Aprovechamiento racional de la fauna silvestre: el caso de la

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Aprovechamiento racional de la fauna silvestre: el caso
de la silvestría de guanacos en la Payunia
Eduardo Sosa
“Trataré de trasmitirle al lector una impresión de lo que es una cacería de guanacos;
pero me temo que será un pobre intento, ya que la lengua más rica quedaría impotente, según
me parece, para expresar toda la excitación y el entusiasmo que una ocasión tan especial le
1
impone a un deportista europeo… ”
“…De pronto, hacia el lado de las montañas a la izquierda, oímos el largo llamado del
gaucho…para enviar información sobre la presencia de caza en la vecindad…distinguí a cierta
distancia los largos pescuezos esbeltos de unos treinta o cuarenta guanacos… conociendo sus
hábitos peculiares, decidí rodearlos… formando un círculo que se cerrara gradualmente hacia
el centro, donde podríamos matar por lo menos media docena”
“… los guanacos parecieron algo intrigados por nuestros extraordinarios
movimientos…poco a poco el circulo se hizo menor, y consiguientemente nuestras presas se
mostraron más alarmadas; precipitándose todas juntas por breves distancias, ora en una
dirección, ora en otra, hasta que al fin se vieron completamente rodeadas en un círculo de unas
doscientas yardas de diámetro. El dedo me ardía por apretar el gatillo…pero la prudencia
susurraba, ¡todavía no!”
“…Al fin hicieron un último intento y cargaron todos decididos en una misma
dirección…No pude contenerme más y disparé… cayó uno, pero hubiera sido imposible errarle
de tan cerca…”
“…las altas figuras poderosas de los gauchos, parados en los estribos y haciendo girar
las boleadoras sobre sus cabezas con tremenda fuerza y velocidad, fueron una visión
inolvidable. En pocos segundos podían verse guanacos cayendo y luchando por liberar sus
patas de las cuerdas firmemente enrolladas en ellas; pero sus esfuerzos eran inútiles… hasta
que por fin, exhaustos y jadeando, se rendían…”
“… se nos había reunido otro gaucho, que tenía dos galgos mestizos, bestias rápidas y
fuertes, exactamente lo necesario para ese terreno y esas presas…después de diez minutos
de dura persecución vimos que nuestros guanacos estaban subiendo las laderas…”
“… el gaucho los persiguió y nos informó que los animales se habían metido en una
trampa, y que si hacíamos las cosas bien podríamos cazar al rebaño entero… los guanacos
estaban a unos mil quinientos metros, quietos y mirándonos…”
“… Mientras tanto, los perros se habían lanzado tras los guanacos, y se les acercaban
rápido. La meseta estaba casi completamente rodeada por una fosa natural profunda, formada
por el torrente invernal de montaña; su profundidad era considerable y su ancho era excesivo
para que lo saltara nadie, ni un guanaco...”
“… los guanacos se asomaban al borde y se retiraban, espantados por la
profundidad… al fin, cuando los perros ya estaban casi sobre ellos, uno saltó, seguido por otro,
y otro, hasta que todos salvo unos diez hubieron pasado…”
“…las últimas (boleadoras) acertaron a uno, que dio un salto y empezó a revolcarse en
el suelo hasta acercarse al borde del precipicio, por el que cayó, arrastrando a uno de los
perros. El entusiasmo se generalizó entre los hombres… pero quedamos decepcionados pues
de pronto todos los guanacos saltaron juntos y aterrizaron abajo con un estruendo que no
anunciaba nada bueno para sus estructuras óseas…nos quedamos mirándonos como tantos
otros presuntos criminales defraudados por sus victimas. Nos precipitamos hacia el borde, y
vimos allá abajo los restos de dos guanacos, con el pobre perro yaciendo a su lado, muerto
1
Rickard, Francisco. Viaje a través de los Andes. 1ra. Edición-Buenos Aires. Emecé Editores. 1999.
según toda apariencia…” (Fragmentos tomados de “Viaje a través de los Andes, de F. Ignacio
Rickard, viajero ingles que narró estos hechos, ocurridos en mayo de 1863 en las primeras
estribaciones de la cordillera sanjuanina, cerca de la actual localidad de El Zonda, donde la
partida de gauchos y este visitante, lograron finalmente cazar a siete guanacos y un avestruz).
