CONFERENCIA SOBRE "NUEVAS FORMAS DE ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO" Organizada por la Presidencia danesa de la UE Roskilde, 12 y 13 de noviembre de 2002 Informe de la delegación la Confederación Sindical de CC.OO. compuesta por: Luis Miguel Pariza, representante de CC.OO. en el Consejo Económico y Social de Europa, Isidor Boix, Secretario de Acción Internacional y Política Reivindicativa de FITEQA-CC.OO. Con el programa y la relación de participantes que se adjuntan, se desarrolló en Roskilde, antigua capital de Dinamarca y cuna de los vikingos, la conferencia europea sobre "nuevas formas de organización del trabajo", promovida por la Presidencia danesa de la Unión Europea. De esta conferencia, complementariamente a los materiales que también se adjuntan, cabe destacar lo siguiente: Una composición desequilibrada de los participantes, tanto en relación con su carácter institucional (Unión Europea, CES y patronales), como en cada uno de estos grupos en relación con los países representados (absoluta mayoría de nórdicos y muy escasa presencia del Sur de Europa). Por nuestra parte corresponde además señalar la representación sindical como escasa en su conjunto desequilibrada en su composición. Esta escasa y desigual representación sindical tuvo además una clara repercusión en una insuficiente presencia en las ponencias y debates. Otra insuficiencia de la Conferencia a señalar es lo inadecuado de la traducción. Admitiendo que en ella se utilizaran sólo tres idiomas (danés, inglés y francés), constituye una insuficiencia adicional que éstos sólo se garanticen para el plenario, cuando la mitad de la conferencia se desarrolla en grupos de trabajo. En esta ocasión la insistencia de uno de los ponentes permitió que uno de los grupos de trabajo de una de las dos sesiones de los mismos se desarrollara también en francés. Como aspecto a reconsiderar cabe añadir que por la dirección de la CES no se planteó el posible interés de una reunión previa de los representantes sindicales, a fin de intercambiar opiniones y proponer iniciativas para contribuir al desarrollo de la propia conferencia. Señalados las limitaciones, debe subrayarse el indudable interés del tema abordado, algunas de las aportaciones realizadas y ciertas consideraciones sobre todo ello. Todas las intervenciones partieron de los nuevos desafíos que se plantean en estos momentos a Europa en relación con las nuevas formas y contenidos de la competitividad en la era de la globalización, señalando que no basta impulsar el I + D, sino que es necesario un esfuerzo adicional en la innovación en la medida de que también el I + D se globaliza y se está comprobando ya un notable avance en la calidad de los productos que llegan de casi todos los confines del planeta,. Partiendo de tales desafíos, es necesario asumir que la organización del trabajo está en permanente mutación y, también en relación con ella, es necesaria el triple objetivo de I + D + I. Partiendo de que tales objetivos de conjunto son plenamente compartidos por todas las partes (lo que no excluye debates y posiciones no homogéneas en cada una de ellas), tanto las instituciones como las organizaciones sociales señalaron la necesidad de la más amplia participación de todas las partes implicadas, y, para ello, el diálogo social constituye no solamente un interés más o menos compartido, sino una permanente necesidad. Ahí también las coincidencias parecían muy ampliamente expresadas. También formó parte de los planteamientos unánimes o coincidentes la consideración de que es necesario compatibilizar el objetivo de competitividad, con su componente de flexibilidad, de cualificación y formación del trabajo humano (y exigencias al respecto en crecimiento exponencial), con la necesidad y voluntad de conseguir la mayor seguridad y estabilidad posible en las condiciones de vida y de trabajo. Para no quedarnos solamente en lo bueno y bonito de los contenidos señalados, cabe apuntar alguna consideración por nuestra parte sobre posibles insuficiencias de la exposición y debate, esencialmente en tres aspectos: Todos coincidimos en que es conveniente, incluso necesario, y también posible, el objetivo esencial de que "todos ganan". También en la afirmación de que son compatibles mayor productividad en el trabajo y mayor satisfacción por parte de las personas que loo desarrollan, ..., pero esta coincidencia no debe hacernos olvidar que existen también aspectos contradictorios, intereses concretos no coincidentes entre las partes sociales, que la confrontación en torno a ellos es inevitable y puede ser positiva si se sabe gobernar. En el propio espacio sindical existen tensiones necesarias resultado de la creciente heterogeneidad de la clase trabajadora. La absoluta unanimidad en señalar el surgimiento de nuevos derechos, en la importancia de la "participación" de los trabajadores, no estaba en general acompañada de una profundización en este tema, analizando lo que es la participación individual y/o la colectiva, con sus interrelaciones y también diferencias y posibles contradicciones, profundizando en el significado de lo que parece debe ser la vía, es decir la sindicalización de las relaciones laborales y su incidencia en la organización del trabajo en toda su amplitud. Ello exige por otra parte desarrollar formas de negociación interrelacionadas a nivel de país, de sector, de Europa, mundiales. Coordinación de la negociación colectiva en todos los ámbitos y especificación de lo que es, o puede ser, negociación colectiva en cada uno de ellos. Es necesaria una visión de cómo estos temas se proyectan sobre el conjunto del planeta y qué implicaciones tienen o pueden tener en relación con las condiciones de vida y de trabajo en los países no integrados en el "mundo desarrollado": códigos de conducta, cláusula sociales del comercio mundial, responsabilidad social de las empresas, garantías medioambientales, solidaridad sindical transnacional no paternalista ni disfrazada versión del proteccionismo del mundo desarrollado, eliminación de expresiones corporativas e insolidarias tales como "deslocalización" del sindicalismo transnacional. El desarrollo de estos temas debería además contribuir a ir configurando una cultura sindical que supere la estéril confrontación globalización-antiglobalización, para dar contenido a lo que parece ser la apuesta sindical de los órganos de dirección del débil sindicalismo transnacional: la globalización de los derechos, objetivo fácil de afirmar pero más difícil de materializar cuando en el mismo confluyen intereses sindicales no siempre coincidentes y con contenidos sin duda en parte contradictorios. Algunas de estas cuestiones pueden tener también una traducción en la propia Europa, sobre todo en la perspectiva de su ampliación. Sirvan estas notas para documentar el desarrollo de esta Conferencia, así como para contribuir a establecer criterios sindicales en futuros foros de estas características. Madrid, diciembre de 2002-12-01 Luis Miguel Pariza Isidor Boix