Bolilla 2

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Derecho Civil III: Contratos
Clasificación de los contratos. Los criterios clasificatorios: histórico, función económica y
técnico jurídica. Clasificación según el fin y según el objeto inmediato. El contrato
creditorio: Según el fin jurídico que persiguen los contratos pueden ser de creación, de
extinción, de modificación o de transmisión de derechos, pudiendo ser también mixtos (por
ejemplo la novación, que extingue y crea derechos en un solo acto).
Según el objeto inmediato sobre el que recaen, los contratos pueden versar sobre derechos reales
o sobre derechos personales, pudiendo ser también mixtos (por ejemplo el mutuo, que
transfiere la propiedad y a la vez engendra la obligación de restituir). Combinando ambos
criterios cabe decir que si el contrato es de creación de derechos y su objeto es un derecho
personal se denomina contrato creditorio.
Unilaterales o bilaterales. Distinción con los actos jurídicos unilaterales y bilaterales. Los
contratos sinalagmáticos imperfectos. Rigurosamente y no rigurosamente unilaterales. Los
contratos con prestaciones reciprocas. Importancia: Art. 1138: “Los contratos se denominan
en este Código unilaterales, o bilaterales. Los primeros son aquellos en que una sola de las
partes se obliga hacia la otra sin que ésta le quede obligada. Los segundos, cuando las partes se
obligan recíprocamente la una hacia la otra.”
No cabe confundir esta clasificación con la que se verifica de los negocios jurídicos empleando
iguales calificativos, ya que estos últimos son unilaterales cuando para formarlos basta con la
voluntad de un solo centro de intereses, mientras son bilaterales cuando requieren el
consentimiento unánime de dos o más centros juntos. De allí que los contratos son siempre
negocios bilaterales, porque para concluirlos hace falta, por lo menos dos centros de intereses.
Cuando se habla de contratos unilaterales o bilaterales no se tienen en cuenta el número de
centros de intereses sino los efectos que se derivan de ellos.
Según el artículo 1138 un contrato creditorio es bilateral (o sinalagmático) cuando reúne dos
condiciones:
 Que ambas partes queden obligadas.
 Que las obligaciones sean reciprocas.
Si falta alguna de estas dos condiciones el contrato es unilateral: si falta la primera condición,
el contrato es rigurosamente unilateral; si solo falta la segunda condición, el contrato es no
rigurosamente unilateral. Hay quienes consideran un tercer grupo intermedio entre los
sinalagmáticos y los unilaterales, a los que llaman “sinalagmáticos imperfectos”, en los cuales
comienza habiendo una sola parte obligada para luego quedar obligada también la contraparte.
Como por ejemplo citan el contrato de deposito, en el cual al principio solo existe la obligación
del depositario de guardar la cosa y restituirla, pero si e depositario incurre en gastos surge la
obligación del depositante de restituir tales gastos; el ejemplo es impropio pues la obligación
de restituir gastos no surge del contrato sino de un hecho distinto; no hay sinalagma y el
contrato de deposito es unilateral. Otro ejemplo que dan, es la donación con cargo, pero el
cargo no es obligación principal comparable a la obligación de donante de dar la cosa donada,
de modo que mal puede hablarse de sinalagma, la donación con cargo es unilateral.
En síntesis: la tercera categoría de contratos sinalagmáticos imperfectos no existe, el contrato
es bilateral o es unilateral. Hay otros que sostienen que un contrato bilateral no es otra cosa que
la unión de dos contratos unilaterales; esto es falso pues en la bilateralidad se da siempre el
sinalagma, es decir el vinculo de interdependencia de las obligaciones reciprocas, y solo
cuando falta el sinalagma falta la bilateralidad, pero en tal caso ya no cabe hablar de contrato
bilateral sino de dos contratos unilaterales separados.
La clasificación en unilaterales y bilaterales que el Código Civil ha asignado en términos
adecuados para los contratos creditorios, puede ser generalizada a todos los contratos. Un
contrato es bilateralmente atributivo, cuando prescindiendo de la clase de efectos, los produce
recíprocos; muchos consideran equivalente a la categoría de contratos bilaterales, la de
contratos con prestaciones reciprocas, sin embargo la identificación debe buscarse no con los
bilateralmente creditorios sino con los bilateralmente atributivos.
