Cumplir una promesa puede implicar una elección terrible

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¡Bravo por esta gente, estos israelíes! - por Bradley Burston
Cumplir una promesa puede implicar una elección terrible. Esa es la razón por la que el
masivo apoyo de los israelíes a un intercambio de prisioneros por Guilad Shalit merece
una profunda admiración, merece incluso maravillarse.
Al llevar a sus dirigentes a aceptar el acuerdo, al apoyar a Benjamin Netanyahu por
haberlo consentido, los millones de israelíes se están jugando sus propias vidas y las de
sus seres queridos. Y todo sólo por cumplir una promesa.
A simple vista, el intercambio es absurdo, de alguna manera rayano en el suicidio. A
simple vista, acordar con Hamas la liberación de más de un millar de presos palestinos muchos de ellos hasta hoy en día orgullosos de haber cometido asesinatos atroces de
personas inocentes en actos premeditados de terrorismo - tiene poco sentido.
Los israelíes saben que el intercambio reforzará la popularidad de Hamas, en particular
de sus figuras más militantes. El intercambio podría causar serios daños a los
moderados palestinos, promover el retorno del terrorismo a gran escala, y asestar un
golpe contundente a la Autoridad Palestina, y en el proceso erosionar la seguridad de los
israelíes a ambos lados de la Línea Verde.
El acuerdo para devolver a Guilad Shalit a su familia es doloroso para los israelíes
golpeados por el terrorismo. Es, por donde se lo mire, escalofriantemente peligroso.
Y era lo correcto.
El acuerdo es un resabio de un Israel que está desapareciendo rápidamente. Se trata de
un resabio de un tipo particular de coraje calmo y excepcional. Es una expresión de un
carácter nacional que es generalmente ignorado en un entorno de medios de
comunicación en el que premia lo extremo por sobre lo honorable. Es una evidencia de
un pueblo fiel a valores que podría parecer que el tiempo y las agendas sectarias han
diluido y borrado.
El acuerdo por Guilad Shalit es un resabio de una tierra prometida que -a aquellas
personas que entregan cada día su propia juventud, su propia vida, con el fin de
defenderla- aún cree que es importante mantener sus promesas.
La primera de esas promesas es muy simple. Cuando te reclutan y te procesan y te
inyectan y te arman y te empiezan a usar, te dicen claramente, tanto a vos como a tu
familia: Si te perdemos en el campo de batalla, te retornaremos. Cueste lo que cueste.
Cueste lo que cueste. Incluso si cuesta demasiado.
La lista de los terroristas que serán liberados es insoportable. Los números van más allá
de la razón... hasta que consideramos que así es como siempre ha sido:
En los nueve intercambios de prisioneros de Israel con enemigos árabes, desde el
primero, hace 54 años, Israel ha liberado 13.509 prisioneros con el fin de lograr la
liberación de un total de 16 soldados. Un promedio de más de 800 por cada uno. Este es
el precio.
Se dice que la gente en la lista de este acuerdo actual ha sido directamente responsable
de la muerte de 599 israelíes. De haber los israelíes esperado más tiempo para un
acuerdo, sin embargo, Guilad Shalit podría haberla convertido en 600.
En la mañana del martes, millones de israelíes escucharon una frase que les permitió,
por fin, empezar a respirar de nuevo: Guilad Shalit ya no está en manos de Hamas.
Hay algo aún extraordinario en el corazón de estas personas, los israelíes. En el verano,
cuando cientos de miles de personas marcharon por las calles pidiendo por justicia
social, rugieron su apoyo a un acuerdo de este tipo para liberar a Guilad Shalit.
Incluso algunos de los más personalmente y profundamente heridos por los terroristas a
ser liberados, han manifestado su apoyo.
"Desde el punto de vista de una madre, yo estoy a favor del precio que se ha pagado
con el fin de traer a casa a Guilad Shalit", dijo Sarit Golumbek, que perdió a su hijo Zvi
hace 10 años en el atentado contra el restaurante Sbarro en Jerusalén, a Yediot Ajronot
la semana pasada. "Mi corazón está con la familia Shalit."
No hay comprensión posible acerca de lo que Sarit Golumbek ha atravesado. No hay
comprensión posible acerca de lo que los israelíes como pueblo acaban de hacer, al
cumplir ese tipo de promesa, mostrando esta profundidad de compasión, tomando este
tipo de riesgo, para traer a casa a uno de los suyos. Alguien a quien nunca conocieron
hasta que fue demasiado tarde.
Pero Israel siendo lo que es, muchos, muchos de ellos llegaron a conocer a la familia
Shalit personalmente, en sus paseos a lo largo y ancho de Israel, o en la carpa frente a
la residencia del Primer Ministro en Jerusalén, la carpa de protesta que fue su casa hasta
que llegó la noticia de que su hijo sería finalmente liberado.
Bravo por la gente que trajo a Guilad a casa. Bravo por esta gente, estos israelíes, que
contuvieron una parte de su respiración durante cinco años y cinco meses, esperando
noticias de alguien a quien no conocían, pero que pudo fácilmente haber sido uno de los
suyos.
Bravo, además, por Benjamin Netanyahu. Él hizo lo que el pueblo de Israel quería. Ese
es su trabajo. No cumplió las órdenes de una minoría ruidosa y viciosa. Tomó coraje en
un pueblo valiente. Es por eso que está ahí.
Él hizo lo correcto.
Fuente: http://www.haaretz.com/blogs/a-special-place-in-hell/bravo-for-these-people-theseisraelis-1.390654
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