Eres libre

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TeMcGinnis (César) http://temcginnis.deviantart.com/
FanFic de Phineas y Ferb
Eres libre
Historia e idea original por TeMcGinnis (César)
Dibujo de portada elaborado por natysPnF (Naty)
Capítulos 29 y 30
TeMcGinnis (César) http://temcginnis.deviantart.com/
Capítulo 29
Una promesa
Sala de espera del hospital
Phineas
En estos momentos Carlos esta en el quirófano. Esta será la lucha más fuerte que tendrá
que enfrentar. Cada minuto parece una eternidad, y todos estamos en silencio y bastante
ansiosos. Simplemente a la expectativa del resultado de esta operación.
Ferb
Solo me pregunto, ¿Cómo es posible que alguien esté bien en un día y que de pronto todo
cambie en un instante? Carlos siempre hablaba de confiar en Dios. Pero, en ocasiones no
es tan fácil cuando uno tiene problemas. Amigo, creo que la razón por la que nunca quise
verte como un rival, o alguien con malas intensiones fue al ver tu fortaleza. Desde ese día
que hablamos en la cafetería del instituto, me sorprendías día a día. Enfrentabas la
enfermedad y buscabas tener una vida normal, y a pesar de las dificultades siempre
tuviste fe. No cualquiera logra hacer eso.
Isabella
Han pasado ya tres horas desde que comenzó la operación, pero a mí me pareciera que
han sido más de diez. Este tiempo he pedido a Dios para que estés bien. Pero nunca
olvidaré esas palabras que una vez me dijiste. “Las cosas no siempre salen como
queremos, incluso si son difíciles de entender Dios tiene un propósito para nuestro bien.
No me faltan motivos para molestarme con Dios, pero su amor me ha hecho saber que
pase lo que pase estaremos bien, porque él tiene el control”
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Todo este tiempo siempre me has apoyado en mis problemas, me escuchabas y me dabas
consejos. Siempre estabas pendiente de mí, incluso al tener esta enfermedad siempre te
preocupaste por mí. Tal vez debí ser más atenta, nunca imaginé que tras esa sonrisa y esa
figura de fortaleza que siempre me apoyó estaba esta enfermedad. Solo quiero, que estés
bien, no te rindas.
En esos momentos el doctor llegó a la habitación. Estaba serio y no miraba directamente a
los ojos. Yo me puse de pie inmediatamente, sabía que la operación había acabado, pero
él no decía nada. El doctor nos miró y se bajó el cubre bocas.
-Lo lamento.
¡No, no puede ser! ¡No por favor! ¡Esto no! ¡No! Mis lágrimas caían interminablemente de
mi rostro, y caí al piso gritando de llanto.
Phineas
¡No! ¡Dígame que no es cierto! Al escuchar eso, no sabía qué hacer. Isabella estaba en el
suelo llorando con amargura. Yo comencé a llorar también. Su madre estaba llorando con
fuerza y sus hermanos John y Marla abrazaban a su madre mientras lloraban con ella.
Yo me senté de golpe mientras tapaba mi rostro no creyendo lo que pasaba.
Ferb
¡Es imposible! ¡No quiero creerlo! Ayer estabas bien, no puede ser. Todos en la habitación
estábamos destrozados por esa noticia. Las chicas exploradoras lloraban con tristeza y
Gretchen abrazaba a Isabella. Yo me senté en el piso sintiendo el terrible dolor de haber
perdido a un amigo.
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Buford
¡No, no me hagas esto! ¡No me diste el tiempo de disculparme! Comencé a golpear la
pared de impotencia. Mis ojos lloraban, fui un tonto. Nunca quisiste dañarnos, y no lo
quise ver, fui un egoísta. Perdóname por favor.
Jardines del sol
Isabella
Este día está soleado, como cualquier otro. Pero las cosas son muy diferentes ahora.
Carlos falleció por causa del cáncer. El problema se extendió a varios órganos internos de
manera silenciosa. Los médicos dijeron que la resistencia de Carlos fue impresionante, y
que jamás habían visto a nadie luchar así, pero que finalmente su corazón no resistió.
