A C U E R D O

Anuncio
A C U E R D O
En la ciudad de La Plata, a 21 de diciembre de
2011,
habiéndose
dispuesto
en
el
establecido,
Acuerdo
de
2078,
conformidad
que
deberá
con
lo
observarse
el
siguiente orden de votación: doctores Pettigiani, Soria,
Genoud, Negri, de Lázzari, se reúnen los señores jueces de
la
Suprema
pronunciar
Corte
de
sentencia
Justicia
en
definitiva
acuerdo
en
la
ordinario
causa
L.
para
97.816,
"Greco, Esteban contra Hilandería Villa Ocampo S.A. y otra.
Daños y perjuicios".
A N T E C E D E N T E S
El Tribunal del Trabajo nº 4 del Departamento
Judicial
Quilmes
hizo
lugar
a
la
acción
promovida,
imponiendo las costas a las codemandadas vencidas (v. fs.
303/343).
La parte actora interpuso recurso extraordinario
de inaplicabilidad de ley (v. fs. 357/363 vta.).
Dictada la providencia de autos y hallándose la
causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte
decidió plantear y votar la siguiente
C U E S T I Ó N
¿Es
fundado
el
recurso
extraordinario
de
inaplicabilidad de ley?
V O T A C I Ó N
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor
Pettigiani dijo:
I. En atención a la readecuación de la demanda
que, con arreglo a la doctrina legal sentada por esta Corte
en el precedente identificado como L. 81.216, "Castro c/
Dycasa S.A.", sent. del 22-X-2003, llevara a cabo la parte
actora (v. fs. 215/217), el tribunal de grado hizo lugar a
las pretensiones que Esteban Greco esgrimió contra "La Caja
A.R.T. S.A.", en cuanto le requirió el otorgamiento de las
prestaciones
"Hilandería
contempladas
Villa
Ocampo
en
la
ley
S.A.",
a
24.557
la
que
y
le
contra
reclamó
-complementariamente- el pago de la indemnización integral,
ante la insuficiencia resarcitoria prevista en el nuevo
régimen
de
reparación
de
infortunios
laborales
(v.
fs.
303/343).
Para así resolver, tuvo por acreditado que el
actor padece de hipoacusia perceptiva bilateral, várices
(flebopatías bilaterales) y lumbociatalgia, que le provocan
una incapacidad parcial y permanente del 43,5% de la total
obrera (v. vered., 2da. cuest., fs. 304 y vta.) y que dicha
minusvalía
tareas
que
se
halla
relacionada,
desarrollara
a
causalmente,
favor
y
bajo
con
relación
las
de
dependencia de la demandada "Hilandería Villa Ocampo S.A.",
en virtud de una importante exposición sonora de su aparato
auditivo,
proveniente
de
los
motores
y
maquinarias
existentes en el lugar de trabajo y de la realización de
continuos
esfuerzos
transporte
de
físicos
pesos
en
el
considerables,
levantamiento
comprometiendo,
y
así,
toda su corporeidad con alta exigencia para su raquis y sus
miembros inferiores (v. vered., 3ra. cuest., fs. 305/308).
Indicó, además, que la empleadora incumplió en
gran
parte
exámenes
con
su
médicos
deber
de
realizar
preventivos,
eficazmente
los
exigidos
para
legalmente
constatar el estado de salud del trabajador (leyes 19.587,
7229
y
su
dec.
prescripciones
regl.),
contenidas
como
así
el
art.
en
también
con
las
9
"k"
del
punto
primero de los cuerpos normativos citados, respecto de la
obligación
materia
de
de
promover
la
capacitación
higiene
y
seguridad
particularmente
en
lo
relativo
a
del
en
la
personal
el
en
trabajo,
prevención
de
los
riesgos específicos de las tareas asignadas (v. vered.,
4ta. cuest., fs. 308/309).
Ya en la etapa de sentencia, el a quo determinó
que el actor tomó conocimiento de sus afecciones el día
29
de
febrero
de
2000,
fecha
en
que
se
encontraba
plenamente vigente la ley 24.557 y que, a dicha data, aún
no había sido dictado el decreto 1278/2000 (v. sent., fs.
323 vta./324).
Juzgó que de las tres dolencias incapacitantes
denunciadas, solamente la hipoacusia perceptiva bilateral
se
hallaba
incluida
en
el
listado
de
enfermedades
profesionales
dictado
por
vía
del
decreto
659/1996,
reglamentario del art. 6 de la Ley de Riesgos del Trabajo
(v. sent., fs. 324 vta.).
Manifestó
enfermedades
que
causadas
o
si
bien
concausadas
el
actor
por
el
presenta
trabajo,
no
incluidas en el listado de la ley 24.557, estando -por tal
motivo- sus secuelas fuera del sistema, puede ocurrir ante
sus jueces naturales para intentar la reparación del daño
en el marco de la ley común, siempre que logre superar el
valladar que le impone el art. 39 de dicho ordenamiento
legal (v. sent., fs. 324 vta.).
Destacó que a fs. 215/217 la legitimada activa
solicitó
-señaló-
la
la
readecuación
admisión
de
de
la
acción,
una
vía
lo
de
cual
supone
reparación
complementaria fuera del sistema de la Ley de Riesgos del
Trabajo en caso de afectarse, por la aplicación de los
límites legales del mismo, el concepto de indemnidad del
trabajador, apreciado ello, con arreglo al criterio de la
razonabilidad (v. sent., fs. 324 vta./325).
Por tal razón, el sentenciante de mérito entendió
que debía efectuar el cotejo entre la reparación pecuniaria
prevista por ambos regímenes legales y, una vez llevado a
cabo el mismo, concluyó que la amplia diferencia existente
entre uno y otro sistema es suficiente como para considerar
que la aplicación de la ley 24.557 importa una grave lesión
patrimonial
del
trabajador
dañado,
además
de
resultarle
discriminatorio, por negarle la tutela de un ordenamiento
reparatorio adecuado y favorable a sus intereses (v. sent.,
fs. 325/331).
Con
sustento
inconstitucionalidad
adicional
1ra.-
de
de
la
en
los
Ley
tales
arts.
de
premisas,
39
y
Riesgos
49
del
declaró
la
-disposición
Trabajo,
por
afectar las garantías constitucionales previstas por los
arts. 16, 17, 18 y 75 inc. 22 de la Constitución nacional,
como así también, por vulnerar los arts. 2 y 18 de la
Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre; 1 y
8 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y 7 y
10 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (v.
sent., fs. 331 y vta.).
Ingresó,
también,
al
análisis
del
planteo
de
inconstitucionalidad del art. 6 de la ley 24.557, vigente
al momento de la toma de conocimiento de las afecciones, en
cuanto
mandaba
que
las
enfermedades
no
incluidas
en
el
listado, como sus consecuencias, no serían resarcibles (v.
sent., fs. 331 vta. in fine/334).