Introducción
La fauna silvestre siempre fue objeto de uso consuntivo por parte del hombre, sea por
el indígena, por el europeo o por el criollo, nuestros principales animales fueron
desapareciendo de las grandes extensiones del país, acorralados por el avance de la frontera
agropecuaria, perseguidos por cazadores o directamente por la pérdida de su hábitat natural.
Últimamente, descubrimientos científicos vinculan la pérdida de diversidad biológica y la
reducción de poblaciones otrora abundantes, con el cambio climático y otros fenómenos
globales.
Por ello, la fauna silvestre fue reduciendo drásticamente su presencia cotidiana, para
refugiarse en sectores donde por su inaccesibilidad, o porque se encuentran protegidos por la
ley o por la voluntad humana, pueden ponerse a salvo de las amenazas de la vida moderna. En
la actualidad, la fauna silvestre, incluso las aves, solamente puede salvarse a partir del enorme
esfuerzo de conservación, traducido en la preservación de aquellos ecosistemas más
significantes, donde pueda desenvolverse la vida sin mayores perturbaciones. También las
especies nativas han cedido espacio a otras que vienen de lejanas regiones del globo, traídas
con fines cinegéticos u ornamentales, pero que una vez liberadas, supieron adaptarse y
desplazar a sus similares a otros sitios, fuera de sus óptimos ecológicos. Así por ejemplo, el
ciervo colorado europeo desplazó a nuestros ciervos autóctonos, el jabalí, hoy considerado una
plaga, hizo lo propio con nuestros pecaríes, y así podríamos enumerar decenas de ejemplos en
donde nuestra fauna silvestre ha perdido su estatus local frente al ingreso de especies
exóticas. Esta situación se ha acelerado increíblemente, en particular a partir del siglo XX.
Muchos viajeros que pasaron por estas tierras, dejaron en sus notas apreciaciones
interesantes sobre la fauna autóctona, las cuales nos retrotraen a un pasado de abundancia
que nuestras generaciones no han conocido y que nuestros descendientes no podrán ver
jamás. En relación al guanaco, uno de los viajeros más famosos, Charles Darwin, deja sus
comentarios en el libro ícono del naturalismo científico Viaje de un naturalista alrededor del
mundo, publicado en 1859.
“… al estado natural, el guanaco, con su largo cuello y sus finas patas, es un animal
muy elegante. Es muy común en todos los lugares templados del continente y se extiende
hacia el sur hasta las islas cercanas al cabo de Hornos. Vive de ordinario en pequeños rebaños
que comprenden de cinco a treinta individuos; sin embargo... hemos visto uno que debía de
estar compuesto a lo menos por quinientos individuos…”
Refiriéndose a la provincia de Santa Cruz, en su libro de viaje el día 22 de abril de
1834, escribe:
“… El paisaje sigue siendo de poquísimo interés. La semejanza absoluta de las
producciones, en toda la extensión de la Patagonia, constituye uno de los caracteres más
chocantes de este país…”
“… por muy pobre que sea la Patagonia en ciertos aspectos, sin embargo puede
envanecerse de poseer quizá mayor número de pequeños roedores que ningún otro país del
mundo… un zorrillo, de formas muy delicadas, muy abundante, se alimenta sin duda
exclusivamente de esos animalitos. Aquel lugar es el verdadero país del guanaco; a cada
instante, yo podía ver rebaños compuestos de cincuenta a cien individuos y, como ya lo he
dicho, pude ver uno que comprendía por lo menos quinientas cabezas. El puma caza y come
esos animales, yendo escoltado a su vez por el cóndor y el buitre. A cada instante yo veía
huellas del puma a orillas del río y, a menudo, también esqueletos de guanacos con el cuello
dislocado y los huesos rotos, lo cual indicaba, sin lugar a dudas, cuál había sido el género de
su muerte”
También se conocía en aquéllas épocas la capacidad de domesticación del guanaco,
sus usos primarios en alimentación y se esbozaban sus primeros usos comerciales. F. Richard
en su libro sobre el cruce de los Andes, señala a William Bollaert como un viajero avezado en
estas regiones, el cual le acerca información sobre los camélidos en general. Bollaert, en la
publicación inglesa sobre caza deportiva Sporting Review, de febrero de 1863, habla sobre la
llama, la alpaca y el guanaco:
“.. el guanaco es más grande que la llama, pero de figura más delicada… la piel está
cubierta de excelente lana y pelo. Es un animal salvaje, pero si se lo captura joven puede ser
parcialmente domesticado. Se lo mata por la carne y el cuero… la lana es más corta y tupida
2
que la de la llama y es de longitud casi uniforme en todas las partes del cuerpo …al guanaco
se lo encuentra todo a lo largo de los Andes, desde Colombia hasta el estrecho de Magallanes;
a veces solo y en pareja, pero con más frecuencia en rebaños de entre diez y doscientos
individuos””.
