CAPITULO I. La visión de la agricultura gallega

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Capítulo I
La vi.rión de la agricultura gallega
Hasta hace poco tiempo hablar de la agricultura gallega equivalía
a hablar de una agricultura de autosubsistencia, de una esfera productiva caracterizada por la práctica de una autarquía económica casi
total, de una agricultura precapitalista con contactos muy eventuales
con el conjunto del sistema económi ^o.
El primer intento serio de teorización de la agricultura gallega como una agricultura de autosubsistencia ha sido el de Xosé Manuel Beiras en 1967'. Con este trabajo, Beiras, aplicando la tipología de sistemas económicos de Sombart-Marchal, definía a la agricultura gallega como una agricultura arcesanal y cerrada: «Es una pura evidencia
-testimoniada repetidas veces y en diversos tipos de literatura- que
nuestra sociedad campesina practica una economía de subsistencia, replegada sobre sí misma, dirigida a la satisfacción de las necesidades
de un modo cuasi-autárquicop2.
No es nuestro propósito efectuar una crítica en profundidad de
esta aportación pionera de X.M. Beiras, lo cual requeriría excesivas
páginas si consideramos el tipo de apoyatura teórica empleado. Sin
embargo, aún teniendo en cuenta el carácter sobresaliente de tal obra
en relación a la situación de subdesarrollo de la ciencia económica en
la Cralicia de los años sesenta, nos vamos a permitir señalar las siguientes
indicaciones:
a) El exacerbado dualismo con el que se contempla al conjunto
de la economía gallega: «No se observa, salvo en aspectos muy conta^ X.M. Beiras: E! problema de! detarro!!o en !a Galicia rural, Ed. Galaxia, Vigo,
t9G7.
Z Ibid., P. 32.
21
dos, mezcla de ambos mundos, de ambas comunidades, de ambos
sistemas. Se observa solamente una coexistencia casi incomunicada y
sensiblemente hostil, y una pérdida constante de terreno de una sociedad ante la otra. No hay tran.rformación, .rino conflicto y demolición de la rociedad campe.rina^3. Entre el capitalismo urbano y el precapitalismo rural no hay, en consecuencia, vínculos económicos y la
dominación de la sociedad campesina por el capital se ^ontempla única
y exclusivamente como una acción destructora y sustitutiva; la capacidad de resistencia de la economía campesina, la capacidad del capital
para reestructurar la agricultura gallega son, por consiguiente, nulas.
La opinión, ampliamente dominante en Galicia hasta 1977-1978, de
que la acción dominadora del capital equivale a la penetración directa de relaciones capitalistas de producción en el sector agrario, toma
cuerpo por primera vez con el libro de X.M. Beiras que estamos examinando.
b) Una de las tesis centrales del libro es la de que el estancamiento de la agricultura galleg^ en el período 1929-1960 demuestra claramente su carácter precapitalista. Ahora bien, una de las limitaciones
-explicitada por el propio Béiras- de la investigación consiste en
que el autor se ve obligado, por deficiencias estadísticas, a prescindir
del sector ganadero que, por ser tradicionalmente el de mayor grado
de comercialización, debe convertirse en el pilar básico de todo estudio que pretenda analizar las líneas de evolución de la agricultura gaIlega.
Habiendo dejado fuera del campo de su investigación a las produccionés ganaderas, Beiras formula la hipótesis de que el probado
estancamiento de la estructura de las producciones vegetales es un reflejo de la persistencia del tipo y del volumen de las producciones ganaderas a lo largo del período considerado; el estancamiento de las
producciones vegetales es la demostración más palpable del letargo
económico en el que se ve sumido el conjunto del sector agrario gallego a lo largo del período considerado. Aunque esta hipótesis toma
como base el hecho indudable de la dependencia de la ganadería respecto a las ptoducciones vegetales básicas de la alimentación animal,
creemos conveniente subrayar los siguientes puntos:
- Las caracter'tsticas del período 1929-1959 introducen un importante sesgo en el examen de la evolución de la agricultura gallega.
