Cambios cognitivos ante estímulos emocionales en usuarios de

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Respuestas perceptuales, fisiológicas y
conductuales ante estímulos audiovisuales
de alegría, en usuarios de cannabis.
TESIS
Para optar por el grado de Maestro en
Ciencias Cognitivas
Presenta
Alejandro Jaimez Villalobos
Director: Dra. Ma. de la Cruz Bernarda Téllez
Alanís
Cuernavaca, Morelos.
Enero, 2012
Respuestas perceptuales,
fisiológicas y conductuales ante
estímulos audiovisuales de alegría,
en usuarios de cannabis.
TESIS
Para optar por el grado de Maestro en
Ciencias Cognitivas
Presenta
Alejandro Jaimez Villalobos
Director: Dra. Ma. de la Cruz Bernarda Téllez
Alanís
Cuernavaca, Morelos.
Enero, 2012
Índice
Resumen
1. Introducción
2. Sistema Cannabinoide Endógeno
3. Depresión y cannabis
4. ¿Qué es la emoción?
5. Respuesta perceptual de la emoción
6. Respuesta fisiológica
6.1. Conductancia de la piel
6.2. Frecuencia cardiaca
7. Respuesta conductual
8. La alegría
9. Objetivo
10. Método
10.1. Sujetos
10.2. Materiales
10.2.1. Pruebas
10.2.2. Estímulos
10.2.3. Aparatos
10.2.4. Software
10.3. Procedimiento
10.4. Análisis de datos
11. Resultados
12. Discusión
13. Conclusión
14. Referencias
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Resumen
Se investigó la respuesta emocional de usuarios de cannabis ante estímulos audiovisuales de alegría en comparación
a un grupo control. La respuesta emocional fue evaluada
en sus tres componentes: perceptual, fisiológica y conductual. La primera se midió con la valoración afectiva que
el participante otorgó a los estímulos en las dimensiones
de valencia e intensidad. Como respuesta fisiológica se registraron las variables de la conductancia de la piel y de
frecuencia cardiaca. Para la respuesta conductual se registró la frecuencia de los movimientos faciales asociados a la
expresión de alegría. Los resultados obtenidos no muestran
diferencias entre los grupos en ninguna de las respuestas
registradas. Estos resultados sugieren que los usuarios de
cannabis perciben y responden fisiológica y conductualmente de forma similar que los no usuarios, a los estímulos
audiovisuales de alegría.
1. Introducción
Por más de 3,500 años, el cannabis (Cannabis sativa, cáñamo, hierba, marihuana, etc.) ha sido una de las plantas medicinales más
ampliamente usadas, en distintas culturas. Éstas incluyen a China,
India, África, y los romanos preeuropeos católicos. En la época contemporánea, la marihuana fue el analgésico número uno por más
de 60 años antes del redescubrimiento de la aspirina, cerca de 1900
(Herer et al., 2000).
Dada la importancia cultural que involucra el uso de cannabis, el
estudio del sistema cannabinoide endógeno y sus efectos sobre la
experiencia afectiva se presentan como indispensables para la comprensión de la realidad del uso de esta planta, y así poder determinar
justificadamente sus efectos, similares a los que tienen otras sustan- 1 -
cias psicoactivas (e.g. alcohol).
La cannabis o marihuana es la sustancia ilegal más usada en todo
el mundo, según el informe de la oficina de drogas y crimen de las
Naciones Unidas (UNODC, 2011). La prohibición de la planta ha
sido tema de debate, debido a que existen puntos de vista divergentes sobre su consumo y los efectos a largo plazo que tiene en humanos. Uno de estos temas ha sido el uso prolongado y la relación que
guarda con trastornos afectivos, como la depresión (Degenhardt et
al., 2003).
La relación que existe entre uso prolongado de cannabis y cambios
cognitivo-emocionales se debe a que la acción psicoactiva de la
planta ocurre en un sistema modulador en el cerebro, llamado sistema cannabinoide endógeno (SCE), el cual es un sistema de modulación fisiológica que actúa sobre la actividad del sistema neurotransmisor en áreas asociadas al procesamiento emocional (Díaz, 2009).
Por otro lado, las emociones positivas como la alegría, tienden a
mejorar la exploración y el gozo de nuevas ideas y posibilidades, así
como nuevas formas de ver las cosas. Por ello, la gente que se siente
bien, puede estar alerta a las posibilidades y resolver problemas más
eficientemente que aquellos que no (Isen, 2000). Ashby (1999) propuso una teoría neuropsicológica sobre la influencia de los afectos
positivos en el procesamiento cognitivo, la cual se centra en el papel
del neurotransmisor dopamina y propone que muchos de los efectos
sobre la cognición, observados en los afectos positivos, pueden ser
resultado de niveles incrementados de dopamina en regiones cerebrales que se señalan más adelante.
El presente estudio parte de una definición funcional de las emociones, consideradas como un sistema multicomponente que integra
patrones de respuestas cognitivo–perceptuales, fisiológicas y de expresiones motoras, con el fin de maximizar los recursos que un organismo necesita para movilizarse y enfrentar un evento importante
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(Johnstone et al., 2000).
Las respuestas perceptuales que se estudiaron fueron la intensidad
(activación-desactivación) y la valencia (agradable-desagradable)
que los sujetos reportaron de manera gráfica en donde las dos dimensiones estaban representadas en un plano cartesiano. Como
respuestas fisiológicas subyacentes a la experiencia emocional, se
analizaron los registros de la conductancia de la piel y la frecuencia
cardiaca, ya que dichas técnicas se basan en el registro de cambios
fisiológicos controlados por el sistema nervioso autonómico (SNA).
En cuanto a la respuesta conductual, se analizaron los movimientos
faciales manifestados durante la presentación de los estímulos, con
base en las unidades de acción señaladas en el sistema de codificación Facial Action Coding System (FACS), referentes a la emoción
de alegría (Ekman et al., 1978).
La sustancia activa de la cannabis denominada Δ9Tetrahidrocannabinol (Δ9-THC), es un cannabinoide agonista que
excita la actividad neurotransmisora, por lo que la liberación natural
de dopamina en un usuario crónico, se puede ver afectada como
consecuencia del uso de la planta (Espejo et.al., 2008).
2. Sistema Cannabinoide Endógeno
La acción de la marihuana en el cerebro tiene que ver directamente
con el SCE que influye principalmente en tres sistemas de regulación fisiológica: el sistema neurotransmisor, el sistema inmune y el
sistema endocrino (Díaz, 2009).
Este sistema fue descubierto tras el aislamiento del componente activo de la cannabis, la molécula Δ9-THC (Mechoulam et al., 1995),
la cual en su ingreso al sistema nervioso se acopla a receptores sinápticos especializados y modula la liberación de neurotransmisores
involucrados en múltiples funciones cognitivas y fisiológicas, entre
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ellos la dopamina que está vinculada al procesamiento emocional.
El SCE se compone de ligandos o endocannabinoides, receptores, y
enzimas encargadas de la síntesis y degradación de los ligandos. Los
endocannabinoides son compuestos químicos lipídicos derivados de
la degradación fosfolipídica de la membrana celular. Actúan como
mensajeros retrógrados en la comunicación de neuronas presinápticas principalmente, sintetizándose bajo demanda. Una vez hecho
su trabajo, son inactivados por la acción de enzimas de degradación
(Piomelli, 2003). El primer ligando endógeno que se logró aislar fue
la anandamida (Devane et al., 1992), una amida del ácido graso poliinsaturado araquidónico, que actúa de forma similar al Δ9-THC.
Los ligandos son clasificados por la acción que realizan al acoplarse
a una célula, y se les considera como agonistas o antagonistas. Los
ligandos agonistas estimulan la respuesta del receptor al acoplarse,
mientras que los ligandos antagonistas, por el contrario, bloquean
la acción del receptor y pueden reducir o abolir la acción de los
agonistas.
Actualmente se han identificado dos tipos de receptores cannabinoides en humanos, y corresponden al receptor CB1 localizado en el
sistema nervioso central y el receptor CB2 localizado esencialmente
en el sistema inmune. La localización del receptor CB1 se encuentra
en una alta densidad en las neuronas del cerebelo y de los ganglios
basales. Además existe una alta densidad en hipocampo y amígdala.
En el resto de las áreas como la corteza, existe una cantidad moderada de estos receptores (Berrendero, 2002).
En humanos, la administración aguda de Δ9-THC produce respuestas que dependen de la dosis y el contexto: pueden presentarse la
relajación y la euforia pero también el pánico y la ansiedad. En general, las dosis bajas de Δ9-THC generan ansiólisis y mejoramiento
del humor, mientras que dosis altas generan ansiogénesis y disforia
aunque esto también depende de otros factores como el entorno y la
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experiencia previa de uso (Clapper et al., 2009).
