ACERCA DE LA MIGRACIÓN OTOÑAL EN EL ESTRECHO DE

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ACERCA DE LA MIGRAClON OTORAL
EN EL ESTRECHO DE GIBRALTAR
POR R. E. MOREAU
Y
W. M. MOR-
En vista de que el estrecho de Gibraltar representa la m¿is
corta travesia entre Europa y Africa, se ha creido ordinariamente que el Estrecho es de gran importancia para muchas especies
migradoras continentales. Pero aunque es seguro sea asi para
algunas especies, sobre todo las que vuelan a vela (l),lo cierto
es que-segiin hicimos constar ya en un estudio sobre la migración en la región meditemanea (The Ibis, 1953, pígs. 329-364)apenas hay pruebas concretas de ocurnr concentración de aves
migrantes en el Estrecho, y casl todas las observaciones registradas son de indole casual y se refleren a primavera. Aunque
Steintfatt (Vogelzug, 4, pígs. 58-65) pasb tres semanas en Tarifa, entre el l de octubre y el 3 de noviembre, a610 publicó observaciones verificadas en un dia. Las obras de Irby (1895, 2.' ed.) y
Tuke (1953), dos personas que vivieron en Gibraltar bastante
tiempo, no dan una idea de conjunto y sólo escasisirnos detalles sobre migraciones, si bien el prlmero de dichos autores
advierte que las aves cruzan generalmente el Estrecho cuando
reina viento Este. La presente contribución tampoco es deci81~8,en cuanto a cantidad de datas positivos: pero sirve cuando
menos, para resaltar la necesidad que hay de veriñcar observaciones sistem&ticas, es~ecialrnentejunto a Tarifa.
Los problemas que se nos plantean exlgen que comprendamos bien primero, cómo son el curso y la confwración de las
costas andaluzas. Al este del Estrecho, en unos 400 BilOmetros
de costa, desde m&s alizi de cabo de Palos, el salto a Africa
(1) He aqui aigunas especies que inveman en Airica. pero rara
vez, o nunca, se han observado volando sobre el mar mediterrho:
Iiieraaltw w n m t t ~ C~i,r c a I w nallfcw, Pernts, Milvw wp.. Meropa
apiasiw y Ciconia mp. Tampoco se ha visto sobre este mar Aqufla
o6ciia entre los 150 y 200 Itll6metros de longitud mhima. Es a1
oeste de Md3aga donde la distancia intercontinental se reduce
nipidamente, con el encurvamiento de la costa, a menudo baja
y abierta. y que cerca de IMepona corre ya casi rumbo a Sur.
La costa llana sigue por La M e s , bordeando la baNa de Aigeciras, mientras que la peainsula de Gibraltar se proyecta
francamente hacia Sur, a modo de rocoso espinazo que culmina
metros,
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+ros). Frente a Tarifa, antigua ciudad y punto el m&smeridio*
nal de Europa, existe una isla fortitlcada, la isla Marroqui, unida
por arrecifes al continente, la cual determina la travesia m8s
corta de todas: 13 kilómetros en dirección SE. Sigue después la
costa hasta m8s a l l B de Cid& con direccMn NW., en un trecho
de 200 kilómetros, para virar al fin hacia Oeste y alcanzar el
rinc6n SW. de la Península IbMca, en cabo San Vicente. Es,
pues, importante sefialar que las aves que sean susceptibles de
canalizaciones migratorias (guiding Unes) deben, lógicamente.
ser remitidas hasta el mismísimo Estrecho, desde no menos de
100 kilómetros al Este y desde mucha mayor distancia al Oeste.
La costa de Tarifa es llana y abierta en el NW. y proximidad de dicha población, pero en el interior existe un denso sistema de sierras, cada una de las cuales roza los 700 metros de
altitud. Enfrente, al oeste del Estrecho, se halla cabo Espartel.
punto el m& noroccidental de Africa, distante todavia sólo 42
kildmetros de Europa. Más al Oeste, ambos continentes divergen
tan rápidamente, que a la aItura de CBdiz la travesia es de 125
kilómetros; en Huelva, de 250, y en el cabo de San Vicente,
de 400.
Aves que crucen hacia Africa alejadas por el oeste del Estrecho, encontrarán muy escasas probabilidades de Bxito y su-!
pervivencia, si se dejan influenciar por el viento de Levante.