3 Ibid., p. 19. Subrayado por J. Colino.
22
En efecto, tal fase de la historia económica española comprende largos subperíodos caracterizados por situaciones más o menos estacionarias, de tal manera que los diferentes modos de producción capitalistas y no capitalistas- constitutivos de nuestra formación social no conocen las gtandes transfotmaciones que acabarán por cambiar radicalmente su base económica en la década de los 60.
- En el libro, se desechan estadísticas ganaderas que resultan tan
coherentes como la^ estadísticas vegetales utilizadas. Estadísticas ganaderas que reflejan una notable expansión de cierto tipo de producciones cárnicas como, por ejemplo, el continuo crecimiento de la producción de carne bovina durante el período 1953-1960, en el que se
dobla el peso anual del conjunto de reses sacrificadas, pasándose de
12.700 Tm. de media anual en 1953-1954 a 25.400 e ❑ 1959-19604.
- Se dejan de examinar algunos cambios significativos en la base agrícola del sector agrario gallego. Así, por ejemplo, el hecho de
que la producción de maíz fotrajero hubiese pasado de 1,6 millones
de Qm. en 1929-1930 a 2,5 millones en 1958-19595, o que las praderas artificiales hubiesen experimentado un considerable crecimiento, pasando de 7,4 millones de Qm. de producción verde-heno en
1932-1933 a 13,1 millones en 1958-1959^. Son cambios embrionarios en la base agrícola, pero que estaban apuntando una tendencia
de la agticultura gallega que Beiras, pteocupado en demostrar su carácter estacionario, no pudo captar.
- Si a ese ctecimiento de las producciones vegetales que constituyen inputs del sector ganadero, añadimos la posibilidad de que, sin
cambiar sensiblemente la base agrícola, el campesinado hubiese procedido a un aumento de las producciones ganaderas (como señalaban,
por otra parte, las estadísticas que Beitas rechaza) por medio de las
compras de forrajes y de piensos, podemos decir que el objetivo de
dar cuenta del estancamiento del sector agrario gallego por la «permanenciaA de la estructuta de las producciones vegetales está lejos de
ser satisfecho.
c) A1 examinat los aspectos negativos y positivos de la agricultura
campesina gallega, X.M. Beiras cae en una contradicción que echa por
tietra buena parte del estimable esfuerzo de caracterización teórica del
4 Ibid., cuadro I11.2, p. 87.
5 Ibid., anexo Il.ll, p. 177.
^ Ibid., anexo 11.13. p. 179.
23
agro gallego. En efecto; por una parte, se nos dice que uno de los
aspectos negativos de la agricultura gallega es el autoconsumo, es decir, la organización de la producción en función de las necesidades
familiares^; por otta, se señala como unó de los aspectos positivos el
hecho de que las unidades productivas tienen un carácter
pluridimensional8, es decir, el hecho de que se produce en su seno
una integración vertical que hace que pueda afirmarse que «la finalidad prin^ipal que persigue el campesino es la de producir ganados
y obtener productos derivados de la ganaderíap^. Ahora bien, según
el propio Beiras, «es ganado lo que el campesino produce para
venderu10, con lo que no está nada claro si la organización del proceso de trabajo agrario se hace en función de las necesidades familiares
o en fiinción de la producción de un output final de carácter pecuario
cuyo destino es el mercado: ^Se trata de una producción de valores
de uso o de una producción de valores de cambio? Aunque la respue•ta que nos da Beiras la de que la agricultura gallega produce para la ca.ra, su argumentación es lo suficientemente contradictoria y la
evolución posterior es lo suficieritemente clara como para que tengamos serias dudas respecto al mantenimiento del carácter cerrado de
la agricultura gallega en la década de los 60. La cuestión tiene una
crucial importancia, puesto que el grado de mercantilización es una
de las variables determinantes de la fase por la que atraviesa la articulación entre la pequeña producción campesina y el MPC. Es más, con
la perspectiva que dan los años transcurridos -que, obviamente, X.M.