Por su parte, Darwin aporta información en el mismo sentido, además de hacer
maravillosas apreciaciones sobre las costumbres de este animal:
“… A esos animales se les reduce fácilmente al estado de domesticidad, y he tenido
ocasión de ver cerca de las casas, en la Patagonia septentrional, un gran número de ellos
reducidos a ese estado, y sin alejarse de allí aun cuando no se tome nadie el trabajo de
encerrarlos. Entonces se vuelven muy atrevidos y atacan con frecuencia al hombre
golpeándole con las patas traseras”.
El guanaco como recurso natural renovable
La caza y la pérdida del hábitat, redujeron drásticamente las poblaciones de guanacos
a pocos relictos, principalmente en la zona cordillerana, inaccesible aún en la actualidad en
gran parte de su longitud, y a otros pocos sitios del país. La Payunia, región ubicada en el sur
de la provincia de Mendoza en el departamento Malargüe, además de ser uno de los campos
volcánicos más grandes del planeta y el más joven de todos ellos, alberga una de las
poblaciones de guanacos más importantes del país. Algunas investigaciones calculan su
cantidad en hasta 12.000 ejemplares, refugiados en ese ámbito y mantenidos a salvo gracias a
la labor de protección que realizan los guardaparques, en un área considerada como núcleo de
conservación, que en realidad representa un porcentaje pequeño dentro de la inmensidad de la
Payunia.
El interés por el aprovechamiento de la carne y la lana del guanaco, han generado un
importante debate entre la comunidad científica, las organizaciones ecologistas y los
productores interesados. En la Patagonia, existen regulaciones que canalizan este negocio, de
manera tal que pueda realizarse un manejo sustentable de la actividad. Es de destacar que en
toda la Patagonia podrían haber cerca de 600.000 animales silvestres (Amaya, 2001), mientras
que en Mendoza existen pocos relictos y su número no superaría los 15.000, aunque existen
investigadores que afirman que podría llegar a los 40.000 ejemplares en toda la provincia
(Amaya, 2003).
El cambio en los paradigmas de la conservación del guanaco
Muchas cosas han cambiado desde que se dieron las primeras posibilidades para la
cría comercial del guanaco y su aprovechamiento como recurso natural renovable. Desde la
protección estricta, la preservación de las especies requirió luego un cambio de actitud,
procurando la conservación a partir del uso racional, hasta la actualidad, en que para realizar
un manejo sostenible debemos apelar a la viabilidad ambiental, social y económica de los
emprendimientos, y donde es imprescindible la incorporación del hombre de campo como
colaborador principal en las tareas de manejo de las especies. Si bien esto implica subsumir el
valor intrínseco de las especies a los imperativos del mercado y la globalización, parece ser la
tendencia que en algunos casos permitirá resolver los dilemas de la sustentabilidad en la
conservación del ambiente.
Por otra parte, aparecen nuevos usos del recurso, ya no consuntivos o “crematísticos”,
3
al decir de Joan Martinez Alier , sino que plantean nuevos desafíos para las sociedades
modernas, como lo es el turismo, con el cual muchos países se perfilan como avanzada en el
2
Idem.
