1_Julen_Asoc. vecinos S.Jorge - Gobierno

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SOBRE EDUCACIÓN AMBIENTAL PARA LA
REDUCCIÓN Y LA REUTILIZACIÓN DE RESIDUOS
PREVENCIÓN-
1.- Punto de partida: Tiene que fundamentarse en la participación, lo más amplia
posible, de la ciudadanía. Eso requiere cambiar totalmente la filosofía del Plan,
que empieza la casa por el tejado, poniendo más énfasis en las soluciones técnicas
(y muy caras) dirigidas a los dos últimos escalones de la jerarquía de actuaciones, las
del tratamiento final, en vez de ponerlo en las actuaciones prioritarias de dicha
jerarquía, prevención-reducción, reutilización y reciclaje, tal como señalan las
directrices europeas.
2.- La participación ciudadana es posible. Habrá que dedicar, sobre todo al
principio, no pocos esfuerzos y medios para conseguirla. En sentido amplio tiene que
abarcar a toda la población, tanto en su papel de consumidora de productos y
servicios como en el de productora-fabricante de los mismos. Se deberá dedicar una
buena parte del presupuesto del Plan al desarrollo de Campañas Informativas,
Jornadas, Demostraciones Prácticas, Ferias y Exposiciones, Unidades Didácticas
Escolares, etc., de forma que exista una información y comunicación constantes
sobre la nueva cultura de los Residuos y su gestión. Se aporta Anexo 1 sobre
experiencia de educación ambiental prevención y participación en Catalunya.
3.- El Proyecto del PIGRN no trata en absoluto la Prevención-Reducción. Se dice
muchas veces a lo largo de su texto que “debe respetarse la jerarquía a la que obliga
la normativa” y también abre bastantes epígrafes denominados “prevención”, pero la
mayor parte de las veces todo queda en enunciados inconcretos y buenos deseos. En
ningún caso se señalan objetivos mensurables de Reducción, ni calendarios o planes
de etapas para la misma, ni presupuesto global o proporcional necesario. En el
capítulo dedicado al presupuesto global del Plan queda un 1’34% (poco más de 3
millones de €) para las tareas de sensibilización, educación y formación, que aunque
pueda parecer mucho se queda en 0’71 € por persona y año. Se aporta Anexo 2 sobre
las posibilidades de la Prevención.
4.- Existen experiencias en Europa que indican cómo se puede avanzar en esa
nueva cultura y modelo de entender la gestión de Residuos. Se han basado en la
participación de la población en general y de los sectores sociales y profesionales
más directamente implicados en el tema. Las “palancas” más potentes para
conseguirlo han sido dos, el convencimiento de la población de que con ello se
consiguen beneficios (mejora del medio ambiente, consumo más responsable y
sostenible, calidad de vida…), y la fiscalidad selectiva sobre los sectores de
especial responsabilidad (fabricantes, productores, comerciantes,…), que responde
también a uno de los principios básicos de la normativa, “quien contamina, paga”.
Se puede aprender de experiencias como la de Catalunya, con multitud de planes y
programas dirigidos a la participación ciudadana y la educación ambiental en el
apartado de Residuos. Allí se dedican 4 € por persona y año a este capítulo.
Se aporta Anexo 3 sobre Gestión en Viena.
5.- Es posible conseguir en el periodo 2010-2017 una Reducción de Residuos
del 10%. Esa es la propuesta, y el desafío, que planteamos al Gobierno de Navarra
para que la incluya entre los objetivos prioritarios del PIGRN. No decimos que sea
fácil, pero sí que es factible si se asume con la filosofía antes señalada. Deben
disponerse ya los Medios Humanos y Materiales suficientes para conseguirlo, y ello
obliga a incrementar sustancialmente la parte del Presupuesto dedicada a
Prevención-Reducción.
Anexo 1. Residu Mínim (Residuo Mínimo) una aportación del
movimiento cívico al problema de los residuos
La experiencia Residu Mínim, es una experiencia de recogida selectiva integral y en origen
de los residuos municipales.
