Laura Garcia Vitoria El objeto de la presente intervención es el

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Capítulo Provincial de Informática Médica y la Cátedra Universidad virtual
Facultad de Estomatología de la Universidad de Ciencias Médica de Santiago de Cuba
28 de abril del 2012
NUEVAS HERRAMIENTAS Y NUEVOS DIÁLOGOS ENTRE PERSONAL DE LA SALUD,
INVESTIGADORES Y PACIENTES
Laura Garcia Vitoria
El objeto de la presente intervención es el anuncio de la creación de una red
temática internacional alrededor de la e-salud.
El laboratorio de innovación abierta o de uso es una andadura contemporánea
que toma en cuenta la nueva percepción que es la nuestra desde hace años.
Estamos en un mundo de laboratorios, éste no en el sentido austero que
caracterizaba este vocablo hace unas décadas. El laboratorio de uso es en
primer lugar un conjunto de encuentros entre los actores que producen análisis
complementarios e indispensables hoy en día: los investigadores,
naturalmente, los empresarios, la sociedad civil y las autoridades locales, todos
nosotros en realidad, o eventualmente, los que nos representan- .
Es también la idea – a través de estos encuentros, de estos seguimientos, de
estas observaciones – de que la experimentación es fundadora de nuestras
certidumbres del mañana, y aquí no solamente científica o tecnológica, sino
sobretodo es una ilustración primero de nuestras ideas, de nuestras voluntades
y de lo que constituye en un momento dado una muestra de los posibles
Lo que cuenta en un laboratorio de innovación disruptiva, es claramente
nuestra percepción del futuro, la escenificación de alguna manera de nuestras
vidas, pero también una escenificación de la que seremos los actores
La aventura que consiste en hacer de nuestras vidas un vasto campo de
experiencias donde mucho es posible porque habremos movilizado nuestros
saberes es una andadura característica del ecosistema económico, social y
cultural que es cada vez el nuestro: una economía del saber donde cada uno es
percibido primero como portador de conocimientos y de peritajes (no nos
damos cuenta que todos lo somos).
Otro resultado de la andadura del laboratorio de innovación disruptiva es la
aceptación cada vez más clara de la diferencia, más allá de la diversidad de
nuestros estatutos, de la diversidad que será la nuestra, de nuestros marcos de
vida, de la evolución de las dificultades en materia de salud. La diversidad es así
pensada de otra manera porque nuestras percepciones del otro se apoyan
primero y ante todo sobre todo lo que ayuda a imaginar, a saber, a crear
campos posibles, sobre la manera en la que podemos nosotros mismos
percibir nuestras propias trayectorias de existencia. La riqueza que representa
esta diversidad no se limita solamente a lo que no es, a veces, más que un
concepto moral, nosotros mismos encontramos ahí una verdadera fuente de
interés.
Es ahí donde se situá todo el interés de las tecnologías que llamamos
precisamente del conocimiento. Hace algunas décadas, una casa de jubilados
de los altos de Granada en Andalucía se formulaba a través de un paradigma de
los lugares de innovación tecnológica porque sus moradores acogían a veces a
los más jóvenes para hablar de informática y de internet. Hoy, gracias a tales
iniciativas, todo un pueblo, Jun se gestiona a través de Twitter con un simple
mensaje de la red social que permite por ejemplo la intervención de los
representantes de la municipalidad. En la materia, las adquisiciones
tecnológicas de estos 15 últimos años han permitido acercar a las personas
entre ellas, tanto a través de una identidad como por medio de una diferencia
de edad.
El laboratorio de innovación disruptiva ilustra también uno de los ejes más
importantes de nuestros horizontes: une economía de la creatividad. Se nos
viene a la memoria en este momento una imagen húngara porque pudimos
intercambiar con los enfermos, la mayor parte relativamente mayores, que se
dedicaban a la creación artística, la historia también de un primer piso con una
galería de arte bruto en los bajo del edificio y todo lo que vimos y de lo que
fuimos testigos beneficiaba del acompañamiento de la Academia húngara de
ciencias. De nuevo tantas aperturas que se nos ofrecen, tantas curiosidades
que emergen entre visitantes y enfermos, todos compartiendo la pasión por la
creación de objetos y de un universo rico de símbolos de toda naturaleza
donde se crean los intercambios realizados ente ellos.
A través de tales espacios de innovación como el que va a desarrollarse en
Liège alrededor de la tercera edad, son no solamente nuestras ciudades del
bienestar que van a desarrollarse, aunque solo sea uno de los aspectos de la
ciudad, nombrada justamente del conocimiento. Una ciudad caracterizada por
sus datos abiertos, un punto mayor para el tema que es el nuestro, y de
manera general un territorio aumentado en la medida en que no se resumirá ni
a la virtualidad de los datos en línea, ni a la única dimensión física de nuestras
percepciones: será, claro está, lo que uno de lo que podremos tener a través
del otro.
El Living Lab podrá contar con toda una red de otros laboratorios, una red de
la e-salud que ya existe. Cuba va a poder trabajar con Liège y su laboratorio de
la tercera edad, con Bilbao y su laboratorio de las ciencias de la vida, con
Madrid donde un pequeño edificio sobre el campus de la Universidad
Politécnica acoge los resultados de las experiencias de todo tipo de
minusvalías. Con Montpellier, donde los investigadores en comunicación van a
poder trabajar con varios laboratorios de América Latina, singularmente con
Lima donde el Living Lab está dedicado a los trastornos del sueño y con
Santiago de Cuba que elabora una universidad virtual de la salud, con Paris y su
laboratorio de la osteopatía aerodinámica.
A través pues de la creación de esta red emergen nuevos territorios de la salud.
Eso es a lo que se preparan los territorios del mañana.
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