TEMA 1: EL SER HUMANO, CAPAZ DE DIOS

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TEMA 1: EL SER HUMANO, CAPAZ DE DIOS1
Los seres humanos, desde los tiempos primitivos, se han hecho preguntas: ¿Por qué existo? ¿Por
qué pienso? ¿Por qué las personas, aun siendo de la misma familia, somos tan diferentes? ¿Quién ha
creado todas las cosas? ¿Por qué existe el mal en el mundo? ¿Por qué sufrimos? ¿Hay algo después de
la muerte? ¿Dónde están las personas que quiero y que ya han muerto? ¿Por qué sé que hay cosas que
están bien o están mal si nadie me lo ha dicho antes?
Desde siempre el hombre ha buscado respuesta a estos interrogantes y ha podido entrever que en
el principio y fin de las cosas hay una misteriosa realidad que fundamenta su vida. Inevitablemente se
plantea la cuestión sobre Dios.
1. EL HOMBRE EN BUSCA DE DIOS
El pensamiento de Dios ha estado siempre en la mente del hombre desde tiempo inmemorial.
Aparece con terca insistencia en todos los lugares y todos los tiempos, hasta en las civilizaciones más
arcaicas y aisladas de las que se ha tenido conocimiento. No hay ningún pueblo ni período de la
humanidad sin religión
Ya en tiempos prehistóricos los hombres erigieron estatuas de ídolos y realizaron ceremonias
mágico-religiosas. Por ejemplo, durante el Paleolítico superior, en las cuevas, pintaban animales con la
finalidad de encontrar abundancia de ellos en sus cacerías.
Más tarde, en todas las civilizaciones y culturas que han ido surgiendo a lo largo de los siglos, han
existido manifestaciones de religiosidad: ritos, creencias, textos sagrados, personas y lugares dedicados al
culto, etc. Así, en Asia han surgido religiones como el hinduismo, el budismo, el confucionismo, el
taoísmo o el sintoísmo; en Próximo Oriente las antiguas civilizaciones egipcia y mesopotámica, así como
las tres grandes religiones monoteístas: judaísmo, cristianismo e islamismo; en América, las creencias
propias de mayas, hincas o aztecas; en África, las religiones tribales y animistas, centradas en el culto a
los antepasados y las fuerzas de la naturaleza; en Europa, antes de la expansión del cristianismo, la
religiosidad griega o romana, que dejaron huella en templos, imágenes y costumbres.
Todas estas manifestaciones prueban que, como dijo Aristóteles en el siglo IV a.C., “el hombre es
un ser religioso por naturaleza”. Las distintas religiones son caminos que el hombre ha trazado por su
necesidad de buscar a Dios.
1
Apuntes elaborados a partir de los libros de texto de religión católica de la editorial Casals en sus distintas ediciones. Esta
redistribución de temas y contenidos se hace para facilitar el trabajo en el aula y optimizar los recursos. Se ha usado también
el Catecismo YouCat.
2. EL HOMBRE, CAPAZ DE DIOS. LA REVELACIÓN NATURAL
Algunos se preguntan: ¿Es posible conocer a Dios sólo con la luz de la razón? ¿Es el hombre
capaz de conocer a Dios?
Dios ha dejado su huella en la creación entera y, en especial en su obra más querida que es el ser
humano, cada ser humano. Siguiendo esas huellas es posible llegar a conocer a Dios.
La fe cristiana confía totalmente en la recta razón, mediante la cual se puede llegar al
conocimiento de Dios. Para el creyente, la razón es inseparable de la fe y ha de ser respetada como un don
divino que es.
¿Cómo es posible conocer a Dios sólo con la luz de la razón? Partiendo de la creación, es decir,
del mundo y de la persona humana, el hombre. A través de las cosas creadas y con la voz de la
conciencia, el hombre puede conocer con certeza a Dios como origen y fin del universo y como sumo
bien, verdad y belleza infinita 2.
Así pues los caminos por los que el hombre puede llegar a la certeza de que Dios existe, con su
sola razón, son dos: la creación y la misma persona humana.
a) La Creación
Cuando contemplamos la inmensidad de las galaxias con su orden casi perfecto o la precisión del
funcionamiento de la célula, no podemos menos que asombrarnos y comprender cómo es imposible que
todo eso sea fruto de la casualidad o del azar. Tiene que existir Alguien que lo haya ordenado todo y haya
puesto esas leyes tan precisas en el universo.
Allí donde existe un plan, ha de haber alguien que planifica. Y detrás de una obra de tal
complejidad y de tales proporciones, ha de haber un Creador, cuyo poder y sabiduría trasciendan
cualquier medida. El asombro ante las cosas creadas nos habla del Creador de todas ellas.
b) El corazón del hombre
Cuando contemplamos un acto heroico y noble, cuando nos sentimos emocionados por el
nacimiento de un niño o el fallecimiento de un ser querido sentimos a Alguien que está más allá de
nosotros mismos. Cuando estamos atentos podemos oír en nuestro interior una voz que nos dice si lo que
hacemos es bueno o es malo, aunque nadie nos lo haya advertido antes, podemos intuir que hay Alguien
que nos está hablando.