Al funeral llegaron Phineas, los chicos y sus padres, Zack y Mili, incluso Mario y Karla
vinieron desde México. Mi madre también estaba conmigo apoyándome y a la familia de
Carlos. En el funeral cada uno dijo unas palabras, y yo también. Al terminar, poco a poco
todos se fueron retirando, pero yo no quise hacerlo y tras un rato me quedé sola en el
lugar.
Me hinqué frente a su lapida. Y hablé en voz baja mientras lloraba en silencio.
-Finalmente has partido, y cumpliste tu promesa. Luchaste hasta el final. Gracias por todos
los momentos maravillosos que pasamos juntos.
-“Linda, te gustaría bailar conmigo”
-“Amor, me encantaría”
-“¿Eso que se escucha que es?
-“Eso Isa es una ranita nocturna”
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-“Eres la mejor linda, gracias por esas hermosas canciones”
-Gracias por escucharme cada vez que lo necesitaba y por todos tus consejos y enseñanzas.
-“Tengo miedo Carlos, ¿qué debo hacer?”
-“Nunca te quedes sola, y confía en Dios”
-“Me siento triste, no puedo estar tranquila”
-“Linda, pidámosle a Dios que te de la paz y la tranquilidad
que necesitas. Solo él te puede hacer libre”
-Gracias por todo amor. Fuiste el primer chico a quien amé intensamente y jamás te
olvidaré. Sé que hubo momentos maravillosos que dejaron mucho de ellos en mí, pero
también momentos horribles que se llevaron parte de mí. Pero si de algo estoy segura es
que tú cambiaste mi vida. Te hice una promesa y quiero cumplirla amor. Sé que solo Dios
podrá ayudarme y aunque el camino será difícil seré libre. Libre de la tristeza, libre de la
culpa, libre del dolor que me agobia por esta perdida en mi corazón. Siempre serás un gran
ejemplo de vida para mí.
Calles de Danville
Isabella
Hice una promesa de ser libre, y esa tarde comenzaría. Caminé cerca del parque
recordando todas las tardes que Carlos y yo caminábamos juntos, y me senté en la banca
donde en varias ocasiones hablamos sobre mis problemas. Tenía los ojos cerrados
recordando esos momentos cuando escuché la voz de una persona.
-¿Puedo sentarme?
Yo abrí los ojos y me sentí asustada. Por que la persona que me hablaba era mi tío Ismael.
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-Solo pido unos minutos para que me escuches, después me iré y si así lo desean nunca
más sabrán de mí.
En ese momento solo pensé en ser libre del miedo.
-Está bien.- respondí sin ninguna expresión en específico.
Mi tío se sentó en aquella banca y mirando al suelo habló.
-Lamento mucho lo de Carlos, por lo que vi, él te amaba y estaba dispuesto a darlo todo
por ti.
Yo lo miré con sorpresa.
-Tu madre me lo contó esta tarde, hablé con ella y estuvo de acuerdo en que viniera a
hablar contigo. Intentó llamarte a tu celular, pero creo que estaba apagado.
-Sí, quería pensar.- dije sin ánimo.
-Lamento interrumpir, pero solo necesito darte un mensaje. Hace dieciocho años las cosas
no fueron como te las contaron. Todos dijeron que traicioné a tu padre y que me
interesaba el dinero. Pero las cosas no fueron así. Esa noche nosotros descubrimos que la
comida estaba contaminada y ambos sabíamos que aunque metiéramos un reporte esa
comida ya estaba vendida. Así que ambos tomamos muestras de la comida y
pretendíamos llevarlas a la secretaría de alimentos para que ese envío no se diera. Tu
padre quería que fuéramos esa misma noche, pero yo le dije que teníamos que asegurar
que nuestra familia no corriera peligro. En especial tú, que tenias solo unos pocos meses
de edad. Discutimos por eso, pero finalmente acordamos que yo me encargaría de
llevarlas a ti a tu mamá y a mi hermana Raquel a un lugar seguro. Pero esa noche nos
estaban vigilando, y tu padre fue emboscado por personas que estaban pagadas para
matarnos. Yo regresé corriendo cuando escuché el disparo, y alcancé a tu padre antes de
morir. El me entregó una carta, que estaba dirigida a ti. Le prometí que te la entregaría
cuando estuvieras lista, pero cuando la policía llegó me inculparon por la muerte de mi
hermano. A la empresa le convenía inculparme para limpiarse de toda investigación. Pero
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finalmente logré salir al demostrarse mi inocencia. Jamás tuve rencor contra ustedes y no
lo tendré, se que la empresa se aseguró para que todos creyeran que yo era el villano,
incluyendo a mi propia familia. Isabella perdóname por quitarte tu tiempo, solo quería
decirte esto y entregarte la carta de tu padre.