En tal sentido, el tribunal de grado inicialmente
se detuvo a señalar que, si bien la aseguradora de riesgos
del trabajo realizó algunas inspecciones y observaciones
que se detallan en la pericia técnica de fs. 134/141 vta.,
no surge -en cambio- que la accionada hubiera realizado las
mejoras
forma
o
cumplido
parcial,
con
tales
mediante
recomendaciones,
algunas
salvo
revisaciones
en
médicas
incompletas. Indicó -además- que de los datos recogidos
respecto
de
la
actividad
preventiva
de
"La
Caja
A.R.T.
S.A.", que le imponen los arts. 1 y 4 de la ley 24.557, si
bien estimada insuficiente y parcialmente incumplida, no es
posible considerarla sino como levemente coadyuvante en la
configuración
del
daño.
Ello
es
así,
pues
se
trata
de
afecciones -al menos dos de ellas, tales como las várices y
lumbociatalgia- progresivas en el tiempo, en su contracción
y, también, en su agravamiento (v. sent., fs. 332).
Teniendo en consideración lo expuesto, sentenció
que no hallaba, en la argumentación del actor, motivo que
amerite incluir a la aseguradora de riesgos demandada en
obligaciones
adicionales
a
las
que
surgen
de
la
contratación celebrada con "Hilandería Villa Ocampo S.A." y
de la ley 24.557. Tampoco que existía mérito para decretar,
en el presente caso, la inconstitucionalidad del art. 6 de
dicho ordenamiento legal (v. sent., fs. 332 vta.).
En
este
último
aspecto,
señaló
que
la
incompatibilidad del citado art. 6 con las normas de la
Constitución nacional, debe ser examinada ante un concreto
reclamo
fundado
en
orden
a
la
exclusión
de
cierta
enfermedad atribuible al trabajo del régimen especial y a
las indemnizaciones allí establecidas, pero no cuando se
trata de una pretensión fundada en el régimen común de
responsabilidad civil, tendiente a obtener el resarcimiento
integral de los daños provocados por aquélla, en lo que
exceda de las prestaciones fijadas por la Ley de Riesgos
del
Trabajo,
como
es
la
situación
del
caso
con
posterioridad a la readecuación de la acción. De allí que,
concluyó,
devenía
abstracto
el
planteo
de
inconstitucionalidad de la referida norma (v. sent., fs.
333/vta.).
Finalmente, condenó a "La Caja A.R.T. S.A." al
pago de $ 4.971,83 en concepto de reparación prevista en la
ley 24.557 -por la readecuación de la acción- derivada de
la
incapacidad
provocada
por
la
hipoacusia
perceptiva
bilateral y a "Hilandería Villa Ocampo S.A." la suma de
$á57.668,17,
calculado,
cantidad
en
que
función
de
surge
las
de
pautas
restar
de
la
al
monto
reparación
integral -$á62.640- el importe de la indemnización tarifada
establecido,
de
conformidad
a
la
declarada
constitucionalidad del art. 6 de la Ley de Riesgos del
Trabajo, y ello, por no haber hallado durante el debate
probatorio
ni
en
el
desarrollo
del
resolutorio,
argumentación fáctica y jurídica válida para solidarizar a
la aseguradora de riesgos respecto de aquellos revelados
incumplimientos
de
la
empleadora
sobre
las
normas
de
protección y seguridad en el trabajo (v. sent., fs. 335
vta./336 vta.).
II. Contra dicho pronunciamiento la parte actora
interpuso recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley,
en el que denuncia la violación de los arts. 44 inc. "d" y
47 de la ley 11.653; 34 inc. 4, 161 inc. 2, 163 inc. 6 y
362 del Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia
de Buenos Aires; 1 de la ley 24.557; 75 y 76 de la Ley de
Contrato de Trabajo; 1074, 1081 y 1109 del Código Civil; 14
y 14 bis de la Constitución nacional; 3, 10, 12 y 36 de la
Constitución provincial y de la doctrina que cita.
En lo sustancial, se agravia de la decisión de
origen en cuanto, por conducto del rechazo del planteo de
inconstitucionalidad del art. 6 ap. 2 de la ley 24.557,
liberó a la aseguradora de riesgos de toda responsabilidad
respecto de las enfermedades que sufriera el actor y que no
se hallan listadas, pero que, conforme se probara con la
pericia médica practicada, fueron causadas por el trabajo
cumplido (v. fs. 359/360).
Refiere,
además,
que
el
obrar
culposo
de
la
empleadora -reconocido en la sentencia- debe proyectarse a
la propia conducta de "La Caja A.R.T. S.A.", pues, esta
última omitió tomar las medidas necesarias para prevenir
los infortunios causados por la violación de las normas de
seguridad
e
higiene
y
no
demostró
-siquiera-
haber
presentado un plan de mejoramiento adecuado y, menos aún,
ejecutado algún control sobre el proceder de quien debía
aplicarlo (v. fs. 362).
Por tal razón -sostiene- al haber sido partícipe
dicha
aseguradora
conjuntamente
de
con
riesgos
la
en
la
causación
empleadora,
debe
del
daño,
responder
solidariamente por la íntegra reparación del infortunio en
los términos del art. 1109 del Código Civil (v. fs. 363).
III. El recurso prospera parcialmente.
1. En efecto, entiendo que corresponde -en la
especie- modificar el pronunciamiento de grado en cuanto
rechazó el planteo de inconstitucionalidad del art. 6, ap.
2 de la ley 24.557 y excluyó a las afecciones que porta el
actor -lumbociatalgia y várices bilaterales- del sistema
reparatorio establecido en dicho régimen legal.
Habré de ingresar al tratamiento del agravio que
porta este aspecto de la queja, a la luz de la doctrina de
este Tribunal, emanada de la causa L. 91.163, "B., C. A.",
sent. del 17-XII-2008, reproduciendo, en lo que resultare
pertinente, los conceptos que allí esgrimiera la doctora
Kogan en su voto.
a. En ese orden, comenzaré por señalar que las
disposiciones normativas contenidas en los arts. 1, 2, 6 y
39, integradas en consonancia con la manda del art. 49
disposición
adicional
1ª
de
la
ley
24.557,
hacen
régimen prestacional de dicha ley, un sistema hermético.
del
Así,
su
art.
1.1.
establece
que,
tanto
la
prevención como la reparación de los daños derivados del
trabajo, se han de regir por la Ley de Riesgos y sus normas
reglamentarias. Por su parte, el art. 2.1.a. dispone su
aplicación
a
todos
los
trabajadores
en
relación
de
dependencia del sector privado.
A su vez, el art. 6 determina las contingencias y
situaciones
cubiertas,
entre
las
que
considera
a
los
accidentes del trabajo -que define- y a las enfermedades
profesionales
que
-con
anterioridad
a
la
sanción
del
decreto 1278/2000- se limitaban a aquéllas incluidas en el
listado elaborado y revisado por el Poder Ejecutivo, en el
que
se
clínicos,
individualizaría
exposición
y
el
agente
actividades
de
en
riesgo,
cuadros
capacidad
de
determinar la enfermedad profesional.
Cabe tener presente, en este tramo, lo sostenido
por el juzgador a quo en punto a que dos de las tres
dolencias detectadas en el accionante -várices bilaterales
y lumbociatalgia- no se encontraban contenidas en dicho
listado.