En cuanto a la importancia practica, Borda afirma que no tiene sentido práctico y López de
Zavalía sostiene que si, pues el doble ejemplar en que se redactan los contratos bilaterales útil a
la hora de la prueba, destacando también las ventajas de conocer la bilateralidad a la hora de
interpretar el pacto comisorio, la mora reciproca y la imposibilidad de pago.
Onerosos y gratuitos. Distinción con la categoría anterior. Atribuciones gratuitas y
onerosas. Los grados de onerosidad. Contratos incoloros. Atribuciones a favor de terceros.
Importancia: Art.1139: “Se dice también en este Código, que los contratos son a título
oneroso, o a título gratuito: son a título oneroso, cuando las ventajas que procuran a una u otra
de las partes no les es concedida sino por una prestación que ella le ha hecho, o que se obliga a
hacerle; son a título gratuito, cuando aseguran a una u otra de las partes alguna ventaja,
independiente de toda prestación por su parte.”
El artículo 1139 distingue entre contratos gratuitos (aquellos que otorgan una ventaja a una parte
sin necesidad de realizar un sacrificio correlativo) y onerosos (aquellos que imponen ventajas y
sacrificios a ambas partes). No debe confundirse con la anterior, pues, si bien la bilateralidad
siempre supone onerosidad, la unilateralidad no siempre supone gratuidad, pudiendo haber
también contratos unilaterales onerosos.
En cuanto a las “atribuciones” gratuitas u onerosas, la onerosidad admite grados y se mide
comparando las ventajas con los sacrificios, cuando más grande sea la diferencia entre ventajas
y sacrificios, mayos será el beneficio de un contratante y el perjuicio del otro. El Código Civil
impone limites, el artículo 954 establece la anulabilidad de los contratos que otorgan ventajas
desproporcionadas e injustificadas a una parte a costa de la otra, preceptuando que la
explotación se presume cuando hay manifiesta desproporción en las prestaciones (aunque se
admite prueba en contrario). Un caso particular de onerosidad se da en el contrato a favor de
terceros (por ejemplo el seguro de vida).
Es importante si un contrato es a titulo gratuito u oneroso, pues la onerosidad (unida a la buena
fe) actúa como una valla que impide a terceros ejercer acción pauliana, reivindicatoria, o de
petición de herencia, y da mayor protección en caso de evicción o de vicios redhibitorios. En
cambio el titulo gratuito, además de no tener las ventajas señaladas, coloca las adquisiciones
ante el peligro de revocación, o de colocación, e impone además ciertos deberes propios de la
gratuidad (alimentos, restitución de comodato, etc.). De allí la importancia de establecer el
carácter de los llamados “contratos incoloros”, que son aquellos que, según el caso, pueden ser
gratuitos u onerosos (es el caso de los contratos con fiador, cuando este no recibe retribución
por su papel)
Conmutativos y aleatorios. Por su naturaleza y por voluntad de las partes. Distinción con
los contratos condicionales. Importancia: El artículo 2051 divide a los contratos onerosos en
conmutativos y aleatorios, cuando dice que “los contratos son aleatorios cuando sus ventajas o
perdidas para ambas partes o para una sola de ellas dependen de un acontecimiento incierto”
(por oposición, un contrato es conmutativo cuando sus ventajas y desventajas para ambas partes
son ciertos). Un ejemplo de contrato conmutativo, es la compra de un televisor en cuotas fijas;
desde el inicio el comprador y el vendedor saben a que atenerse; las ventajas y desventajas para
cada parte son conocidas y ciertas. Un ejemplo de contrato aleatorio, es la renta vitalicia, pues
dura de por vida, lo cual implica duración incierta, aquí el “alea” (posibilidad de que pase o no)
depende de la naturaleza del objeto, aunque también podría depender de la voluntad de las
partes, como ocurre en una compraventa, cuando el vendedor asume el riesgo de corar o no
según se den o no ciertas circunstancias. El contrato aleatorio no debe confundirse con el
condicional, en este la existencia misma del contrato depende del cumplimiento de una
condición (por ejemplo compro un paraguas sujeto a que llueva mañana, si no llueve mañana,
no hay compra, devuelvo el paraguas y me devuelven mi dinero).
Puede ocurrir que el contrato sea a la vez aleatorio y condicional, retomando el ejemplo del
paraguas, puedo pactar que el precio final estará sujeto a que llueva mañana o no, si llueve
mañana pago un precio, si no llueve pago otro precio; pero de un modo u otro el contrato se
realiza y la compra no se deshace. Una característica fundamental de los contratos aleatorios es
que deben ser aleatorios para ambas partes, si solo una de las partes asume el riesgo sobre su
ventaja el contrato es ilícito y nulo. La distinción entre contrato aleatorio o conmutativo es
importante en relación a la aplicación del instituto de la lesión, de la cláusula “rebuc sic stanti
bus” y de la evicción.