Yo tomé el sobre amarillo que Ismael me extendía. Y al abrirlo leí el contenido.
“Mi pequeña Isabella, espero que nunca tengas que leer esta carta, pero
si lo haces es porque yo ya no estoy aquí. Estoy seguro que se dirán
muchas cosas de Ismael y de mí, pero espero que no las creas. Podrán
decir que no fui un padre responsable por dejarlas solas a ti y a tu
madre. Tal vez sea cierto, pero quiero que sepas que te amo con todo mi
ser. Desde que naciste me enamoré de esa hermosa niña morenita que
lloraba con gran fuerza por haber nacido. Esa preciosa niña que sonreía
encantadoramente. Siempre fuiste lo más valioso para mí y es por eso
que quiero que sepas que aunque yo no esté ahora contigo hay un padre
celestial que nunca te abandonara. Hija mía, el mundo está lleno de
problemas y situaciones difíciles, pero en cada momento aún cuando
estas sea muy duras, recuerda que el único que siempre nos llevará al
mejor camino es Dios. Confía en él, y déjate guiar por sus enseñanzas, el
te hará libre. Espero algún día en muchísimos años más poder verte de
nuevo. Te amo mi bebe”
Papa
Me sentía muy extraña, pero las palabras de mi padre realmente me impactaron. Eran
parecidas a las palabras de Carlos, cada vez que él quería animarme. Así que empecé a
llorar nuevamente. Pero mi tío me dio ánimo.
-Isabella, perdóname. Nunca les escribí, o intenté explicarles lo que pasó. Y mi error causó
miedo y frustración en ustedes.
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Yo escuchaba las palabras de mi tío, y por alguna razón creía en ellas. Pero a pesar de eso
seguía pensando en Carlos, y comencé a llorar nuevamente.
-Lo querías mucho ¿verdad?- preguntó él.
No pude evitarlo y nuevamente rompí en llanto.
-Él era el amor de mi vida, lo amaba y ahora se ha ido.
Lloré por varios minutos más y mi tío colocó su brazo en mi hombro para darme ánimo.
Pero finalmente dejé de llorar.
-Tu madre me dijo que vas a realizar una audición para el conservatorio de San Francisco.
También me dijo que eres muy talentosa en el piano.
Yo lo miré y sonreí. Sabía que intentaba animarme, pero las cosas no eran tan sencillas.
-No sé si haga la audición.- dije con desanimo.
-¿Por qué no?
-No me siento con ánimo.
Mi tío guardó silencio pero tras un rato él habló.
-¿Qué crees que le gustaría a Carlos? ¿Qué te diría él?
Yo cerré mis ojos y sonreí.
-No te rindas, haz la audición y demuéstrales tu talento. No dejes que esto te haga perder
una gran oportunidad. Tienes que ser libre de estas ataduras.- dije casi en automático.
-Eso es muy cierto. A Carlos no le hubiera gustado verte rendida, hazlo por él. No te
rindas.
Mi tío se fue del país esa misma tarde, y aunque no hablamos más que en esa ocasión,
realmente lo perdoné. Estas semanas fueron muy difíciles. Yo lloraba casi todas las
noches, pero todos los días mi madre y yo íbamos a visitar a Marla y a la señora Faith. Les
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ayudábamos en todo lo que fuera necesario y juntas orábamos a Dios. Los chicos también
ayudaban en todo lo posible a la familia de Carlos, en especial Buford. El tiempo era difícil
para todos, pero como años anteriores mis amigos fueron un gran apoyo para mí. Y todos
los días me esforzaba por cumplir la promesa de ser libre.