Por su lado, opera como definitiva cláusula de
cierre o abroquelamiento del andamiaje, que sin resquicios
define que toda lesión o disminución de aptitud laboral
causada en el desempeño del trabajo sea derivado al sistema
de la ley 24.557, la modificación introducida al art. 75
del
Régimen
de
Contrato
de
Trabajo
por
la
disposición
adicional 1ª del art. 49 de la Ley de Riesgos del Trabajo.
En efecto, dispone, en su ap. 2 que "los daños que sufra el
trabajador
como
consecuencia
del
incumplimiento
de
las
obligaciones del apartado anterior -normas legales sobre
higiene
y
seguridad
en
el
trabajo-
se
regirán
por
las
normas que regulan la reparación de los daños provocados
por accidentes en el trabajo y enfermedades profesionales,
dando
lugar
únicamente
a
las
prestaciones
en
ellas
establecidas".
El art. 75 de la ley 20.744 -t.o.- mediante su
ap.
1,
se
enlaza
con
uno
de
los
objetivos
de
la
ley
24.557, cual es la prevención (art. 1.2.a.) y, mediante el
ap. 2 de dicho precepto de la Ley de Contrato de Trabajo
se patentiza la intención del legislador de contener, en
un único régimen legal, toda reparación a que dé lugar la
disminución laborativa que puedan padecer los trabajadores
en relación de dependencia en el desempeño de su débito
laboral.
Sin perjuicio de que la validez constitucional de
la referida disposición pudiera hallarse encadenada -por
conducto de la pregonada hermeticidad y autosuficiencia del
sistema- al juicio que mereciera la limitación del acceso a
la acción civil prevista por el art. 39 de la ley 24.557,
así
como
a
la
justificación
de
idéntico
carácter
que
correspondiera asignar al cierre contenido por el art. 1 de
la misma ley (Rodríguez Mancini, Jorge, "El art. 75 de la
L.C.T. después de la reforma de la ley 24.557" en "Ley de
Riesgos
del
Directores
Trabajo
Antonio
-I-",
Vázquez
Revista
de
Derecho
Vialard,
Valentín
Laboral,
Rubio,
ed.
Rubinzal Culzoni, 2001, pág. 119 y ss.), quiere lo expuesto
significar que, por una u otra vía, todos y cualquier daño
que sufra el trabajador en el desempeño de su actividad
laboral, incluidos los derivados de la inobservancia por su
empleador de las normas sobre higiene y seguridad, quedan
indefectiblemente
regidos
por
las
normas
en
materia
de
accidentes y enfermedades, esto es, por la Ley de Riesgos
del Trabajo.
Inequívocamente
se
advierte
que
el
diseño
normativo conformado por los arts. 1, 2 y 39 de la ley
24.557, en articulación con la cláusula del nuevo art. 75
de la Ley de Contrato de Trabajo, conforman los afluentes
por
los
cuales
todos
los
daños
padecidos
por
los
trabajadores que nuclea el sistema, ya sean derivados de
accidentes,
enfermedades
profesionales
o
que
resulten
consecuencia del incumplimiento por parte del empleador de
las normas sobre higiene y seguridad en el trabajo, se
dirigen sin ambages al régimen de la ley especial.
Como
afirma
el
autor
anteriormente
citado,
lo
cierto y concreto es que el legislador ha subsumido las
posibilidades
referidas
a
una
reparación
de
daños
por
incumplimiento de las obligaciones impuestas por las normas
de higiene y seguridad, así como la inobservancia de las
pausas
o
limitaciones
establecidas
por
el
a
la
duración
ordenamiento
legal
del
"en
trabajo,
la
única
posibilidad de obtener las prestaciones establecidas en el
sistema de reparación de daños provocados por accidentes en
el trabajo y enfermedades profesionales".
De suerte tal que el diseño normativo elaborado
provoca
una
inequívoca
delimitación
y
la
derivación,
mediante el ingreso de todo daño laboral, hacia el régimen
implementado por la ley 24.557 -objetivo de autosuficiencia
y hermeticidad expresamente declarado entre sus postuladosy
la
consecuente
accidentes
o
imposibilidad
enfermedades
que
de
predicar
que
permanezcan
existan
fuera
del
sistema.
Lo hasta aquí expuesto permite afirmar, entonces,
que
al
menos
trabajador
en
el
marco
incapacitado
con
obligacional
motivo
de
dado
sus
entre
tareas
y
el
su
empleador, no puede sostenerse que existan daños que queden
marginados del régimen establecido por la Ley de Riesgos
del Trabajo, más allá de que el sistema prestacional le
proporcione o no adecuada reparación.
Sí cabe coincidir, en cambio, en que lo que no
ha querido la ley es reparar las incapacidades derivadas
como
consecuencia
contempladas
en
de
su
dolencias
régimen
o
o
etiologías
previsiones.
Y,
en
no
este
sentido, la clave de bóveda del sistema está representada
por el citado art. 39 de la Ley de Riesgos del Trabajo en
tanto dispone que las prestaciones de la ley eximen a los
empleadores
consabido
de
toda
supuesto
responsabilidad
previsto por
el
civil,
excepto
art. 1072 de
el
dicha
regulación normativa.
b. Ahora bien, ante la imposibilidad de salida
hacia una vía alternativa representada en la materia por la
acción de derecho común, corresponde determinar si frente
al
daño
verificado,
motivado
por
riesgo
o
por
incumplimientos derivados de culpa o negligencia que tornen
operativa
la
responsabilidad
extracontractual,
generador
concausal de dolencias incapacitantes no previstas en el
listado
elaborado
por
el
Poder
Ejecutivo
nacional,
no
obstante se configura la obligación de reparar.
En el marco legal señalado en el punto a, bien
puede
decirse
evidencia
la
que
la
ruptura
falencia
del
supra
sistema
legal
apuntada
ordenado
pone
en
por
el
legislador con la Constitución nacional.
En efecto, puede afirmarse que en el contexto de
análisis que provee la Constitución nacional, sobre todo,
luego
de
la
reforma
de
1994,
inspirada
en
claras
prescripciones tuitivas de la justicia social, así como
profundizadora de la protección que merece el trabajador
como
sujeto
anunciado
preferente
no
puede
de
tutela,
ocultar
un
su
resultado
carácter
como
el
disvalioso,
indudablemente alejado y contrapuesto con claros mandatos
de jerarquía supralegal.
Afirman autores como Humberto Quiroga Lavié en
"Aspectos
constitucionales
de
la
ley
sobre
riesgos
del
trabajo", pág. 393 y sgtes. (en "Siniestralidad laboral ley
24.557", Néstor T. Corte-José Daniel Machado, Ed. RubinzalCulzoni) que "la télesis de la Constitución no debe ser, en
ningún momento, dejada de lado a la hora de interpretar y
aplicar la legislación de nivel inferior. Porque no por
tener carácter finalista la normativa constitucional pierde
su carácter jurídico. Todas las normas de la Constitución
tienen carácter jurídico y son supremas, en los términos de
los arts. 31 y 43".
