La escasez es, en última instancia, una función de la oferta y la

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PRIMER CONGRESO INTERNACIONAL DE REGADÍOS
-CONCLUSIONESPonente: Jesús Ballestín, ballestí[email protected]
presidente de la comisión de I+D+i de AFRE
www.afre.es
Autoridades, investigadores, Sras y Sres congresistas….
Buenos días.
Paso a leer la carta de conclusiones de este excepcional encuentro,
que nos ha reunido a lo largo de tres días en el incomparable marco
de la Tribuna del Agua. Lo aportaremos a la Organización de
Expozaragoza 2008, para que forme parte de la Carta de Zaragoza,
que se redactará al final de la exposición internacional.
Permítanme que dedique a la lectura del mismo, unos 10 minutos
de su valioso tiempo.
Partiré del documento en que me apoyé en el inicio de estas
jornadas, añadiendo algunas de las extraordinarias aportaciones de
los ponentes que han usado esta tribuna.
Decía así:
-------------Hace 2.500 años, Tales de Mileto, maestro de Pitágoras,
considerado por muchos el primer filósofo de la historia, aseveró: ”el
agua es el principio de todas las cosas”.
El agua, 2.500 años después, es, entre otras cosas, el principio de
la alimentación. La falta de agua, el principio de su contrapunto: el
hambre.
Agua y tierra…..barro. Agua y suelo fértil …..agricultura, alimentos,
vida. Agua, suelo y tecnología……progreso y desarrollo. Bienestar.
El agua…..el regadío…..la tecnología asociada al uso de caudales,
ha marcado a lo largo de la historia episodios en la humanidad de
grandes progresos socioeconómicos….. La escasez del recurso y la
ausencia de tecnología asociada al mismo, las mayores hambrunas,
epidemias y conflictos bélicos de la historia.
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AGRICULTURA
Los más de 500 congresistas de todo el mundo hemos tenido el
placer, en pleno siglo XXI, y en este fabuloso y cómodo recinto
tecnológico que nos ha proporcionado la Tribuna del Agua, de
contraponer ideas, opiniones…. y sueños de desarrollo entorno al
agua.
Y lo hemos hecho compartiendo el espacio global con vastas
poblaciones que, todavía hoy, en el mismo siglo XXI, tienen en el
agua un elemento inaccesible para abastecer sus necesidades, las
de sus cultivos y, en definitiva, la de su digno desarrollo.
Recordaré la cifra que manejó el profesor Jaime Lamo de Espinosa
en la inauguración: más de 850 millones de humanos, de los 6.700
millones que habitamos el planeta, están hambrientos….. Algo
tienen que ver con esto, como ha quedado patente en el congreso,
el agua, la agricultura y la tecnología asociada al uso hidráulico.
Hemos podido escuchar cómo los gobiernos de todo el mundo
trabajan denodadamente en dotar a sus ciudadanos de agua en
cantidad y calidad suficientes. Suficientes para sus necesidades
básicas: su higiene…..su bienestar…. incluso su ocio, pero sobre
todo suficientes para su alimentación.
Ha quedado bien patente la relación entre la disponibilidad de
caudales y el desarrollo agrario de cada uno de los Estados y
regiones del planeta.
Ha quedado patente, también, que la tecnología es la única
herramienta útil para que, la dotación de caudales, sea la adecuada
a la disponibilidad del recurso y ajustada a las necesidades
agronómicas del producto agrario.
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AGUA Y TECNOLOGÍA
A lo largo de la historia, se desarrollaron tecnologías de distribución
que permitieron la construcción, por ejemplo, del acueducto de
Segovia o del Canal Imperial de Aragón. Algunos de estos avances
tecnológicos de la historia hídrica, tienen hoy plena vigencia.
En la actualidad, la instalación masiva de riego localizado permite
mejores cotas de producción agraria, usando caudales cada vez
más pequeños, para las mismas unidades de producción. Más
alimentos con menos agua. El lema del Congreso que hemos
disfrutado.