3
Alier, J. De la economía ecológica al ecologismo popular. REDES. Editorial Nordan-Comunidad. 1995. Barcelona.
uso sostenible de sus especies y ecosistemas. Mendoza posee numerosas alternativas para
desarrollar un turismo responsable, que haga un sabio uso de los recursos naturales a partir
del desarrollo de circuitos ecoturísticos y la concientización del turista “convencional” que visita
la provincia.
También la sociedad civil ha comenzado a intervenir en los procesos de toma de
decisiones, apostando a procesos participativos y a la incidencia en la agenda política, a través
de la acción de las organizaciones ambientalistas y ecologistas, de la mayor cobertura de los
medios de comunicación, otrora indiferentes a la problemática ambiental, o del activismo y
“cyber-activismo” de grupos locales, nacionales y globales.
El futuro de la conservación de las especies de flora y fauna no será ya una cuestión
marginal de las acciones de gobierno, en la medida que estas tendencias sigan afirmándose, y
en donde la sustentabilidad ecológica, social y económica, el manejo integrado de las especies,
además de la preocupación por el bienestar animal, serán los pilares para cualquier desarrollo
que se pretenda realizar con el guanaco y cualquiera de las demás especies de nuestra fauna.
El aprovechamiento de la lana del guanaco
Básicamente, en la actualidad hay dos maneras de realizar el aprovechamiento
sostenible de la lana del guanaco. La primera se refiere a la cría en semicautiverio, para lo cual
hay que domesticar a los animales partiendo de un plantel inicial de ejemplares, generalmente
capturados del medio natural, disponer de potreros con suplemento alimentario y de control
sanitario otorgado por veterinarios y organismos de control públicos. La segunda opción es la
llamada silvestría, técnica que requiere perseguir a poblaciones silvestres de guanacos,
conducirlas hacia un sector destinado al encierre temporal de los ejemplares, a la espera de su
esquila, para luego ser liberados y eventualmente, ser capturados el año próximo para la
misma finalidad. Para este caso, las instalaciones se montan para la ocasión y luego se
desmantelan completamente. Según la zona y la densidad de animales, la tenencia de la tierra
y otros factores, los métodos pueden alternarse.
El valor de la fibra en el mercado internacional ronda los U$S 150 por kilogramo,
pudiendo extraerse entre 300 y 500 gramos de cada animal esquilado. Estas tareas deben
complementarse con un plan integral que incluya el monitoreo de las poblaciones existentes,
programas de capacitación del personal en las tareas que demanda el arreo de los animales, la
esquila y el procesamiento de la fibra. También contar con datos que permitan el manejo
preventivo de las poblaciones silvestres, en el caso de la silvestría, junto a la realización de
experiencias piloto para corroborar los resultados con el trabajo de campo, a fin de alertar a los
emprendedores sobre la rentabilidad real de los proyectos propuestos según la zona
considerada.
Algunas consideraciones respecto al aprovechamiento del guanaco
Mendoza posee una importante población de guanacos en el área de la Payunia,
mientras que en el resto del territorio poco se sabe respecto a la densidad de las poblaciones y
sus hábitos. Además, la situación del guanaco es heterogénea, por lo cual no pueden
extrapolarse resultados ni modelos de aprovechamiento de otras regiones del país, si no
4
cuentan con un exhaustivo análisis del caso local .
Por otra parte, existe una diferencia clave en el sistema de apropiación de los
ejemplares para iniciar la actividad, ya que por lo general, los establecimientos que se dedican
a la cría del guanaco poseen planteles silvestres en los campos privados, mientras que en la
provincia, la mayor cantidad de guanacos, que permitirían una escala rentable en la actividad
de cría, se encuentran en tierras de dominio público, sujetas a medidas de conservación
ejecutada por los gobiernos provinciales, con fondos del erario público, por lo que la ciudadanía
y sus instituciones deberían estar presentes en el proceso de toma de las decisiones.