Cada kilómetro de desviación hacia Poniente alarga sensiblemente la travesia de esas aves, a quienes amenaza el pavoroso
dltimo termino del OcBano Atlhtico. Sabemos que los vientos
de Levante (de NE. a SE.) son dominantes en Gibraltar durante
los meses de agosto, septiegibre y octubre y que alcanzan una
frecuencia que se acerca al 50 por 100 en cada mes citado. Adem&, en septiembre y octubre, aproximadamente. un tercio dO
estos vieqtos sopla con fuerza de cuatm a siete. Tales condiciones se acentiian a 700 metros, pero no a mayores altitudes.
Ahora bien, la dominancia de vientos orientales en Gibraltar
es debida, en parte, a efectos topogMlcos localea. Fuera del Estrecho, p.d., hacia Fste y hacia Oeste, dicha dominancia disminuye. A mitad de camino entre Gibraltar y cabo San Vicente, en la zona marina crítica para nuestro planteamfento
migratorio, la frecuencia de los vientos supedciales de Levante
baja a 35 por 100 y se iguala, m8s o menos, con la de los de
Occidente, si bien la proporción de vientos con fuena superior
a 4 es adn elevada (2). Sacamos en consecuencia que en oto(2) Todas los dams meteorolbgicos, tomados de Ward, Met.
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Huelva
Cádiz
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comemar pranto, ya que el Sr. Vtllanueva Ruffo, residente en
m a , hs observado allí enorme concentraci6n de Golondrinas
en hilos de conducci6n el 23 de agosto.
Casi todas las Lavanderas, Cernícalas e Himdfnidos que Vimos estaban arrimados a la costa o cateaban en migraci6n
activa viniendo del Oeste. El movimiento proseguia incluso con
viento Este de velocidad (estimada) superior a 60 kIl6metros por
hora y con las bajas capas atmosiericas llenas de arenilla Voladora. En talas condiciones, las Qolondrinas luchaban contra
viento, en Conil, logrando velocidades efectivas de unos 8 kilómetros por hora, y los Cernícalos mismos volaban pico a viento
a no 4ás de 15 kIl6metros p. h. Creemos interesante lo que
ocurría en CBdiz el 3 de octubre, despues de cesar el viento:
cierto movimiento migratorio persistia en direcci6n SE. a trav& de la entrada de la bahia Entre las 09,40 y las 10,50 horas,
contamos 41 Lavanderas boyeras y un Cernicalo, siguiendo las
eseolieras que conducen al castiüo de San Sebastián, fortaleza
m& occidental de la ciudad. No habia Hirundhidos en CádSz
mimo, pero en Puerto de Santa Maria, a mediodía, los Cables de las c a e s interiores del puerto estaban cargados de
Oolondrinas. Los CernlcgloB se mostraban. menos apegados a la
eatricta costa que otras aves, pues vimos algunos volando hacia SE. tlerra adentro, junto a las orillas de La Janda, cerca
de Vejer.
Un migrante inesperado fue. en Tarifa, la Qarciüa bueyera
(Ardeola m).Mientras que muchas comian entre ganado vacuno (lo mismo que un mes más tarde en las afueras de MSlaga), vimos algunos bandos volar mar afuera por la isla Marroqai. El 24 de septiembre. a la puesta del sol, bandas de 8, 57
y 45, que ve*
del NW. costa adelante, partieron derechas
rumbo a Africa, según la trayectoria de mínima travesía. Este
movimiento y tambMn la abundancia local son seguramente
consecuencia del gran incremento tomado por la especie bajo
la protección de los propíetarios del cok? de Dofiana
No vimos movimiento de grandes rapaces en nin*
sitlo, si
bien se nos infom6 que, justamente el dia antes de nuestra Ilegada a Tarlfa (20 de septiembre), habia pasado por aquí una.
Tampoco vimos en la costa pequenos insectfvoros, típicos migradores nocturnos tales como mosquiteros, cunucas, papamoscas y coiirrolos, aunque los oWervamos en pequefia cantidad
por los alcornocales de las colinas pr6ximas a Algeciras Eh Tarifa y su contorno, a m a s si edste cobertura vegetal, de la que
gustan dichos.paj&a%ios,
de modo que, caso de que hubieraocurrido concentracibn de los mismos en el Estrecho, o bien cierta
retención a causa de los fuertes Levantes, entonces los pajadllos se nos hubieran manifestado.
