El empleado que comunica su dimisión sí puede

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Impreso por Irene Gea Jiménez. Propiedad de Unidad Editorial. Prohibida su reproducción.
Lunes 25 octubre 2010 Expansión
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Fiscalia
El empleado que comunica su
dimisión sí puede arrepentirse
El trabajador que anuncia su voluntad de abandonar la empresa puede rectificar durante el período de
los 15 días de preaviso, restableciéndose la situación anterior a dicho anuncio, según el TSJ de Madrid.
MaríaA.Caro.Madrid
Una trabajadora que anuncia
formalmente su voluntad de
causarbajaenlaempresa,con
efectividad a partir del transcurso de quince días, puede
retractarse antes de finalizar
el plazo de preaviso que dio,
restableciendo la situación
anterior existente. Así lo
apuntaunarecientesentencia
del Tribunal Superior de JusticiadeMadrid.
La Sala argumenta que si
hay Jurisprudencia que avala
que es perfectamente posible
que el empresario se retracte
de su decisión unilateral de
despedir, siempre que lo haga
dentro del período de preaviso, “carecería de cualquier
justificación objetiva y razonable que éste último no pudiese hacer otro tanto en caso
de que hubiera sido él quien
avisó de la extinción del contrato con base en su deseo de
dimitir o, lo que es lo mismo,
decausarbajavoluntaria”.
El contrato pervive durante el preaviso y se puede rectificar.
Vigencia del contrato
Sobre la rectificación por partedelempresariodesuvoluntad de extinguir la relación
contractual, la Jurisprudenciaesclara:“Comoelcontrato
permanece vivo mientras el
despido no se hace efectivo,
momento en el que se extingue y su rehabilitación requiere la voluntad de las dos
partes y no de una sola, cabe
concluir que la retractación
empresarial producida antes
de que llegue ese momento es
válida y produce como efecto
el de que el contrato no llegue
aextinguirse”.
En este sentido, ya hay pronunciamientos que insisten
en que “el preaviso es simplemente el anuncio previo de
que próximamente se va a
rescindir el contrato, pero se
trata sólo de una advertencia
de que se hace por exigencia
de la ley para prevenir al otro
de algo que se realizará”. Así,
el contrato no se extingue ese
día, sino aquél en el que se decide el cese y se liquida, conforme a lo dispuesto en el EstatutodelosTrabajadores.
En el supuesto que ahora se
analiza, es la trabajadora la
que se retractó de haber manifestado su voluntad de extinguir el contrato. Según los
hechos, la empleada expresó
su deseo de causar baja en 15
Equilibrio de
fuerzas para
rectificar
La empresa hizo
caso omiso de la
revocación de la baja
voluntaria y se
produjo un despido
Tanto el empresario como la
trabajadora pueden dar
marcha atrás a la decisión de
romper el vínculo contractual
que les une durante el
período de preaviso,
normalmente de 15 días. Con
respecto a la posibilidad de
que el empresario cambie de
opinión y restablezca la
situación anterior al anuncio
del despido, el Tribunal
Supremo ya reconoció
recientemente esta opción ver EXPANSIÓN del 1 de
febrero-.Ahora, el Tribunal
Superior de Justicia de
Madrid reconoce también el
derecho del trabajador a
rectificar, una vez haya
comunicado a la empresa su
voluntad de abandonar la
organización, siempre y
cuando esta rectificación y
manifestación del deseo de
seguir manteniendo el vínculo
laboral se produzca dentro
del plazo de los 15 días de
preaviso.
días; mientras, el contrato de
trabajo seguía vigente, aunque en suspenso por una situación de incapacidad temporal por “problemas de ansiedad causados por problemas laborales”, situación de
IT que comenzó el día siguiente de dar el preaviso.
Antes de terminar dicho plazo de preaviso se retractó de
su decisión y así lo puso en co-
nocimiento del empleador.
No obstante, la empresa demandada formalizó la baja en
la Seguridad Social, sin contestar a la misiva que la trabajadoraleremitióatravésdesu
abogado.
La sentencia que primero
estudió el caso entendió que
laeficaciadeladecisiónnoestaba en manos de la trabajadora, pues tratándose de un
acto voluntario generador de
derechos y obligaciones para
ambas partes, surtió sus efectos desde el momento en que
fue comunicada. Por tanto y,
según la sentencia del juzgado, “la revocación de la baja
voluntaria notificada a la empresa sólo era eficaz en la medida en que la empresa hubiera aceptado”. Sin embargo,
el TSJ ha entendido que la actuación del empresario, en este supuesto, “constituye un
verdadero despido, si quiera
tácito”.
El Supremo, en sentencia
de febrero de 2010, ya vino a
reconocer la posibilidad de
que el empresario diera marchaatrásduranteelpreavisoa
la voluntad de despedir. Ahora, el TSJ de Madrid contempla esta posibilidad de rectificación también para el empleado. A través de estas dos
sentencias se refuerza la doctrina de que el contrato se extinguejustoalfinal,cuandoya
ha terminado definitivamente el trabajador de prestar sus
servicios en la empresa. En el
momento en que el empresario anuncia la intención de
despedir o el trabajador comunica su voluntad de dimitir el contrato sigue estando
plenamente vigente y, por
tanto, existe la posibilidad de
dar marcha atrás, restableciéndose la situación anterior
a producirse tal comunicado.