Señala
también
que
dicho
resaltamiento
es
absolutamente necesario pues "si la reparación del daño
laboral afecta el marco constitucional de la dignidad y de
la
equidad
en
la
relación
laboral
se
está
violando
la
obligación que le impone la Constitución a la ley de que en
ella
se
aseguren
'condiciones
dignas
y
equitativas
de
labor' (art. 14 bis). Porque si el Estado, a través de la
ley,
no
seguridad
es
capaz
social,
de
que
asegurar
tendrá
los
'beneficios
carácter
de
de
integral
la
e
irrenunciable',
pues
entonces
queda
quebrada
la
Constitución y, de ese modo, el sistema jurídico".
Sostiene el citado autor que "mal podrá resultar
constitucional la aplicación de la ley (...), si de ella se
desprenden efectos notables de 'subdesarrollo' si los daños
producidos
por
los
accidentes
enfermedad
profesional
especie".
Tal
el
quedan
caso
de
de
trabajo
o
por
ninguna
sin
reparación
de
un
trabajador
que
la
quede
incapacitado total o parcialmente como consecuencia de una
enfermedad no incluida en la lista que debe elaborar y/o
revisar el Ejecutivo, de acuerdo con lo previsto por el
art.
6.2.
de
la
ley.
En
este
último
supuesto,
"la
inconstitucionalidad -dice- se producirá como consecuencia
de la incompatibilidad entre la omisión del Ejecutivo y la
irrazonabilidad de hacerlo (art. 28, Const. nac.) con el
sistema
normativo
constitucional
(...),
especialmente
el
formado por la exigencia de que la seguridad social sea
integral y que la legislación que la implemente resulte
'conducente al desarrollo humano', en los términos del art.
75 inc. 19 del nuevo texto".
Destaca el principio supralegal de la "justicia
social", que "opera como factor integrador de todo el plexo
de valores que configura dicho sistema, de modo tal que
cada aplicación de la Ley de Riesgos del Trabajo, así como
ocurre con el resto del ordenamiento, deberá no desentonar
ni resultar desigual con los restantes criterios normativos
que regulan la reparación de daños dentro del régimen de la
responsabilidad civil". Prosigue señalando que "no puede un
accidente culposo extralaboral estar sometido a un sistema
de mayor entidad reparatoria cuando se lo confronta con la
aplicación
estamos
concreta
que
considerando,
resulta
menos
del
aún
régimen
cuando
la
legal
que
Constitución
prioriza y privilegia la situación del trabajador, como lo
hace
con
todo
lo
concerniente
a
los
beneficios
de
la
seguridad social".
Finalmente, manifiesta que "la restricción legal
impuesta en el artículo 6 inciso 2º a las 'enfermedades
profesionales',
excluye
de
su
alcance
tutelar
a
todas
aquellas enfermedades que la técnica médica no califica de
ese modo, pero que son adquiridas como consecuencia -por
ejemplo-
de
microtraumatismos
múltiples
y
repetidos
contraídos en el trabajo (...), que no pueden dejar de ser
reparadas
en
términos
de
la
protección
integral
de
la
seguridad social consagrada en la Constitución, pero que se
encuentran omitidas de tutela en la ley 24.557".
c. En oportunidad de emitir pronunciamiento en la
causa M.3724.XXXVIII., "Milone, Juan Antonio c/ Asociart
S.A. Aseguradora de Riesgos del Trabajo s/ accidente -ley
9688" (sent. del 26-X-2004), en la cual estaba en juego la
validez constitucional de la norma contenida en el art.
14.2.b. de la ley 24.557, la Corte Suprema de Justicia de
la
Nación
expresó
cuestionamiento
que
las
leyes
constitucional
son
susceptibles
"cuando
de
resultan
irrazonables, o sea, cuando los medios que arbitran no se
adecuan
a
los
fines
cuya
realización
procuren
o
cuando
consagren una manifiesta iniquidad" (Fallos 299:428, 430;
consid. 5º y sus citas).
La Ley de Riesgos del Trabajo ha declarado como
uno de sus objetivos, la reparación de los daños derivados
de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales (art.
1.b.).
No
obstante
el
enunciado,
no
parece
claramente
del
sistema,
elevado
dudoso
los
que,
propósito
de
asimismo,
desterró
supuestos
de
tal
enfermedades
profesionales no incluidas y las denominadas "enfermedades
accidente",
dejando
claramente
fuera
del
sistema
reparatorio supuestos donde aparece debidamente acreditado
el déficit físico en la salud del accionante con motivo de
incumplimientos
subsumibles,
en
principio,
en
no
obstante
la
los
arts.
1109 y 1113 del Código Civil.
En
tal
sentido,
declarada
intención de conformar un sistema preventivo y reparatorio
de los daños provocados en el trabajo, la ley 24.557 no
encubre la propia incoherencia o irrazonabilidad, al omitir
la prevención y desconocer la reparación de los daños que,
aun derivados del mismo y siempre en referencia al período
anterior
a
la
vigencia
del
decreto
1278/2000,
no
se
encuentren incluidos en el listado pergeñado y revisado por
el Poder Ejecutivo o no sean consecuencia de un episodio
único, súbito y puntual.
En esta temática, tampoco pasó por alto el máximo
Tribunal -en el precedente citado, cuyo iter reflexivo y
fundamentos
resultan
traducibles
al
presente-
como
principio integrador de la exégesis propuesta y aun cuando,
como también ocurre en el caso, no se trataba de una norma
aplicable a la contienda, la reforma introducida por el
decreto 1278/2000 que, en lo que aquí interesa, sustituyó
el ap. 2 del art. 6 de la Ley de Riesgos del Trabajo,
incorporando en el inc. b) la posibilidad de inclusión en
el marco reparatorio del sistema de las enfermedades que,
no estando previstas en el listado, en "cada caso concreto"
se
determine
(sin
referencia
a
la
exclusividad)
como
"provocadas por causa directa e inmediata de la ejecución
del
trabajo"
-en
una
locución
evocativa
del
precedente
configurado por el art. 2 de la ley 24.028- "excluyendo la
influencia
de
los
factores
atribuibles
al
trabajador
o
ajenos al trabajo".
La
referida
modificación,
expresan
los
considerandos de ese cuerpo legal, tuvo su origen -entre
otras causas- en "legítimos reclamos formulados respecto
del sistema que pueden ser atendidos sin afectar el curso y
eficacia"
del
mismo
y,
también,
en
el
"cuestionamiento
constitucional que hubo tenido acogida en tribunales de
diversas
jurisdicciones
especialmente
tratamiento
del
cuestionados
dado
a
país".
se
ciertos
Entre
señaló
los
"se
institutos,
aspectos
encuentra
tal
el
caso
el
del
listado taxativo de enfermedades profesionales así como el
procedimiento
establecido
para
su
modificación".
Con
relación a este punto se observó "en atención a la posible
aparición de nuevas patologías de naturaleza profesional no
contempladas originariamente, o de evidencias científicas
que permitan establecer el carácter profesional de dichas
patologías,
ejercicio
resulta
de
dicha
prudente
y
facultad..."
razonable
(Boletín
no
limitar
Oficial
de
el
la
Nación, 29.558, 1ª Sección, 3-I-2001, pág. 2).