4
Puig, S. et.al Distribución de densidades de guanaco (Lama guanicoe) en el norte de la reserva La Payunia y su área
de influencia. GEMAVER-Unidad de Ecología Animal, IADIZA. Multequina 12. Mendoza. 2003.
Los costos de instalación de un criadero de guanacos dependen de varios factores que
afectan la rentabilidad total del emprendimiento, en particular tienen que ver con el acceso a las
poblaciones de guanacos, el tamaño y densidad de las mismas, la accesibilidad al terreno y las
distancias a los centros de provisión de los insumos, entre otros. Por ello es necesario calcular
adecuadamente el costo de los proyectos, a fin de conocer la situación antes de la puesta en
marcha. En virtud de esto, la silvestría representa una alternativa más viable desde el punto de
vista económico-financiero para este tipo de aprovechamiento faunístico.
Respecto de la viabilidad social de los emprendimientos, es imprescindible a estas
alturas prever la participación protagónica de la comunidad residente, proveyendo no
solamente capacitación en tareas marginales, sino su participación plena en los beneficios
económicos de la actividad. Como recurso natural cuyo dominio originario recae en las
provincias, según la Constitución Nacional, puede decirse que el guanaco pertenece al
patrimonio provincial, de cuyo beneficio participa toda la sociedad. Por ello, los beneficios no
pueden quedar en manos de pocos y en desmedro de los principales involucrados e
interesados en el goce de la fauna.
Por último, los proponentes de proyectos deben ajustarse a normas nacionales,
provinciales y municipales de habilitación, además de permitir el control por parte de
organismos de salud, de protección ambiental, de promoción económica y de inspección
territorial, como así también ajustarse a los cupos que permiten las autoridades, en base a las
convenciones internacionales como CITES, en la cual el guanaco se encuentra incluido.
La legislación provincial en relación al guanaco
La regulación de la caza y el uso consuntivo de esta especie, se ha realizado desde el
siglo XIX, cuando el gobernador Felix Aldao expidió un decreto en setiembre de 1843, por el
5
cual impedía que durante la veranada , ganaderos chilenos cruzaran la cordillera para
alimentar su ganado sin tributar al fisco local y cazaran guanacos, que proveía de la valiosa
lana a la industria textil artesanal local, además de ser utilizado como bestia de carga cuando
se lo domesticaba, en reemplazo de la llama, abundante en el norte chileno pero escasa en la
región central. Sucesivos gobiernos, a favor de la protección de los límites, más que por una
cuestión conservacionista, establecieron o mantuvieron idéntica restricción, lo cual favoreció la
disminución de la presión de caza en ese sector de la provincia, no así en otros sectores del
llano. Durante las décadas del 60 y 70 del siglo XX la caza del guanaco fue muy intensa en el
sur provincial y en los valles cordilleranos, lo cual produjo la retracción de las poblaciones, que
6
aún no han recuperado su número . Ya en la década del 80, la explotación hidrocarburífera
intensiva y la presencia en mayor escala de ganado ovino, caprino y vacuno, provocaron una
reducción aún mayor de las áreas habitables para esta especie, que en algunos casos entró en
competencia directa con el ganado por el escaso alimento y agua presentes en la región.
En el año 1979, la ley provincial N° 4386, reguló la protección y aprovechamiento de la
fauna en el territorio provincial, estableciendo prohibiciones y restricciones de uso, pautas de
manejo para la conservación de las especies y sanciones por su incumplimiento, derogando la
ley provincial 3622 referida al mismo tema.
Al poco tiempo la provincia promulgó la ley Nº 4602, la cual adhiere a la Ley Nacional
N° 22.421 de Conservación de la Fauna Silvestre. El decreto reglamentario N° 1998/82
establece una detallada regulación de las actividades de aprovechamiento de la fauna local.
Surgida la preocupación durante los ochenta por la conservación de esta especie, y
7
movi lizada por la aparición de la Estrategia Mundial para la Conservación y tratados
8
internacionales como el de CITES , el gobierno de la provincia sancionó en 1982 el decreto-ley
5
Epoca del año cuando se abren los pasos cordilleranos y permite a los ganaderos caprinos arrear su ganado hasta
los valles de altura, donde las pasturas y el agua son abundantes. Generalmente el periodo de permanencia es corto, y
está determinado por la llegada de los primeros fríos, tras lo cual el ganado es conducido a las zonas bajas
nuevamente.