En el mundo subdesarrollado, pequeños aportes tecnológicos en
materia hidráulica pueden proporcionar abastecimiento básico a
millones de personas.
El mundo comparte hoy regiones donde el elemento hídrico en la
agricultura se maneja en términos de tecnologías de la información,
con la ausencia, en otras muchas regiones, de abastecimientos
básicos para una agricultura de supervivencia.
La presencia de estos abastecimientos de supervivencia media, en
buena parte del mundo, y a la vez que me dirijo a Uds, entre el
alimento y el hambre. Entre la vida y la muerte.
Hemos visto cómo, en occidente, la monitorización y control de
caudales por los Estados, su calidad, el rigor en el suministro, la
disminución de las enormes pérdidas administrativas en las redes
de distribución, la seguridad alimentaria, el control de fertilizantes,
de fitosanitarios, y tantos, tantos factores que determinan la
producción agraria de mercado, pasan por la tecnología,
desarrollada alrededor de las redes de distribución hidráulica.
En Occidente, en términos de aprovechamiento de caudales, las
mencionadas pérdidas administrativas en caudales destinados a
riego son, seguramente, el elemento pendiente de resolver por el
sector tecnológico y por los enrevesados procesos de contratación
de la obra pública. El plazo de redacción, contratación y puesta en
marcha de las obras supera a menudo al transcurrido entre uno y
otro avance tecnológico relevante.
En los países desarrollados, las pérdidas administrativas son un
desafío de primer orden en el manejo político de los caudales con
destino a riego.
------------------------------El debate agua – tecnología, presente en la mayor parte de
intervenciones de esta tribuna es, sin duda, un debate continuo, sin
un objetivo único, sin un final previsible.
Este debate forma parte de la historia misma de la humanidad. El
congreso ha puesto sobre la mesa, sin embargo, elementos
emergentes en relación al desarrollo tecnológico en torno al agua.
La forma en que se aborda el debate tecnológico asociado al uso
hídrico, presenta hoy un horizonte en el que predominan las
tecnologías de control y documentación del proceso, sobre las de
eficiencia hídrica en las conducciones, más desarrolladas a lo largo
de los años.
Parece pues, que algo nuevo se está gestando, tras un desarrollo
tecnológico que ha durado siglos.
Como decía en el inicio de este Congreso: Ya llevamos más de
2000 años de desarrollo tecnológico entorno al agua. Ya es
momento de empezar.
La única fórmula posible de obtener alimentos en cantidad
suficiente, sin nuevos deterioros medioambientales globales, es la
tecnología.
La tecnología, asociada al uso hídrico, debe ser objetivo prioritario
en las inversiones públicas y privadas, en los Estados de todo el
mundo.
La tecnología no debe contribuir en modo alguno a mayores
deterioros medioambientales.
El uso inadecuado, fraudulento o injusto de la tecnología no
supondrá otra cosa que nuevas cotas de malnutrición…….conflictos
y crecientes deterioros sociales, económicos y ambientales.
El uso de la tecnología en el entorno hídrico contribuirá sin duda, a
un futuro global mejor, siempre que se maneje desde una
perspectiva de igualdad y de justicia social.
AGUA Y POLÍTICA.
El factor que opera en el binomio alimentos - medio ambiente es el
agua. Pero el agua es, en si misma, parte determinante en la
sostenibilidad medioambiental.
La tecnología hidráulica, por tanto, debe estar acompañada de la
política. De políticas justas. La tecnología asociada al agua; la
adecuada gestión de la escasez y de la sostenibilidad, conseguirán
alimentos o nuevas mal nutriciones según se apliquen
políticamente.
En el inicio del congreso, se extractó un párrafo del informe de
desarrollo humano de la UNESCO en el 2.006, que me permitiré
repetir:
“La escasez de agua puede ser física, económica o institucional y,
como el agua misma, puede fluctuar en el tiempo y en el espacio.