En el precitado entorno resulta fundamental el
marco normativo que, de manera insoslayable en la materia
que nos ocupa, evocó la Corte Suprema de Justicia de la
Nación
en
el
precedente
considerado.
Con
particular
y
protagónico relieve, el principio protectorio contenido en
el art. 14 bis de la Constitución nacional dispone que: "El
trabajo en sus diversas formas gozará de la protección de
las leyes" y de la expresa manda de la que da cuenta esta
norma: dichas leyes "asegurarán al trabajador: condiciones
dignas y equitativas de labor". Conviene recordar -señaló
el
supremo
Congreso
Tribunal-
"deberes
que
estos
inexcusables"
postulados
a
fin
de
imponen
al
asegurar
al
trabajador un conjunto de "derechos inviolables" (Fallos
252:158, 161, considerando 3º), lo cual, en atención a lo
expresado,
contrasta
jurídicas
sub
desprovistas
con
las
examine,
de
tutela.
En
circunstancias
fácticas
y
que
quedan
absolutamente
otras
palabras
se
advierte,
también en el caso, que no se satisfacen los requerimientos
de "asegurar" una condición de labor "equitativa", vale
decir,
justa,
considerada
toda
vez
termina
que,
por
su
desinteresándose
rigor,
de
la
la
norma
concreta
realidad sobre la que debe obrar (consid. 6º).
A su vez, destacó los principios elaborados a
partir de lo dispuesto en el mencionado art. 14 bis, al que
se integran las disposiciones incorporadas por la reforma
de
1994
en
el
art.
75
incs.
22
y
23
del
texto
constitucional.
En tal sentido -expresó el máximo Tribunal- el
Preámbulo del Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales considera, de manera explícita, la
interdependencia
e
indivisibilidad
que
existe
entre
la
vigencia de los derechos económicos, sociales y culturales
y la de los derechos civiles y políticos, por cuanto todos
éstos se desprenden de la dignidad inherente a la persona
humana
(párrs.
2
y
3;
asimismo:
Pacto
Internacional
de
Derechos Civiles y Políticos, Preámbulo, párrs. 2 y 3). Por
dicha razón, el mencionado conjunto de derechos exige una
tutela y promoción permanentes con el objeto de lograr su
plena vigencia.
En línea con tales afirmaciones, el art. 7 del
instrumento internacional nombrado en primer término, al
reconocer
el
"derecho
al
trabajo",
comprende
el
derecho
de
toda
dispone
persona
que
de
éste
tener
la
oportunidad de ganarse la vida, lo cual se completa con el
artículo siguiente en el que los Estados reconocen que tal
derecho
supone
que
toda
persona
goce
del
mismo
en
condiciones equitativas y satisfactorias, que le aseguren
condiciones de existencia dignas para el trabajador y para
su familia, mencionando al respecto, de manera particular,
la
seguridad
materias
y
que,
la
higiene
según
lo
en
el
allí
trabajo,
previsto,
entre
otras
deben
ser
garantizadas por los Estados en sus legislaciones.
A ello se suma el art. 12, relativo al derecho de
toda persona al "disfrute del más alto nivel posible de
salud física y mental", cuando en su inc. 2 dispone: "Entre
las medidas que deberán adoptar los Estados Partes en el
Pacto
a
derecho
fin
de
asegurar
figurarán
mejoramiento
de
las
todos
la
plena
necesarias
sus
aspectos
efectividad
para
de
(...)
la
de
este
b.
El
higiene
del
trabajo (...) c. La prevención y el tratamiento de las
enfermedades (...) profesionales". El citado art. 7 en su
inc. b. -corresponde destacarlo con mayor énfasis en el
caso-, implica que, una vez establecida por los Estados la
legislación apropiada en materia de seguridad e higiene en
el
trabajo,
uno
de
los
más
cruciales
aspectos
sea
la
reparación a que tengan derecho los dañados.
A conclusiones sustancialmente análogas conduce
el
Protocolo
Derechos
Adicional
Humanos
en
a
la
Convención
Materia
de
Americana
Derechos
sobre
Económicos,
Sociales y Culturales, Protocolo de San Salvador, aprobado
por la ley 24.658, si se atiene a su Preámbulo y a los
arts. 6 y 7, concernientes al derecho al trabajo y a las
condiciones justas, equitativas, seguras y satisfactorias
de trabajo, respectivamente.
Por
su
parte,
el
art.
75
inc.
23
de
la
Constitución nacional, al establecer como atribuciones del
Congreso de la Nación las de legislar y promover medidas de
acción
positiva
que
garanticen
la
igualdad
real
de
oportunidades y de trato y el pleno goce y ejercicio de los
derechos reconocidos por la Constitución y por los tratados
internacionales
vigentes
énfasis
determinados
en
sobre
derechos
grupos
humanos,
pone
tradicionalmente
postergados, dentro de los cuales se menciona, en forma
expresa, a las personas con discapacidad. Por tal razón,
una
interpretación
conforme
con
el
texto
constitucional
indica que la efectiva protección al trabajo dispuesta en
el art. 14 bis se encuentra alcanzada y complementada, en
las circunstancias sub examine, por el mandato del citado
art.
75
inc.
23,
de
no
principio
norma
que,
paralelamente,
regresión
en
materia
asienta
de
el
derechos
fundamentales.
De
reseñado,
tutela
manera
no
que,
puede
con
que
bajo
encontrar
jerarquía
el
marco
cabida
el
supralegal,
constitucional
menoscabo
se
asigna
de
a
la
las
condiciones dignas y adecuadas en materia de seguridad e
higiene en el trabajo, contempladas, específicamente, en
los mentados arts. 14 bis de la Carta Magna nacional; 14 de
la
Declaración
Hombre;
7
Americana
inc.
b
del
de
los
Pacto
Derechos
y
Internacional
Deberes
de
del
Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, así como a la debida
protección
de
la
incapacidad
-art.
16
del
instrumento
citado en último término- derecho que los Estados parte
deben reconocer a toda persona desde todos y cualquiera de
sus poderes.
En este sentido, históricamente, la tendencia del
Poder Legislativo y del Judicial ha sido la de extender -y
no desconocer- la tutela en materia de daños en el marco
del derecho laboral en igualdad de condiciones que aquéllas
de las que goza todo habitante de la Nación. Por vía de la
opción
prevista
desde
1915
por
la
ley
9688
y
las
que
sucesivamente
24.028,
la
el
fueron
trabajador
situaciones
sustituyendo,
encontraba
objetivamente
leyes
amparo
previstas
como
23.643
y
tarifado
derivadas
en
del
riesgo profesional instalado y asumido por el empleador o,
en el supuesto de configurarse un daño en circunstancias y
responsabilidades propias de los ilícitos civiles, contaba
con la posibilidad de transitar la senda más estrecha y
ardua, pero totalizadora e integral de la reparación por
dicha
vía.
