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 6-HISPANIA EN LOS CONFLICTOS DE LA REPÚBLICA TARDÍA
III. LA GUERRA CIVIL
1. Planteamiento
El progresivo ascenso de Pompeyo y, sobre todo, su capacidad
para mantenerse al margen de la demagogia popularis practicada por
César, su aliado desde el 59 a. C., así como la evidencia política
romana de la necesidad de contar con un gobierno unipersonal
forzaron al Senado a elegir a Pompeyo el año 53 a. C. como consul sine
collega con el claro objetivo, además, de convertir a César en un
auténtico “cadáver” político. Éste, sin embargo, se apresuró desde la
Galia a cruzar, con una legión, el río Rubicón y penetrar en el territorio
itálico donde nadie, sin autorización del Senado, podía entrar –ni lo
había hecho antes, desde Sila– sin permiso de dicha institución.
Surge, entonces, la guerra civil que pronto, va a revelar un claro
escenario hispano una vez que Pompeyo envíe allí a varios de sus
lugartenientes para atacar a César en la Galia por la retaguardia
mientras él marchaba hacia Oriente. Tanto la primera fase de la guerra
(en torno a Ilerda, Lleida, LL) como la segunda (en torno a Munda, de
localización aun discutida, en la Vlterior) evidenciaron no sólo el papel
que la Península Ibérica había forjado en el ascenso de las dos
personalidades enfrentadas sino, también, de qué modo nuestro suelo
podría aportar una serie de recursos –en forma de fidelidad de
hombres, ciudades, etnias…– a uno u otro bando. El resultado del
conflicto, con la victoria de César y, a través de las leges Iuliae, su
política de municipalización, colonización y extensión de beneficia
cívicos supondría todo un evidente prólogo a la labor que, más tarde,
desarrollaría –completándola– Octaviano.
2. Esquema de contenidos básicos
1.
2.
Los acontecimientos previos a la guerra civil
a. Coyuntura general de la Roma de mediados de los años
50 del siglo I a. C.
b. La elección de Pompeyo como consul sine collega (53 a.
C.)
c. La entrada de César en Roma, por el Rubicón (49 a. C.)
La configuración estratégica y personal de los dos bandos
a. El bando cesariano (C. Fabio y Trebonio)
b. El bando pompeyano (Afranio, Petreyo, Varrón)
c. El papel de Citerior y Vlterior en la estrategia de ambos
23 3.
Los diez hitos claves de la guerra civil entre César y Pompeyo
i. La distribución de legiones entre los lugartenientes
de Pompeyo
ii. El encuentro de tropas en Ilerda (49 a. C.)
iii. El traslado de la guerra a Celtiberia y el fin de la
batalle de Ilerda
iv. La asamblea de cesarianos en Corduba: Q. Casio
Longino
v. El gobierno de Q. Casio Longino en la Vlterior (48 a.
C.): la sublevación de la Vlterior
vi. La muerte de Pompeyo en Egipto: Cneo y Sexto
Pompeyo en la Vlterior
vii. La llegada a Obulco de los lugartenientes de César
viii. La llegada de César a Obulco (46 a. C.)
ix. La batalla de Munda y la victoria de César
x. Gestión de la provincia y política cesariana de
beneficia
3. Síntesis
Al margen de por la elección pompeyana de iniciar la estrategia
militar del conflicto con César enviando a sus lugartenientes a
Hispania, donde aquél contaba con siete legiones, las dos provincias
peninsulares, Citerior y Vlterior, revelaban claramente algunos rasgos
que las convertían en escenario atractivo para un conflicto de
auténtica naturaleza internacional: en solar hispano vivían muchos
colonos romano-itálicos, en las generaciones anteriores la zona había
sido objeto de políticas diversas de extensión de ciudadanía y de
privilegios municipales, además, su índice de urbanización (romano,
latino o indígena) era notable y sus poblaciones vernáculas hacía
tiempo que habían servido en los ejércitos romanos. Era imposible que
dos provincias con semejante perfil no jugasen algún papel en los
acontecimientos derivados del nombramiento como consul sine collega
de Pompeyo (53 a. C.) y del cruce del Rubicón por parte de César (49 a.
C.): la guerra civil entre César y Pompeyo, cuyos diez “hitos”
principales pueden resumirse del siguiente modo:
1. (i.)- Distribución de las siete legiones pompeyanas entre
sus lugartenientes. Así, Afranio permaneció con tres en la
Citerior, Petreyo con dos en la parte Norte de la Vlterior
(entre los ríos Guadiana y Duero) y Varrón con otras dos en
la parte meridional de la Vlterior, complementadas con
varias cohortes, una de tropas auxiliares y otra reclutada en
24 Corduba, la cohors colonica. Esta situación se mantuvo
prácticamente hasta la llegada de L. Vibulio Rufo,
lugarteniente de Pompeyo que sumó las legiones de Petreyo
–antes en el Norte de la Vlterior– a la posición de las de
Afranio con el objetivo de “esperar” a César e impedirle
penetrar en la Citerior.
2 (ii.).- Encuentro de los dos bandos contendientes en
Ilerda, que se prolongó entre mayo y agosto del 49 a. C. La
estrategia cesariana –que, como desde el episodio del
Rubicón, manejaba a la perfección el factor sorpresa–
incluyó la búsqueda de alianzas entre los pueblos del Norte
del Ebro, que desconcertó a los pompeyanos.
