LA VIDA DE LAZARILLO DE TORMES RETRATO DE LOS PERSONAJES LAZARILLO: ETOPEYA:

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LA VIDA DE LAZARILLO DE TORMES
RETRATO DE LOS PERSONAJES
LAZARILLO:
ETOPEYA:
• Lázaro es un personaje que se sale de la concepción habitual de un héroe. En él encontramos rasgos como
la cobardía: (...) Al fin vino mi amo a la puerta de la calle y ábrela esforzándome, que bien era menester,
según el miedo y alteración, y me tornó a encaminar (...) Ni en aquellos tres días torné en mi color (...)
(Pág. 115)
• Debido a la necesidad de comer, Lázaro robaba a su amo. (...) Y otro día, en saliendo de casa, abro mi
paraíso panal, y tomo entre las manos y dientes un bodigo, y en dos credos le hice invisible no se me
olvidando el arca abierta (...) (Pág. 89)
• Estafador. (...) ¿Sabes en qué veo que las comiste tres a tres?, en que comía yo dos a dos y callabas (...)
(Pág. 76)
• Inmoralidad. (...) yo le puse bien derecho frente del pilar, y doy un salto y póngome detrás del poste como
quien espera tope de toro (...) cuando se abalanza el pobre ciego como cabrón (...) y da con la cabeza en el
poste y cayó luego para atrás medio muerto (...) Y dejéle en poder de mucha gente que lo había ido a
socorrer. (Pág. 82)
• En sus inicios como criado era todo inocencia. (...) Necio, aprende, que el mozo del ciego un punto ha de
saber más que el diablo (...) (Pág. 69)
• Pícaro. Utiliza todo tipo de trucos con sus diferentes amos.
• No se avergüenza de pedir cuando tiene hambre. Es capaz de todo para no tener hambre. (...) Con baja y
enferma voz y inclinadas mis manos en los senos, puesto Dios ante mis ojos y la lengua en su nombre,
comienzo a pedir pan por las puertas y casas más grandes que me parecía (...) (Pág. 107)
• Defensor de aquello que quiere, es decir, su mujer. (...) Si me quiere meter mal con mi mujer, que es la cosa
del mundo que más quiero y la amo más que a mí (...) yo juraré sobre la hostia consagrada que es tan
buena mujer como vive dentro de las puertas de Toledo. Quien otra cosa me dijere, yo me mataré con él
(...) (Pág. 141)
PROSOPOGRAFÍA:
• Desdentado. (...) Fue tal el golpecillo que me desatinó (...) me quebré los dientes sin los cuales hasta hoy
día me quedé (...) (Pág. 74)
• Extremadamente delgado. (...) Pensé muchas veces irme de aquel mezquino amo, mas por dos cosas lo
dejaba: la primer, por no me atrever a mis piernas, por temer de la flaqueza que de pura hambre me venía
(...) (Pág. 87)
• Una vez hubo dejado la adolescencia Lázaro consigue dejar la ropa vieja por otra más decente. (...) Compré
un jubón de fustán viejo y un sayo raído, de manga tranzada y puerta, y una capa que había sido frisada, y
una espada de las viejas primeras de Cuéllar (...) (Pág. 135)
EL CIEGO:
ETOPEYA:
1. El ciego es una persona audaz y con mucha astucia, ya que se daba cuenta de los numerosos engaños que ha
cía el Lazarillo. Por ejemplo: (...) Usaba poner cabe sí un jarrillo de vino cuando comíamos, e yo, muy de
presto, le asía y daba un par de besos callados y tornábale a su lugar. Mas turóme poco, que en los tragos
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conocía la falta y por reservar su vino a salvo, nunca después desamparaba el jarro (...) (Pág. 72).
2. También se nota que era una persona cruel. Las circunstancias de la vida le hacen ser un hombre frustrado y
desgraciado, y eso lo paga con Lázaro, castigándole duramente. (...) Fue tal el golpecillo, que me desatinó y
sacó de sentido, y el jarrazo tan grande, que los pedazos dél se me metieron por la cara, rompiéndomela por
muchas partes, y me quebró los dientes, sin los cuales hasta hoy día me quedé. (...) (Pág. 74).