Formales y no formales. Importancia: los contratos son no formales (o no solemnes) cuando
la ley no les impone formas determinadas, y son formales (o solemnes) cuando la ley les impone
formas determinadas para que tengan validez. La ausencia de la forma prescripta trae aparejada
la nulidad:
 Plena en los solemnes absolutos (donación inmobiliaria)
 Efectual en los solemnes relativos (compraventa inmobiliaria), pues aun cuando el negocio
no valga como el tipo querido, vale como otro contrato.
Es importante distinguir entre un contrato formal y uno no formal, pues si un contrato se celebra
son formalidad, debiendo ser formal, carece de validez legal.
Consensuales y reales. La datio rei. Importancia. Critica a la categoría de los contratos
reales. La promesa de contrato real: los contratos también se clasifican en consensuales
(cuando quedan concluidos por el solo consentimiento de las partes) o reales (cuando además
del consentimiento se requiere la entrega de la cosa sobre la que versa el contrato, es decir la
“datio rei”, para que quede concluido). La “datio rei” es más que una simple tradición de la
cosa, es “requisito formal y esencial”, sin el cual los contratos no se consideran celebrados. Por
ello cabe distinguirlos de los simple contratos manuales, que son aquellos micro negocios que
frecuentemente se hacen en la vida cotidiana (por ejemplo comprar un diario, elemento de
circulación corriente y precio conocido), en los cuales la dación de la cosa funciona a la vez
como expresión de la voluntad ed las partes y como acto del cumplimiento del contrato (los
contratos manuales se celebran y se concluyes en el mismo acto y son consensuales). En el
contrato real, en cambio, la datio rei es elemento formal y esencial: el mutuo, el comodato y el
depósito quedan celebrados solo cuando se hace entrega de la cosa.
No cabe confundir contrato real con contrato con efecto real aunque en ambos casos se dé un
elemento real. Se ha preguntado si existe una razón valida para estructurar algunos contratos
como reales. Quienes justifican el criterio, acuden a la explicación que no puede concebirse una
obligación de devolver si todavía no se ha recibido.
Pero tal razonamiento resulta no generalizable, e inadmisible. No generalizable, porque solo se
aplicaría a aquellos contratos reales que engendraran una obligación de restituir. Inadmisible,
porque aun limitado a los que engendran tal tipo de obligación, no cabe olvidar que el fin
principal de los contratos reales nunca reside en la restitución: el tradente no da para que le
restituyan, sino para que el accipiens use de la cosa o la guarde, o la consuma, y la restitución
solo adviene cumplido ese fin.
A nuestro entender, la única razón es la dada por el codificador en la nota a los artículos 1141 y
1142, que establecen que en el derecho francés la simple promesa seguida de aceptación de
entregar una cosa a titulo de comodato, de deposito, de mutuo, o de prenda, es civilmente
obligatoria, y por lo tanto esos contratos no constituyen contratos reales.
En cuanto a la promesa de contrato real, aquí solo puede demandarse la indemnización, no el
cumplimiento.
Art.2244: “La promesa aceptada de hacer un empréstito gratuito no da acción alguna contra el
promitente; pero la promesa aceptada de hacer un empréstito oneroso, que no fuese cumplida
por el promitente, dará derecho a la otra parte por el término de tres meses, desde que debió
cumplirse, para demandarlo por indemnización de pérdidas e intereses.”
Art.2256: “El comodato es un contrato real que se perfecciona con la entrega de la cosa. La
promesa de hacer un empréstito de uso no da acción alguna contra el promitente.”
Nominados e innominados. Típicos y atípicos. Régimen jurídico aplicable. Distintas ramas.
Uniones de contratos. Contratos mixtos. Contratos usualmente típicos. Importancia: el
artículo 1143 dice que los contratos pueden ser nominados o innominados según que la ley les
asigne un nombre determinado o no. En otro sentido los contratos pueden ser:
 Típicos: cuando están previstos en la ley y regulados específicamente, en cuyo caso se rigen
por las reglas que la ley les impone sin que importe que las partes le den un nombre distinto
del que les corresponde.