Fusar-Poli et al. (2009) investigaron sobre los efectos del Δ9-THC y
el cannabidiol (CBD, un componente principal de la especie Cannabis índica), en el funcionamiento de regiones cerebrales durante la
presentación de estímulos de rostros que inducían diferentes niveles
de ansiedad. Encontraron que la administración de Δ9-THC produce
efectos de ansiedad, mientras que el CBD la reduce. En los resultados de imagen funcional, se encontró que el Δ9-THC activa áreas
frontales y parietales, mientras que el CBD activa áreas como la
amígdala y la corteza cingulada posterior y anterior, lo que evidencia efectos ansiolíticos y ansiogénicos que repercuten en el estado
afectivo que dichos cannabinoides producen en el sistema nervioso
central.
El sistema endocannabinoide juega un papel importante en el procesamiento emocional por dos razones. La primera de ellas es que
los receptores del Δ9-THC, están presentes en áreas cerebrales que
participan en el procesamiento de las respuestas emocionales tales
como la amígdala, vinculada al procesamiento del miedo (Ledoux
et al., 2000), y la corteza prefrontal la cual está relacionada al procesamiento cognitivo-perceptual de la emoción. La segunda razón es
que los cannabinoides regulan la actividad de diversos neurotransmisores, como la dopamina, implicados en el control emocional.
3. Depresión y uso crónico del cannabis
Existen investigaciones que han vinculado el uso frecuente de cannabis (más de tres dosis por semana) con algunos trastornos emocionales como la depresión y la ansiedad (Bovasso, 2001). Por el
contrario, un estudio reciente sugiere que el uso frecuente de la planta puede incrementar los síntomas depresivos pero sólo en algunos
usuarios que presentan predisposición natural a dichos síntomas
(Degenhardt et al., 2003).
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En diversos países con políticas regulatorias (como Inglaterra en
donde se ha reclasificado a la planta como droga clase C) se han
llevado a cabo estudios de la cannabis con fines terapéuticos para
tratar trastornos depresivos (Ware et al., 2005, Regelson et al., 1976),
lo que se contrapone a estudios que señalan a la depresión mayor
como efecto negativo en el uso ocasional o más frecuente (Bricker
et al., 2006).
La divergencia sobre la relación entre depresión y el uso crónico de
cannabis, se debe principalmente a las propuestas presentadas para
justificar dicha relación (Núñez, 2008), y pueden resumirse en que
1) el uso de cannabis provoca la aparición de depresión, ya sea como
factor desencadenante o como causa de la misma, 2) el trastorno
depresivo conduce al uso de cannabis como forma de mitigar sus
síntomas o para reducir los efectos indeseados de los tratamientos
psicofarmacológicos aplicados para su trato y 3) los trastornos depresivos y el uso de cannabis comparten una vulnerabilidad genética
común.
Ya sea que el uso de la cannabis sea la causa de la aparición de síntomas depresivos o sea un reductor de esos síntomas, dada la evidencia
que relaciona el uso de cannabis con los trastornos afectivos como la
depresión, en el presente estudio se esperó que el grupo experimental presentara una diferencia significativa mayor en comparación al
grupo control, en cuanto a la escala de depresión de Zung aplicada.
4. ¿Qué es la emoción?
Dentro de la metodología de estudio de las emociones se tiene consenso sobre varios aspectos que pueden ser observados y analizados
como componentes de una emoción. Izard (1977) señala que una
definición completa de emoción debe tomar en cuenta tres aspectos:
a) la experiencia o el sentimiento consciente de emoción (respuesta
perceptual de la emoción), b) los procesos que ocurren en el cerebro
y el sistema nervioso (respuesta fisiológica de la emoción) y c) los
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patrones observables de la expresión emocional, particularmente del
rostro (respuesta conductual de la emoción). Con base a lo anterior
en el presente trabajo se propuso el registro de estos tres componentes de la emoción durante la presentación de estímulos de alegría.
5. Respuesta perceptual de la emoción
La respuesta perceptual de la emoción, se refiere a la categorización verbal o gráfica, que involucra distintos procesos cognitivos,
como la memoria, la atención y el lenguaje. Cabe mencionar que
la respuesta perceptual debe entenderse como un registro cognitivo
producido a partir del ejercicio categórico que resulta de la autoevaluación afectiva. Por otro lado, la experiencia emocional se refiere
a la vivencia afectiva que tienen los humanos, la cual cuenta con un
carácter irreducible a sus manifestaciones externas. Sin embargo,
estas las respuestas emocionales se correlacionan a una experiencia
afectiva, en el sentido de que son parte de su procesamiento.
El ejercicio de categorizar un estado emocional propio, atañe a la
actividad de estructuras corticales como el lóbulo prefrontal medial y su interacción con otras regiones límbicas como la amígdala
(Damasio, 1996). Por tanto, la percepción emocional es el resultado de la interacción de diferentes procesos cognitivos (detallados a
continuación) que permiten a un individuo responder a un evento
emocional, lo que la vuelve subjetiva en el sentido de que cada individuo cuenta con recursos cognitivos diferentes para responder a
los estímulos afectivos.
Dadas las diferencias ontogenéticas del ser humano, la respuesta a
un estímulo emocional de alegría de un sujeto, se verá influenciada
por el trasfondo vivencial con el que cuente respecto a dicha emoción. Esto involucraría a la capacidad cognitiva de memoria autobiográfica o declarativa, que le permita reconocer los eventos afectivos. Del mismo modo, para la consolidación de dichos recuerdos
emocionales, la atención resulta indispensable (Izard, 1992).
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Las emociones son fundamentalmente procesos comunicativos al
servicio del individuo y el entorno social. El comportamiento emocional actúa como señalizador de intenciones sobre futuras acciones
que a su vez influencian las relaciones interpersonales de individuos
que interactúan. En este sentido, el lenguaje resulta una capacidad
cognitiva relacionada al procesamiento emocional, siendo una herramienta que permite trasmitir mensajes afectivos. Las diferencias
culturales y ontogenéticas dadas en el lenguaje, determinarán las
respuestas afectivas a través de las categorías emocionales dadas
en un idioma determinado (Plutchik, 1997). Por ejemplo, las palabras afectivas son utilizadas para definir un determinado estado
emocional, ya sea momentáneo o de rasgo de personalidad afectiva,
que resulta ambiguo para precisar con exactitud las respuestas perceptuales-cognitivas producidas por un estímulo de afecto. Así, el
modelo bidimensional de las emociones (detallado en las siguientes
líneas), resulta un instrumento útil para esta tarea.
El análisis de las respuestas perceptuales, puede ser llevado a cabo
desde dos perspectivas metodológicas de análisis. Por un lado, la
corriente discreta señala que los humanos procesamos una serie de
emociones básicas o primarias, como alegría, tristeza, miedo, disgusto, ira, sorpresa y que pueden ser universalmente comprendidas
y categorizadas verbalmente (Ekman et al., 1990).
La corriente dimensional señala que las emociones pueden ser mejor categorizadas de forma gradual en una o dos dimensiones, por
ejemplo de intensidad con los polos activación-desactivación, y de
valencia con los extremos agradable y desagradable. En este modelo
bidimensional se emplea una escala cartesiana, la cual se conoce
como el modelo circunflejo de la emoción o afecto (Posner et al.,
2005) que es efectivo a la hora de capturar los matices culturales que
se adquieren en la ontogenia del humano.
Izard (1992) afirma que tanto la corriente dimensional como la dis- 8 -
creta, no tienen por qué contraponerse, sino que es necesario encontrar la manera de hacerlas compatibles, con el fin de lograr la
construcción de un modelo más completo de la emoción. En esta
investigación se hizo uso de las herramientas de análisis implementadas por estudios de la corriente dimensional, con el fin de registrar
una evaluación numérica de la categoría emocional primaria de alegría.
6. Respuesta fisiológica
La respuesta fisiológica de la emoción se refiere a la actividad autónoma del cuerpo encargada de proporcionar la energía y señalizaciones necesarias a los órganos para que el individuo se adecue a un
evento en particular (e.g. una situación de peligro). Dicha actividad
es regulada por medio del SNA.
El SNA está dividido en dos subsistemas que corresponden al sistema nervioso parasimpático (SP) y el sistema nervioso simpático
(SS) y es regulado a través de dos neurotransmisores: la acetilcolina
y la norepinefrina. El SP mantiene sinapsis colinérgicas (acetilcolina) y relaja la actividad de los órganos en los que se inerva. La norepinefrina es liberada en la mayoría de las sinapsis del SS y excita
la actividad de los órganos inervados por éste. Las glándulas sudoríparas son una excepción, ya que están principalmente inervadas
por el SS y utilizan la acetilcolina en sus sinapsis (Andreassi, 2000).