• A pesar de sus castigos físicos y psicológicos, en el fondo nos encontramos con una persona responsable de
sus obligaciones ante un niño que esta bajo su custodia. (...) Lavóme con vino las roturas que con los
pedazos del jarro me había hecho, (...) Lo que te enfermó te sana y da salud (...) (Pág. 74).
• (...) Cuando salimos de Salamanca, su motivo fue venir a tierra de Toledo, porque decía ser la gente mas
rica, aunque no muy limosnera. Arrimábase a este refrán: Mas da el duro que el desnudo. (...) (Pág. 75).
Como comprobamos en este fragmento, el ciego es una persona que se guía por el dinero.
• El ciego sabe que es astuto, y lo demuestra en el día a día al Lazarillo, y a la gente que le escuchara en sus
relatos de las hazañas que le ocurrían con Lázaro. (...) Contaba el mal ciego a todos cuantos allí se
allegaban mis desastres, y dábales cuenta una y otra vez, así de la del jarro como la del razimo, y agora de
lo presente (...) (Pág. 80).
PROSOPOGRAFÍA:
• Suponemos, por su falta de recursos, ya que sobrevivía de la caridad y de las limosnas, que era de
constitución delgada, es decir, flaco. Por la misma razón creemos que vestía con harapos o ropa usada y
vieja.
• (...) asiéndome con las manos, abríame la boca más de su derecho y desatentadamente metía la nariz, la
cual él tenía luenga y afilada, y a aquella sazón, con el enojo, se había augmentado un palmo, con el pico
de la cual me llegó a la gulilla. (...) (Pag.79). De aquí deducimos que el rasgo más prominente de su cara, a
pesar de que Lázaro exageraba, era la nariz, afilada y un tanto desproporcionada
• Era un hombre de considerable edad, en primer lugar por su experiencia y por otro lado, por el adjetivo
utilizado por Lázaro para designarle. (...) Y así le comencé a servir y adestrar a mi nuevo y viejo amo. (...)
EL CLÉRIGO:
ETOPEYA:
• Este personaje era el grado máximo de la avaricia. (...) No digo más sino que toda la laceria del mundo
estaba encerrada en éste (...) (Pág. 84). En otra situación donde vemos su gran avaricia es a la hora de la
comida. (...) Los sábados cómense en esta tierra cabezas de carnero, y enviábame por una que costaba tres
maravedís. Aquélla le cocía y comía los ojos, y la lengua y el cogote y sesos, y la carne que en las quijadas
tenía, y dábame todos los huesos roídos.(...) −Toma, come, triunfa, que para ti es el mundo. Mejor vida
tienes que el Papa. (...) (Pág. 86). Da a Lázaro las sobras teniendo comida suficiente para los dos.
• Se aprovecha de su situación de hombre privilegiado que se entiende con Dios. (...) Más el lacerado mentía
falsamente, porque en cofradías y mortuorios que rezamos a costa ajena comía como lobo, y bebía más que
un saludador. (...) (Pág. 87)
• A pesar de su condición de clérigo, él no perdona la falta de Lázaro y lo echa de su casa de dejándolo a su
fortuna. (...) el señor mi amo me tomó por la mano y sacóme la puerta fuera, y puesto en la calle, díjome:
−Lázaro, de hoy más eres tuyo y no mío. Busca amo y vete con Dios, que yo no quiero en mi compañía tan
diligente servidor.(...) (Pág. 97)
PROSOPOGRAFÍA:
• Por sus hábitos alimenticios suponemos que era más bien robusto y con barriga de buen vivir. (...) Cinco
blancas de carne era su ordinario para comer y cenar. (...) Los sábados cómense en esta tierra cabezas de
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carnero, y enviábame por una que costaba tres maravedís (...) (Pág. 86).
• Deducimos que era el típico cura de pueblo en cuanto a la vestimenta, es decir, sotana negra estropeada por
su uso diario, alzacuellos blanco, seguramente desteñido, dado que Lázaro no describe ningún tipo de
higiene.
