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JULIO GARCIA IBÁÑEZ
Alumna UCM:
Comentarios:
Lydia García Torvisco.
Roldán Martínez
JULIO GARCÍA IBÁÑEZ
La publicidad está abocada a cambios importantes
Julio García Ibáñez
Julio García Ibáñez fue vicepresidente del grupo de empresas “Cid de Publicidad”, fue
una de las grandes figuras del panorama español, viejo pionero de los tiempos
inolvidables y ya lejanos, en los que un puñado de hombres dinámicos y llenos de
ilusiones abrieron camino a los que vinieron detrás.
Julio García Ibáñez nació en Melilla en 1918. Cuando era niño marchó a la península.
Los primeros años los pasó en El Ferrol y, después, en Getafe, a las puertas de Madrid.
Y allí estudió bachillerato y le sorprendió la guerra civil. No se encontraría
completamente liberado hasta 1944, A partir de entonces trabajó y sacó adelante a una
familia. Se casó con una guipuzcoana y tuvo cuatro hijos.
Empezó su carrera publicitaria en Cid, que por aquel entonces estaba formándose en
Barcelona. Toda su vida la dedicó a la misma empresa. Entró de administrador y luego
fue jefe de producción, director técnico, administrador general… Llegaron a tener
catorce delegaciones y subdelegaciones. Montó el Instituto de Investigación de
Mercado en el seno de la empresa. En 1964 fue nombrado Director General de la
agencia. La evolución de la publicidad y del mercado llevó a convertir la empresa en
dos divisiones, creándose en 1976 Distribuidora Cid de Publicidad.
A Julio García Ibáñez le otorgaron la Medalla de Oro de la Publicidad, distinción que
venía a culminar de esta forma la larga serie de premios y galardones a los que se hizo
acreedor a lo largo de una vida profesional tan dilatada como intensa, en la que
desempeñó actividades tan diversas como vocal del gremio de agencias de publicidad
de Barcelona, vocal del Sindicato Nacional de Actividades Publicitarias, miembro de
las juntas centrales de publicidad, vocal del Jurado de Publicidad, promotor y
fundador de la O.J.D, promotor y fundador también de “Autocontrol de Publicidad
S.A”, miembro del Estudio General de Medios, de la Confederación de la Publicidad,
del Patronato de Escuelas del Instituto Nacional de Publicidad, del Club de la
Publicidad de Barcelona, de la Agrupación de Jóvenes Publicitarios Catalanes, del
Patronato de la Facultad de Ciencias de la Información de Barcelona, etc. Un etcétera,
que nos da una idea aproximada de la capacidad de trabajo y del tremendo dinamismo
demostrado por Julio García Ibáñez en todos los campos del mundo publicitario
español.
ALGUNAS DE SUS OPINIONES SOBRE LA PUBLICIDAD
Pensaba que el poder de manipulador de la publicidad es un hecho cierto, pero que su
causa estriba en la presencia en el mercado de un número muy limitado de productos,
lo que reduce sustancialmente la elección de los consumidores.
“La manipulación real del mercado viene dada por el propio producto, por la
naturaleza del producto, por la no existencia en el mercado de productos competitivos,
más que por la publicidad”
Con respecto a la publicidad dirigida a niños, pensaba que la Autorregulación era de
gran importancia. Pensaba que el problema del niño era mucho más complejo que el de
pensar estrictamente en los mensajes publicitarios de los que es destinatario. No se
podía aislar el problema del niño reduciéndolo a la cuestión publicitaria. Pensaba que
la sociedad tenía que ser consciente de que el niño de hoy era el joven del mañana y el
hombre del pasado mañana. El problema del niño entraba en el campo de la biología,
psicología y de la sociología.