2
“La Santa Iglesia, nuestra madre, mantiene y enseña que Dios, principio y fin de todas las cosas puede ser conocido con certeza mediante
la luz natural de la razón humana a partir de las cosas creadas… Cuando el hombre escucha el mensaje de las criaturas y la voz de su
conciencia, entonces puede alcanzar al certeza de la existencia de Dios, causa y fin de todo” (CEC, 36)
La conciencia es como el núcleo más íntimo y secreto del hombre, donde podemos estar a solas
con nosotros mismos y escuchar esa voz misteriosa que nos habla y que suscita en nosotros sed de verdad,
de justicia, de amor, de felicidad…
La voz de la conciencia es la voz de Dios. Ese anhelo profundo de todo lo bueno, ese sentirnos
responsables de nuestros actos, es la huella que Dios ha dejado en nosotros para atraernos hacia Sí.
3. RELIGIÓN Y RELIGIONES
Cuando el ser humano experimenta su dependencia radical respecto a una realidad suprema y
reflexiona sobre el tema, surge el deseo y la necesidad de relacionarse con ella para albarla, para pedir
protección o para agradecer sus dones. Esto se lleva a cabo mediante ritos, ofrendas, sacrificios u
oraciones. Podríamos decir, por tanto, que la religión (del latín religare, es decir, “religar” o “atar
fuertemente”) es una relación entre la divinidad y la persona.
Se puede decir que las religiones son la respuesta del hombre a la Revelación natural, a su deseo
innato de Dios, al que descubre por las huellas que ha dejado en la Creación y en la misma conciencia del
propio hombre.
El modo de expresar la actitud religiosa cambia según la cultura. Sin embargo, en todas las
religiones encontramos unos elementos comunes:
-
La existencia de una realidad suprema. Es la creencia en un ser que está por encima de todo
de un modo absoluto.
-
La actitud religiosa. La persona creyente reconoce su dependencia respecto a ese ser
supremo, al que debe la existencia y del que espera alcanzar la definitiva liberación del mal.
-
Las manifestaciones de la divinidad. Todas las religiones descubren signos o muestras de la
presencia y de la acción de la divinidad.
-
Las expresiones de la actitud creyente. Toda actitud religiosa interior se manifiesta también
exteriormente. En todas las religiones están presentes los ritos, las ceremonias y los lugares de
culto, días o tiempos especialmente dedicados a Dios, prescripciones morales...
4. EL RECHAZO A DIOS
Rechazar a Dios no es algo natural y es imposible demostrar que Dios no existe. No obstante, la
nuestra es una época que se caracteriza por el olvido y el rechazo de Dios. En este sentido cabe distinguir
varias posturas:
a) EL ATEÍSMO es negar que Dios existe. Desde el siglo XVIII, una época reciente si tenemos
en cuenta la historia de la humanidad, algunas personas han negado la existencia de Dios.
* En el siglo de las Luces los principales pensadores, como Voltaire, proclamaron que la “diosa
Razón” lo dirige todo.
* Ya en el siglo XIX algunos filósofos negaron rotundamente la existencia de Dios. Nietzsche
proclamó: “Dios ha muerto”. Marx denominó a la religión como “el opio del pueblo”.
* En el siglo XX los sistemas totalitarios impusieron el Estado como verdadero dios. Es el caso
del nazismo y el comunismo que, al negar a Dios, acabaron negando al hombre.
b) EL AGNOSTICISMO es la corriente de pensamiento que rechaza la posibilidad de conocer la
existencia de Dios. Quienes se confiesan agnósticos viven al margen de toda práctica religiosa, como si
Dios no existiera y sin interés por buscarlo. En el mundo antiguo esta teoría fue defendida por los
pensadores escépticos griegos y en los últimos siglos ha sido una postura muy extendida.
C) EL LAICISMO sostiene que el hecho religioso debe permanecer exclusivamente en el ámbito
de lo privado y, por lo tanto, rechaza las manifestaciones públicas de la religión. Hoy se puede ver esta
actitud en quienes atacan la enseñanza de la religión en la escuela o pretenden prohibir los símbolos
religiosos.
D) LA SUPERSTICIÓN consiste en atribuir poderes especiales a objetos o acontecimientos al
margen de la religión y de la razón. Es propia de las civilizaciones que en períodos de decadencia pierden
el sentido de lo religioso, tal como pasó en el ocaso de Egipto o del Imperio romano. Algunas formas de
superstición son la astrología, entendida como capacidad de las estrellas para influir en la vida de las
personas; la nigromancia o invocación a los muertos y la adivinación.
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