Este
resarcimiento
camino
con
-si
descuido
bien
de
la
que
limitado
prevención
sólo
con
al
que
actualmente se integra- que pretende desandarse con el mero
recurso
de
eliminar
el
resarcimiento
de
los
daños
producidos, aun mediando responsabilidad de tal naturaleza,
en
el
ámbito
laboral,
no
es
razonablemente
sustentable
(art. 28, Const. nac.) bajo la cúpula tutelar instaurada
por los señalados principios de jerarquía constitucional.
Como
se
advierte,
entonces,
no
es
que
la
propuesta o el análisis en desarrollo implique paralizar o
someter
al
estudio
judicial
la
potestad
de
legislar
ni
tampoco consagrar la existencia de un pétreo derecho de
daños en materia laboral. Lo cuestionable, al cabo, en la
disposición del art. 6.2. de la Ley de Riesgos del Trabajo,
es
el
carácter
no
sólo
peyorativo
sino
totalmente
excluyente establecido por el régimen en examen, bajo el
cual
se
produjeron
los
hechos
generadores
de
responsabilidad de la demandada, en confronte con el núcleo
básico de garantías constitucionales mínimas y no con la
reparación o tratamiento establecido por una ley anterior.
Se
trata,
en
definitiva,
del
ajuste
o
acomodamiento de la norma en análisis al elenco de derechos
o garantías supralegales y no de la pretensa exhumación de
un régimen legal derogado, sólo traído a colación a los
efectos de realizar su cotejo en el trazado de un paralelo
que permita advertir o evidenciar la efectiva tutela que,
particularmente en la materia que nos ocupa, propugna la
Carta
Magna;
o
a
comprobar
su
eventual
-irrazonable
e
indebida- vulneración.
Al respecto, cabe señalar que ya en el conocido
caso "Ekmekdjan c/ Sofovich" (7-VII-1992, Fallos 315:1492),
la Corte Suprema de Justicia de la Nación claramente alertó
sobre
la
operatividad
reconocidos
por
la
advertido
sobre
Ley
de
los
derechos
Fundamental
la
y
y
garantías
reiteradamente
responsabilidad
de
ha
carácter
internacional del Estado por la estricta observancia que
pesa
sobre
todos
los
órganos
internos,
incluidos
los
locales de carácter judicial -a quien por otra parte le
corresponde
la
expresa
misión,
constitucional
e
indeclinablemente asignada, de verificar la correspondencia
de las leyes con la Constitución nacional-, de las normas
establecidas en los tratados internacionales de los que él
forma parte.
Ahora, en su nueva composición y por conducto del
fallo que ha servido de guía al presente desarrollo, el
supremo
Tribunal
supralegal
y
la
federal
plena
reiteró
operatividad
la
y
trascendencia
juridicidad
-por
oposición a un papel meramente programático o tendencialde
la
Constitución
nacional
y
los
compromisos
internacionales relativos a derechos humanos vinculados al
desarrollo social a los que colocó en el centro de su
escena. Parejamente es dable concluir que dichas fuentes
están
lejos
de
configurar
intervención
del
legislador
extremo
la
afectación
en
desnaturalización
constituye
un
del
un
o
límite
del
del
magistrado
núcleo
derecho
principio
negativo
y
con
básico
individual,
activo
a
positivo
la
nivel
o
sino
mediante
la
que
la
efectiva procuración de su realización más plena.
d. Desde otra perspectiva, está fuera de toda
duda que, una discapacidad como la que porta el actor,
repercutirá no sólo en la esfera económica sino también en
diversos aspectos de su personalidad que hacen al ámbito
doméstico,
cultural
frustración
del
y
social,
desarrollo
pleno
con
de
la
su
consiguiente
vida
(Fallos
315:2834, 2848, consid. 12º, entre otros).
En este sentido, es dable destacar la indebida
agresión
del
patrimonio
del
trabajador
-sustancial
y
predominantemente integrado por su capacidad de trabajoporque ya no nos encontramos en presencia de una eventual
insuficiencia reparatoria, sino de absoluta desprotección y
desconocimiento del deber consagrado por el art. 19 de la
Carta Magna.
La
inconstitucionalidad
de
una
norma
como
la
examinada deriva entonces, principalmente, de provocar una
restricción
irrazonable
consagrados
resultado
por
la
de
las
Constitución
peyorativo
que
se
garantías
nacional,
y
derechos
provocando
materializa,
en
el
un
caso,
mediante la consagración del más absoluto desamparo y el
desprecio
de
una
realidad
imperativamente
colocada
como
especial objeto de tutela, al privar al trabajador, víctima
de
dolencias
derivadas
debido,
de
en
incapacitantes
sus
tareas,
flagrante
fundamentales
señalados
del
que
se
resarcimiento
apartamiento
a
comprueban
lo
que
como
le
es
de
los
principios
largo
del
presente;
inobservancia que, por otra parte, reconoce -enfatizando la
iniquidad que encierra- un argumento meramente voluntarista
y de neto y exclusivo corte economicista.
Esta postura encuentra sustento, además, en el
compromiso
internacionalmente
asumido
por
el
Estado
de
propender al desarrollo social mediante acciones eficaces,
positivas o negativas, cuando sea necesario remover los
obstáculos que impiden la efectiva concreción del mismo
(arts. 1 y 2, Pacto de San José de Costa Rica).
Frente
autos-
a
al
la
-configurativa
detrimento
capacidad
de
su
indebido
laborativa
patrimonio-
una
-verificado
del
en
trabajador
exclusión
como
la
contenida en el art. 6.2. de la ley 24.557, colisiona con
el principio de no dañar a otro, contenido en el art. 19 de
la
Constitución
nacional,
inconstitucionalidad
provocar
una
garantías
del
restricción
consagrados
en
lo
que
deriva
referido
precepto
irrazonable
la
Carta
entonces
de
Magna
los
en
legal,
derechos
nacional
y
la
al
y
en
Pactos Internacionales.
Por ello, superándose, mediante la declaración de
inconstitucionalidad del precepto de marras, el valladar de
la indebida exclusión y, a fin de cumplir con el objetivo
de reparación declarado en el art. 1.2.b. de la ley 24.557,
corresponde incorporar el daño padecido por el reclamante
-derivado de las afecciones vinculadas a la lumbociatalgia
y
várices
bilaterales-
en
el
marco
tutelar
de
dicho
ordenamiento legal.
e. Si el régimen hermético que conforma la Ley de
Riesgos del Trabajo tiene por objeto subsumir dentro de sí
todo daño a que dé lugar la prestación de servicios en
relación
norma
de
supra
dependencia,
analizada,
superada
cuyo
la
abordaje
restricción
de
se
atento
imponía
la
tratarse de un daño motivado por enfermedades no incluidas
en el listado a que la misma alude, tal decisión -sumada a
la
declaración
de
inconstitucionalidad
de
su
art.
39,
dispuesta por el tribunal del trabajo, que arriba firme a
esta instancia- no puede acarrear la frustración de los
propósitos perseguidos por el referido cuerpo legal.
Ha expresado la Corte Suprema de Justicia de la
Nación in re A.2652.XXXVIII., "Recurso de hecho. Aquino,
Isacio c/ Cargo Servicios Industriales S.A.", sent. del 21IX-2004 ("La Ley", suplemento especial del 27-IX-2004), que
"...
