quien es en realidad rene mey

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ESPECIAL: ¿Quién es en realidad
René Mey?
¿Quién es en realidad René Mey?
A pesar de su blanca fachada, en Francia el pasado de René Mey parece ser muy
controversial.
Didier Pachoud, presidente del GEMPPI (asociación marsellesa de prevención en contra de
las sectas), conoce muy bien a René Mey. Contactado por el Grand Journal du Mexique
Mexique,
recuerda haber querido probar los poderes del clarividente.
clarividente. Las conclusiones a las cuales
llega acerca de las capacidades sobrenaturales de René Mey son muy claras:
“Está negado para esto. Ni siquiera se dio cuenta de quién era yo ni lo que venía a hacer.
Hasta lo grabé a sus espaladas; lo cual es lamentabl
lamentablee para un clarividente que lee dentro del
espíritu de la gente según lo que ésta pretenda. Lo peor, es que él no se dio cuenta que el
motivo por el cual yo solicitada su ayuda ni siquiera existía.”
Así mismo el GEMPPI realizó un estudio a profundidad del llibro
ibro de “René Mey, el que
convive con los ángeles”. La conclusión de Didier Pachoud: “René Mey merece toda
nuestra atención ya que atrae a un público frágil”. Da miedo pensar en “personas que
realmente necesitan ser asistidos de manera seria por un médico, sean desviadas de la
medicina tradicional”
Imperio inmobiliario
En el transcurso de los años 2000, el francés se lanza en el sector inmobiliario y se proyecta
a la cabeza de un imperio que cuenta con 600 departamentos y dos castillos, estimados en
40 millones de euros. En diciembre del 2006, una encuesta realizada por el semanario
L’Express (un periódico de alta difusión en Francia) revela el detrás de este “milagro”:
René Mey pone a trabajar a sus familiares, “más de 10 horas por día, los 7 días de la
semana”, en la restauración de los departamentos los cuales serán puestos en el mercado
inmobiliario. A pesar de las fantasiosas promesas, las pequeñas manos utilizadas, no se
beneficiaron más que de un salario de 500 francos (90 euros) por semana “sin cotizaciones
ni coberturas sociales” todo esto durante dos años, como lo muestra la declaración
publicada y emitida el 24 de noviembre del 2006 por su propio hijo Fabrice Mey.
Muy enojado en contra de su padre, declara jamás haber “constatado alguna de las
capacidades sobrenaturales de la cuales presume, como detener un tren para no perderlo,
aparecer dinero, alargar sus extremidades o arrancar un auto a distancia. Al contrario, se
preocupa cuando habla de la relación que tiene su padre con su comunidad, a la cual se
refiere como una explotación organizada que le permitirá “vivir en el lujo”
En 2006, en plena guerra civil, René Mey se presenta en Costa de Marfil. Ahí mismo
conoce al presidente Gbagbo así como a “decenas de personajes”. Sin saberse demasiado
las actividades que exactamente realizó ahí, hoy por hoy, Mey afirma que ¡él fue quien
evito un baño de sangre en la región!
Así mismo, Mey realizó igualmente una destacada escala en Madagascar donde financió un
centro de salud. Más adelante, dirección del otro lado del Atlántico.
El exilio en México y el éxito
Con la reputación fuertemente mermada en Francia, René Mey llega a México en el 2007.
Después de pocos años de vida en tierras aztecas, se convierte en una celebridad. En
Youtube encontramos una centena de vídeos presumiendo sus hazañas de “sanador”. Hasta
se puede ver a una mujer desmayándose delante del mago encapuchado, a consecuencia
de la emoción.
El sanador tiene de su lado a la prensa mexicana. Televisión, radios y periódicos, dentro de
los cuales, el prestigioso El Universal. Estos informan acerca de los viajes que realiza
frecuentemente, sin ponerlo nunca en tela de juicio.
René Mey y su equipo supieron desarrollar un discurso y una estrategia de marketing que
hace eco en las preocupaciones de los mexicanos. Última arma: la película “Más allá de la
luz”, realizada por un francés, Frank Darier Bazière. Nos asegura que todos los milagros
presentados en la película están basados en hechos reales y fueron “comprobados
científicamente”. Mejor aún, esta es una película que puede curar”
Trailer Más allá de la Luz:
Por lo tanto ¿debemos concluir que el pueblo mexicano en conjunto está listo para seguir a
“el que convive con los ángeles”?No estamos seguros.
En el internet, algunas voces se levantan en desacuerdo. Roland, es el seudónimo que esta
persona escogió, ha analizado el fenómeno Mey en su blog “Lógica Difusa”- dedicado en
el análisis crítico de “las pseudo-ciencias”-. Este estudiante mexicano en matemáticas
aplicadas reconoce:
“Los que somos críticos a Mey constituimos una minoría. Es muy difícil debatir con las
personas que defienden a Mey. La dificultad usualmente viene de que la misma doctrina de
Mey considera como algo muy negativo el hecho mismo de criticar.”
