Resuménes incorrectos

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Texto 1
Mi nombre es 'Robot'
Imagine un ejército de microrrobots, más pequeños que la cabeza de una cerilla,
correteando autónomamente, capaces de comunicarse entre sí, esquivar objetos y tomar
decisiones. Igual que un enjambre de pequeñas hormigas metálicas. Podrían
introducirse en su cuerpo, cortar tejidos y liberar medicamentos. O limpiar células
muertas en laboratorios de biotecnología. Es la robótica del futuro. Su obsesión es
imitar y mejorar la naturaleza.
Según un grupo de investigadores de la Universidad de Barcelona, este escenario
podría dejar de ser ciencia-ficción. Junto con otros siete países, en un proyecto europeo
han desarrollado i-Swarm, un microrrobot de tres milímetros cúbicos, una especie de
araña artificial que se mueve y comunica en grupo, en pequeños enjambres; un
fascinante ejemplo de la potencia de investigación española en robótica.
A pesar del avance español, las perspectivas son inciertas. El prototipo tal vez nunca
llegue a fabricarse en España, que sobresale en investigación, pero suspende en
transferencia de tecnología, producción y comercialización propia. La pasión se
desborda en las universidades, con más de 60 grupos de I+D, pero sobran los dedos de
una mano para contar los inversores y compañías privadas que apuestan por estas ideas
hasta el final, es decir, su producción industrial.
Según la asociación española de robótica (AER-ATP), existen 31.000 robots
industriales activos, sobre todo en automoción y alimentación. Sólo Alemania, Italia y
Francia llevan ventaja a España en Europa. Sin embargo, los servicios destinados a
tareas de limpieza, médicas, domésticas o de entretenimiento inundarán el mercado
dentro de unos años. Hoy suponen menos del 5% del parque en España.
Algunos podrían ser como Reem B, un humanoide bípedo desarrollado por completo
en España. Camina, reconoce caras y manipula objetos con delicadeza. Sus creadores
son un grupo de 18 ingenieros de Barcelona. Los inversores que han confiado en ellos
son, sin embargo, los de una compañía con sede en los Emiratos Árabes Unidos. "En
España falta mentalidad, no dinero", explica Oriol Torres, uno de los responsables de
Reem B. "Ahora somos reconocidos a nivel internacional, pero el proyecto pertenece a
los Emiratos Árabes. Si no hay apuesta local, nunca se conseguirán resultados".
La robótica de servicio será uno de los sectores en ebullición en los próximos años.
La federación de robótica internacional (IFR) calcula que hay instalados 5,5 millones de
unidades en el mundo. La cifra se disparará hasta los 17 millones en 2011, con un
crecimiento del 209%. Será difícil acudir a un hospital, a una tienda o a un centro de
ocio y no toparse con algún sistema inteligente automatizado. Japón es el líder absoluto.
A la investigación y el apoyo público se suman la apuesta de las grandes firmas. Su
gobierno destina a I+D+i el 3,5% del PIB, frente al 1,27% español. En España la
situación es diferente. Aunque faltan varios flancos por cubrir, la investigación no es
uno de ellos. Más de 60 grupos, entre universidades y centros tecnológicos, desarrollan
proyectos de robótica, desde humanoides asistenciales a robots de limpieza, seguridad y
rescate.
Por Manuel Ángel-Méndez
El País, 27/9/09
Resúmenes incorrectos
Lenguaje inadecuado
Pues que hay un montón de gente investigando en España sobre robots y eso, pero las empresas
no tienen pasta para luego hacer robots de verdad. Así que llegan empresas extranjeras y se hacen
de oro con lo nuestro. Como siempre, los japoneses están a la última, y los alemanes y europeos.
Eso sí, en nada vamos a ver cantidad de robots en sitios como hospitales, bancos y todo eso.
Todo el resumen en una sola frase:
El autor explica cómo es la situación de la industria española en relación con la robótica, que
aunque en investigación somos un país líder, con universidades y asociaciones especializadas en
este ámbito, faltan verdaderos medios económicos para implementar todo ese caudal de
conocimiento y convertirlo en tecnología aplicada, en industria y al final en beneficios
económicos, pero que en todo caso estamos solo ante las puertas de una explosión en el número de
robots a nuestro servicio.
Lenguaje demasiado literario
Hordas de criaturas manufacturadas vienen dispuestas a conquistar nuestro pacífico mundito.
Todo porque una pléyade de sabios de bata blanca juegan a ser dioses con sus bisturís electrónicos
y ponen al servicio de su fe talento y neuronas. Llegan los robots. Pero una esperanza le queda al
homo hispánicus: nuestra atávica incapacidad de convertir en moneda tanta sabiduría, nuestro
desprecio por el simple metal. Que se lucren otros.
Texto demasiado breve
El texto cuenta que en España hay bastante información e investigación sobre robótica, pero
poca industria.
Texto no expositivo sino con argumentación propia
La investigación en España sobre los robots está bastante bien, pero lo cierto es que al final,
para desarrollar la tecnología necesitamos del capital extranjero. Tenemos que aprender de países
como Japón, que destinan más dinero a I+D, pero además saben luego convertirlo en tecnología
propia y en beneficios económicos.