En
efecto,
es
manifiesto
que
del
hecho
de
ser
constitucionalmente inválido que la mentada prestación de
la
Ley
de
Riesgos
del
Trabajo
origine
la
eximición
de
responsabilidad del empleador (art. 39 inc. 1), no se sigue
que
las
Aseguradoras
de
Riesgos
queden
relevadas
de
satisfacer las obligaciones que han contraído en el marco
de la citada ley. De tal suerte, este pronunciamiento no
sólo deja intactos los mentados propósitos del legislador,
sino
que,
encontrar
a
la
par,
protección
posibilita
en
la
que
medida
el
de
empleador
su
pueda
aseguramiento"
(consids. 14º del voto de Petracchi y Zaffaroni y 11º del
voto de los doctores Belluscio y Maqueda).
Siguiendo
las
directrices
emanadas
del
citado
precedente "Aquino", esta Corte ha tenido oportunidad de
expresar
-por
mayoría-
que
el
daño
sufrido
por
el
trabajador o sus derechohabientes debe ser atendido por
quien
resulte
obligado
a
su
pago,
sea
la
compañía
aseguradora de riesgos del trabajo, el empleador o ambos
según el modo en que hayan quedado acreditadas las bases de
sus respectivas responsabilidades (conf. causa L. 87.394,
"V. de C., M. C.", sent. del 11-V-2005). En el precedente
de
este
Tribunal,
la
empleadora,
como
consecuencia
del
resultado negativo del test de constitucionalidad del art.
39 de la ley 24.557 efectuado en la instancia de grado,
sólo fue condenada a abonar la diferencia resultante entre
el régimen prestacional y la indemnización fijada en el
marco del derecho civil, pues la firma aseguradora ya había
integrado la suma para el pago de la renta periódica.
f. Siendo ello así, si de conformidad con los
lineamientos que se han venido exponiendo se incorpora el
daño
padecido
por
el
actor
-derivado
de
las
afecciones
vinculadas a la lumbociatalgia y várices bilaterales- al
régimen
reparatorio
contemplado
por
la
ley
24.557,
corresponde a la aseguradora de riesgos del trabajo -en el
caso "La Caja A.R.T. S.A."- otorgar las prestaciones allí
establecidas,
pues
ésta
no
ha
de
quedar
relevada
del
cumplimiento de las obligaciones que ha contraído en el
marco de la ley especial. De modo tal, podrá cumplirse
-además-
el
propósito
de
que
el
empleador
encuentre
protección en la medida de su aseguramiento, como lo ha
postulado la Corte Suprema de Justicia de la Nación en la
ya citada causa "Aquino" (consids. cits.).
2.
Respecto
a
la
petición
que
formula
el
compareciente para que se condene a "La Caja A.R.T. S.A." a
la
reparación
prescripciones
integral
del
contenidas
en
daño,
los
en
arts.
virtud
1074
y
de
las
1109
del
Código Civil, he de señalar que la misma no resulta de
recibo por un doble orden de fundamentos, a saber:
a. En primer término, porque ha adquirido firmeza
-con autoridad de cosa juzgada- la resolución emitida por
el tribunal a quo a fs. 260 y vta., mediante la cual dicho
órgano jurisdiccional -ante la expresa petición formulada
por la parte actora en su presentación de fs. 215/217recondujo el proceso -de conformidad a la doctrina de esta
Suprema Corte elaborada en torno al precedente L. 81.216,
"Castro", sent. del 22-X-2003- y dispuso -en consecuenciaque el objeto del pleito no lo constituirá en adelante una
acción de resarcimiento de daños y perjuicios con base en
el derecho civil, sino que se regirá por las disposiciones
de
la
ley
sistema
afección
de
24.557
la
y
Ley
complementarias,
de
constitucional
indemnidad
del
Riesgos
del
trabajador-
del
bien
con
apreciándose
Trabajo
jurídico
arreglo
al
genera
si
el
o
no
protegido
criterio
-la
de
razonabilidad.
b. Y, en segundo lugar, porque el sentenciante de
mérito
condenó
a
la
empleadora
-que
consintió
el
pronunciamiento-
a
abonar
la
sumas
que
específicamente
estableció en concepto de indemnización -con fundamento en
normas del derecho común- por la incapacidad que porta el
actor,
derivada
cumplimiento
de
de
las
su
enfermedades
débito
contraídas
contractual;
en
ello,
el
en
concurrencia con la aseguradora de riesgos del trabajo, a
la
cual
ordenó
cubrir
la
porción
del
daño
que
le
correspondía con arreglo al sistema reparatorio establecido
por la ley 24.557. Para así resolver, juzgó que no hallaba,
en la argumentación del actor, motivo alguno que amerite
incluir,
a
obligaciones
la
aseguradora
adicionales
a
de
las
riesgos
que
demandada,
surgen
de
en
la
contratación celebrada con "Hilandería Villa Ocampo S.A." y
de
la
Ley
de
Riesgos
del
Trabajo,
toda
vez
que,
la
actividad preventiva que le imponen sus arts. 1 y 4, si
bien la estimó insuficiente y parcialmente incumplida, no
era posible considerarla sino como levemente coadyuvante en
la configuración del daño. Ello es así, pues se trata señaló- de afecciones -al menos dos de ellas, tales como
las várices y lumbociatalgia- progresivas en el tiempo en
su contracción y también en su agravamiento (v. sent., fs.
332).
Asimismo nótese que, si bien en el presente caso
el actor dirigió su reclamo contra la "La Caja A.R.T. S.A."
como codemandada directa, por la vía específica y autónoma,
cual es la definida por los arts. 4 y 31 de la ley 24.557,
es
lo
cierto
que
en
su
escrito
de
inicio
(v.
fs.
18
vta./19), si bien enunció la manera en que se vulneraron
las
obligaciones
legales
impuestas
a
dicha
aseguradora
(esto es, no incorporar un plan de mejoramiento de las
condiciones de higiene y seguridad), como así también la
conducta culposa en que la misma habría incurrido (omitir
formular
las
correspondientes
incumplimientos
de
la
denuncias
empleadora
sobre
la
de
los
materia),
no
esgrimió los presupuestos que revelen la existencia de una
causalidad adecuada con el daño invocado, condición esta
necesaria
para
la
efectivización
responsabilidad
en
el
reclamante,
defecto
ámbito
técnico
de
legal
reiterado
una
condena
pretendido
en
el
por
por
el
escrito
de
readecuación de la acción (v. fs. 215/217 vta.) y en esta
parcela del medio de impugnación analizado que sella sin
más su suerte adversa.
Por lo tanto, no advierto que el quejoso aporte
ningún
elemento
convincente
con
virtualidad
para
descalificar el contenido del fallo, derivando la crítica a
una
meraá
contraposición
de
criterios
que,
como
tal,
resulta inidónea a los fines del recurso deducido (conf.
causas L. 71.024, "Núñez", sent. del 28-II-2001; L. 88.730,
"Álvarez", sent. del 26-VI-2007).