Residu Mínim surge a propuesta del Centre d’Ecologia i Projectes Alternatius (CEPA) el año
1992, con el apoyo del Departament de Medi Ambient de la Generalitat de Catalunya y los
ayuntamientos de los tres municipios implicados: Molins de Rei, Torrelles de Llobregat y
Sant Cugat del Vallès. La Entitat Metropolitana de Serveis Hidràulics i Tractament de
Residus (EMSHTR) se incorpora a finales de 1993.
La experiencia “Residu Minim” se fundamenta en los siguientes criterios:
1.- Aplicar a partir de programas de actuación concretos, la “jerarquia ecológica” de
gestión sostenible de los residuos:
- Evitar/reducir/minimizar los residuos innecesarios.
- Reutilitzar todo aquello que pueda volver a ser utilizado.
- Reciclar lo que se pueda transformar nuevamente en materia prima.
2.- Establecer un modelo de recuperación máxima
El objetivo es reducir en un 70% el flujo de residuos que van a tratamiento finalista
(vertederos y incineradoras) y así evitar el despilfarro de recursos. Para garantizar el
cumplimiento de este objetivo, el 100% de los residuos tienen que introducirse en el circuito
de recuperación de materiales y deben tener como destinación algún tratamiento
recuperador; el rechazo del cual será el rechazo del sistema.
3.- Participación ciudadana
La participación ciudadana es fundamental en el nuevo modelo de recogida de los residuos
municipales y en la adquisición de nuevos hábitos de consumo. Y al mismo tiempo, hay que
fomentar la participación en los mecanismos establecidos para la gestión y el seguimiento
del nuevo sistema de recogida.
4.- Simplicidad tecnológica
Establecer criterios de simplicidad tecnológica en las instalaciones de transformación
(compostaje o selección de materiales), adaptando la tecnología disponible a cada territorio.
Al mismo tiempo, es necesario fomentar la descentralización en el tratamiento para cumplir
el principio de proximidad y de suficiencia en el tratamiento de los residuos.
5.- Corresponsabilidad de los productores
Hacer también responsables a los productores y generadores de residuos, tanto individual
como colectivamente: se trata de pasar de una situación en que la administración aparenta
que puede asumir la responsabilidad de toda la gestión de los residuos, sin cuestionar su
generación, y que a la vez “oculta” los efectos negativos de tal actitud. La corresponsabilización de la gestión entre ciudadanos, administraciones y sectores económicos implicados,
cada uno por la parte que le corresponde, es un fundamento irrenunciable.
Un trabajo local para la reducción de los residuos
Al tiempo que se ha ido implantando la recogida selectiva de los distintos materiales se han
ido desarrollando diversas actividades para fomentar la reducción de los residuos.
Éste es sin duda el aspecto fundamental a fin de conseguir una gestión de los residuos
municipales respetuosa con el entorno. La implicaciones sociales de este objetivo son
muchas y las dificultades no son pocas, hecho reconocido por la Comisión Europea del
Medio Ambiente, la cual ha anunciado la necesidad de reforzar este objetivo, anunciado
como principal en su estrategia:
- Reducir los residuos implica incidir en los productos de usar y tirar, y sobre todo significa
reducir los envases y embalajes de un solo uso.
- Este objetivo va en contra del fomento indiscriminado del consumo, a fin de
dinamizar el mercado, socializando costes de gestión y costes ambientales. Los intereses
de los grandes lobbys económicos relacionados con el envase y el embalaje distorsionan la
bondad de los objetivos de reducción de residuos.
- Las propuestas promovidas desde sectores sociales y administraciones
preocupadas por el medio ambiente y las economías locales son abandonadas bajo la
presión de los sectores industriales y económicos afectados. Un ejemplo paradigmático ha
sido la discusión sobre la directiva de envases y residuos de envases y su transposición
española. (Inconveniente)
- Las posibilidades de actuaciones a nivel local son pocas. (Inconveniente)
- La presión de los grandes medios de comunicación reduce la efectividad de las propuestas
y actividades de reducción de residuos locales. (Inconveniente)
Las intervenciones realizadas desde Residu Mínim han sido:
- Campañas informativas (escuelas, comercios, población en general)
- Organización de juegos y actividades en la calle conjuntamente con las entidades
infantiles y juveniles.