(TSJM, 23/07/2010, Rº
1.921/2010).
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Consulte la sentencia sobre el preaviso del
empleado en www.expansion.com
LA OPINIÓN DEL EXPERTO FERMÍN GUARDIOLA Socio de Baker & McKenzie
Un pasito adelante y otro hacia atrás
Hasta la fecha, el Tribunal
Supremo ha venido entendiendo que si un empleado
comunica a la empresa su voluntad inequívoca de dimitir,
ésta es irrevocable, independientemente que sea cumpliendo o no el plazo de preaviso establecido.
Los tribunales menores se
han llenado de disputas sobre
cuál debe ser la consideración, y qué se debe entender
por voluntad inequívoca, encontrándose circunstancias
variopintas en cada caso.
Esta sentencia del Tribunal Superior de Justicia de
Madrid se desmarca del de-
bate e introduce una valoración de especial interés, manifestando que durante el periodo de preaviso el empleado puede retractarse de la dimisión inequívoca, porque el
contrato de trabajo no se extingue hasta el último día de
trabajo.
El tribunal regional madrileño fundamenta esta decisión en el hecho de que el empresario se puede retractar
durante el preaviso otorgado
en un despido individual por
causas objetivas y, por tanto,
debe equilibrarse y equipararse analógicamente a los
casos de preaviso por dimi-
sión. Es importante recordar
que el periodo de preaviso en
casos de dimisión tiene, como finalidad principal, otorgar a las empresas un periodo
de reacción para sustituir a la
persona que se marcha por
baja voluntaria.
De esta forma, se pretende
minimizar el efecto de la salida de un trabajador o trabajadora y que no afecte a la organización del trabajo.
Si durante el periodo de
preaviso un trabajador puede
cambiar de opinión y “echarse para atrás”, puede provocar situaciones en las que habiéndose ya seleccionado, fir-
mado una oferta de trabajo, e
inclusocontratadoaunanueva persona que le sustituya,
todo se vaya al traste porque
ya no haya a quien sustituir.
Adicionalmente, si este
sustituto ha firmado una
oferta de trabajo, abandonando un puesto en su anterior
empresa confiado en incorporarse a la nueva, legalmente podría reclamar daños y
perjuicios a ésta, si finalmente no es contratado porque el
empleado se retracta el último día de su decisión de causar baja voluntaria.
Esto provocaría un conflicto de situaciones donde las
empresas podrían salir siempre perjudicadas. El caso de
esta sentencia incluye un matiz especial, vinculado a una
supuesta situación de presión
a la hora de comunicar su baja voluntaria, y eso sí que podría desvirtuar la decisión
inequívoca de abandonar la
empresa, porque ya no sería
inequívoca.
Entendemos que el Tribunal Supremo podrá aclarar la
situación, si le dan la oportunidad, y dilucidar si realmente cabe considerar válida la
retractación de la dimisión, o
mantiene la tesis del “carta en
la mesa, presa”.
LABORAL
Existe relación
laboral aunque
el actor no ceda
sus derechos de
autor
M.A.C.Madrid
Elhechodequelosactoresde
doblaje no cedan sus derechos de autor a la empresa no
es obstáculo para la existencia de una relación laboral.
Así lo manifiesta en una reciente sentencia del Supremo, que insiste en que se dan
igualmentetodaslasnotasdel
trabajoporcuentaajena.
Según recuerda la Sala, el
carácter de trabajo por cuenta ajena implica que los frutos
del trabajo se transfieren,
desde un principio, al empresario, quien asume la obtención de pagar un salario con
independencia de que haya
beneficios. “No cabe negar la
ajenidad en una relación laboral por el hecho de que los
empleados mantengan los
derechos de autor y no los cedan a la empresa”, establece.
En el supuesto en cuestión,
el Alto Tribunal estudia si
concurren las características
propias del trabajo por cuenta ajena en el caso de unos actoresdedoblaje.Segúnlasentencia, sí concurren por varias razones. Primero, los actores de doblaje no aportan
infraestructura alguna, siendo la empresa que les contrata la suministradora de todos
los medios técnicos y humanos. Segundo, es intrínseca a
la propia prestación de serviciosdelartistaelsometimiento del mismo a un director de
doblaje. Además y, entre
otros argumentos que da la
Sala, la ajenidad se desprende
también del sistema y cuantía
delacontraprestacióneconómica.
Propiedad intelectual
Según la normativa aplicable,
en el marco de un contrato de
trabajo, a falta de pacto escrito, se presume que los derechos de explotación son cedidos en exclusiva al empresario, con el alcance necesario
para el ejercicio de la actividad. Por su parte, la jurisprudencia apunta que “la cesión
notieneporquéabarcarlatotalidad de los derechos de
propiedad intelectual” y que
“es característica general del
derecho de propiedad intelectual la pluralidad y complejidad de facultades de carácter personal y patrimonial
que atribuye al autor”. Es
más, “determinadas facultades que componen el derecho de autor son inalienables
o no susceptibles de cesión a
terceros”, como es el caso de
las que integran el derecho
moral, dentro de las que se
cuenta la de exigir el reconocimiento de su condición de
autor de la obra. (TS,
16/07/2010,Rº3391/2009).
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