 Atípicos: cuando no encajan en ninguno de los tipos previstos en la ley. No existiendo
reglas especificas que los rijan, se interpretan aplicando directamente las reglas generales de
los contratos o, subsidiariamente, las reglas propias de algún tipo semejante
La primera clasificación tiene que ver con el nombre legal del contrato y la segunda con su
regulación especifica por la ley. En cuanto a la interpretación de los contratos atípicos existen
tres teorías sobre el método a aplicar:
 Teoría de la absorción: propone basar la interpretación en los factores prevalentes
(cláusulas, prestaciones) del contrato atípico, aplicando las reglas del contrato típico a que
corresponden. El problema es que a menudo los factores prevalentes no son asimilables a
ningún contrato típico, o que existen varios factores de igual jerarquía y que corresponden a
distintos contratos típicos.
 Teoría de la combinación: propone descomponer el contrato atípico en sus cláusulas y
agruparlos según el tipo a que corresponden. El problema es que descomponer el contrato es
relativamente fácil, pero lograr una interpretación global coherente y unitaria es muy difícil.
 Teoría de la aplicación analógica: propone que todo el contrato atípico sea regulado por las
reglar del contrato típico más parecido. Ello suele conducir a excesos de simplificación que
dejan de lado los elementos atípicos.
Las tres teorías son insuficientes por si mismas, siendo lo más apropiado recurrir, según el caso,
a una combinación ed las tres. No debe perderse de vista el artículo 1198: “los contratos deben
celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena fe y de acuerdo a lo que verosímilmente las partes
entendieron o pudieron entender obrando con cuidado y previsión. La interpretación también se
dificulta cuando las partes realizan convenciones que acumulan y combinan dos o más tipos de
contratos, que se conoce como “unión de contratos” y que puede ser:
 Externa: cuando los contratos se vinculan sin influirse entre si, en cuyo caso cada cual se
rige por las reglas propias de su tipo (por ejemplo Juan vende una casa a Pedro y al mismo
tiempo le alquila otra)
 Interna: cuando entre los contratos hay una dependencia, unilateral o reciproca, en cuyo
caso cada contrato se rige por sus propias reglas, pero la suerte de uno influye sobre el otro
(por ejemplo Juan le vende una casa a Pedro, sujeto que a la vez Pedro le alquile otra: si no
se da la locacion no se da la compra)
 Alternativa: cuando se concluyes dos contratos, pero se aclara que solo uno se cumplirá,
que será aquel que se quede determinado por alguna condición a cumplirse: mientras la
condición no se cumple cada contrato se rige por sus propias reglas.
Distinta a la unión de contratos es la “contratación mixta”, en la cual hay un solo contrato con
particularidades que pueden ser de tres clases:
 Contrato de doble tipo: si las prestaciones de una parte se ajustan a un tipo y las de la otra
parte a otro tipo.
 Contrato mixto de sentido estricto: si todo el contrato se ajusta a un tipo determinado, pero
contiene elementos de otro tipo (por ejemplo la donación con elementos de compraventa)
 Contratos combinados: si una de las partes debe prestaciones de dos o más tipos y la otra
parte debe prestaciones unitarias.
En cuanto a los “contratos usualmente típicos”, son aquellos que, si bien son atípicos en cuanto
no tienen regulación legal especifica, son tan frecuentes y comunes que es posible tipificarlos
(garaje, suministro, turismo, leasing)
De ejecución inmediata y diferida, instantáneos y de duración. Importancia: atendiendo al
tiempo, los contratos pueden clasificarse:
 Según cuando comienzan a ejecutarse, los contratos pueden ser de ejecución inmediata (si
la entrega de la cosa vendida y el pago por ella tienen lugar al momento mismo de
celebrarse el contrato) o diferida (si la entrega de la cosa vendida es instantánea y el pago
puede postergarse un cierto tiempo o viceversa)
 Según cuanto dura la prestación, el contrato puede ser instantáneo (si la prestación dura un
instante) o de duración (cuando la prestación se prolonga en el tiempo, pudiendo ser
ininterrumpido, periódico o escalonado.
Ambos criterios son independientes y combinables. Estas clasificaciones tienen importancia
para establecer la aplicabilidad de la teoría de la imprevisión solo en un contrato de duración se
puede alegar que circunstancias imprevistas han tornado excesivamente oneroso el contrato y
reclamar se resolución.
Contratos de efecto personal y con efecto real: el contrato puede ser con efecto personal
cuando incide en el campo de los derechos personales (cuando obliga a las partes); o con efecto
real, cuando incide en el campo de los derechos reales. Esta clasificación, que alude a los
efectos, no debe con fundirse con la de consensuales y reales, que alude a los elementos
constitutivos de contrato.