En Tarifa se nos permitió visitar el faro de Marroquí, que es
el m& meridional de Europa. Son raras alli las noches de niebla, especialmente en bpocas de migracibn, y se nos inform6 que
las anicas especies que accidentalmente se estrellan contra el
faro en cantidad apreciable son Avefrias (Vanellas) en invierno y las Codornices (Coturntx) en primavera. Ahora, durante
'nuestra estancia, la Codorniz escaseaba extrmrüinariamente.
segdn el general parecer. En cambio, las opiniones locales acerca del mejor tiempo para el paso de la Codorniz son discordantes. Unos dicen que la Codorniz es retenida con vientos del
Levante y cruza s610 con vientos del poniente. Esto concuerda
con la afirmaci6n de Pareja en Caza y Pesca (vol. 97, p4gs. 21231, pero discrepa de la información dada por Irby, que sostienen otras personas de Tarifa.
captura otoflal de pajarillos-que dicen atrae pajareros
de toda aquella parte de la provincia-no se había iniciado alrededor de Tarifa antes de nuestra iriarcha. Se nos inform6 de
que, a; partir de mediados de octubre, se puede observar allí inconfluyen hacia el punto m4s mefidional: los que entrandel
Este con viento Oeste y los que entran del Oeste con vielito Este.
Como haremos ver m4s abajo, esta i'iiio~aci6nes esenciaimenti cierta.
tenso paso eosteante de 'hngilidos. siempre pico a viento, y que
El 6 de octubre del año. i9'32 (epoca ligeramente retrasada
con respecto a la de nuestras presentes observaciones), Steiniatt, en Tarifa, con tiempo casi sereno, registr6 un movMento
migratorio mucho m e nutrido que todo lo notado por nosotros;
1.859 goIondrine, 303 gorriones (P. domesticti#), ü8 Lavanderas boyeras, 43 Aviones zapadores (Riparia) y 50 otras aves
continentales, todo en no más de tres horas matinales. Dicho
autor estimd en 6.000 el. namero de Himdinidos que pasaron
durante el dia completo; 14stima que nada diga acerca de lo
ocurrido otros dias. Steinfatt informa que el 90 por 100 de las
aves llegaban costa adelante, tanto del Este como del Oeste,
para volar despu& hacia Sur, cruzando el %trecho. Ahora que
conocemos la ñsiografia de la comarca, no podemos comprender d6nde pudo situarse, Steinfatt para lograr todos esos da'
tos, a menos que fuera auxiliado por otra persona, cosa de que
nada dice.
El 12 de octubre y los dos dias subsiguientes estuvimos en la
costa de La Herradura, al este de Málaga. despuds de una tournée por el interior de Andalucia. Aquellos tres dfas tuvimos
tiempo variable, amenazando iniciarse las lluvias otoflales. Cantidad de golondrinas costeaban rumbo Este y lo mismo 11 bandos de Frlngilidos varios, mientras que muchas Lavanderas boyeras se velan dondequiera hubiese campos reci6n arados. NO
s e percibió ningún indicio de migración a trav6s del mar con
rumbo a Africa, distante alli, como en cualquier otro sitio m 4 ~
al Este, unos 150 kilómetros.
El 16 de octubre, por las llanas costas del este de Estepona,
35 Lavanderas boyeras y pocos Fringilidos costeaban hacia el
Oeste entre las 17,30 y 18,30 horas. Este movimiento se acentuó
en dias subsiguientes. El 18 de octubre, entre las 16.00 y 17,32,
bandos de Fringilidos, entre ellos Verderones (Chlorls), Pinzones
(F. coelebs), Pardillos (C. cannabina), Jilgueros (C. carduelis)
g Serines (Sertnus canarfus), costeaban hada Oeste contra fuerte viento SW., en compañia de algunas lavanderas comunes y
boyeras. En la mañana siguiente, aunque nublada y serena, el
movimiento costero, tambi6n hacia Oeste, transcurria muy apegado al suelo, casi todo 61 a menos de 50 metros. Este movimiento comenz6 a las 8,45; contamos 401 aves pasando entre
9 2 0 y 10,05; 451, entre 10,05 y 10,20; 372, entre 10.20 y 10,50;
más tarde, el paso amainó. Fueron observadas las mismac especie8 que el dia anterior, con la adición de Gorrión común y un
Gavilán; los Pinzones fueron los Fringilidos menos numerosos.
