DESARROLLO DE LA V CONFERENCIA GENERAL

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DESARROLLO DE LA V CONFERENCIA GENERAL
DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO
Aparecida, Brasil, 13 al 31 de mayo de 2007.
Taller sobre el Concilio Plenario y Aparecida, CEV, UCAB, 5 de julio de 2007
Cardenal Jorge Urosa Savino, Arzobispo de Caracas
Seguimiento de Cristo, Camino verdad y vida; renovación y revitalización de nuestra
vida eclesial, intensificación de la misión de evangelización y transformación del
mundo. Son las metas que a la Iglesia en Venezuela, como discípulos y misioneros de
Jesucristo, nos plantean el Concilio Plenario de Venezuela y la recién celebrada V.
Conferencia General del Episcopado latinoamericano y del Caribe en Aparecida, Brasil.
Me corresponde hacer una breve presentación de la realización de dicho evento eclesial
de dimensiones continentales.
Lo primero que debo decir es que sin duda es manifestación de la unidad de la iglesia en
toda América latina. Durante 21 días estuvimos trabajando, orando, reflexionando,
compartiendo anhelos, angustias y esperanzas unos 265 participantes, además de una
gran cantidad de personas que apoyaron el evento como personal técnico y auxiliar.
Conocer, compartir las riquezas de las diversas Iglesias de los diversos países es una
gran experiencia, y un gran tesoro de la iglesia en A.L y el Caribe. Ello es posible
gracias a una historia común, a hablar idiomas afines y tener los antecedentes de la
convivencia de brasileros e hispanoamericanos en el Colegio Pío Latino durante casi
100 años; y también a tener culturas comunes, a la existencia del CELAM y, sobre
todo, a la fuerza del Espíritu que en Cristo lleva a los hombres y los pueblos a la
unidad.
ANTECEDENTES:
Esta Conferencia estuvo precedida por eventos semejantes cuyo inicio se remonta a
hace más de cincuenta años. La primera conferencia se realizó en Río de Janeiro en
1955; luego en Medellín en 1968; en Puebla en 1979, en 1992 en Sto. Domingo. Un
antecedente más remoto fue el Concilio plenario de América Latina realizado en Roma,
en 1899. Hay tradición de encuentro, de convivencia, de comunión. Y sin duda, el
CELAM, fruto de la Conf. De Río de Janeiro, es un magnífico instrumento de
comunión, de servicio y de renovación permanente de la Iglesia en nuestro continente...
Hace 4 años, el CELAM decidió pedir al S. Padre la convocatoria de una nueva C.G.
siempre en la forma de las anteriores conferencias. Se eligió el tema del discipulado de
Cristo, el cual fue acogido y precisado por Benedicto XVI en el año 2005: “Discípulos
y Misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en El tengan vida. Yo soy el
camino, la verdad y la vida”(Jn 14, 6). Mientras tanto, se desarrollaba una intensa
actividad preparatoria desde el CELAM, las Conferencias Episcopales y otros
organismos eclesiales, con reflexión e instrumentos como el documento de
Participación y el de Síntesis de los Aportes enviados por las Conferencias. Se escoge la
ciudad mariana de Aparecida, cerca de Sao Paolo, en Brasil, y en abril de 2006 el Papa
convocó oficialmente la magna asamblea, que se debía celebrar entre el 13 y el 31 de
mayo de este año.
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Y así fue. Con la alegría de la resurrección de Cristo y bajo la protección de María
Santísima, comenzó este gran evento eclesial que fue la Va Conferencia General del
Episcopado Latinoamericano y del Caribe. Lo inauguró el Santo Padre Benedicto XVI
con una Solemne Eucaristía en la cual participó una muchedumbre de 300.000 personas,
venidas de todo Brasil y de otras partes de América latina. Estábamos presentes los
delegados de Venezuela: Los Sres. Arzobispos y Obispos Ubaldo Santana, Baltazar
Porras, Mario Moronta, José Luis Azuaje, José Angel Divasson, J. Alfonso Guerrero,
George Kahhale y un servidor. Los sacerdotes Pedro Las Heras y Jesús González de
Zárate, y los seglares Ana María Fons y Mario Casado G. También como parte del
personal auxiliar y técnico, participaron los Padres David Gutiérrez, del Celam, Gerald
Cadieres, de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y el Dr. Jerry O’ Sullivan.