Otras clasificaciones. Causados y abstractos: los contratos contienen “atribuciones”, es decir
elementos que crean, modifican, transfieren o extinguen derechos y otorgan ventajas a las
partes. El sistema de derecho puede adoptar dos actitudes:
 La atribución es valida por si misma, independientemente de la causa o razón en que se
funde, contrato abstracto (cabe distinguir entre abstracción absoluta, cuando no interesa la
causa y abstracción relativa, cuando se ignora la causa, pero se la tiene en cuenta
eventualmente.
 La atribución es valida solo si se funda en una causa existente y licita, contrato causado y
la cause de la atribución debe ser probada por el interesado en hacerla valer. Nuestro
sistema es causalista.
Principales y accesorios: se habla de contrato principal y contrato accesorio cuando dos
contratos están vinculados de modo tal que uno (el principal) es la causa, la razón fundante del
otro (el accesorio). El contrato accesorio típico es el de garantía: la fianza, la prenda, la
hipoteca. Es aplicable a los contratos accesorios el principio de que “lo accesorio sigue la surte
de lo principal”.
Contratos y subcontratos: hay subcontrato cuando de un contrato, llamado “contrato base”,
deriva otro contrato, llamado “subcontrato”, de modo tal se crea una posición jurídica de igual
tipo de la que se goza, sin perder la titularidad (por ejemplo el locatario que a su vez subalquila
el inmueble a un tercero). No debe confundirse el subcontrato (relación de derivación) con el
contrato accesorio (relación de subordinación).
Civiles y Comerciales: son comerciales aquellos contratos cuyo objeto es un negocio de
naturaleza comercial (por ejemplo compraventa mercantil), aquellos en los que participan
comerciantes o aquellos que la ley declara como tales. La distinción es forzada y deriva del
desdoblamiento del Derecho Civil y Comercial. En la actualidad se tiende a ignorar esta
división y a tratar a todos los contratos como civiles.
Macros y microcontratos. Contratos manuales: la distinción entre macro y microcontratos se
basa en la magnitud económica del negocio y tiene un alcance relativo pues el que un negocio
sea grande o chico depende de las circunstancias (tal como la fortuna de los contratantes). La
distinción es útil cuando se la vincula con la capacidad de los contratantes, aunque los contratos
que celebran los incapaces son nulos no se puede negar validez al acto de compra de una
golosina por parte de un menor: se tarta de un micro contrato tan pequeño y tan cotidiano que se
autorregula sin necesidad de recurrir a la ley. Sea que los lleven a cabo adultos o menores, los
microcontratos suelen ser manuales, pues en ellos hay simultaneidad entre la expresión de
voluntad de los contratantes y el intercambio de prestaciones y hay libertad de forma (acto de
comprar el diario).
Negocios Ad Referéndum: un contrato es “ad referéndum” cuando la declaración de voluntad
de una de las partes o de ambas no basta para darle validez, requiriéndose el asentimiento o la
homologación de un tercero para ellos. El negocio ad referéndum no debe confundirse con el
contrato preliminar (contrato que genera obligación de contratar), a la inversa, el contrato ad
referéndum es un “contrato claudicante” es decir un contrato que ya se ha celebrado pero al cual
le falta la puntada final para que tenga vigencia plena y genere obligaciones.
Contrato normativo: el contrato es normativo cuando no es obligatorio celebrarlo pero, si se
celebra, queda necesariamente sujeto a determinadas normas y disposiciones. Un ejemplo es el
Contrato de Trabajo, el empleador no esta obligado a contratar empleados, pero si los contrata
debe ajustarse a las leyes laborales y convenios colectivos, pagar salarios determinados, respetar
la jornada laboral, hacer aportes patronales, et.
Contratos colectivos e individuales: a diferencia de los contratos individuales, que solo
obligan a quienes los suscriben, los contratos colectivos obligan a una generalidad de personas,
entendiéndose que quienes adhieran a él aceptan sus condiciones aunque su voluntad individual
sea otra, si un contratos colectivo de trabajo impone que todos los obreros de una fabrica deben
usar casco, el obrero que no usa casco incurre en incumplimiento contractual.
Contratos cerrados y abiertos: a diferencia de los contratos cerrados, que se agotan en las
partes que los suscriben inicialmente, los contratos abiertos admiten que terceros accedan a la
situación contractual creada por las partes originales (por ejemplo el contrato de sociedad). El
derecho del tercero nace a partir del momento en que se incorpora a la situación contractual.