Las divisiones simpáticas y parasimpáticas del SNA, están integradas por una red neuronal autonómica central que supone conexiones
recíprocas con agrupaciones neuronales eferentes hacia otras estructuras como el hipotálamo, amígdala y corteza prefrontal. La región
anterior del hipotálamo, está más implicada con la regulación parasimpática, mientras que las regiones posterior y lateral lo están más
con el control de respuestas simpáticas (Navarro, 2002).
Al estar vinculado al control del organismo, el SNA puede reflejar
las variaciones emocionales ya que sus respuestas son necesarias
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para hacer frente a los eventos externos. Los registros de ciertos
cambios fisiológicos como el latido cardiaco, la respiración, la termorregulación, entre otros, pueden correlacionarse a la intensidad
de la percepción emocional de un sujeto.
Las primeras investigaciones sobre actividad autonómica y respuestas emocionales estuvieron caracterizadas por una falta de replicabilidad. Sin embargo, es común la noción de que las respuestas autonómicas, pueden ser diferenciadas a través de emociones discretas
(Cacioppo et al., 2000).
Averill (1969) llevó a cabo un estudio donde registró distintas respuestas fisiológicas en las que incluyó la frecuencia cardiaca, la actividad electrodérmica y la tasa respiratoria, utilizando filmes para
generar las emociones discretas de tristeza y alegría, con el fin de
comparar los distintos patrones de activación fisiológica. Sus resultados mostraron que la activación simpática fue similar en ambas
emociones, con cambios cardiovasculares más prominentes durante
la tristeza y cambios respiratorios mayores en la alegría.
El grupo de Ekman (1983) también presentó evidencia de la diferenciación de emociones discretas. Midieron la frecuencia cardiaca,
la temperatura periférica, la resistencia de la piel y la tensión de un
músculo flexor del antebrazo, durante la manipulación de estados
emocionales de enojo, miedo, tristeza, felicidad, sorpresa y repugnancia. Encontraron que existe una mayor aceleración de la frecuencia cardiaca en la alegría comparada con la repugnancia, pero
menor comparada con las emociones de enojo, miedo y tristeza. La
conclusión que se retoma de este estudio tiene que ver con la poca
actividad simpática en la emoción de alegría, comparada con otras
que producen respuestas autonómicas mayores.
6.1. Conductancia de la piel
Una función de la piel es la termorregulación. Por un lado, la se- 10 -
creción de sudor previene la deshidratación de la piel, y por otro,
evita el sobrecalentamiento del cuerpo, por ello, en toda la piel se
localizan pequeñas glándulas sudoríparas que son activadas autonómicamente.
Existen dos tipos de glándulas del sudor: las ecrinas y apocrinas. La
primera función de las glándulas apocrinas es la termorregulación,
sin embargo, la de las ecrinas, localizadas en la palma de la mano
y en la planta de los pies, está más vinculada a la respuesta ante
estímulos emocionales, lo que significa que su actividad se da bajo
ciertos estados emocionales de activación o estrés (Boucsein, 1992).
Así la actividad electrodérmica puede ser de dos tipos: endosomática
y exosomática. La activación endosomática de la piel se caracteriza
por autogenerar potenciales eléctricos y se requieren instrumentos
capaces de registrar estos pequeños potenciales. Por otro lado, las
propiedades exosomáticas se registran a través de la aplicación de
corrientes directas o alternas, en donde la piel hace el papel de conducto natural de la corriente que viaja a través de ella. Esto se debe
a que el sudor contiene sales, como el cloruro de sodio (NaCl), que
facilitan la conductividad de la corriente (Boucsein, 1992).
De este modo, la activación de un nervio sudomotor, corresponde
a una respuesta electrodermal (RED) o respuesta de la conductancia de la piel (RCP), por lo que la medición de una RED puede ser
considerada un índice de actividad simpática, dado que la actividad
de las glándulas sudoríparas está regulada por la vía simpática del
SNA. El registro de la conductancia de la piel, puede ser caracterizado por una actividad tónica de variación lenta denominada nivel
electrodérmico (NED) o nivel de conductancia de la piel (NCP) y
por una actividad fásica que cambia rápidamente (RED), destacando que ambas medidas se originan del mismo fenómeno fisiológico
(Benedek et al., 2010).
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Figura 1. RED ideal de corriente directa.
La Figura 1 muestra los parámetros fásicos que pueden ser observables en una RED ideal.
La amplitud de la RED describe el valor de una respuesta simpática
observada en un tiempo determinado, y ya que las RED pueden manifestarse en diferentes ocasiones, para su análisis debe establecerse
la media de los valores que toman las RED observadas en determinado periodo. Para hacer esto, basta con medir la diferencia entre
el nivel en el origen (inicio de la RED) y el nivel en el pico de las
respuestas consideradas (Baque, 1993).
De este modo, la conductancia de la piel se registra colocando dos
electrodos en la piel del sujeto, los cuales harán fluir un voltaje constante a través de ella y registran las variaciones generadas por la
cantidad de sudor producida.
Fowles et al. (1981) han publicado una guía estandarizada para la
medición de registros electrodérmicos en donde señalan los lineamientos técnicos básicos a seguir entre los que destacan la localización de los electrodos en las palmas de las manos, preferiblemente
en las eminencias hipotenar y tenar de la mano, la utilización de
electrodos de Ag/AgCl y pasta conductora con base en una parte de
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NaCl al 0.9% y con dos partes de crema.
La unidad de medida de la conductancia de la piel se basa en la ley
de ohm que establece que la intensidad eléctrica entre dos puntos de
un circuito, es directamente proporcional a la tensión eléctrica entre
dichos puntos, manteniendo una constante de proporcionalidad entre
estas dos magnitudes. Dicha constante es la conductancia eléctrica,
la cual es inversa a la resistencia eléctrica. Dado que la conductancia
eléctrica es inversa a la resistencia eléctrica, en procesos biológicos,
la unidad más usada para medir la resistencia es el kiloohm (kΩ), de
tal forma que para medir la conductancia, se utiliza como unidad de
medida su conversión a microsiemens (µS), (Boucsein, 1992).
6.2 Frecuencia cardiaca
Al igual que las glándulas sudoríparas, el corazón presenta una inervación autonómica que regula su actividad. Sin embargo, este control autonómico es más complejo ya que el corazón es acelerado y
desacelerado por los dos subsistemas del SNA, el simpático y parasimpático, respectivamente.
El corazón es un órgano muscular de cuatro cámaras, que tiene la
función de proveer sangre con nutrientes y oxígeno a los tejidos del
cuerpo. Tiene el tamaño aproximado al puño de un hombre. Su peso
es aproximado a 300 mg en un hombre y 250 mg en las mujeres.
Se divide en cuatro cámaras, que son las aurículas derecha e izquierda (parte superior) y los ventrículos derecho e izquierdo (parte
inferior). Las aurículas son las cámaras receptoras de la sangre que
regresa al corazón, a través de las venas. Los ventrículos bombean
la sangre a través de las arterias hacia los pulmones y al resto del
cuerpo. El SS actúa como incremento en la salida cardiaca en ciertas
situaciones emocionales o a niveles extremos de ejercicio y el SP
como un reductor de la actividad cardiaca (Andreassi, 2000).
El estudio de los cambios eléctricos durante las contracciones del
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corazón fue posible gracias al desarrollo de instrumentos sensibles y
suficientemente rápidos como para medir los potenciales eléctricos
producidos por el corazón. Estos dispositivos tienen la ventaja de
que una porción de los impulsos eléctricos que pasan a través del corazón durante una contracción se esparcen a la superficie del cuerpo.
Si los electrodos son colocados sobre la piel, los potenciales eléctricos pueden ser grabados. Cuando estos potenciales son impresos,
las medidas resultantes son llamadas electrocardiogramas (ECG). El
ECG normal está compuesto de deflexiones características referidas
como ondas P, Q, R, S y T. El pico R es el componente más prominente de la deflexión. La QRS compleja es causada por corrientes
generadas en los ventrículos durante la despolarización, por lo que
un aumento en la actividad es debido a la influencia de un proceso
simpático, mientras que un descenso en ésta, estaría relacionado a
una actividad parasimpática (Andreassi, 2000).
En estudios del desempeño humano, la frecuencia cardiaca (FC) es
una de las medidas comúnmente usadas para registrar la actividad
del corazón. La FC está basada en el número de latidos por unidad
de tiempo, por ejemplo, en latidos por minuto (LPM). La FC está
basada en la ocurrencia del componente más prominente del ECG,
la onda R. Así, la grabación continua de la FC puede ser tomada y
después computada. Sucesivamente 10 ó 20 seg de actividad en un
minuto dado pueden ser muestreados y tomados como la FC para
ese periodo. La FC puede ser también monitoreada continuamente
por contadores electrónicos, los cuales pueden registrar automáticamente la frecuencia de latidos en un tiempo dado (Andreassi, 2000).