Beiras no podía tener en 1967-, estamos en condiciones de decir que
el aspecto decisivo de la agricultura gallega en 1967, no era tanto las
indudables altas dosis de autoconsumo, como un creciente nivel de
inserción en el mercado que, pocos años después, acabaría por cambiar radicalmente el carácter de la agricultura gallega.
EI conjunto de las tesis de EI próblema del de.rarrollo de !a Galicia
rural son retomadas por Beiras en 1972, en el ya clásico de la ciencia
económica gallega O atra.ro económico de Galicia. Sin embargo, existen en este trabajo algunas consideraciones tangenciales que señalaban una serie de fenómenos que «teñen por denominador común o
de seren mecanismos de apertura forzosa da economía paisán, ou, nou- Ibid., p. 52.
e Ibid., p. 67.
^ Párrafo de Juan Rof Codina que cita y hace suyo X.M. Beiras: ibid., p. 68.
^o Ibid., p. 68.
24
tros termos, mecanismos de destrucción da economía natural, procesos de monetarización dos circuítos económicosn11, con lo que X.M.
Beiras, pese a seguir calificando la agricuitura gallega como una agricultura de autosubsistencia; nos estaba proporcionando un excelente
trampolín para profundizar en la naturaleza de las transformaciones
que venía experimentando el campo gallego; trampolín que, no obstan[e, adolecía de un defecto que, si era muy embrionario en 1967,
se convierte en la catacterística central de la concepción que Beiras tiene
de la actuación del capital sobre nuestra agricultura en 1972, y que
sólo es capaz de imaginar la dominación del capital en términos de
una penetración directa de las relaciones de producción capitalistas
en el agro gallego, de tal forma que, para Beiras, dominación del capital y destrucción de la agriculnira campesina son dos fenómenos que
van irremediablemente unidos: «coa penetración da empresa moderna, financiada e controlada dende fora do medio rural, nas esplotaciós campesiñas e mariñeiras remata o proceso de aniquilación da economía natural e de desposesión das poboacións afectadas^1z.
La plataforma analítica suministrada por Beiras en 1972 fue parcialmente aprovechada por Ramón López-Suevos, quien, en 1975, publica dos trabajos en los que se analizan impor[antes aspectos de la
cuestión agraria gallega13. EI aspecto más positivo de la contribución
de López-Suevos reside en la supetación del dualismo en el que tradicionalmen[e se enfocaba a la economía gallega, por medio del planteamiento de las relaciones entre agricultura y conjunto de la economía en términos de relaciones entre modos de producción diferentes,
dialéctica en la que «a transformación da economía natural en producción mercantil posee a máis ou[a importancia de cara a dominación dos modos de producción precapitalistas polo capitalismop14. La
aportación de López-Suevos, sin embargo, nos parece criticable en los
siguientes puntos:
a) La caracterización que se hace de la agricultura gallega como
^^ X.M. Beiras: O atraro económico de Galicia, Ed. Galaixa, Vigo, 1972, p. 174.
1z Ibid., p. t7G.
^3 Ramón López-Suevos:
-.O papel do excedenre agrícola na economía galega. en V.V.A.A.: A Galicia
rura! na encruci!lada. Ed. Galaxia, Vigo, 1975.
- Cara unha vi.rión crítica da economía galega, Ed. do Rueiro, La Coruña, 1975.
^4 Ramón López Suevor. :Capitalismo periférico, simbiosis e superesproración: o
'
caso gaÍego= en Cara unha vitión critica..., op. cit., p. 55.
2S
una agricultura precapitalista, es decir, como una agricultura integrada por unidades productivas que son meros residuos del pasado: «a
eixistencia de pequenos productores propietatios non encaixa na lóxica do sistema capitalista considerado en abstrauto. Na realidade, iste
fenómeno aparece como un ve.rtixio de modor de producción
precapitali.ctat.^1S. Catactetización de la agricultuta campesina que se
deriva de las concepciones de los clásicos del marxismo y que, por lo
tanto, constituye un deficiente punto de partida para la comprensión
de las transformaciones experimentadas por la agricultura gallegal^
b) La agricultura gallega se sigue caracterizando como una agricultura de subsistencia, aunque López-Suevos señale que los rasgos
tradicionales de la misma estén en fase de desaparición: «A sociedade
rural galega ofrece, xa en descomposición, os rasgos dun sistema de
producción pra o uso a base de pequenos productores propietarios.