Contratos plurilaterales: el concepto de contrato plurilateral es relativamente nuevo, nuestra
legislación lo recogió a través del decreto ley 19.550 de sociedades comerciales. Puede decirse
que un contrato es plurilateral si reúne tres requisitos:
 Si tiene tres o más partes (el concepto de parte no debe entenderse como persona, sino como
centro de interés).
 Si la plurilateralidad es eventual y no necesaria, es decir si el contrato subsiste cuando las
partes se reducen a solo dos.
 Si tiene estructura asociativa y unidad funcional, de modo que las diferentes prestaciones de
cada parte apuntes a un único fin.
Son plurilaterales los contratos de organización, es decir los que tienen por fin la creación de un
ente colectivo (una sociedad comercial. Los contratos de juego no son plurilaterales, pues no
hay un solo contrato con pluralidad de partes sino muchos contratos bilaterales entre cada
jugador y la banca y además no hay estructura asociativa.
Caracteres:
 Es asociativo.
 Es un contrato abierto, pueden ingresar nuevas partes.
 Las prestaciones son múltiples y variables.
 Si existe un vicio en una parte no esencial, no tiene efectos propagatorios. Si uno no
cumple, los otros tienen que cumplir igual. Cuando se da la imposibilidad de pago, ésta no
se propaga cuando uno no puede.
El contrato preliminar. Concepto y requisitos. Preliminares unilaterales y bilaterales: el
contrato preliminar es un contrato que obliga a concluir otro contrato, “es un contrato
jurídicamente contingente que obliga a al conclusión de otro contrato que regulara los intereses
de las mismas partes substanciales” dice López de Zavalía (jurídicamente contingente, significa
que el preliminar puede darse o no, pues no es obligatorio para que se celebre un contrato
posterior).
Si ya hay un preliminar que obliga, poca libertad queda para configurar el contrato o para
decidir si se contrata o no. Es un contrato perfecto, con su propia tipicidad y cabe diferenciarlo
de otras figuras:
 De las tratativas previas pues éstas son simples negociaciones que no obligan a las partes.
 De la oferta irrevocable, pues ésta es un acto jurídico unilateral, y el preliminar es bilateral.
 Del testamento, pues este también es un acto unilateral.
Queda claro que el preliminar es siempre un acto jurídico bilateral. Sin perjuicio de ello, y en
otro sentido, se lo llama unilateral cuando una sola de las partes queda obligada a concluir el
contrato futuro y bilateral cuando quedan ambas partes.
La utilidad práctica del preliminar es discutida, Wayar entiende que no es útil, López de Zavalía
entiende que es útil en ciertos casos por ejemplo cuando la ley impone la forma notarial y las
partes no están en condiciones de llenarla en forma inmediata.
En cuanto a la forma, si el contrato definitivo tiene forma solemne absoluta, el preliminar
también debe tenerla y hacerse por escritura publica. En cuanto a sus efectos, el preliminar
obliga a contratar, de modo que si el obligado se niega a contratar incumple su obligación y
puede ser demandado por daños y perjuicios (López de Zavalía entiende que la indemnización
por daños es excepcional, debiendo antes el perjudicado procurar el cumplimiento por terceros).
La conexidad contractual. Concepto e importancia. Los contratos conexos. Concepto.
Requisitos. El crédito y el consumo: por ejemplo: para adquirir una casa tengo que hacer:
 Un contrato de compraventa con el vendedor.
 Un contrato de mutuo con el banco, para que me de un préstamo.
 Un contrato de hipoteca, para asegurarme la compra.
Se da una pluralidad de contratos celebrados por las partes con una finalidad única. No es lo
mismo el contrato plurilateral, porque hay muchas pretensiones pero celebradas dentro del
mismo contrato.
La conexidad puede ser:
 Natural (locacion y sublocación).
 Como garantía (fianza).
Entre algunos de los contratos conexos encontramos:
 La medicina prepaga: porque la entidad contrata con un afiliado y a la vez con la prepaga,
para que ésta le brinde el servicio a éstos, y ésta a su vez, contrata con los sanatorios.
 El sistema de tarjetas de crédito: porque hay contratos individuales entre el emisor y cada
usuario, entre el emisor y cada proveedor y entre los diferentes usuarios y proveedores.
FIN DE BOLILLA 2
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