Cuando le preguntamos por qué según él René Mey tiene tal éxito en México, él declara
que:
“No es un secreto que mucha gente está abandonado la religión organizada, pero
tradicionalmente la sociedad mexicana le da un gran valor a la fe y al pensamiento mágico.
Hay una gran cantidad de personas abandonando las iglesias tradicionales -especialmente la
católica. Pero muchas de esas personas conservan una gran necesidad de creer… y son un
mercado natural para toda clase de organizaciones religiosas y personas como Mey.”
Si a esto le agregamos “un sistema de salud pública insuficiente, la educación científica en
México que es muy pobre y la difícil situación económica y de seguridad por la que
atraviesa el país”, obtenemos según Roland “una receta de la tragedia”.
El bloguero quien reconoce el aspecto positivo de algunas ideas de Mey y constata la
inocuidad de sus métodos médicos, concluye:
“A mi también me gustaría un mundo en que la meditación y las palabras bonitas bastaran
para resolver nuestros problemas, pero hay que aceptar que simplemente no es así.”
Regularmente, René Mey inaugura centros de salud en todo México y continúa sus
conferencias acompañadas de sesiones de sanación. En esta noche de septiembre, el
clarividente francés “transmitió su energía”. Aunque no nos haya dado los números
ganadores de la lotería. De todas formas el público se marcha con la esperanza de que
México algún día encuentre la paz.
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HIM: Más allá de los lulz (y el día ocho del experimento de los limones)
Mi excursión de hace una semana para ver HIM: Más allá de la Luz -y el pequeño
experimento con limones, inspirado por las afirmaciones en torno a esta película- han
provocado, sobre todo, risas y diversión. Y es lo que uno esperaría, sabiendo que el asunto
involucra cinematografía chafa y experimentos (también chafas) con fruta. No me estoy
quejando: el ridículo es una de las armas más importantes cuando uno trata este tipo de
temas.
Pero no todo es ridículo y risas. Hay cosas más serias que se pueden decir sobre esta
especie de video-home venido a más y lo que representa.
La gran mayoría de las reseñas que he leído acerca de esta película coinciden en una cosa:
las actuaciones son malas, el guión es terrible, la edición y los valores de producción son
abismales.
Y yo no podría estar más de acuerdo con ello: si un científico loco reuniera en una
habitación a cien simios con cien cámaras y cien micrófonos, podrían pasar cien años y los
primates no lograrían hacer algo de una calidad tan mala como HIM: Más allá de la luz.
Pero hasta ahí llega mi acuerdo con las reseñas, que repiten de forma automática y sin un
ápice de escepticismo la afirmación de los productores de la película acerca de su supuesta
base en hechos reales.
La propaganda oficial de René Mey, el sujeto que sirve de inspiración al filme, lo describe
como un humanista, vidente y sanador que ha establecido cientos decentros humanitarios
en algunos países de África y en nuestro país, y que es poseedor de increíbles dones. Y las
mismas afirmaciones son repetidas por los medios, sin el mínimo esfuerzo por verificarlas
independientemente.
Este autoproclamado sanador y vidente, de acuerdo al semanario francés L’Express, ha
exagerado sus supuestas actividades humanitarias en Costa de Marfil y Madagascar -y ha
minimizado otros episodios de su vida menos halagadores: dudosos tratos de bienes raíces
y más de dos años en prisión por agresión, secuestro y extorsión.
Por otro lado, encontrar alguno de los centros humanitarios es una tarea notoriamente
difícil, lo cual pone en duda la afirmación de que hay seiscientos de ellos sólo en nuestro
país.
Respecto a los famosos y elusivos centros, un detalle curioso: en una escena del filme, un
burócrata enfrenta al personaje basado en Mey y le dice que debido a las regulaciones
sanitarias no podrá abrir sus centros de salud. El sanador pregunta si cambiar su nombre a
centros humanitarios le permitirá abrirlos, a lo que el burócrata asiente. Es práctica común
de los charlatanes usar eufemismos para escapar de las regulaciones, aunque uno se
pregunta por qué se le ocurrió al guionista revelar esta táctica.
Ahora bien, ¿qué hay de los supuestos poderes de René Mey? Al principio del filme se
afirma que todos los fenómenos representados en el son completamente reales. Y las
hazañas de las que es capaz este sujeto no son pocas. Algunos ejemplos:
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* Detener a voluntad su corazón durante más de diez minutos.
* Leer un grueso volumen sobre biología celular con tan sólo hojearlo por unos
segundos, y a continuación emitir una devastadora crítica acerca de su obsolesencia.
* Detener -a distancia y sólo con el poder de su mente- un vehículo robado, segundos
antes, por un par de estereotípicos maleantes.
* Curar el cáncer pulmonar. Con las manos.
* Despertar a una mujer de un estado de coma.
