n sabe o no puede firmar

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-
Cuando el testador
-
sabe
n
o no
puede firmar
¿Cómo debe firmar el testigo que lo hace por él?
AI
director de esta publicación, Sr. Héctor A. Ge
le fueron planteadas, por un distinguido abo
y con motivo de un pleito en trá
mite ante nuestros Trbunales,
las siguientes cues
tiones:
rona,
gado nacional,
—
—
"1.°
un
validez
de
¿Es indispensable,
para la
testamento abierto, en que, el testador, no puede
firmar por impedimento físico, que el Escribano,
al
hacer
esa
declaración, establezca claramente:
quién es el testigo rogado por el testador para
que firme a su nombre, o es suficiente que diga
"el notario: "...manifestando no poder firmar por
impedimento físico, lo hace a su ruego uno de los
"testigos, que los son los señores..."? Debo advertirle
el
que
testigo rogado, en el momento
'de firmar, deja constancia expresa de su doble papeí en estos términos: "A ruego de doña X. X.,
"
no
por
poder firmar por impedimento físico, y
"
"
"
"
"
"
"
"
"
como
"¿La
"
"
"
"
"
"
testigo"
práctica
notarial
requiere
indispensablemen-
te esa individualización por parte del Escribano,
de la persona del rogado en el momento de firmar?"
"2.0
¿Es
lidad de
firme en
un
un
su
indispensable
defecto capaz de empañar la legatestamento, que el testigo rogado
doble carácter, una sola vez, o es
la doble firma?"
Considerando de interés todo lo que pueda con
tribuir al estudio y mejor dilucidación de los pun
tos oscuros o dudosos de nuestra legislación, inser
íamos
de
la
tareas
opinión emitida por nuesjro compañero
en
respuesta de aquella consulta.
opinión unánime de los autores es que, cuando la ley no preceptúa
una fórmula especial, ba.sta
para la validez del acto que el hecho o
se
se
halle constatado de algún modo.
exigido,
cumplido
requisito
haya
y
El artículo 795 del Código Civil establece: "El testamento debe ser fir
mado por el testador. Si declara éste que no sabe o no puede firmar, se hará
en el testamento mención especial de su declaración y de su ruego a uno de
los testigos ique firme por él, sin perjuicio de que el rogado firme también
como testigo".
Como se desprende de los términos de la disposición transcripta, en el
caso de que el testador no pueda firmar, dos son las circunstancias que se de
La
el
uso
de
.
ben mencionar
en
el testamento
:
una :
es
la declaración del testador, mani
es el ruego a uno de los
testigos
festando qjue no le es posible firmar; y la otra:
para que firme por él.
En el caso propuesto, j se han satisfecho las exigencias de la ley ? En otros
términos: jSe ha hecho mención en el testamento de aquellas circunstancias'?
Evidentemente, sí. jEs necesario dejar constancia en el testamento del
nombre del
testigo rogado
por el testador 1
-ñSomos de la opinión de que, legalmente,
no
es
necesaria
esa
ib-dividúS-
lización.
o
Es cierto que eu la práctica notarial, ya sea en materia testamentaria
el
ya sea en el orden contractual, es -frecuente dejar constanicia de quién es
testigo rogado por el otorgante que no sabe o no puede firmar.
Pero, de ahí no pubde inferirse que esa constancia deba hacerse con carác
ter de indispensable, al punto de convertirla en exigencia legal.
En el ejercicio del notariado (y esto se hace aún por los espíritus estu
diosos y bien capacitados por su conocimiento de la legislación y de la técnica
profesionales), se procede, generalmente, con criterio esencialmente práctico.
Por más que el Esoribano tenga el convencimiento de que tal atestación no
es estrictamientie necesaria desde el punto de vista legial o de que su opinión
sobre
do
un caso
una
duda,
sobre el
o
dado,
es
exista
particular,
la verdadera, basta de que por alguien se haya insinua
ligero antecedente de criterios distintos, expuestos
un
para que extreme las
constancias, formalidades
y solem
nidades. Lo que se propone en tales casos, el Escribano, en forma principal,
es evitar a su cliente la posibilidad de una incidenieia judicial. Y esta es la
norma y la preocupación constante de casi todos nuestros Esoribanos.
opinión sobre este primier caso: Creemos que
el testamento de la declaración del testador de que
puede firmar y de su ruego a uno de los testigos para que lo haga por
tes
y halbiendo el testigo rogado, firmado como tal testigo y a ruego del
pues, nuestra
Concretando,
existiendo constancia
no
él;
tador,
del
se
en
han observado todas las circunstancias
Código
requeridas
por el artículo 795
Civil.
II
Respecto al segundo punto propuesto damos,
sobre él, desde ya,
opinión
concreta: consideramos que no es necesaria la doble firma.
Bn ninguno de los códigos que han servido de modelo al nuestro existe
esa
exigencia de
la doble firma: ni
con
relación al testamento, ni
en
materia
contractual.
Hay más: la tendencia de la legislación moderna
va directamientie
plo, la ley francesa y la italiana
—
—
y
a
citamos,
la
por
ejem
de la
supresión
' '
Como lo dice muy bien el maestro don Solano A. Riestra : cuan
do el otorgante no sabe o, no puede firmar, nos parece suficiente, y hasta
conceptuamos lo más natural, la simple consignación de esa circunstancia.
firma
a
ruego.