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Capítulo 30
Eres libre
Aeropuerto de Danville
Isabella
Han pasado dos años y medio desde que Carlos partió. Muchas cosas han cambiado desde
entonces, ahora vivo en San Francisco y ya llevo dos años en la carrera para ser pianista
profesional. Soy una de las mejores estudiantes y tengo una beca para continuar mis
estudios. Desde entonces solo visito Danville cada periodo vacacional. Siempre que vengo
visito a Marla y a la señora Faith. Casi no veo a mis amigos, Baljeet está en Harvard y casi
no viene para Danville, Ferb está estudiando en Oxford y está iniciando una empresa en
Inglaterra. Phineas logró entrar a Cambridge, y es uno de los mejores estudiantes pero
casi no hemos coincidido en nuestras visitas a Danville. Sin embargo, es posible que hoy
nuevamente vea todos mis amigos.
-¡Isa, mi niña! ¡Aquí!
Mi mamá me llamaba desde la sala de espera del aeropuerto.
-¡Mamá!
Ella me abrazó y me besó las mejillas.
-Mi niña, que alegría verte. Te he extrañado mucho. ¿Cómo estuvo tu vuelo?
Yo abracé a mi mamá y le conté como fue mi viaje. Esa tarde llegué a mi casa y entre
nuevamente en mi habitación. El lugar estaba lleno de recuerdos, entre los que
destacaban algunas fotografías que Carlos y yo nos tomamos en muchos lugares. Les
mentiría si les dijera que no me sentí un poco triste al ver esas fotos. Pero he trabajado
estos años en cumplir mi promesa, aún cuando esta ha sido difícil.
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Mi madre y yo fuimos de compras esa tarde, pues esperaba que ella luciera hermosa para
la tarde del próximo lunes. El conservatorio daría un concierto en el auditorio de Danville
y cinco de los mejores alumnos participarían. Entre ellos yo, y esa tarde tocaría el piano
con tres piezas. Mi madre estaba muy emocionada y me pidió varias veces que tocara el
piano que tengo en casa, pero yo decidí esperar hasta el día del concierto. Invité a los
chicos y a las chicas de mi antigua tropa. Pero aunque esperaba que ellos asistieran, sabía
que los boletos de entrada no eran muy baratos. Sin embargo, tenía la esperanza de
verlos por lo menos al finalizar el concierto. En el conservatorio solo me dieron cuatro
boletos, pero ya estaban destinados. Uno sería para mi mamá, y los otros tres para Marla,
John y la señora Faith.
Después de realizar las compras salí de mi casa. Mi madre me pidió que no regresara
tarde, no por algo en especial sino por simple seguridad. Así que me apresuré a llegar a mi
destino. Toqué la puerta dos veces y esta se abrió.
-¿Isabella? ¡Qué gusto verte linda!, pasa por favor.- me recibió Marla con una gran
sonrisa.
-Gracias a mí también me da mucho gusto verlos.- dije con alegría.
-Isa que alegría que nos visites.- dijo la señora Faith mientras me abrazaba.
Marla me pidió que me sentara en el sillón mientras la señora Faith traía una jarra de agua
y algunos bocadillos.
-¿Cómo te ha ido en el conservatorio?- preguntó Marla con alegría.
-Gracias a Dios muy bien, finalmente me otorgaron mi beca. Y soy una de las mejores
estudiantes del conservatorio.- dije con una sonrisa.
-Eso es fantástico linda, nos sentimos muy orgullosas de ti.- dijo la señora Faith.
-Y sabemos que Carlos hubiera estado muy orgulloso también.- dijo Marla con una leve
sonrisa.
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Yo me puse un poco seria al recordar a Carlos, gracias a él decidí no renunciar y entrar al
conservatorio para lograr mi sueño. Y habría deseado que él hubiera estado para
apoyarme también.
