PERÚ: PRIMERA VUELTA 2006

Anuncio
PRIMERA VUELTA EN PERÚ
Según resultados preliminares, Ollanta Humala es el líder de la contienda de ayer con
aproximadamente 30% de la votación, seguido por Lourdes Flores y Alan García, que
bordean 24%. Así las cosas, no se sabe quién confrontará a Humala en mayo. En
cualquier caso, habrá un grado de polarización de las opciones en segunda vuelta, en
principio menos pronunciada si se confrontan Humala y García. Las elecciones al
Congreso dieron la sorpresa: Unión por el Perú (Humala) y el APRA (García) se
convierten en las principales fuerzas, seguidas por Unidad Nacional (Flores) y el
fujimorismo. Esta historia no ha terminado. Aun así, a través de las elecciones de ayer,
el país ha dado un mensaje claro.
1. Todavía no acaba el primer acto
Los resultados de las elecciones presidenciales no sorprenden cuando se contrastan
con lo publicado por las principales encuestadoras en días recientes: habrá segunda
vuelta, Ollanta Humala mantuvo el liderazgo por cerca de cinco puntos porcentuales, y
no se sabe con quién pasará a la segunda vuelta. Los conteos rápidos al 100% de las
encuestadoras Apoyo, Datum, CPI y de la Asociación Civil Transparencia dan una
ligera ventaja a Lourdes Flores sobre Alan García, aunque dentro de márgenes de
error. Por lo tanto, es necesario esperar hasta la publicación oficial de la Oficina
Nacional de Procesos Electorales (ONPE), cuyo escrutinio no se trabaja sobre una
muestra representativa de la población electoral sino según el orden de llegada de las
actas de votación. En la tabla, se muestra los resultados anunciados por estas
instituciones. Nótese que en el caso de la ONPE, el escrutinio no es al 100%, por lo
que, dada la cercanía entre Flores y García, no se puede concluir todavía nada. Es
más, la ONPE ha adelantado que puede tomarle hasta veinte días fallar sobre la
totalidad de votos impugnados.1
RESULTADOS PRESIDENCIALES PRELIMINARES (%)
Ollanta Humala
Lourdes Flores
Alan García
Apoyo OyM
CPI
Conteo rápido 100%
Conteo rápido 100%
30,2
24,3
23,8
29,0
25,5
24,5
Datum
30,1
23,9
23,5
Transparencia
ONPE*
Conteo rápido 100%
Escrutinio al 73,8%
29,8
24,4
24,3
29,5
24,9
25,0
* El escrutinio se realiza conforme ONPE recibe actas de votación, no sobre una muestra representativa de la población.
Los conteos confirman las tendencias de los tres principales contendores: caen Flores
y Humala, tras acercarse a 40% de la intención de voto en los últimos dos meses, y
sube García. Así, a grandes rasgos, este desenlace se asemeja al del año 2001. Ganó
un outsider, García remontó en la última recta y Flores se perjudicó por la presencia de
candidatos que le “robaron” votos.
Lo que sí sorprende es el resultado de la votación para el Congreso. Siendo ésta la
primera vez en que rige la valla electoral con nuevo método de cálculo para la cifra
repartidora de curules, las encuestadoras fallaron en los pronósticos. No solamente
Unión por el Perú (UPP, la agrupación de Humala) logró liderar las preferencias, sino
que le bastaría aliarse con un solo grupo político para construir una mayoría
1
Las impugnaciones son realizadas por personeros de los partidos políticos en las mesas de votación.
1
operativa.2 El APRA consiguió también una cantidad importante de congresistas, casi
un tercio del total. Unidad Nacional, en cambio, tendría solo la sexta parte del
Parlamento. Su bancada será apenas superior a la lograda por el fujimorismo, que
regresa a la escena como cuarta fuerza. De todas formas, estas cantidades podrían
cambiar, en vista de que dos agrupaciones, Perú Posible y Restauración Nacional,
bordean la valla de 4% de la votación general.
NUEVO CONGRESO
Unión por el Perú
APRA
Unidad Nacional
Alianza por el Futuro
Frente de Centro
Restauración Nacional
Total
Ollanta Humala
Alan García
Lourdes Flores
Alberto Fujimori / Martha Chávez
Valentín Paniagua
Humberto Lay
Curules
43
35
19
15
5
3
120
% Curules
36%
29%
16%
13%
4%
3%
100%
Nota : según la metodología de la valla electoral, no se descarta que el actual partido de
gobierno, Perú Posible, logre representación parlamentaria.
Fuente : Apoyo Opinión y Mercado. Conteo rápido al 100%.
En los próximos días, se vivirá una especie de largo intermedio hasta que se defina
quién acompañará a Humala en la segunda vuelta, que sería en la segunda quincena
de mayo. En el extremo, como señala la ONPE, el suspenso podría durar unas tres
semanas. Sin embargo, la espera puede ser menor, si una vez concluido el escrutinio
de los votos no impugnados se registrase una diferencia entre Flores y García mayor
que el porcentaje de votos impugnados. En todo caso, aun cuando a decir de las
encuestadoras la ventaja obtenida por Flores le da mayores probabilidades de pasar a
la segunda vuelta, cada voto cuenta.