Jennings et al. (1981) han publicado unas pautas para el estudio del
corazón en humanos. Se destaca que la frecuencia cardiaca sostenida es un cambio consistente en el promedio del pulso durante una
actividad (e.g. la velocidad del pulso de un sujeto durante una carrera de autos). Un cambio sostenido en la frecuencia cardiaca puede
durar más de 30 seg y debe ser distinguido de la frecuencia cardiaca
tónica o de descanso, que es observada en periodos controles fuera
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de la situación de interés, por ejemplo, la frecuencia cardiaca antes
y después de un evento. Para ciertos propósitos, el nivel de pulso
durante un periodo de tiempo puede ser una medida adecuada de la
frecuencia cardiaca sostenida, aunque el promedio de la información de latido por latido puede proveer estimados más precisos.
El análisis de la frecuencia cardiaca sostenida es generalmente sencillo. Si el nivel de pulso o porcentaje de la frecuencia cardiaca son
la medida dependiente, entonces las medias y varianzas, a través de
las unidades de medida, pueden ser fácilmente presentadas y analizadas (Jennings et al., 1981).
Waldstein et al., (2000) utilizaron una metodología basada en el registro de respuestas fisiológicas de frecuencia cardiaca y electroencefalografía (EEG), para conocer la correlación entre la activación
cortical lateralizada y la expresión fisiológica de emociones positivas y negativas, en una experiencia afectiva. No encontraron correlación entre activación izquierda y derecha y cambios de frecuencia
cardiaca en ninguna de estas dimensiones emocionales, lo que hace
pensar que las diferencias podrían encontrarse en la intensidad, más
que en la valencia de una emoción, debido a que estas respuestas
fisiológicas dependen de la actividad en estructuras como el hipotálamo y la amígdala.
7. Respuesta conductual
La respuesta conductual se refiere a todos los cambios observables
en la conducta de un individuo durante un episodio emocional. Así,
el movimiento corporal, la postura, la proxemia, las expresiones faciales, entre otros, son parte de la conducta que un individuo puede
manifestar en cualquier esfera de su vida afectiva, y por ello corresponden a respuestas conductuales de emoción. En el presente
estudio, el interés se centró en las expresiones faciales.
Estudios como los realizados por Ekman et al. (1972) han permi- 15 -
tido comprender de mejor forma la naturaleza de las expresiones
faciales y los patrones universales de actividad facial presentes en
distintas culturas, correlacionados con estudios fisiológicos de electromiografía (EMG) facial durante pruebas de expresión emocional
(Ekman et al., 1972; Izard, 1977).
Una metodología para analizar la conducta facial de forma objetiva, es a través de los sistemas de codificación. Se llevan a cabo
por medio de la identificación de patrones de movimientos faciales
conocidos por estar asociados con emociones básicas. El Facial Action Coding System (FACS por sus siglas en inglés), realizado por
Ekman y Friesen (1978), trata de ser un sistema comprensible que
pueda capturar todos los movimientos faciales distinguibles visualmente (Wagner, 1997).
El FACS es una herramienta que ayuda en el reconocimiento y calificación de las unidades de acción (UA), las cuales representan la
actividad muscular que produce cambios momentáneos en la apariencia facial. En la descripción darwiniana del FACS, la emoción
de alegría se puede observar en el parpadeo de ojos, las arrugas de
la piel debajo de los ojos y la boca estirada hacia las esquinas. Las
unidades de acción relacionadas a la alegría, es la combinación de
las unidades de acción UA 6 + UA 12 (Matsumoto et al., 2008).
Younge-Browne et al., (1977) desde la psicología experimental, encontraron que a los tres meses de edad, los infantes pueden discriminar los rostros felices y tristes de las caras de sorpresa. LaBarbera
et al. (1976) señalaron que a los cuatro meses pueden los niños discriminar expresiones de júbilo de emociones de enojo y neutrales. A
los cinco meses, pueden discriminar entre tristeza, miedo y en algunas condiciones, expresiones de enojo (Schwartz et al., 1985). Entre
los cinco y siete meses, los bebés pueden discriminar entre expresiones de alegría, sorpresa y tristeza (Spiker, 1985). Con estos estudios
se puede comprender que la alegría es una emoción primaria que se
reconoce a muy temprana edad, antes del desarrollo de capacidades
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cognitivas como el lenguaje verbal, y que resulta de igual forma en
el reconocimiento de emociones positivas y negativas.
Estudios de lesión en humanos, dan muestra de los mecanismos cerebrales que subyacen al reconocimiento de expresiones. De este
modo, si los pacientes con un daño neuronal presentan deficiencia
en el reconocimiento de expresiones faciales, se puede sugerir que
dicha área está involucrada en el procesamiento del reconocimiento
de la expresión (Nelson et al., 1997). Por ejemplo, Adolphs et al.,
(1994) han estudiado al paciente S.M., quien presentaba destrucción bilateral de la amígdala causada por la enfermedad de UrbachWeithe, la cual genera dificultad en el reconocimiento de las expresiones faciales. Esto da cuenta de que la amígdala juega un papel
importante en el procesamiento facial de las emociones.
Platt et al. (2010) en un estudio de reconocimiento facial mostró
que el uso habitual de cannabis puede estar asociado con déficits de
reconocimiento de la expresión facial dinámica. Encontraron que el
grupo de usuarios de cannabis fue significativamente más lento que
el grupo control en identificar las expresiones faciales. Este estudio
comparó el desempeño de los usuarios de cannabis y no usuarios, en
el reconocimiento de emoción de tristeza, enojo, alegría y neutral.
Se evaluó el tiempo de reacción, a través del cambio de las expresiones de los participantes y la precisión de respuesta por medio de su
identificación. Los usuarios de cannabis fueron significativamente
más lentos en identificar las tres expresiones emocionales. No hubo
diferencias entre grupos en la precisión de identificación facial al
comparar expresiones neutrales a ninguna de las emociones básicas
señaladas anteriormente, lo que indica que el reconocimiento emocional no tiene correlación con los tiempos de reacción. Sin embargo los estímulos requirieron una mayor intensidad para que fueran
identificados por el grupo experimental.
Basándose en lo anterior, en el presente estudio se esperó que las
respuestas conductuales fueran significativamente menos intensas
- 17 -
en el grupo experimental, debido a que el tiempo de reacción ante
estímulos afectivos ha mostrado ser diferente en los usuarios de cannabis, y esto podría tener correlación con un daño en estructuras
límbicas, como la amígdala, producto del uso crónico de cannabis.
8. La alegría
Una de las razones por las cuales ha existido una aparente negligencia en el estudio de la alegría, ha sido por la falta de acuerdo sobre lo que significa estar alegre. Para algunas personas, estar alegre
significa un estado bastante intenso de júbilo y gozo, y para otros
es un estado de contento, tranquilidad o paz mental (Averril et al.,
2000). En el presente estudio se comprende a la alegría como el
estado de júbilo producido por el humor de estímulos cómicos, sin
que esto signifique que es la única forma de experimentar la alegría.
Por ejemplo, una persona puede vivenciar un estado de alegría que
no involucre al humor, y sí al júbilo intenso producto del encuentro
con una persona querida.
La emoción de alegría tiene que ver con estructuras neuronales vinculadas al sistema de recompensa en humanos. Los mecanismos
biológicos de la alegría, incluyen, entre otras cosas, centros de placer del cerebro, circuitos especializados en el lóbulo frontal izquierdo (el cual parece estar involucrado en las experiencias emocionales
positivas), endorfinas y otros opioides que se producen naturalmente (Averill et al., 2000).
En cuanto a los avances en el estudio de la alegría, se han realizado estudios que muestran la universalidad de esta emoción básica
y que describen las características de las respuestas perceptuales,
fisiológicos y conductuales. Russell (1994) realizó un ejercicio de
reconocimiento emocional con imágenes en un grupo de personas
alfabetizadas occidentales y no occidentales y otro grupo culturalmente aislado. Sus resultados mostraron que la emoción de alegría
fue la emoción más reconocida en los tres grupos, pese a las diferen- 18 -
cias sociales (Russell et al., 1997).
“La sonrisa Duchenne” se ha llamado al fenómeno de la expresión
facial relacionada a la emoción de alegría. Se trata del movimiento
del músculo cigomático mayor y menor, que levantan las comisuras
de los labios, así como el músculo orbicular que contrae los pómulos
y párpados, produciendo las conocidas “patas de gallo” (Ekman et
al., 1990). Dichos músculos no pueden ser activados a voluntad, ya
que su actividad depende de una vía nerviosa que involucra al hipotálamo y la amígdala, mientras que la sonrisa voluntaria, se regula
por una vía que incluye estructuras corticales (Belmonte, 2007).