-Isabella, ¿ha habido algo digno de contar?- preguntó Marla.
Yo sonreí.
-A decir verdad sí. El próximo lunes en la tarde se realizará el concierto de música del
conservatorio, y logré convencer a los directivos de realizarlo en Danville.
-Eso es genial Isabella, Marla debemos comprar boletos para ese concierto no podemos
perdérnoslo.
Yo sonreí mientras sacaba un sobre de mi bolso.
-Gracias señora Faith, pero no será necesario.
Yo le extendí el sobre.
-Ustedes serán mis invitados en el concierto.
Marla me miró con sorpresa pero con alegría mientras la señora Faith abría el sobre.
-Dentro hay tres boletos para la zona preferencial del auditorio. Uno para cada una de
ustedes y uno para John.
-Muchas gracias mi niña, no tenías que molestarte.- dijo la señora Faith.
La señora Faith y Marla me invitaron a comer, y no me negué. Al finalizar la comida yo me
ofrecí a ayudar a Marla a lavar los trastes y limpiar la mesa. Ellas me decían que no era
necesario pero yo siempre me sentía feliz de ayudar. Finalmente solo estábamos Marla, y
yo en la cocina.
-Imagino que las clases del conservatorio deben ser muy interesantes ahora que vas a la
mitad de la carrera.- dijo Marla.
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-Sí, son bastante agradables. Pero también son complicadas, hay muchos estudiantes que
también son muy talentosos.
-Seguramente que también has de tener muchos amigos, admiradores y quizá alguien
especial.
Yo sonreí, pero también me puse un poco seria.
-Tengo varios amigos y personas que admiran mi talento, pero con respecto a lo último…
bueno, tiene un tiempo que no he querido pensar en eso. En verdad no sé si algún día
quisiera hacerlo.- dije algo desanimada.
Marla se me acercó y me abrazó.
-Linda, agradecemos mucho lo que haces por nosotros, y te doy las gracias por lo que
haces por la memoria de Carlos. Eres una maravillosa persona, pero recuerda que aún
eres joven y tienes toda una vida por delante. No tengas miedo de comenzar una nueva
vida, nosotros no nos sentiremos molestos sino alegres. Sabes lo que Carlos querría.
Yo abracé a Marla, agradecía mucho sus palabras pero quizá aún no estaba lista para
pensar en sentir algo por alguien.
-Espérame un poco.
En ese momento Marla salió de la cocina pero tras varios minutos regresó. Ella llevaba una
carta en sus manos y me la extendió. La carta llevaba escrito mi nombre con la letra de
Carlos. Yo me sorprendí y miré a Marla.
-Linda, esta carta la escribió Carlos la mañana antes de ir al hospital. Él me pidió que la
guardara y que te la diera cuando estés lista. No tienes que leerla ahora, guárdala y
cuando sientas el momento la leerás.
Yo tomé esa carta, y aunque anhelaba leerla en ese instante algo me hacía sentir que
tenía que esperar. Yo agradecí a Marla y a la Señora Faith todas sus atenciones y regresé a
mi casa.
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Los siguientes días previos al concierto durante las mañanas llevaba flores para Carlos, y
en las tardes recorría Danville y visitaba algunos amigos. Durante algunas noches salí al
parque para escuchar los animales nocturnos y recordaba todos aquellos momentos tan
maravillosos que Carlos y yo pasamos. Mi madre estaba muy contenta por tenerme en
casa, y me consentía mucho. Quizá porque sabía que el día siguiente al concierto
regresaría a San Francisco para tomar cursos inter semestrales. Pero me gustaba mucho
que lo hiciera.
El día del concierto, auditorio de Danville
Isabella
-Te ves hermosa mi niñaMi madre estaba muy contenta, pues ese día demostraría mi talento y lo que había
aprendido en el conservatorio. Esa tarde tenía un vestido negro, usaba zapatillas y tenía el
cabello recogido.
-¡Isabella!Yo me volteé y vi a las chicas de mi tropa acercarse con alegría. Eso me alegró mucho.