Va más allá de lo que dice el texto
El autor muestra cómo en España, pese a poseer un grado de I+D sobresaliente, fallamos en su
desarrollo posterior. No sabemos o no nos decidimos a convertir ese conocimiento en tecnología
que genere ingresos. Se trata de un problema endémico de nuestra cultura empresarial que se
manifiesta en otros ámbitos como la medicina o las energías renovables.
Resumen correcto
En este artículo, el autor describe la situación de la industria española en relación con la
robótica. Aunque en algunos aspectos somos un país líder, existen también ciertos problemas
graves. La investigación está bien desarrollada, con universidades e instituciones volcadas en este
ámbito, pero falta, más que medios económicos, mentalidad inversora para convertir esos
conocimientos en tecnología y en beneficios económicos. En cualquier caso, los avances son
enormes y, según los expertos, se avecina una auténtica revolución.
Texto 2
Definir los fenómenos de polisemia, sinonimia, antonimia y homonimia de los
gestos es tarea sumamente compleja, debido a la escasez de elementos del lenguaje
gestual en comparación con el verbal. Varios son los factores que determinan la razón
de esa escasez, entre los cuales podríamos nombrar los siguientes: el carácter universal
de la estructura del cuerpo humano y de los rasgos emocionales, independientemente de
raza, cultura o lugar de residencia, el carácter lineal del uso de muchos gestos y la
dependencia del significado de la mayor parte de los gestos del idioma verbal.
Los datos obtenidos en los estudios realizados por filólogos, psicólogos y etnógrafos
(que son los que más detalladamente han estudiado el problema) evidencian que dentro
de una misma cultura un gesto puede tener uno varios significados que, normalmente,
tienen un componente semántico común. Rara vez suele suceder que en el marco de una
cultura gestos iguales por su forma no tengan un componente común en su significado.
Conviene señalar, no obstante que muchas veces se observa coincidencia formal en los
gestos usados en diferentes culturas sin que por ello coincida su semántica. Por ejemplo,
el gesto “pulgar en posición vertical (con la yema hacia adelante o hacia un lado y los
demás dedos cerrados)” significa en Rusia estupendo, muy bien, perfecto; mientras en
los EEUU, Inglaterra y muchos países europeos se utiliza para detener un taxi o un
automóvil, haciendo autostop; en Japón tiene el sentido de hombre, marido, jefe ,etc.,
mientras que en Perú es utilizado por los conductores de autobuses para indicar que sólo
hay lugares de pie.
Podemos, pues, definir los conceptos de polisemia, sinonimia, antonimia, paronimia
y homonimia de los gestos sobre la base del criterio de la pertenencia de éstos a una o
diferentes culturas.
Resumen
En este texto, el autor defiende la idea de que el significado de los gestos no es
universal, sino que está asociado a una determinada cultura. Aunque empieza
reconociendo las dificultades de estudiarlos, por su escasez, comparada con los signos
verbales, ejemplifica cómo los mismos gestos significan cosas diferentes en según que
países, y asegura a su vez que gestos parecidos tienen significados parecidos en la
misma sociedad. Concluye así, que fenómenos semánticos como la polisemia, la
homonimia, etc de los gestos , deben ser estudiados dentro de una misma cultura.
Texto 3
Los cementerios de residuos nucleares han saltado al primer plano de la opinión
pública por la iniciativa gubernamental de instalar uno en nuestro país. Para ello han
establecido algo así como un plazo de presentación de candidaturas entre los pueblos de
España, tras el cual se seleccionará al ganador. ¿Pero ganador de qué?
Ganador de vivir con la certeza de estar en el centro de la catástrofe en caso de
accidente. Dicen sus defensores que no hay riesgos, que todo es muy seguro, muy
limpio y hasta muy ecológico. Dicen además que estas instalaciones van a traer la
prosperidad a pueblos deprimidos, a zonas abandonadas. Un reguero de millones de
euros, de puestos de trabajo, de ventajas palpables. Imposible decir que no. ¿Imposible?
Claro que es posible. Así lo hace, de hecho, gran parte de la sociedad, que se ha
manifestado en contra. Y así creo yo que hay que hacerlo. La razón principal: la
seguridad.
Puede que en condiciones normales se haya llegado a una protección que pueda
parecer segura, pero ¿van ser siempre las condiciones “normales”? ¿Qué pasaría en caso
de terremoto? ¿Y en caso de atentado terrorista? ¿A quién le gustaría ver un avión
precipitarse contra una central nuclear o contra ese dichoso cementerio?
A mí no. La solución no está en almacenar residuos tóxicos y altamente peligrosos
pensando ingenuamente que con el tiempo dejarán de serlo. La solución solo puede ser
reducir nuestro consumo de energía, aumentar la producción de renovables y no
necesitar almacenar ni un solo material radioactivo más. Por la sencilla razón de que a
las nucleares, en su día, les dijimos no, gracias.
2) Redacte un resumen del contenido del texto. (1 p.)
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