Burgdorf et. al. (2006), han investigado sobre las vías cerebrales y
los mecanismos biológicos que intervienen en el procesamiento de
la alegría. De este estudio se rescata la hipótesis de que los afectos
positivos están determinados también por estructuras subcorticales, que tradicionalmente se han relacionado con el procesamiento
de emociones negativas. Así pues, presentan evidencia que sugiere
que varias regiones del sistema límbico, especialmente los sistemas
dopaminergicos estriados ventrales, están involucrados en los estados afectivos positivos anticipatorios (apetitivos), mientras que
mecanismos dopaminergicos independientes, que utilizan receptores opioides en el estriado ventral, la amígdala y la corteza orbito
frontal, son importantes en la elaboración de afectos positivos consumatorios (placer sensorial).
La alegría es una emoción indispensable para el bienestar del individuo. Fredrickson (1998), presenta evidencia sobre la importancia
que tienen los afectos positivos en la cognición, los cuales recuperan
la estabilidad homeostática alterada por las emociones negativas. De
esta manera, propone que el cultivo de emociones positivas puede
ayudar en el tratamiento de trastornos afectivos como la depresión
y la ansiedad, ya que un procesamiento deficiente de las emociones
positivas, puede generar dichos trastornos.
- 19 -
Finalmente, para construir la hipótesis sobre los resultados esperados, nos hemos basado principalmente en estudios que se vinculan
al trastorno depresivo en usuarios crónicos de cannabis, debido a
que no existen estudios previos que investiguen sobre la relación
entre la alegría y el uso crónico de cannabis.
9. Objetivo
Comparar el procesamiento de respuestas perceptuales-cognitivas,
fisiológicas y conductuales, entre usuarios crónicos de cannabis y
un grupo control, ante estímulos audiovisuales de alegría, buscando
diferencias significativas en dichas respuestas, a través de una prueba t entre ambos grupos.
Hipótesis 1:
En los usuarios de cannabis en estado no agudo, hay un ajuste en el
funcionamiento natural del sistema endocannabinoide, que repercute en un nivel bajo en la neurotransmisión de dopamina (debido a la
adecuación del sistema neurotransmisor, causado por la constante
modulación producida por el Δ9-THC y su acción constante en los
receptores CB1 localizados en la corteza y en estructuras límbicas)
por lo que se espera observar diferencias en las respuestas perceptuales, fisiológicas y conductuales a los estímulos, dado el papel
que tiene este neurotransmisor en los mecanismos afectivos y de
recompensa, y que pueden verse alterados en el procesamiento de
la alegría.
Hipótesis 2:
Ya que existen estudios que reportan una prevalencia mayor del
trastorno depresivo en usuarios de cannabis, se espera que el grupo
experimental muestre valores significativamente altos de depresión.
10. Método
- 20 -
10.1 Sujetos
Se conformó un grupo experimental de 10 usuarios de marihuana.
En dicho grupo participaron adultos de sexo masculino entre 20 a
35 años de edad, que hayan comenzado su consumo a los 15 años
o después. El consumo adicional de otras sustancias como alcohol,
tabaco, cocaína, opiáceos, alucinógenos, barbitúricos y otros fue registrado, por lo que no se tomaron en cuenta para el estudio, aquellos sujetos con un consumo de otras sustancias como la cocaína,
y otras drogas, excepto de alcohol, tabaco, café y refresco de cola.
Para determinar el nivel de uso de la cannabis y de otras sustancias,
se utilizó una encuesta que registró los valores de uso fuerte, moderado, leve y nulo que corresponden a los valores de 3, 2, 1 y 0,
respectivamente.
El uso fuerte representa tres o más experiencias de intensidad habitual por semana, el moderado cercano a dos experiencias por semana, el uso leve cercano a una experiencia por semana y el nulo
a ninguna experiencia por semana. Sólo se consideraron aquellos
usuarios que presentaron un uso de fuerte a moderado.
El grupo control se conformó de 10 adultos sanos que coincidieron
en edad y sexo al grupo experimental y que indicaron no consumir
marihuana.
En la Tabla 1 se presentan las medias sobre consumo y datos demográficos, así como la prueba t para determinar diferencias significativas.
En la Tabla 2 se presenta el nivel académico de todos los sujetos y la
frecuencia de respuestas positivas al cuestionario basado en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-IV,
aplicado al grupo experimental (detallado en la sección de pruebas).
- 21 -
Tabla 1.- se muestran las medias y desviación estándar, así como una prueba t para
conocer las diferencias entre los grupos en cuanto al uso de sustancias (dosis por
semana), en la edad y en los años de estudios académicos completados.
Datos de uso de sustancias (dosis por semana) y demográficos
Grupos
Cannabis
Experimental
Control
Tabaco
Experimental
Control
Alcohol
Experimental
Control
Café
Experimental
Control
Té
Experimental
Control
Refresco de cola Experimental
Control
Edad
Experimental
Control
Experimental
Años de estudio
Control
Media
3.10
0.00
2.90
1.80
3.00
1.70
2.30
1.70
0.60
0.30
1.50
2.20
26.60
27.20
14.50
15.80
Desviación
St.
0.74
0.00
1.45
1.93
0.94
1.34
1.57
1.25
0.84
0.67
1.43
1.48
3.72
4.69
1.84
1.03
t
13.29
13.29
1.44
1.44
2.51
2.51
0.95
0.95
0.88
0.88
-1.08
-1.08
-0.32
-0.32
-1.95
-1.95
Sig.
df
(2-colas)
18.00
0.00
9.00
0.00
18.00
0.17
16.69
0.17
18.00
0.02
16.17
0.02
18.00
0.36
17.16
0.36
18.00
0.39
17.18
0.39
18.00
0.30
17.99
0.30
18.00
0.75
17.12
0.75
18.00
0.07
14.15
0.07
Tabla 2. – se muestran los años de estudio académico por participante en ambos
grupos y el número de respuestas positivas en el cuestionario basado en el Manual
diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-IV aplicado a los participantes experimentales (detallado en la sección de pruebas).
Control
(años de
estudio)
15
15
17
17
17
16
16
16
15
14
Respuestas positivas
Experimental
cuestionario basado en
(años de estudio)
DSM-IV
12
15
14
16
16
16
16
12
12
16
- 22 -
8
6
3
5
6
4
5
3
5
7
10.2 Materiales
10.2.1 Pruebas
Utilizamos la escala de depresión de Zung para determinar el grado
de depresión de los sujetos. Dicha escala es una encuesta corta que
comprende 20 ítems en 4 características de la depresión: el efecto dominante, los equivalentes fisiológicos, otras perturbaciones y
actividades psicomotoras. Se compone de 10 preguntas positivas y
10 negativas. Cada pregunta se evalúa en una escala de 1-4 (poco
tiempo, algo de tiempo, buena parte del tiempo y la mayor parte del
tiempo) (Zung, 1965).
Se utilizaron los siguientes puntos de corte recomendados para la
aplicación de esta escala en castellano (Conde et al., 1970)
•
•
•
•
No depresión: < 28 puntos
Depresión leve: 28-41 puntos
Depresión moderada: 42-53 puntos
Depresión grave: > 53 puntos
Para conocer el grado de dependencia a la marihuana, nos basamos
en los criterios que establece el Manual diagnóstico y estadístico
de los trastornos mentales DSM-IV 4ª edición. La Tabla 3 muestra
dichos criterios y la Tabla 4 muestra el cuestionario que aplicamos
a los sujetos del grupo experimental, para conocer el grado de dependencia que conlleva un deterioro o malestar, expresado por tres
(o más) de los ítems siguientes en algún momento de un período
continuado de 12 meses.
En el estudio se tomaron en cuenta tres o más respuestas positivas
de las nueve preguntas formuladas, como muestra de una dependencia al uso del cannabis.
- 23 -
Tabla 3. – Presenta los criterios señalados en el Manual diagnóstico y estadístico
de los trastornos mentales DSM-IV, para establecer la dependencia a sustancias.
Criterios para la dependencia de sustancias
(1) tolerancia – definida por cualquiera de los siguientes ítems:
(a) una necesidad de cantidades marcadamente crecientes de
la sustancia para conseguir la intoxicación o el efecto deseado.
(b) el efecto de las mismas cantidades de sustancia disminuye
claramente con su consumo continuado.
(2) abstinencia, definida por cualquiera de los siguientes ítems:
(a) el síndrome de abstinencia característico para la sustancia
(v. Criterios A y B de los criterios diagnósticos para la abstinencia de sustancias específicas).
(b) se toma la misma sustancia (o una muy parecida) para aliviar o evitar los síntomas de abstinencia.