6
Puig. Et. al. Idem
7
Documento elaborado por la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), el WWF (World
Wildlife Fund) y las Naciones Unidas, que resume el paradigma de la conservación de los años 80.
8
CITES (Convention on Internacional Trade of Endangered Species)
3.917, creando la Reserva Total El Payén, a partir de la delimitación surgida de campos
fiscales en poder de la provincia. La reserva, originalmente pensada con una superficie de
450.000 hectáreas, en la practica tenía 192.000 hectáreas de tierras públicas, correspondiendo
el resto a campos privados sobre los que no pesaban restricciones al dominio, ni sus tierras
estaban declaradas de utilidad pública y sujetas a expropiación, lo cual disminuía las
probabilidades de proteger efectivamente al guanaco y otras especies. Durante varios años la
protección de las especies y sus hábitats naturales se redujo al accionar de particulares
interesados, hasta que en 1993 surgieron por un lado, la ley provincial N° 6045, la cual
homogeneizó el marco regulatorio de las áreas protegidas, y por el otro, el plan de manejo de
9
la Reserva El Payén, fruto del trabajo de un grupo de Investigadores del IADIZA , organizando
la protección a partir de la presencia del Cuerpo de Guardaparques provinciales, de reciente
creación y que había iniciado sus actividades en el área a comienzos de los noventa. Tanto la
ley de áreas protegidas como el plan de manejo de El Payén, contribuyeron de manera
decisiva a la conservación del guanaco en el área de la Payunia desde el aspecto formal, pero
hay que reconocer igualmente la valiosa presencia de hombres amantes de la naturaleza y
comprometidos con la conservación de la misma.
En el año 1994 se sanciona la ley provincial N° 6245, que regula el uso de vehículos
todo terreno en áreas reservada para las especies silvestres, introduciendo un factor de cambio
importante en la preservación de especies como el guanaco, ya que una de las prácticas más
utilizadas hasta entonces era la persecución de los animales con vehículos todo terreno, una
práctica además prohibida por las leyes de fauna nacional y provincial.
Por su parte, la ley provincial N° 6599, del 12 de mayo de 1998 y publicada en el
Boletín Oficial en agosto de ese mismo año, declaró monumento natural a varias especies de la
fauna nativa y sus hábitats naturales, entre ellas el guanaco, estableciendo la veda total y
permanente para la caza. Sin embargo, la ley provincial N° 7066, sancionada en octubre de
2002, modifica un artículo y agrega otro, permitiendo el “manejo sustentable” y su caza con
fines educativos, científicos y de subsistencia de las especies, estableciendo además, que el
guanaco podrá ser aprovechado económicamente de tal manera que no afecte a las
poblaciones silvestres y se realice de manera ecológica y socialmente sustentable.
A nivel nacional, la ley N° 28.861 declara de interés el aprovechamiento sostenible del
guanaco.
Con la aparición de proyectos de cría de guanacos en cautiverio o de otras
características, la Dirección de Recursos Naturales Renovables, organismo dependiente de la
Subsecretaria de Medio Ambiente de la provincia, dictó la resolución 184/2004-DRNR, por la
cual regula el establecimiento de emprendimientos de cría en cautiverio del guanaco y
establece un comité de evaluación de carácter vinculante sobre estos emprendimientos,
compuesto por organizaciones sociales, investigadores e instituciones académicas
reconocidas, entre otras cosas. Esta resolución completa un vacío normativo en cuanto a las
condiciones técnicas que deben poseer los proyectos de este tipo.
A la fecha de edición de este trabajo, un grupo interdisciplinario conformado por ONG’s,
investigadores y personal técnico del estado Provincial, impulsan ante la legislatura provincial
10
la sanción de una ley que regularice la situación de las tierras de la Reserva El Payén .