Unos pocos pequeflos bandos. principalmente Serines, siguieron
pasando hasta las 12,OO aproximadamente. Momentos despub
partimos de la costa espafiola. Creemos, pues, haber presenciado
el comienzo de la gran concentración costera de Fringilidos sobre la que fuimos informados en Tarlfa.
De regreso en inglaterra, el Teniente Coronel Tulre nos h a
puesto en relación con el Sr. R. Coelho, persona domiciliada en
Gibraltar, que ha venido tomando notas sobre las aves de aquellos contornos durante cierto n6mero de años. Es de esperar que
este seflor redacte detalladamente sus observaciones, con objeto de ser publicadas, pero entretanto ha tenido la amabilidad
de permitimos incluir en este artfculo su valiosa información
acerca de las principales direcciones de vuelo seguidas, durante
el otoflo, por Fringilidos (principalmente Jilgueros, Verderones
5
nes). Alo dras, escribanos ( E . c(tr(nella y B. h d U J U t U ) ,
(A. p
'
&
)
y ce&;Iidk. Ea n&& sh'edd'bdsrida 4n
trave4as: .un& de 10 !r: .otra de lo menos 13 kilbmetros, en vez
sola' de 20. ,
.
.
Cuando sopla viento Este, la migracibn en Tarifa se nutre
ifit+!nsamente, tanto. de, l a corriente costera que viene del Oes%, como del flujo que entra ,por el p@Uo Norte y dobla Punta
C k e r o . Cuando reinan dichas condiciones, relativamente pacas aves, ge ven venir costeando de la parte de Estepona. Estas
últimas aves siguen eq su mayoría nimbo Este, cruzando la cabecera de la babia de qgeciras y contribuyen a la gran corrien-.
te migratoria que viene ,par el p,miilo Norte. Sin embargo,.unas.
mas continaan hacia Sur,. hasta, el Pefi6n, y eventualmente
pasan q U a Carnero, según ocurre cuando sopla viento contrario. . ;
El Sr. Coelho informa tambien que, segm su experiencia, lis
rapaces pasan sobre Ctibraltar en cantidad apreciable dnicamente durante tres o cuatro días de cada otofio, entre el 15 de
agosto y el 20 de septiembre. ~ic'hasavesentran, por lo regular, del:Noreste, pasan sobre la vertiente Norte del PeA6n y despub siguen rumbo Sur, por la orilla occidental de aqu4, o cruzan, sin mas, la bahia. La mayoría de ellas siguen hacia Sur
hasta ip costa africana,,sin alcanzq Punta Camero, a díferencia'de lo dicho con relación a pajariuos. LE@ rapaces que vuelan
mBs bajas son milarios (mayoria M. mtlvus).
Finalmente, la informacibn Coelho, referente a Codorniz, es
que en otofio los vientos de Poniente la llevan hasta Gibraltar
en gran número y tambi6n la retienen alrededor de Tarifa. Esto
confirma lo que Irby dijo ha& ya muchos años.
d e -.mis
.'
CONCLUSI~N
.
.
,
La ,. presente. informaci6n no m o a c s fundamentalmente
nuestras-conclusiones en The Ibis (1953;pBg. 335). de que'el estreuho de Gibraltar 8610 es una importante zona. de eonken-'
tracibn. para algunas aves de gran tamaño y especialmente vo-
ladoras a vela Pero ahora queda claro que cierta cantidad de
Frbgilidos, escribanos, lavanderas e,Hinindfnidos.catean rumbo
al -&trecho viniendo de ambas direcciones. Sería interesante
comprobar desde qu6 distancia por el ?&te y por el Oeste ocurren
estos movimientos costems. Ea el caso de las aves :que vienen
por las costas al este del Estrecho, no parece que el insbixito
de persistir costeando.tenga.una gran ventaja selectiva, puesto
general on the Straits. The hazards of crossing east of the
Straits are, however, considerable.
Observations by Mr. Coelho, a Gibraltm resident, show how
the coasting movements are affected by the direction of the
winti. Detailed and systematic observations at vanous points
along the Straits are still much to be desired.
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