Un sistema de policultivo en vistas ao autoconsumo no que as feiras
reforzaban a economía natural consolidando o sistema^". Lo paradójico es que, al des^ribir las modalidades de expoliación del ex ^edente
campesino por el capitalismo, López-Suevos da cuenta de una serie
de mecanismos que son, en su mayor parte, de carácter mercantil- 1)
Precios institucionales protectores de las producciones cerealeras y, consecuentemente, discriminatorias con las producciones ganaderas gallegas, 2) intercambio desigual, 3) mercados agrarios hegemonizados
por los oligopolios de demanda, 4) pago de tasas fiscales y parafiscales... Desde nuestra perspectiva, la naturaleza mercantil de la casi totalidad de los instrumentos capitalistas de extracción del tiempo de
trabajo excedente contemplados por López-Suevos exigían la ruptura
total con la tesis tradicional de la autosubsistencia del agro gallego,
que, en nuestro autor, está lejos de producirse, de tal forma que el
término de agricultura de subsistencia aparece repetidamente a lo largo de un ttabajo ,en el que el mercado apatece como uno de los instrumentos primordiales de dominación del capital sobre el campo gaIlego:
-«Nas agriculturas de subsistencia dase sempre una esplotación
combinadap18.
15 Ibid., nota 1. Subrayado por José Colino.
16 Remitimos al lector al contenido del libro y de los arriculos ci[ados en la nota
2 de la introducción.
^^ Ramón López-Suevos: :O papel do excedente...., art. cit., p. 156.
18 Ibid., p. 152.
'
26
-«Impónse un eisamen concreto do campesinado de subsistencia no marco xeral dunha economía dependente ou
colonialnl^.
No queremos acabar con este apartado, sin hacer las dos observaciones adicionales•siguientes:
- El autor se limita a realizar un inventairo de todo lo que, desde su punto de vista, puede constituir un instrumento capitalista de
extracción del excedente económico producido en las explotaciones
campesinas gallegas, sin proceder en ningún caso al análisis pormenorizado de los mecanismos de dominación enunciados. No se trata
sólo de que no se aporten elementos cuantitativos que permitiesen,
aunque fuera de forma aproximada, cuantificar los flujos del excedente
susttaído a las explotaciones campesinas, sino también que, en este caso
concteto, no hay, ni siquiera, elementos argumentales de carácter teórico
o especulativo. Se trata de formulaciones cuyo único punto de apoyo
son los presupuestos ideológicos del autor, tan respetables como cualesquiera otros, pero que, por sí solos, tienen muy poco que ver con
el análisis económico. Así, por ejemplo, al hablar de la política agraria del Gobietno, se nos dice que el precio institucional de la leche
está discriminado en relación al trigo y que el proteccionismo aduanero beneficia a las agriculturas cerealeras y perjudica a la agricultura
gallega. ^En base a qué se formulan tales valoraciones? En base a nada; no hay ningún elemento -ni cuantitativo, ni cualitativo- que
confiera solidez a la argumentación de López-Suevos20.
- Resulta incomprensible que, en un trabajo que pretende analizar los mecanismos capitalistas de apropiación del excedente generado por la economía campesina gallega, se desdeñe el papel que en
este terreno desempeña la renta de la tierra: «A apropiación do escedente baixo a forma de rendas da terra está por estudar. Probábelmente non teñen moita importancia, visto o xeneralizada que está a
prcpiedade no noso campon21. López-Suevos está dejando fuera de
su examen una de las principales vías de evacuación del trabajo exce^^ Ramón López-Suevos: ibid., p. 166.