La escasez es, en última instancia, una función de la oferta y la
demanda.
Pero ambos lados de la ecuación oferta-demanda, vienen
determinados por opciones políticas y por políticas públicas.”
--------------------------------------------------Jovellanos, vivo después de dos siglos, refiriéndose a la política
hidráulica y, en concreto, a las grandes obras hidráulicas de los
Estados, aseveró: “en nada puede brillar tanto la sabia economía de
un gobierno, como en el establecimiento del orden en que debe
preferir unas y posponer otras”.
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AGUA Y ENERGÍA.
La puesta en presión de las redes de distribución, en los modernos
regadíos del mundo, permite la localización del riego, evita las
pérdidas en conducciones y facilita la gestión de caudales.
De nuevo la tecnología optimiza el recurso, en el interminable
objetivo de conseguir mayores producciones agrarias, con menor
gasto hidráulico - más alimentos con menos agua -.
Sin embargo, algunas de las colosales obras de abastecimiento en
presión, se ven ya afectadas por sus enormes consumos
energéticos y, por tanto, medioambientales.
Con seguridad, no podrán eludir estas obras la contestación social,
al uso indiscriminado de energía fósil en sus bombeos.
Parece claro, por tanto, que las actuaciones hidráulicas que
suponen la puesta en presión o la elevación de cota de los caudales
de riego, deberán considerar la presencia y aprovechamiento de
energías renovables, para que quede justificado, en magnitud y
origen sostenible, el uso energético de los bombeos.
Las obras hidráulicas que han servido y sirven como reservorio
energético, tienen cada vez mayor sentido en un contexto
renovable, donde el principal inconveniente es la disponibilidad
discontinua del aporte energético y, por lo tanto, su acumulación.
Las obras de almacenamiento hidráulico, dotadas ya de centrales
en cabecera de las presas, pueden ser un excelente acumulador en
el ámbito de las energías alternativas.
El uso de estas mismas energías alternativas, pueden propiciar
regadíos básicos en regiones del mundo poco desarrolladas.
Agriculturas de abastecimiento primario que pueden ser
beneficiarias de la tecnología, y que han estado limitadas, hasta
ahora, por la carencia de energía fósil para los bombeos.
Destacaré aquí la necesidad, que se ha puesto de manifiesto, de
una mayor cooperación con los países en vías de desarrollo en
materia de tecnología hidráulica. España tiene, con seguridad, una
excelente posición, técnica y política, en este ámbito.
ENERGÍA Y AGUA
Julio Verne escribía en 1874 en su novela “la isla misteriosa”:
“Yo creo que el agua, un día, será empleada como combustible y
que el hidrógeno y el oxigeno que la constituyen, usados de forma
individual o conjunta, originarán una fuente inagotable de calor y
luz”.
Los fieles buscadores del cumplimiento de los pronósticos de Verne
ya habían concluido que, esta vez, Julio había errado. Las
tecnologías que se desarrollan 150 años después entorno al
hidrógeno, no son, hasta ahora, más que formas de acumular
energía obtenida por otros medios.
Sin embargo, el agua, junto al suelo y la tecnología: la agricultura,
presenta en la actualidad apasionantes e inquietantes horizontes en
relación al uso del producto final agrario: hasta ahora, el alimento,
desde ahora, además, el energético. Al final, Julio Verne, de nuevo,
no erraba.
El agua, que ya ha movido turbinas a lo largo de más de un siglo,
era sólo el elemento, vehiculado por la radiación solar, del que
extraíamos energía en centrales hidráulicas.
La energía ha sido, y sigue siendo, un eje fundamental del
desarrollo de los pueblos.
El agua se convierte ahora, a través de la agricultura energética, en
una nueva oportunidad para mantener la insostenible voracidad
energética de occidente, mediante la agricultura y en dura
competencia, en los mercados globales, con el producto
alimentario.
Competencia entre las crecientes necesidades de alimentación de
6.700 millones de humanos y el derroche energético, que ya acabó
con los combustibles fósiles en sólo 100 años, de sólo una quinta
parte de esa población.