- Organización de actividades didácticas en las escuelas.
- Difusión de material informativo.
- Uso de los medios de comunicación locales.
- Promoción de elementos que favorecen la reducción de residuos: utilización de envases
retornables, bolsas de ropa, fiambreras y carros de compra, a partir de campañas de
promoción junto a los comercios y los mercados municipales.
- Edición de una guía de “propuestas sencillas para reducir los residuos” dirigida a los
consumidores. Una pequeña guía informativa sobre qué pueden hacer los ciudadanos
para reducir los residuos i en que comercios locales puede encontrar productos que lo
favorezcan.
- Puesta en funcionamiento de un servicio de alquiler de una vajilla reutilizable, de vidrio,
para fiestas y celebraciones, y la correspondiente difusión.
- Puesta en funcionamiento de un servicio de alquiler de vasos de polietileno reutilizables
para fiestas y conciertos.
- Firma de un convenio con los sectores comerciales para fomentar acciones de reducción
de residuos, recogidas selectivas y mejoras ambientales generales en sus respectivos
establecimientos.
- Organización de una campaña para reducir la propaganda en los buzones con la difusión
de adhesivos de aviso i amparados con una ordenanza municipal.
- Fomento de la sustitución de máquinas de bebida en lata por máquinas de bebida en
vidrio retornable y las correspondientes actividades de difusión.
- Edición de una “Guía para la reducción de los residuos municipales”, donde se describen
todas aquellas propuestas de medidas de reducción de residuos que un municipio
puede desarrollar.
La educación ambiental, una herramienta para estimular la participación
ciudadana
La realización de la recogida selectiva integral es un cambio de sistema de gestión de los
residuos municipales que implica a toda la población. Las actividades de educación
ambiental tienen que garantizar que las personas del municipio entiendan el como y porqué
de la recogida selectiva.
Una campaña de educación ambiental tiene que partir de la idea que los ciudadanos,
además de formar parte del nuevo sistema de gestión, sean los agentes impulsores del
cambio. Por este motivo, además de poner la información al alcanze de todo el mundo para
garantizar la participación, hay que provocar una reflexión sobre los problemas ambientales
y, mas concretamente, sobre los residuos y el consumo.
Es en este marco donde situamos las actuaciones de educación ambiental. Dicho de otra
manera, el objetivo de las actividades de educación ambiental es facilitar los aprendizajes
en la toma de decisiones ante la resolución de problemas concretos.
Criterios para el desarrollo de una campaña de educación ambiental
Una vez introducida la importancia de la participación ciudadana como motor del cambio, la
realización de diferentes campañas nos ha llevado a considerar una serie de aspectos a la
hora de plantear las actuaciones de educación ambiental con el objetivo de garantizar una
amplia colaboración ciudadana.
1.- La información no es suficiente, es preciso vincularla a cambios reales. Informar sin
ofrecer la posibilidad de actuar puede generar malestar y desmotivación. En cambio,
vincular directamente la educación ambiental a cambios reales en los que la población
pueda poner en práctica los aprendizajes y pueda tener parte activa, motiva la participación.
2.- La base de un compromiso de la Administración. Las distintas experiencias
desarrolladas por doquier demuestran que si se ponen los elementos al alcance de los
ciudadanos y se les informa adecuadamente (exponiendo las limitaciones del sistema,
dónde va a parar el esfuerzo del ciudadano, cuáles son los resultados...), este modo de
proceder se traduce en una participación activa y generalizada, siempre que se entienda
como una mejora para la comunidad.
3.- La importancia de fijar la responsabilidad ciudadana. Conviene situar a los
ciudadanos en un contexto de corresponsabilidad. Los mensajes de educación ambiental
deben mostrar de forma explícita todos los agentes sociales y económicos que intervienen y
con qué grado de responsabilidad. Conviene recordar que el ciudadano no es el único
responsable de los problemas ambientales, pero sí que su participación es un elemento
fundamental para conseguir mejoras y cambios.