-¡Chicas, pudieron venir!- dije con alegría.
-No nos lo perderíamos por nada jefa.- dijo Adyson con alegría.
-¡Isabella!Yo me volteé nuevamente y vi a Phineas, Ferb y Baljeet.
-Hola chicos que alegría verlos.
-El gusto es todo nuestro Isabella.- dijo Ferb con una sonrisa.
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-Ya queríamos verte Isabella, ya tiene mucho tiempo que no platicamos.- dijo Phineas con
alegría.
-Creo que será un gran honor escucharte tocar el piano.- dijo Baljeet.
Yo abracé a todos con alegría y agradecí su apoyo.
-Chicos, ¿Saben si Buford va a venir?- pregunté al percatarme de su ausencia.
-Claro que vendrá, pero él fue a recoger a Marla y a la señora Faith. John no podía salir
más temprano, por eso le pidió el apoyo a Buford. Ya que él llegará directo aquí- dijo Ferb.
-Eso es genial, me parece muy amable de su parte el que quiera ayudar.- dije con una
sonrisa.
-Sí, y ya que Buford sigue viviendo en Danville, él siempre apoya a la Señora Faith en lo
que necesite.- dijo Ferb.
Eso fue algo muy agradable de escuchar.
-Isabella, que gusto verte amiga.- dijo Buford detrás de mí.
-Linda hemos llegado, estamos muy emocionadas.- dijo Marla.
Yo los saludé con un abrazo y una gran sonrisa. En esos momentos uno de mis maestros
salió a indicarme que debía prepararme pues el concierto estaba por comenzar. Así que
entramos al auditorio. Cuando me asomé para ver a mis amigos desde el escenario antes
de que el concierto empezara vi que John había llegado y estaba con Marla y la señora
Faith. Eso me dio mucho gusto. Todos mis amigos habían llegado, aunque también me
sentía bastante nerviosa.
El director del conservatorio dio unas palabras de inicio y el concierto comenzó con las
cuerdas, después vinieron los vientos, los coros y finalmente el órgano y el piano. Uno de
mis compañeros inició con el órgano y tras él yo culminaría el concierto con el piano.
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-Finalmente, Isabella García Shapiro una de nuestras mejores alumnas, nos mostrará el
talento que hay en nuestra institución con tres piezas, Concierto para piano número 5 de
Beethoven, Concierto para piano número 1 de Tchaikovski, y una tercera compuesta por
ella misma, titulada Fe y esperanza.
Era el momento, la orquesta me acompañaría para cada pieza. Me senté en el banco del
piano, todos guardaron silencio y aunque me puse un poco nerviosa cerré mis ojos y
comencé. En cada pieza plasmaba mis sentimientos, las notas surgían como agua y todos
miraban en silencio. Aunque tenía las partituras no las miraba, cada vez que tocaba una
nota disfrutaba en verdad estar aquí, en este preciso momento. Este había sido un sueño
que realmente anhelaba desde niña, y ahora lo estaba cumpliendo.
Cuando llegué a mi última pieza, me coloqué el anillo rosa con una flor, que Carlos me
regaló el día que acepté ser su novia. En contra de las indicaciones de mis maestros de no
usar anillos para tocar el piano, comencé a tocar mi última pieza. Durante el tiempo que
pasamos juntos Carlos y yo, sentía que una melodía nos rodeaba y ante ese sentimiento
compuse esta sonata. Las notas salían cambiando constantemente de ritmo de forma
armoniosa, pero de mis ojos salieron unas pocas lágrimas. Carlos fue el mayor ejemplo de
fe y esperanza que conocí, él me enseñó a confiar y creer que las cosas pueden llegar a ser
más hermosas de lo que imaginamos. En ese sentimiento compuse esta pieza que ahora
tocaba, no sabía si era posible. Realmente no tenía idea si siquiera Dios lo permitiría. Pero
esperaba que en algún lado Carlos escuchara esta melodía que compuse inspirada en las
enseñanzas y los buenos momentos que pasamos juntos.