2. El show va a seguir
La contienda en segunda vuelta implica poner el marcador en cero. Las encuestas que
en meses pasados han medido la intención de voto para las hipotéticas segundas
vueltas, esencialmente referenciales, no muestran distancias significativas entre
Humala y Flores o Humala y García. Por lo tanto, mientras se reescriben los libretos,
solo es posible especular.
En cualquiera de las dos opciones de segunda vuelta, estarán en juego votos por
aproximadamente 45% de la población electoral.3 No solo será crítica la decisión de
quienes votaron por el que quede en tercer lugar, sino la del 20% correspondiente al
resto de candidatos. Adicionalmente, importarán tanto la formación de alianzas como
la capacidad de quienes las construyan para lograr que sus seguidores voten por
consigna. Este último factor no estaría asegurado ni siquiera en el caso del partido
más organizado del país, el APRA, en vista de la polarización de la segunda vuelta.
Por su parte, el acercamiento para las alianzas podría dificultarse por los ataques
frontales realizados recientemente.
2
Las encuestas señalaban que la mayoría operativa requeriría una alianza entre tres.
Este porcentaje resulta de la diferencia entre 100%, por un lado, y la suma de 30% de Humala y 25% de
Flores o García, por el otro. Asume que el porcentaje obtenido por Humala y por su contrincante en
segunda vuelta no cambiaría de candidato.
3
2
Aun cuando la campaña hacia la primera vuelta se ha distinguido de anteriores
procesos por el mayor detalle de los planes de gobierno, el electorado ha sugerido no
estar muy interesado en estos temas. Pareciera, más bien, que le basta con una
aproximación general a las propuestas de los candidatos, y que siguen pesando
factores menos racionales, como la química que logra el candidato. Adicionalmente,
los resultados son indicio de que existe un voto de protesta, en tanto a pesar de que
un mayor porcentaje de la población cree que Flores es más capaz de resolver
problemas asociados con la pobreza, Humala lidera la votación.4
Así, puede diseñarse diversos formatos con alto contenido emocional. Enfrentamientos
entre ricos y pobres, costeños y el resto, capitalinos vs. provincianos, etc., en los que
estará en juego el tradicional “voto anti” de las segundas vueltas y la capacidad de los
candidatos y sus equipos de campaña para sintonizar a nivel sentimental, que pueden
agravar las fisuras que han saltado a la vista durante estos últimos meses.
3. ¿Qué puede pasar, independientemente de lo que pase en la segunda vuelta?
El nuevo Congreso va a ser, nuevamente, de alianzas. Existe diversas fórmulas para
construir mayoría en el Legislativo y puede pesar la menor distancia programática
entre el APRA y UPP en comparación con la existente entre UN y UPP. En la tabla
siguiente se muestra dos opciones de alianzas (no excluyentes de otras opciones, y
cuyo orden no tiene relación con la probabilidad de que se concreten):
POSIBLES ALIANZAS
Curules
% Curules
Opción 1
Unión por el Perú + APRA
Unidad Nacional + Frente de Centro
Alianza por el Futuro
Restauración Nacional
Total Opción 1
78
24
15
3
120
65%
20%
13%
3%
100%
Opción 2
Unión por el Perú + Alianza por el Futuro
APRA + Unidad Nacional + Frente de Centro
Restauración Nacional
Total Opción 2
58
59
3
120
48%
49%
3%
100%
Como se aprecia, dado el alto porcentaje de curules conseguido por UPP y el APRA,
una alianza entre estas dos agrupaciones prácticamente permitiría mayoría ochenta
votos (cantidad requerida para ciertas votaciones). Claro está que una alianza
inmediata entre ambas sería menos probable si Alan García pasa a la segunda vuelta.
En ese caso, tal vez sea más probable que UPP busque aliarse con el fujimorismo,
alcanzando una cantidad de votos muy cercana a 50% que bastaría para mayorías
simples en sesiones en las que no haya quórum total. Bajo ese escenario, serán útiles
tanto las posturas del Frente de Centro y de Restauración Nacional como el posible
ingreso de Perú Posible (de superar la valla). Lo que no luce a priori muy probable es
que Unidad Nacional se alíe con UPP.
4
Algunos analistas plantean que puede existir un voto guiado por sentimientos como la frustración o la
rabia contenida de la población marginada, que no se encuentra políticamente representada y que solo
puede hacer prevalecer su posición en los procesos electorales.
3
En cualquier caso, no se sabe si habrá alianzas perdurables. Los indicios sugieren que
la mayoría que se logre construir en el Parlamento sería cambiante. Las principales
fuerzas podrían ir acomodándose según agendas o necesidades específicas. Esta
situación no sería sencilla, en vista de la falta de cultura de diálogo parlamentario en el
Perú. Además, téngase en cuenta que en principio este Congreso va a tener menos
“transfuguismo”, porque la ley actualmente lo penaliza.5 Así, será menos probable que
representantes elegidos en grupos minoritarios decidan cambiarse a partidos de
bancadas más numerosas.