EL DISCURSO DEL PAPA
Por la tarde, con una mezcla de seriedad y simpatía cálida y afectuosa, el Papa
pronunció el esperado discurso inaugural. Una pieza magistral y programática en la
que se manifestó su clarísima inteligencia, así como su bondad y su afecto por la Iglesia
en nuestros países. Fue una pieza oratoria larga, de casi una hora, en la cual tocó
muchísimos temas de relevancia para el futuro de la Iglesia. Haré una breve reseña, pues
el discurso pontificio es parte importante de los documentos de la Conferencia
Finalidad y expectativas: evangelización, renovación y revitalización
Un punto para mí importantísimo que el Papa señaló fue la finalidad y expectativas de
este magno acontecimiento para la vida de la Iglesia en Venezuela y en toda América
Latina. Nos dice el Papa: “Esta Va Conferencia General se celebra en continuidad con
las otras cuatro que la precedieron....Con el mismo espíritu que las animó, los
Pastores quieren dar ahora un nuevo impulso a evangelización, a fin de que estos
pueblos sigan creciendo y madurando en su fe, para ser luz del mundo y testigos de
Jesucristo con la propia vida”. Y más adelante, luego de describir algunos rasgos
preocupantes de la vida de la iglesia y de nuestros países: “Ante esta nueva
encrucijada, los fieles esperan de esta V Conferencia una renovación y
revitalización de su fe en Cristo, nuestro único Maestro y Salvador, que nos ha
revelado la experiencia única del Amor infinito de Dios Padre a los hombres.”Este
es el desafío que tenemos entre manos ante nosotros, y al cual debemos responder.
El Papa subrayó la riqueza de la fe cristiana abrazada por los pueblos indoamericanos,
destacando que ello no supuso una alienación ni fue tampoco una imposición, Sino el
encuentro con aquél a quien buscaban sin saberlo: Jesucristo. Sabemos que esas
palabras suscitaron un fuerte ataque al Papa por parte de algunas personas, incluso en
Venezuela. A esos ataques respondimos oportunamente algunos Obispos desde Brasil.
Breve diagnóstico de la realidad eclesial y social actual.
Con trazos firmes y en pocas palabras, el Papa describió someramente la realidad
eclesial y social de nuestros países: la globalización, que amenaza con convertir el lucro
en valor supremo; las dificultades por formas de gobierno autoritarias o sujetas a ciertas
ideologías que se creían superadas, así como la economía liberal y la situación de
pobreza y expoliación de bienes materiales a la que se ven sujetos muchos sectores
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sociales; la madurez de la fe en las comunidades eclesiales con tantas manifestaciones
positivas, pero también cierto debilitamiento de la vida cristiana en la sociedad y de la
propia pertenencia a la Iglesia.
Discípulos y misioneros
Con varias preguntas el Papa fue entrando en el punto más importante: qué es la
realidad. No es solamente lo material. “¿Son realidad solo los bienes materiales, los
problemas sociales, económicos y políticos. Y responde el Papa: “Aquí está realmente
el gran error de las tendencias dominantes en el último siglo, error destructivo, como lo
demuestran los resultados tanto de los sistemas marxistas como incluso de los
capitalistas. Falsifican el concepto de realidad con la amputación de la realidad
fundante y por esto decisiva, que es Dios. Quien excluye a Dios…falsifica el
concepto de “realidad” y en consecuencia solo puede terminar en caminos
equivocados y con recetas destructivas”.
Y Cristo, el Hijo que conoce al Padre, nos lo ha revelado. De aquí la importancia única
e insustituible de Cristo para nosotros, para la humanidad. Con el conocimiento de
Cristo recibimos los dones que El nos trae: pertenecer a la familia de Dios, a la Iglesia,
llamados a la comunión, a la responsabilidad social hacia el otro, hacia los demás. En
este contexto subrayó con gran fuerza la opción por los pobres que es un
compromiso para todos los creyentes: “la opción preferencial por los pobres está
implícita en la fe cristologica en aquel Dios que se ha hecho hombre por nosotros,
para enriquecernos con su pobreza”.
Algunos aspectos del discipulado
El Santo Padre subrayó que, para conocer a Cristo y llegar a ser sus discípulos,
necesitamos la Palabra de Dios, la lectura orante de la Biblia, la cual debe alimentar
una vigorosa catequesis, utilizando para ello también los medios de comunicación
social…
El Papa nos recuerda también que la evangelización ha ido unida siempre a la
promoción humana y a la auténtica liberación cristiana: “Amor a Dios y amor al
prójimo se funden entre si; en el más humilde encontramos a Jesús mismo, y en
Jesús encontramos a Dios (Deus caritas est, 15). Por esto “será también necesaria
una catequesis social, y una adecuada formación en la Doctrina Social de la
Iglesia”.
Por ora parte, seguir a Cristo y anunciarlo van también unidos: “Discipulado y misión
son como las dos caras de una misma medalla”…”Cuando el discípulo está enamorado
de Cristo, no puede dejar de anunciar al mundo que sólo El salva”.
Estructuras sociales y compromiso cristiano
Inmediatamente aborda Benedicto XVI el compromiso del cristiano con la realidad
social y política. En primer lugar habla de las estructuras, en particular de las que crean
injusticias. Y nos dice que “tanto el capitalismo como el marxismo prometieron
encontrar el camino para la creación de estructuras justas ,… Y esta promesa ideológica
se ha demostrado que es falsa. Los hechos lo ponen de manifiesto.El sistema marxista,
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donde ha gobernado, no sólo ha dejado una triste herencia de destrucciones económicas
y ecológicas, sino también una dolorosa destrucción del espíritu. Y lo mismo vemos
también en occidente, donde crece constantemente la distancia entre pobres y ricos y se
produce una constante degradación de la dignidad personal con la droga, el alcohol y los
sutiles espejismos de felicidad”.