El caso de la silvestría de guanacos en la Payunia
En el año 2001, la sociedad mendocina asistió a una pelea entre organizaciones
ecologistas y el gobierno, debido a un emprendimiento de uso comercial del guanaco,
propuesto por un particular propietario de campos en el departamento Malargüe, ubicado en el
sur provincial.
9
Candia R. et.al. Diseño del Plan de Manejo para la Reserva Provincial la Payunia. Multequina 2. IADIZA. Mendoza.
1993.
10
Ver Diario Los Andes.”Presión para frenar las expropiaciones en la Payunia” (9 de julio 2004), “Protegerían a
puesteros que viven en tierras fiscales de la Payunia” (16 de setiembre de 2004), y Diario UNO. “Frenan plan de
expropiación en la Payunia” (29 de setiembre de 2004).
En enero de 2001 el propietario aludido captura guanacos en el área de Payunia, tras
lo cual los animales son intervenidos por la Dirección de Recursos Naturales Renovables y
trasladados a la ciudad de Malargüe, en carácter de custodia legal a los propietarios del predio.
Sin embargo, al poco tiempo, la misma repartición autoriza al propietario, a quien habían
encontrado en infracción, a la captura de nuevos ejemplares, lo cual se realiza inmediatamente,
llevándolos a la ciudad de San Rafael, a un criadero de guanacos, no autorizado hasta la
fecha.
Por otra parte, los chulengos (la cría del guanaco) capturados en primera instancia y
ubicados en Malargüe, son entregados en el año 2004 en propiedad al dueño del predio,
autorizándosele a realizar una esquila, la cual se practicó en el mismo año.
Mientras tanto, algunas entidades y grupos de interés comienzan a pronunciarse en
11
contra del emprendimiento .
Respecto del caso principal de análisis en este documento, en el mes de agosto de
2003, mediante expediente N° 1955-R-03-03873 de la Dirección de Recursos Naturales
Renovables, caratulado “Roldán, Aurelio - Uso sustentable de guanacos silvestres, esquila en
vivo”, se propone un proyecto de esquila en vivo en dos campos del departamento Malargüe,
cuya dirección técnica está a cargo de la profesional Carolina Montes, en representación del
Grupo Consultor Camélidos Sudamericanos. Este grupo le manifiesta al proponente del
12
proyecto las condiciones a las cuales deberá someterse para iniciar una relación comercial ,
como parte del proyecto de referencia.
Con fecha 2 de setiembre de 2003, un informe técnico del departamento Fauna de la
Dirección de Recursos Naturales Renovables recomienda no dar curso a la solicitud, hasta
tanto se cumplan con requisitos técnicos indispensables, además de definir la incumbencia
legal de leyes aparentemente contrapuestas.
Un nuevo informe técnico de esta jefatura con fecha 26 de febrero de 2004, afirma que
la experiencia es viable, de acuerdo a experiencias realizadas en la provincia de Río Negro,
pero que por estar dentro de los límites fijados por el Plan de Manejo de la Reserva El Payén,
debería dictaminar el área correspondiente. En igual sentido, el departamento legal de la
repartición recomienda la autorización de la experiencia.
Finalmente, la Dirección de Recursos Naturales Renovables autoriza la experiencia
mediante Resolución N° 1678, del 2 de setiembre de 2004, la cual formulaba las siguientes
indicaciones:
- la actividad quedaba condicionada a la suscripción de un convenio entre el
proponente y la repartición pública;
- la previa determinación del sitio donde se realizará la actividad, un detalle de las
instalaciones, personal técnico, metodología detallada y censo poblacional;
- la inspección previa de técnicos gubernamentales;
- la prohibición en la utilización de medios mecánicos;
- la posibilidad de suspender las tareas si se infringe daño a los animales;
- la supervisión de todas las actividades por parte de la repartición gubernamental y
expertos del IADIZA (Instituto Argentino de Zonas Aridas).
Con fecha 20 de setiembre de 2004, el proponente solicita modificación de la
resolución de autorización, e inmediatamente presenta recursos de revocatoria cuatro días más
tarde contra la citada resolución, la cual es aceptada mediante Resolución N° 1876. Esta,
además deja sin efecto los demás artículos, librando al proponente de la firma de convenios y
de la supervisión técnica de los investigadores del IADIZA, quienes por otra parte se sindican
como los principales expertos en el tema en la provincia.