(3) la sustancia es tomada con frecuencia en cantidades mayores o durante un período más largo de lo que inicialmente se
pretendía.
(4) existe un deseo persistente o esfuerzos infructuosos de controlar o interrumpir el consumo de la sustancia.
(5) se emplea mucho tiempo en actividades relacionadas con
la obtención de la sustancia (i.e. visitar a varios médicos o desplazarse largas distancias), en el consumo de la sustancia (i.e.
fumar un cigarrillo tras otro) o en la recuperación de los efectos
de la sustancia.
(6) reducción de importantes actividades sociales, laborales o
recreativas debido al consumo de la sustancia.
(7) se continúa tomando la sustancia a pesar de tener conciencia
de problemas psicológicos o físicos recidivantes o persistentes,
que parecen causados o exacerbados por el consumo de la sustancia.
- 24 -
Tabla 4. – Cuestionario formulado a partir de los criterios del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-IV, aplicado a los participantes
experimentales.
Cuestionario aplicado a los usuarios de cannabis basado
en los criterios del DSM-IV
1) ¿tienes necesidad de incrementar la dosis de la sustancia para
conseguir el efecto deseado?
2) ¿el efecto de las mismas cantidades disminuye cuando consumes muy seguido?
3) ¿la falta de la marihuana te hace comportarte diferente?
4) ¿tratas de compensar la falta de marihuana con otras sustancias?
5) cuando fumas ¿te propones fumar cierta cantidad que al final
excedes?
6) ¿has tenido el deseo de dejar de fumar sin poder lograrlo?
7) ¿Empleas mucho tiempo en actividades relacionadas con la
obtención, consumo o recuperación de los efectos de la marihuana?
8) ¿Has dejado de ir a algún evento social, al trabajo, o la escuela por fumar marihuana?
9) Si has tenido algunos efectos físicos o psicológicos por el
uso de la marihuana ¿la has seguido consumiendo a pesar de
estos efectos negativos?
- 25 -
10.2.2 Estímulos
Para la selección de los estímulos llevamos a cabo un procedimiento
de validación recomendado por investigadores en el área (Gross et
al., 1995). Presentamos a 40 estudiantes de licenciatura una serie
de 10 videos y cortometrajes que evocan la emoción de alegría, seleccionados por su calidad, duración, y contexto cultural cercano al
de los participantes. Dicha evaluación se llevó a cabo a partir de un
ejercicio de categorización en donde se les pidió a los estudiantes
que localizaran un punto en una gráfica con los ejes de valencia
(negativa-positiva) e intensidad (desactivación-activación) divididos en una escala de 10 puntos negativos y 10 positivos en cada eje.
En la gráfica 1 se muestran los resultados de la validación del grupo
de estudiantes, en una gráfica cartesiana que indica el valor de la
media obtenida por cada estímulo presentado. Los tres videos más
intensos y agradables fueron los que utilizamos como estímulos
para la prueba.
Gráfica 1.- se muestran los valores de las medias obtenidas durante la validación
de estímulos. Las categorías corresponden a los 10 videos presentados.
- 26 -
Como línea base se utilizó un video de barras cromáticas sin sonido
de 1 min de duración. El primer estímulo fue el de Bodas cómicas
con una duración de 1 min y 24 seg, el segundo fue el cortometraje
En vivo de 6 min y 21 seg, y el tercero fue el de Caídas cómicas de
1 min y 21 seg.
10.2.3 Aparatos
Para registrar la conductancia de la piel, se construyó un galvanómetro a partir del diseño y manufactura del HandWave (Strauss,
2005). Debido a la dificultad de conseguir los mismos componentes
electrónicos utilizados en el HandWave, se decidió utilizar componentes similares, conservando los lineamientos básicos del mismo y
dejando atrás su carácter inalámbrico vía bluetooth.
El dispositivo está construido alrededor de un microprocesador
PIC18F2550, que envía un voltaje constante de 0.5 Volt a través de
la piel. El microprocesador recolecta los datos de la conductancia,
se comunica vía USB a la computadora y controla la ganancia del
circuito de amplificación. En operación, si la señal de la conductancia
alcanza el límite del rango en el convertidor análogo-digital, el
microprocesador puede ajustar la ganancia de amplificación. El
dispositivo utiliza esta ganancia ajustable para centrar inicialmente
y reajustar continuamente el modo de ganancia para incrementar la
resolución de los datos.
La amplificación de la señal del dispositivo tiene dos etapas implementadas en un amplificador operacional de doble empaquetado. La
primera etapa de amplificación usa una referencia de 0.5 Volt para
mantener constante el voltaje a través de la piel. De acuerdo con un
amplificador de configuración invertida, la ganancia del voltaje de
esta etapa es controlada por el promedio de resistencias. Una de estas resistencias es provista por la piel del sujeto, como medida entre
el par de electrodos. La otra está sujeta al comando de un switch
análogo, controlado por el microprocesador, el cual provee cuatro
- 27 -
diferentes modos de ganancia a través de la conmutación de diferentes resistores en el circuito. La segunda etapa de amplificación es
usada para invertir, escalar y cambiar la señal de conductancia para
hacerla coincidir al rango de voltaje usable del microprocesador.
El dispositivo puede medir niveles de conductancia de la piel de
0 a 80 microSiemens (µS). La información del modo de ganancia
es transferida en paralelo con las lecturas del convertidor análogo
a digital, por lo que la computadora receptora puede reconstruir la
medición absoluta del nivel de conductancia de la piel.
Se utilizó un par de electrodos de Ag/AgCl, de 8 mm de diámetro
para cada prueba y una pasta conductora de crema base y de sal fisiológica (NaCl al 0.9%).
Para registrar la frecuencia cardiaca utilizamos un oxímetro de pulso, modelo CMS50D, de la marca Contec, aprobado por la FDA.
Para la adquisición y análisis de datos, utilizamos la aplicación
SPO2 y SPO2 Review, respectivamente.
Utilizamos una cámara de video SONY HC-40, tripié y videocassette miniDV, para registrar la conducta facial.
Los estímulos fueron presentados en una computadora portátil de
15.6’’ a una distancia promedio de 60 cm, y se utilizó otra computadora portátil para registrar la conductancia de la piel.
10.2.4 Software
El software de adquisición de datos para la conductancia de la piel,
está programado en la plataforma java y permite generar los triggers
de inicio y final de estímulo de manera manual. Para el análisis de
los datos se utilizó el software Ledalab (Benedek et al., 2010), programado en la plataforma MatLab. Esta aplicación permite grabar
los datos a la frecuencia correcta para obtener el mismo tiempo de
- 28 -
duración en cada estímulo y genera una lista del nivel de amplitud
de las RED y su tiempo de inicio.
Para la adquisición y análisis de datos de la FC, utilizamos la aplicación SPO2 y SPO2 Review, respectivamente. Dicha aplicación
genera un archivo de texto con la frecuencia cardiaca por segundo.
Además se realizó una aplicación en la plataforma flash para la presentación de los videos y el registro de las respuestas. El programa
capturó con la hora local del computador, el tiempo de cambio de
cada diapositiva y el comienzo de cada estímulo. Esto permitió ubicar y extraer las ventanas de cada estímulo en el registro de la frecuencia cardiaca. También almacenó los resultados de la gráfica de
valoración perceptual en una escala de 0 a 10/-10 en cada eje.
10.3 Procedimiento
Las pruebas tuvieron una duración aproximada de 25 min. Al inicio
de la prueba se les aplicó la escala de depresión de Zung y se completó el cuestionario de consumo de sustancias y de DSM-IV. No se
descartó a ninguno de los participantes en la entrevista de la prueba,
ya que todos cumplieron con los criterios de consumo establecidos.
Se realizaron de manera individual con los participantes de ambos
grupos. Después de haber firmado la hoja de consentimiento, se les
colocaron los electrodos para registrar la actividad electrodérmica
en la eminencia hipotenar y tenar en la palma de la mano izquierda,
a todos los participantes. También se les colocó el oxímetro de pulso en el dedo índice de la misma mano, para registrar la frecuencia
cardiaca.
La prueba comenzó después de tener los instrumentos grabando. El
programa de presentación de estímulos consistió en una secuencia
de diapositivas, que inició con una bienvenida y en la que se pedía
que mantuvieran una posición cómoda y estable, procurando no mover los dedos ni la mano bruscamente, con el fin de obtener registros
- 29 -
confiables. Los sujetos cambiaron de diapositiva oprimiendo un botón de siguiente.
Se les informó que el objetivo de la prueba era conocer la respuesta perceptual, fisiológica y conductual, ante la presentación de tres
estímulos en video con contenido afectivo de alegría. También, que
para registrar la respuesta fisiológica y conductual no se tenía que
hacer ninguna tarea específica. Se les informó que para el registro de
la respuesta perceptual, se les presentaría una gráfica en la que debía indicar un estado emocional (igual o similar) al experimentado
durante el estímulo.
