Patrimonio natural y cultural

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Patrimonio natural y cultural
El patrimonio de un país está constituido por un conjunto de bienes y de valores,
que pueden ser tanto de índole natural como cultural. Éstos han ido pasando de
generación en generación, y producen a la sociedad diversos beneficios:
económicos, culturales, espirituales o incluso pueden constituir un elemento de
identidad. Por todo ello las sociedades están cada vez más sensibilizadas para
salvaguardarlos y garantizar su transmisión a las futuras generaciones.
Aunque la diferenciación es a veces un poco arbitraria, se suele considerar dentro
del patrimonio cultural al conjunto de elementos creados por la sociedad; mientras
que el patrimonio natural es aquel cuya existencia o rasgos esenciales son
independientes de la intervención humana.
El patrimonio cultural puede ser material (monumento, obra de arte, conjunto
urbano, construcción tradicional, evidencia arqueológica…) o inmaterial
(tradiciones, lenguajes, saber hacer tradicional, expresiones artísticas o
manifestaciones populares vivas, etc.). La valoración del patrimonio cultural es muy
distinta en cada momento histórico y región del mundo. Por eso, cada país tiene
sus propios criterios a la hora de establecer medidas de protección, y los elementos
destacados en cada sitio no son siempre comparables. La principal iniciativa
internacional para lograr la puesta en valor, protección y conservación del
patrimonio a nivel mundial ha sido la Convención para la protección del Patrimonio
Mundial, cultural y natural, promovida en 1972 por la UNESCO (Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) y que, ratificada por la
mayoría de los países, tiene una gran aceptación.
El patrimonio natural ha sido protegido en todos los países a través de diferentes
categorías de protección, entre las que destaca –por su carácter pionero- la de
parque nacional. A través de ello se ha pretendido compatibilizar la conservación
con la posibilidad del disfrute público. Este tipo de medidas han tenido éxito popular
y, gracias a ello, el número de espacios protegidos no ha dejado de crecer,
existiendo hoy más de 100.000 repartidos por todo el mundo.
En España, donde la biodiversidad es muy importante, existen numerosos espacios
naturales protegidos. También aquí el número y la superficie protegida han
aumentado considerablemente en los últimos años, gracias a la iniciativa de las
diferentes comunidades autónomas. Además, la Unión Europea ha creado la Red
Natura 2000, que tiene el objetivo de armonizar las políticas y criterios de
protección de la naturaleza a escala comunitaria. En ella existen dos tipos de áreas:
las ZEPA (“zonas de especial protección para las aves”) y los LIC (“lugares de
importancia comunitaria”). Todas estas iniciativas pretenden garantizar la
pervivencia, o el restablecimiento, de los hábitats naturales y de los entornos de los
que dependen las especies amenazadas.
La red nacional de espacios naturales protegidos es una de las más amplias de
Europa y, si fuese gestionada adecuadamente, proporcionaría los medios necesarios
para garantizar la conservación de una muestra representativa de los ecosistemas,
especies, paisajes u otro tipo de elementos del patrimonio natural y cultural
español.
M A R
C A N T Á B R I C O
RED NATURA 2000
F
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ANDORRA
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RED NATURA 2000
Lugar de Interés Comunitario (LIC)
O
Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA)
0
P
LIC Y ZEPA
100
200
300 km
Fuente de información: Ministerio de Medio Ambiente. Banco de
datos de la Biodiversidad. 2006
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M A
Elaborado por Atlas Nacional de España (IGN) y Equipo AGE
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