EL ESCUDERO:
ETOPEYA:
• Lo que más destaca de su personalidad es el orgullo que siente de su persona. Porque aunque no tiene
bienes materiales, tiene modales de gente de posición. (...)Eres mochacho, y no sientes las cosas de la
honra, en que el día de hoy está todo el caudal de los hombres de bien. (...) (Pag116) (...) Dios te ha hecho
merced en topar conmigo; alguna buena oración rezaste hoy (...) (Pág. 99)
• (...) levantámonos, y comienza a limpiar y sacudir sus calzas y jubón, y sayo y capa. Y yo que le servía de
pelillo. Y vistéseme muy a su placer, de espacio. Echéle aguamanos, peinóse, y puso su espada en
talabarte(...) (Pág. 104) Este fragmento es la prueba de que existía en su interior una preocupación por su
aspecto e higiene.
• Cuida mucho su honra. (...) solamente te encomiendo no sepan que vives conmigo, por lo que toca a mi
honra, aunque bien creo que será secreto, según lo poco que en este pueblo soy conoscido (...) (Pág. 108)
• Era un hombre muy pulcro. (...) quita de sobre sí su capa, y preguntando si tenía las manos limpias, la
sacudimos y doblamos, y muy limpaiamente, soplando un pollo que allí estaba la puso en él (...) (Pág. 100)
PROSOPOGRAFÍA:
• Físicamente podemos describir al escudero con la siguiente frase: (...) Topóme Dios con un escudero que
íba por la calle, con razonable vestido, bien peinado, su paso y compás en orden (...) (Pág. 99)
• Por su hábito alimenticio podemos asegurar que el hombre estaba en los huesos. Dado que en el caso de
probar bocado, era escaso.
EL FRAILE:
ETOPEYA:
• Podemos atribuirle relaciones ilícitas entre las mujercillas término habitual para designar prostitutas. Hube
de buscar el cuarto, y este fue un fraile de la Merced, que las mujercillas que digo me encaminaron. Al
cual ellas le llamaban pariente. (...) (Pág. 122)
• Vividor totalmente desentendido de la rutina habitual del convento. (...) Gran enemigo del coro y de comer
en el convento perdido por anar fuera, amicísimo de negocios seglares y visitar. (...) (Pág. 122)
PROSOPOGRAFÍA:
No se especifica ningún tipo de rasgo físico.
EL BULDERO:
ETOPEYA:
• Es una persona que se aprovecha de su poder para embaucar a la gente. Desenvuelto, desvergonzado, sutil.
Llegaba a los pueblos, echaba un sermón y luego hacía que le comprasen las bulas. (...) En entrando en los
lugares do habían de presentar la bula, primero presentaba a los clérigos o curas algunas cosillas (...)
Ansí procuraba tenerlos propicios, porque favoresciesen su negocio y llamasen sus feligreses a tomar la
bula (...) (Pág. 124)
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• Perseverante en su trabajo. (...) Cuando por bien no le tomaban las bulas, buscava cómo por mal se las
tomasen. Y para aquello hacía milestias al pueblo, e otras veces con mañosos artificios (...) (Pág. 125)
PROSOPOGRAFÍA:
Por su hábito alimenticio, podemos deducir que era un hombre de buen aspecto físico, ya que no tiene falta de
comida. En el texto no queda reflejado directamente.
EL CAPELLÁN:
ETOPEYA:
• Era un hombre justo, dado que sabía recompensar a Lázaro por su trabajo.(...) Y púsome en poder un asno y
cuatro cántaros y una azotea y comencé a echar agua por la cibdad. (...) daba cada día a mi amo trenta
maravedís ganados y los sábados ganaba para mí, y todo lo demás entre la semana, de treinta maravedís
(...) (Pág. 135)
PROSOPOGRAFÍA:
No se especifica ningún tipo de rasgo físico.
EL ALGUACIL:
ETOPEYA:
Es una persona que arriesgaba su vida por su trabajo. (...) asenté por hombre de justicia con un alguacil. Mas
muy poco viví con él, por parescerme oficio peligroso (...) Y a mi amo, que esperó, trataron mal (...) (Pág.
137)
PROSOPOGRAFÍA:
No se especifica ningún tipo de rasgo físico.
BIBLIOGRAFIA
Este trabajo se ha sacado del libro:
La vida de Lazarillo de Tormes. Ed Castalia, Madrid 1987.
También se han leído:
Lazarillo de Tormes. Ed Espasa Calpe, 156 colección Austral, Madrid 1969
El Lazarillo de Tormes. Ed Oveja Negra, Bogotá, Colombia 1996
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