Posteriormente, se presentó un video tutorial en donde gráficamente se mostró el uso del programa con un puntero animado en una
gráfica cartesiana, y una voz en off leyó las instrucciones. En esas
se brindaron ejemplos de cómo evaluar una emoción en cuanto a
su intensidad y valencia dependiendo de la emoción experimentada
durante el video. Seguido de esto, se presentó una gráfica de prueba
en la que los sujetos practicaron el uso del ratón, con el cual, el participante podía posicionar y hacer clic en una coordenada x-y, lo que
le valdría como una respuesta a la intensidad y valencia percibida.
Después se presentó una diapositiva indicando que estaba a punto de
ver un estímulo de prueba con duración de 1 min (barras cromáticas
sin sonido), el cual fue nuestra línea base. Se le recordaba que mantuviera una posición cómoda y se le pedía cambiar de diapositiva
cuando estuviera listo.
A continuación de la línea base, una diapositiva indicó que estaba
a punto de ver el primer video y el participante cambió al estímulo
cuando estuvo listo. Después de cada video, se presentó la gráfica en
donde respondieron la valoración perceptual. Los registros fisiológicos y conductuales se grabaron de forma continua durante toda la
prueba y el experimentador permaneció dentro del cuarto y lejos del
campo de visión del sujeto, ya que era necesario grabar los triggers
- 30 -
de inicio y final de los estímulos en el registro de la conductancia
de la piel.
Al terminar la respuesta gráfica del tercer estímulo, una diapositiva
agradeció la participación, se retiraron los sensores fisiológicos y se
almacenó la grabación de los tres registros.
10.4. Análisis de datos
El análisis perceptual se realizó computando los resultados obtenidos del archivo proporcionado por el programa de presentación.
Estos datos consistieron en un valor del eje de X y otro del Y, que
corresponden al nivel de valencia e intensidad, respectivamente. De
esta manera, obtuvimos las medias por grupo y aplicamos la prueba
t para muestras independientes con el programa SPSS.
Para el análisis de los registros fisiológicos y conductuales utilizamos una ventana de 20 seg. En la línea base, el estímulo 1 y el
estímulo 3, se utilizó el tiempo que va de los 40 seg a los 60 seg,
mientras que en el estímulo 2 se tomaron en cuenta los 20 segundos
posteriores al clímax de la historia el cual ocurrió los 5 min y 10 seg
del video (los segundos 310 al 330).
En cuanto a la respuesta de la conductancia de la piel, se comenzó
dividiendo cada uno de los registros entre los triggers de inicio y
final de la línea base y los tres estímulos. Posteriormente se ajustó
cada uno de ellos, a la frecuencia correcta para obtener el tiempo de
cada estímulo. Después de haber eliminado los artefactos, se hizo
un muestreo a una frecuencia de 2 a 40 mhz, para facilitar el procesamiento de los datos. De esta manera, el análisis consistió en computar el tiempo de inicio y la amplitud de las RED mayores a 1 µS,
en las ventanas de tiempo antes mencionadas, de todos los estímulos
presentados. Finalmente se hizo la prueba t para muestras independientes, con el fin de conocer las diferencias significativas entre las
medias obtenidas en cada grupo.
- 31 -
En cuanto a la respuesta de la frecuencia cardiaca, se obtuvieron los
datos temporales con la hora local del computador. El software de
adquisición permitió capturar el inicio y fin de los estímulos, respecto a la hora del sistema. Esto ayudó a reducir los datos a cada uno
de los estímulos y línea base, en los archivos generados por el programa SPO2 Review. La frecuencia cardiaca se obtuvo a través de
un archivo (.CSV) generado por el programa SPO2. La frecuencia
a la que captura los datos el software, es de 60 LPM, por lo que fue
posible obtener 20 LPM de cada 20 seg en las mismas ventanas utilizadas en la conductancia de la piel. Finalmente se obtuvo la media
de estos valores y se aplicaron las pruebas estadísticas.
En las respuestas fisiológicas se compararon los valores de la línea
base con los resultados de los tres estímulos en cada grupo, a través
de una prueba t de student pareada generada con el programa SPSS,
con el fin de encontrar diferencias entre la estimulación neutral y la
estimulación de alegría en cada grupo.
Para el análisis de la respuesta conductual, se revisaron las grabaciones de la expresión facial en las mismas ventanas de tiempo utilizadas en los registros fisiológicos. Se buscó la presencia de las unidades de acción relacionadas a la alegría. De esta forma, se registró
la combinación de la UA-6 + UA-12 asignándoles el valor de 1 por
cada UA cada vez que fueron manifestadas durante las ventanas y
cero si no se presentaron. La línea base corresponde a cero, ya que
no notamos la presencia de dichas unidades en ningún caso. Finalmente aplicamos la prueba t para muestras independientes a las medias obtenidas en cada participante.
11. Resultados
En los resultados de la escala de depresión de Zung, la prueba estadística mostró que no existen diferencias significativas (t18=2.02,
p=0.059) entre los grupos. Sin embargo, la prueba mostró una tendencia estadística de mayor depresión en los usuarios de cannabis
- 32 -
(media ± error estándar, 40.6 ± 1.8) que en los participantes control
(35.1 ± 2.0).
En la gráfica 2 se muestran las medias y los errores estándar de las
respuestas perceptuales medidas con la gráfica de valoración perceptual comparando los grupos. No se identificaron diferencias significativas en la dimensión de valencia positiva en ninguno de los
estímulos (E1: t18=-1.98, p=0.063; E2: t18=-0.45, p=0.655; E3: t18=0.42, p=0.677). Y tampoco se encontraron diferencias entre los grupos en la dimensión de intensidad positiva (E1: t18=-1.39, p=0.181;
E2: t18=0.313, p=.102; E3: t18=-.281, p=0.782). Como puede observarse sólo se produjo una tendencia estadística al comparar entre
ambos grupos, el estímulo 1 en la valencia positiva.
Gráfica 2. – Se muestran las medias obtenidas en la gráfica de valoración bidimensional, por grupo. Izquierda valencia y derecha intensidad. También se indica el
error estándar de las medias en cada eje.
Por otro lado, los resultados de la conductancia de la piel mostraron
que no hay diferencias significativas al comparar los grupos en la
línea base (LB), ni en los tres estímulos (LB: t18=-0.560, p=0.582;
E1: t18=1.104, p=0.284; E2: t18= -0.428, p=0.674; E3: t18=0.893,
p=0.384). En la gráfica 3 se muestran las medias obtenidas por cada
grupo y el error estándar.
- 33 -
Gráfica 3. – se muestran las medias obtenidas en los resultados de la conductancia
de la piel. Se indica también el error estándar de la media.
También se realizaron pruebas estadísticas (t de student para muestras dependientes) en las comparaciones de los registros de la conductancia de la piel entre la línea base y los estímulos por cada
grupo, para saber si existieron diferencias significativas entre la
condición neutra y la activación producida por los estímulos. En el
grupo experimental se encontraron diferencias significativas entre la
línea base y el estímulo 1 (LB/E1: t9 = -2.751, p=0.022) pero no se
encontraron diferencias al comparar los estímulos 2 y 3 (LB/E2: t9=
-2.05, p=0.070; LB/E3: t9=-0.86, p=0.413). En las comparaciones
del grupo control no se encontraron diferencias significativas entre
la línea base y los estímulos 1 y 3 (LB/E1: t9=-1.52, p=0.162; LB/
E3: t9=-0.526, p=0.612). En el estímulo 2 se muestra una tendencia
mayor (LB/E2: t9=-2.173, p=0.058). En la gráfica 4 se muestran las
medias de los valores y el error estándar de las comparaciones de
línea base con los tres estímulos por grupo.
- 34 -
Gráfica 4. – se muestran las medias de conductancia de la piel comparando la
línea base (LB) con los tres estímulos (E1, E2, E3).
Con respecto a la frecuencia cardiaca la prueba estadística mostró
que no existen diferencias significativas entre los grupos en la línea
base ni en los tres estímulos presentados (LB: t18=0.550, p=0.589,
E1: t18=1.287, p=0.214; E2: t18=0.505, p=0.620; E3: t18=0.626,
p=0.539). En la gráfica 5 se muestran las medias obtenidas por cada
grupo y el error estándar.
Gráfica 5. – se muestran las medias obtenidas en los resultados de la frecuencia
cardiaca. Se indica también el error estándar de la media.
