveniles pueden ser transportadas por las corrientes sobre amplias extensiones de
regiones pelágicas sin ocasionarles ningún perjuicio. Así, la fauna de peces del
oeste del Pacífico es considerada más rica que la de las otras regiones principales
del trópico, formada por todas las familias y la mayoría de los géneros de peces
marinos que constituyen la fauna tropical del mundo.
Otro ejemplo muy interesante es que en esta zona se encuentra casi la totalidad de
especies de serpientes marinas de la familia Hidrophidae y solo se ha localizado una
especie fuera de esta región en las aguas que bañan la costas del oeste de África.
La mayor concentración de flora y fauna de agua superficial de la zona tropical se
localiza en el Archipiélago Malayo que contiene extensas áreas con menos de 200
metros de profundidad.
La fauna y flora del Mar Rojo es de especial interés a causa de que tiene que sufrir
adaptaciones a una salinidad elevada provocada por la intensa evaporación de los
desiertos de África y Arabia. Su temperatura es relativamente alta, de 21 a 25°C,
hasta la profundidad de 200 metros.
La región del Atlántico tropical está limitada al oeste por América Central y el norte
de América del Sur y al este por las costas de África; en ella se localiza el segundo
de los más grandes archipiélagos del mundo, las Antillas, que tiene una relación
florística y faunística con el Atlántico. No posee una fauna tan rica como la del
Archipiélago Malayo, pero en su zona oeste se encuentra una mayor diversidad de
especies, existiendo extensas agrupaciones de arrecifes de coral en donde los
organismos endémicos están formando más géneros y especies que los de
cualquier otra parte del Atlántico.
La tercera región del Pacífico tropical donde se forma una barrera por el Istmo de
Panamá, es de gran influencia para la dispersión de organismos marinos entre la
costa tropical atlántica y costa tropical del Pacífico, ya que muestran una relación
estrecha con los del Atlántico tropical.
Entre los crustáceos endémicos en las aguas tropicales de América, un18% de los
géneros es común a ambos lados. Otra indicación de la estrecha relación entre las
dos faunas es la ocurrencia de un número de especies gemelas, especies que son
iguales y pertenecen al mismo género pero una a cada lado de la barrera.
Algunos investigadores, sobre la base del parecido zoogeográfico entre las dos
faunas, indicaron la existencia de una directa conexión entre ellos en el pasado,
hecho posteriormente confirmado por géologos, quienes demostraron la existencia
de un antiguo canal que atravesaba América.
Las aguas marinas al norte y sur de la propia zona tropical contienen una fauna
más o menos definida, presentando estas aguas subtropicales algunos organismos
endémicos, en menor número que los que habitan en las aguas tropicales.
Las regiones biogeográficas tropicales y subtropicales debido a sus características
climáticas, constituyen un medio en donde la fauna presenta una constante
diversificación, tanto en tipo como en número por lo que tienen gran interés
científico y económico, y en ellas los estudiosos encuentran una desafiante
problemática.
http://www.loseskakeados.com
Descargar