Con respecto al impacto de la publicidad en televisión, Julio opinaba que la
multiplicidad de canales televisivos no iba a cambiar mucho las cosas. Sucederá que
como el niño no puede estar viendo más de un canal cada vez, si está viendo seis horas
delante del televisor verá aproximadamente lo mismo. El mensaje sería el mismo y el
niño se verá sometido al mismo mensaje. Para él, lo más preocupante era que el niño
seguirá viendo programas de detectives, tiros… Violencia en general.
Las boutiques creativas eran una consecuencia de la propia actuación de las agencias
de publicidad de la época. Sin haber llegado aún las multinacionales, las agencias
desbordaban los costos porque el mercado no crecía al mismo ritmo que el
encarecimiento de las necesidades de las agencias. Esto llevó a una separación de
servicios, que dejaron de estar integrados en las empresas. Muchos profesionales se
establecieron por separado, montaron las “boutiques” y vendieron sus creaciones a la
propia agencia de procedencia. Por eso, en general, puede decirse que tanto las
“boutiques” creativas como las compradoras de medios, cuyo caso es semejante, son un
poco consecuencia política de las agencias.
AGENCIA CID
En 1978 se establece el Plan Técnico Nacional, procedente de la “Ley Fraga”. Según
éste, si las sociedades anónimas de radio, que existían en España por aquel entonces
daban una donación gratuita al Estado del 25% de las acciones de su sociedad, podrían
salir favorecidas en el futuro concurso de adjudicación de frecuencias. La SER era la
única que facturaba por publicidad, están dispuestos a regalarle al Estado el 25% de las
acciones, pero no el 25% de los beneficios. Para evitarlo, crean una agencia de de
exclusivas publicitarias, CID de Publicidad S.A, la cual contrataría toda la publicidad
de la SER, cobrando una comisión.
Don Julio García Ibáñez fue el consejero de la nueva empresa. Trabajó con Manuel
Fontán Yanes, que fue el Director General y con José María Rovira Milá, quien fue
director adjunto. La sede social de esta empresa se hallaba instalada en la calle
Zurbarán número quince.
Uno de sus anuncios más recordados serán los de pantalones vaqueros “Lois”.
BIBLIOGRAFÍA:
Hemeroteca del periódico ABC
Los Profesionales. La publicidad en España. Ferrer Roselló, Clemente.
Historia de la Publicidad en España. García Ruescas, Francisco.
* Me ha sido muy complicado encontrar información sobre el Julio García Ibáñez. A
pesar de ser uno de los primeros publicistas de nuestro país y abrir camino a futuras
generaciones, su figura parece haber sido borrada del marco de la sociedad, muy al
pesar de todos.
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Comentario:
Roldán Martínez (En carta enviada a José Ángel
Abancéns, de la Junta Directiva de la Academia)
JULIO GARCIA IBÁÑEZ
Julio García Ibáñez. Además de lo que tú sabes, Julio era el alma
de la SER, de CID, de todos los negocios de la familia Garrigues.
Tal vez fuese la persona más inteligente que yo he conocido nunca, y esto era
reconocido
por
toda
la
profesión
de
España.
El
Estatuto
de la Publicidad del 64 era una obra prácticamente suya. Fue uno de
los impulsores de la Facultad de Ciencias de la Información.
Era respetado y colaboró muchísimo con Pío Cabanillas y con Fraga en
el despertar institucional de la publicidad en España (Junta, Jurado
Central, Instituto de Publicidad y un largo etc). Fue con Pi-joan
(así le conocían en Madrid) mi maestro en el Gremio. Tenía
prestigio político y académico (experto también en relaciones laborales y muy hábil).
Falleció en Palma de Mallorca sin que su médico pudiese hacer nada
(era mi hijo Rubén, en 1995 aprox.). Julio era el jefe de Cesar
Omella, y te aseguro que cuenta con toda mi admiración.
Esto es todo lo que puedo decirte de momento. Se trata de grandes
seres humanos y de lo más destacado de la publicidad de la publicidad
de verdad.
Un abrazo de Roldán
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