Materiales y recubrimientos Introducción al tratamiento térmico de acero para herramientas os aceros para herramientas se entregan normalmente en estado blando, alrededor de 200 a 250 Brinell (cerca de 20HRC) para facilitar el maquinado. En esta condición, la mayoría del contenido de la aleación está en forma de carburos dispersos a través de una matriz suave. Estos aceros deben ser tratados térmicamente para obtener sus propiedades características. El tratamiento térmico altera la distribución de la aleación transformando la matriz suave en una matriz dura, capaz de soportar presión, abrasión e impactos inherentes al conformado metálico. Cada proceso del ciclo de tratamiento térmico realiza una función específica. Aunque representa menos del diez por ciento del costo de la herramienta, el tratamiento térmico puede ser el factor más importante para determinar el desempeño de la herramienta. L Precalentamiento El precalentamiento, o calentamiento lento, de los aceros para herramientas proporciona dos beneficios importantes. Primero, la mayoría de los aceros para herramientas son sensibles al choque térmico, un incremento rápido de temperatura de 815 a 1,100° C puede causar que los aceros para herramientas se quiebren. Segundo, los aceros para herramientas experimentan un cambio en su densidad o volumen cuando pasan de la microestructura blanda a la estructura austenítica de alta temperatura. Un cambio volumétrico no uniforme puede causar distorsión innecesaria de la herramienta, de manera que la herramienta debe precalentarse justo por debajo de la temperatura crítica de Crucible Service Centers: 01 (55) 5576-4011; www.crucibleservice.com 36 MetalForming/Septiembre 2008 transformación y luego mantenerse ahí el tiempo suficiente para permitir que todo el material alcance una temperatura uniforme incluyendo su interior. Una vez que todo el material presenta la misma temperatura, un calentamiento adicional a la temperatura de austenización permite que el material se transforme de manera más uniforme causando menos distorsión. Austenización El contenido útil de aleación de la mayoría de los aceros para herramientas se encuentra en forma de partículas de carburo en el acero blando. Este contenido de aleación está por lo menos parcialmente disperso en la matriz a la temperatura de endurecimiento o austenización. Altas temperaturas permiten que se disperse más aleación, permitiendo una dureza y resistencia a la compresión ligeramente superiores. A menores temperaturas se dispersa menos aleación en la matriz y la matriz es por lo tanto más dúctil, o menos frágil, aunque en consecuencia puede no desarrollar mucha dureza. El tiempo de exposición depende de la temperatura, la dispersión de la aleación ocurre más rápido a mayores temperaturas, con tiempos de inmersión reducidos de manera correspondiente. Para la mejor combinación de propiedades, use la menor temperatura de endurecimiento que pueda producir la dureza adecuada para la aplicación. Temple Después de la conversión a austenita, el acero debe enfriarse rápidamente para que se endurezca hasta formar la martensita que producirá la resistencia del material. En general, los aceros de baja aleación deben ser templados en aceite para que http://mexico.pma.org puedan enfriarse lo suficientemente rápido. El temple súbito puede enfriar algunas porciones de la herramienta significativamente más rápido que otras, causando distorsión o grietas. Una mayor cantidad de aleación permite que el acero desarrolle totalmente sus propiedades de dureza con una velocidad menor de temple. Los aceros templados con aire se enfrían de manera más uniforme, de manera que la distorsión y el riesgo de grietas son menores que los templados en aceite. En aceros para herramientas de alta aleación que endurecen a más de 1,100° C la velocidad de temple de 980° C a menos de 650° C es crítica para obtener un tratamiento térmico óptimo y la dureza del material. No importa como se templen los aceros para herramientas, la estructura resultante, martensita, es extremadamente frágil y se encuentra bajo esfuerzos altos. Si se pone a trabajar el acero en estas condiciones, la mayoría de los aceros para herramientas se fracturarán y algunos aceros para herramientas presentarán grietas espontáneamente a temperatura ambiente aún sin tocarlos. Por esta razón, los aceros para herramientas después de ser templados a una temperatura tibia al tacto (52° C a 65° C) deben de ser revenidos. Revenido El revenido del acero relaja la frágil martensita que se forma durante el temple. La mayoría de los aceros tiene un rango de temperaturas para el revenido aceptable. En general, use la temperatura más alta de revenido que proporcione la dureza de la herramienta necesaria. La velocidad de calentamiento para conseguir la temperatura de revenido y el enfriamiento no es crítica pero evite cambios drásticos de temperatura. Permita que el material se enfríe completamente hasta la temperatura ambiente o menor (10° C a 24° C) entre cada ciclo de revenido. La mayoría de los aceros deben permanecer en la temperatura de revenido por un mínimo de 2 a 4 horas por cada ciclo. Como regla general: sostenga la temperatura de revenido una hora por cada 25 mm de espesor del material pero nunca menos de dos horas independientemente del tamaño. Cambio de tamaño El tratamiento térmico produce expansiones inevitables en el acero para herramientas debido a los cambios en su microestructura. La mayoría de los aceros crecen entre 0.005 mm y 0.02 mm por cada centímetro de dimensión original durante el tratamiento térmico. En algunos casos, algo de la estructura de alta temperatura, austenita, puede permanecer a temperatura ambiente. En otras palabras, durante el temple normal la estructura no se transforma completamente en martensita. Esta condición de retención de austenita es acompañada de contracción inesperada y de menor habilidad de sostener un imán. Para corregir esta condición, someta las herramientas a bajas temperaturas como en tratamientos criogénicos o de refrigeración para promover la transformación completa a martensita. MF http://mexico.pma.org MetalForming/Septiembre 2008 37