Aclara el Santo Padre que el trabajo político no es competencia de la Iglesia, la cual es
abogada de los pobres y de la justicia precisamente por no identificarse con los políticos
ni con los intereses de partido. “Solo siendo independiente puede enseñar los grandes
criterios y los valores inderogables, orientar las conciencias y ofrecer una opción d vida
que va más allá del ámbito político… Formar las conciencias, ser abogada de la justicia
y de la verdad, educar en las virtudes individuales y políticas es la vocación
fundamental de la Iglesia en este sector”. Y aquí hace un llamado a los laicos: “Los
laicos católicos deben ser conscientes de su responsabilidad en la vida pública;
deben estar presentes en la formación de los consensos necesarios y en la oposición
contra las injusticias”.
El Papa tocó muchos otros temas, pero para esta breve reseña me limitaré a lo expuesto.
Simplemente señalo que es muy Importante conocer y estudiar el brillante y
programático discurso del Papa, pues tiene grandes enseñanzas que, además, nos
permitirán leer mejor el documento.
Los trabajos.
Para esta breve exposición he utilizado , además de mi propia experiencia y notas,
la extensa “Crónica de Aparecida” redactada por S.E. Mons. Jesús Alfonso
Guerrero, Vicario Apostólico del Caroní.
Luego de una Jornada de respiritualidad e introducción a los trabajos, se iniciaron estos
con exposiciones de los Presidentes de las Conferencias Episcopales y de los
Dicasterios de la Curia Romana. Se trabajó por grupos en primer lugar, para escoger los
temas importantes. Se presenta una propuesta de esquema temático de trabajo, que fue
asumido por la Asamblea con algunas objeciones por no acoger suficientemente el
esquema método de ver, juzgar y actuar.
Se conformaron las Comisiones trabajo, integradas por delegados, invitados y peritos,
que deliberaron sobe los temas escogidos Una primera redacción del documento fue
discutida en aula el día 25. El día 26 se presenta el borrador de Mensaje Final. Se
continúa trabajando en la segunda redacción del documento. El martes 29 se aprueba el
texto del Mensaje final, con 110 votos positivos, 16 negativos y 10 nulos. Quiero
apuntar que todos los trabajos ser realizaron en un clima de fraternidad, franqueza,
respeto mutuo y búsqueda de las mejores perspectivas para el futuro de la iglesia y
nuestra misión.
El miércoles 30 se presenta la tercera redacción del documento, y se trabaja sobre los
posibles modos no incluidos anteriormente.
El 31 se votan los modos repropuestos, y finalmente se aprueba el Documento de
Aparecida con 127 votos positivos, 2 negativos y 1 en blanco (97%).
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EL DOCUMENTO:
Consta de introducción y tres partes:
I- La vida de nuestros pueblos hoy
con dos capítulos:
1. Los Discípulos Misioneros
2. Mirada de los discípulos Misioneros sobre la realidad.
II parte: La Vida de Jesucristo n los Discípulos Misioneros
3 capítulos:
4.La alegría de ser discípulos misioneros;
5. La vocación de los discípulos misioneros a la santidad
6. La comunión de los discípulos misioneros en la Iglesia
III Parte: La Vida de Jesucristo para nuestros pueblos
(4 Capítulos)
7. La Misión al servicio de una vida plena
8. Reino de Dios y Promoción de la dignidad humana
9 Familia, personas y vida
10. Nuestros pueblos y la cultura
Cierra con una conclusión y una hermosa oración.
BREVE COMENTARIO:
Corresponde a otros hermanos obispos participantes en la Conferencia. Me limitaré a
exponer algunas ideas:
Puebla y Santo Domingo habían tratado el tema de la Evangelización y la nueva
evangelización. Aparecida reflexiona sobre el sujeto, la persona y la comunidad de los
discípulos de cristo y mensajeros de su Evangelio. Es un llamado a la mayor unión con
el señor, a la fidelidad, a la santidad; y como lo pedía el Papa, al impulso misionero en
una nueva situación.
Quién es Jesús, el maestro, el Camino, la Verdad y la Vida. aparece tratado en diversos
capítulos. La gloriosa condición del discípulo, su privilegio su compromiso, su entrega,
su vocación, es desarrollada también en varias partes. Se pone el énfasis en el carácter
misionero del discípulo, lo cual es una invitación apremiante a la actividad
evangelizadora. En línea con estas dos categorías o condiciones del cristiano, fiel laico,
ministro ordenado o persona consagrada, Aparecida constituye un intenso llamado a la
acción evangelizadora, y también a la renovación de las estructuras eclesiales para la
realización de esa misión.
Sin duda, para nosotros, que tenemos la riqueza del Concilio, Aparecida constituye un
enfoque nuevo, distinto, complementario, que nos ilumina y fortalece en la vivencia y
seguimiento del Señor, en la renovación de nuestra iglesia a la luz y en la línea de las
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enseñanzas del Concilio Plenario de Venezuela. Hemos de estudiarla en conjunto, y este
taller es una estupenda contribución a la aplicación de estos dos grandes eventos en la
vida de la iglesia en Venezuela.
Muchas gracias.
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