IV.
Por
lo
expuesto,
corresponde
hacer
lugar
parcialmente al recurso extraordinario de inaplicabilidad
de ley deducido, declarar la inconstitucionalidad del art.
6.2. de la ley 24.557 y revocar la sentencia de origen en
cuanto condenó a "La Caja A.R.T. S.A." únicamente al pago
del resarcimiento contemplado en la ley 24.557 derivado de
la
afección
auditiva,
al
que
se
le
adicionará
el
otorgamiento de las prestaciones contempladas en dicha ley
especial por las secuelas incapacitantes atribuidas a las
restantes
dolencias
bilaterales
y
que
padece
lumbociatalgia-
el
de
actor
-várices
conformidad
con
lo
practicará
la
manifestado en el punto III.1 de este voto.
En
la
instancia
de
grado
se
liquidación correspondiente.
Costas
pretensión
aquí
de
ambas
instancias
resuelta-
por
su
-respecto
orden,
de
la
atento
la
dificultad interpretativa de la Ley de Riesgos del Trabajo
(arts. 68 y 289 del C.P.C.C.).
Con el alcance indicado, voto por la afirmativa.
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor
Soria dijo:
Adhiero
al
sufragio
emitido
por
el
doctor
Pettigiani, aclarando que, en lo que respecta al art. 6,
ap. 2 de la Ley de Riesgos del Trabajo, norma tachada de
inconstitucional por el interesado, concuerdo con lo aquí
expuesto por el mencionado colega en los términos y por las
razones que oportunamente me llevaron a suscribir el voto
del doctor Hitters en la causa L. 88.775, "E.,E." (sent. de
23-III-2010) donde este Tribunal acogió tal tipo de planteo
(conf. mi voto en L. 90.656, "Lescano", sent. de 23-III2010).
Con el alcance indicado, voto por la afirmativa.
El
señor
Juez
doctor
Genoud,
por
los
mismos
fundamentos del señor Juez doctor Pettigiani, votó también
por la afirmativa.
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor
Negri dijo:
I. Entiendo, como el Juez que abre el acuerdo,
que corresponde declarar la inconstitucionalidad del art.
6, ap. 2 de la ley 24.557 e incluir, como consecuencia, las
afecciones que porta el actor -lumbociatalgia y várices
bilaterales- en el sistema reparatorio establecido en esa
ley.
Reconducido el proceso con arreglo a la doctrina
legal sentada en la causa "Castro c/ Dycasa S.A.", sent.
del 22-X-2003, el objeto del pleito no lo constituye una
acción de daños y perjuicios con base en el derecho civil
sino uno regido por las disposiciones de la ley 24.557 en
el
que
debe
analizarse,
con
arreglo
al
criterio
de
razonabilidad, si el sistema de esta última ley genera o no
afectación constitucional del bien jurídico protegido, esto
es, la indemnidad del trabajador (fs. 260 y vta.).
Frente a esa definición, sobre la que no es dable
volver a esta altura del proceso, deviene inaplicable el
criterio que, en minoría, expresé en la causa L. 91.163,
"Buttice",
sent.
del
17-XII-2008,
en
el
sentido
que
el
análisis constitucional del art. 6 de la ley 24.557 resulta
inoficioso en los casos en los que se reclama la reparación
integral de un daño en la salud del trabajador derivado de
las tareas que éste realizaba para su empleador.
Por el contrario, dado los términos en los que en
definitiva
quedó
trabada
la
litis,
ese
análisis
constitucional resulta imprescindible.
Al respecto, ya he expresado mi opinión contraria
a la validez constitucional del art. 6.2. de la ley 24.557
en varios precedentes a los que, por razones de brevedad,
me remito (conf. causas L. 77.186, "Mansilla", sent. del
24-V-2006; L. 79.786, "Pared", sent. del 20-XII-2006; L.
75.951, "Luna", sent. del 31-V-2006; L. 76.325, "Vallejos",
sent. del 7-III-2007).
Como consecuencia de ello, debe incorporarse el
daño
padecido
por
el
actor,
derivado
de
las
dolencias
individualizadas en el primer párrafo, al régimen reparatorio
de la ley 24.557, correspondiendo a la aseguradora de riesgos
del trabajo otorgar las prestaciones en él establecidas.
II. En otro orden, adhiero a lo expresado en el
punto
III.2.
del
voto
del
doctor
Pettigiani
a
fin
de
rechazar el planteo enderezado a condenar a "La Caja A.R.T.
S.A." a la reparación integral del daño con fundamento en
las normas de los arts. 1074 y 1109 del Código Civil.
III.
Corresponde,
entonces,
hacer
lugar
parcialmente al recurso extraordinario de inaplicabilidad
de
ley
deducido
por
inconstitucionalidad
la
del
parte
art.
actora,
6.2.
de
la
declarar
ley
la
24.557
y
revocar la sentencia de grado en cuanto condenó a "La Caja
A.R.T. S.A." a pagar solamente el resarcimiento contemplado
en la ley de riesgos respecto de la afección auditiva, al
que se debe adicionar el otorgamiento de las prestaciones
previstas
en
dicha
ley
por
las
secuelas
incapacitantes
atribuibles a las várices bilaterales y la lumbociatalgia.
Practíquese
en
la
instancia
de
origen
la
liquidación correspondiente.
Costas por su orden (arts. 68 y 289 C.P.C.C.).
Con el alcance indicado, voto por la afirmativa.
El señor Juez doctor de Lázzari, por los mismos
fundamentos del señor Juez doctor Pettigiani, votó también
por la afirmativa.
Con
lo
que
terminó
el
acuerdo,
dictándose
la
siguiente
S E N T E N C I A
Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, se
hace
lugar
parcialmente
inaplicabilidad
de
al
recurso
ley
traído,
extraordinario
de
se
la
declara
inconstitucionalidad del art. 6.2. de la ley 24.557 y se
revoca la sentencia impugnada en cuanto condenó a "La Caja
A.R.T. S.A." únicamente al pago del resarcimiento derivado
de
la
afección
auditiva,
al
que
se
le
adicionará
el
otorgamiento de las prestaciones contempladas en dicha ley
especial por las secuelas incapacitantes atribuidas a las
restantes
dolencias
que
padece
bilaterales
y
lumbociatalgia-
indicado
el
punto
en
III.1
de
del
el
actor
-varices
conformidad
voto
emitido
con
en
lo
primer
término. Vuelvan los autos al tribunal de origen para que
practique una nueva liquidación de conformidad con lo que
aquí se ha resuelto.
Costas
pretensión
aquí
dificultades
de
ambas
resuelta-
interpretativas
instancias
por
de
su
la
-respecto
orden,
Ley
Trabajo (arts. 68 y 289, C.P.C.C.).
Regístrese y notifíquese.
EDUARDO JULIO PETTIGIANI
de
de
la
atento
las
Riesgos
del
EDUARDO NESTOR DE LAZZARI
DANIEL FERNANDO SORIA
HECTOR NEGRI
LUIS ESTEBAN GENOUD
GUILLERMO LUIS COMADIRA
Secretario
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