AGUA, REGADÍO, SOSTENIBILIDAD.
Permítanme que extraiga algunos comentarios del profesor Lamo
de Espinosa en la inauguración del congreso:
Cada uno de los actuales 1.700 millones de indios dispone de 1.800
m3 de agua por año para vivir, el 90% con destino a riego. Al ritmo
de crecimiento demográfico actual, el consumo por habitante no
podrá en breve superar los 1000m3 al año, en un contexto de fuerte
crecimiento del PIB. El mínimo vital estimado por habitante es de
1.700m3. Se precisará en India, por tanto, un suplemento de
caudales mayor del 30% para el medio plazo.
El gobierno Indio lanza en este 2008 un colosal proyecto que
comunicará 46 grandes ríos mediante 10.000 kilómetros de canales:
más de 200.000 millones de dólares, para duplicar la superficie
regada: canales, bombeos y energía.
Quizá la voracidad de los mercados no permita a los Gobiernos
impedir nuevos atropellos medioambientales globales.
Quizá los gobiernos de países emergentes no renuncien a su cuota
de insostenibidad, de la que hemos hecho uso en occidente,
asumiendo nuestros hábitos de consumo, a medida que mejoran
sus parámetros económicos.
Hablando de sostenibilidad, se han escuchado en este congreso,
abundantes argumentos de recuperación que son ya, en realidad,
cuidados paliativos.
Puede que los nuevos mercados energéticos, que en EEUU y Brasil
ya son el 30% de la producción cerealista, hagan uso fraudulento de
la tecnología hídrica, fuertemente desarrollada para la obtención de
más alimentos con menos agua, aplicándola al servicio de
competencia ruin, entre la energía y la alimentación
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Los que hemos disfrutado de este apasionante debate, debemos
trasladar adecuadamente, con rigor científico y con visión política
justa, el futuro de los elementos que tienen que ver con el uso
hídrico. Y debemos, desde el ámbito tecnológico, aportar a los
Estados datos válidos para que puedan decidir sus inversiones
estratégicas en la manera más justa.
Al tejido social, debemos informar los expertos, de cómo hacemos y
cómo haremos, la entrega del relevo del recurso hídrico a las
nuevas generaciones.
El entorno agrario, el regadío del mundo, presentado aquí por
excelentes locutores internacionales, el futuro inmediato de los
mismos, presenta ya algunas preguntas que, para muchos, son la
clave de su derecho al fruto de la tecnología agraria y del regadío:
el alimento.
¿Van a entrar en competencia sobre el mercado global, el
transporte y la calefacción del occidente adinerado con la
alimentación de más de 800 millones de hambrientos?
¿puede establecerse esa competencia en términos sólo de
mercado?
¿Podrá pagar el coste de la tecnología del regadío el mercado
alimentario? O sólo el energético.
¿Sustituirán el agua, como vaticinó Verne, junto a la tierra, a los
combustibles fósiles?
Apasionantes debates que se han producido en este foro. Algunos
todavía sin respuesta, que podremos volver a afrontar en próximos
congresos en los que nosotros, o los que nos releven, volveremos a
encontrarnos.
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Gracias, Sras y Sres congresistas por habernos acompañado en el
disfrute del diálogo y del aporte intelectual compartido y
desinteresado entorno al agua……. según Tales de Mileto, “el
principio de todas las cosas”.
Que puedan servir sus deliberaciones para el avance, en torno al
agua, y a través de la tecnología, de la justicia social y la igualdad
de derechos entre los habitantes del planeta.
Que nos ayude este, y los sucesivos congresos internacionales a
tomar las mejores decisiones políticas y tecnológicas en nuestros
ámbitos de actuación, de modo que alguien pueda decir en el
congreso del próximo año 4.008: “ya llevamos 4000 años de
desarrollo tecnológico entorno al agua. Ya es momento de
empezar”
Muchas gracias
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