4.- Presencia pública continuada. Para conseguir el cambio real y progresivo que se
pretende hay que garantizar una presencia pública constante y sistematizada a lo largo de
toda la experiencia, a fin de permitir la manifestación del proyecto como proceso y no como
actuación puntual y, al propio tiempo, facilitar el seguimiento por parte de los ciudadanos/as
interesados.
5.- Grupo diana: toda la población. Cuando se plantea un cambio en el sistema de
gestión de los residuos municipales, o en otros problemas ambientales, nos dirigimos a toda
la población. Toda la población comprende distintos ámbitos de actuación, para ello
conviene prever mensajes generales dirigidos al conjunto de los ciudadanos paralelamente
a intervenciones específicas adaptadas a los diferentes colectivos y sectores sociales.
6.- Incorporación de los ámbitos de interacción ciudadana. Es interesante tratar
específicamente los distintos ámbitos donde se expresan los ciudadanos (asociaciones
cívicas, de comerciantes, sectores industriales, centros de enseñanza...), respetar e
incorporar en las actuaciones sus canales de expresión y mecanismos de participación.
7.- Los centros educativos, un importante ámbito de intervención. Garantizar un buen
aprendizaje de los más jóvenes respecto a las mejoras ambientales propuestas tiene un
importante eco en las familias. Además, el contexto municipal de cambios en la gestión de
los residuos potencia la incorporación de estos temas en los proyectos curriculares del
centro, de forma que facilita la introducción de la educación ambiental en los centros
educativos.
8.- El retorno de los resultados de la acción colectiva. El retorno de la información no es
una consecuencia de la generosidad de las administraciones ni una muestra de su eficacia,
sino un derecho que tenemos las personas.
La información de los resultados alcanzados y la comprensión de la fuerza de la acción
colectiva son imprescindibles para que el ciudadano pueda vincular su esfuerzo cotidiano
anónimo a una mejora ambiental concreta (menos residuos en el vertedero, reducción de
los impactos ambientales y sanitarios causados por los residuos...).
Residu Mínim se ha basado en la promoción de la participación ciudadana a partir de
la educación ambiental. La implantación de la experiencia se ha guiado de los siguientes
criterios:
- Establecer canales y mecanismos de participación ciudadana que permitan debatir en
cada momento la aplicación y la evolución de la experiencia.
- Promover un proceso de información-formación que conduzca a cambios de actitud y
comportamiento de las personas.
- Considerar que los ciudadanos son un elemento activo y esencial del propio sistema de
gestión.
- Vincular directamente la educación ambiental a cambios reales y concretos, de manera
que la población pueda poner en practica sus conocimientos y aprendizajes y, de esta
manera, participar directamente en las mejoras ambientales.
- Todos los agentes sociales y económicos deben intervenir en el origen del problema
y en su solución.
En resumen, Residu Mínim pide la participación de los vecinos y las vecinas en el diseño, el
proceso y la definición final.
Cuatro ideas sobre la educación ambiental y la participación ciudadana
Uno de los principales problemas de la educación ambiental es que demasiadas actividades
educativas son etiquetadas con este nombre. Hay un abuso en la utilización de esta
“etiqueta superventas” confundiéndola, a menudo voluntariamente, con el márqueting
ecológico.
Así encontramos intensas campañas publicitarias en los medios de comunicación, a veces
acompañadas de fastuosos programas educativos dirigidos a las escuelas, con el objetivo
de justificar mediombientalmente un producto determinado. O bien nos encontramos una
serie de actividades promovidas por las administraciones que tienen como único objetivo
legitimar sus actuaciones.
El tema a tratar por la educación ambiental son los problemas ambientales y sociales a que
nos enfrentamos las personas en el uso de los recursos naturales y la posibilidad de
superarlos y prevenirlos en el futuro. En este sentido se trata de una herramienta para
promover la participación ciudadana.