3 (iii.).- Fruto de la estrategia cesariana, la guerra trasladó
su escenario del combate al Sur, a Celtiberia para, después,
sitiar a los pompeyanos en la propia Ilerda y vencerles una
vez que Afranio y Petreyo fueron interceptados por César
cuando acudían a atender el frente celtibérico cortando el
avituallamiento a Ilerda, que capitularía.
4 (iv.).- Controlada la Citerior, César se ocupó de frenar las
acciones de Varrón en la Vlterior acudiendo allí con Q.
Casio Longino, que tomaría Gades y se haría con todas las
legiones pompeyanas quedando, además, como gobernador
al control de dicha provincia.
5 (v.).- El gobierno de Casio Longino en la Vlterior acabaría
motivando –por su política desastrosa con indígenas y con
los viejos partidarios de Pompeyo– la total sublevación de la
provincia: las antiguas legiones pompeyanas de Varrón
eligieron, en dicha sublevación, un nuevo lugarteniente en
la figura de Marco Marcelo, en el año 48 a. C. volviéndose la
Vlterior claramente anticesariana. Entre tanto, Pompeyo es
derrotado en Farsalia, en Asia Menor, y se dirige, huyendo,
hacia Egipto, donde muere a manos de Ptolomeo XIII.
6. (vi.)- El Senado, que alentaba al bando pompeyano como
bando optimate frente a la popularis propuesta cesariana,
recomienda a los descendientes de Pompeyo –sus dos hijos
Cneo y Sexto– que, aprovechando la revuelta de Marco
Marcelo en la Vlterior, se dirigieran a dicha provincia para
hacer fuerte allí la causa pompeyana. Lo harán pero no sin
la respuesta de César.
25 7. (vii.)- En su clara intención de perseguir a los herederos
de Pompeyo, César instalará a sus lugartenientes en Obulco
(Porcuna, J) mientras él culmina las campañas en Oriente
siendo, sucesivamente, reclamado por aquéllos para acudir
al territorio peninsular.
8. (viii.)- En el año 46 a. C., y tras la recepción de varias
misivas, César acude personalmente a la Vlterior donde la
labor de los pompeyanos se centraba por entonces en el
asedio de Vlia (Montemayor, CO) y en la defensa de
Corduba (Córdoba, CO), prólogo de una fase final de la
guerra marcada por la sucesiva disputa de ciudades entre
ambos bandos con luchas internas dentro de las mismas
entre cesarianos y anti-cesarianos: Vcubi (Espejo, CO),
Carruca (Cortijo de los Cosmes de Écija, SE), Ventippo (Los
Argamasones de Gilena, SE)…
9. (ix.)- La batalla definitiva, en la que serían derrotados los
últimos reductos de resistencia pompeyana se libraría en la
ignota Munda, en el 45 a. C. A partir de ese momento,
César iría sometiendo o liberando las ciudades de la zona
(Hispalis –Sevilla, SE–, Hasta –Mesa de Asta de Jérez de la
Frontera, CA–, Gades –Cádiz, CA–, o Carteia –San Roque,
CA–, entre otras).
10 (x.).- El último hito de la guerra civil fue, sin duda, el de
la gestión de la provincia y el desarrollo, por parte de César,
de una serie de políticas de beneficia de diversa índole pero
concentradas, fundamentalmente, en la introducción de
colonos romanos en los antiguos enclaves pompeyanos
(Vrso –Osuna, SE–, Hispalis –Sevilla–, Vcubi –Espejo, CO–,
Hasta –Mesa de Asta de Jérez de la Frontera, CA– o Itucci
–Paterna del Campo, HU–), en la conversión en municipios
de las que le habían sido fieles (Gades –Cádiz, CA– u Osset
–Triana, SE–) y, por supuesto, en los tímidos –pero
estratégicos– inicios de la municipalización y colonización
de la Citerior y del interior de la Vlterior, de la que son
testimonio Norba (Cáceres, CA), Metellinum (Medellín, BA),
Olisipo (Lisboa), Tarraco (Tarragona) o Carthago Noua
(Cartagena, MU).
26 4. Bibliografía complementaria
Aunque los trabajos citados en las dos unidades anteriores –en
tanto que consagradas a Pompeyo y a César– abordan la cuestión del
conflicto civil, se seleccionan a continuación dos recientes títulos que
pueden completar dicha documentación bibliográfica y la que figura en
ROLDÁN, J. M.: Historia Antigua de España I. Iberia prerromana,
Hispania republicana y alto imperial, UNED, Madrid, 2001, pp. 306-307
y en GÓMEZ-PANTOJA, J. L.: Protohistoria y Antigüedad de la Península
Ibérica. Vol. II. La Iberia Prerromana y la Romanidad, Sílex, Madrid,
2008, pp. 383-385.
Con toda la bibliografía y como principal actualización, debe
consultarse MELCHOR, E., MELLADO, J., y RODRÍGUEZ NEILA, J. F. (eds.):
Julio César y Corduba. Tiempo y espacio en la campaña de Munda (4945 a. C.), Universidad de Córdoba, Córdoba, 2005. También puede
resultar útil –por su novedad y por detenerse con pormenores en la
política colonizadora romana en la Vlterior y en la labor concreta de
César– el trabajo de CABALLOS, A.: El nuevo bronce de Osuna y la
política colonizadora romana, Ayuntamiento de Osuna, Osuna, 2006.
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