20 La relación Preco kg/trigo/Precio L. leche registró un continuo detrioro, pasando de un 90,1% en 1960 a un 61,4% en 1975, fecha de publicación de las obras que
estámos analiiando. Cálculo propio en base al Anuarro de Erta^.rtrca Agraña. 1975.
p.p. 46 y 457.
21 Ramón López-Suevos: a0 papel do excedente...a, art. cit., p. 153.
27
dente en toda economía campesina: la propiedad de la tierra, ya que
«la renta no es sólo lo que el campesino paga al propietario de la tierra en el caso de un faire-valoir indirecto, sino también el conjunto
de intereses que debe pagar con el único fin de conservar o adquirir
la tierramzz.
c) López-Suevos lleva hasta sus últimas consecuencias la visión que
Beiras tenía de la dominación del capital sobre el agro gallego, planteando las relaciones entre ambos modos de producción en términos
de acumulación primitiva: «Na nosa opinión, o que está acontecendo
no campo gallego constitúe un auténtico proceso de acumulación ptimitiva; é decir, un proceso de desposesión dos productores direutos
dos seus medios de producción e a subseguinte concentración destes
nas mans dunha minoría; seña a burguesía intetmediaria propia, seña a burguesía monopolista alleap^3. No podía ser de otra maneta:
la acumulación primitiva que, en Marx, es la desposesión del trabajador directo por medio de mecanismos extraeconómicos, se amolda perfectamente a la visión ideológica que López-Suevos tiene de la economía galléga. La dominación colonial de Galicia pot el Estado español
tiene también su vertiente agraria, consistente en una expoliación, por
las vías coercitivas de toda acumulación primitiva, de los medios de
producción -primórdialmente la tierra- del campesino gallego, por
parte de la burguesía intermediaria gallega o de la burguesía monopolista española. EI cuadro es perfectamente coherente a nivel ideológico, pero mucho nos tememos que no se acerque en demasía a la
realidad: ^Dónde se encuentran las tierras acumuladas por la butgúesía gallega o por la burguesía española? Equiparar el actual proceso
de dominación del capital sobre la pequeña producción campesina gallega con el proceso descrito por Marx en EI Capital para Inglaterra
carece de todo sentido. Un proceso de acumulación primitiva tiene
dos aspectos fundamentales: a) la acumulación por parte de la burguesía de los médios de producción de los que ha sido desposeído el
trabajador directo y b) la subsig^iente proletarización in .ritu del campesinado. Ni que decir tiene que estos dos aspectos suponen la creación de los dos polos de las relaciones capitalistas de producción, capital y trabajo asalatiado, es decir, suponen la destrucción de la pequeña propiedad campesina y la penettación del MPC en el sector agrazz P.P. Rey y otros: CapitaliJme négnér, Ed. Maspero, París, 1976, p. 54.
23 Ramón López-Suevos: .O papel do escedente...s, art. cit. p. 155.
28
rio, fenómenos que no se han dado en Galicia, en donde -como tendremos ocasión de comprobar- la dominación del capital sobre la
agricultura se ejerce a través de mecanismos económicos y conlleva la
reproducción de la economía campesina gallega sobre nuevas bases.
d) Al examinar los mecanismos de la acumulación primitiva,
López-Suevos, aunque sea de forma marginal, establece una etiología
de la mercantilización de las producciones campesinas que nos parece
incorrecta. En efecto, para López-Suevos, la inserción de las explotaciones campesinas en los circuítos de intercambio mercantil tiene como principal causa la apropiación capitalista del excedente económico generado en lás mismas: aas restantes modalidades devanditas do
proceso de acumula ^ión primitiva supoñen a apropiación do escedente agrícola por grupos vencellados ao modo de produción dominante
nuq proceso que é acumulativo e cuio paso previo é a integración da
esplotación campesiña no mercado caplitalista. Pra elo, hay que forzar a apertura das esplotacións campesiñas creando a necesidade de
efeituar pagos en diñeiron24. Esta argumentación nos parece criticable si consideramos los siguientes puntos:
- La mercantilización de las producciones campesinas gallegas tiene como objetivo fundamental, como examinaremos más adelante,
la cobertura de la creciente demanda de productos ganaderos que, por
efecto del crecimiento económico, tiene lugar en España a partir de
1960. Si la causa fuese oua habría que explicar pot qué el proceso
de mercantilización se inicia en 1960 y no en 1940 o en 1950.