* Durante su meditación, transportarse a una lejana playa en donde defiende a una
mujer de sus también estereotípicos atacantes.
Usemos el sentido común: si en realidad hubiera una persona capaz de realizar todas esas
proezas, ¿cómo es que apenas nos vamos enterando? Si realmente existiera un hombre con
esos poderes, no vendríamos a enterarnos de su existencia a través de una película mala y
de una que otra entrevista en algún programa de radio para señoras.
En realidad, René Mey estaría en todos los noticieros, revistas, diarios, documentales de
Discovery Channel y entregas de premios del mundo, incluyendo el Nobel. Pero el hombre
ni siquiera tiene su propia entrada en la Wikipedia.
¿En dónde están documentadas sus hazañas? ¿Por qué mejor no producir un documental en
donde aparezca Mey haciendo uso de sus poderes? Preguntas obvias, que ningún periodista
o crítico ha formulado al hablar de esta cinta.
Y hablando de las reseñas, hay otro lugar común en el que todas caen: la película es mala,
pero vale la pena por que tiene un mensaje muy positivo. Yo discrepo: el mensaje de esta
cinta no es nada positivo.
Esta cinta es completamente anti-ciencia, al tiempo que trata de usar la ciencia para
justificarse. Promueve la idea de que hay una nueva forma de inteligencia que la ciencia no
puede explicar… y luego se contradice intentando explicarla científicamente, inventándose
unas supuestas neuronas emocionales que se encuentran dormidas en el corazón y que, al
despertar, activan los super-poderes que demuestra Mey.
El protagonista, se nos pretende hacer creer, es un científico. Un biólogo celular, para ser
precisos. En una dramática (a falta de mejor palabra) escena, denuncia a la ciencia como
inútil dada su incapacidad de salvar la vida del hermano de otro personaje, víctima de un
accidente ocurrido años atrás.
Un biólogo celular, uno asumiría, tendría cierto conocimiento acerca de la inevitabilidad de
algunas cosas, como los accidentes y la muerte. Pero en ese punto de la película ya es un
verdadero creyente en la sabiduría del sanador. Por algo es el héroe de la historia.
No quiere decir que falten personajes escépticos, desde luego, pero todos sontransformados
por el sanador. Una incrédula mujer abre su corazón al ser despertada de un coma por el
sanador. Un cínico director de laboratorio es curado de su cinismo cuando el sanador hace
desaparecer su tumor pulmonar. El duro corazón de un burócrata es ablandado cuando el
sanador le habla con la mente.
El mensaje -no sólo de esta cinta, sino de la plaga de gurús, maestros ysanadores que a
últimas fechas parecen estar viviendo un nuevo auge- es que cualquier cosa es posible con
tan sólo desearla, que lo único que se necesita para convertir a nuestro mundo en un
paraíso es el amor, y que la humanidad está a punto de entrar a una nueva era en la que
reinará una nueva inteligencia.
Pero amor, posible e inteligencia sólo son palabras cargadas. Son palabras que suenan muy
bonito. Pero sólo eso.
La nueva inteligencia no es tal. Es simplemente pensamiento mágico y obediencia: dejar de
pensar, abandonar la razón y dejarse llevar por la sabiduríadel maestro -sabiduría que,
desde luego, es incuestionable. El sanador que aparece en pantalla afirma, más de una vez,
que el acto de cuestionar nos impide ser libres. Uno podría preguntarse si no es en realidad
lo opuesto, pero eso sería cuestionar, y cuestionar, dicen, nos quita libertad.
La realidad es que el verdadero mensaje no es amor, es control y obediencia. Es la
autoridad del iluminado sobre sus seguidores, la inteligencia superior que no se puede
cuestionar.
¿Demasiado abstracto? Tal vez. Pero el filme -y pseudofilosofías en que se fundamente
representan un peligro más tangible: personas con enfermedades graves acudiendo a este
sanador con la esperanza de ser curadas milagrosamente. O peor aun: entrando a la sala de
cine con la esperanza de que la energía que emana de este filme los curará.
Y hablando de la energía sanadora que supuestamente emana de esta película, dejemos la
seriedad por un momento para pasar a lo que todos esperaban: el día ocho del experimento
de los limones.
Esta es una fotografía tomada el día de hoy, una semana después de iniciado el
experimento. Sr. Cítrico, a la izquierda, es el limón que me acompañó a ver la película. A la
derecha, Roland Jr, es el sujeto de control que se quedó en casa.
Saquen sus propias conclusiones, y no olviden comentarlas.
Información obtenida de los sitios:
http://www.legrandjournal.com.mx/noticias/rene-mey-el-exito-deun-sanador-frances-en-mexico-dossier-%E2%80%93-videos
http://logicadifusablog.wordpress.com/2010/06/14/him-mas-alla-delos-lulz-y-el-dia-ocho-del-experimento-de-los-limones/
www.legrandjournal.com.mx/.../rene-mey-el-exito-de-un-sanador-fra...
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