Al terminar, todo el auditorio irrumpió en aplausos. Yo me puse de pie y realicé una
reverencia de agradecimiento. Era un momento maravilloso, todos los alumnos que
realizamos el concierto en esa tarde nos tomamos de la mano y en conjunto agradecimos
a todos los que estaban presentes. Y aunque tenía lágrimas en los ojos me sentía muy feliz
y mirando hacia arriba agradecí a Dios por ese maravilloso día.
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Al terminar el concierto me reuní con mis amigos quienes me felicitaron. Todos decían
que tenía un gran talento para el piano y que fue hermosa mi interpretación. Pero fue
Marla quien me sorprendió.
-Linda, gracias. Gracias por honrar a Carlos de esa manera. Te estaremos siempre
agradecidos por ello.
Marla me abrazó y yo la abracé.
Realmente ella comprendió en quien fue inspirada esa pieza y a quién la dediqué. Esa
tarde todos pasamos un gran rato en una fiesta que organizaron para celebrar mi
participación en el concierto. Pero a pesar de que el momento fue hermoso, tenía la
necesidad de apartarme por un momento. Sin avisar a nadie salí de mi casa y en una
banca de un pequeño quiosco me senté. Y de mi bolso saqué el sobre que Carlos me había
dejado. Abrí la carta y comencé a leerla.
“Mi preciosa Isabella,
Quisiera decirte muchas cosas, pero las palabras no vienen tan fácil
como quisiera, así que comenzaré con lo más importante.
Gracias, por todos y cada uno de los momentos que pasamos juntos.
Tú fuiste el amor de mi vida. Sé que ambos soñamos con una vida
juntos, pero ese no era el plan de Dios. Sin embargo, no me molesté
con él por esto. Por el contrario, le agradecí que me permitió
conocerte. Dios te envió a mí para que yo pudiera ver la luz y
recordarme el gran amor que él tiene por nosotros. Y siempre te lo
voy a agradecer, jamás olvidaré cada momento especial juntos, ni tu
hermosa sonrisa ni aún tu linda nariz. Pero quiero pedirte que me
prometas algo. Nunca te rindas, recuerda que tienes una vida por
delante. Lucha por tus sueños, ponlos en las manos de Dios y confía
en que él te llevará siempre por el mejor camino. Sé que será difícil
pero no te cierres a los demás. Disfruta cada momento con tu familia
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y cada momento con tus amigos. Incluso, no cierres tu corazón a otra
persona especial, que sé llegará algún día a tu vida. No te preocupes
por mí, porque yo estoy muy bien. Libre al fin de cualquier
enfermedad, de dolor, de miedo, de toda clase de mal. Así que sigue
adelante, yo pediré siempre a Dios por tu bien, para que un día
puedas mirar al frente y todos sepan que eres libre. Eres libre de la
tristeza, eres libre del dolor y que esa libertad dada por Dios te
permitirá sonreír y ser feliz.
Yo siempre te amaré, y por eso deseo verte feliz.
Nunca te rindas linda.
Carlos
Esas palabras me hicieron llorar. Pero me dieron mucha tranquilidad, no dudaba que
Carlos estaba mejor que nunca. En mi corazón me sentía con tranquilidad y estaba
dispuesta a cumplir esa promesa. Nunca olvidaré a Carlos, el fue una persona muy
importante en mi vida, y siempre formará parte de mí. Pero aunque no será fácil, seguiré
adelante luchando por mis sueños y disfrutando de los momentos especiales en mi vida y
con las personas que amo y aprecio.
En esos momentos comenzó a llover. Inmediatamente guardé la carta de Carlos en una
bolsita de plástico dentro de mi bolso. Pero cuando busqué mi sombrilla no la encontré.
Sin embargo, recordé que a Carlos siempre le gustó la lluvia. Así que simplemente me
puse de pié. Y comencé a caminar y dar vueltas mientras con una gran sonrisa sentía caer
la lluvia en mi rostro. La gente me miraba extraño puesto que todos se tapaban con
sombrillas para no mojarse, pero no me importó. Cada gota de lluvia que sentía en mi
cuerpo era especial, era feliz y realmente no dejaría que nada cambiara eso.