- Cuando López-Suevos pasa revista a los mecanismos de apertura forzosa de las explotaciones campesinas -que desde su perspectiva, son también mecanismos de acumulación primitiva- contempla una serie de fenómenos que van desde establecimiento de la seguridad social agraria, hasta la destrucción de la artesanía rural, pasando por la introducción de los valores burgueses en el campo que,
al alterar los hábitos de consumo, crean nuevas necesidades monetarias. Si en la implantación de la seguridad social agraria se puede vislumbrar un mecanismo extraeconómico de apertura de las explotaciones campesinas al mercado25, en los otros dos fenómenos lo que opez4 [bid., p. 159.
z5 Mrcanismo extraeconómico que, en codo caso, estaría en cotal contradicción co ❑
el objetivo de expropiación del excedente económico del campesinado gallego por el
capi[alismo español, si se considera que una de las principales consecuencias de la seguridad social agraria en un enorme trasvase de recursos del conjunto del sútema hacia
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ran son mecanismos de natutaleza fundamentalmente económica (mayor competitividad de las producciones industriales de carácter capitalista y aumento del nivel de vida de las clases urbanas). Caracterizar
tales fenómenos como instrumentos de una hipotética acumulación
primitiva resulta totalmente inconcebible y sólo se puede comprender en base a la previa adopción de una petspectivá colonial de la dialéctica entre agticultura campesina gallega y capital.
Desde unas bases metodológicas totalmente diferentes, Jesús García
Fernández3^ publicaba, en ese mismo año de 1975, el estudio más
sobresaliente de la agricultura de subsistencia en Galicia, en el que
se ponían a la luz las bases históricas y la lógica económica de la autarquía de las explotaciones agrarias gallegas. Trabajo perfecto si htibiese sido escrito quince años antes, pero que, en 1975, nos proporcionaba un marco explicativo de nuestta agricultura totalmente supetado por los hechos. La tesis centtal del libro es la de que la agricultura
gallega continúa siendo un policultivo de subsistencia: «Las ventas tienen un carácter secundario y marginal; muy frecuentemente son esporádicas, para obtener unos ingresos que permitan hacer frente en
un momento determinado a unos pagos imprescindibles. Por eso, lo
que se destina al mercado es el sobrante del autoconsumo, y en muchas ocasiones los excedentes son forzados; el campesino se lamenta
tener que venderlos (...). Se comprende por lo tanto, que el policultivo de .rub.ci.rtencia que caracterizaba al campo gallego en .riglot anteriore.r tiga manteniendo toda .ru funcionalidad^^7. Estamos en ptesencia, pues, de un libto que, por su excelente factura, venía a reforzar
considerablemente las tesis ttadicionales sobre el carácter autárquico
de la agricultura gallega, en unos años, comienzos de los 70, en que
los gastos y amortizaciones de la economía gallega, es decir, las compras de la agricultura al resto de los sectores, Pepresentaban en torno
al 35% de la Producción Final Agratia ( P.F.A.) de Galicia28.
Is agricultura. En el cuadro 1.1 se puede apreciar daramente la relevancia de la redistribución de renta operada a tiavés. de la seguridad social agraria; explicitemos de la
información contenida en el mismo que, en 1979, las prestaciones netas -prestaciones
menos recaudaciones- equivalieron al G3,9% de la renta agraria en Galicia, frente
a una cifra española del 35,4%.
Z^ Jesús Gatcía Fernández: Organización del etpacio y economía rural en la EJparia Atlántica, Ed. Siglo XXI, Madrid, 1975.
27 Ibid., p. 271. Subrayado por J. Colino.
-,
ze Cálculo propio en base a Banco de Bilbao: La Renta Naciona! de E.rpaña y lu
dittnbución provincial. Años 1971, 1973 y 1975.