11
Diario Los Andes. “La cría comercial de guanacos para consumo genera desacuerdos”. 10 de mayo de 2003.
12
Foja 2, expediente 1955-R-03-03873. DRNR.
El 5 de octubre de 2004, a pesar de la oposición de la Unidad de Ecología Animal del
IADIZA y de organizaciones ambientalistas y ecologistas, la Dirección de Recursos Naturales
Renovables autoriza la realización de la experiencia.
Unos días más tarde y previo a la realización de la esquila, la ONG Oikos red ambiental
13
interpuso acción de amparo contra las resoluciones N° 1855 y 1678, logrando se haga lugar a
la medida cautelar suspendiendo las actividades hasta que la justicia resuelva la cuestión de
fondo. La solicitud que fundamenta este pedido a la justicia, se basa en la necesidad de que
este tipo de proyectos sean sometidos al procedimiento de evaluación de impacto ambiental
que prevé la ley provincial N° 5961 y su decreto reglamentario 2109/94. De esta manera, se le
da participación a la ciudadanía en la toma de las decisiones, a través de la audiencia pública,
además de transparentar el proceso de autorización al intervenir organismos técnicos y
profesionales idóneos en los dictámenes técnicos e informes sectoriales.
Con posterioridad a la presentación del amparo, y respondiendo a la solicitud del
proponente del proyecto, la autoridad de aplicación prolongó el plazo para la realización de la
esquila hasta el mes de enero de 2005.
A la fecha de conclusión de este trabajo, aún no se resuelve el amparo, la actividad de
silvestría está detenida, la Dirección de Recursos Naturales Renovables pretende conformar
una experiencia piloto de silvestría con un organismo de carácter nacional, y se ha puesto en
marcha el Comité de Evaluación de Proyectos de Extracción del Medio Silvestre, creado por la
Resolución N° 184/04-DRNR.
Conclusiones
A la luz de los acontecimientos, es lógico concluir que aún no están dadas las
condiciones para el aprovechamiento sostenible de la fauna en el territorio provincial. El marco
normativo no se encuentra preparado para prevenir y minimizar los impactos ambientales
negativos, de una actividad tan sensible al equilibrio ecológico. Por otra parte, el desarrollo de
una actividad productiva de estas características, debe ir acompañado por un fuerte
componente de capacitación de la población local, de tal manera que, a la par de apropiarse de
la actividad para incorporarla al acervo social, permita disponer de personal capacitado para
generar nuevos emprendimientos, en los que los principales beneficiarios sean los propios
pobladores de las áreas rurales donde transitan los animales.
Es un desafío para las autoridades compatibilizar las necesidades de desarrollo local y
conservación. Esto implica saber reconocer aquellos emprendimientos que pueden revertir el
círculo vicioso de la pobreza, de aquellos que pretenden usufructuar los recursos naturales en
desmedro del beneficio social.
Respecto del futuro de la especie, es indispensable analizar la viabilidad numérica de
las poblaciones para realizar los emprendimientos aludidos, así como diseñar una estrategia de
conservación de la especie que involucre a todas las partes interesadas. Solo así el guanaco
tiene una posibilidad de subsistir ante el avance incontenible y a veces irracional del hombre.
14
Ya el notable naturalista Guillermo Hudson decía al respecto, “… me apresuro a decir que el
guanaco no está a punto de extinguirse, ni es probable que eso ocurra pronto, pese a que
muchos hombres civilizados, se dedican con entusiasmo a exterminar a los más nobles
mamíferos, en una gloriosa cruzada cuyo término triunfal será presenciado por la generación
siguiente, más favorecida en ese sentido que la nuestra”
13
Diario Los Andes. “Oikos presentó un amparo por guanacos de Malargüe”. 15 de octubre de 2004.
14
Hudson G. El naturalista en el Plata. Ediciones El Elefante Blanco. 1997. Buenos Aires.
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