Precisamente es para tales
la fe del funcionario."
casos
que
se
necesita y debe tener verdadero valor
ejemplo de doble firma qua coDooemos, se encuentra en la an
tigua legislación española, al establecer las formalidades del testamento in
incriptis o cerrado. En efecto : en él debían firmar el testador, siete testigos j''
el Escribano. Si el testador no sabía o no podía hacerlo, un testigo firmaba
Bl único
como testigo.
singular de doble firmla, ni en la legislación an
tigua ni en la moderna, repetimos, existe otro consagrando esa exigieneia ab
surda que a nada responde, que nada garantiza, ni imprime mayor fuerza,
una vez
por d testador y otra vez
Pero fuera de
ese
caso
7
-
verdad ni autenticidad al aeto. Por el
-
contrario, todos los ejemplos de legis
lación
Patria, anteriores y posteriores a la promulgación del Código Civil,
así como todos los otros precedentes de la legislación extranjera, son favora
bles
a
la tesis que scsteniemos,
es
decir,
contrarios
a
la
exigencia de
la
doble firma.
ejemplo, nuestro Código Civil, en el artículo 1585, refiriéndose
cuando la parte no sepa, o no
privados, establece que :
puede firmar, lo hará por ella uno de los testigos, simultáneamente presentes
al acto, los cuales no podrán ser menos de dos y deberán saber firmar"
Como se ve, no hay exigencia de que el testigo firme dos veces : una por
el otorgante y otra como testigo ; ni tampoco se exige que se individualice
ciuién es el testigo rogado.
Así,
a
por
' '
los documentos
.
El artículo 39 del Decreto Ley de 31 de Diciembre de 1878, que es la ley
orgánica actual del Notariado, en nuestro país, al referirse al Registro de
Protocolizaciones, establece que si la parte que pide la protocolización no
sabe o no puede firmar, debe firmar el acta o la eseritura en que se formule
el petdido, un testigo a ruego de aquélla.
Tampoco existe aquí exigencia de doble firma ni die individualización
del testigo rogado.
La misma ley de 31 de Diciembre de 1878, deficiente en extremo, al legis
lar sobre la suscriípción o firma de las escrituras públicas, ha dejado vigente
hasta hoy, la ley 13, título 25, L.° 4.° de la nueva Recopilación, reproducida
en la ley 1.°, Título 23, L.° 10 de la novísima Recopilación, en la cual se dice :
"que cuando los otorgantes no supieren firmar, firmten por ellos cualquiera de
los testigos u otro que sepa escribir."
Tampoco bay aquí exigencia de doble firma ni de hidividualización del
testigo que firma por el otorgante.
El artículo 795 dtl Oódigo Civil, al decir que cuando el tostador no puede
firmar lo hará a su ruego uno de los testigos, sin perjuicio de que el rogado
lo haga también, oomo testigo, ¿ha querido reproducir la exigencia singular
de la doble firmja contenida en la legisiación antigua española, relativa, al
testamento cerrado ?
Creemos que no.
nos fundamos para pensar así : primero en que en las fuentes más consul
tadas por el legislador uruguayo para formular su gran obra codificadora,
y
no se encuentra aquella exigencia, y, segundo, en que el criterio del legisla
dor, dentro de la economía de toda nuestra legislación positiva, apar'ece inequí
voca y congruentemente expuesto, cn todos los casos en que se ocupa de aquel
que no puede o no sabe firmar, contrario a la doble firma, como hemos visto.
Lo que ha querido el artículo 795 del Código Civil, pues, es que el testigo
que firme a ruego del testador, no quede inhabilitado para firmar como tes
tigo, vale decir: no ha querido el Código aumentar en esos casos el número de
testigos. Esta, y no otra, es la imica interpretación racional de las palabras:
sin
perjuicio
de que el
Ahora bien
rogado, firme tamibién
respecto
gundo punto consultado, que
;
a
cómo
se
como
procede
trata de la doble
testigo.
la
práctica, sobre este
firma, reproduzco aquí lo
en
se
que
—
8
-
en presencia de un caso dudoso ó
disposición legal, el Escribano extrema gene
ralmente las formalidades y requisitos, observando el máximo de ellos, a fin
de poner el acto o contrato por él autorizado a cubierto de cualquier ulterio
ridad judicial.
Ajustándose a este criterio, que trata de consultar todas las opiniones y
ya
de
invoqué anteriormente,
interpretación doble de
al expresar que
una
satisfacer todos los gustos, no
testador que no puede firmar,
tal y otra
a
es
difícil que, muchos Escribanos, frente
hagan
firmar dos
veces a un
testigo,
una
a
un
eomo
ruego del testador.
En lo que me es personal, declaro qpe aun cuando observo también como
mis colegas, el criterio práctico, en los casos de duda, de abundar en forma
presencia de un testador que no puede firmar (no obs
profesional de once años, no se me ha presentado
■aún el caso), haría firmar al testigo rogado, en la misma forma en que lo
hizo en el caso consultado,
tan clara me resulta la disposición contenida
eu el inciso 2.°, artículo 795 del
Código Civil, y tan verdadera la interpreta
ción que sostengo de que basta que el testigo firme una sola vez, expresando
que lo hace como tal testigo y a ruego del testador por no poderlo hacer.
lidades,
tante
creo
que,
mi intensa
en
labor
—
Héctor A. Gerona.
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