31
Nos encontramos, por consiguiente, ante un fenómeno que, desgraciadamente, es muy frecuente en las ciencias sociales, y que consiste en que la reproducción del marco lógico explicativo de las realidades socio-económicas supera con creces la reproducción de estas últimas. Corresponde a Emilio Pérez Touriño el mérito de haber roto con
este conservadurismo ideológico y de haber planteado la cuestión agraria gallega sobre nuevas bases metodológicas29. En efecto, Pérez Touriño, apoyándose en teorizaciones como la de Claude Servolin, exponía una serie de proposiciones sobre la agricultura gallega que, desde
nuestro punto de vista, suponían una ruptura radical con las tesis tradicionales y que, básicamente, eran las siguientes:
a) Las luchas de grupos importantes del campesinado gallego por
aspectos relacionados con la .política de precios y mercados del Ministerio de Agricultura ponen en entredicho las formulaciones en las que
la agricultura gallega se caracteriza como una agricultura de autosubsistencia. La «guerra de la lecheb de 1976, las movilizaciones de los
campesinos de A Limia para que el FORPPA absorbiese los excedentes de patatas y las presiones de ciertos sindicatos agrarios gallegos para estar presentes en las negociaciones de los precios institucionales
fijados por el Ministerio de Agricultura, son fenómenos ligados con
un tipo de luchas de elases en el campo gallego que echan pot tierra
la tesis de la autarquía económica de las explotaciones agrarias gallegas: «Que na nosa econonlía agraria non se teña producido unha reconversión que alterase sustancialmente as formas de organización social da producción nun senso capitalista (...) non siñifica en absoluto
que nos atopemos a carón dun mundo rural pechado e homoxéñeo,
caracterizado como un sistema de producción pra o.uso, prá ca.ra»30.
b) La reproducción de las explotaciones campesinas gallegas debe explicarse en función de'las leyes de acumulación de capital. La economía campesina deja de contemplarse como un simple vestigio histórico, como algo que solamente puede ser explicado por la recalcitrante
inercia de estructuras económicas del pasado, y pasa a ser analizada
en relación al MPC y, más concretamente, con respecto a su funcionalidad actual para el capital. La dinámica de la pequeña producción
campesina gallega.está indisociabl.emente unida al praceso de cepro29 Emilio Pérez Touriño: .Dominación do capitalismo monopolista e cámbeos na
economía agraria galegas. Mateñaler, n° 5, 1977.
3o Ibid., p. 75.
32
ducción amp[iada del capital y sólo puede ser correctamente aprehendida en base a las necesidades de tal proceso: «O traveso deste xeito
de domiñación, que non necesita da implantación de relacións de producción capitalista no campo, as clases domiñantes conquiren a posta
en valor da producción agrícola-gandeira por un camiño que lles supón salvar unha serie de atrancos económicos, como terían de ser a
renda do chán e o beneficio, categorías que realizaítanse de existir unha
burguesía agrariapj^.
Con la publicación de este ttabajó de Emilio Pétez Touriño se sentaban, pues, las bases metodológicas para la superación de las crónicas insuficiencias de los estudios sobre la agricultura gallega. Era necesatio investigar nuestta propia realidad agratia con objeto de ptoceder
a la superación definitiva de las tesis tradicionales; labor que, por nuestra parte, emprendimos a partir de 1977 y cuyo resultado final fue
la publicación de un trabajo3z, en el que se demostraba que, desde
comienzos de los años sesenta, se ha dado un proceso de mercantilización de la agricultura gallega, un proceso de transición de una agricultura de subsistencia a una agricultura mercantil, que todavía no
ha culminado, peto que ha generado profundas transformaciones econórnicas y sociales. Proceso de mercantilización, o proceso de articulación de la pequeña propiedad campesina con el capitalismo español,
que, a continuación, pasamos a analizar.
31 Ibid., P. 79.
32 José Colino: .EI proceso de mercanrilización de la agriculrura gallega^. Zona
Abiena n° 14/15, 1978.
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