En este capítulo presentamos una reflexión sobre el papel de la educación ambiental en
función de quién es el impulsor de las propuestas, para analizar si realmente son
promovidas como herramienta para fomentar la participación ciudadana. Esta reflexión parte
de la experiencia del CEPA (Centro de Ecología y Proyectos Alternativos) en el impulso de
sistemas de gestión de residuos basados en criterios preventivos y en la participación
ciudadana. Por este motivo, la mayoría de ejemplos están relacionadas con las campañas
de educación ambiental vinculadas a actuaciones en el ámbito de los residuos. Esperamos
que esta circunstancia no reste interés a lo expresado y que consigamos ofrecer suficientes
elementos de reflexión.
Anexo 2. Posibilidades de la Prevención-Reducción
(En realidad este documento es sobradamente conocido pues es parte, páginas 4 a 15, de
una de las Ponencias Técnicas adjuntas al Proyecto del PIGRN, concretamente la titulada
“LA PREVENCIÓN Y EL RECICLADO”, de Anabel Rodríguez, Directora Ejecutiva para la
Información y el Conocimiento de ISR). Se recogen sólo las páginas que más inciden en la
potencialidad de la Prevención.
Anexo 3. Experiencia de Gestión de Residuos de Viena
Fecha de referencia: 26-06-2002
Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en
2002, y catalogada como BEST. ( Best Practices Database.). País/Country: Austria
Región según Naciones Unidas: Europa. Región ecológica: Continental
Ámbito de la actuación: metropolitana
Instituciones: Gobierno local, institución académica
Categorías = Modelos de producción y consumo: concienciación del consumidor;
ciclos de producción y consumo, conservación de recursos, ahorro de recursos;
reciclaje y reutilización de residuos; uso y consumo del agua. Gestión ambiental:
sostenibilidad ecológica; reducción de la contaminación; gestión de recursos;
creación de zonas verdes en la ciudad; introducción de criterios ecológicos en el
entorno urbano. Ordenación territorial: urbanización y desarrollo del suelo;
planeamiento y calificación del suelo; conservación de espacios libres; remodelación
urbana y suburbana.
La iniciativa ``Gestión municipal de los residuos orgánicos'' tiene como objetivos la
reducción del volumen de residuos domésticos mediante la separación de la fracción
orgánica, la producción de un compost de alta calidad y, finalmente, su uso en
agricultura ecológica como abono y para mejorar la calidad del suelo. Con el fin de
motivar a la población a favor de la recogida selectiva, hubo que convencer a los
ciudadanos de Viena de que el consumo de usar y tirar era perjudicial para el ambiente y que
esa conducta no podría mantenerse en el futuro. El Ayuntamiento de Viena puso en marcha
la recogida selectiva de la fracción orgánica y construyó su propia planta de compostaje. El
material orgánico recogido y tratado, así como el compost finalmente obtenido es sometido a
periódicos controles de calidad.
Situación previa a la iniciativa
El proyecto comenzó en 1988. En ese momento, la cantidad total de residuos domésticos
recogidos en Viena alcanzaba las 620.000 Tm. El 62% de los residuos se incineraban y el
38% era depositado en vertedero. No había recogida selectiva de la fracción reciclable. Los
responsables del tratamiento de residuos sabían que la cantidad de residuos iba a aumentar
(814.000 Tm en 1997) y que no había posibilidad de poner en marcha otra incineradora ni
otro vertedero en los diez años siguientes. La única posibilidad de reducir la cantidad de
basuras era minimizar la generación de residuos y aumentar la fracción reciclable que se
pudiera recoger separadamente.
Establecimiento de prioridades:
- Reducción de la cantidad de residuos domésticos (reciclar en vez de tirarlos).
- Utilización de tecnología respetuosa con el medio ambiente.
- Cierre de ciclos (devolución del humus y de los nutrientes al suelo).
- Utilización de una tecnología económicamente responsable (diversos estudios han
demostrado que la recogida selectiva, la fabricación de compost y su posterior
uso resultan más rentables que otros métodos de gestión de residuos).