- 35 -
En la comparación de la frecuencia cardiaca en la línea base con
cada uno de los estímulos, en el grupo experimental se encontró
una tendencia entre la línea base y el estímulo 1 (LB/E1: t9=-2.21,
p=0.054), y la ausencia de diferencias significativas entre línea base
y los estímulos 2 y 3 (LB/E2: t9=-0.60, p=0.565; LB/E3: t9=-0.421,
p=0.684). En cuanto al grupo control se encontró que no existen diferencias significativas entre línea base y los tres estímulos (LB/E1:
t9=-0.897, p=0.393; LB/E2: t9=-0.885, p=0.399; LB/E3: t9=-0.564,
p=0.587). En la gráfica 6 se muestra la comparación de las medias
de línea base con los tres estímulos, así como su error estándar.
Gráfica 6. – Se muestran las medias y el error estándar de frecuencia cardiaca
comparando la línea base (LB) con los tres estímulos (E1, E2, E3) en ambos
grupos.
En la comparación de las medias obtenidas del análisis de la respuesta conductual se encontró que no hay diferencias significativas
entre el grupo experimental y el control (E1: t18=-0.000, p=1; E2:
t18=0.361, p=0.722; E3: t18=-0.000, p=1). En la gráfica 7 se muestran
los valores de la media por grupo y su error estándar.
- 36 -
Gráfica 7.- se muestran las medias obtenidas en el conteo de unidades de acción
manifestadas durante los estímulos. La línea base corresponde a 0.
12. Discusión
El objetivo de la presente investigación fue profundizar en el estudio
de las respuestas emocionales de un grupo de usuarios de cannabis,
debido a que actualmente no es claro si los trastornos depresivos son
parte de los efectos a largo plazo generados por la planta, en quienes
la consumen.
Para ello se utilizó una metodología que involucra el registro de tres
tipos de respuestas que están vinculadas a la experiencia afectiva:
perceptuales, fisiológicas y conductuales, para determinar si existen
diferencias entre usuarios de cannabis y un grupo control.
Este estudio se centró en el análisis de la alegría ya que es una emoción primaria que está relacionada al sistema de recompensa que
incluye centros de placer en el cerebro, circuitos especializados en
el lóbulo frontal izquierdo y neurotrasmisores como la dopamina
(Averill et al., 2000). Estos mecanismos neuronales están vincula- 37 -
dos a su vez con la acción que produce el cannabis en los usuarios, a
través del sistema endocannabinoide (Fusar-Poli et al., 2009; Espejo
et al., 2008; Clapper et al., 2009). De esta forma se esperaba que
la continua presencia de ligandos cannabinoides exógenos como el
Δ9-THC, en estructuras tanto corticales y subcorticales, de usuarios
crónicos de la planta, produjera diferencias en las respuestas afectivas entre los grupos.
Los resultados obtenidos en esta investigación no mostraron diferencias significativas entre los grupos en ninguna de las variables
registradas, por lo que no se acepta la hipótesis 1 que indica que los
usuarios de cannabis presentarían diferencias a la baja, respecto al
grupo control, en una o más de las respuestas registradas. En cuanto
a la hipótesis 2, que señala que los usuarios de cannabis presentarían
niveles más elevados en la escala de depresión de Zung, en comparación al grupo control, tampoco se acepta, ya que los resultados no
mostraron diferencias estadísticamente significativas.
Sin embargo, estos datos deben tomarse con cautela, ya que se encontraron dos tendencias importantes, señaladas a continuación, en
ciertas respuestas que pueden dar luz sobre el procesamiento emocional de los usuarios de cannabis.
La primer tendencia importante se registró en los resultados de la
escala de depresión de Zung, donde el grupo experimental mostró
niveles depresivos ligeramente mayores a los del grupo control. Esta
tendencia replica los resultados de estudios que vinculan a la depresión con el uso de marihuana.
La segunda tendencia importante se refiere a la valoración perceptual en valencia positiva del estímulo 1 en el grupo experimental,
la cual mostró niveles de valoración positiva un poco menores respecto al grupo control. Esto sugiere que los efectos a largo plazo del
cannabis, generan en el usuario una percepción menos afectiva de la
emoción de alegría.
- 38 -
En los resultados observados en un estudio de emociones discretas
y patrones de activación fisiológica (Ekman, 1983), se indica que
las emociones negativas como el enojo, generan un patrón de mayor
actividad autonómica en comparación a la alegría, hipótesis que ha
tenido el mayor consenso en la literatura sobre emociones.
Una tercera tendencia importante se observó en el grupo de usuarios
de cannabis quienes responden fisiológicamente a los estímulos de
alegría aquí utilizados, con un patrón más acorde a las emociones
negativas, debido a que en la comparación de los resultados de conductancia de la piel de la condición neutral (línea base) con el primer
estímulo, se encontró una diferencia significativa en la que el grupo
experimental muestró niveles de conductancia más elevados, mientras que la valoración perceptual de valencia del mismo estímulo,
resultó tener una tendencia menos agradable para dicho grupo, lo
que hace suponer que sus respuestas emocionales ante el primer estímulo, corresponden más a una experiencia afectiva negativa.
También se pudieron comparar los estímulos y la línea base de cada
grupo en los registros de la frecuencia cardiaca, con el fin de encontrar diferencias significativas entre la condición neutra (línea base) y
los estímulos. En sólo un caso se muestra una tendencia importante
(Grupo experimental, estímulo 1, frecuencia cardiaca).
Esto sugiere que el grupo experimental tuvo una activación simpática diferente respecto a la línea base y el estímulo 1 y hace pensar
que los niveles elevados de activación simpática del grupo experimental, se relacionan coherentemente con la valoración menos
agradable que hicieron del primer estímulo. Esto corrobora que el
primer estímulo impactó más en la actividad simpática del grupo
experimental y en su valoración perceptual que tuvo tendencias a
la baja, por lo que resultan acordes con los resultados de estudios
previos (Ekman, 1983).
- 39 -
Otro punto que cabe destacar se observa en los registros de cambios
conductuales en los que no se presentan diferencias entre los grupos,
lo que supone que el cannabis no produce efectos en la conducta
afectiva de los usuarios crónicos de la planta, respecto a un estímulo
de alegría, por lo que la función expresiva de los afectos del grupo
de usuarios, no presenta alteración.
De lo anterior podemos discutir varios puntos. El primero se refiere
a que las tendencias encontradas en este estudio indican un procesamiento emocional del grupo experimental, que corresponde más
al tipo de respuestas observadas en estudios previos, relacionadas a
experiencias afectivas negativas. Si esto es así, se puede pensar que
los usuarios de cannabis presentan una deficiencia en el procesamiento de emociones de alegría, lo cual puede repercutir en su vida
afectiva en general. Por tanto, es posible que los resultados de estudios que vinculan el uso del cannabis con la depresión (Bovasso,
2001), se deban a un procesamiento deficiente de la alegría presente
en los usuarios.
Otro punto interesante que podemos observar, es que en el estudio
de las emociones, no se cuenta con un cuerpo riguroso de investigación en la esfera positiva de los afectos, por lo que su estudio
puede dar luces novedosas sobre los efectos que tienen la marihuana
y otras sustancias, en el sistema de recompensa vinculado a las adicciones y al procesamiento de la alegría.
En cuanto a los resultados de la respuesta conductual, no se encontraron diferencias entre los grupos en la expresión facial de la
alegría. Sin embargo, se recomienda que estudios futuros incluyan
técnicas de medición más precisas para el análisis de estas respuestas, las cuales podrán registrar de manera más fiel los movimientos
de los músculos involucrados en la sonrisa Duchenne (Belmonte,
2007).
Finalmente, en los resultados del consumo crónico de otras sustan- 40 -
cias observamos que los grupos mostraron tener diferencias significativas en el consumo de cannabis y alcohol, siendo mayor la
media de usuarios de cannabis que consumen alcohol, que la de no
usuarios que consumen alcohol. Esto hace recomendar que estudios
futuros deban registrar con mayor precisión la cantidad, experiencia
y forma de uso de cannabis, así como de alcohol, para poder determinar si los efectos observados son generados exclusivamente por
el uso de la marihuana.
13. Conclusión
Este estudio exploratorio se presenta como un método viable para
realizar investigaciones sobre respuestas emocionales desde las
ciencias cognitivas, dado que integra metodologías provenientes de
distintas disciplinas dedicadas al estudio de la mente.
El sistema cannabinoide endógeno es un campo de estudio que se
conoce, pero no se tiene precisado el funcionamiento que desempeña en estructuras específicas del sistema nervioso central, y por ende
resulta necesaria e indispensable la investigación de este sistema
con más a profundidad. Una forma naturalizada del estudio de su
acción en las respuestas afectivas, fue tratada en este estudio.
Por último, este estudio señala que el abuso de la cannabis puede
generar en el consumidor, efectos que ponen en riesgo su salud afectiva y puede vincularse al trastorno depresivo aquí tratado.
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