Por otro lado, el Congreso va a tener una gran cantidad de neófitos, tanto de Unión por
el Perú como de Unidad Nacional (recuérdese que UN presentó una lista libre de
candidatos a la reelección). Esta situación, de gente nueva y de falta de mayoría en el
Congreso, se asemeja a las de los años 2001 y 1990. En consecuencia, se espera un
período de aprendizaje que puede no contribuir a una transición sin contratiempos en
la agenda legislativa. Al respecto, está por verse la ascendencia que Humala logre
sobre sus congresistas. Especialmente, considerando tanto la cortísima edad de su
agrupación como el hecho de que sus legisladores no necesariamente tienen un
denominador común.
En cuanto a iniciativas legislativas que se viabilizarían bajo algunos de los posibles
escenarios de alianzas, se plantearía una revisión a la Constitución Política. Aun
cuando no necesariamente se logrará una reforma integral y, más difícilmente, la
convocatoria a una Asamblea Constituyente (por los mecanismos vigentes para tal fin),
lo que trasciende es que la nueva composición del Congreso hará posible la revisión
de elementos de la Carta Magna de 1993 considerados polémicos. Tales revisiones
pueden alcanzar, incluso, al capítulo económico, que redefinió el rol del Estado como
subsidiario, puso en igualdad de condiciones a la inversión nacional y a la extranjera, y
prohibió el financiamiento inorgánico del Estado, entre otros temas críticos.
4. ¿Qué dijo el pueblo?
Existe un sinnúmero de mensajes explícitos y subliminales que pueden desprenderse
de los resultados de la primera vuelta. Entre los principales, destacan el hecho de que
no hay mandato absoluto a ningún candidato o agrupación política, que existe una
fragmentación del electorado por grandes regiones, que los partidos políticos
tradicionales no logran una reconexión total con el pueblo tras su caída en franco
descrédito en los ochenta.
Primero, una señal clara es que no hay mandato absoluto. Ningún candidato
presidencial alcanzó un tercio de los votos y no hay mayoría en el Congreso. Esta
situación puede responder a una de varias opciones: simplemente, a la falta de un
caudillo político de amplia convocatoria entre las ofertas electorales de esta contienda;
al mensaje de que el pueblo exige diálogo, concertación entre las distintas fuerzas
políticas, o; bajo un enfoque histórico-político, a una mayor aceptación de esquemas
en los que, precisamente, una agrupación no cuente con carta blanca. Respecto a
este punto, recuérdese que en las elecciones de 1990, 2001 y 2006, ése ha sido el
caso, a diferencia de los comicios de los ochenta o del fervor que provocaron golpes
de Estado civiles o militares durante el siglo XX. Aun así, resulta elocuente el hecho de
que Ollanta Humala, candidato con una plataforma más bien autoritaria, logre un alto
porcentaje de la voluntad popular.
5
En Perú, se conoce como “transfuguismo” a la práctica por la cual un congresista cambia de agrupación
política.
4
Segundo, el descrédito de los partidos políticos sigue vigente. Los políticos
tradicionales son coprotagonistas con outsiders, lo que implica que no logran mejorar
la percepción de que no son intermediarios totalmente capaces o efectivos de la
voluntad popular. Esta falta de sintonía es acompañada, además, por el hecho de que
no se renueven por completo los cuadros políticos. Muchas propuestas –como las de
Natale Amprimo, Susana Villarán, Jaime Salinas o Javier Diez Canseco-- no figuraron
en la primera vuelta. Además, cabe comentar que Alberto Fujimori no logró endosar su
popularidad a su candidata principal, tal como ocurrió en más de una ocasión durante
los noventa.
Tercero, por lo registrado en los últimos dos comicios, aparentemente el electorado
peruano se divide en tres grandes grupos: con algunos matices, la sierra y la selva
prefieren una propuesta populista y no político-partidaria; la costa norte se mantiene
principalmente fiel al APRA; Lima apoya a la centro-derecha. Si estas preferencias
constituyeran de alguna forma un patrón, aportarían evidencia adicional de que existe
diversos países en el Perú, que responden a ofertas ideológicas y electorales
diferentes.
Cuarto, en relación con el punto anterior, se corre el riesgo de que se exacerben las ya
acaloradas tensiones sociológicas, de que violencia genere violencia (recuérdese que
la conflictividad social ha ido en aumento en años recientes). Si se quiere, una
anécdota registrada durante la jornada electoral –en la que Humala fue insultado y
agredido físicamente por parte de electores de clase media-alta al momento de votar-podría ser interpretada como una señal de alerta de la urticaria de la población, o la
respuesta encendida a discursos divisionistas. Afortunadamente, el ausentismo fue
bajo y no ha habido denuncias de fraude electoral.
A todas luces, explícito o no, el país está dando un mensaje claro. La pregunta es si la
clase política estará a la altura del mismo y si la problemática planteada (la
desigualdad, las grietas, las fuentes de vulnerabilidad) será contemplada y atendida
efectivamente durante el próximo quinquenio.
Bartolomé Rios
10.04.06
5
Descargar