Proceso
La tarea fundamental al inicio del proyecto fue la organización de la recogida selectiva de
manera que no resultara excesivamente gravosa para el ayuntamiento y al mismo tiempo
fuera lo más cómoda posible para el ciudadano. Se lanzó una importante campaña
informativa para motivar a la población a que realizase la separación de los residuos
orgánicos; incluso se imprimieron folletos en varios idiomas. Gracias a esa labor de
promoción la campaña tuvo muy buena acogida. Se estableció un sistema integral de
recogida y tratamiento de los residuos. El proceso de compostaje fue desarrollado y puesto
en práctica por el Instituto Ludwig-Boltzmann, Se construyeron dos plantas de compostaje
con capacidad para procesar hasta 130.000 Tm de residuos orgánicos al año. El compost así
producido está sometido a permanentes controles de calidad por parte del propio laboratorio
y de otros laboratorios externos.
Al inicio del proyecto no se sabía mucho sobre el uso en la agricultura ecológica del compost
producido a partir de residuos orgánicos. El conocimiento se fue adquiriendo mediante la
experimentación in situ y el seguimiento llevados a cabo por el Instituto Ludwig-Boltzmann, y
también en los cultivos del Departamento Municipal 49. Para este departamento, la
participación en el proyecto resultó muy rentable. El Instituto Ludwig-Boltzmann, socio del
proyecto, se ha convertido en una de las instituciones europeas con más experiencia en lo
que se refiere al uso del compost en la agricultura. La solución de todos los problemas
surgidos a lo largo del proceso ha sido posible gracias a la cooperación entre los tres socios.
Resultados obtenidos
Los resultados pueden medirse cuantitativa y cualitativamente.
La cantidad de residuos que, de otro modo, se hubiese incinerado o depositado en el
vertedero se ha reducido anualmente en unas 90.000 Tm, lo que supone más de un 10%
del total. (A partir de 2004, el depósito en vertedero de residuos orgánicos estará prohibido
por ley).
Gracias a la investigación dedicada a garantizar la calidad del compost se han podido
establecer medidas específicas para la recogida y tratamiento de los residuos orgánicos. La
calidad del compost obtenido ha mejorado respecto a los primeros resultados, llegando a
alcanzar la exigida por el reglamento EU 2092/91 para utilizarse en agricultura ecológica.
El uso del compost proporciona al suelo los nutrientes que necesita y mejora su contenido en
humus. Dado que en la región apenas existen otras formas de abono orgánico para las
granjas ecológicas, el compost de residuos orgánicos es un recurso importantísimo para este
tipo de agricultura. Los terrenos de cultivo de propiedad municipal utilizan 3.500 Tm de
compost como abono, y obtienen una buena producción. En el futuro estos terrenos se
ampliarán en 450 hectáreas (hasta un total de 600 ha) destinados a la agricultura ecológica,
lo que requerirá la utilización de más de 8.000 Tm anuales de compost.
Todos los partidos políticos representados en el ayuntamiento apoyaron unánimemente las decisiones referentes a la gestión de los residuos orgánicos.
El proyecto se ha presentado en diversos congresos internacionales, (…). Las experiencias
de los miembros del equipo se presentaron también en el Grupo de Trabajo sobre
Tratamiento Biológico de Residuos de la International Solid Waste Association (ISWA) (…)
El proyecto ha tenido una repercusión considerable en la actitud y el comportamiento
de los ciudadanos en lo referente a los residuos y a otros temas ambientales. El
problema de las basuras afecta a todos los ciudadanos, y por eso mismo, todos debieran
unirse y participar. Pero esta participación sólo es posible mediante una cooperación eficiente
a todos los niveles, desde los políticos, las empresas y las industrias hasta los millones de
consumidores que viven en Viena. El proyecto ha tenido como resultado diversas
colaboraciones en este sentido.
Lecciones aprendidas
Las tres lecciones aprendidas más importantes han sido:
1.- No todos los residuos orgánicos son aptos para su compostaje. (…)
2.- La recogida selectiva y la transformación en compost de la fracción orgánica es útil
y más rentable que su eliminación en vertedero (…)
3.- Sólo si los ciudadanos están convencidos del sentido del proyecto funcionará la
recogida selectiva. Los buenos resultados no pueden obtenerse a la fuerza, mediante
multas, sino a través de la información y la cooperación. De ahí que sean muy importante que
las actividades de promoción estén bien organizadas.
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