Tras un rato regresé a mi casa y aunque a mi mamá le sorprendió verme completamente
empapada, le alegró verme feliz. Esa noche preparé mis maletas pues el siguiente día
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regresaba a San Francisco. Y dormí por primera vez en mucho tiempo con mucha
tranquilidad.
Al siguiente día, mi madre preparó un desayuno especial. Realmente lo disfruté, pero
cuando llegaba la hora de irnos mi madre me comentó que Phineas se había ofrecido a
llevarnos al aeropuerto. Así que él llegó pronto a la casa y me ayudó a subir todas mis
maletas. Y condujo hacia el aeropuerto.
Aeropuerto de Danville
Isabella
-Mi niña, espero aprendas mucho en esos cursos. Me encantó tenerte conmigo
nuevamente.
Mi madre lloraba un poco por la despedida, ya que no nos volveríamos a ver sino hasta las
vacaciones de invierno.
-Mamá, no te preocupes yo estaré bien. Y te escribiré constantemente.
-Mi Isa, déjame traerte algo para que comas durante el viaje.
Mi madre salió un momento y Phineas se acercó.
-Me ha dado mucho gusto volver a verte Izzy. Y me da gusto verte mucho mejor. Me
hubiera gustado mucho que pudiéramos platicar más.- dijo Phineas con una sonrisa.
- A mí también me dio mucho gusto verte.
-Isabella, las próximas vacaciones regresaré a Danville y estaré todo el tiempo. Espero que
coincidamos.
-Yo también Phineas.- dije con alegría.
En esos momentos Phineas se puso un poco rojo.
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-Si llegáramos a coincidir en las próximas vacaciones. ¿Crees que podríamos ir a tomar un
helado los dos?
Yo miré con sorpresa a Phineas, pero no dije nada.
-Discúlpame, fui un tonto no debí preguntar eso. Fue una mala idea.- dijo Phineas
arrepentido.
-No, no creo que sea una mala idea.- dije con poco animo pero con una ligera sonrisa.Creo que sería una buena idea, pero aún necesito tiempo Phineas, quizá no sea en las
próximas vacaciones. Solo te pido que me des más tiempo.
-Por supuesto Isabella.- dijo Phineas con una leve sonrisa.
En esos momentos llegó mi madre. Me dio una botella de agua y unas galletas para comer
en el viaje. Yo le agradecí por todo y por su apoyo y comprensión en todos estos años.
Finalmente se anunció que mi vuelo estaba por abordarse, y me despedí con un abrazo de
mi madre y de Phineas.
Abordé el avión y con la mirada en el horizonte pensé en la promesa que hice el día de
ayer. Cumpliré esa promesa Carlos, lucharé por mis sueños, disfrutaré cada momento y
sobre todo confiaré en Dios. Sé que un día las personas me mirarán y sin dudarlo me dirán
“Eres libre”.
Gracias por leer
TeMcGinnis
TeMcGinnis (César) http://temcginnis.deviantart.com/
Agradecimientos
Agradezco principalmente a Dios por permitirme escribir esta historia.
Agradezco a mi familia que siempre me ha apoyado en todo momento.
Agradezco a Naty por la maravillosa portada que elaboró especialmente para este FanFic,
y que también sirvió de inspiración para elaborar esta historia.
Agradezco a todos los que siguieron esta historia desde el inicio o desde el momento que
la encontraron.
Agradezco a mis amigos en DA Dafne, Oli, Tania, Jamisol, Karla, Alba, Karina, Joakobernal,
Jimena, Daniel A., Phinbella-es-lo-mas, por sus constantes comentarios de apoyo que en
verdad me alegraron el día.
También agradezco a Phinbella200, YarTavdhladleklwa, EstrellaBella199, Phineas-ferb-fan11, Santiagoso por sus comentarios y apoyo.
Agradezco a todos quienes agregaron mi historia a sus favoritos y quienes me agregaron a
su lista de deviantWatch.
A todos ustedes muchas gracias y que Dios los bendiga.
TeMcGinnis César
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